¡Saludos, queridos lectores!

Como habrán notado, he estado ausente una temporada, pues además de mi trabajo, estuve con COVID -.-u

Originalmente, tenía la intención de subir varias historias correspondientes a la temporada de Halloween, por lo menos hacerlo durante las fechas de Halloween y Día de muertos, pero debido a mis malestares, no pude escribir suficiente. Sin embargo, como ya tenía un par de capítulos de las historias que no correspondían a esas fechas, decidí subir todo en compensación. Aunque admito que decir que subiré "todo", probablemente no sea del todo cierto, ya que como tardo un poco en subir los capítulos, entonces subiré todo lo que pueda hasta que me de la media noche.

Al final de cada capítulo subiré el listado de las historias cuyos capítulos pretendo subir, pero si no consigo subir todo lo de la lista esta noche, entonces podrán verlo la próxima semana.

Pido una disculpa anticipada, ya que, debido a los inconvenientes que mencioné, no tuve tiempo para hacer la revisión de algunos capítulos. Sin embargo, no quiero dejarlos más tiempo sin actualizaciones.

Lamento mucho la espera, pero sin dilación, los dejo con la actualización de esta historia n.n


Desde el momento en que ese hombre se ofreció amablemente a ayudarme a volver al asiento, supe de inmediato que tratar de coquetearle con descaro o hablarle de negocios fríamente iba a ser inútil, pues no había sentido ni una pizca de lujuria en su toque al ayudarme y su comportamiento fue caballeroso.

Si quería conseguir algún tipo de cercanía, sólo se me ocurría que necesitaba hacerle sentir empatía hacia mí, así que una historia triste debía funcionar, y con ese tipo de hombres, las lágrimas eran una gran herramienta que no podían ignorar.

Aunque claro, la historia sobre cómo llegué al burdel no era falsa.

Dicho lo anterior, no me sorprendió que, aunque siguiese siendo una distancia prudente, él se había acercado a mí, y ya que el tiempo se me había acabado al oír los pasos acercarse, sólo se me ocurrió una forma de conseguir un malentendido: agacharme y acercar mi rostro a su pantalón.

Claro, sabía que esto podría no funcionar, no sólo porque ya preveía que él quisiese recoger mi pañuelo así como lo había hecho con la caja del premio, sino que el escándalo dependería de lo que los espectadores pudieran alcanzar a ver.

Lo sé, aquel no era mi mejor plan, pero con el cambio de planes y el tiempo limitado, era lo mejor que podía hacer, así que Sasuke no podría culparme si no lo conseguía. Sin embargo, debió haber un buen ángulo para que la anfitriona y la esposa del castaño gritaran, o quizá no vieron nada comprometedor, pero al tratarse de mí, imaginaron lo que quisieron. Sin embargo, ello fue suficiente para que Sasuke pudiera actuar.

Hubo varios golpes y gritos, mientras yo, me erguida orgullosa con descaro, aunque a veces miraba con aflicción al castaño porque no sabía si Sasuke en el futuro querría que mantuviese la atención del hombre.

Finalmente, los sirvientes de la Marquesa y un par de invitados los separaron, aunque era justo decir que el señor Hyuuga no requería de ser contenido, pues paró en cuanto detuvieron a Sasuke, quien peleaba por volver a golpearlo. Por supuesto, en toda la pelea, Sasuke no dejaba de amenazar a su oponente para que se alejara de mí, repitiendo una y otra vez que yo le pertenecía.

—¡Joven Uchiha, basta! —exclamó la anfitriona enfadada al mismo tiempo que consternada.

—¡Si lo vuelvo a ver cerca de mi mujer, lo voy a matar! —exclamó Sasuke con furia mirando al castaño. La verdad es que su actuación era tan buena, que hasta me hizo sentir miedo.

—Por favor, escolten al Señor Uchiha y a su acompañante fuera —ordenó la Marquesa, y Sasuke, en su papel de celoso, no se opuso para reafirmar lo mucho que deseaba alejarme de alguien, que según él, me codiciaba.

