Saludos queridos lectores bienvenidos otra vez mas a una nueva actualización de esta historia, en esta ocasión no tengo nada mas que añadir mas que mis sinceros deseos de que disfruten de la lectura. Pero antes toca responder reviews…
Maximun Rhapsody: La combinación de magia y tecnología no es nada nuevo, pero podría impulsar avances tanto para humanos como para seres sobrenaturales en el universo de High School DxD. Con la inteligencia de personajes como Azazel y Beelzebub, así como los recursos adecuados, es posible que se pueda lograr mucho en términos de progreso tecnológico. La idea de usar cápsulas y realizar ingeniería inversa es especialmente intrigante y podría abrir nuevas posibilidades para ambos mundos.
En cuanto a Serafall, ella tiene un trauma asociado con la presencia de Trunks en su mundo y prefiere que no esté presente, la lucha interna de Serafall y su resistencia a la presencia de Trunks podrían ser un tema importante en la trama, ya que tendría que lidiar con sus propias emociones mientras navega por esta situación delicada. Esto podría llevar a momentos poderosos de desarrollo de personajes y exploración de temas relacionados con el trauma y la superación personal. Sería fascinante ver cómo se desarrolla esta dinámica y cómo afecta la relación entre Serafall y los demás personajes en la historia.
El tema de Trunks buscando una recompensa o un trabajo en el mundo humano es comprensible, ya que la vida como guerrero puede no ser suficiente para cubrir todas las necesidades. Sería interesante ver cómo Trunks se adapta a la vida en este nuevo mundo y cómo encuentra su lugar en él. Veré como desarrollarlo más adelante.
Chapter 7: Intrigas y Reflexiones
Serafall se encontraba en su espacioso despacho, envuelto en la tranquilidad que le brindaba la noche. La suave luz de las lámparas colgantes iluminaba la habitación en un resplandor tenue, creando un ambiente sereno y silencioso que, para alguien como ella, acostumbrada a los ambientes más animados le traía una sensación de extraña calma. Las sombras danzantes se deslizaban sobre los muebles, adornando singulares patrones en las paredes y el suelo, añadiendo una sensación de misterio y quietud al lugar. En este ambiente nocturno y misterioso, Serafall reflexionaba con detalle el reciente acontecimiento de la Academia Kuoh.
La noticia de la muerte de Kokabiel había traído un respiro de alivio, como un peso levantado de sus hombros, al saber que su hermana estaba a salvo de la amenaza que él representaba. Sin embargo, la intervención de Trunks había dejado en ella una sensación de inquietud y una profunda impotencia. Se preguntaba cómo un individuo aparentemente desconocido había logrado una victoria tan insultantemente rápida sobre un enemigo tan poderoso como lo fue Kokabiel. La incertidumbre la carcomía trayendo en su memoria recuerdos funestos de esa cruenta guerra que aconteció hace eones.
Mientras repetía el evento en su cabeza una y otra vez, una sensación de impotencia comenzó a apoderarse de ella. La idea de que Trunks pudiera de repente reclamar atribuciones que no le correspondían, exigir adulación o incluso reclamar a ambas herederas como su propiedad como pago por haberlas salvado, la llenaba de preocupación y profundo temor. No era extraño concebir que alguien con semejante poder pudiera solicitar recompensas que superaran los límites de lo racional.
Se preguntaba qué otros pasos podría dar Trunks si la recompensa que exigía no le satisfacía por completo. ¿Exigiría asumir roles que no le competen, poniendo en peligro la estabilidad del inframundo o directamente impondría su voluntad sobre los demás? ¿Sus demandas se limitarían únicamente al inframundo o tendría planes de expandirse hacia las demás facciones?
Y si se negasen a sus demandas ¿Qué ocurriría?
La reina del inframundo sintió un escalofrío recorrer su espalda al imaginar a Trunks recurriendo a la fuerza para obtener lo que quería. Ciertamente, esa era la peor de las posibilidades y estaba atormentándola, pues los escenarios desfilaban una y otra vez por su cabeza. La idea de que Trunks pudiera recurrir a la fuerza para lograr sus deseos era verdaderamente aterradora para ella.
Incluso mientras intentaba mantener la calma y la compostura en su despacho, Serafall no podía evitar sentirse impotente frente a la incertidumbre del futuro. Sabía que debía estar preparada para cualquier eventualidad, pero la idea de enfrentarse a un enemigo tan poderoso como Trunks era algo de lo que el inframundo y posiblemente todas las facciones del mundo sobrenatural no estaban preparadas.
Trunks no solo representaba una amenaza inmediata para la seguridad del inframundo, porque tras su llegada, traía consigo el recuerdo de un pasado lleno de dolor y sufrimiento que ella creía haber superado.
Muchas facciones del mundo sobrenatural aún no se recuperaban por completo de las cicatrices dejadas por esa antigua tragedia. Las heridas seguían abiertas, y la idea de revivir aquellos tiempos oscuros que recordaban la devastación causada por un ser de poder similar al de Trunks, fue algo duro para ella.
¡Maldito sea el día en que ese individuo apareció!
La frustración y el resentimiento se agolparon en el corazón de Serafall mientras reflexionaba sobre la oportunidad perdida de eliminar a Trunks cuando estaba gravemente herido. Aunque reconocía que la acción sería vil y cobarde, ese era el momento crucial para deshacerse de esa inminente amenaza. Se maldecía por no haber actuado con mayor determinación, especialmente cuando la seguridad del inframundo y del mundo entero pendía de un hilo.
—¡¿Porque tuviste que aparecer en nuestras vidas?! —murmuró para sí misma, apretando los puños con impotencia. La idea de que Trunks andando a sus anchas después de haber demostrado su poder era insoportable para ella.
Si tan solo hubiera tenido el coraje y la determinación para actuar cuando tuvo la oportunidad, tal vez las cosas serían diferentes ahora.
Aunque lamentarse no cambiaría la situación, Serafall sabía que debía mirar hacia adelante. Recordó que dentro de unos pocos días la escuela celebraría el día de la supervisión de los padres, una oportunidad única para que los padres de los alumnos observaran de primera mano el desempeño de sus hijos en un día escolar habitual; Ese día era clave. Por ahora, convencería a Sirzechs y a su padre de permitirle al guerrero del futuro quedarse unos cuantos días más allí. Así tendría la oportunidad de averiguar más sobre él, encontrar alguna debilidad que pudiera usar en su contra, y, sobre todo, descubrir más acerca de sus verdaderas intenciones. Sin mencionar que también aprovecharía la ocasión para pasar un rato de calidad con su querida Sona-tan.
