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Hola queridos lectores
lamento mi demora en este fic y en otros pero aqui sigo y seguire escribiendo esta semana
asi que dejen sus comentarios en el botoncito jejeje y voten por que fic les gustaria tener actualizacion en la semana :) les dare mas de un capitulo por supuesto del ganador
recuerden que me dan de comer sus comentarios ;D
espero que disfruten este nuevo capitulo
saludos desde CDMX
de su amiga Serenity Moon
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CAPITULO 7 ALAN REDMON I
ENTRE EL MAR DE CONFUSIONES HAY UNA…¿DECLARACIÓN? II
¿AMOR U OBSESIÓN? ¿SER O NO SER? I
Entre miles de sentimientos y confusiones siempre existirá y prevalecerá la pregunta del millón ¿Ser o no ser? ¿Cómo tomar una decisión real y no nublada por las sombras de dudas y miedos?
¿Cómo ser algo que no te enseñaron ser? ¿Cómo demostrar lo que en la vida no te enseñaron a demostrar? ¿Cómo no caer en el error de dependencia, cuando en tu vida siempre te sentiste solitario? ¿Cómo ser alguien que los demás esperan si tu entorno fue siempre nublado por la oscuridad?
Es totalmente imposible poder tener algo de luz cuando siempre ha habido oscuridad en la vida…vida ¿Por qué a veces pareciera que la vida te pone en situaciones malas que te provocan que la vida sea oscuridad?
Siempre volviendo a la misma duda, a la misma búsqueda que siempre queremos obtener una respuesta…
¿Quién soy?
¿Ser o no ser? Que tan sabio era Shakespeare…
Maldita paradoja
A.P.S.
Arnold miraba con una dulce sonrisa a la rubia quien iba en silencio mientras estuvieron caminando en dirección a su casa, no habían avanzado tanto en los apuntes, solamente hubo pequeñas distracciones…
FLASH BACK
- ¿Eso es una…declaración? -Pregunto sonrojada la rubia
-Solo si tú también sientes algo -Comento el rubio mientras volvía a besar con intensidad, con veracidad y pasión, se sintió abrumada que tardo unos segundos en seguir el ritmo del rubio.
Solo atino a tomarlo de los hombros con una timidez extrema, mientras que el rubio la rodeo de la cintura con decisión y fuerza, lentamente y con cuidado subió sus manos hacia arriba de la cintura de la joven, Helga se sonrojo con fuerza pero sus sentidos no la dejaban pensar.
Llego al pecho de la joven quien comenzó a sentir tanto calor que deseaba huir, intento frenar el beso pero el rubio con la otra mano la tomo de con mas fuerza de la cintura y siguió besándola con pasión mientras acariciaba con suavidad su pecho.
-Arn…Arnold… -Le empujo con amabilidad -Arnold…no -Dijo entre los labios del rubio pero este siguió besándola, le mordió con amabilidad el labio, provocando un pequeño gemido en ella de placer
-¿Quieres que pare enserio? -Susurro sin despegarse realmente mirando sus labios carnosos
-Si… -Susurro con debilidad -Dame…un segundo -Añadió sonrojada totalmente
Arnold sonrió quito su mano del pecho de la rubia pero la coloco en la cintura y no se separo del todo de ella.
Helga le miro con una ceja enarcada -¿Enserio?
-No puedo estar lejos de ti -Susurro sincero pegando su frente a la de ella
Helga se sonrojo -Arnold…¿Qué quieres…que quieres decir con eso?
Arnold sonrió con misterio mirándola con intensidad, Helga sintió demasiado fuerte su mirada que solamente pudo desviarla y bajar sus manos a los brazos del rubio intentando mantener su mente en claridad o volver a ella pues ya no existía racionalidad en ella.
No quería cometer una estupidez y menos sin…sin tener nada seguro de nada en particular.
-¿Por qué querías que parara? -Pregunto con un toque suave de burla
Helga se sonrojo, pero no lo miro
-¿Helga? -Tomó su mentón para hacerlo mirar -¿Te…te molesto? -Pregunto con temor
Helga le miró con pena -No -Susurro débilmente mirándolo con sinceridad
-Entonces ¿Puedo besarte de nuevo? -Acercó sus labios para poder besarla pero Helga le detuvo
-Arnold, ¿No me dirás por qué?
Arnold hizo una mueca pero no era de molestia, era algo que Helga no supo descifrar
-¿Te gustó? -Pregunto el rubio mirándola con dulzura -Por favor dime
Helga se sonrojo fuertemente sin saber que decir, no quería contestarle, maldito orgullo que ambos tenían.
