Nota: El español no es mi lengua materna, por lo que puede haber algunos errores gramaticales. Intenté hacerlo lo mejor posible utilizando un traductor en línea. Si encuentras algún error o algo que no tiene sentido, envíame un mensaje en twitter /sorato_fan.

Espero que disfrute de la historia. Los comentarios son bienvenidos.

.

Día 4 - Relationships: Conociendo La Familia
Takeru y Kimi tienen su primera cita y conocen a sus padres por primera vez.

.

Takeru se sorprendió de sentirse tan nervioso antes de una cita. Era algo nuevo para él y no sabía qué pensar. Había estado en muchas citas antes y siempre se sintió muy a gusto con ello.

–Hola. – La suave voz de Kimi resonó en sus oídos y él se giró con una amplia sonrisa en los labios. Ella no pudo evitar devolverle la sonrisa. – ¿Te he hecho esperar demasiado?

–En absoluto. – Sacudió la cabeza y se levantó. – Debo decir que elegiste un buen lugar para una cita.

–Nunca debes dar por sentada la opinión de una estudiante de relaciones públicas. Podría sorprenderte.

–Me aseguraré de recordarlo.

–Bien. Entonces, ¿entramos?

–Por supuesto. Después de ti.

–Un caballero, ya veo.

–Aún no has visto nada.


Takeru estaba asombrado por toda la decoración del bar. Había algunos letreros de neón en las paredes y la iluminación era de un tono amarillo. Tuvieron que atravesar un pasillo para llegar a otra zona del bar. Ésta era mucho más moderna que la que acababan de abandonar, pero la decoración de neón seguía formando parte de ella. Kimi se dirigió a una mesa al fondo del local y él la siguió de cerca.

–Ya hemos llegado. ¿Qué te ha parecido?

–Me parece muy chulo. La decoración es bastante sorprendente. ¿Cómo encontraste este sitio?

–Tengo mis recursos. – Dijo misteriosamente y sonrió. – Es broma, unos compañeros de clase habían venido antes y nos lo recomendaron.

–Eso está muy bien.

–Lo es. – Kimi cogió el menú y empezó a ojearlo para decidir qué pedir. – Así que estudias Lenguas, ¿eh? ¿Piensas ser profesor o algo así?

–Escritor. – Takeru hizo lo mismo que ella. – De hecho, quiero publicar un libro.

–¿En serio? – Preguntó sorprendida. – ¿Sobre qué?

–Sobre unos recuerdos. Podría contarte más cosas, pero quiero que sea una sorpresa para todos.

–Ah, vale. ¿Entonces será un libro biográfico?

–No exactamente. No es la historia de mi vida. Sólo tengo algo realmente genial que quiero compartir y también recordar para siempre físicamente.

–Sea lo que sea lo que estás escribiendo, estoy segura de que obtendrás el resultado que deseas.

–Gracias, Kimi. – Le dedicó una pequeña sonrisa. – ¿Sabes ya lo que vas a pedir?

–Sí, el batido de coco y chocolate y la hamburguesa australiana. He oído que es la mejor de aquí.

–¿Sus comidas tienen nombres de países? ¡Qué guay!

–Sí. También recomiendo la italiana.

–Podría elegir este entonces. Y té helado.

–Buena elección. Voy a llamar al camarero. ¿Quieres algo más?

–No, estoy bien.

–Estupendo. – Kimi levantó la mano para llamar al camarero más cercano y volvió a centrar su atención en Takeru mientras esperaba a que llegara.

–Entonces, ¿por qué elegiste Relaciones Públicas?

–Porque sería muy útil para alcanzar mi sueño de trabajar con eventos. Efectivamente lo fue, ahora estoy trabajando como becaria en una de las empresas más importantes al respecto en Kioto y su región.

–¿Eres graduada?

–No, estoy en mi último año. Aunque estoy deseando graduarme.

–El tiempo ha pasado volando, ¿eh? Parece que fue ayer cuando nos conocimos y fue hace año y medio.

–¿De verdad ha pasado tanto tiempo?

–Sí. Aún recuerdo cuánto deseabas entrar en nuestro grupo de lectura, pero dudabas. Me costó bastante convencerte de que lo hicieras.

