Armas de Luz y Oscuridad
La reconstrucción del Imperio Celeste iba en viento en Popa. La mayoría de los edificios y zonas importantes habían sido reconstruidos. La gente iba gradualmente volviendo a sus hogares. La gente herida o enferma estaba ya recuperándose gracias a los buenos servicios médicos como el poder sanador del espíritu Albor.
El optimismo volvía cada vez más a la gente, sintiendo que todo iba volviendo a la normalidad.
Light Sun estaba en su cama, abriendo los ojos ligeramente.
El alicornio no estaba solo. Con él estaba Eliana a su lado abrazándolo amorosamente.
La yegua se iba despertando lentamente y al ver a Light Sun, sonrió y le saludó.
Eliana: Buenos días, Light Sun.
Light Sun: Buenos días.
Contestó el alicornio con su típica expresión seria. La yegua riéndose un poco, le dio un beso en la mejilla mientras le decía.
Eliana: Vamos, Light Sun. No seas tan serio y sonríe un poco. Sobre todo por la noche que me diste.
Decía la yegua donde abrazaba un poco más al semental. Light Sun simplemente la contestó.
Light Sun: Solo quería complacer a una amiga.
Eliana: Como si tú no lo hubieras disfrutado.
Bromeaba la yegua donde finalmente se levantó de la cama y Light Sun fue el siguiente en hacerlo.
Eliana: Pronto tendré que volver.
Light Sun: ¿Te marchas acaso?
Preguntaba Light Sun viendo a la yegua peinarse la crin, donde esta última le contestó.
Eliana: Pues sí. Quería quedarme un poco más para ayudar en la reconstrucción, pero me necesitan en mi mundo.
Light Sun: Supongo que tienes responsabilidades también en tu mundo.
Eliana: Sí. Lo que es un poco pesado.
La yegua se acercó al semental y, abrazándolo, le dio un profundo beso en los labios. Light Sun la correspondió por unos instantes hasta que tuvieron que romper pronto su unión.
Eliana: Créeme que me gustaría quedarme más tiempo. En serio, me lo paso bien contigo.
Light Sun: Tal vez algún día, tú y yo…
Light Sun se cayó de golpe ante lo que iba a decir, ya que lo hacía sin pensar. Eliana riéndose levemente, le comentó.
Eliana: Je, je, je. Tal vez. Quién sabe. Quizás a Kazu le agrade tener una nueva madre.
Bromeaba la yegua para luego salir del cuarto.
Light Sun se quedó pensando en lo último que dijo Eliana. El alicornio no estaba buscando pareja precisamente, y en parte porque no sabía cómo reaccionaría su hijo si supiera que su padre está con una yegua que no fuese su madre.
Ahí se quedó pensando también en la madre de Kazu. No había vuelto a saber de ella desde que le confió a su hijo a él. En parte le preocupaba que la cebra estuviera tratando de reconstruir la liga de asesinos y no con buenos fines precisamente. Aquello último le hizo preocupar todavía más por el futuro de su hijo y el camino que tendría que elegir, especialmente si ambos padres tomasen caminos completamente opuestos.
Nota: A partir de aquí, relato realizado por Draizen. Otra cosa. Esta parte puede ser un tanto diferente al de Draizen en su fanfic "La Leyenda de los guardianes Parte 3: los heraldos de la muerte" en el capítulo 10.
De forma inesperada, Mike y Darkwing aparecen de repente en el interior de una cueva llena de pozos brillantes. Ambos alicornios parecían bastante confundidos por aparecer en un lugar así de desprovisto.
Dark: ¡Mike! ¿Dónde estamos?
Mike: No tengo ni idea. Yo estaba pensando en escaparme de Kaity, hasta que de golpe aparezco aquí.
Respondía el alicornio. Luego se acercó a uno de los pozos donde se sorprendió al ver que eran lava, haciendo que retrocediera.
Mike: Todo esto son pozos de lava.
Decía Mike mirando por todos lados.
Dark: Pero ¿En dónde estamos?
Preguntaba Darkwing. En ese momento se escuchó una voz.
¿?: Lamento la sorpresa, pero tenía que traerlos aquí.
Mike y Darkwing reconocieron la voz. Allí vieron a un semental perfectamente conocido por ellos, a nada menos que a Orión, el primer alicornio celeste.
El primer alicornio celeste miró a éstos y con una sonrisa calmada les dijo.
Orión: Hijos míos, perdón por traerlos de improviso, pero tenían que venir. Esta cueva es uno de los secretos mejor guardados. Sean bienvenidos a la gran Forja.
Dijo el alicornio mostrando el lugar.
Orión: Ahora seguidme, por favor.
Mike y Darkwing siguieron a Orión hasta un pozo enorme. Ahí ambos alicornios le sorprendió ver emerger de la lava una figura como un fantasma, parecida a una yegua alicornio completamente y con un vestido blanco, con crin blanco con negro.
Yeguas: Los saludo, guerreros. Mi nombre es Liliandri, hija de Ramandu y guardiana de esta forja.
Se presentó de forma amable la yegua.
Dark: …Un placer.
Mike: Un gusto…
Contestaron ambos alicornios donde no sabían más o menos cómo actuar con aquella misteriosa yegua. Orión habló con la nueva alicornio.