Sabía que tendría que ser cautelosa y astuta para lograr su objetivo, pero estaba decidida a hacer lo que fuera necesario para que no se volviera a repetir esa maldita pesadilla y poder proteger la estabilidad del inframundo.
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Ante la mirada de los jóvenes Xenovia se dirigió hacia el refrigerador con una curiosidad apenas disimulada. Aunque la mirada de los demás la seguía con atención, ella parecía no prestarles mucha atención pues ciertamente la batalla le había dejado con sed y no le vendría mal una bebida. Sin prestar mucha atención a los demás, se agachó para examinar las bebidas disponibles en el refrigerador. Notó de inmediato que las marcas de las latas de refrescos eran inusuales, pero decidió no darle mucha importancia por el momento.
Después de abrir la lata y probar su contenido, una expresión de sorpresa cruzó el rostro de Xenovia mientras saboreaba la bebida. Luego, una sonrisa de satisfacción se formó en sus labios. El sabor era definitivamente diferente a lo que estaba acostumbrada; quizás porque rara vez consumía ese tipo de refrescos, o tal vez se debía a su dedicación como servidora de la iglesia, lo que limitaba sus oportunidades de tomar bebidas refrescantes.
—No mentías, es delicioso —Exclamó ella levantando la lata en señal de aprobación, antes de acabárselo todo y volver a tomar otra lata
Su comentario provocó una mezcla de alivio y curiosidad entre los presentes, quienes observaban con atención, indudablemente eso ayudó a aliviar la tensión en el ambiente y que los jóvenes fuesen un poco más permisivos con el sujeto que les salvo de Kokabiel.
Al ver que no había ningún problema, una pequeña joven de cabello castaño decidió ser la siguiente en tomar algo del refrigerador. Aparentemente, ella era la única que había reunido la confianza suficiente para acercarse, mientras los demás observaban expectantes. Con la curiosidad que la caracterizaba, dio pasos vacilantes hacia el pequeño electrodoméstico. Cada movimiento denotaba su timidez palpable, reflejada en sus ojos verdes que alternaban entre el refrigerador y al saiyajin que ya estaba disfrutando de uno de los refrescos.
—Espera Ruruko —dijo Tsubaki pero Sona alzo su mano deteniendo los ímpetus de su reina
Tsubaki sintió el impulso de replicar, pero Sona le hizo saber que eso no sería educado, y, además, el joven no parecía mostrar hostilidad alguna, por lo que decidió ser condescendiente con su peón. Así, la reina de Sona no tuvo más opción que permanecer callada.
Una vez que Trunks terminó de darle un sorbo a su lata de refresco, ofreció una sonrisa amable a la joven, quien asintió con timidez. Con un gesto de su mano, indicó que podía tomar lo que quisiera del refrigerador. La joven se sintió un poco más tranquila ante su amabilidad y, con cuidado, seleccionó un chocolate y una lata de refresco.
Al tomar los dulces, la joven devolvió la sonrisa de Trunks, acompañándola con una ligera reverencia en señal de agradecimiento. Luego, con pasos rápidos, pero todavía temblorosos, se dirigió de regreso al grupo de Sona, sintiendo el alivio de estar fuera del escrutinio del saiyajin.
Los demás, al ver como Ruruko disfrutaba de las golosinas con mucho entusiasmo rápidamente se acercaron en masa al dispositivo futurista y, comenzaron a seleccionar bebidas y bocadillos creando un pequeño alboroto, agradeciendo genuinamente la generosidad de Trunks.
Issei observó con una sonrisa como el ambiente estaba más relajado y sus amigos se veían animados mientras tomaban cosas del refrigerador, rápidamente tomando latas y golosinas. Pronto notó que los suministros se estaban agotando a un ritmo veloz. Intercambió una mirada con Saji, ambos conscientes de que quien llegara primero obtendría su parte. Sin perder tiempo, se dirigieron apresuradamente hacia el refrigerador.
—Yo lo vi primero Hyōdō
—No es cierto
La pequeña disputa por la lata de refresco desencadenó risas entre los presentes, quienes observaban la escena con diversión. Sin embargo, más allá de la aparente trivialidad del conflicto, notaron la semejanza entre los dos chicos, con sueños y metas casi idénticos. Esta coincidencia insinuaba la posibilidad de una futura amistad entre ellos.
Trunks se sintió agradecido de que finalmente esos jóvenes no le mirasen con desconfianza e Ignorando la disputa infantil entre ambos peones, se recostó sobre una roca para admirar el cielo. Observaba el resplandor plateado de la luna y las estrellas que salpicaban el cielo oscuro como diamantes incrustados en terciopelo negro. Cada punto brillante en el firmamento parecía una ventana hacia mundos desconocidos, llenos de misterio y posibilidades infinitas.
La luz de la luna añadía un toque mágico a la noche, proyectando una serenidad que infundía calma. Observaba maravillado cómo los rayos plateados del astro nocturno cubrían con su manto brillante la ciudad, creando un juego de luces y sombras que recordaba la fugacidad y la belleza efímera de la vida.
Las estrellas, dispersas por el cielo en un patrón aparentemente caótico, pero perfectamente ordenado, le recordaban lo vasto que era universo y la insignificancia de sus propias preocupaciones en comparación con la inmensidad del cosmos. Se sintió pequeño ante la magnificencia del universo, pero también parte de él.
En ese momento, se dio cuenta de lo afortunado que era de poder contemplar la belleza de la noche, de estar vivo y de ser testigo de la maravilla del universo que se desplegaba ante él. Respiró profundamente el aire fresco de la noche, dejando que la calma y la tranquilidad del momento lo envolvieran por completo.
—No recuerdo haber visto una noche tan hermosa —murmuraba para sus adentros —, quizás, no sea tan malo estar en este lugar.
En ese momento, se dio cuenta de lo afortunado que era de poder contemplar la belleza de la noche, de estar vivo y de ser testigo de la maravilla del universo que se desplegaba ante sus ojos. Respiró profundamente el aire fresco de la noche, dejando que la calma y la tranquilidad del momento lo envolvieran por completo.
Sona observaba con atención el actuar despreocupado del joven, sintiendo una curiosidad creciente el tipo era un enigma y tenia muchas preguntas en la cabeza.
