Saludos queridos lectores bienvenidos otra vez mas a una nueva actualización de esta historia, no tengo algo decente que agregar, así que disfruten de la lectura. Pero antes… ¡a responder reviews!

MadnessKnight: Gracias, lo prometido es deuda, aquí esta el capitulo listo para el dia domingo como había prometido.

Maximun Rhapsody: efectivamente, la bomba explotará a su debido tiempo, pero más que un enfrentamiento será algo completamente unilateral, tendrás que averiguar a que quiero llegar leyendo la tanda de actualizaciones del fic. Si quieres leer la novela de slash dog visita la página de ¡Fuko-Da! La escritura puede ser confusa sugiero que uses una Ia para no confundirte o si quieres traducirlo directamente del japones.

Espero te guste este capítulo.


Chapter 8: Enigma

El turno del saiyajin había llegado a su fin y Trunks aparentaba estar satisfecho. Aunque aún había algunos aspectos que no terminaba de comprender, pero su conocimiento había experimentado una expansión hacia nuevos horizontes.

Ahora era el momento de que Ddraig resolviera sus dudas. Sin previo aviso, el dragón extendió su dedo y lo posó suavemente sobre la frente de Trunks (1), buscando adentrarse en sus recuerdos y desentrañar el enigma que representaba aquel joven llamado Trunks. Por su parte, el Saiyajin se sintió intranquilo por esta intrusión, pues guardaba celosamente sus recuerdos más oscuros en el santuario más íntimo de su ser, como una forma de protección contra la vulnerabilidad.

Pero pese a su incomodidad, Trunks no protestó. En su lugar, cerró los ojos y se sumergió en un mar de recuerdos, reviviendo las batallas y las tragedias que habían marcado su vida. Las cicatrices emocionales aún estaban frescas, y no sabía cuánto tiempo podría soportar que alguien más escudriñara en esos recuerdos.

Sin embargo, recordó las palabras del dragón; era un intercambio de información.

Y recordó que, con una paciencia infinita, Ddraig había respondido con detalle a todas las preguntas que Trunks le había planteado, brindándole una comprensión más profunda de los acontecimientos desde los albores de este mundo en tiempos primigenios, así como de los aspectos del mundo sobrenatural que trascendían la facción demoníaca. Siendo justos, Trunks consideraba apropiado que compartiera esa información con él, por más íntima y personal que fuese, como un gesto de equidad en este intercambio de conocimientos y experiencias entre dos seres tan dispares como ellos.

Pasados unos minutos de expectación, el dragón mostraba signos de perturbación, lo que lo llevó a pasar una mano temblorosa por su frente para retirar las gotas perladas de sudor que habían aparecido.

Tras el intercambio, Ddraig también había expandido sus conocimientos a un nivel que desconocía que podía alcanzar. La experiencia había sido más que reveladora.

El universo era un completo enigma que albergaba secretos por descubrir, desafiando toda lógica y expandiendo nuestros horizontes más allá de lo imaginable.

Ddraig consideró en más de una ocasión que los únicos seres vivos que existían en este vasto universo eran todos ellos. Sin embargo, ahora comprendía que esa visión limitada era muestra inequívoca de una desmedida arrogancia sin paragón, así que, con una mente más abierta y un entendimiento más profundo, se daba cuenta de la inmensidad y diversidad del universo que los rodeaba. Había descubierto que no estaban solos, que existían incontables formas de vida, algunas de las cuales desafiaban toda imaginación. Desde las criaturas más diminutas que pululaban en planetas lejanos hasta las entidades cósmicas que habitaban en los confines del espacio, el universo estaba poblado de una inmensa variedad de seres y maravillas.

La posibilidad de encontrar formas de vida inteligente había fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, pero había sido profundamente ignorada y desestimada por parte de los seres sobrenaturales. Muchos consideraban este concepto más propio de la ficción que de la realidad, pero para un ser tan antiguo y poderoso como Ddraig, todas estas posibilidades no eran simplemente especulaciones estúpidas, sino realidades potenciales que podrían manifestarse en cualquier momento.

Y no estaba equivocado.

Ddraig había presenciado el surgimiento y la caída de civilizaciones a lo largo de eones, donde la vida podía prosperar en las formas más inesperadas y sorprendentes. Sin embargo, al observar los recuerdos de Trunks, Ddraig se dio cuenta de que no había visto ni siquiera una ínfima parte. Estaba asombrado por la diversidad y complejidad de las experiencias que había presenciado a través de los ojos del joven saiyajin.

Ddraig estaba consciente de que la humanidad y el mundo sobrenatural representaban solo una pequeña fracción de la complejidad y diversidad del cosmos. Había mucho más por descubrir más allá de las estrellas que adornaban el firmamento, y Ddraig sentía una mezcla de emoción y humildad al considerar las infinitas posibilidades que el universo aún guardaba en su seno.

Trunks es prueba de ello. Ddraig lo considera una maravilla y un enigma al mismo tiempo. Su presencia, mitad humano y mitad alienígena, era una imagen que encarnaba el misterio en sí misma. Su origen, procedencia y la naturaleza de su ser eran interrogantes sin respuesta definitiva. La unión de dos mundos diferentes había dado lugar a un linaje peculiar y sin precedentes, marcado por una complejidad que escapaba a la comprensión convencional.

Cada uno de sus progenitores había dejado una huella indeleble en su composición genética, contribuyendo con rasgos distintivos que tarde o temprano lo harían destacar en este mundo. Trunks era una amalgama de influencias, una síntesis de dos linajes que se entrelazaban de manera única en su persona.

La idea de que esta especie híbrida compartiera similitudes con los humanos despertaba aún más la curiosidad de Ddraig. ¿Qué otros secretos podrían desvelar la unión de esos dos mundos separados por vastas distancias en el espacio? Las probabilidades podrían ser infinitas…

La perspectiva de un nuevo ser engendrado por la unión de un humano y una criatura proveniente de las profundidades del cosmos era genuinamente fascinante, pero al mismo tiempo, suscitaba un profundo temor.

Por eso el dragón celestial escudriñaba al semi-saiyajin frente a él sin perder ni un solo detalle. Trunks, en cierta manera, comprendía al dragón, ya que él mismo estaba consciente de las posibles consecuencias catastróficas que podrían surgir en este mundo con su mera presencia.

A primera vista, el poderoso dragón se percató de que el chico no había tenido una infancia fácil. La muerte rondaba cada esquina de su mundo y las personas vivían con el temor constante de que cada respiración podría ser la última, durmiendo con un ojo abierto o sin volver a despertar jamás.

A pesar de toda la oscuridad que lo rodeaba, la humanidad vislumbraba un rayo de esperanza, uno de color dorado que brillaba en el firmamento con fuerza y valentía. El chico representaba esa inspiración que los habitantes de ese mundo en decadencia necesitaban para evitar que todos anhelaran el dulce alivio de la muerte. Era un guerrero que, aunque entrenado y poderoso, finalmente cayó, llevando consigo al mundo.