Sasuke me llevó en brazos hasta el carruaje mientras la noticia de lo ocurrido, más muchas cosas agregadas por los cotillas, se extendía por el salón.

—Me alegra que hayas conseguido tu espectáculo. Por un momento pensé que no conseguiría el objetivo —comenté después de que el carruaje comenzó a andar, pues a pesar de saber que todo era actuado, sentía algo de tensión en el ambiente— Espero que hayas quedado satisfecho, porque fue todo lo que pude conseguir en esa situación tan limitada.

—Mañana sabremos si funcionó —me respondió Sasuke sin mirarme y todo volvió a quedar en silencio.

—¿Sabes? El señor Hyuuga vio el premio que nos dieron por atrapar al cerdito correcto —comenté esperando que me preguntara, pero sólo recibí un gruñido por respuesta— ¿No tienes curiosidad de saber para qué es el amuleto? ¿Ni siquiera un poco?

—No.

—¿Estás bien? Pareces de malhumor, y si sigues gruñendo así, seré yo quien empiece a creer que de verdad te pusiste celoso —repliqué de tal forma que sonara a reclamo, pero al mismo tiempo tocando esa posibilidad con la vaga esperanza de que ese fuera el caso.

Sasuke volteó a verme con él ceño fruncido y un nuevo gruñido. Incluso me pareció que iba a salir de un salto del banco para acercarse a mí con hostilidad, pero al final sólo bufó y miró por la ventana.

—Estoy pensando en un plan en caso de que Danzou no se haya convencido hoy —respondió serio.

—¿Cuál es la demostración de amor más grande en la ciudad entre los nobles? —le pregunté tras arreglarme la voz para disimular que me había entristecido no recibir la respuesta esperada aun si era la menos probable.

—No puedo dar demostraciones de afecto todo el tiempo o sospechará —me respondió al imaginarse mi plan, pero al parecer no había pensado lo mismo que yo.

—No estoy diciendo que hagas todas, todo el tiempo. Te estoy preguntando cuál es la demostración más grande e innegable de afecto.

Sasuke quedó pensativo algunos instantes, antes de responderme.

—Una boda, incluso si significa fugarse y abandonar a la familia —me contestó y se apresuró a objetar— No podemos fingir una boda porque le será fácil averiguar si es válida y tampoco podemos casarnos de verdad —señaló sin mirarme al hablar— Mi familia me abandonaría y no podría seguir ayudándola.

Lo último más bien lo susurró a modo de reflexión, como si lo hubiese considerado por unos instantes.

—¿Por qué no podemos casarnos de verdad? —pregunté más bien indignada con la seguridad en que lo había dicho. Él gruñó— De acuerdo, sé que si lo haces, te expulsaran de la familia, pero si le contaras a tu familiar de mayor confianza sobre tu plan, podrías seguir filtrando la información —señalé para recibir un nuevo gruñido— Como quieras. De todas formas yo tengo otro plan.

—¿Cuál?

—Para alguien que tiene un plan con base en dar información falsa, parece que no entiendes del todo que la información es poder. ¿Verdad?

—Sólo dilo.

—¿Qué se hace antes de celebrar un matrimonio? —Sasuke al fin me miró y se veía confundido con mi pregunta, pero molesto— Vamos. Y no estoy hablando de preparar la boda.

—No lo sé —me respondió irritado.

—¡Se pide la mano de la novia para crear el compromiso! —exclamé algo exasperada— ¿Y qué se le da a la novia para señalar que está comprometida?

—Un anillo no convencerá a Danzou qué quiero casarme contigo.

—Un anillo que me entregues en público no, pero ¿qué me dices de un anillo entregado a escondidas? —planteé notando que él seguía sin entender toda la idea— Sin importar si Danzou cree o no que estás enamorado de mi, te investigará si nota movimientos sospechosos en ti —dije y Sasuke pareció entenderme mejor— Si te espía y descubre que estás planeando un compromiso para fugarte conmigo, ¿qué crees que piense?