Orión: Liliandri, soy yo. He venido con los descendientes de mis hijos para poder darles lo que merecen por derecho.
Liliandri: Entonces vengan a mí.
Dijo ella y todos se acercaron.
Iliandri: Aquí en la gran forja fue donde los guardianes originales recibieron las armas que sus descendientes obtuvieron y conservaron hasta hoy. De los doces hijos de la reina, solamente ocho obtuvieron armas, los cuatro principales no pudieron, pero ahora sí es posible.
Explicaba la yegua sobre la historia de los descendientes y sus armas.
Mike: ¿Y por qué Golden Soul y los otros no obtuvieron armas?
Preguntó Mike queriendo saber más. Liliandri le contestó.
Liliandri: A diferente de los demás elementos, la luz y la oscuridad no son capaces de ser moldeados tan fácilmente. Durante mucho tiempo lamenté eso pues fue uno de mis mayores errores como forjadora. No solo cuido la forja, también cree las armas, pero también no tenía el material necesario. Ahora si lo tengo.
Dijo esto último la yegua golpeando una pared y en ella se mostró una enorme montaña de anillos de oro.
Dark: ¿Oro? ¿El material era el oro?
Preguntó la alicornio sombría sin comprender.
Liliandri: No. Este tipo específico de oro es diferente. Estos anillos son metal Draupnis. Hace siglos había 2 hermanos llamados los gemelos Huldra, quienes queriendo agradar al rey de su mundo, decidieron crearle el que pensaron sería el mejor obsequio de todos. Un anillo de oro tratado mágicamente para ser casi indestructible y además multiplicarse infinitamente.
Respondió la forjadora sorprendiendo a ambos alicornios.
Mike: ¿Entonces le dieron una dotación finita de anillos de oro?
Preguntó el alicornio un tanto sorprendido al enterarse de ese dato.
Liliandri: Sí, pero para ese rey no fue un buen regalo. Porque los anillos fueron demasiados y casi inundaron el palacio. Pero al ver la resistencia y dureza que tenía el metal, les pidió a otros herreros que lo forjaran para hacerle un arma. Pero resulta que el tratamiento mágico que usaron los hermanos hizo que moldear el metal de los anillos fuese muy difícil. Un día el rey descubrió como llegar aquí y me ofreció el draupnir el cual era el nombre del anillo a cambio de que le fabricara un arma. Aunque costó un poco, puede hacerlo. Con el paso del tiempo aprendí otros secretos con el metal de los anillos el cual finalmente llamé draupnir por su origen. Este material era el que tanto había esperado.
Dijo ella tras terminar de explicar.
Dark: ¿Con este metal puedes hacernos las armas?
Liliandri: Puedo porque así como la luz y la oscuridad, el draupnir es ilimitado, pero puede ser bien controlado con el tratamiento que yo inventé.
Dijo ella finalmente y haciendo unas señales con sus cascos, levitó dos montones de anillos. El primero lo lanzó al pozo antes de volver a sacarlo, pero ahora tenía la forma de un círculo. Luego lanzó el segundo montón de anillos y lo sacó con forma de cuadrado.
Los dos objetos comenzaron a crecer y el círculo se partió en dos formando una lanza y un escudo. El cuadrado también se partió formando una espada y un guantelete.
Liliandri: Dos armas para cada uno. Una que se les debía a sus ancestros y una más para ustedes para ayudarlos en el futuro. Las armas ya están listas en cuerpo, perro para unir a las de su espíritu, hace falta el toque final. Una muestra de ustedes. Por favor, extiendan sus cascos.
Mike y Darkwing hicieron lo indicado. Ahí la forjadora hizo aparecer una aguja donde pinchó en el casco de Mike y le sacó algo de sangre, formando con ella el símbolo de la patrulla para luego formar un dragón, luego un lobo y un zorro. Finalmente dividió la muestra de sangre en 2, poniendo la mitad en la lanza y la otra en el escudo, formando así un escudo dorado con la imagen de un dragón con tres cuernos y bordes de platino, además de una lanza con una tela dorada atada antes del filo con un mango largo color plata y un filo de color dorado.
Luego hizo lo mismo con Darkwing. Formando primero el guantelete donde se volvió color plateado con detalles negros mientras que la espada de volvió de filo ancho de unos sesenta centímetros, con un mango parecido a un murciélago y de color platino.
Liliandri: Ya están listas para usted, joven emperador. Le presento el escudo de Aesir y la Lanza Infinity. Para ti, guerrera sombría, la Zarpa de León y el Colmillo Oscuro.
Ambos alicornios tomaron sus respectivas armas donde la miraron fijamente.
Liliandri: Estas armas también fueron forjadas con poco de su sangre, por lo cual solo responderán a ustedes o alguien de su linaje si es digno de ellas.
Explicaba la yegua.
Liliandri: Ahora antes de que se las lleven, como es tradición deben recibir mi bendición.
Las armas comenzaron a brillar y Liliandri habló.
Liliandri: Que estas armas golpeen con fuerza, que sean blandidas con sabiduría y que siempre sean usadas para causas justas.
