Perdón, por desaparecer. Aquí les traje otro capítulo.


NON VIDEMUS MANICAE QUOD IN TERGO EST.

(No podemos ver la carga que llevamos a nuestras espaldas)


Pansy estaba viendo borroso.

Casi rió ante tal revelación. Salvo la primera vez que bebió vino, nunca se había embriagado, nunca; lo cual era un hito teniendo en cuenta los bailes de sociedad y las constantes fiestas en Slytherin.

Y ahora la celebración de año nuevo se les escapó de las manos a todos.

Notó a alguien con el cabello rubio, presumiblemente Draco, y por el estado de ese cabello Pansy podría decir que estaba teniendo una exitosa sesión de besuqueo con Granger.

Bien por él.

Por otro lado, luego de varios parpadeos, ubicó a Lovegood enseñándole a hacer algún baile extraño a Theo. Y Blaise había desaparecido con la pelirroja al inicio de la fiesta.

Cuando hubo terminado de revisar el estado de sus amigos, movió el vaso que sostenía y bebió el whiskey de fuego en un solo trago.

A ese punto ya estaba tan ebria que un poco más de alcohol daba igual después de todo; así que rellenó su vaso una vez más.


Harry dejó escapar una risa al ver a Ron tratar de subir las escaleras detrás de Daphne y caerse de bruces, para luego volver a intentarlo.

Seamus, Neville y Terry también rieron a su lado.

Ron se irguió como si estuviera convocando algún tipo de magia desconocida y volvió a arremeter contra las escaleras, tropezando en el tercer escalón.

Compadeciéndose de su amigo, Harry y Neville fueron a levantarlo del suelo.

—Creo que deberíamos llevarlo a su cama — dijo Neville intentando equilibrar el peso de Ron.

—¡No! ¡Daphne! ¡zzuchame! ¡Pofz favozz!

Harry inclinó la cabeza hacia un lado cuando el pelirrojo decidió romperle el tímpano. No era ajeno a ver y ocuparse de un Ron borracho, sucedió a menudo después de la muerte de Fred y cuando Hermione terminó con él. En general, pasaban dos cosas, o Ron era difícil o afortunadamente se iba con alguna bruja.

Él y Neville lo llevaron por las escaleras porque era peligroso levitarlo en su estado, hasta que llegaron a la habitación que Ron compartía con Nott, Zabini y Dean, para dejarlo sobre su cama.

—Está por amanecer, será mejor que también me vaya a dormir, ¿vienes?

Neville se paró junto a la habitación que ambos compartían con Malfoy y Ernie. Por su parte, Harry le echó un vistazo a las ventanas.

—En un rato, no creo que sea tan tarde —siguió su camino hacia las escaleras—. Descansa, Nev.

Parecía que la mayoría estaba de acuerdo con Neville, porque cuando Harry regresó a la "fiesta" del primer nivel acababa de terminar. Muchos habían ido desapareciendo, sin embargo, en ese momento, los que quedaban estaban o dormidos en alguno de los sofás o bebiendo en silencio.

Chocó con Pansy Parkinson y la sostuvo de los hombros para evitar que cayese. Entonces ella rió.

Por favor, no otra persona ebria.

—Gracias —dijo—. ¿Quién eres? —comenzó a toquetear su rostro.

Si bien aún hablaba de forma coherente, el tono alegre de su voz era otro indicador de su estado, porque no había lugar en el mundo en el que ella le hablara con un tono que no sea más que frío y cortante.

—¿Theo? —pasó las manos por su cabello y las deslizó por sus orejas—. No, no, no. Theo no tiene gafas. ¡Oh! ¡Potter!

—Sí, Parkinson, soy Potter. ¿Quieres que te ayude a llegar a tu habitación? —le preguntó estando cien por ciento seguro de que ella no lo iba a permitir.

—No, gracias. Debería ser capaz de subir. De hecho, cuando estaba en sexto año, tomé tres botellas de Ogden yo sola, ¿puedes creerlo? —sacudió tres dedos frente a su rostro—. Y Blaise me retó a buscar la torre de Gryffindor, ¿te imaginas subir desde las mazmorras a la torre de Gryffindor? Fui perfectamente capaz de hacerlo, de ida y vuelta, y… ¡estaba ilesa!