—Si eso no lo convence, se arruinará el plan por completo —dijo poco convencido, pero se notaba que lo estaba considerando.

—Imagino que con el alboroto que causamos hoy en la fiesta, tu familia no se quedará de brazos cruzados, así que también querrán vigilar tus movimientos si ven movimientos sospechosos —dije sonriendo— Debes encontrar la forma de que tu familia descubra primero tus planes de boda para que te llamen la atención, y por lo que he podido entender de Konoha, una noticia así sería un gran escándalo, del que tu familia querrá mantener en secreto —podía notar que él estaba entendiendo mejor mi sugerencia— Si Danzou investiga, creerá que es verdad con tu familia cubriendo el intento de boda y puedes usar el cebo para descubrir qué tan fácil le es a Danzou conseguir información de tu familia.

—Es probable que Danzou no haga ningún movimiento al principio para asegurarse de que no es una trampa —respondió Sasuke tras meditarlo— Mi familia hará lo necesario para evitar la boda —me volteó a ver— Es probable que te ofrezcan mucho dinero para dejarme, pero es un mal negocio que aceptes la oferta.

—¿Tanto repudias la idea de casarte conmigo? —pregunté enojada, pero en un tono juguetón.

—Aun si llegáramos a casarnos, Danzou perdería el interés en ti como informante al unirte a la familia —me respondió Sasuke, y podía notar que permanecía meditabundo— La boda debe evitarse por completo, pero se necesita de una excusa válida para una caza fortunas.

Suspiré resignada, ya que aunque me había entristecido oírlo negarse a casarse conmigo, notaba que él seguía sumergido en los beneficios de su familia. No estaba pensando en amor y probablemente no pensaría en él con quién sea con quién fuese a casarse de verdad.

—La excusa es sencilla: ¿Por qué una caza fortunas se uniría en matrimonio al hijo menor? Alguien muy avariciosa, buscaría casarse con el heredero.

Desde que planteé la pregunta, Sasuke frunció el ceño y al mencionar "heredero", lo noté gruñendo enfadado.

—¿Estás insinuando que tratarás de seducir a mi hermano? —preguntó bastante molesto, algo que me confundió.

¿Estaba celoso o había algo ahí que desconocía?

—No seas tonto. Si intentara seducir a tu hermano, Danzou seguiría sin confiar en mí si piensa que mis intenciones son unirme a los Uchiha —respondí ignorando, por ahora, aquella reacción— Creo recordar que el señor Hyuuga será el heredero de la familia, ya que el líder actual sólo tiene hijas, y después de la escena de hoy…

—Hyuuga ya está casado. Sólo podrías aspirar a ser una amante. No es tan bueno como ser la esposa, aún si es de un segundo hijo —protestó, y tuve la sensación de que trataba de convencerme de lo que me convenía, más allá de su plan.

Aparentemente tras toda la buena actuación en el baile, mi corazón me estaba jugando malas pasadas.

—Aspirar a ser la amante de un hombre casado, es mejor en esta profesión, porque alguien que busca una amante en esas circunstancias, es porque o no ama a su esposa o la mujer ya está embarazada y necesita con quién "desahogar su pasión" —expliqué— Son alrededor de nueve meses de pagos y regalos y se puede buscar un mejor postor, pero casada con alguien que podría ser desheredado por causa de la unión, es un muy mal negocio. Sólo los enamorados se casan con riesgo a la pobreza.

Él permaneció callado unos instantes, meditando aunque también me pareció verlo incómodo con mi declaración.

—Esperaré a ver los efectos de lo ocurrido hoy antes de saltar a esa opción —declaró y el silencio se cirnió entre nosotros unos instantes.

Pensé que permaneceríamos así el resto del viaje, pero el carruaje dio un salto y tiró la caja con el primer premio del último evento. Al caer al suelo, quedó al descubierto el amuleto.