Desde alienígenas capaces de hacer estallar la Tierra en cualquier momento hasta androides asesinos lo suficientemente fuertes como para borrar a criaturas celestiales de alto nivel sin el menor de los esfuerzos, la lista de amenazas era sorprendente. Y entre ellas, destacaba el bio-androide Cell, una creación abominable producto de un humano sediento de venganza y poder, uno que sucumbió ante sus propias creaciones.

El dragón se estremeció al contemplar a esta criatura, que podría describirse como un falso dios. Era perturbador que un simple humano fuera responsable de crear algo capaz de enfrentarse en combate contra los Maōs, y existía la enorme posibilidad de que este bio-androide los diezmara de manera aplastante. Muchos sentimientos encontrados se agolparon en el interior del dragón al presenciar la magnitud de la amenaza que representaba Cell y la desgarradora realidad de la capacidad humana para engendrar tal monstruosidad.

La guerra que se libró para eliminar a este ser antinatural fue brutal y devastadora. Muchos inocentes perdieron la vida a manos de esta abominable criatura, cuya mera existencia representaba una amenaza para la paz y la estabilidad del mundo. Sin embargo, un destello de esperanza dorada surgió para poner fin a su reinado de terror.

De una manera que rayaba en lo ridículo, el responsable de poner fin a la amenaza de una vez por todas resultó ser un niño. Con la caída del enemigo, la paz finalmente reinó en el mundo, devolviendo la esperanza y la tranquilidad a aquellos que habían sufrido bajo su tiranía. Aunque la ironía de la situación no podía pasarse por alto, la valentía y la determinación del joven héroe fueron indiscutibles, demostrando que incluso los más insospechados pueden emerger como salvadores en tiempos de necesidad.

Este niño, resulto ser la versión joven del maestro de Trunks.

El descubrimiento de que Trunks no solo era un híbrido, sino también un viajero del tiempo, agregaba un nuevo nivel de complejidad a su ya enigmática existencia. Ddraig se sintió intrigado por esta revelación; las líneas temporales representaban un enigma en sí mismas. La noción de viajar a través del tiempo planteaba preguntas tan fundamentales como complejas, algunas veces imposibles de responder.

Para Ddraig, quien había presenciado el fluir del tiempo a lo largo de eones, el concepto de viajar a través de las eras era fascinante pero también desconcertante. ¿Cómo podía alguien alterar el curso de la historia sin desencadenar consecuencias imprevisibles? ¿Qué implicaciones tenía esto para el tejido mismo del universo? Las respuestas a estas preguntas escapaban a su comprensión, hasta que se entero de la existencia de líneas temporales

Las líneas temporales se convertían así en un enigma aún mayor que la propia existencia de Trunks.

En la línea temporal donde aquel joven niño derrotó a Cell, las cosas eran muy distintas a la realidad de donde provenía Trunks. Este nuevo giro en la historia planteaba preguntas intrigantes sobre la naturaleza del tiempo y el destino. ¿Cómo era posible que dos líneas temporales tan diferentes coexistieran en el mismo universo? ¿Qué eventos habían llevado a que las cosas tomaran un rumbo tan divergente en cada una de ellas?

Para Ddraig, este descubrimiento añadía otra capa de complejidad a un ya confuso panorama. ¿Qué significaba esto para el futuro de Trunks y el destino del universo en su conjunto? Las implicaciones eran enormes y apenas comenzaban a vislumbrarse.

El dragón se encontraba ahora inmerso en un mar de incertidumbre y especulaciones, tratando de comprender la verdadera naturaleza de las líneas temporales y su impacto en el tejido mismo del universo.

En esa línea temporal, los androides creados por aquel demente humano (17 y 18) resultaron ser sorprendentemente pacíficos. En lugar de sembrar el caos y la destrucción, optaron por llevar una vida tranquila y apartada de los conflictos. Aún más sorprendente fue descubrir que uno de ellos incluso contrajo matrimonio con alguien que podría considerarse un humano común y corriente sin nada destacable a los ojos de Ddraig. Este resultado reflejaba las infinitas posibilidades que ofrecía el universo, donde incluso los seres diseñados para la guerra podían encontrar la paz y la redención.

Por otro lado, en la línea temporal de Trunks, la realidad era radicalmente diferente. Los androides, eran verdugos despiadados, aniquilando a todos los protectores del planeta con una ferocidad implacable y encontrado diversión en matar a cuanto ser humano se les atravesase sin hacer distinciones entre mujeres, ancianos, niños y bebes, pues a ojos de ellos eran la misma mierda. Trunks era la única esperanza restante, enfrentándose a un enemigo abrumadoramente poderoso mientras luchaba por sobrevivir en un mundo sumido en el caos y la desolación.

Pese a creer desde un principio que si ayudaba a Gōku y les advertía a los guerreros z sobre la amenaza de los androides la realidad fue diferente para Trunks. Aun así, se mantuvo firme en su compromiso de luchar junto a los Guerreros Z para hacerle frente a los androides y posteriormente derrotar a Cell, a pesar de saber que eso no alteraría su línea temporal. Esta muestra de altruismo y sacrificio profundo es lo hizo que Ddraig lo respetara profundamente.

No cualquiera ser poderoso podría mostrar ese nivel de desinterés y entrega hacia los demás. Trunks, a pesar de conocer la inevitabilidad de su línea temporal, sin embargo, Trunks eligió enfrentarse al enemigo junto a sus compañeros, no por un cambio en su propio destino, sino para evitar que otros sufrieran lo mismo que él tuvo que sufrir.

Gracias a su labor desinteresada, el joven Trunks fue recompensado por el destino, logrando derrotar a los androides con un acto de valentía y determinación sin igual. El entrenamiento propuesto por Gōku fue fundamental para que el pudiera alcanzar un nuevo nivel de poder y así ponerle fin a la amenaza de los androides con sus propias manos. Aunque ayudar a Gōku para que no muriera no cambió nada en su línea temporal, de cierta forma benefició considerablemente a Trunks.

Pese a que la paz reinaba con la derrota de los androides y cell, el regreso a los tiempos oscuros era ineludible en esa línea temporal. La aparición del mago llamado Babidi sorprendió enormemente al dragón carmesí, sobre todo al descubrir que su objetivo era resucitar a un demonio tan poderoso que podría destruir el universo para luego reconstruirlo a su imagen y semejanza.

Por suerte, Trunks no tuvo que enfrentar esta amenaza solo. La intervención de la deidad más poderosa e importante de ese universo fue un giro inesperado. Aunque podría haber acabado con Babidi, decidió entrenar a Trunks, consciente de los tiempos oscuros que se avecinaban y de la importancia de preparar a un guerrero de su calibre para lo que vendría.