Las armas de Mike brillaron y en su cuello apareció un amuleto en forma de fénix dorado dividido en tres partes con una apariencia semejante a la fénix Holy. Las dos alas y el torso con el pico hacia arriba. Las de Darkwing también brillaron y en su cuerpo aparecieron un brazalete y un collar. El collar tenía forma de murciélago y el brazalete forma de león, ambos de color plateado.
Un brillo blanco cubrió a ambos alicornios donde se sorprendieron por unos momentos por ello.
Liliandri: Estas armas también tienen algunos poderes especiales a los que acaban de recibir. Son los conocimientos sobre cuáles son y cómo se usan. Mientras que sus nuevos objetos son guardados en vuestros accesorios. Lo demás ya deben saberlo.
Dijo la forjadora y ambos alicornios asintieron.
Mike: Sí. Ya sé cómo usar mis nuevas armas.
Dark: Y yo también. Muchas gracias.
Dijeron sonriendo ambos en señal de agradecimiento.
Liliandri: No hay nada que agradecer. Este era un regalo que debía a sus ancestros. Úsenlas con rectitud y justicia. Así podré estar orgullosa de mi trabajo.
Dijo ella contenta antes de irse al pozo.
Orión: Me alegra que ya tengan lo que les corresponden.
Decía Orión sonriendo antes de hacer brillar su cuerno.
Orión: Es hora de volver a casa.
Dijo esto haciendo que Mike y Darkwing regresasen al Imperio Celeste.
Fin de lo escrito por Draizen
Mientras tanto en la capital del Imperio de la Corona, Tortuna, iban dos individuos encapuchados.
Aquellos eran Corroedor junto con Brainchild, disfrazados para que nadie los reconociera.
Brainchild: ¿Quieres recordarme por qué estamos aquí?
Preguntaba el ser rosado. El grifo le contestó.
Corroedor: Mi jefe me ordenó buscar a posibles nuevos candidatos para la Liga de Villanos. En Tortuna hay muchos forajidos mala calaña, por lo que es un buen sitio para buscar.
Brainchild: Sí, claro. Sobre todo en un lugar donde, si descubren quiénes somos, querrán capturarnos y luego meternos en psicocristales.
Comentaba el pequeño ser donde rápidamente se cubrió mejor con la capucha cuando vio una de las cámaras espías de la Corona. El grifo con actitud tranquila, le contestó.
Corroedor: Descuida. Nadie sabe quiénes somos. Y en caso de problemas, tenemos a Brecha para que nos saque.
Brainchild: De todos modos ¿Quién es ese jefe tuyo? Nunca nos has presentado.
Corroedor: Él prefiere mantenerse en el anonimato. No quiere que su identidad se haga pública.
Respondía el grifo sin querer revelar la identidad de su jefe. El pequeño ser quiso ahora saber más sobre el grifo.
Brainchild: Ya veo. Mucho secretismo ¿Y cómo has acabado trabajando para él?
Ante la pregunta, Corroedor se quedó pensando, recordando una época pasada.
Estaba un niño grifo de aspecto lamentable, oculto bajo un gran puente donde pasaban vehículos.
El pequeño grifo parecía estar completamente solo y bien encogido como si no quisiera que le viera nadie. En ese momento notó una figura oscura que lo miraba atentamente.
¿?: Qué tenemos aquí ¿Acaso estás solo, pequeño?
Se escuchaba una voz donde el grifo al mirar, por un momento le pareció haber visto como una sombra con una sonrisa perturbadora.
Corroedor: ¿Por qué no soy capaz de recordar nada anterior a ese día?
Se preguntaba para sí el grifo donde parecía tener problemas para recordar su pasado.
Ambos se detuvieron de golpe cuando pasaron soldados de la corona en su patrulla rutinaria. Ambos villanos tuvieron que taparse bien con sus capas para no ser reconocidos.
Brainchild: ¿Soy yo o hay más soldados que de costumbre?
Preguntaba el ser rosado donde le extraña ver tanto soldado, más de lo habitual. Corroedor notando también la gran cantidad de soldados, contestó.
Corroedor: Quizás están aumentando la seguridad. Después del gran fracaso de la reina de destruir el Imperio Celeste, ha habido algunas revueltas en la capital y los planetas controlados por la Corona, que se ha visto obligada a reforzar la seguridad en su imperio.
Explicaba el grifo. Luego comenzando a sonreír perversamente, comentó.
Corroedor: La reina de la Corona. Tan poderosa se cree ella. Tratando de demostrar poder en un reino condenado a la decadencia. Solo está retrasando el fin de su reinado, con o sin intervención de los héroes.
Comentaba el grifo con cierto tono burlón y siguió hablando.
Corroedor: Esta sociedad está condenada al caos y acabar en la ruina. Como me encantaría poder ver eso. Ja, ja, ja.
Brainchild: Deja de reírte tanto. Harás que nos descubran.
Corroedor: Je, je, je. Perdón.
Ambos se metieron en una taberna. Como era de esperar, dentro había gente de mala catadura, entre ellos el capitán Kid.
Corroedor: Ese es el capitán Kid.
Brainchild: ¿Es a quién buscamos?
Preguntaba el ser rosado. El grifo negando con la cabeza, contestó.
Corroedor: No. No me interesa un piratilla del tres al cuarto. Además, por lo que tengo entendido, en ocasiones trabaja tanto con la Patrulla Galáctica como con la Patrulla Harmony. Por lo que no dudaría en traicionarnos si sacara algún beneficio con ello.