-Yo… -Se lo pensó mejor -Me asuste
Arnold sonrió con ternura
-Eso quiere decir ¿Qué si te gustó?
Helga se sonrojo -Quisieras Arnoldo
El rubio rio un poco sin importarle el pequeño empujón que le dio y volvió a halarla hacia el. -Yo creo que si -Le dio un beso casto y puro
Helga se sonrojo fuertemente.
-Veo que si te gusta -Susurro dulcemente mientras le daba otro beso que la rubia intento evitar pero Arnold no se detuvo, después de besarla en la mejilla fue bajando lentamente hasta llegar al cuello.
Helga sintió que su corazón se detenía
Con suavidad comenzó a besarla ahí con pasión y deseo mientras la acercaba mas a su cuerpo, Helga se sostuvo por los hombros de él para no perder el equilibrio, cuando sintió su suave mordisco del rubio se sonrojo fuertemente y volvió a salirle un pequeño gemido que para Arnold fue un delirio.
Volvió a hacerse un camino el rubio pero ahora para abajo y toco los glúteos de la rubia acercándola hacia su cuerpo, Helga sintió un bulto en su pierna, fue cuando reacciono justo cuando el rubio intentaba con su otra mano la blusa de ella estaba peligrosamente en su pecho.
-No… -Susurro mientras intentaba empujarla -Es que…yo… -Se sonrojo aun mas mientras el rubio se separaba un poco
El se sonrojo, pareciendo entender lo que la rubia intentaba decirle
-¿Nunca? -Pregunto sonrojado
La rubia le miro con molestia -¿Quién crees que soy?
-Una adolescente como el resto de nuestros compañeros, Helga, no es algo…¿malo?
Helga rodo los ojos -Eso es obvio pero…bueno…mis motivos no son de dominio publico y menos algo que te importe solo…no soy igual ¿Bien?
-Entiendo Helga -Susurro mirándola con un brillo especial, últimamente no podía descifrar a Arnold y la frustraba
-Yo…creo que es mejor que me vaya…ya no avanzamos nada -Dijo sonrojada
-Creo que yo tuve un avance hoy -Susurro en voz baja pero Helga lo escucho
No supo si tomarlo como un insulto o como algo bueno, pero no dijo nada, solo arreglo sus cosas para irse, Arnold tampoco volvió a tocar el tema de lo que había pasado.
END FLASH BACK
-Yo creo que hasta aquí cabeza de balón, no quiero que Bob se porte como el otro día
Arnold sonrió de lado -No te preocupes, correré el riesgo -Dijo siguiendo, caminando hacia el pórtico de la casa de Helga
-Helga -Dijo antes de que la rubia caminara hacia la puerta, ella le miro con duda
-¿Quieres…? -Se sonrojo fuertemente -¿Quieres ir salir conmigo mañana?
Helga observo cada gesto de su rostro, no había visto ese sonrojo en Arnold desde hacia mucho tiempo, le pareció tierno.
-Esta bien Arnold, estas de suerte -Dijo sonriéndole -Acepto
Y le otorgo un beso tierno en la mejilla antes de irse corriendo adentro de su casa, sin darle la oportunidad al rubio de reaccionar.
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Arnold miraba con tristeza a Ana, ella estaba dormida nuevamente en su alcoba, sus padres estaban abajo discutiendo lo cual ya empezaba a ser costumbre. Miles había llegado borracho y al querer acercarse a Stella ella lo rechazo, es por ello que empezó la discusión.
Sentía mucha pena por Ana ella había estado en ese momento presente y había estado llorando, Susie fue quien la saco de ahí y la llevo a su departamento, pero en cuanto llegó Arnold, Ana se aferró a su hermano, por lo que se la llevo a su cuarto.
"¿En verdad quería arrastrar a Helga a esto?"
Ella había estado mejorando aparentemente con la decisión que tomo su padre ¿Por qué arrastrarla a cargar con algo que no era su culpa?
Pero por otro lado…
¿Por qué tenia que seguir sumido en la oscuridad sin un rayo de luz?
Se sentía vacío y solo en esa oscuridad, evitando a todos por años, estando sin querer tener ayuda o una compañía real de alguna persona, que el hecho de haber dejado pasar unos cuantos días a Helga, le habían hecho tanto bien como hace mucho no se sentía.
-Helga -Susurro mientras intentaba concentrarse en ella y no en los gritos que se daban sus padres.