Ser entrenado por el propio dios creador del universo entero era un honor sin igual para un mortal. Ddraig lo sabía de antemano…

Trunks comprendió la magnitud de esta oportunidad y se comprometió a enfrentar el desafío con seriedad, sabiendo que este tipo de oportunidades solo se presentan una vez en la vida.

Terminado el entrenamiento con Kaioshin, la batalla contra el ejército de Babidi fue una masacre unilateral hasta que se unió a la batalla el guerrero más poderoso de ese ejército: Dabura, el rey del mundo demoníaco. Su poder superaba con creces al ser más poderoso de este mundo, Great Red, y aun así Trunks no dudo en enfrentarlo; la lucha que siguió fue digna de los más grandes maestros del combate con espadas. Sin embargo, gracias al entrenamiento recibido por la deidad, Trunks logró derrotar y eliminar a esos peligrosos enemigos, evitando que el demonio encerrado en el huevo de gran tamaño despertara.

Pero a un alto precio; la muerte de Kaioshin y Kibito…

Ahora, la responsabilidad de mantener el equilibrio recaía totalmente en las manos de Trunks. Con la pérdida de sus aliados y el posible surgimiento de nuevos enemigos, el peso de su deber se hacía más evidente que nunca.

La paz volvió a la línea alternativa del futuro, pero como era de esperarse, esta no por mucho tiempo. Un nuevo enemigo surgió con la determinación de erradicar a los mortales de la tierra. Trunks y el resto de la resistencia luchaban desesperadamente, pero se enfrentaban a un enemigo cuya mentalidad consideraba a todos los seres mortales como aberraciones que debían ser erradicadas.

La aparición de este nuevo enemigo desató una guerra despiadada contra la tierra, donde los humanos eran diezmados sin piedad. Trunks y el resto de la resistencia luchaban valientemente, pero se enfrentaban a un enemigo cuya crueldad no conocía límites, un ser que consideraba a todos los seres mortales como simples basuras que debían ser erradicadas.

La cantidad de vidas perdidas era devastadora, incluso para alguien como el dragón carmesí quien arrebato miles de vidas eones atrás. Millones de personas perecieron debido al capricho de este falso dios, cuya maldad recordaba a los líderes de las antiguas facciones sobrenaturales.

A pesar del entrenamiento que había llevado su mente y cuerpo a límites impensables, Trunks no podía hacer frente a este ser cuya alma, si es que tenía una, estaba impregnada de odio y maldad. Pero lo que más desconcertaba al dragón celestial era la identidad del supuesto héroe: Son Gōku, el padre de su mentor y amigo.

En teoría, Son Gōku había muerto en esta línea temporal, lo que implicaba que esta versión del héroe debía provenir del pasado. Sin embargo, algo no encajaba. El Son Gōku que Ddraig conocía era un guerrero de buen corazón que había defendido la tierra en múltiples ocasiones. ¿Cómo podía ser él el causante de tanto sufrimiento?

Esta incógnita se sumaba a otra: ¿Cómo había llegado Son Goku del pasado al futuro? No había usado una máquina del tiempo, ya que solo Trunks poseía una y estaba en el futuro. La madre de Trunks, Bulma, aún no había comenzado a construir la suya en esta línea temporal.

Sin embargo, había un rayo de esperanza. La madre de Trunks tenía un plan para enfrentar a este nuevo enemigo: traer a los guerreros Z del pasado utilizando la máquina del tiempo. Esta estrategia ofrecía una oportunidad de victoria, pero había un obstáculo: la máquina del tiempo necesitaba cierta sustancia para completar su capacidad de viajar en el tiempo, y esa sustancia se encontraba en otro laboratorio, alejado del bunker subterráneo donde se encontraban.

Ddraig contempló impotente cómo el mundo al que había llegado, donde los lazos emocionales de Trunks estaban arraigados, se desmoronaba ante sus ojos. La muerte de Bulma, el pilar moral de los saiyajin, y luego el ataque a la pelinegra, todo ante la mirada del joven, lo llevaron al borde de la cordura. Sin dudarlo, se enfrentó a su némesis, Black, aunque estaba en clara desventaja.

Pese a estar herido de gravedad, Trunks logró alcanzar la nave del tiempo y escapar justo a tiempo de un ataque final de Black. Ddraig observó con interés la travesía del joven al pasado, su encuentro con los guerreros Z y el desconcertante giro de los acontecimientos.

La verdad sobre la identidad de Black y el complejo enlace de líneas temporales nuevamente, un dios con ansias de destrucción, arrojó luz sobre muchas incógnitas que habían desconcertado a todos e hizo lo imposible para llevar a cabo su desquiciado plan, llegando incluso a trasgredir líneas temporales y alterar al tiempo mismo.

El desenlace de aquella encarnizada batalla resultó en una amarga derrota. ¿Qué importaba que Zamasu fuera erradicado si al final todo el universo de Trunks fue borrado por completo? No quedó nada más que un infinito vacío; al final, aquel desgraciado dios se salió con la suya. Los humanos fueron erradicados, el mundo destruido, y, sobre todo, todo lo que Trunks conoció fue mandado al olvido. No tenían un lugar al cual regresar.

Todo lo que él conoció y a todos los que él quiso se esfumaron para siempre y ahora, por decirlo así, se encontraba varado en otro mundo muy desconocido para él. ¿Qué podrían hacer aquí? Tal vez buscar un nuevo comienzo, pero deberían trabajar muy duro para conseguirlo.

—Sinceramente no sé qué pensar acerca de ti niño —dijo el dragón observándolo fijamente como si intentara averiguar más cosas de él pero al mismo tiempo impactado por lo que vio —. Me generas demasiados sentimientos dificiles de explicar.

—Puede que resulte difícil de comprender —respondió el con calma —. Mi vida y mis decisiones han sido guiadas por un propósito mayor que yo mismo. Pero al final todo eso me supero

—Te doy la razón en eso. —Respondió el dragón con marcada empatía —¿Y ahora que tienes pensado hacer?

Trunks se quedó en silencio por un momento, su mirada perdida en el vacío mientras intentaba procesar la magnitud de lo que acababa de decir. Era como si una parte de él se resistiera a aceptar la realidad devastadora de la desaparición total de su universo natal.

—No lo sé —respondió finalmente, su voz fue como un suave susurro cargado de incertidumbre y tristeza —. Todo esto es muy difícil de aceptar para mí. Todo lo que conocía, todo por lo que luché... simplemente desapareció. Es como si se tratara de una broma cruel orquestada por algún ser que trascienda del espacio y tiempo.

Ddraig asintió comprensivamente, reconociendo el dolor y la confusión en las palabras del joven guerrero, dejo al chico con sus cavilaciones, pues considero poco oportuno decir una palabra que le recordara la traumática experiencia que el joven paso.