–Aunque no tanto. Fue toda una oportunidad verte leyendo Cenicienta para niños.

–De nada. – Le sonrió alegremente.

–No seas tan engreída.

–Nunca lo soy.

.

–¿Dices que nunca lo has hecho? – Preguntó Kimi sorprendida cuando entraron en el parque.

–No desde que era niño. – Confirmó Takeru. – Mi hermano y yo hacíamos esto todas las noches cuando vivíamos juntos.

–Pensaba que era algo que mucha gente hacía en las citas, pero ahora creo que soy sólo yo. Me encantaba mirar la luna y las estrellas.

–¿Así que básicamente llevabas a todos los chicos con los que salías a un parque para verlas?

–Haces que parezca que salí con muchos chicos. – No pudo evitar que toda la situación le pareciera increíble. – Pero en realidad no lo hice. Y para responder a tu pregunta, no, no llevé a todos los chicos con los que salí a un parque. Sólo a los que pensaba que tenían potencial para ser algo más.

–Entonces, ¿es seguro asumir que eso es lo que sientes por nosotros?

–Tal vez. – Kimi dijo misteriosamente y le cogió la mano. – Vamos, conozco el lugar perfecto para tumbarnos y mirar el cielo.


Takeru comprendió enseguida por qué Kimi adoraba aquel lugar. Inmediatamente se sintió transportado a su infancia, y una sonrisa se dibujó en sus labios.

–De nada. – Su voz resonó en su oído y él giró la cabeza para mirarla. Se encontró con una sonrisa tan bonita que no pudo evitar devolvérsela. – ¿No crees que esta es la manera perfecta de terminar una hermosa noche?

–Absolutamente. – De repente no le importó mirar el cielo; tenía una visita mucho más bonita justo a su lado.

–Ni siquiera lo estás mirando.

–Ya lo estoy haciendo, créeme.

–Seguro que se lo has dicho a muchas mujeres antes.

–No lo hice, lo juro.

–No estoy segura de creerte.

–Sólo hay una manera de averiguarlo. ¿Estás dispuesta a hacerlo?

–Correré el riesgo. – Se deslizó más cerca de él y apretó los labios contra los suyos muy tímidamente, sólo para saber cuál sería su reacción.

Takeru no tardó en llevarle la mano a la nuca y hacerla rodar hacia atrás, de modo que la inmovilizó en el suelo con el pecho pegado al suyo. Su lengua entró en su boca y Kimi la recibió con una sonrisa mientras le rodeaba el cuello con los brazos. Por primera vez en mucho tiempo, no quería mirar la luna desde arriba.

.

Kimi sonrió automáticamente cuando salió de la estación de metro de Odaiba junto a Takeru. Llevaban viéndose unos dos meses y iban a conocer a los padres del otro por primera vez.

–Qué bien sienta volver a Odaiba después de unos meses. No me había dado cuenta de que lo echaba tanto de menos hasta ahora.

–No hay nada como volver a casa.

–Estoy completamente de acuerdo contigo. Tengo que confesar que me pone nerviosa conocer a tus padres. Todos los otros chicos con los que salí eran mis amigos, así que ya conocía a sus padres.

–No estés nerviosa, estoy seguro de que les encantarás.

–Eso espero.

–Lo harán. – Takeru se volvió hacia ella. – ¿Estás segura de que no quieres que te lleve a casa?

–Sí, estoy. – Ella asintió con una suave sonrisa. – Puedo ir sola. Sé que me echarás mucho de menos, pero volveremos a vernos dentro de unas horas.

–Ya estoy contando los minutos para eso.

–Qué tonto. – Puso las manos en su pecho y dio un paso más cerca de él, mirándole a sus preciosos ojos azules. – Para que lo sepas… yo también los estaré contando. – Apretó sus labios contra los de él durante unos segundos y luego se retiró. – Te veré esta noche.

–No te irás tan rápido. – Rápidamente la agarró por el codo y la giró, rodeándole la cintura con los brazos de inmediato y tirando de ella en un beso profundo y apasionado.

.

