No piensen que los volví a abandonar, aquí estoy trayendoles otra actualización. Les dejó disfrutar el capítulo.


AMARE ET SAPERE VIX DEO CONCEDITUR

(Incluso a los dioses les cuesta amar y saber a la vez)


Draco sentía ese como un momento mágico, podía jurar que algo brillaba alrededor de ellos mientras él tenía una mano enredada en el cabello de Hermione y la otra en la suave curva de su cuello.

Y cayó en la realidad. Fue peor que una caída de escoba, a más de cien pies de altura. De pronto tuvo un montón de voces diciéndole que besarla estaba mal. A su padre repudiándolo con un grito estremecedor.

Se sobresaltó de su lugar en el sofá, en tanto miraba a la chica de manera horrorizada.

Hermione estaba claramente asustada. La reacción de Malfoy había sido tan dura, tan malditamente predecible. Porque sí, en el fondo sabía que besarlo no estaba del todo bien, que no podía ser así de fácil. A pesar de ello, en tanto lo observaba parado frente a ella, no podía dejar de repetir en su mente;

No te arrepientas. Por favor, por favor, por favor. No te arrepientas.

—Lo lamento, esto fue un error —cada palabra salió de los labios del chico provocando que el corazón de Hermione se hundiera más y más.

Enseguida corrió hacia las escaleras convirtiéndose en algo borroso por la rápidez en la que se fue.

Hermione se sintió… no sabía cómo sentirse.

Era como una revelación, porque a través de todos los encuentros nocturnos, cada una de las conversaciones intelectuales y confesiones, los regalos, la ayuda y los cumplidos; ella se había enamorado de Draco Malfoy.

Esa era la razón por la cuál las cosas con Émile no habían funcionado. El motivo que la llevaba a detener cada acercamiento con Derick. Se debía a que su corazón latía por otra persona. Y ella se había encargado de negar ese sentimiento.

Ahora, allí estaba.

Abandonada luego de besar al chico del que estaba enamorada y, el sujeto en cuestión, no correspondía tal sentimiento. Él lo denominó un "error". Tal vez la apreciaba, de lo contrario no hallaba otra explicación; Draco la había salvado una vez, compartieron cama en dos ocasiones y cuando tenía frío había permitido que juntaran sus pies. Eso debería significar algo, ¿cierto?.

Decir que pudo conciliar el sueño esa noche, habría sido un eufemismo. Apenas pegó un ojo en lo que restaba de madrugada hasta el día siguiente.

Cuando el nuevo día llegó, Draco Malfoy, seguía presente en su cabeza.


Con Draco fue lo mismo. Pensaba y pensaba y volvía a pensar. Su mente estaba inundada de recuerdos del que pasaba a ser el mejor beso de su vida.

Él, Draco Lucius Malfoy, había besado a Hermione Jean Granger, sí sabía su nombre completo, dejando eso de lado, era un hecho insólito.

Y se sintió genial.

¡Por las calcetas de Salazar! Tenía sentimientos por Granger, sentimientos reales.

¡MIERDA!

Tenía que hablar con Blaise. No. Blaise tenía sus propios problemas.

Theo estaba saliendo con Luna. No había manera de confiar en sus consejos.

¿Pansy? No, Pansy se reiría en su cara.

Fumar. Sí, fumar ayudaría. Y luego tendría que pensar.

¿Cómo demonios había permitido que esto pasara? ¿Por cuánto tiempo había estado sucediendo esto?

Cinco cigarros después, tuvo la mente un poco despejada. Granger le gustaba, probablemente le había estado gustando por varios meses. Casi podía imaginarse saliendo con ella. Sin embargo, no podía. Decepcionaría a su madre, a su padre y a todos sus antepasados, aquellos que hicieron sacrificios para mantener el nombre "Malfoy" bien y en alto. Sacrificios como el que Draco debía hacer.

Pero era tan difícil. Ella… ella lo comprendía. Conocía su pasado y aún así estaba dispuesta a olvidarlo para darle una oportunidad más. ¿Cómo iba a ser capaz de dejar pasar algo que probablemente le sucedería por única vez en la vida?

Es lo que debes hacer, Draco. Recuerda, Sanctimonia Vincet Semper. Es tu obligación.

Tenía que olvidarlo todo, tenía que olvidarla.


Viernes 28 de Abril del 2000

"Toc, toc"

—Granger, apresúrate.