Aun así, esa experiencia le enseño que el universo es vasto y misterioso, poblado de maravillas y peligros inimaginables, las rarezas y las aventuras parecían ser moneda corriente. Desde criaturas exóticas y dimensiones alternativas hasta intrigas políticas y guerras intergalácticas, el cosmos estaba lleno de posibilidades y desafíos para aquellos lo suficientemente valientes o imprudentes como para adentrarse en él.

Ddraig no estaba seguro de qué otras rarezas o peligros podría ofrecer el universo, y tampoco quería averiguarlo. Aunque era adicto a las batallas de primera, era lo suficientemente inteligente como para reconocer que enfrentarse a ciertos enemigos no terminaría bien para él. Trunks, por otro lado, encarnaba la determinación humana y el orgullo saiyajin, y estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

A pesar de su poderío, Trunks tenía sus propias debilidades y preocupaciones. La sobreprotección hacia una humana y la inseguridad de otra eran temas que rondaban en su mente, aunque ambos guerreros tenían demasiadas batallas en su haber como para distraerse con asuntos del corazón. Ddraig observaba con diversión esta situación, preguntándose si podría intervenir de alguna manera para ayudar a resolver esos dilemas.

La historia que se desplegaba ante Ddraig sin duda parecía sacada de la mente más creativa y audaz. ¿Qué más rarezas podrían encontrarse en ese universo? ¿Qué otras aventuras aguardaban, qué riesgos acechaban para aquellos que osaran adentrarse en ese mundo?

Muchas preguntas resonaban en la mente de Ddraig mientras observaba al joven Trunks sumido en sus pensamientos. ¿Podría adaptarse a este mundo, dejando atrás todo lo que alguna vez conoció? Era una incógnita que flotaba en el aire, cargada de incertidumbre y esperanza a partes iguales.

Trunks había demostrado una fuerza interior impresionante en su lucha contra la adversidad, pero enfrentarse a la pérdida total de su mundo y su línea temporal era un desafío de proporciones épicas. Sin embargo, el dragón carmesí sabía que, si alguien tenía la determinación y la voluntad de sobreponerse es Trunks.

La presencia de un ser que podría encarnar la maravilla en persona no pasaría desapercibida para el mundo sobrenatural. Era divertido para Ddraig especular cómo ingenuamente las facciones de diferentes panteones harían lo que fuese para unirlo a sus filas. Sin embargo, sabía que eso sería en vano, pues la raza de Trunks representaba el orgullo en persona. No había fuerza ni persuasión capaz de doblegar la determinación de un ser tan poderoso, cuya esencia guerrera estaba arraigada en lo más profundo de su ser.

—Tu historia, joven Trunks, está lejos de haber llegado a su conclusión —dijo Ddraig solemnemente, con la autoridad de alguien que ha visto el fluir del tiempo a través de eras—. Cada batalla, cada desafío y cada elección que hagas seguirá modelando tu destino. Aunque el camino puede ser difícil, eres el artífice de tu propio destino. Escribes cada página de tu historia con cada acción que tomas.

Trunks asintió, absorbido por las palabras del dragón. La idea de que su historia aún no estaba escrita le dio un nuevo sentido de propósito y determinación.

—No pensé que alguien de tu naturaleza pudiera decir palabras tan elocuentes —respondió Trunks, con un toque jocoso, pero sintiéndose reconfortado —. Me has dado mucho en qué reflexionar, Ddraig.

—Vaya, quien diría que pudieses ser alguien sarcástico —respondió Ddraig con humor, pero una chispa de complicidad brillaba en sus ojos—. Bueno, no todo en la vida es destrucción sin sentido joven. A veces incluso los dragones pueden pronunciar algunas palabras elocuentes.

La risa resonó dentro de aquel plano, una melodía de complicidad entre dos seres que, a pesar de sus diferencias, encontraban un vínculo en su determinación y coraje compartidos. En ese momento, el peso de las preocupaciones y los desafíos parecía disiparse, dejando espacio para la camaradería y la conexión entre Trunks y Ddraig.

—Aun así, admito que la idea es de por si extraña, —respondió Trunks, con una sonrisa. Pero gratificante.

En ese instante, el peso que Trunks había estado llevando durante tanto tiempo pareció aligerarse. La idea de vivir en ese nuevo mundo, aunque desconocido y diferente al suyo, ya no le parecía tan abrumadora. Se dio cuenta de que, con el apoyo del dragón y su propia determinación, podría encontrar un nuevo propósito, crear nuevos lazos y construir una nueva vida. Aunque sabía que no sería fácil, estaba decidido a poner todo de su parte para hacerlo realidad.

—¿Sabes algo? Me agradas, joven —Alabó Ddraig, denotando el respeto y admiración que sentía por el guerrero del futuro —. Realmente me gustaría seguir charlando contigo, pero debo infórmate que los Maōs Lucifer y Leviatán están a punto de llegar. Es hora de que regreses.

Trunks asintió con comprensión, pero al mismo tiempo sorprendido de la rapidez que transcurrió el tiempo.

—Debo decir que para mí también fue enriquecedora nuestra conversación. Espero volver a hablar contigo en otra ocasión —Se despidió Trunks realizando un saludo militar—. Nos veremos luego.

*Insertar de nuevo Avatar the last air bender - Lion Turtle Theme*

Adoptando la posición de loto, Trunks cerró los ojos con determinación, concentrándose en el proceso de retorno. Comenzó a "doblar" su mente para regresar al "plano terrenal". Con cada respiración, se sumergía más en sí mismo, desprendiéndose lentamente del plano en donde se encontraba.

La luz que lo rodeaba se difuminaba lentamente, y sus pensamientos se volvían más nítidos a medida que se alejaba de los planos espirituales. Con cada paso hacia el mundo real, podía sentir su conciencia volviendo a su cuerpo físico, traspasando las barreras de lo espiritual y acercándose un poco más al mundo material que había dejado atrás, preparándose para despertar de su estado de trance.

*Detener ost*

Cuando el joven abandono aquel plano Ddraig cambio radicalmente su expresión a uno muy seria y pensativa.

—No cabe duda, eres igual a ese "sujeto" —Pensaba el dragón celestial recordando a "ese sujeto". Aquel que sembró el terror y caos en todas las facciones hace miles de años —. La única diferencia es que tú no eres un maniático homicida.

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Asia se esforzaba por curar las heridas en el brazo lastimado del joven de cabello azul, utilizando su Sacred Gear para sanar lo mejor que podía. Aunque estaba exhausta por el esfuerzo, continuaba con su labor, consciente de la importancia de su tarea y del agradecimiento que sentía hacia aquel que había venido a salvarlos.