—¿Para qué es? —Sasuke me preguntó al recogerlo. No esperaba que al final le ganara la curiosidad.

—Es un amuleto para el amor de un templo de Kyōfū —respondí— Al menos es lo que el señor Hyuuga me ha dicho.

—¿Le has dicho que te lo he regalado?

—Sí, claro. Dijiste que había que buscar una forma de que el resto de la gente se enterara de que me los has regalado y aproveché la oportunidad.

—Tenemos que buscar otra forma de comunicarlo —me dijo y seguía sin mirarme— Él no es lo suficientemente cotilla para que se divulgue.

—Lo colgaré en mi cintura al salir de casa y todos lo verán, ahora que tienen mucho que cuchichear de mí —propuse a modo de broma.

—Hazlo.

—¡¿Qué?!

—Démosles algo más de qué hablar.

—Menosprecié sus supersticiones en la fiesta. Siento que se burlarán de mi si llevo presuntuosamente un amuleto que parece ser valioso para ellos —objeté, ya que no quería parecer que me contradecía a mí misma.

—Se supone que los amuletos deben llevarse discretamente para que funcionen, si lo dejas a la vista, entenderán la burla.

Di un suspiro de resignación y asentí en silencio. No sólo porque no tenía sentido objetar, sino porque estábamos llegando a la casa.

—En estos días, si sales, mantente alejada de Hyuuga —me comentó antes de salir del carruaje.

—Pensé que querías…

—No por ahora.

Ya había visto dudas en Sasuke con respecto al plan de "buscar mejores clientes", pero me pareció muy extraño que detuviera el plan tan repentinamente, y aunque quería preguntarle, aún tenía la sensación de que estaba de malhumor, asi que preferí dejarlo para otro momento.

Al bajar del carruaje y entrar a la casa, Sasuke comenzó a mostrarse enojado, y recordé que se suponía que acababa de pelearse a golpes por celos.

La ropa de Sasuke estaba bastante maltrecha y si lo pensaba bien, había sido bastante afortunado, ya que el señor Hyuuga no había lanzado ningún golpe y se había limitado a defenderse.

—Mi señora, ya tenemos todo preparado. La flor roja está en el cajón derecho de su tocador —el ama de llaves se me acercó en cuanto entramos a la casa, y todos nos miraban curiosos.

¡Era verdad! ¡Estaba olvidando la sorpresa que tenía preparada!

—Cariño, sé que no estás de humor, pero ¿podrías esperar abajo unos minutos? Yo…

—¡¿Primero coqueteas con ese imbécil y ahora quieres dejarme fuera de la habitación?! —me gritó de repente. Me sorprendía la facilidad con que podía adentrarse en su papel que llegaba a hacerme dudar.

—Sólo serán unos minutos. Prometo que…

Sasuke me llevó al hombro como veces anteriores sin dejarme seguir hablando y sin decirme nada, me llevó a la habitación mientras yo pataleaba y protestaba.

Mi oposición no era actuada, de verdad quería evitar que Sasuke entrara a la habitación porque no quería arruinar la sorpresa que le tenía preparada. Sin embargo, estando en su hombro, aún si pataleaba, no había forma de que pudiera detenerlo.

En tanto Sasuke me subía, los sirvientes miraban el espectáculo sin intervenir y al entrar a la habitación y cerrar la puerta tras de sí, Sasuke paró en seco, pero en poco tiempo me bajó.

—¿Qué es todo esto? —me preguntó al ver la habitación llena de gardenias blancas. Aún antes de verlas, seguramente había alcanzado a olfatearlas desde fuera, aunque bien pudo confundirlas con mi perfume.

—Intentaba darte una sorpresa, pero lo arruinaste. Yo aún no estaba lista —protesté enojada haciendo un puchero, y él se tomó unos instantes para responderme.