—¿Ya se dio cuenta Kaichō? —Preguntaba Tsubaki mostrando la lata de refresco que se había terminado de tomar me atrevería a afirmar que estos refrescos no existen en ninguna parte.
Su mirada se posó en la marca de los refrescos que Trunks les había ofrecido, y era cierto lo que su reina le decía, ninguno coincidía con alguna de las marcas conocidas en el mundo humano, y mucho menos en el inframundo.
—Lo sé, es bastante extraño Tsubaki —Respondía dando otro sorbo a su respectivo refresco —, ya obtendremos respuestas en su debido momento, por ahora permanece neutral.
—Hai.
Una sensación de intriga y desconfianza comenzó a crecer en el interior de Sona. Se preguntaba quién era realmente Trunks y cuál era su origen. ¿Cómo había obtenido esos refrescos que no parecían pertenecer a ningún mundo conocido? ¿Qué secretos ocultaba este joven misterioso?
Mientras reflexionaba sobre estas preguntas, Sona observaba a Trunks con una mirada penetrante, tratando de discernir más pistas sobre su verdadera identidad. La presencia de Trunks había despertado su interés y su escepticismo, y estaba determinada a descubrir la verdad detrás de este enigmático individuo.
Además, había algo importante que destacar: su padre, conocido por su meticulosidad y su cautela para confiar en las personas, solo mostraba signos de confianza con aquellos a quienes había conocido durante muchos años. Ahora, el hecho de que él le hubiera encomendado la tarea de ayudarla era algo que generaba preocupación en la joven.
Sona se encontraba atrapada en un dilema. Por un lado, sentía un profundo agradecimiento hacia el joven que había garantizado la seguridad de ella, su amiga y los sirvientes de ambas. Sin embargo, por otro lado, esa gratitud estaba teñida de escepticismo y preocupación. La rapidez con la que el joven acabo con Kokabiel y se halla ganado la confianza de su padre, alguien conocido por su estoicismo, cautela y meticulosidad, despertaba en ella una intranquilidad creciente. Era una situación demasiado extraña para aceptarla de buenas a primeras.
—Descubriré quién eres en realidad, Trunks Brief.
Manteniendo su mirada fija en Trunks. Sabía que debía ser meticulosa en su búsqueda de la verdad. No podía permitirse dejarse llevar por las apariencias o las emociones. Necesitaba reunir pruebas sólidas antes de sacar conclusiones precipitadas.
—D-disculpa…
En medio de su contemplación de la noche estrellada, Trunks fue interrumpido por una voz tímida y dulce que lo llamaba. Al girar la cabeza, se encontró con una joven rubia de ojos esmeralda, cuya apariencia frágil y tímida le inspiró cierta ternura.
Mientras Trunks atendía a la chica, notó que las reacciones de los demás eran variadas. Rias, Issei y su séquito, junto con los seguidores de Sona, mostraban sorpresa y temor ante la interacción con la rubia, mientras que Xenovia y Sona observaban la escena con curiosidad.
—¿Sí?, ¿qué deseas? —preguntó Trunks, dirigiendo su atención hacia la chica rubia.
—T-Tu brazo. —La joven señaló tímidamente.
Trunks frunció el ceño, confundido por la reacción de la chica. No obstante, al notar la expresión tímida y preocupada en su rostro, rápidamente comprendió lo que estaba sucediendo.
—¿Mi brazo? —repitió, antes de darse cuenta—. ¡Oh! No te preocupes, está bien —respondió con una sonrisa tranquilizadora—. No es algo tan grave.
Trunks comenzó a mover su brazo para demostrar que no estaba herido, pero rápidamente sintió un dolor punzante. Un gruñido escapó de entre sus labios mientras apretaba los dientes con fuerza, tratando de disimular el dolor. Pudo sentir la tensión en los músculos de su brazo, protestando por el movimiento brusco.
La expresión de preocupación cruzó el rostro de la joven rubia mientras observaba la reacción de Trunks. Sin dudarlo, extendió una mano hacia él, mostrando su preocupación.
—¿Estás bien? —preguntó con voz preocupada, sin apartar la mirada de Trunks.
Trunks asintió con dificultad, tratando de disimular el dolor que lo aquejaba.
—S-sí, no te preocupes, es solo un pequeño calambre, nada importante —respondió, forzando una sonrisa a pesar del malestar que sentía.
—Estas muy lastimado —La joven negó con la cabeza, desafiando la insistencia de Trunks de que no era necesario preocuparse —. Por favor déjame ayudarte.
La rubia extendió sus manos y comenzó a invocar una extraña energía que tomó la forma de anillos brillantes que emitían un resplandor verde suave.
Trunks observó con curiosidad el extraño resplandor que emitían los anillos que se habían materializado en las manos de la joven rubia. Rápidamente, los posó en su brazo, y al entrar en contacto con él, el guerrero del futuro comenzó a sentir una sensación reconfortante. El dolor que lo había aquejado segundos antes comenzaba a disminuir, reemplazado por un alivio que se extendía a medida que ese extraño resplandor tocaba su piel.
—Es parecida a la técnica de Kibito.
Trunks se sentía agradecido por la ayuda de la chica rubia y decidió expresar su gratitud. Sin embargo, antes de que pudiera pronunciar palabra alguna, una serie de pensamientos y recuerdos cruzaron su mente. La comparación entre la técnica de sanación de la chica y la de Kibito, eran similares.
¿Abrían dioses en este mundo tal y como habían en el suyo?
El doctor Abbader le había comentado sobre la guerra y rápidamente el recuerdo de Dios pasó por su mente. Le mencionó que los devotos de dios llevaban una cruz y túnicas características que los hacían fáciles de identificar. Su visión se posó rápidamente en Xenovia cuya crucifico de metal y ropas coincidían con la descripción que le proporciono el doctor, para luego posar su vista en el collar de madera de la jovencita, cuya forma tallada representaba a un hombre con los brazos extendidos y clavados en los extremos horizontales de una cruz, piernas dobladas y sujetadas con clavos en el travesaño vertical y una corona de espinas estaba clavada en su cabeza. La expresión del hombre denotaba un profundo sufrimiento y tristeza como si implorase algo a alguien.
Puso especial atención en esos detalles. Era el símbolo máximo de adoración y devoción de aquellas personas descritas por el doctor Abbader:
Los cristianos.
Pero en su humilde opinión la representación de un hombre sufriendo en una cruz era terrible, y no entendía cómo podría considerarse sagrada para aquellos que la veneraban. La idea de adorar una figura de sufrimiento y muerte le resultaba completamente perturbadora. Sin embargo, decidió mantener su opinión para sí mismo y mostrar respeto hacia las creencias de la joven. Después de todo, ella había tenido la amabilidad de ayudarlo, y no quería decir algo que pudiera ofenderla.