El agotamiento se reflejaba en su rostro fatigado y en su respiración entrecortada, pero no dejaba que eso la detuviera. Mientras trabajaba, no podía evitar notar las lesiones ocultas bajo la ropa del joven, pero decidió no indagar en ese momento, enfocándose en su misión de curarlo.

De repente, un ligero gruñido escapó de los labios del chico, indicando que estaba a punto de despertar. Todos en la habitación se prepararon para su regreso a la conciencia, observando con atención el temblor de sus párpados mientras luchaba por abrir los ojos.

Trunks abrió los ojos lentamente, su visión aún un tanto borrosa mientras se ajustaba a la luz. Cuando finalmente logró enfocar su mirada, se sorprendió al ver a Tsubaki a su lado, observándolo con expectación.

—eeh —exclamó, sorprendiendo la cercanía con la que la joven lo observaba, rápidamente Tsubaki se puso de pie y se acomodo los lentes de manera nerviosa

—Me disculpo —dijo ella evitándolo ver fijamente dada la vergüenza que sentía —. No debí haber sorprendido, me retiro.

—Oye espera un … —dijo el pero la joven rápidamente se movió de ahí haciendo que Trunks no pudiera decirle algo.

—Eso fue raro —dijo el en pose pensativa hasta que un pequeño jadeo llamo su atención —. oye Asia, ¿estas bien?

—Hai —Pese el evidente agotamiento ella respondió con una cálida sonrisa —.No te preocupes, me encuentro muy bien.

Trunks notó la fatiga evidente en Asia mientras continuaba concentrada en su tarea de curación. Se acercó a ella con cuidado y colocó una mano suavemente sobre su hombro.

—Asia, creo que deberías detenerte un momento —dijo con gentileza, preocupado por su bienestar—. Estás exhausta, necesitas descansar.

Asia levantó la mirada hacia él, su expresión mostraba determinación pese al cansancio que sentía.

—P-pero todavía no he terminado-desu —respondió ella negando cortésmente la sugerencia del guerrero del futuro —. Quiero asegurarme que tu brazo este completamente curado. Es lo menos que puedo hacer para agradecerte por habernos salvado.

Trunks negó con un gesto suave, sus ojos reflejando tanto comprensión como preocupación. Reconocía la determinación y el deseo de Asia de expresar su gratitud, pero estaba consciente de que la chica estaba demasiado agotada. Observó cómo su respiración era irregular, cómo sus hombros parecían pesar más de lo normal bajo el peso del cansancio.

Trunks, con delicadeza, posó una mano sobre su cabeza, acariciándola suavemente como si temiera perturbar la fragilidad de su estado, llamando la atención de ella al mismo tiempo que detenía su labor.

Asia se estremeció ligeramente ante el reconfortante gesto de Trunks, sintiendo cómo sus suaves caricias aliviaban la tensión en su cuerpo fatigado. Una cálida sensación de calma y gratitud la invadió mientras cerraba los ojos, permitiéndose disfrutar del momento de tranquilidad que compartían.

—Hiciste un gran trabajo, ya me siento mejor —alzo el brazo lastimado y comenzó a moverlo para probarle a la monja su punto — ¿Lo ves? Ahora toma un pequeño descanso. Te lo mereces.

—H-hai-desu —respondió ella un poco sonrojada.

Trunks también sonreía ante la reacción de la rubia. Observaba cómo su rostro se iluminaba con una expresión genuina, encontrándola verdaderamente adorable con esas facciones. Aunque sabía que ella era un demonio reencarnado, podía sentir la pureza de su corazón. Era precisamente a este tipo de personas que tenía la misión de proteger.

Los demás espectadores del lugar miraban al chico de cabello azul, ya fuera de forma discreta o directamente. Esto logró que se sintiera algo nervioso; nunca le había gustado ser el centro de atención en ninguna parte. Por lo tanto, intentó ver a su alrededor para distraerse y olvidar que estaba siendo observado, pero al mismo tiempo pudo percibir cómo la tensión en el ambiente se disipaba lentamente, permitiendo que los presentes respiraran con más tranquilidad. Haber puesto fin a la amenaza representada por un sociópata adicto a la guerra había traído de vuelta la paz a aquel lugar. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, sabía que esta paz era frágil y efímera.

Era consciente de que gente así de despiadada existía y no descansaría hasta culminar con las dos ambiciones más clichés de cualquier universo: destruirlo o conquistarlo. Esto solo hacía que sintiera algo de nostalgia, recordando cómo él y sus viejos amigos habían evitado tantas desgracias. Él no era un superhéroe, era un guerrero entrenado y pulido en las artes marciales, pero eso no iba a evitar que protegiera a los inocentes de ese mundo, al menos hasta que su madre lograra encontrarlos.

Pero ahí venía la duda: ¿para qué ser encontrados?

Ya no existía un lugar al cual regresar, y la idea de vivir en el pasado no solo parecía imposible, sino también peligrosa. No quería correr el riesgo de alterar el flujo del tiempo al convivir con su yo infantil y mucho menos meter a su madre en problemas con el dios de la destrucción. Pues Wiss dejo en claro que alterar la fluctuación del tiempo era uno de los crímenes más atroces y abominables. Cada pequeña interacción podría tener consecuencias impredecibles para el futuro.

Además de que ya ha cometido demasiados pecados.

Por lo tanto, se enfrentaba a la realidad de que su única opción era seguir adelante, construyendo un nuevo camino en este mundo y presente desconocidos, adaptándose a las circunstancias que estos le puedan presentar.

Además de tener presente las palabras del dragón celestial.

Tu historia aún no ha terminado

Y hubiera continuado con sus cavilaciones de no ser porque alguien inesperado irrumpía su campo de visión, se trataba de la hermana menor de Sirzechs-lucifer.

—Puedo ver que encuentras agradable la noche —dijo Rías con una voz serena y elegante

—Eh, si supongo —dijo este sin comprender uy bien la situación.

—Es bueno saberlo. Por cierto, no me he presentado adecuadamente mi nombre es Rias-Gremory es un placer conocerte Trunks —Se presento ella inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto y cortesía.

La presencia de Rias irradiaba una sensación de nobleza y refinamiento que llenaba el espacio a su alrededor. Cada gesto, desde la elegancia de su postura hasta la serenidad de su mirada, hablaba de su estatus como miembro destacado de la influyente familia Gremory y próxima heredera para liderar el clan. El clan Gremory era un prestigioso clan respetado de su propia facción demoníaca y conocidos por sus modales y poder mágico, era como si el aura de poder que la rodeaba estuviera impregnada de siglos de legado familiar y de experiencia en el liderazgo demoníaco.

—El gusto es mío Rias-san —Levantándose rápidamente este devolvió la reverencia —¿Hay algo en que pueda ayudarte?

Su tono, aunque respetuoso, denotaba una ligera confusión, ya que la repentina aparición de Rias había interrumpido sus pensamientos. Sin embargo, estaba dispuesto a prestar su ayuda si fuera necesario.