Una sonrisa adornó su rostro, y Harry tenía que admitir que era una bonita sonrisa.

—Ahora, si me disculpas Potter, debo ir a dormir, aunque mañana tendré una jaqueca del tamaño de una bludger. ¿Te conté de la vez cuando le pusimos mucho whiskey al ponche en el baile de Navidad de los Bulstrode? Draco tuvo una enorme resaca, enorme. Fue muy divertido —palmeó su hombro—. Hasta mañana, Potter, o hasta más tarde —su risa fue como un champán burbujeante—. ¿Sabías que en mi casa tengo que subir seis escaleras y media para llegar a mi habitación? Al no nacer como un varón, mi padre me quiso lo más lejos posible de su ala. Mi casa es tan grande que podía pasar semanas sin verlo.

Sus ojos comenzaron a brillar y a pesar de eso, ella sonrió, dando la vuelta para irse.

—¡Auch! —tropezó nuevamente y Harry subió tres escalones para llegar a ella.

—Déjame ayudarte, sostente de mi brazo —rodeó su cintura con un brazo y comenzaron a subir.

Llegaron al rellano, se habían tambaleado tantas veces que Harry estaba dudando entre seguir así o llevarla en brazos.

—¡Joder! Potter…

El mago la miró alarmado pensando que Pansy había recuperado la conciencia, sin embargo se congeló cuando ella comenzó a sollozar.

—¿He sido horrible, cierto? —su voz era amortiguada—. Andrew tenía razón, soy horrible. Puedo… puedo justificarlo de mil maneras, mis amigos, mi familia, yo, pero… torturé a chicos más jóvenes que yo… ¡Merlín!, te quise entregar a Voldemort. ¿Te imaginas lo que habría pasado? Nos hubiera condenado a todos, a todos.

Siguió sollozando y Harry se dió por vencido, cubriéndola con ambos brazos para después acercarla a su pecho. Pansy hundió el rostro en su cuello.

—Lo siento, Harry. Lo lamento. En realidad no quería que murieras, solo tenía miedo —susurró entrecortadamente—. Soy una horrible persona, nunca nadie me va a querer para algo más de un rato porque soy ruín.

Como una persona que sacaba conclusiones rápidas, Harry estaba acostumbrado a juzgar a los demás a razón de sus actos. Pansy era una de ellas, en un principio creyó una chica cruel y superficial que solo buscaba llamar la atención y que odiaba cuando alguien que no fuera ella destacaba. Más tarde, con todo lo que pasó y lo que veía constantemente, Harry descubrió que ella haría lo que sea por quienes le importaban, aún así continuó pensando que era orgullosa y que el perdón no era parte de su diccionario personal. Finalmente, después de varios meses su incógnita se respondía por sí sola.

Pansy esperaba que ella esperaba que los demás confiaran en ella pero no era capaz de confiar en alguien, ni siquiera en sus amigos.

¿A quién tienes tú?

Esa pregunta fue muy cruel, más cuando sabía que Malfoy, Nott y Zabini eran más familia para ella que sus propios padres. Y sin embargo, ella prefería olvidarse de sí misma y de lo que necesitaba, para cuidar de ellos.

Con alcohol o no, ella le estaba pidiendo disculpas y solo Merlín sabe cuánto le estaba costando decirlo.

—No eres ruín, ni horrible, hiciste lo que debías para proteger a tus amigos. Éramos niños, todos éramos niños…

—Pero tú peleaste, sacrificaste tu vida.

—Tú también, a tu manera —acarició su espalda y su cabello repetidas veces, a medida que ella se iba calmando, sin dejar de aferrarse a su camisa —. No eres cobarde, en realidad das mucho miedo cuando te lo propones. Y verás que algún día un chico mirará más allá de tu físico o de tus errores. Ahora, creo que sería mejor que duermas.


Era como si un gnomo estuviese bailando dentro de su cabeza, y el sonido de su varita recordándole que era hora de despertarse hacía que el dolor fuera cien veces peor.

Tanteó sobre su mesita de noche, buscando su varita y su mano se topó con un vial.

—Gracias Salazar —murmuró cuando reconoció la poción, y al lado una taza humeante que seguramente estaba bajo un hechizo que la mantenía caliente.