Aun así, la curiosidad lo invadió y quiso conocer más sobre la deidad a la que la chica parecía venerar. Observando que la joven estaba absorta en curar su brazo, sutilmente decidió usar una técnica para leer su mente y obtener la información que buscaba. Sin embargo, para su sorpresa, no encontró lo que esperaba. En su lugar, se encontró con la imagen de Kokabiel riendo como un maniático mientras revelaba que Dios estaba muerto; consciente de que su acción podría ser invasiva y desconsiderada, decidió no ahondar más en el asunto.
A pesar de ello, la empatía lo invadió al presenciar la devoción y dedicación que la chica tenía hacia ese dios.
—He escuchado que tu dios ha muerto —Comentó con voz tranquila, buscando establecer una conexión con ella—. Ciertamente no comprendo mucho tu fe, pero entiendo lo importante que es para ti —La joven prestaba atención a sus palabras —. Te admiro, no cualquiera es capaz de creer en algo más grande que nosotros mismos.
Ante la declaración de Trunks, la chica mostró una expresión de incredulidad, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar. Sus ojos verdes reflejaban sorpresa y confusión, mientras procesaba las palabras del joven y detenía la curación por un instante.
—¿Cómo... cómo sabes eso? —preguntó, su voz temblorosa denotaba una mezcla de asombro y escepticismo.
Trunks sostuvo su mirada con calma, consciente de que su afirmación podía resultar impactante. Decidió explicarse con sinceridad.
—El padre de Sona-san me conto todo mientras me ayudaba a recuperarme de mis heridas —respondió con serenidad —. No pretendía ser irrespetuoso, pero me pareció importante mencionarlo. Lo sé de primera mano.
Ante la incredulidad de Asia, Trunks percibió la duda en sus ojos y esperó a que ella formulara la pregunta que parecía titubear en su mente.
—¿Tú...? —Susurró Asia, con la voz cargada de asombro—. ¿Tú crees en algún dios en particular?
Trunks se tomó un momento para considerar la pregunta antes de responder con serenidad.
—De donde yo vengo hay dioses —Comentó, manteniendo su mirada fija en Asia, notando la sorpresa en su expresión —. Tuve la oportunidad de aprender mucho de un dios en particular. Me enseñó muchas cosas valiosas.
—¿Y que le sucedió?
Trunks, al escuchar la pregunta de Asia, sintió un peso en su pecho. Las palabras de Kokabiel resonaron en su mente, recordándole la brutal verdad que había aprendido. Miró hacia el horizonte con una expresión sombría, como si estuviera viendo más allá de las estrellas, hacia un lugar donde residían los recuerdos más oscuros.
—Es algo complicado... —murmuró Trunks, mostrando un poco de melancolía en su voz—. Dio su vida en una encarnizada batalla, pero gracias a él, el mundo estuvo a salvo.
Al escuchar las palabras de Trunks, una sombra de tristeza se posó en el rostro de Asia. La profundidad de su mirada reflejaba una conmoción interna mientras procesaba la respuesta del joven. En su mente, resonaba el eco del sacrificio de Jesús, cuya historia había sido un pilar fundamental en su educación como monja. El relato del sacrificio de Jesús, quien entregó su vida crucificado para redimir los pecados de la humanidad, había dejado una huella indeleble en su alma.
Para Asia, el paralelismo entre aquel acto de amor incondicional y el sacrificio del dios del lugar en que provenía Trunks, evocaba un profundo sentido de reverencia y respeto. La idea de que alguien estuviera dispuesto a sacrificarse para proteger a los demás, para salvar al mundo del peligro, tocaba las fibras más profundas de su ser. Era un recordatorio poderoso de que incluso en los momentos más oscuros, la luz y la bondad podían brillar, y que el sacrificio era un símbolo supremo de esperanza y amor que un dios podría ofrecer.
—Lo siento mucho —dijo con voz suave, mostrando empatía por la pérdida de Trunks—. No me imagino el dolor que has de haber sentido —añadió, recordando la desgarradora noticia que había despotricado Kokabiel.
Trunks asintió con pesar, recordando el sacrificio de Shin y Kibito para que el pudiese acabar con Dabura de una vez por todas y así evitar el despertar de Majin boo.
—Sí, lo fue —respondió con sinceridad, con un tono cargado de nostalgia y gratitud—. Pero su legado sigue vivo en mí. Y es lo mismo con Dios, tal vez no este, pero eso no quiere que su legado no sea recordado. ¿Verdad?
—Hai —Respondió ella con energía.
—¡Ese es el espíritu!
La sonrisa cálida de Trunks mientras acariciaba la cabeza de Asia la llenó de una mezcla de emoción y gratitud. Sus mejillas se tiñeron de un suave rubor mientras el gesto la tomaba por sorpresa, y su corazón latía con fuerza en su pecho. Sin embargo, dicha acción no pasó desapercibida para Issei, cuyos celos no se hicieron esperar. Decidió dejarlo pasar por el momento, reconociendo que Trunks había animado a Asia y que no había nada de malo en que le acariciara la cabeza, sin mencionar que confrontarlo sería una mala idea, pues el guerrero del futuro trapearía el piso con él en cuestión de segundos.
—Entonces, ya lo sabes —Añadió Trunks, ofreciendo una sonrisa alentadora—. Siguiendo tu fe, estás honrando la memoria de dios y estas manteniendo su legado vivo a través de tus acciones. Así que no pierdas la determinación y sigue adelante con tus convicciones y creencias, ¿De acuerdo?
Las palabras de Trunks resonaron en el corazón de Asia, llenándola de una nueva determinación y alegría. Sus ojos se llenaron de lágrimas de gratitud y emoción mientras asentía con energía ante las palabras del joven saiyajin.
—Trunks-san —Dijo ella muy conmovida por las palabras que le brindo el guerrero del futuro.
Trunks respondió con una sonrisa sincera, sintiendo una calidez reconfortante en su pecho al ver la felicidad en el rostro de Asia.
La ex-monja continuaba con la curación del brazo del chico con renovado ánimo y alegría, mientras este observaba con asombro cómo la técnica de curación hacía efecto. Todos los espectadores, aliviados, sonreían ante esta interacción, reconociendo que el joven había demostrado ser una persona de buen corazón, especialmente cuando luchó y protegió a todos de Kokabiel.