Brainchild: Entonces va a ser que no... ¿Entonces?
Corroedor: Iremos a por nuestro contacto.
Brainchild: El que me hablaste antes.
Corroedor: Así es. Precisamente ahí está.
Decía el grifo señalando una mesa de la taberna, siendo nada menos que Killbane, el supetrooper renegado.
Brainchild lo reconoció al instante, ya que en su día eran compañeros durante el programa de Súper Soldado.
El lobo estaba tranquilamente sentado en una silla con las patas traseras sobre la mesa y tomándose una bebida.
Ambos villanos se acercaron al lobo para conversar con él.
Corroedor: Killbane.
Killbane: Vaya. No esperaba ver tu fea cara por aquí.
Decía divertido el lobo negro. El grifo tomó la palabra.
Corroedor: Venimos a por lo que hablamos.
Killbane: Sí, sí. Queréis que trabaje para vosotros para buscaros a nuevos idiotas que se unan a vuestra causa. Sobre todo después del gran fracaso que tuvisteis en vuestro asalto al Imperio Celeste. Las noticias vuelan por aquí.
Decía con cierto tono burlón el lobo negro. Brainchild molesto por el comentario, le dijo a Corroedor.
Brainchild: Este tipo es solo un idiota. Le conozco bien. Es una bala perdida.
Killbane: Yo también me alegro de volver a verte, retaco rosado.
Respondía el lobo con sarcasmo mezclado con burla para molestia del ser rosado.
Brainchild: ¡Cuidado! En apenas un minuto puedo pensar en más de 5.000 maneras para despellejar a un lobo.
Corroedor: Olvídalo, Brainchild. Killbane. Sé que odias a la patrulla igual que nosotros. Trabajando juntos y uniendo nuestros recursos, podemos hacer mucho.
Killbane: ¿Por qué tanto interés en el planetucho armónico ese?
Preguntaba el lobo donde el grifo se explicó.
Corroedor: ¿No es obvio? Quiero destruir ese patético sistema de héroes y que los villanos podamos hacer todo cuanto queramos. Crear un nuevo imperio a nuestras reglas. Un lugar así sentaría bien a un criminal como tú.
Explicaba el grifo. El lobo negro como si pensara, dijo.
Killbane: Tentador. Y admito que me atrae la idea. Pero voy a tener que rechazarla.
Corroedor: ¿Lo has pensado bien?
Killbane: Mucho lo he pensado. Sobre todo porque la Corona paga una fortuna por cada habitante del planeta Armonía. Y eso es algo que nadie dejaría escapar. Je, je, je.
Dijo esto con una sonrisa perversa. Brainchild presintiendo algo, trató de advertir al grifo.
Brainchild: Cuidado. Problemas.
En ese instante, entraron por la fuerza un gran grupo de soldados de la Corona y de inmediato rodear a Corroedor y Brainchild.
Brainchild: ¡Es una emboscada!
Gritó el ser rosado al verse rodeado de soldados. Corroedor también estaba sorprendido por la repentina aparición de los soldados. Luego mirando enojado al lobo enojado, gritó.
Corroedor: ¿Esto es cosa tuya?
Killbane: Hace tiempo que llamé a la reina. Esas coronas van a ser mías.
Contestaba el lobo con una sonrisa perversa y llena de codicia.
Soldado: ¡No se muevan o disparamos!
Ordenaba el soldado. Corroedor en ese momento, agarró la mesa con su garra y ahí lo destruyó.
Sin previo aviso, el grifo saltó hacia dos soldados donde los agarró de la cabeza y los redujo a polvo.
Soldado: ¡Disparad!
Los soldados disparaban contra el grifo intentando abatirlo, donde este último esquivaba los disparos con ágiles movimientos.
Killbane: ¡No pienso perder esas coronas!
Decía el lobo sacando su arma, pero un disparo se la quitó de las manos, siendo Brainchild el responsable donde había sacado este último un arma.
Brainchild: Lamentarás habernos traicionado.
Decía el pequeño ser disparando un rayo contra el lobo donde le dio de lleno en el pecho.
Lejos de sentirse mal, el lobo sonrió mientras su cuerpo se transformaba.
Killbane: Je, je, je. Con eso no me haces ni cosquillas.
Decía el lobo transformándose en una bestia bípeda como un ogro con cuernos en la frente. De un puñetazo mandó a volar al pequeño ser atravesando la pared donde estaba el capitán Kid sentado en un lado.
Kid: ¡Ay, ay, ay! Mucho me temo que el gallinero se ha liado. Hora de largarse.
El mono mascota del capitán le dio la razón y de inmediato ambos salieron corriendo de allí.
Corroedor: Es hora de marcharse.
Decía el grifo tras destruir a varios soldados con su poder y luego salir huyendo. Killbane no estaba dispuesto a dejarlo escapar.
Killbane: No pienso renunciar a la recompensa.
Decía el lobo donde se puso a perseguir al grifo.
Insertar música de My Hero Academia - Bousou Suru Akui
Brainchild estaba fuera un tanto aturdido donde se levantó como pudo. Viendo a Corroedor corriendo hacia él, le preguntó.