Quien sea quien le haya dejado todo eso, era la mejor persona del mundo.

Pansy bostezó y se quedó dormida una vez más.


Ron le puso un poco de polvo lunar a su poción y el vapor verde que salía del caldero le indicó que su poción estaba lista. Golpeó el puño contra la mesa y sonrió.

—Estabas aquí, regresaré más tarde.

Él volteó hacia la persona que acababa de llegar y su rostro se iluminó.

—Daphne, espera —dijo suavemente—. No te vayas, por favor.

La joven se detuvo, aún dándole la espalda. Ron pudo notar su postura tensa, aunque cuando lo enfrentó se veía tranquila. Le recordó un poco a Parkinson y su clásica frialdad.

—¿Deseas algo?

—¿Si deseo algo? ¿Que si deseo algo? —se exasperó—. Me has ignorado por días, ¡días! No sabía que ella era tu hermana, y no tenía idea de que a mi nueva amiga le iba a molestar que besara a su hermana.

—¿Yo? Para nada, Ronald —lo miró de manera inquisitiva—. Si te refieres a ese día en el tren, discúlpame estaba algo agobiada. No tiene nada que ver con Astoria, estás en lo cierto, eres mi amigo, ¿por qué habría de molestarme que hayas encontrado a alguien que te guste?

Ron sintió como si algo en su interior se relajaba, de pronto el peso de la culpa y la incomodidad se desvanecía en la nada.

—¿Verdad que sí? Gracias, tal vez me equivoqué y no me estuviste evitando —se rascó la nuca—. ¿Eso quiere decir que seguimos siendo amigos?

—Por supuesto.

Sonreír fue casi doloroso en ese momento, aún así, el entusiasmo de Ron al mostrarle su nueva poción fue un indicador de que Daphne estaba fingiendo muy bien.

—...y cuando ayudé a George, me di cuenta que los surtidos salta clases ya no se vendían tanto, los probé y descubrí que duelen. Cuando comes un bom bom de desmayo, cuando te desmayas sigues consciente y se siente como estar atrapado en tu propio cuerpo. Pasa lo mismo con las pastillas de vómito y el resto. Así que descompuse los ingredientes del filtro de paz y…

Daphne asintió en los momentos correctos, sintiéndose atrapada, muy en contra de su voluntad, por la pasión con la que él hablaba. Ver a Ronald hablar de algo que le gustaba era fascinante, pero ella no lo iba a admitir.

—¿Por qué sigues en la academia de aurores si lo que quieres es trabajar con tu hermano?

El pelirrojo retrocedió aturdido y lanzándole una mirada acusatoria.

—¿Cómo…

—Es evidente, Ron. Estás aquí para mejorar en pociones y poder continuar con tu entrenamiento, sin embargo, todo lo que aprendiste lo aplicas para la crear productos para tu hermano. ¿Es por Potter?

—No es… no… —suspiró inclinándose sobre la mesa—. Hermione y Ginny lo abandonaron, su familia muggle no quiere saber nada de él y yo no puedo dejarlo. Es mi hermano.

—Un amigo debería quererte independientemente de si eres auror o el sucesor de Filch— dijo por sobre su hombro, estirándose para coger algunos viales—. Además no deberías sacrificar esto por el hecho de que no puede lidiar con algo por su cuenta. No es como si fueras a mudarte de país o vayas a morir.

—Es más complicado que eso —hizo un mohín—. Qué ingredientes más raros, ¿vas a experimentar con alguna poción?

El cuerpo de Daphne se paralizó cuando estaba por guardar los viales en su bolso.

Él no podía saberlo, nadie podía saberlo.

—Solo quería unas muestras —guardó rápidamente las cosas, evitando que Ron las viera—. Nos vemos luego.

La puerta se cerró detrás de ella, y Ron miró el estante con curiosidad.

—Sangre de dragón, Infusión de Hígado de Salamandra, Raíz de Ajenjo Mágico. ¿Por qué necesita ingredientes que… —casi se rió de sí mismo ante la extraña conclusión a la que había llegado.

Sacudió la cabeza y comenzó a distribuir su nueva poción en viales vacíos.