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Miles Shortman
Si bien la vida había sido maravillosa al lado de Stella y por supuesto cuando llego Arnold había sido la mayor bendición del mundo, pero…estar atrapado en la selva con los ojos verdes, la sombra asechando y Arnold lejos…su bebe, le había dado demasiado dolor dejarlo, incluso tanto Stella como el, creían que la depresión y la tristeza por no poder volver con su hijo fue lo que fue sumiéndolos en la enfermedad del sueño, esa enfermedad que va consumiendo poco a poco la mente de las personas que terminan sumiéndose en el sueño profundo para no volver.
Si bien no era algo que principalmente era provocado por la sombra, había factores, uno de ellos era la depresión y ahí es donde ingresaba el sueño eterno.
Pero por un milagro, por su bebe milagro volvieron a la vida y volvieron a ser la familia feliz que eran, estaba con sus padres, aquellos seres que había extrañado con locura al estar lejos de casa…
La felicidad se fue dando a mayor durante ese tiempo, Stella le dio la buena noticia de que tendrían otro hijo, un nuevo producto de su amor…pero este se ensombreció.
Su padre fue el primero en fallecer, se deprimió tanto de perder a aquel hombre que había sido no solo su guía y su apoyo, sino al que había tenido que dejar también durante 10 años, diez preciosos años que no se pudieron recuperar en esos 3 años que lo pudo disfrutar de nuevo.
No era justo, abrumado por su tristeza y depresión ni siquiera pudo estar presente en el nacimiento de Ana, que fue tan solo unos meses después de la muerte de su padre, su madre hablo con el, fue de las pocas veces que Gertie hablaba con tanta sabiduría, cordura y seriedad, que se sintió peor cuando tan solo unos meses mas ella falleció.
No pudo con la culpa, ni con el dolor.
Y fue cuando se dejo abrazar en las sombras.
Arnold se fue alejando de él, comprendía que ya no era el padre del que el tanto estaba orgulloso y se enfrasco en su hermana, aquella bebe que sin culpa estaba siendo abandonada, no solo por el.
A veces soltaba su enojo y veneno en contra de Stella, ella no era culpable de nada mas que de abandonar a sus hijos.
Pero ella tenia razón ¿Si no trabajaba ella quien mas lo haría? El ni siquiera podía mantenerse sobrio un día.
Ya estaba mas que consumido y el alcohol era lo único que evitaba sentir tanto dolor abrumador que había en su ser.
Miro a Stella quien estaba dormida en la cama de la habitación que ya no compartían, había vuelto a ir para poder estar con ella, quería que le abrazara, que lo consolara de una u otra forma, pero…todo salió igual que muchas otras veces
Mal.
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Stella Shortman
La situación en la que he vivido los últimos tres años había sido complicada, Gertie y Phill habían sido como los padres que nunca había tenido, aquellos seres le brindaron tanto amor y tanta dulzura y bondad que había sido también un golpe terrible para ella, se adelanto su parto también por esa razón.
No es que no quisiera estar con su familia que eran sus hijos pero en verdad si no trabajaba ¿Qué comerían? Tenia que hacerlo para que sus hijos tuvieran un plato de comida en la mesa, para que Arnold pudiera ir a la universidad y para que Ana en un futuro también pudiera, aunque se estaba perdiendo de tantas cosas y eso le hacia sentirse preocupada por ello y estresada al grado de desquitarse muchas veces con su hijo.
Aquel joven que lo único que hacia era apoyarla un poco lo cual le hacia sentirse peor, pues el no tenia ninguna obligación de tener que hacer el papel de hermano y padre de una niña que también era inocente.
Se odiaba.
Y odiaba no poder cambiar de momento la situación, porque de cierta forma y aunque no deseara decirlo a los cuatro vientos, no podía estar en esa casa.
Los abuelos de Arnold le habían dejado a su nieto la casa, el auto e incluso una pequeña herencia, que ni siquiera ella había querido preguntar ni tomar, todo eso era de su hijo y ella no lo usaría, pese a que cuando fallecieron Arnold se los ofreció. Incluso sabia que mensualmente su hijo recibía la pensión que Phill había estado teniendo por parte de lo que trabajo de joven en el gobierno pero ni eso tocaría.
Quizás todo era un pretexto de ella misma.
Todo le recordaba a Phill y a Gertie, de cierta forma también fueron sus padres. Así los había considerado desde que se caso con Miles.