"Toc, toc"

—Draco, rápido.

Y así, Pansy fue pasando de habitación en habitación apresurando a todos.

Hermione se puso delante del espejo, revisando su vestido una vez más. La prenda era de satén, en rojo, con tirantes delgados, que le quedaba por encima de las rodillas. Además, para no lucir tan descarada tomó la casaca de cuero que solía ser de su madre, sintiendo un poco más de confianza.

Cruzó la puerta cuestionando si había sido buena idea dejar que Pansy eligiese su ropa para la fiesta.

Al terminar de poner los hechizos de seguridad en su puerta, y al girar para irse, vió a Draco haciendo lo mismo.

—Ah, hola Malfoy.

Le hizo un ademán, actuando normal, como se había prometido hacer y fue en dirección a las escaleras.

—Soy la mejor —dijo Pansy apenas la vio— No necesito que me lo agradezcas, Granger. Ahora, si no es mucha molestia, ¿nos podemos ir?

Hermione se acercó dónde Ginny y Neville para poder ir juntos.

Ese día, Ilvermorny había ganado su lugar en las semifinales del campeonato de Quidditch, y según les habían informado, estar dentro de la recta final era digno de festejar. Por consecuencia, habían sido invitados a la fiesta de celebración.

Era una fiesta clandestina, sin embargo, el equipo que ganaba tenía la autorización tácita de organizar una fiesta, así que los rectores hacían de oídos sordos y salían a una cena, dejándoles el campus para ellos el día de la final del campeonato interno.

Fabuloso.

La residencia de Ilvermorny era más grande que la suya. Puede que con las nuevas reglas de admisión haya aumentado la población estudiantil, no obstante, eso no explicaba el por qué tenían una piscina.

—¿Tiene una piscina? —dijo Blaise expresando lo que todos pensaban.

—¿No lo sabías? —Pansy lo miró con incredulidad.

—Noo. ¿Tú sí?

—Mi novio vive aquí, claro que lo sabía —rodó los ojos y corrió hacia el chico en cuestión, quien la envolvió en sus brazos.

Sin importarle nada más, se fue al interior del lugar, abandonándolos.

—Genial —resopló Blaise, nuevamente siendo la voz del pueblo.

Susan y Daphne vieron a algunos de sus compañeros de medimagia y se acercaron a ellos.

Dos horas después habían formado un grupo con los conocidos de algunos de los chicos y la fiesta fue divertida. No podían sentirse tan libres como cuando estaban en el Japan, aún así fue buena. Blaise terminó en la piscina, Luna igual.

Era sorprendente que los de Ilvermorny no se limitaban a la música mágica, incorporando canciones de moda.

¡Tell me why! —coreaba alguien.

El resto respondía.

¡Ain't nothin' but a heartache!

¡Tell me why!

¡Ain't nothin' but a mistake!

Y luego;

¡If you wanna be my lover!

¡You gotta get with my friends!

Incluso hubo momentos románticos donde se gritaba;

And I don't want the world to see me.

'Cause I don't think that they'd understand

When everything's made to be broken

I just want you to know who I am

Contrastando con The Weird Sisters, con This is the night y otros de sus últimos éxitos.

Las bebidas también iban y venían de un lado a otro, aún había gente bailando y una que otra pareja pasando un buen momento tanto al interior como al exterior.

Al llegar la madrugada Draco se encontraba algo mareado, probablemente algo de lo que había bebido era muggle. Su mirada inevitablemente cayó en Hermione, quien estaba hablando con un chico mientras sostenía su vaso.

¿Por qué siempre parecía tener un chico cerca?

Porque es bonita, respondió de forma automática en su mente. Y al instante se corrigió.

No. Ella era audaz, determinada, ambiciosa, con gran ingenio, hacía uno de los mejores chocolates calientes del mundo y sus labios eran…

—¡EL RECTOR MOORE ESTÁ VINIENDO! —gritó alguien con un hechizo amplificador de voz.

Theo tomó la mano de Luna para correr hacia la puerta y los jóvenes que no pertenecían a la residencia, huyeron también. La reacción de Draco fue rápida, se adelantó a tomar la muñeca de Hermione y la guió por el césped que estaba detrás de la piscina.

—Malfoy, ¿a dónde se supone que vamos? —cuestionó agitada.

El rubio deslizó su mano para sujetar la suya.

—Estoy buscando un atajo.

Oyeron a más personas correr.