—¡Silencio! Voy a ser muy claro con todos ustedes —el rector, quien usualmente estaba encorvado y hablando como si la lengua le pesara, en ese momento se encontraba muy furioso y se veía más imponente que nunca—. Tienen mucha libertad, confiamos en que ustedes se comporten como personas responsables, sin poner en riesgo su vida o la de sus compañeros. ¿Y qué es lo que hacen ustedes? Consumen pociones y sustancias ilícitas, no solo las traen al campus, sino también las venden a más estudiantes. Dichas sustancias fueron encontradas en una de las residencia a través de una alerta.

El auditorio se llenó de murmullos, varias personas se empezaron a mirar entre ellos buscando a los culpables.

—¡Que se callen! —golpeó el podio—. O se aplicará un castigo para todos. Andrew Davenport de Ilvermorny, fue en su habitación donde se encontraron todas las pruebas, queda expulsado de la institución por posesión y comercialización de drogas. Sus padres han sido informados,ahora un maestro lo acompañará a mis oficinas.

Después del escándalo que hicieron Andrew y sus amigos, mientras un par de profesores lo llevaban fuera del auditorio, el rector indicó que todos los estudiantes de Ilvermorny participarían en una evaluación en la enfermería, y castigarían a los involucrados.

Pansy intentó ocultar una sonrisa en todo el camino de regreso a su habitación, donde podría reírse y disfrutar de los frutos de su venganza.

Alguien le rodeó los hombros, no necesitó girar para saber quién era.

—¿Fuiste tú, no?

—Para qué preguntas, si ya lo sabes, Draco —dijo con sarcasmo.

—¿Por qué lo hiciste sin decirme nada?

Pansy le golpeó el estómago.

—No necesito de nadie para poder defenderme —Draco dejó caer su brazo, mirándola con seriedad.

—Sí, pero… ¿drogas? —susurró.

—Las consume, además él y sus amigos experimentan con pociones para que tengan un efecto parecido a las drogas muggle, los oí una vez —volvió a sonreír—. Pero no las venden y Andrew es demasiado cuidadoso como para dejar alguna pista en su habitación.

—¿Y el "aviso" que le dieron al rector? —cuestionó casi divertido.

—¿Quién me crees, Draco? Obviamente, se lo encargué a alguien más.

—Gracias por recordarme que no debo meterme contigo —le dió un beso en la frente y se desvió hacia la biblioteca.


Hermione le tendió una botella a Draco cuando aterrizó junto a ella a mitad del entrenamiento.

—Después de dos horas de entrenamiento, deberías darles más de cinco minutos de descanso— le lanzó un hechizo de limpieza a sus gafas de juego.

—El partido es mañana, no podemos relajarnos —echó la cabeza hacia atrás mientras se rociaba el resto de la botella.

—No quiero que te vayas.

—Tan pronto como termine el juego regresaremos, no recuerdo qué celebración tienen en Irlanda, por eso solo estaremos el tiempo que dure el juego.

Tu vas me manquer, mais je sais que tu vas réussir parce que tu es le meilleur.

Je sais, c'est pour ça que je t'aime —besó sus labios ligeramente—. Eres muy buena alumna.

—Es que tengo al mejor profesor.

Draco tomó su mentón y la acercó para besarla, primero suavemente y luego, cuando Hermione entreabrió los labios, deslizó las manos hacia su cuello en tanto sus lenguas se juntaron. Besarla era una experiencia mágica como si fuera la primera vez que sostenía una varita, se sentía igual o mejor que ese primer chispazo de magia.

—¡Terry! ¡Terry! ¡No!

Ambos giraron rápidamente hacia donde varios de sus compañeros se agrupaban alrededor del cuerpo inconsciente de Terry.

—¡¿Qué demonios acaba de pasar?!


N/A: Fin del capítulo, con mi intento de intriga. Nuevamente perdón por tardar, tenía el capítulo perfecto en mi mente y se me olvidó. Hasta hoy no sé de qué iba y eso me terminó bloqueando, tanto que incluso llegué a pensar que acababa de perderle el foco a la historia, pero no me voy a rendir. Aún hay cosas importantes por suceder. Aquí tuvimos un poco menos de Dramione, de todas maneras no se preocupen porque en el siguiente capítulo tendremos San Valentín, así que...

Cuéntenme qué les pareció este capítulo, ojalá les haya gustad. No olviden los reviews, por favor.