Brainchild: ¿Cómo está la cosa?
Corroedor: ¿Cómo crees? ¡Sal corriendo si aprecias tu vida!
Contestaba el grifo sin dejar de correr, siendo seguido por el pequeño ser.
Brainchild sacando un comunicador, se puso en contacto con su grupo.
Brainchild: ¡Aquí Brainchild! ¡Nos han tendido una emboscada! ¡Preparad la nave para escapar!
Quimera: Puede que tengamos problemas con eso.
Respondía Quimera por el comunicador, cosa que le llamó la atención al pequeño ser rosado.
Brainchild: ¿Qué quieres decir?
Quimera: Soldados de la Corona han aparecido y han rodeado la nave.
Contestaba la leopardo ahora con forma de dragona de enormes garras, junto con Pedregal y Martinete. Como había dicho ésta, estaban rodeados de soldados de la Corona donde empezaron a atacarlos.
Brainchild: ¡Maldita sea! Nuestra nave de huida está comprometida.
Corroedor: Entonces démonos prisa en salir de aquí.
Respondía el grifo sin dejar de correr.
En su huida, aparecieron varios soldados de la corona e incluso un tanque cortándoles el paso.
Brainchild: ¡Ay, no! ¡Nos cortan la retirada!
Exclamó alarmado el ser rosado. Corroedor no estaba dispuesto a rendirse.
Corroedor: No van a cazarme unos soldados de pacotilla. Menuda humillación si la patrulla se enterase.
El grifo saltó hacia los soldados en medio de los disparos de estos.
Brainchild: ¡No seas loco! ¡Tu poder solo afecta a un blanco a la vez que toques!
Avisaba el pequeño ser. Corroedor lo sabía, pero tampoco quería quedarse parado sin hacer nada. Estaba dispuesto a luchar hasta morir antes de dejarse capturar.
El grifo lanzó su garra para destruir al primer soldado. Nada más hacerlo, ocurrió algo inesperado.
El primer soldado, como todos los que estaban contacto con él, incluyendo el tanque, fueron destruidos hasta reducirse a polvo.
Brainchild se quedó impresionado ante lo que había presenciado.
Brainchild: (Increíble….Ha destruido a casi un grupo entero. Pero ¿No se supone que solo podía destruir una cosa a la vez?).
Pensaba para sí el ser rosado sin creerse lo que había presenciado. Una idea se le cruzó en la mente.
Brainchild: (A no ser….Que su poder haya aumentado. Ahora puede destruir también cualquier cosa que esté en contacto con quien toque Corroedor. Si es eso cierto. Su poder ha aumentado en gran medida).
Los soldados de la Corona miraban horrorizados como un gran número de sus compañeros, incluyendo el tanque, fueron destruidos por un simple toque del grifo. Ninguno se atrevía a acercarse por si era el próximo en ser destruido.
Corroedor miraba su garra con que había usado su habilidad. Estaba también impresionado, pero enseguida sonrió y puso una expresión de demencia total.
Corroedor: Je, je, je. Esto me está gustando.
Killbane: ¡A ver si esto te gusta más!
Aparecía gritando Killbane donde arreó un fuerte golpe en mitad de la cara del grifo donde lo mandó a volar y estrellarse contra una pared.
Brainchild: (Esto se ha puesto feo).
Pensaba para sí el ser rosado. Ahí todo el mundo vio como el lugar donde había caído el grifo, fue destruido por el poder de este. Ahí Corroedor apareció de pie con su ropa rasgadas y parte de las garras prótesis de su cuerpo rotas.
Corroedor: Brainchild. Ve a la nave y que vengan a buscarme. Yo voy a tener un cambio de impresiones con estos sujetos.
Decía el grifo donde apoyaba con su garra una farola y la destruyó.
Brainchild: Ehhh….Vale.
El ser rosado salió corriendo.
Soldado: ¡Que se escapa ese!
Dos soldados iban a disparar al pequeño ser, pero el grifo se desplazó a gran velocidad por detrás de ellos, los agarró de la cabeza y los redujo a polvo.
Killbane: ¡No te olvides de mí!
Gritaba Killbane, el cual aún mantenía su forma de ogro, intentando aplastar al grifo con su puño. El grifo saltó hacia un lado para esquivar el puño destructor donde destrozó gran parte del suelo.
El pánico se desató en el lugar donde los ciudadanos de la capital salieron huyendo, lejos de la destrucción.
Corroedor volaba por el aire, hasta que Killbane apareció por detrás de él al instante. El grifo se giró para intentar destruirlo, pero el lobo le propinó un fuerte puñetazo el estómago del grifo.
El lobo agarró la cabeza del grifo y descendiendo con él, lo estrelló contra el suelo provocando un gran estruendo.
Killbane: Ja, ja, ja ¿Qué te ha parecido eso? ¡Ya casi puedo oler las coronas que voy a recibir cuando te entregue a la reina!
Se jactaba el lobo con una gran carcajada. Aquello lo distrajo donde Corroedor aprovechó para agarrar con ambas garras el brazo del lobo con que lo agarraban, comenzando a destruirlo.
Killbane dándose cuenta de ello, saltó para evitar ser destruido completamente. De momento había perdido un brazo.
Corroedor se puso de pie y mirando sin expresión alguna al lobo, dijo.
