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CAPITULO 2 MISERIAS, PELEAS Y SORPRESAS II

¿Cómo curar un corazón roto? ¿Cómo lograr cocer entre el dolor y la agonía? ¿Cómo lograr reparar un vaso roto? Quizás se logre limpiar la mierda de lo que han hecho, de lo que paso sobre el mismo, pero ¿Realmente sanara?

Entre la agonía del dolor inmenso en el alma solo se puede juntar los pedazos de alma para hacerlos brillar pero nunca será de la misma forma que anteriormente brillaba, ¿Cómo hacerlo? Cuando el dolor ha provocado una herida misma que a su vez provoca la desilusión de lo que se creía fielmente con anterioridad.

Maldita contradicción

Maldita incoherencia

¿Cómo ir hacia el lugar correcto?

¿Cómo luchar para llegar a donde esta la luz? Cuando las sombras se unen para hundirte a la oscuridad

Escapar ya no es una solución, es una salvación

A.P.S


Helga terminaba de limpiar las charolas de la cafetería, estaba mas que cansada pero era necesario para tener ese acuerdo con la señora, quien era muy amable en realidad, pues antes de irse a casa, le daba nuevamente algo de comida para que no pasara hambre posteriormente de terminar. Aunque la hacia sentir mal, sentía su orgullo destrozado.

¿Cómo no sentirse así? Su vida había sido siempre un bajón en su moral y autoestima, agradecía que la doctora Bliss la siguiera recibiendo sin recibir un peso, pues Bob no iba a pagar nunca esas terapias y ya no estaba en la PS118.

-Gracias, Mary nos vemos mañana -Comento Helga mientras tomaba su mochila y la bolsa que le había dejado

Mary una señora de cabello castaño y mirada cálida, le sonrió con ternura -Nos vemos cariño, descansa y has tu tarea

-Claro -Dijo con una sonrisa también

Camino mientras pensaba en todo lo que había pasado y las personas que ha pesar de todo estaban ahí con ella, sintió dolor al recordarla. Sin darse cuenta llego a la casa de huéspedes sintiendo melancolía.

-Que tiempos…. -Susurro mientras miraba la escalera de incendios

No sintió cuanto tiempo había estado parada ahí hasta que escucho aquella voz.

-¿Qué haces aquí? -Pregunto bruscamente el rubio con cabeza de balón mirándola con curiosidad

-Nada -Susurro nerviosamente mientras intentaba seguir su camino

-Mas te vale -Comento molesto -No me agrada verte por aquí

Helga sintió dolor al escucharlo pero intento mantenerse tranquila -¿Qué dijiste?

-Lo que escuchaste Pataki -Dijo mientras caminaba hacia la entrada de la casa

-Eres un idiota -Murmuro molesta

-¿Eso debería de afectarme? -Pregunto volviendo sobre sus pasos para quedar frente a ella.

Su mirada dura y penetrante, provoco escalofríos en la rubia, esa mirada no demostraba ni un tipo de sentimiento, eso la asusto.

-No lo se -Comento con la voz un poco débil

-No me afecta pero me molesta ver que no cambias -Dijo con enojo -Que a pesar de todo nunca puedes ser amable con nadie, seguramente es por el tipo de padre que tienes ¿Cómo podemos pedirte que seas amable con semejante mounstro?

Y eso derramo el vaso.

-Eres un idiota Arnold y no sabes cuanto te odio -Comento molesta intentando golpearlo, pero el rubio la detuvo

-Te recuerdo que ya no soy un niño, Helga -Apretó su puño -Si no quieres tener problemas conmigo será mejor que no te cruces en mi camino, al menos que quieras seguir siendo mi objetivo para divertirme en la escuela, lo cual seria muy masoquista de tu parte ¿No?

Helga sintió molestia a lo que estaba diciendo, sabia bien a que se refería a lo último, finalmente ella había confesado sus sentimientos en su momento y era lógico que Arnold ya no se creyera posteriormente que a ella le caía mal, pero de eso a que se aprovechara de ello para burlarse fue lo que había provocado que ella prácticamente lo evitara.

Al grado de…muchas cosas.

Respiro hondamente, no tenia ganas de pelear con nadie, menos con el.

Apretó su puño y se soltó fuertemente del rubio, provocando por un momento sorpresa en su mirada, pero rápidamente se fue.

-No lo soy y se que tu no eres ese niño que a todos nos caía bien, ahora eres un total imbécil como los amigos con los que te juntas, tus abuelos estarían decepcionado de ti -Y con ello se dio media vuelta pero Arnold la tomo fuertemente y ahora si sintió temor.

-Jamás -Susurro con enojo -Nunca en tu vida vuelvas a decir eso Helga G. Pataki, porque no me conoces enojado y puedo olvidar que seas mujer, eso no va a ser difícil pues no pareces una mujer -La miro de arriba abajo -Con esa facha -Añadió mientras la aventaba provocando que esta cayera sobre el barandal de la casa de huéspedes.

No dijo nada, solo observo como el rubio daba media vuelta y se metía a su casa. Las piernas le fallaban por lo que tardo unos minutos en poder moverse.

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Rhonda miraba a la rubia dormir en su alcoba, había llegado destrozada a su casa, no había dicho nada y ella no había preguntado, durante estos pocos años había aprendido a leer a Helga de una u otra forma.

Y sabia que su mal se llamaba Arnold Shortman.

No podía culpar a Arnold, ella había cambiado también, aunque sentía que ella había cambiado para bien, pero lo que Arnold paso no había sido nada agradable y aunque el rubio fue el que se encerró en su dolor y no permitió a nadie acercarse, sabía que no había sido fácil aun así no era justificación.