Aunque algunas reservas persistían, especialmente entre Sona y su reina, así como algunos miembros de su séquito, estas se iban disipando gradualmente. Sin embargo, el séquito de Rias Gremory estaba profundamente agradecido con Trunks. Su amabilidad y empatía habían tenido un impacto positivo en el ánimo de Asia, quien ahora mostraba una sonrisa más genuina pues había recuperado la esperanza de nuevo.
—Ah, cierto —decía Trunks, llamando la atención de todos posando su mirada en alguien en especifico —. Oye amigo, ¿crees que podrías venir un momento por favor?
Issei parpadeó un par de veces al ser llamado, sorprendido por la inesperada atención del joven guerrero del futuro. Con gestos un tanto nerviosos, se señaló a sí mismo para confirmar que era él a quien Trunks estaba llamando. Trunks asintió con una sonrisa amigable, lo que tranquilizó un poco los nervios de Issei. Sin más preámbulos, Issei se acercó al lado del peliazul, donde Asia seguía concentrada en su tarea de curación. Aunque sintió cierta vacilación, Rías lo alentó a continuar sin preocupaciones.
—M-mucho gusto —Se presentó algo nervioso, consciente de que estaba frente a alguien que había derrotado a Kokabiel con facilidad y que humillo de un solo golpe a su enemigo natural, el Hakuryuukō. Debía actuar con mucha cautela y respeto —. Soy Hyōdō Issei. ¿D-deseas algo d-de mí?
Trunks recibió a Issei con una sonrisa amigable, reconociendo la tensión que el joven demonio parecía sentir en su presencia. Con una actitud tranquila, Trunks respondió:
—Mucho gusto, Hyōdō Issei yo soy Brief Trunks —El saiyajin realizaba una ligera reverencia Issei correspondió con una reverencia exagerada, casi haciendo que su frente toque sus rodillas, cosa que le causo un poco de gracia al guerrero del futuro. —. Pero supongo que ya lo sabes.
—¡Hai! —respondió Issei con energía, aunque su postura seguía siendo algo rígida, reflejando su nerviosismo.
—Vamos, no hay necesidad de ponerse tenso. Me gustaría que me vieras como alguien amigable, ¿De acuerdo? —Trunks adoptó un tono suave y tranquilizador, tratando de calmar los nervios de Issei.
La amabilidad del joven saiyajin ayudó a aliviar un poco el nerviosismo de Issei, permitiéndole relajarse un poco más mientras continuaban su conversación.
—L-lo intentaré.
—Con eso basta —dijo Trunks, mostrándose complacido con la respuesta de Issei—. Tú debes ser el Sekiryuutei, ¿Verdad?
—Lo soy.
Trunks asintió con entendimiento ante la respuesta de Issei, pero no pasó por alto la leve inquietud que percibió en él. Issei, por su parte, trató de ocultar su nerviosismo tras una fachada de calma, aunque en su mente resonaban las advertencias que Xenovia le había dado una semana atrás sobre un extraño individuo que había aparecido de la nada.
No cabía duda, analizándolo con calma, este era ese extraño individuo. La vestimenta peculiar, la tecnología poco común que parecía desafiar las leyes de la física... Todo coincidía con lo que Xenovia le había descrito, y el presentimiento de Issei se hizo más fuerte.
—Me enteré de tu existencia durante mi estancia en el inframundo. Durante ese tiempo, escuché muchas historias, sobre ustedes como los portadores de ambos dragones celestiales su función en la guerra, me parecieron historias estrafalarias, a decir verdad, pero pude sentir el poder de ese chico que me ataco por la espalda y debo decir que tenia un ki demasiado alto.
Issei meditaba las palabras del joven, mirándolo meticulosamente.
—Entiendo… —respondió no muy convencido del asunto — ¿Y exactamente a donde quieres llegar con esto?
La pregunta de Issei quedó suspendida en el aire, pero antes de que Trunks pudiera responder, un cambio repentino en el ambiente captó la atención de todos. La Boosted Gear comenzó a manifestarse con una luz carmesi.
[Así que quieres comprobar por tu cuenta si todo lo que escuchaste era cierto]
La revelación dejó momentáneamente sin palabras a Trunks, sorprendido por la magnitud de lo que estaba presenciando. La confirmación de la existencia de Ddraig dentro de la Boosted Gear revelaba la verdad detrás de las historias y leyendas que había escuchado durante su estancia en el hospital del inframundo.
—Es sorprendente, más de lo que me gustaría admitir... —murmuró Trunks, asimilando la información mientras dirigía su mirada hacia Issei. La gema verde en el dorso del guantelete de Issei brillaba en respuesta a la presencia del dragón dentro de él. —Asumo que eres Ddraig, el dragón rojo de la dominación.
[Estas en lo correcto joven, tú también me causas cierta intriga, ¿Quién eres? o mejor aún ¿Qué es lo que eres?]
Trunks quedó en silencio por unos momentos, reflexionando sobre cómo podría responder y tratando de adivinar las intenciones del dragón que yacía sellado en el guantelete. Trunks se sentía intrigado y cauteloso al mismo tiempo, consciente de que cada palabra que pronunciara podría tener repercusiones significativas y dar cabida a malos entendidos.
—Entiendo la naturaleza de tu pregunta —respondió Trunks, quien tras pensarlo un poco entendí lo que quería saber el dragón —. Podría decirse que soy alguien en busca de respuestas y en y saber en qué clase de universo o realidad alterna me encuentro.
El silencio que siguió a las palabras de Trunks se llenó rápidamente con el murmullo inquieto de los presentes. Algunos intercambiaban miradas de sorpresa y especulación, mientras otros comentaban entre ellos sobre las revelaciones del guerrero del futuro. Issei, en particular, se sorprendió al escuchar las palabras de Trunks, sintiendo una mezcla de curiosidad y cautela ante este nuevo individuo y sus misteriosos propósitos.
—¿Realidad alterna? ¿Pero de que estas hablando? —murmuró Issei, creyendo que el chico estaba un poco loco, sin embargo, su pregunta pasó desapercibida mientras Trunks dirigía su atención hacia el guantelete.
El dragón sellado, cuya presencia se manifestaba a través de la Boosted Gear, también estaba intrigado por la afirmación de Trunks. La voz profunda y resonante de Ddraig revelaba su interés en el enigma que representaba el saiyajin, cuya presencia desafiaba toda lógica natural y sobre natural.