—Creo que hay un camino detrás del comedor —Hermione jaló su mano para llevarlo a otro lado y volvieron a correr.

Siguieron un laberinto, a la vez que los faros del campus se iban encendiendo. Hasta ese momento habían confiado en la oscuridad para no ser encontrados.

Cuando vislumbraron la residencia con las luces encendidas, se tensaron juntos. Draco apretó la mano de Hermione y la llevó hacia los árboles que cubrían la parte trasera del jardín.

—Ekman seguramente está dentro, ¿cómo vamos a entrar? —la chica lo soltó para apoyarse en uno de los árboles y poder descansar.

El rubio se sujetó la cabeza, que le martillaba incesantemente, de pronto, igual que hace no mucho, volvió a sentirse atraído por la chica que en ese momento tenía frente a él y sin dudar dió un paso hacia ella.

—No Malfoy.

—¿Qué? —respondió mirando la mano que ella acaba de poner sobre su pecho, en su vago intento de detenerlo.

—No nos vamos a besar de nuevo.

—¿Por qué?

Hermione reprimió el escalofrío que recorrió su cuerpo al oír su voz tan odiosamente siseante y pretenciosa.

—¿Para qué? ¿Para que después te arrepientas? —casi se rió intentando no sonar tan herida.

El chico bajó la mirada y trató de retroceder. Sería fácil si ella no fuese tan… Granger, tan ella, con las cosas que la definían y con sus defectos, tan vulnerable pero al mismo tiempo tan fuerte.

—Y además estás tomado.

Draco se acercó nuevamente y puso las manos a los lados del tronco en el que ella se apoyaba.

—¿Y si no lo estuviera? —compuso en el mismo tono que sabía que a las chicas les gustaba.

—Aún así.

En vista de que el susurro no había funcionado, Draco trataba de emplear otras técnicas.

Conectó con su mirada, de manera fija, luego deslizó sus ojos por su rostro hasta llegar a esos labios rosas y suaves, humedeció sus propios labios y como respuesta ella entreabrió los suyos.

Misión exitosa.

Se aproximó con los ojos cerrados y cuando apenas iban rozando los labios, Draco se encontró sintiendo nada. Literalmente nada. Porque cuando abrió los ojos Granger no estaba allí

—¿Qué demonios?

Con un poco más de inteligencia, recordó cuando ella le dijo que se podían aparecer dentro del campus a cualquier lugar. Era así de fácil y aún así él había atravesado medio campus corriendo como un estúpido.

Maldición.

En tanto, Hermione estaba de pie en su habitación junto a la ventana viéndolo dar unos pasos hacia el jardín para luego aparecerse, al segundo siguiente, oyó un suave golpe en la habitación del lado.

—Ahora sabes lo que se siente que alguien te deje tirado, ¿no es así Malfoy?.


Sábado 13 de Mayo el 2000

Hogwarts y Durmstrang estaba en la final del campeonato, tal como al inicio de la temporada.

Como celebración Draco organizó una cena en un restaurante gourmet y lujoso de Gamla Stan para su equipo; si bien el resto de sus compañeros los animaban y compartían con ellos, no eran quienes debían vencer sus nervios en el campo ante el equipo que los eliminó la temporada pasada antes siguiera empezar a jugar enserio.

Durmstrang a lo largo de los partidos se hacían más fuertes, la ilusión de Ilvermorny por llegar a la final se fue por un precipicio en los primeros minutos del juego.

Así que, si estaban nerviosos, había una justificación.

—Y Blaise se metió debajo de la mesa con algunos pasteles, en la boda de su madre, una boda en la playa —iba contando Daphne mientras ya estaban en el tercer tiempo del menú —, cuando salió de allí, tenía un cangrejo enganchado en la pernera del traje, comenzó a correr por el lugar, Draco, Theo y Pansy lo siguieron intentando ayudarlo. El cangrejo se aferró más fuerte y Blaise se sacó los pantalones, justo enfrente de toda la élite mágica de Europa.

Todos rieron a carcajadas con la imagen de un Blaise de seis años corriendo semidesnudo en una boda presuntuosa.

Draco se puso de pie cuando la cena terminó para hacer un brindis.