Corroedor: Dime…¿Cuál es tu motivación?
Preguntaba el grifo al lobo. Killbane usando sus poderes para regenerar otro brazo, le contestó.
Killbane: ¿Cuál va a ser? ¡El dinero y el poder! ¡Es lo único que me importa!
Ante la respuesta, Corroedor se puso a reír.
Corroedor: Je, je, je. Qué curioso. Me recuerdas a mí. Antes de conocer a Codicia, yo tampoco tenía un objetivo claro.
Killbane: ¿Cómo dices?
Corroedor: Tú tampoco tienes una verdadera meta. Solo cosas insignificantes. Como era yo antes. Je, je, je.
Decía riéndose el grifo. El lobo gruñendo, le gritó.
Killbane: ¡Yo te daré motivaciones!
El lobo usando sus poderes para aumentar su fuerza y velocidad, se desplazó a gran velocidad, propinando un brutal golpe en el cuerpo del grifo, donde lo mandó volando.
Killbane saltó y agarrando al grifo, descendió con él para, teniéndolo bien agarrado de brazos y piernas, darle un brutal rodillazo donde había sacando una dura punta en él, partiendo en gran medida la espalda del grifo.
Corroedor gritó al sentir un dolor enorme en su cuerpo.
Killbane: ¡Espera! ¡Apenas estoy empezando!
Killbane azotó al grifo contra el suelo varias veces. Luego con su enorme mano, agarró una de las garras del grifo y la trituró con fuerza, haciendo incluso salir sangre de él.
Killbane: Tu poder solo funciona si usas los cuatro dedos. Je, je, je. Por lo que si te inutilizo una garra, no podrás hacer nada con ella.
Decía riéndose perversamente el lobo donde seguía triturando la garra del grifo.
En ese momento, en la mente del grifo se le abrió un recuerdo que tenía bloqueado.
Era él mismo como un niño muy pequeño. Vivía en una casa solo con su padre, uno que era tremendamente abusivo con él, sobre todo cuando estaba borracho donde en más de una ocasión lo golpeaba sin piedad alguna.
El niño pasaba noches llorando por el mal trato que sufría por culpa de su padre. En ocasiones, incluso llegó a desear que éste se muriese.
Como si el destino hubiese querido concederle su deseo, el niño descubrió por casualidad que podía destruir cosas con sus garras. No sabía cómo lo hacía antes, pero sentía que tenía poder.
Por desgracia, su padre lo descubrió y, temiendo que fuese un monstruo o un mutante, lo quiso matar a palos.
Un instinto de supervivencia se activó en el niño, donde no dudó en saltar sobre su padre, agarrarle la cara y destruirlo por completo.
El despertar de su poder fue tal, que incluso destruyó la casa entera en que vivía.
Solo y sin nadie que acudir, el niño vagaba solo por las calles. Su aspecto era deplorable, razón por la que nadie se atrevía a acercarse a él por miedo.
Una vez en un callejón, se cruzó con unos matones callejeros donde le dieron una paliza sin razón. El niño se contuvo ya que no sabía qué hacer.
Solo y abandonado, estaba debajo de un puente hasta que alguien lo encontró.
¿?: Qué tenemos aquí ¿Acaso estás solo, pequeño?
Se escuchaba una voz donde el grifo al mirar, por un momento le pareció haber visto como una sombra con una sonrisa perturbadora.
¿?: Nadie ha venido a ayudarte ¿Verdad? Ni los héroes, ni la policía ni nadie. Nadie vendrá a salvarte, excepto yo.
Decía la misteriosa sombra donde se notaba una sonrisa verdaderamente perversa.
¿?: Ven conmigo. Yo te enseñaré a dominar tu legítimo poder.
Hablaba la sombra extendiendo el brazo hacia el niño. Por primera vez, el niño sintió que tenía a alguien a quien confiar.
La sombra lo llevó a su casa. Ahí le explicó que tenía un don extraordinario y que tenía que explotarlo al máximo.
La primera cosa que le ordenó, era dar una lección a los matones de antes.
A diferencia de con su padre, el niño no dudó y, sin miramiento alguno, buscó a los matones de antes y los destruyó.
Ahí se inició el camino de Corroedor.
Corroedor finalmente recobró sus recuerdos antes bloqueados. Sentía que algo ardía en su interior.
Con su garra triturada, presionó con un dedo la mano con que el lobo le agarraba dicha garra. Ahí comenzó a dañarlo parcialmente, cosa que Killbane notó.
Killbane: ¿Pero qué…?
Killbane soltó y se alejó de un salto para evitar ser destruido.
El lobo se examinó la garra. Como mucho solo tenía como una grieta en la piel endurecida de su dedo.
Killbane: (¿Qué es esto? Se supone que solo puede destruir cosas si emplea todos los dedos ¿Cómo ha podido hacerlo con un solo dedo?).
Pensaba para sí el lobo hasta que una idea se le cruzó en la cabeza.
Killbane (¡Un momento! ¿Acaso su poder ha aumentado? Si es cierto. Se ha vuelto más peligroso que antes).
Pensaba Killbane ahora viendo como una amenaza potencial al grifo, donde le vio ponerse de pie como si nada.