[¿Porque asumes que yo tengo la respuesta a esa interrogante?]
Trunks carraspeo un poco para responder.
— Escuché que tú eres uno de los seres más longevos de su tiempo, testigo de los eventos fundamentales que dieron forma al mundo —admitió Trunks, con tono reflexivo mientras buscaba las palabras adecuadas para expresar sus pensamientos —. Muchos afirman que los dragones celestiales poseen un conocimiento vasto y una perspectiva única sobre la historia y el universo, y tienen respuestas a las incógnitas que muchos seres sobrenaturales que han tenido durante sus siglos de existencia. Si alguien tiene respuestas a las preguntas que tengo, eres tú.
Ddraig comenzó a reír ante la afirmación de Trunks, como si encontrara divertida la idea de ser considerado una fuente de conocimiento tan relevante.
[¡Ja, ja, ja! Me das demasiado crédito, joven Trunks. Si bien es cierto que he presenciado muchos eventos a lo largo de mi larga vida, no soy más que una pequeña parte de un panorama mucho más grande. Aunque me honra que pienses tan bien de mí, te advierto que las respuestas a tus preguntas pueden ser más complicadas de lo que imaginas.]
Trunks asintió con seriedad ante la explicación de Ddraig, reconociendo la importancia de la información que el dragón podría proporcionar. Sin embargo, también estaba consciente de que debía mantener una actitud escéptica y evaluar cuidadosamente la utilidad de lo que le estaban revelando.
—Entiendo —respondió Trunks, prestando especial atención a las palabras del dragón—. Pero al final del día, seré yo quien determine si lo que me dices puede serme de utilidad. —Y sonriendo como solía sonreír su padre añadió—. Creo que tienes razón, estoy siendo un poco ingenuo al darte demasiado crédito.
El dragón volvía a reír ante la aseveración de Trunks.
[¿Sabes algo? estas empezando a agradarme. Muy bien, contestare todas las interrogantes que tengas siempre y cuando tu hagas lo mismo, llamémosle intercambio de información ¿Qué te parece?].
Ante la propuesta del dragón, el murmullo volvió a extenderse entre los presentes, reflejando la sorpresa y la intriga que despertaba la situación. Issei, entre ellos, mostró su consternación con una expresión preocupada.
—¿Acaso soy insignificante para esta conversación? —murmuró Issei, con una mueca difícil de descifrar mientras observaba a Trunks y al dragón con una mezcla de confusión.
—Me parece justo —respondió Trunks con una sonrisa, sintiéndose más relajado al notar la disposición del dragón a colaborar—. Estoy de acuerdo con tu propuesta de intercambio de información. Hay muchas cosas que me gustaría saber, y estoy seguro de que tú también tienes tus propias interrogantes sobre mí.
El dragón parecía mostrarse complacido.
[Perfecto, dada la naturaleza de esta conversación sugiero que lo hagamos en un lugar más privado]
La propuesta del dragón resonó en el grupo, generando un ambiente de expectación y anticipación por lo que estaba por venir.
—Si ese es el caso, tengo un método que garantizará nuestra privacidad.
Ante la mirada atenta de los presentes, Trunks apartó con educación a Asia para poder adoptar una posición de loto, con las piernas cruzadas y las manos unidas en su regazo. Cerró los ojos para poder entrar en trance, sumergiéndose en un profundo estado de concentración.
[Avatar The Last Airbender Soundtrack - Lion Turtle Theme] (1)
Cuando desdoblo su mente una vez mas se encontró ante un paisaje surrealista y enigmático. Todo a su alrededor estaba impregnado de una luz blanca resplandeciente, que parecía emanar de todas partes a la vez, como si estuviera inmerso en un mar de luz.
Frente a él, se manifestaba un lugar, cuyos contornos estaban bordeados por destellos dorados y azules que titilaban con un brillo hipnótico. El sitio parecía ser una ventana a otro mundo, una puerta hacia lo desconocido que invitaba a la exploración.
La extensión del lugar parecía no tener fin, se alzaban bloques de un material extraño y desconocido. Eran como monumentos antiguos, tallados con precisión geométrica y cubiertos por extraños símbolos y runas grabadas en su superficie. El material de los bloques parecía cambiar de color conforme Trunks lo observaba, pasando de tonos plateados y dorados a tonos azules y violetas, como si estuviera vivo y respondiera a la presencia del saiyajin.
—Parece que necesitaré concentrarme más, ―respondió el guerrero del futuro, sorprendido por la dificultad para alcanzar el plano donde se hallaba sellado Ddraig―. Nunca pensé que me costara un poco de trabajo llegar hacia donde está él. No cabe duda de que el responsable de sellarlo usó una técnica muy avanzada y difícil de descifrar.
Trunks cerró los ojos y volvió a desdoblar su mente una vez más, la zona donde se encontraba parecía distorsionarse nuevamente para volver a mostrar un escenario blanco con un notando los detalles dorados que adornaban algunas partes de su arquitectura. Intrigado, decidió adentrarse en ella.
Al llegar al centro del lugar, se sorprendió al encontrarse con varias personas vestidas con capuchas blancas. Se acercó a una de ellas e intentó entablar una conversación, pero no recibió respuesta. La preocupación se acrecentó en Trunks al darse cuenta de que estas figuras, aunque presentes en este plano astral, parecían estar en un estado de inactividad o trance. ¿Qué significaba esto? ¿Eran proyecciones de alguna mente desconocida o seres reales atrapados en este plano?
Sin embargo, a pesar de la inquietud que sentía, Trunks sabía que había llegado al lugar correcto. La presencia de estas figuras, aunque enigmática, confirmaba que había encontrado el lugar donde se hallaba Ddraig.
—Debo decir que tu nivel de meditación es… supremo. No muchos mortales y dioses son capaces de llegar a este nivel.
Al escuchar la voz de Ddraig, Trunks se giró hacia el dragón con una mezcla de sorpresa y gratitud. Este había adoptado la forma de un hombre maduro con prominente barba y cabello largo carmesí que le llegaba a los hombros.
—Tuve que desdoblar mi mente un total de 5 veces para poder encontrar este plano —explicó Trunks, evidenciando la dificultad de la hazaña proferida —. Nunca imaginé que sería tan difícil llegar hasta aquí. Pero valió la pena el esfuerzo para poder encontrarte, Ddraig.