Takeru sintió que el corazón le latía con fuerza en el pecho y no pudo contener la sonrisa cuando vio a Kimi caminando hacia su mesa, con sus padres justo detrás. Habían tenido que posponer el encuentro un día porque ellos no estaban disponibles. Por otro lado, ella ya había conocido a Yamato y Sora.

–Ya estás aquí. – Se levantó y la besó en la mejilla. – Mamá, papá, esta es Kimi Shincai. Kimi, estos son mis padres, Hiroaki Ishida y Natsuko Takaishi.

–Encantada de conoceros. – Dijo en tono alegre y con una cálida sonrisa. Miró por encima del hombro a su derecha. – Estos so mi padre, Haruto Shincai, y mi madre, Misaki Shincai.

–Encantado de conoceros a los dos. – Takeru les habló y les estrechó la mano con entusiasmo. – He oído hablar mucho de vosotros.

–Cosas buenas, espero.

–¡Por supuesto! Kimi siempre está hablando de ti. Por favor, toma asiento.

–Ya me gusta. – Susurró Misaki a su hija cuando pasó junto a ella.

–Me alegra oír eso, mamá. Puedes pedir lo que quieras. Yo invito.

–Vale, cariño.

–Eres muy guapa, Kimi. – Dijo Natsuko en cuanto se sentó junto a Takeru al otro lado de la mesa.

–Muchas gracias, Sra. Takaishi. – Se sonrojó un poco mientras colocaba la servilleta sobre su largo vestido negro.

–Por favor, llámame Natsuko. A partir de ahora seremos suegra y nuera, espero.

–Mamá, por favor. – Takeru se cubrió la cara con las manos, visiblemente avergonzado.

–Así que ahora sabes todo por lo que pasé hace años. – Yamato no pudo evitar burlarse de su hermano al respecto.

–Creo que es seguro decir que eres oficialmente bienvenida a la familia, Kimi. – Afirmó Sora en tono ligero y con una sonrisa.

–Tengo la misma sensación.

–¿Ya os conocéis?

–Sí, nos conocimos anoche. Fuimos a una hamburguesería y también a un paseo cerca de la noria.

–Fue muy divertido.

–Lo fue.

–Entonces, Kimi, ¿qué curso estás haciendo en la universidad?

–Acabo de graduarme en Relaciones Públicas. Quizá vuelva pronto a Odaiba. – Kimi lanzó una rápida mirada a Takeru.

–¿Eres de Odaiba?

–Sí. De hecho, vivía no muy lejos de su edificio, señora Takaishi.

–Por favor, Natsuko.

–Lo siento. Es más grande que yo.

–Te acostumbrarás enseguida, créeme.

–¿Lleváis mucho tiempo juntos?

–Casi diez años ya.

–Vaya, parecéis muy jóvenes.

–Éramos adolescentes cuando empezamos a salir.

–¡Qué guay!

–Takeru me dijo que los dos estáis en un grupo de lectura. – Dijo Natsuko.

–Así es. Seguro que ya te lo dicho, pero más o menos así fue como nos conocimos. – Kimi la miró. – Un día iba a clase y los vi reunidos fuera. Takeru me vio mirándoles y vino a hablar conmigo. No tardamos mucho en hacernos amigos. Es una persona simpática por naturaleza.

–Es verdad. Siempre ha sido así.

–¿De verdad? ¿Cómo era de niño?

–Uh, creo que es demasiado pronto para tener este tipo de conversación.

–Realmente no lo es. Cuanto antes mejor. – Dijo la joven con ligereza. – ¿Hay buenas historias sobre Takeru?

–Muchas, en realidad. Hubo una vez en la que intentó defender a un compañero de clase que estaba siendo acosado y se enzarzó en una pelea física. Tenía siete años en ese momento.

–¿Qué?

–En defensa de mi hermano, no recurre a la violencia en absoluto, por si te preocupa. – Dijo Yamato despreocupadamente y se inclinó hacia delate para coger su cerveza. – Sólo ha ocurrido dos veces en veinte años.

–¿Deberías estar bebiendo?

–Sora vas a conducir a casa. Todo va bien.