Killbane: (No tendré más remedio que zurrarle hasta dejarle inconsciente. No me seduce nada la idea de que me destruya con su poder aumentado).
Corroedor se puso a correr a gran velocidad hacia Killbane.
El lobo por instinto, aumentó su fuerza y musculatura e intentó golpear con su puño, pero el grifo logró esquivarlo y saltar hacia él con intención de destruirlo.
Rápidamente el lobo se echó hacia atrás y pateó al grifo en mitad de la cara donde lo mandó a volar alto.
Killbane: (Tengo que eliminarlo de un golpe o de lo contrario será más difícil acabar con él sin que me mate).
Killbane comenzó a concentrar poder en su garra derecha donde se hizo más grande, generando en ella una esfera de energía concentrada.
Cuando el grifo caía hacia él, el lobo lanzó su ataque.
Killbane: ¡Muere!
El lobo golpeó con su garra cubierta por la esfera, cubriendo por completo el cuerpo del grifo donde el impacto fue tremendo.
El grifo salió volando como un misil atravesando varios edificios de la ciudad.
Killbane iba recobrando el aliento mientras recobraba su aspecto de lobo normal.
Killbane: No lo habré matado, pero al menos lo habrá noqueado.
Su sorpresa fue cuando vio a lo lejos al grifo emerger de las ruinas. Pese a que su cuerpo parecía destrozado, el grifo estaba perfectamente de pie.
Killbane: ¿Acaso es una broma? ¡Si he aplicado el 100% de potencia en mi ataque! ¡No puede seguir en pie como si nada!
Exclamó el lobo sin creerse que el grifo hubiera aguantado el golpe como si nada.
En la mente de Corroedor le venía una frase.
¿?: Si tienes poder, no dudes en usarlo en tu beneficio y para regirlo todo a tus reglas.
Corroedor que había perdido las garras artificiales de su cara, se le veía una expresión y sonrisa desquiciada. Sin pensarlo dos veces, comenzó a correr a gran velocidad hacia Killbane.
Killbane: ¡No voy a dejar que un grifo de tres al cuarto con una mutación me ridiculice!
Killbane volvió a transformarse, adoptando la forma de un gran lobo con armadura metálica gruesa. Chocando sus puños donde hizo un gran sonido metálico, trató de golpear al grifo.
Corroedor esquivó el ataque y comenzó a rodear corriendo a Killbane con una asombrosa velocidad.
Killbane: Ahora es más rápido.
Decía el lobo al ver que el grifo se movía más veloz que antes. El grifo saltó y lanzó su garra. Killbane se cubrió con un brazo lo que fue un error, ya que nada más que un toque del grifo, lo redujo a la nada.
Killbane con un brazo menos, retrocedió. Golpeó fuerte el suelo para crear un fuerte seísmo donde levantó al suelo y hacer volar al grifo. El lobo aprovechó para saltar y golpear por arriba con su puño, para luego bajar con él y estamparlo contra el suelo.
El temblor fue abrumador donde derribó algunas casas cercanas.
Killbane esperaba haber dejado fuera de combate al grifo. Su sorpresa fue ver como su brazo sano era destruido. Aquello forzó al lobo a alejarse lejos de un salto.
Killbane: ¡Maldita sea! ¿Es que no hay forma de matarlo?
Corroedor se ponía de pie, conservando todavía su sonrisa sádica.
Corroedor: Quienes tienen poder, deben usarlo en su beneficio.
Decía el grifo donde plantó su garra al suelo. Ahí comenzó a destruir todo hacia delante en dirección al lobo.
Killbane: (¿Ahora puede destruir a distancia?).
El ataque fue tan repentino que apenas tuvo tiempo de reaccionar y saltar, justo cuando el efecto de destrucción alcanzó sus pies.
El lobo aterrizó sobre un tejado, dándose cuenta de que estaba sin pies ni brazos.
Killbane: Esto se ha puesto demasiado para mí. Es mejor que me largue y buscarme un sitio hasta que se me regeneren mis brazos y pies.
El grifo apareció justo delante de él y posó su garra sobre la cabeza para empezar a destruirlo.
Parecía que había acabado con Killbane, pero el grifo solo había destruido la carcasa sin rastro del lobo en ningún sitio.
Killbane con sus brazos y piernas sangrando, se alejaba del lugar.
Killbane: Ese grifo se ha vuelto increíblemente poderoso. Tendré que alejarse de ese tipo por un tiempo. Lástima de recompensa.
Decía el lobo maldiciendo su suerte para luego marcharse de allí.
El grifo se quedó solo, hasta que vio una nave que se dirigía hacia él. Una compuerta se abrió donde por ella se asomó Brainchild.
Brainchild: ¡Tenemos que irnos ahora!
El grifo se fue volando hacia la nave y luego meterse en ella. Acto seguido la nave se fue volando abandonando la capital.
Una vez dentro, el grupo de villanos estaba reunido.
Quimera: Así que Killbane nos ha traicionado. No sé por qué no me sorprende.
Comentaba la leopardo donde se iba polvoreando un poco la cara. Predegal chocando sus puños, decía enojado.
Pedregal: ¡Esa rata traicionera! Y pensar que estuvimos juntos durante los entrenamientos. Si le pongo la garra encima, lo voy a pulverizar.