—Quiero agradecerte por tu valiente intervención en nuestro nombre, Trunks —expresó Rías con gratitud, su voz resonando con sinceridad—.En tiempos de adversidad, es fácil perder la esperanza y ceder ante la desesperación —continuó Rías, su tono de voz adquirido un matiz reflexivo—. Pero tu presencia aquí nos ha recordado que siempre hay una luz en la oscuridad, una fuerza que nos impulsa a seguir adelante incluso cuando todo parece perdido. Esa fuerza eres tú, Trunks. Has sido un faro de esperanza para todos nosotros, y por eso te estamos eternamente agradecidos.

Trunks escuchaba atentamente las palabras de Rías, sintiendo un profundo sentido de gratitud por haber sido capaz de hacer una diferencia en la vida de los demás. Sus propias experiencias de lucha y superación resonaban con las palabras de Rías, recordándole que, aunque el camino hacia la victoria podía ser difícil, siempre valía la pena luchar por lo que era justo y correcto.

—Agradezco tus palabras Rias-san —respondió Trunks con sinceridad, su voz llena de emoción—. Significa mucho para mí saber que pude ayudar de alguna manera. Carraspeo por un momento, Pero dudo mucho que hayas venido solo para decirme eso, ¿Verdad?

Rias observó con atención el mango roto de la espada de Trunks, un detalle que no pasó desapercibido para su aguda percepción.

—Tienes razón es eso —comentó, señalando hacia el mango roto con un gesto serio—. En mi nobleza tengo un caballero que es experto en espadas y me comento que la tuya parece haber sufrido un daño considerable, teniendo en cuenta de que no te vimos usarla y en su lugar le pediste prestada la espada a aquella sacerdotisa.

—Es cierto —confirmó Trunks, reconociendo la validez de la observación—. Mi espada ha sufrido daños considerables en el transcurso de mis batallas recientes, por desgracia ya no tiene arreglo alguno.

Trunks extrajo la espada del mango con cuidado, revelando el estado lamentable en el que se encontraba. Rias observó con atención, notando de inmediato los signos evidentes de desgaste en el filo del metal. Sin embargo, lo que más llamó su atención fue el hecho de que la espada estuviera partida en dos mitades, revelando que la mitad superior de la espada había desaparecido, dejando solo un borde desigual que marcaba el límite de su antiguo esplendor. Pero Rias estaba seguro de que la forja de la familia podría repararla.

Así que por eso no uso su espada contra Kokabiel —Murmuro Xenovia por lo bajo al contemplar la interacción entre Rias y Trunks.

—Entiendo —dijo ella con seriedad—. A veces, el cumplimiento de nuestro deber es mucho más importante que la lealtad a nuestras herramientas habituales. Te propongo esto: como agradecimiento por salvar nuestras vidas puedo ofrecerme para reparar tu espada.

Rias sonrió con amabilidad, extendiendo la mano ara que Trunks le entregara la espada rota. La sorpresa se reflejó en los ojos del guerrero del futuro ante la generosa oferta de la princesa demoníaca.

—Realmente aprecio tu amabilidad y disposición para ayudar, Rias-san —respondió Trunks con gratitud—. Pero lamento decir que la reparación de mi espada es un tanto complicada, por no decir imposible. Su composición y diseño son únicos, sin mencionar que el metal de la que esta hecha, no se encuentra en la tabla periódica (2)

—Un metal que no está registrado en la tabla periódica suena bastante intrigante —comentó Rias, con una expresión de desconcierto—. ¿Cómo es posible que exista un material del cual no se tenga conocimiento en el ámbito científico?

Trunks consideró la pregunta de Rias, reflexionando sobre cómo explicar la naturaleza única de su espada y el material del que estaba hecha.

—Es una cuestión complicada —admitió Trunks, tratando de encontrar las palabras adecuadas— Mi mama es una genio reconocida (3) pues ella fue quien la fabrico, ciertamente olvide los detalles, todo lo que recuerdo fue que ella menciono que descubrió un nuevo metal y quería ponerlo aprueba, lamento no tener más información… por eso creo que no será posible repararla.

—Entiendo —respondió ella, con una mirada reflexiva—. Parece que estamos ante un misterio de proporciones cósmicas. Aunque desconocido para nosotros, este metal puede representar un potencial increíble, tanto en términos de tecnología como de magia.

Trunks asintió con solemnidad, dejando entrever en su gesto el profundo respeto que sentía hacia la espada y el metal del que estaba forjada. Reconocía la para la que fue fabricada.

Por otro lado, Rias no podía ignorar la oportunidad que se le presentaba. El potencial de investigar este metal era enorme y podría abrir nuevas puertas para su facción demoníaca. No solo les proporcionaría una ventaja estratégica, sino que también podría conducir a descubrimientos que beneficiarían a las futuras generaciones de demonios. La emoción por el conocimiento y el progreso se reflejaba en sus ojos mientras consideraba las posibilidades que se abrían ante ellos sin mencionar el prestigio que ganaría su clan en caso de que ese metal pueda ser beneficioso para el inframundo.

—De todos modos, déjalo en mis manos respondía será un desafío descubrir que clase de metal es, pero te prometo que volverás a ver tu espada a su máximo resplandor.

No muy convencido del asunto Trunks extiende la hoja de la espada hacia Rias con una mezcla de incertidumbre en sus ojos. Con un tono sereno pero determinado, expresa sus pensamientos con sinceridad.

—Entiendo que puedas llegar a frustrarte si no logras repararla —comienza Trunks, su voz reflejando la sinceridad de sus palabras—. Pero en dado caso de que lo logres, ganarás mi eterna admiración. Sería un gesto que nunca olvidaría.

Rias sonrió con orgullo ante esa frase proferida.

—No te preocupes, cumpliré con lo que he prometido, —declaró Rias, golpeando con su puño su abundante pecho en señal de seguridad. Observó cómo el chico sonreía ante su comportamiento, lo que le hizo sentir un destello de satisfacción —. Lo único que te voy a pedir es que seas paciente. Prometo que no te arrepentirás.

Trunks estaba a punto de responder hasta que sintió algo detrás de él, volvió la mirada, no se alarmó, pues aquellas presencias, a pesar de tener energía negativa, no eran malignas. Todos iban a preguntar qué sucedía al verlo mirar hacia un cierto punto del lugar, pero se quedaron en silencio cuando una luz carmesí comenzó a desbordar de aquel sitio, junto a un sello que Rias y sus siervos conocían muy bien: el sello del Maō lucifer

Trunks se mostraba intrigado, pese a que Sirzechs era del clan Gremory el sello mágico era diferente. Del círculo mágico emergieron dos figuras. Una de ellas era un pelirrojo, que portaba una túnica lila que escondía un traje blanco, y por encima de esta llevaba un protector de pecho y varias hombreras de aspecto metálico, de color negro con líneas doradas.