—No se supone que tengas atenciones "afectuosas" conmigo. Si los sirvientes difunden esto, pensarán que también estás enamorada y…

—Conozco mi oficio. Hay que hacer sacrificios para mantener el interés del cliente, y eso incluye detalles como este —aseguré, pues si bien no era mentira, no quería delatar que mi motivación para hacerlo, era un intento fallido de ganarme su afecto— Mientras todo esté relacionado con él sexo, sigue siendo evidente que es parte del trabajo, así que nadie sospechará.

Cuando mencioné el sexo, Sasuke me miró de arriba abajo, después alrededor de la habitación y caminó hasta una de las sillas de la habitación.

—Muéstrame —me ordenó.

—¿Qué? —pregunté confundida.

—Dijiste que no te preparaste. Hazlo.

Pude sentir mis mejillas encenderse con su orden, porque una vez arruinada la sorpresa, no creí que fuese a pedirme que lo hiciera de todos modos y que por primera vez expresara curiosidad por algo que estaba fuera de los planes. Me hizo sentir que podría tener una oportunidad con él.

Irónico, ¿no? Siempre me había mostrado coqueta, descarada y atrevida con él tratando de conseguir su atención, y ahora que la tenía, me sentía tímida.

—¿Te quedarás ahí mirando? —pregunté tratando de que sonara a reproche, pero creo que tartamudeé un poco.

—Sí.

—¡Se supone que te quedarías abajo mientras me preparaba! ¡Si miras desde ahora, se arruinará la sorpresa! —exclamé aún avergonzada esperando que con ello, él saliera de la habitación y me diera tiempo de calmarme y prepararme.

—Hazlo —volvió a usar ese tono imperativo característico de él mientras cerraba los ojos.

—Si haces trampa, ya no haré nada —repliqué, y sentí cómo mi voz volvía a tartamudear.

Recibí un gruñido por respuesta y nerviosa, miré por toda la habitación tratando de buscar cómo adaptar mi idea original, ya que mientras Sasuke no estuviese fuera de la habitación, no causaría el mismo impacto, mucho menos cuando él ya habia visto todas las gardenias.

Mi única alternativa, era cerrar el docel de la cama, que por fortuna, a causa del clima veraniego, las cortinas eran blancas traslúcidas, así que usaría la transparencia a mi favor.

Saqué la gardenia roja del cajón, y la puse sobre la cama con las cortinas ya cerradas, y quise apresurarme a quitarme el vestido, pero tenía tantas capas de ropa, que me era difícil conseguirlo.

Me paré frente al espejo para saber mejor qué alfileres quitar e incluso, poder mirar dónde colgaban los cordeles del primer corsé para tirar de ellos y poderme quitar el vestido.

—Necesito ayuda con el vestido —dije frustrada al no haberlo conseguido sola después de algunos intentos— Llamaré a alguna de las sirvientas…

—No —se negó Sasuke con imponencia, pero sin gritar y enseguida, se levantó de la silla para ponerse detrás de mí.

—No se supone que veas la preparación —protesté volteando hacia él y abrazándome a mi misma para evitar que me quitara el vestido.

No es que en el pasado Sasuke no me hubiese desnudado antes, pero la sorpresa se estaba arruinando. Además, seguía sintiéndome nerviosa, como si aquella petición de él, tuviese un transfondo más allá del deseo, lo que me hacía sentirme aún tímida.

—Si llamas a alguna de las criadas, se cambiará el sentido de la actuación que hicimos al llegar —me dijo con voz pesada mientras deslizaba sus manos por mi cintura para hacerme girar de nuevo frente al espejo— Puedes ir detrás del biombo después de que afloje los cordones. A menos que necesites más ayuda.

Oía su voz ronca al hablarme y por el espejo notaba su mirada en mi cuello… o quizá sólo lo estaba imaginando, pero fantasía o no, podía sentir mi cuerpo temblar. Él era el único que podía causarme tal sensación de deseo y vulnerabilidad.

—Listo —anunció sin moverse de detrás de mí, y apenas había alcanzado a sostener el vestido para que no cayera por completo.