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De vuelta al mundo real Issei mostraba curiosidad por el estado en que se encontraba aquel joven, acercándose al cuerpo inmóvil de Trunks. Sus ojos oscilaban entre el rostro tranquilo del joven guerrero y el entorno a su alrededor, tratando de adivinar qué era lo que estaba haciendo. Cautelosamente, extendió la mano hacia el hombro de Trunks, antes de tocar al saiyajin había sentido que su energía estaba en un nivel muy bajo, más bajo que una persona común. Estuvo a punto de sacudirlo suavemente para intentar despertarlo, pero justo en ese momento, un grito femenino resonó en el aire, interrumpiendo su acción.
—¡Detente! —Sorprendentemente Tsubaki fue quien había decidido intervenir.
Conocida por su pertenencia a uno de los cinco clanes principales de Japón, quienes eran guardianes de las legendarias bestias sagradas (2), poseía un profundo conocimiento de la meditación y los planos de la rama universal, resultando fascinante cómo su linaje y su conexión con la rama espiritual le otorgan una perspectiva única sobre estos temas…
Issei se detuvo en seco, su mano estaba a escasos centímetros de tocar el hombro del saiyajin.
—Todo indica que está en un estado de trance profundo —explicó ella acercándose hacia donde estaba el guerrero del futuro, haciendo que Issei tragara en seco —. Cualquier perturbación podría causarle un daño irreversible, es mejor esperar a que regrese por su cuenta.
Tsubaki, en secreto, admiró el avanzado nivel de concentración que poseía aquel joven, un nivel al que ella aspiraba alcanzar algún día, sin temor a equivocarse podría suponer que desdoblo su mente varias veces a juzgar en estado en que se encuentra su cuerpo. Sin embargo, a pesar de su admiración, no pudo evitar sentir desaprobación por la confianza que mostraba Trunks al adoptar una postura que lo dejaba vulnerable. Cualquiera de los presentes podría atacarlo y el sería incapaz de defenderse.
Issei, con gesto reflexivo, retiró su mano, consciente ahora del delicado estado en el que se encontraba Trunks. Observó a Tsubaki con respeto mientras ella explicaba la situación, agradecido por su intervención para evitar un posible daño al joven saiyajin.
—Entiendo —respondió Issei, asimilando la información—. Gracias por advertirme, Tsubaki-san.
—¿Significa que ya no puedo seguir curándolo? —pregunto Asia con preocupación.
Tsubaki parecía meditar su respuesta.
—Puedes hacerlo ya que tu sacred gear tiene una forma peculiar de funcionar, solo asegúrate de no tocarlo.
—H-hai —Respondió ella poniendo mucho cuidado en su labor para no dañar a Trunks mientras este se hallaba inmenso en aquel viaje astral.
Una vez que Asia retomo su labor de curación, bajo la atenta mirada de Sona y las demás, Tsubaki se acercó a Trunks adoptando la posición de seiza. Sin embargo, su intención no era meditar, sino observar y analizar más de cerca la técnica de meditación que Trunks había realizado.
A pesar de su naturaleza recta y estoica, carácter que compartía con Sona, Tsubaki no podía evitar sentirse intrigada por la habilidad de Trunks para sumergirse en un estado de concentración tan profundo. Reconoció humildemente que, a diferencia del joven saiyajin, ella misma tenía dificultades para alcanzar niveles similares de concentración durante la meditación. De hecho, se sentía incapaz de desdoblar su mente siquiera una vez, lo que la llenaba de cierta admiración y envidia hacia las habilidades de Trunks en este aspecto.
—¿Como lo haces? —Pregunto ella mirando fijamente el cuerpo del saiyajin — ¿Como es posible que tengas este nivel de concentración?
Su pregunta reflejaba un genuino deseo de comprender cómo el joven saiyajin lograba alcanzar un estado de concentración tan profundo. Mientras tanto, Trunks permanecía en su postura tranquila, transmitiendo una sensación de paz y enfoque que capturaba la atención de todos los presentes. Por su parte, Sona también mostraba interés en aprender más sobre esta técnica, reconociendo el valor de aprovechar las habilidades de los demás para su propio crecimiento personal.
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—¿Qué les ocurrió? —preguntó Trunks un poco preocupado. Observando el estado en que estaban aquellos sujetos que vestían capuchas blancas.
—La gran mayoría cayó bajo la maldición de la Boosted Gear —explicó, Ddraig colocándose junto a Trunks y sentándose en posición de loto quien le imitaba de igual forma —. Se dejaron arrastrar y seducir por el poder y este es el precio que pagaron.
—Ya veo —dijo desanimado, se sentía impotente al no poder hacer nada al respecto —. Por cierto, ¿no eras un dragón? —preguntó, confundido, arqueando una ceja.
—En este plano puedo adoptar la forma que quiera, ya que podría decirse que es la prisión a la que fui condenado a pasar por el resto de la eternidad —respondió con simpleza, causando incomodidad en Trunks—. Si bien me siento orgulloso de mi poder, comparado al tuyo, es como si fuera una pequeña gota de agua en un vasto océano. La prueba está en que llegaste por tu cuenta a este plano.
—Tuve que entrenar mucho para llegar a este nivel —Respondía Trunks un poco apenado —¿Entonces… eres un prisionero?
Ddraig suspiró con pesadez.
—Al igual que los portadores que vez aquí, yo también tengo mi propia condena —explicó Ddraig, con un tono de resignación —. Es el castigo que estoy condenado a tener por permitir que la codicia y la arrogancia nublaran mi juicio en aquel entonces.
Trunks asintió, comprendiendo la situación. La revelación de Ddraig arrojó luz sobre la naturaleza del castigo que enfrentaban aquellos que se dejaban seducir por el poder de la Boosted Gear. Era una lección sobre las consecuencias de ceder ante la tentación y la ambición desmedida. La gravedad de las palabras de Ddraig resonó en su mente, recordándole la importancia de mantenerse firme en sus convicciones y resistir la tentación del poder sin límites.
—Entiendo —murmuró Trunks, su voz reflejando una comprensión tranquila —. Supongo que ya te has dado cuenta de que no soy de por aquí, ¿verdad?
Ddraig asintió. Él ya sabía que Trunks no era humano, al menos no del todo, ya que la mitad de su esencia era humana, pero la otra mitad era un misterio. Sin embargo, Ddraig llegó a una conclusión: Trunks era un híbrido humano y un ser de otro mundo.
—Bien, supongo que es mi turno para responder tus dudas —Trunks se sorprendió un poco, parecía que el dragón sabía o intuía más de él de lo que pensaba, pero asintió —. Pregunta lo que creas conveniente.