La segunda pertenecía a una chica que llevaba un corset verde que resaltaba su figura, combinado con una prolongada falda negra que le confería un aire misterioso y elegante. Sus botas, prominentes y robustas, completaban su atuendo, añadiendo un toque de firmeza y determinación a su apariencia. Juntas, las dos figuras emanaban una presencia imponente y seguras de sí misma mientras emergían del círculo mágico.

—¡¿Onii-sama?¡ —pregunto sorprendida la pelirroja

—¿Así que ese es su hermano? tiene sentido, el parecido es impresionante —razono Trunks —, por la forma en que lo llama es de suponer que el pertenece a la nobleza o tiene un cargo importante, sin temor a equivocarme, podría tratarse de Sirzechs.

La llegada inesperada de Sirzechs y la Mao Leviatán, agregó un nuevo giro a la situación. Trunks observó con interés mientras el Maō Lucifer y Serafall se acercaban con gracia y autoridad. La presencia de Sirzechs, con su porte regio y su atuendo impecable, dejaba claro su estatus como uno de los líderes más prominentes del inframundo. Por otro lado, Serafall, con su mostraba un aura picara, emanando confianza por los poros, se trataban de dos figuras era una figura a tener en cuenta.

Tienen un Ki enorme —pensó el —, diría que es cientos de veces más fuerte que el de Kokabiel… lo mismo sucede con aquella chica, pese a ser más débil que el de ese sujeto también tiene un poder impresionante.

Trunks reflexionaba sobre la situación hacia Kokabiel ¿Realmente tenía pensado desafiar a esos dos?

Comparado con Sirzechs, Kokabiel parecía poco más que una sombra efímera, un ratón que pretendía derrotar a un gato. La energía imponente y majestuosa que irradiaba Sirzechs eclipsaba por completo cualquier vestigio de amenaza que Kokabiel hubiera representado alguna vez. En presencia de Sirzechs, cualquier idea de desafío parecía risible en retrospectiva. Si bien Kokabiel había demostrado ser una fuerza formidable, era evidente que no estaba a la altura del verdadero poder que representaba el líder del clan Gremory.

Si ambos demonios decidieran unir fuerzas contra Kokabiel, el destino del ángel caído habría estado sellado. Pese a la ambición que mostró Kokabiel, ciertamente el cuadro no fue más que el de un pobre diablo con delirios de grandeza ante la perspectiva de enfrentarse a Sirzechs y Serafall. En última instancia, la ambición del Cadre era una ilusión ridícula.

tan ensimismado estaba analizando el ki del pelirrojo que no se dio cuenta de que se había acercado a él esbozando una sonrisa amigable y extendiendo su mano en señal de saludo.

—Así que tú debes ser Trunks, ¿verdad? —dijo con un tono cálido y cordial—. Me presento, soy Sirzechs Lucifer, uno de los Yon Dai Maōs. Es un placer conocerte.

Trunks devolvió el gesto de saludo con firmeza, aunque su expresión reflejaba cierta cautela ante la presencia del poderoso líder demoníaco.

—El placer es mío, Sirzechs-sama —respondió Trunks con cortesía, utilizando el título apropiado para mostrar respeto hacia el líder de una de las facciones más influyentes del inframundo.

Serafall entrecerró los ojos al ver como aquel sujeto llamaba de forma respetuosa a su compañero.

—Veo que eres un joven muy educado—respondió el joven Maō sin perder su sonrisa —. Te agradezco que hayas acudido en auxilio de mi hermana y Sona-san, puedo notar que te has recuperado de tus heridas, dime ¿la atención en el hospital fue la más adecuada?

Trunks no podía evitar sentir una ligera incomodidad en presencia de Sirzechs. Aunque el demonio se mostraba amigable y acogedor, su aura irradiaba un poder abrumador que no pasaba desapercibido para el saiyajin. Era una presencia imponente que recordaba a la de un dios de la destrucción, aunque su poder no se comparaba con el de uno, la esencia destructiva que emanaba era casi similar, lo que lo convertía en alguien de temer.

La pregunta de Sirzechs sobre la atención médica en el hospital tomó a Trunks por sorpresa, pero apreció el gesto de preocupación del líder demoníaco hacia su bienestar.

—La atención en el hospital fue excelente, Sirzechs-sama —respondió Trunks con sinceridad, tratando de disimular su incomodidad ante la poderosa presencia del Maō—. Los médicos y el personal fueron muy atentos, y se aseguraron en mi recuperación. Yo soy quien debería estarles profundamente agradecidos de que me hayan ayudado cuando más lo necesitaba.

Aunque Trunks intentaba mantenerse calmado y cortés, no podía evitar sentir la mirada penetrante de Serafall sobre él. La intensidad de su mirada era palpable, como si estuviera evaluando cada movimiento y palabra del saiyajin. Aunque Trunks no podía discernir sus intensiones, podía sentir un fuerte sentimiento de hostilidad proveniente de ella.

Mientras tanto, Sirzechs escuchaba atentamente la respuesta de Trunks, su expresión tranquila pero alerta. Había algo en la manera en que el joven saiyajin hablaba y se comportaba que despertaba su curiosidad, como si hubiera más en él de lo que parecía a simple vista. Sin embargo, Sirzechs decidió no profundizar en ese momento, prefiriendo mantener la conversación en un tono más ligero y amigable.

—Me alegra saber que recibiste la atención que necesitabas —respondió Serafall interrumpiendo a su colega mientras pretendía esbozar una sonrisa amable—. Y ahora que estás aquí, ¿Hay algo más en lo que podamos ayudarte? ¿Supongo que deseas una clase de compensación por salvar a nuestras hermanitas o me equivoco? ¿Quieres, riquezas, castillos, tierras, sirvientes, doncellas, esclavas sexuales? ¡No te contengas! ¡Pídenos lo que quieras!

Trunks Percibió un tono sarcástico en las palabras de Serafall, y aunque trató de mantener su compostura, no pudo evitar sentirse un poco incómodo ante la situación. Observó discretamente a Sirzechs y notó una leve contracción en su expresión, indicando que también había percibido la inapropiada respuesta de Serafall. Los presentes, incluyendo a los siervos de Sona y Rias también intercambiaron miradas incómodas, conscientes del tono inadecuado de la sugerencia de Serafall.

—Bueno yo…

—Que torpe de mi parte —exclamo la joven Maō acercándose peligrosamente hacia Trunks y también estrechando su mano olvide presentarme —. Yo soy Serafall también soy una de los 4 yon dai Maōs, pero puedes llamarme Levi-tan.

La chica apretó la mano de Trunks y un destello de energía brotó de ella, irradiando una sensación de poder palpable en la habitación. Trunks, con su experiencia como guerrero, aguzó su mirada por unos instantes, analizando la situación con atención. La muestra de poder que emanaba Serafall no pasó desapercibida para él; signo inequívoco que la acción que mostraba Serafall en estos momentos era de desafío.