—El camino hacia la final no ha sido fácil, ustedes bien lo saben. Como le dije a Blaise, esto no es por la gloria, un poco sí, la vena Slytherin en mí no me va dejar ser tan humilde; aún así esto es para darnos, a los diecinueve, algún tipo de alegría. Porque esto ha sido un trabajo en equipo. La victoria será tanto suya como nuestra. También para dejarles en claro a nuestros rivales que podemos darles guerra —muchos sonrieron alarde— Me gustaría agradecerles por su esfuerzo, por no faltar a ningún entrenamiento y dar todo de ustedes en cada uno. Y sobre todo por elegirme como su capitán, por otorgarme tal confianza para poder guiarlos a este momento. Pase lo que pase, seguiremos intentando hasta ganar, sean fuertes y no se olviden de disfrutar el juego y la victoria. ¡Salud!

—¡Salud!


Una noche, casi a fines de mayo, Hermione bajó a la sala para encontrar a Pansy, Blaise, Theo y al infame Draco Malfoy, frente a la chimenea, compartiendo una botella de algo.

—¿Pasa algo malo? —se decidió por romper el silencio.

—Granger, que bueno que nos acompañas.

—Pansy… —la regañó Malfoy.

—¿Qué? Tal vez quiera algo de whiskey —conjuró un vaso pequeño y sirviéndolo lo extendió hacia ella.

Hermione suspiró caminando en dirección a ella para recoger el vaso.

—¿Y qué se supone que estamos celebrando?

—Es el cumpleaños de Narcissa.

Giró automáticamente la cabeza hacia Draco. Estaba al tanto de las condiciones bajo las cuales se había librado de Azkaban. Estaría atrapado en Suecia durante los cuatro años que durase su carrera, sin posibilidad de volver a Inglaterra y ver a su madre.

—¿Por qué deberíamos estar tristes? —quizo animarlos— Está cumpliendo un año más de vida, por eso se celebran los cumpleaños.

—Probablemente esté pasando este día sola —Draco casi tenía la voz rota, pasando los dedos por la última carta de su madre, que estaba dentro de su bolsillo.

—Siendo justos, no conozco nada sobre tu madre, cuéntenme algo sobre ella.

Eso reconfortó a los chicos, había pasado mucho tiempo desde la última vez que vieron a la mujer que representaba una figura maternar para ellos, y a veces sentían que olvidaban su tono de voz, su aroma o lo bien que se sentían sus abrazos.

—Tiene paciencia, nos leía cuentos cuando nos quedábamos en Malfoy Manor de niños —dijo Theo casi susurrando.

—Es muy fuerte, muchas personas de nuestro entorno la respetaban, y participa en la caridad. No por mantener las apariencias, sino porque quería ayudar. Se preocupa por los ancianos, familias pobres y niños de pocos recursos en los Costwolds.

—Posee la colección más extensa de zapatos de todo Europa, y no exagero —sonrió Pansy detrás de su copa.

—Es inteligente, no era otra chica de sociedad lista para ser un florero en un matrimonio conveniente. Le interesa la historia de la magia, la legislación, los negocios y la medimagia —dijo Draco casi mostrando una sonrisa de orgullo en su rostro— Sabe tanto de pociones como padre sabía de magia oscura. Cada verano practicaba conmigo antes de regresar al colegio, así poder ganarle a alguien y destacar en el único curso en el que esa persona no me daba tanta pelea.

Hermione lo miró de reojo, sabiendo que se refería a ella.

—Nos dejaba comer dulces a escondidas y cuando las cosas eran horribles en casa, ella estaba dispuesta a recibirme en la suya —Blaise bebió con impetu.

Mientras volvían a beber, Hermione se puso de pie y se acercó al tocadiscos para poner algo de música, halló un vinilo de Billie Holiday, al instante "Solicitude", inundó la sala de estar, con su calmado ritmo y el saxofón de fondo.

Quien sea que haya puesto esos vinilos allí, tenía un buen y variado gusto.

Gracias Merlín.

—Y Granger, ¿por qué terminaste con Weasley? —le preguntó Pansy.

La chica suspiró.

—Tan bien qué ibamos.

Con el paso de las horas y rodeada de Slytherins, Hermione se divirtió, jugaron Snap Explosivo, conversaron de cosas triviales como canciones favoritas o cuál era su equipo de Quidditch favorito.

Poco a poco y cuando comenzaba a amanecer, los únicos que quedaron en la sala fueron Draco y Hermione.

—¿Sigues enojada conmigo?

—¿Por qué últimamente hablamos cuando estás tomado?

—Deja de responder con preguntas. Y no estoy ebrio.