Martinete: ¡Ahhh..! ¡Lobo negro traicionar a antiguos compañeros! ¡Martinete pulverizar a lobo traidor!
Decía igual de enfadado el yak pisando fuerte el suelo donde provocaba algunos temblores. Brainchild ahora a los mandos, le llamó la atención al yak.
Brainchild: ¡Deja de hacer eso! Nos vas a hundir la nave.
Quimera: Supongo que al final no ganamos nada ¿No, jefe?
Preguntaba la leopardo al grifo, donde este último estando sentado, se miraba la garra. Corroedor emulando una sonrisa perversa, contestó.
Corroedor: Bueno. Tampoco nos fuimos de vacío. Je, je, je.
Comentaba el grifo sintiendo una enorme satisfacción con el nuevo poder que había logrado liberar, sintiendo que ahora podría destruir cualquier cosa, incluyendo al Guerrero Resplandeciente.
Volviendo al Imperio Celeste, Eliana pasaba casualmente por el cuarto de Kazu.
Eliana: ¡Kazu! Soy yo. Vine a despedirme de ti.
Saludaba alegremente la yegua esperando encontrarse con Kazu, pero no vio al potro en el cuarto.
Eliana: ¿No está?
Eliana se fijó en algo que había en la cama del potro. Con mucha curiosidad se acercó y ahí vio varios dibujos, unos de paisajes, de diversas partes del imperio, incluso de familiares y amigos.
La yegua no podía evitar admirad los dibujos porque estaban enormemente bien hechos.
Eliana: ¿Esto es…?
Kazu. ¡Eh!
De improviso apareció Kazu y con su magia, le quitó los dibujos que Eliana estaba mirando. Ahí con actitud enojada, la llamó la atención a la yegua.
Kazu: ¿Quién te manda a ti a fisgar entre mis cosas?
Preguntaba molesto el potro tratando de esconder los dibujos. Eliana trató de disculparse.
Eliana: Perdona, Kazu. No era mi intención…
Tratando de cambiar de tema, le quiso preguntar al potro.
Eliana: ¿Has hecho tú esos dibujos?
Kazu: ¿Y qué si los hice?
Contestaba el potro apartando la mirada.
Eliana: La verdad es que son unos dibujos excelentes.
Decía la yegua con una sonrisa, haciendo que el potro la mirase sorprendido.
Kazu: ¿En serio lo crees….? Bueno. Supongo….
El potro volvía a apartar la mirada.
Eliana: Tienes un talento increíble, Kazu ¿Por qué lo escondes?
Ante la pregunta, Kazu mirando de reojo por un momento a la yegua para luego apartar la mirada, la respondió.
Kazu: Es que….En mi antiguo hogar, con mi madre y mi abuelo, a estos no les gustaba que me dedicara a hacer dibujos. Decían que era una pérdida de tiempo para el futuro maestro de la liga de asesinos.
Eliana escuchaba la explicación de Kazu.
Kazu: Pese a todo, yo…lo hacía en cuanto podía. Pero cuando me descubrían, me encerraban en una caja por una semana como castigo. A veces, incluso un mes entero sin comer ni beber absolutamente nada.
Eliana se quedó sorprendida ante lo que le dijo el potro. Por Light Sun, Eliana sabía que Kazu descendía de una familia de asesinos, pero nunca se imaginó unos métodos tan crueles solo porque al potro le gustase hacer dibujos.
Eliana: Kazu….Eso es horrible. No puedo creer que realmente hicieran eso con un potro tan joven.
Kazu no dijo nada, simplemente trató de apartar la mirada y tratando de no mostrar debilidad.
Sin dudarlo siquiera, Eliana abrazó al potro para sorpresa de este último.
Eliana: Kazu. Tienes un gran talento para el dibujo. No debes esconderlo, sino mostrárselos a todos. La familia de tu padre no te juzgará mal por tus dibujos, al contrario, te alabarán por ello. Así que no escondas esa habilidad tuya tan maravillosa.
Kazu no sabía qué decir. Estaba en querer apartarse del abrazo de la yegua, pero por otro lado le sentaba bien. Su madre no siempre lo abrazaba de aquella forma y, aquel abrazo resultaba bastante reconfortante.
Luego de soltar el abrazo, la yegua con una sonrisa le dijo al potro.
Eliana: No te preocupes por lo que piensen los demás. Si tienes talento en algo, sigue con ello.
Kazu: Gracias….Supongo.
Agradecía el potro un tanto cortado. La yegua simplemente sonrió mientras le daba un beso en la mejilla del potro.
Eliana: Si quieres o no enseñar tus dibujos a los demás, es decisión tuya.
Kazu: De acuerdo…
Al final Eliana y Kazu salieron juntos del cuarto, no antes de que el potro dejara los dibujos sobre la cama. Uno de ellos resaltaba donde se veía a la familia de su padre en ella todos juntos y sonriendo.
Continuará.
No olvidéis comentar.
Nota autor: Lo que mencioné en el capítulo anterior, solo lo dejo ver a mis amigos a quienes les interese. No a cualquiera, y mucho menos a quienes no tienen cuenta en fanfiction para hablar. En palabras simples, solo mi círculo interno de amigos les permito verlos si les interesa, ya que es un trabajo privado.