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Serafall se dirige con paso decidido hacia el despacho de Sirzechs, su mente ocupada con los acontecimientos recientes y las decisiones que deberán tomar. La imagen de Trunks y la incertidumbre que representa permanecen frescas en su mente, pero sabe que ahora es crucial centrarse en las responsabilidades inmediatas.
Al llegar al despacho, toma una rápida bocanada de aire antes de entrar. Sirzechs la recibe con una mirada seria, indicando que ya está al tanto de la situación.
—Sera-chan —dijo Sirzech intrigado al ver a su colega en la entrada de su despacho —, me asustaste
—¿Ya te has enterado de lo que ocurrió? —pregunta Serafall, su voz firme a pesar del nerviosismo que siente por dentro.
Sirzechs asiente, su expresión grave confirma que está al tanto de la situación. Serafall puede percibir la comprensión en su mirada, lo que la hace sentir un poco más tranquila, pero la preocupación sigue latente en su interior.
—¿Ocurre algo? —pregunta Sirzechs, su tono de voz calmado pero cargado de seriedad, indicando que está dispuesto a escuchar cualquier preocupación o idea que ella pueda tener.
— Me preocupa la reciente intervención de Trunks en la Academia Kuoh. Su repentina aparición y el poder que ha demostrado son motivo de gran preocupación. No sabemos cuáles son sus verdaderas intenciones o si exijira una recompensa absurda por haber "salvado" a nuestras hermanas. Además, su presencia podría alterar gravemente el equilibrio del inframundo y de las demás facciones. Estoy profundamente preocupada por la seguridad y estabilidad de nuestro mundo. —responde con seriedad, para después apretar fuertemente los puños —. ¡Maldición! ¡MATO A KOKABIEL CON MUCHA FACILIDAD!
Al ver el semblante serio de Serafall, Sirzechs comprende que el asunto es grave. Serafall es conocida por ser la más permisiva y un poco descuidada de los cuatro Maōs, por lo que su preocupación indica la seriedad del problema. Si incluso ella está inquieta, significa que la situación es realmente preocupante. Sirzechs asiente con seriedad, reconociendo la gravedad del asunto y la necesidad de abordarlo con cautela y determinación.
—Entiendo tu preocupación, Serafall —responde Sirzechs con calma—. Estoy de acuerdo en que debemos actuar con cautela y estar preparados para cualquier eventualidad. Pero no puedo pasar por alto los reportes de tu padre, haciendo alusión la naturaleza pacifica y altruista de Trunks-dono, por lo que no puedo tomar una decisión arbitraria.
Serafall asiente, comprendiendo la posición de Sirzechs y reconociendo la importancia de considerar todos los informes y testimonios antes de tomar una decisión. Aunque su instinto le grita que algo no está bien, sabe que deben abordar la situación con la mente abierta y la prudencia necesaria. No obstante, ella no puede evitar sentir una inquietud persistente en lo más profundo de su ser, una sensación de que algo ominoso se cierne sobre ellos del que Trunks tenga algo que ver… esperando el momento adecuado para revelarse.
—¿Sabes? No he podido evitar notar que desde que Trunks-dono llegó, has estado bastante absorta en ese diario —comenta Sirzechs con una expresión curiosa. Dándose cuenta de ello Serafall guardaba rápidamente el diario usando un círculo mágico. —¿Hay algo en particular que te preocupa sobre Trunks-dono? ¿Alguna razón por la que deberíamos tener cuidado con él? —Inquirió el satán pelirrojo —. Lo veas por donde lo veas, gracias a él, nuestras hermanas están a salvo.
—Sí, bueno tienes razón en eso... —responde Serafall, desapareciendo aquel diario mediante un círculo mágico para después fijar su mirada en Sirzechs—. Pero este asunto sigue inquietándome.
Sirzechs asiente con comprensión, reconociendo la persistente preocupación de Serafall.
—Entiendo, ¿Pero no crees que sumergirse en los relatos desesperanzadores de una época triste podría traer más pesar que alivio? Lo que pasó en el pasado ya no puede cambiarse, y revivir esos momentos oscuros una y otra vez solo podría traerte más sufrimiento. —responde Sirzechs con calma —. Tal vez sería mejor enfocarnos en el presente y el futuro, y tratar de encontrar soluciones a los problemas actuales en lugar de quedarnos atrapados en el pasado. ¿No crees?
Serafall parecía meditarlo por un momento y luego, repentinamente, volvió a su típica actitud entusiasta e infantil.
—¡Sí! ¡Tienes toda razón, Sirz-chan! —respondió ella con marcado entusiasmo, adoptando su siempre fiel y simbólica pose de ídolo—. ¡Vayamos al mundo humano para expresar nuestra gratitud a Trunks-chii por su valiente acto de heroísmo!
Sirzechs, con su aguda percepción, detectó que lo de su compañera era mera fachada, pero decidió no comentar al respecto por el momento. En su lugar, activó el círculo mágico que los llevaría de vuelta al mundo humano, para ver el conteo de daños por la batalla acontecida y conocer finalmente al enigmático Trunks.
Aclaraciones
1.- Escogí este track en especial debido a su enigmático canto "Na Mo A Mi Tuo Fo Shin Di". "Namo" transmite un sentido de reverencia o adoración que literalmente significa "me inclino ante" mientras que "A Mi Tuo Fo" se refiere a Amitabha, una figura espiritual significativa en el budismo. Amitabha, que significa "luz infinita", es un bodhisattva asociado con la búsqueda de la iluminación en otros planos astrales fuera del mundo terrenal. Se le conoce como el Buda de la vida ilimitada, lo que resuena con el viaje de Trunks a través de distintos planos para hablar con Ddraig tranquilamente.
2.- En el mundo de "Slash Dog", (Novela que comparte universo con high school DxD) Tsubaki es parte de uno de los cuatro clanes guardianes de Japón, cuya tarea es proteger a las bestias sagradas que representan los cuatro puntos cardinales de la ciudad de Kioto. Estas bestias son conocidas como Suzaku, Genbu, Byakko y Seiryu, según la mitología japonesa, las bestias sagradas guardan los cuatro puntos cardinales de la ciudad de Kioto y son custodiadas por líderes de cada clan, quienes albergan la esencia de la bestia en su interior. Tsubaki, como miembro de uno de estos clanes, tiene una conexión especial con la bestia sagrada Byakko, el tigre blanco que respalda el clan al que pertenece.