—No estoy molesta ni nada solo… —se mordió el labio—... quiero tener las cosas claras entre nosotros.

Definitivamente eso no era lo que Draco esperaba oír. Por lo menos se estaba distrayendo de la idea de su madre sola en la inmensidad de la mansión. Dejó su cigarrillo en el cenicero que estaba sobre el asiento que Blaise había ocupado durante la noche y se acercó a ella, en el sofá. El mismo sofá que lo vió caer en la tentación.

—Voy a ser claro, entonces —la miró con intensidad, buscando seguridad para lo que estaba por decir— A pesar de gustarme, no puedo tener nada contigo, no de esa forma. No es lo que mi familia espera de mí, yo…

—Draco —lo detuvo antes de que continuara arruinando las cosas—. Me gustas también. ¿No crees que después de todo lo que pasamos, no nos merecemos esto? ¿Después de involucrarnos en una guerra ocasionada por la sangre, podamos luchar por algo que quizá valga verdaderamente la pena?

Él le gustaba. Draco podía sentirse al borde del colapso ocasionado por el alivio. No estaba solo en esto. Sin embargo, su resolución seguía intacta.

—Asimismo, lo hago por ti —quizo justificar— Aquí puede parecer todo tranquilo, en Inglaterra no lo será. Me rechazarán por ser quien soy y por lo que represento.

—Probablemente, pero esto no es por mí— se puso de pie y cruzó los brazos frente a él— Lo sabes muy bien.

—Granger…

—Solo… hazme un favor, ¿quieres?. Sé honesto contigo mismo.

Con eso dejó la sala para ir a su habitación.


Todos estaban nerviosos y ansiosos a la vez, incluso su capitán supo que un discurso motivacional no iba a influir mucho. No había más que decir, las cartas estaban sobre la mesa.

—Y con una camino a la final limpio, constante y muy victorioso, con ustedes, ¡Hogwarts!

Draco pateó el suelo para despegar y fue el primero en salir. Lo siguieron Blaise, Daphne y Ginny alineándose de forma perfecta, a continuación se presentaron Dean y Terry, cerrando con Theo.

Dieron una vuelta al campo, mientras los fuegos artificiales brillaban en el cielo, lanzados por Hermione y Neville, con asombrosa habilidad pirotécnica, y cuando los destellos iban cayendo se convertían en figuras de caramelo con forma de leones, serpientes, tejones y águilas, y al darse cuenta, el público hizo lo posible por atrapar y quedarse con uno, ello a cargo de Hannah, Michael y Pansy.

Como de costumbre, el árbitro del partido les brindó las indicaciones pertinentes y con el sonido del silbato, el juego inició.

Los buscadores fueron a por la mejor posición para ver la snitch. Terry tenía la bludger, manejándola junto a Dean y darle al cazador principal del equipo contrario, Daphne persiguió la quaffle y al tenerla la pasó a Ginny, la pelirroja siendo resguardada por sus dos compañeros logró pasar a la defensa y lanzar la quaffle por el aro más alto.

—¡Primeros puntos para Hogwarts, que espectacular triángulo de cazadores acabamos de ver!

Theo salvó un par de intentos de parte de Durmstrang, no corriendo la misma suerte con el tercero.

Una hora y media más tarde el partido iba muy parejo, los jugadores ya comenzaban a verse agotados y Draco notó que sus cazadores estaban reduciendo el ritmo, a diferencia del otro equipo, ellos no tenían cambio.

Tomando la delantera, Daphne logró el score de 210 a 190.

Dean le dió al golpeador que intentaba seguir a Draco.

Theo casi cayó por su escoba intentando salvar sus dos aros más vulnerables y al ser distraído por el movimiento, el rubio vió la snitch justo en el pie izquierdo de su amigo. Trató de no llamar la atención en tanto se acercaba, le hizo señas a Dean para que cuidara sus espaldas y a tan solo cinco metros de Theo, se lanzó por la ansiada snitch.

El otro buscador, estaba casi junto a él en un parpadeo, la snitch viró a lo más alto y cuando Draco la seguía, se dejó caer bruscamente. El chico aceleró lo más que pudo y cuando creía que iba estamparse contra el suelo, sin snitch, cerró los ojos con la mano en un puño, y al ras del suelo.

—¡DRACO! —oyó decir a alguien, él reaccionó.