—Gracias —fue lo único que pude decir antes de correr detrás del biombo— ¡Vuelve a la silla!

Mi corazón latía acelerado, me sentía emocionada, pero temía que yo misma me estuviese engañando, así que respiré hondo varias veces para tranquilizarme y cuando lo conseguí, me quité las capas de ropa del hermoso vestido hasta quedar únicamente con la ropa interior.

En ese punto, no sabía si estaba alucinando ver en los ojos de Sasuke lo que anhelaba o si era verdad, pero sin importar la respuesta, necesitaba recuperar mi confianza. Esta noche conseguiría abrirme paso en él, aunque fuera un poco.

—¡Cierra los ojos! —ordené sin recibir respuesta, así que asomé el rostro por el biombo y él en verdad me había obedecido— ¡No hagas trampa o ya no haré nada! —dije en tono de advertencia mientras corría de puntillas hasta la cama al mismo tiempo que lo vigilaba. Recibí un gruñido por respuesta y me apresuré a acostarme en la cama en una posición sensual, colocando la gardenia roja en mi entrepierna por debajo del camisón sin la pantaleta— ¡Estoy lista!

Cuando me acomodé en la cama, había recuperado mi seguridad, pero cuando ví la figura de Sasuke a través de las cortinas traslúcidas acercarse con la gracia de un felino acechando, los nervios regresaron a mí.

Por poco se me escapó un gritito de pánico cuando él levantó la mano para hacer a un lado el dosel, y sentí que ese breve movimiento duró más de lo que realmente lo hizo.

Finalmente pude ver el rostro de Sasuke cuando abrió la cortina y aunque su rostro se veía estoico, me pareció ver en sus ojos más emociones de las que habría esperado.

—¿Te gusta? —pregunté tratando de oírme seductora, pero me parece que tartamudeé un poco, y podía sentir mis mejillas calientes.

Más de una vez Sasuke me había visto desnuda o con poca ropa como ahora, así que el toque diferente, era la gardenia entre mis piernas, pero por desgracia, había olvidado que la flor seguía oculta debajo de mi camisón, por lo que me hizo sentir tonta haber preguntado antes de tiempo.

Sasuke me dirigió una sonrisa que no supe interpretar. ¿Era burlona? ¿De felicidad? ¿Ansiosa?

Ni siquiera tuve tiempo de analizarla porque él ya se había inclinado hacia mí para besarme apasionadamente, como si hubiese estado esperando por el contacto desde hace mucho


¿Por qué Sasuke actuó de esa manera? ¿Será que Karin logró seducirlo acertadamente o hay algo más detrás? ¿Cuál será la reacción de Danzou y el resto de la gente en Konoha? ¿Cuál será la reacción de Sakura y la familia de Sasuke? ¿Sasuke aceptará el plan de Karin de fingir que le pedirá matrimonio? ¿Qué otras preguntas les han surgido al leer el capítulo?

Me encantará leer sus preguntas y teorías en los comentarios n.n

Historias a actualizar hoy:

*Peligrosos deseos

*La marca del lobo

*El fantasma de la novia

*Inexperiencia

*El cliché de los gemelos (doble actualización)

Les recuerdo que esta historia en particular se actualiza mensualmente, y este capítulo correspondía al mes de octubre. Sin embargo, por el desfase que ha causado mi ausencia, no sé si pueda terminar el capítulo de noviembre a tiempo. Haré lo posible, pero de no serme posible, tendré que actualizar esta historia hasta diciembre.

Como parte de mi contribución a las fiestas de Halloween y Día de muertos, fue que compré una nueva comisión con los chicos de Sketch Wolves. Estaré subiendo el fanart en X (Twiter) y Devianart para que puedan verlo. Sin embargo, es probable que lo esté subiendo en la semana o el próximo fin de semana n.n

Una vez más, lamento mucho las molestias, pero espero que las actualizaciones de hoy sean de su agrado n.n