–A pesar de lo que dijo mi hermano para hacerme quedar mal, – Takeru no perdió la oportunidad de vengarse de él. – Soy una persona muy pacífica.

–Mamá, papá, Takeru quiere ser un escritor famoso.

–Famoso no. – Se sonrojó mucho. – Pero estoy escribiendo un libro de recuerdos. No sé si tendrá éxito o no, pero ha sido una experiencia increíble.

–Eso es maravilloso. – Dijo la Sra. Shincai. – ¿De qué trata?

–Trata de un grupo de personas que son llevadas a otro mundo y llegan a vivir muchas aventuras.

–Suena muy interesante.

–Espero que la gente tenga la misma opinión.

–Seguro que sí. – Kimi puso su mano sobre la de él de forma tranquilizadora. – Estoy deseando leerlo también.

–Pronto, te lo prometo. – La miró y sonrió.

.

–¡Buenos días! – Dijo Takeru alegremente cuando se presentó en el apartamento de Kimi aquel lunes por la mañana.

–Buenos días, Takeru. – Kimi cerró la puerta tras de sí y empezaron a dirigirse al ascensor. – No esperaba verte aquí.

–Pensé que podría darte una sorpresa y ir juntos a la escuela, si te parece bien.

–Por supuesto. – Ella le sonrió. – Me parece muy bien.

–Bien. – Le cogió la mano y entrelazó sus dedos.

–No puedo creer lo rápido que ha pasado este fin de semana.

–Lo sé. Han pasado muchas cosas, por eso. – Takeru la miró. – Entonces, ¿qué te han parecido mis padres?

–Tu madre es muy dulce, me cayó muy bien. Tu padre no hablaba mucho, espero que no sea porque no le gusto.

–No es así, confía en mí. Es sólo su forma de ser al principio, espera a que se sienta cómodo contigo.

–Parece más amistoso con Sora, sin embargo.

–Eso es porque la conoce desde que tenía once años. Pero no quiero que te compares con ella, ¿vale?

–Vale. Es un encanto, muy acogedora. Creo que nos llevaremos muy bien.

–Estoy feliz con eso. Creo que se llevarán también.

–Tu hermano es simpático. Se nota que tenéis una típica relación de hermanos.

–Realmente la tenemos.

–Me alegro de que todos estos años separados no lo hayan cambiado. ¿Qué me dices de ti? ¿Qué te han parecido mis padres?

–Son geniales, por lo que he visto. Siento no haber podido hablar mucho con ellos, a mi madre le encantaba hablar mucho.

–Me lo imaginaba. – Kimi no pudo evitar reírse. – Pero no pasa nada. Podemos cenar en su casa la próxima vez que vayamos a Odaiba, así podrás conocerlos mejor. No me cabe duda de que te encantarán y viceversa.

–¿En su casa? Eso parece bastante serio.

–Bueno, conocimos a los padres del otro. No se puede ser más serio que eso en ese momento.

–Tienes razón.

Se mordió el labio inferior durante un segundo. – Tengo que preguntarte algo, sin embargo.

–¿Qué es?

–¿Te parece bien que sea unos años mayor que tú? Realmente puede ser algo insoportable para algunas personas y quería sabe tu opinión al respecto.

–Pensé que estaba suficientemente claro que no me molesta en absoluto. Son sólo dos años, no es para tanto.

–Estupendo.

–¿Te molesta?

–Conocí a tus padres, ¿no? No me molesta en absoluto. De hecho, me encanta. Apenas lo tengo en cuenta.

–Lo mismo digo. Eso es bueno, porque realmente quiero que esto funcione.

–Yo también quiero. Por eso te llevé a ver las estrellas y la luna en nuestra primera cita. Tengo que admitir que fue un tiro en la oscuridad en cierto modo, pero en el fondo sabía que esta vez sería diferente.

–Gracias a Dios lo sentías así. – Takeru se detuvo frente a ella y la miró a los ojos. – ¿Te he dicho alguna vez lo bonitos que son tus ojos?

–¿Intentas conseguir algo de mí? – Dijo Kimi suavemente y le rodeó el cuello con los brazos.

–Tal vez. – Él se inclinó hacia ella y la besó apasionadamente.