Hizo un aterrizaje forzoso y con temor, movió cada uno de sus dedos, abriendo la mano, cuando el meñique ya no estaba sobre su palma, la gente comenzó a gritar.

Tenía la snitch.

Ahí, en medio de su mano, brillante, y real.

Pudo sentir una lágrima por la esquina de sus ojos antes de ser abrazado por Blaise, por Daph, Terry, Seamus, Ginny y Theo.

Observó al resto de sus amigos, bajar del estrado como un torbellino.

—¡Y HOGWARTS SE PROCLAMA COMO CAMPEÓN DEL CAMPEONATO INTERNO DE QUIDDITCH DE ELYSIAN! ¡AQUÍ TENEMOS A LOS CAMPEONES DEL AÑO DOS MIL, Y REPRESENTANTES EN LA LIGA UNIVERSITARIA!

Pero no importaba el aplauso de los demás, porque todos estaban abrazándose y llorando y riendo.

—Lo lograron, chicos, lo hicieron.

—Lo logramos —corrigió Draco.

Era una sensación indescriptible, alegría, orgullo, incredulidad y muchas otras cosas que no podía identificar, aún cuando les entregaban medallas y el trofeo.

Dieron una vuelta al campo con el trofeo pasando de mano en mano, y siendo levantado. Todo el esfuerzo y los sacrificios hechos, los había conducido allí, a ese momento.

Y esa noche hubo bebidas por doquier, en cualquier parte de su residencia. Mucha música y un desastre. A excepción de ciertos chicos y chicas, quienes estaban más entretenidos regodeándose de la primera victoria de Hogwarts en treinta años, además de poder representar a Elysian en la Liga Universitaria de Quidditch que se celebraba cada cuatro años. Lo que llevó a una mañana tranquila, sin dolores de cabeza ni resacas.


Lunes de 05 de junio del 2000

Era el cumpleaños de Draco Malfoy, y era obvio que se iba a hacer una fiesta; sin embargo cuando se le preguntó a Pansy cómo iban a organizarse, la respuesta fue simple.

—No haremos nada, Draco se va a ir por ahí con Blaise y Theo, oí que se les iban a unir Longbottom y Macmillan, él ha estado algo melancólico estos días.

Hermione podía entenderlo, extrañaba a su madre seguramente más en estas fechas y con los exámenes finales a un paso, era poco lógico tener una fiesta.

¿Debía darle un regalo? Y si es así, ¿qué clase de regalo?

Pasó todo el día pensando en eso, no obstante, fue inútil. No vio a Malfoy ni ese día, ni a lo largo de la semana.


—Jóvenes, este ha sido un próspero y excelente año académico. Les agradecemos por su constancia y esfuerzo, esperamos que se lleven muchos aprendizajes, más que teóricos, de valores, que les ayuden a crecer como brujas y magos mejores en nuestra sociedad. Asimismo me gustaría agradecer a nuestros0 maestros, que los guían, motivan y apoyan en cada paso en dirección a sus metas —los mencionados asintieron con sonrisas—. Contamos con ustedes el próximo semestre, disfruten sus vacaciones, no tanto, y sobre todo: ¡Sigan adelante!.

El auditorio se llenó de aplausos y el rector, un poco más jovial, hizo una venia.

—Buen viaje a todos, pueden retirarse. Graduados, permítanme unos minutos con ustedes.

Así, se retiraron para continuar la cena en sus respectivas residencias.

En el caso de nuestros estudiantes favoritos, ellos encontraron la mesa del comedor llena de una variedad de platillos y postres, los cuales compartieron entre charlas con familiaridad y diversas bromas. Para luego sumergirse en juegos y más charlas perezosas.

Porque ese año, después de la tormenta llegó la calma.

Hermione notó cuando Draco se fue al jardín y esperando unos minutos decidió ir tras él. Si iba a irse por casi dos meses, necesitaba una respuesta.

—Malfoy, ¿me parece o me has estado evitando?

El chico giró casi asustado y trastabillando un poco.

—Te parece —volvió a colocarse el cigarrillo entre sus labios— ¿Quieres? —le extendió esa horrorosidad blanca a Hermione que se había puesto a su lado.

—No y no sabría cómo hacerlo.

Entendiendo su mirada inquieta, Draco apagó y desapareció el cigarro.

—Solo porque estás aquí y sé cuanto lo odias.

—Vaya, qué considerado —dijo poniendo los ojos en blanco.