No lo era, pero tratarla mal.

Helga había hecho tanto por el y el…¿Qué hizo?

Suspiro mientras miraba la fotografía de su mama. También paso por lo mismo y mejor que nadie ella sabia que era la perdida, pero no por ello se desquitaría con los demás de lo que la vida le arrebato.

Su mama le enseño aquello antes de irse.

Helga era hermosa, pero ella no se había dado cuenta. Mañana le demostraría a Arnold Shortman lo idiota que era.

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-No quiero salir así -Susurro la rubia molesta y avergonzada

-Te ves increíble por favor -Rhonda estaba emocionada, había arreglado a la rubia para ir a la escuela, le coloco una falda color rosa tableada que le llegaba a las rodillas, una playera negra y un pequeño suéter rosa, unos convers negros con rosa y su cabello suelto con diadema rosa en el mismo.

-Si Bob me ve llegar así…me va a matar ¡A matar hermana!

-Te cambiaras antes de llegar -Dijo rodando los ojos -Vamos Helga ¿No quieres que Arnold se trague sus palabras?

Helga se quedo callada recordando lo que le dijo "eso no va a ser difícil pues no pareces una mujer…con esa facha"

Sintió enojo -Claro que quiero -Susurro aun molesta

-Entonces ¿Vamos? -Pregunto Rhonda mirándola con una sonrisa triunfadora

Helga se sintió nerviosa pero avanzo con ella al lado.

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Helga sentía la mirada de muchas personas, no solamente de chicos, también de las chicas, muchas con sorpresa otras con odio, al menos eso sentía, estaba sintiéndose demasiado cohibida y arrepentida por hacerle caso a Rhonda, además normalmente el rubio no entraba a sus clases.

Había cambiado demasiado y parecía no importarle ya la escuela.

-Hola Helga -Wolfang se acerco a la rubia, quien le miro con molestia -Que guardado tenias ese cuerpo, hermosa

La rubia rodo los ojos -Nos vemos, cara de mono -Comento algo intranquila para seguir su camino al casillero pero Wolfang la siguió

-¿Te gustaría ir por un helado al salir de clases?

Helga rio -¿Entras a clase acaso?

El rubio rio también por lo bajo -A veces

-Seguro es cuando llueve -Comento mientras tomaba unas libretas para guardarlas en su mochila.

-Coincidencia, solo eso

Helga sonrió con burla -Bueno cuando llueva quizás acepte ese helado por coincidencia

Wolfang enarco una ceja con fingida molestia pero cuando iba a insistir, alguien lo interrumpió

-¿Qué haces Wolfang?

Helga se sobresalto al escucharlo, su piel se erizo al sentirlo del otro lado demasiado cerca de ella.

-Hablaba con Helga -Comento tranquilamente el joven

Helga tomo su ultimo libro para posteriormente cerrar el casillero -¿Sabes que esta enamorada de alguien mas no?

Helga sintió sus mejillas arder ¿Qué demonios?

-Puedo hacerla cambiar de opinión ¿Sabes?

Arnold sonrió de lado -No creo que se pueda ¿Tu lo harías si estuvieras enamorado de alguien desde los 3 años…?

-Bueno idiotas -interrumpió Helga -Ustedes no entraran a clases, pero yo si -Dijo mientras colocaba su mochila en el hombro

-¿Nos vemos a la salida entonces hermosa? -Pregunto Wolfang cerrándole el paso

Helga bufo molesta -El día que nieve en el desierto, mosca de cerebro -Susurro mientras daba la media vuelta y se iba

Arnold la miro alejarse para después mirar a Wolfang con una ceja enarcada -¿Enserio?

Wolfang se encogió de hombros -Solo quería molestarla ¿No te gusta hacerle la vida miserable?

-Yo, no los demás -Dijo serio el rubio

-Ah ya Arnold aguanta una broma

El rubio rodo los ojos -Solo no hagas nada que…

-Tranquilo solamente estaba jugando

Arnold lo miro con fastidio pero no dijo nada mas y se fue hacia su salón de clases.

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Arnold observaba desde lejos como la rubia estaba siendo el centro de atención de todos sus compañeros incluso observo como Gerald la miro un par de veces sorprendido seguramente del cambio, eso le molesto de su ex mejor amigo.

Se mantuvo a lo lejos mientras miraba como uno y otro pasaba y le hacia insinuaciones a la joven, ella solamente los ignoraba y les decía que no.

Hasta que observo a Alan acercarse a ella y como ella sonreía amablemente y asentía. ¿había aceptado de verdad salir con ese idiota?

Se sintió molesto, pero intento restarle importancia.

Cuando se alejo de la joven, el rubio se percato que habían quedado solos en el salón, por lo que tomo su mochila y al pasar a su lado le tiro sus cuadernos. Ella le miro con molestia -¿Qué no ves Shortman?

Arnold la miro entre divertido y molesto -No, al contrario, veo demasiado bien -Sonrió con burla antes de añadir -Supongo que mi comentario de ayer te molesto tanto que decidiste arreglarte como un ser humano normal, aunque dudo que eso funcione para lo que quieres conseguir

Helga se puso de pie molesta -¿Qué quiero conseguir Arnold?

-Es obvio, te sigue afectando todo lo que digo o hago

Helga se mordió el labio para intentar calmarse -Lo que tu hagas o no, me tiene sin cuidado, eres solo una mosca molesta que espero quitarme pronto

Arnold rio mientras se acercaba mas a la joven quien no retrocedió -Entonces no te vistas como una cualquiera para atraer moscas como yo Helga -Y al final hizo algo que ninguno de los dos se esperaba.

La besó.