Trunks aceptó el apretón de manos con cortesía, aunque no pudo evitar sentir la intensa energía que emanaba de Serafall, como una advertencia sutil pero clara. Sus sentidos estaban en alerta, y aunque su instinto le decía que debía mantener la calma, su entrenamiento como guerrero le advertía que no subestimara a aquella mujer.

—Un placer conocerla… L-levi-tan —respondió Trunks con una sonrisa amable, tratando de disipar cualquier tensión —. No se disculpe por la presentación, estas situaciones pueden ser abrumadoras a veces.

Serafall asintió con una sonrisa suavizada, pero la chispa desafiante aún brillaba en sus ojos. Era evidente que la joven Maō estaba probando al joven saiyajin de alguna manera, pero Trunks decidió no entrar en provocaciones, pues no estaba en su naturaleza. En su lugar, optó por mantener una actitud respetuosa y diplomática, pero firme, mostrando que no se dejaría intimidar fácilmente.

—Con respecto a lo que me propuso, puede que otras personas pidan compensaciones por este tipo de acciones, pero personalmente, mi satisfacción viene del hecho de que pude ayudar en una situación delicada —dijo Trunks con calma, pero sosteniéndole la mirada a Serafall—. Por lo tanto, es más que suficiente para mi saber que pude hacer una diferencia cuando fue necesario.

La respuesta de Trunks fue educada pero directa, enviando un mensaje claro de que no se dejaría influenciar por la actitud desafiante de Serafall. La joven Maō lo observó por un momento, evaluando detalladamente su respuesta.

—Ya veo, ya veo —respondió Serafall, adoptando un gesto pensativo—. Tu perspectiva es admirable, aunque muchas veces hipócrita. No me mal entiendas, es reconfortante ver que hay quienes actúan por el bien común sin esperar nada a cambio. Pero para alguien de tu poder… no se… me parece extraño.

¿Cuál es su maldito problema? —pensaba el guerrero del futuro mostrándose un poco incomodo por la respuesta de Serafall que estaba totalmente fuera de lugar.

Trunks mantuvo su compostura, aunque por dentro sentía un leve fastidio por el comentario despectivo de Serafall. Sin embargo, decidió mantener la calma y responder con cortesía.

—Entiendo su perspectiva, Serafall-sama —dijo Trunks, enfatizando el título de la joven Maō con respeto—. Y agradezco sus observaciones, aunque no estoy seguro de qué parte de mis acciones considera hipócritas. Pero le puedo asegurar que no busco una recompensa alguna.

Serafall lo observó con atención, sus ojos mostrando un destello de evaluación mientras analizaba la respuesta de Trunks. Por un momento, pareció contemplar sus palabras antes de responder.

—Querido, en esta vida nada es gratis y todo aquel que no pida recompensa alguna, espera algo más, esa han sido la historias de los seres más viles, despreciables y repugnantes que haya conocido jamás —comentó Serafall, noto que el joven se sentía ofuscado —. Oh, mis disculpas si mi comentario te ofendió Trunks-chii, te suplico me perdones, no pretendía ofenderte.

Trunks no podía creer que esa mujer estuviera actuando de esa manera con el.

—Entiendo, Serafall-sama —respondió Trunks con calma, aunque su tono de voz mostraba una leve tensión—. Aprecio sus disculpas. Y aunque nuestras perspectivas puedan diferir, puedo demostrarle que no hay hipocresía alguna en mis acciones.

Serafall asintió con un gesto de aprobación exagerada, a Trunks le parecía que la sonrisa de la joven Maō, sí que era demasiado hipócrita, pero no se lo haría saber.

—Por supuesto, Trunks-chii —dijo con un tono que no dejaba lugar a dudas sobre su escepticismo—. Estoy ansiosa por descubrirlo, después de todo vives en el territorio de mi familia. Tenemos tieeeempo de sobra.

En otro momento, Trunks podría haber mostrado interés ante esa afirmación, pero de momento decidió dejarlo pasar, pues la actitud de Serafall sí que le fastidió bastante. No se detendría a tomar en cuenta esos detalles. Sirzechs, por su parte, observaba la interacción entre Trunks y Serafall con una expresión serena pero atenta. Ante el tono sarcástico de Serafall, Sirzechs intervino con suavidad, pero firmeza. Se esperaba esto; desde que había llegado ese joven, Serafall había mostrado una actitud reacia y negativa, pero no imaginó que ella lo expresaría de forma tan descarada.

—Sera-chan, —comenzó el hermano de Rias manteniendo un tono de voz calmado pero autoritario—. Entiendo que intentes probar algo, pero no es necesario adoptar una postura tan confrontativa. Trunks-dono ha salvado a nuestras hermanas y merece nuestro agradecimiento y aprecio. Nuestras percepciones personales deben pasar a segundo plano.

Serafall, aunque contrariada por la intervención de Sirzechs, optaría por mantener su postura desafiante, mostrando una sonrisa forzada.

—Oh, por supuesto, Sirz-chan no tienes por qué preocuparte —respondería Serafall el falso tono dulce con el que lo decía llego a fastidiar a Trunks —. Simplemente le hago saber a Trunks-chii que las cosas necesitan ser expresadas con franqueza, No podemos andar por la vida con falsas ilusiones. ¿No estás de acuerdo conmigo Truuuunks-chii?

El guerrero del futuro se mantuvo en silencio

—En fin, solo busco entender las motivaciones detrás de las acciones de nuestro queridísimo héroe. Después de todo, no es tan común encontrar a alguien tan pero tan altruista como el.

—Muy bien —intervino Sirzechs una vez más —, ya aclarado esto necesito pedirte que me acompañes Trunks-dono, hay un asunto que requiere de tu atención.

Trunks se mostraba sorprendido por eso.

—¿Mi atención?

—En efecto —respondió el satán carmesí —, ven con nosotros y lo averiguaras.

Fin del capítulo.


Aclaraciones:

(1) Recordemos que pese a ser un dragón, este había tomado la forma humana ya que se encontraban en el corazón de la boosted gear.

(2) Al no tener una aleación definida, esto fue invento mío, verán la espada podría ser aún más única y poderosa, ya que su composición podría incluir elementos que no se encuentran en las aleaciones convencionales. Esto podría brindar a Trunks una ventaja táctica y estratégica en combate, ya que su espada podría tener propiedades especiales que otras armas no tienen. En resumen, lo encontré interesante.

(3) Trunks evita el hecho de mencionar el deceso de su madre, pues como se menciono con anterioridad este quiere a toda costa mantener sus recuerdos dolorosos en los mas profundo de su mente, por el momento él se mantendrá reacio a revelar sus secretos.