Ambos rieron, como solían hacerlo antes del desastre. Hermione extrañaba aquellas noches, no había pasado mucho, pero extrañaba a su compañero nocturno.

—No te puede decir feliz cumpleaños.

—No importa.

—Porque me estabas evitando —intentó suplir su torpeza, a lo que viniste Hermione— ¿Qué le dirías a tu madre?

El rostro desencajado de Draco fue difícil de ocultar. Por ende, la joven le repitió la pregunta.

—¿Qué te gustaría decirle a tu mamá? —en un tono suave.

Aunque tardó, y Hermione estaba segura que se tenía que ir, oyó su voz algo ronca, respondiendo.

—Le diría que estoy bien, que no se preocupe. Y que me va excelente aquí, estudiando. Quisiera llevarle la medalla que nos dieron por ganar el campeonato, y que vea el uniforme que nos diseñó Pansy. Le contaría muchas cosas, le hablaría de tí y de todos. Diría que padre había estado tan equivocado, y… —suspiró y luciendo algo desconfiado— Le diría que la quiero. Aunque la verdad, solo con verla me sentiría satisfecho.

Se dejó abrazar cuando Hermione lo rodeó con sus brazos, apoyó la frente en su hombro sintiéndose más ligero. Y cuando los instantes se hicieron minutos, su aroma lo atrajo.

La observó y luego, involuntariamente, su mano yació en su mejilla, Hermione respondió a su caricia, y casi sin poder detener el impulso, se besaron.

No con suavidad, sino de forma abrasiva. Con mordidas y la chica dándole uno que otro jalón de cabello. Y maldita sea, no era suficiente.

Era paradójico en comparación con lo que ocurría dentro, allí apoyados en la pared más lejana a una ventana, fueron de la calma hacia la tormenta.

Draco colocó las manos al filo de sus pechos, tentándola a caer en la infinita locura.

Había calor y luego frío. Y fuego, mucho fuego.

Cuando se alejaron para tomar el aliento que habían perdido en brazos del otro, Draco dijo lo más estúpido que pudo decir en ese momento.

—No puedo , yo…

—¿Por qué soy una sangre sucia? —cuestiono enojada y sintiéndose ridícula— ¿En serio, Draco?

—Lamentablemente sí —eso no era lo que quería decir—. Pero…

—Oh, demonios. Creí que habías cambiado —lo empujó, obligándolo a alejarse de ella.

Esto se estaba saliendo de control para Draco, alejarla de forma cruel no era lo que quería hacer. No obstante, ¿cómo podía contradecir su reacción?. Ella tenía todos los motivos para pensar lo peor de él.

—¿Puedes escucharme? —pidió como último recurso.

—No. Y ¿sabes qué? Púdrete, Malfoy.

Sin dejarle más recursos, se fue dentro.

Y al día siguiente, cuando Draco fue a disculparse, su habitación estaba vacía.


N/A: Hola, hola. Primero agradecerles las felicitaciones de cumpleaños y sus buenos deseos. Segundo, tardé trayendo este capítulo porque no quería que sea tan apresurado, ¿lo fue?.

Ahora, respondiendo preguntas, Theo y Luna son novios desde algo después de San Valentín, próximamente les traeré algo sobre ellos. Me gustaría hacerles una pregunta, ¿les gustaría que les comparta un playlist de la historia, con varias canciones que hago referencia aquí y otras tantas?

Para despedirnos, el siguiente capítulo viene potente, así que prepárense. Gracias por sus reviews. Y a continuación voy a responder el de aquellas personas que dejan reviews y que no pude contestarles porque no tienen cuenta y fanfiction no me permite.

Irina A: Mejor tarde que nunca, muchas gracias. Espero que este capítulo te ayude a salir de rutina. Respecto a Ginny y Blaise, donde hubo fuego cenizas quedan, solo digo. Me encantaría leer tus opiniones en cuanto a este capítulo, así que espero que te agrade. Saludos.

Are: Con esta continuación, espero haber alcanzado tus expectativas, empezamos con lo que dejaron. Pero estos dos son tan complicados que no le salen las cosas como quieren y ocasionan malentendidos. Nada está perdido aún. ¡Arriba la esperanza!

Gaesmundo: Hola, sí. AL FIN, gritemoslo. La felicidad nos duró muy poco, nos dieron otro beso y otro casi beso, pero con lo testarudos que son... Jóvenes, siempre haciendo las cosas complicadas. Un abrazo!.