Por supuesto que le dolió de la misma forma que a él, perder tantos años de convivencia y saber que pudieron evitarlo, por supuesto era para sentirse culpables, lo mismo sintieron en su momento con Arnold, pero intentaron compensarlo ¿Dónde quedo su hijo entonces al momento de la perdida de sus padres? ¿Por qué no continuar viviendo y tratar de estar con el como no pudieron antes?
Las sombras en la familia ya estaban demasiado extendidas, la sombra de la culpa, remordimiento y dolor estaba también en su corazón, no podía con todo y por mas que intentara buscar una balanza no podía, porque igual no quería estar en aquella casa asfixiándose de los recuerdos de lo que ya no era.
Ni con los problemas de alcoholismo de Miles, ya no lo soportaba.
Todo esto quizás acabaría mal.
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Arnold escucho el grito de su madre y después el ruido de la puerta que hizo que se despertara sobresaltado. Miro a Ana, pero ella seguía dormida abrazando su brazo, sonrió dulcemente.
-Princesa -Susurro acariciándole la mejilla -No te preocupes, siempre me tendrás a mi
En ese momento escucho un toquido en su puerta un poco mas fuerte que lo hizo saltar y su hermana también se sobresaltó.
Sin moverse tanto se acerco a la puerta para abrirla con cuidado.
-Arnold -Susurro su padre desde el otro lado de la puerta, el rubio sintió su sangre hervir
-Ana esta durmiendo, mejor vete, no quieres asustarla ¿O si?
-Hijo -Susurro suplicante, se escuchaba bastante ebrio -Tu madre…
-¿Qué?
-Se fue y no se a donde
Arnold sintió un pequeño retortijón en su estomago pero seguro le habrá mandado un mensaje siempre lo hacia, lo que le preocupaba era la hora, pues pasaban de las 12.
-Vete a dormir Miles
-Nos vamos a divorciar -Susurro -No quiero perderlos
-Supongo que es lo mejor que puede hacer -Dijo el rubio con frialdad -Si me lo preguntas ya se había tardado y realmente no me importa que hagan con su vida, solo piensen que tienen dos hijos y Ana en verdad los necesita.
-Arno…
-Ya vete no quiero hablar contigo y menos en tu estado Miles
-Arnold -Le llamo pero el rubio se alejo de la puerta para volver con Ana, abrazarla y rogar que su padre no tocara fuertemente la puerta como otras veces lo había hecho.
Pero su padre se había quedado o en silencio o se había ido.
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A la mañana siguiente bajo con Ana, quien ya estaba vestida y lista para ir al kínder, Susie siempre le ayudaba a llevarla.
Se sorprendió de ver a su madre en la cocina, pero no se emociono a veces lo había llegado hacer un que otro día, solo porque la culpa le alcanzaba.
-Buenos días, amores -Dijo mirándolos con una sonrisa
-No se que tiene de buenos -Dijo el rubio mirándola con seriedad
-Te prepare tu almuerzo Arnold -Le ofreció una bolsa para que la tomara pero el rubio le ignoro
-Tiene un rato que no lo hacías y he sobrevivido Stella, así que no te preocupes
Ana miro la mesa puesta y se acerco para que pudiera comer algo de ahí, su hermano le había enseñado como subirse a la silla y que a esa hora debía desayunar sin quejarse de querer jugar.
-Arnold por favor no me llames así, soy tu madre
-Gran momento para recordarlo, Stella -Miro a Ana -Nos vemos vaquera, debo irme
-¿Susie me llevara? -Pregunto con un dejo de tristeza
-Me parece que si -Dijo el rubio -Ahora le digo
-Susie salió, yo la llevare
-Ahora veo porque estas aquí -Dijo mirándola con frialdad -Y por favor si tienes problemas con Miles diré que no vaya a molestarme -Dijo molesto mientras daba media vuelta para irse
Stella dejo que se fuera, no podría razonar en ese momento con él.
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Helga miraba con una sonrisa amable y un dejo de sorpresa a Alan quien estaba frente a ella, sintiéndose demasiado incomodo pero intentando acabar con las expectativas de su padre.
-Lo siento Alan pero hoy saldré con Arnold -Dijo amablemente
El castaño sonrió -Me alegro mucho Hel
-Gracias
Helga le dio un pequeño beso en la mejilla -Nos vemos luego
-Nos vemos Hel -Susurro mientras la veía irse
Y es que por mas que en su momento Helga le encanto, no podía, además se había dado cuenta que además de que el amor con ella era imposible, a él le gustaba mas su mismo sexo, después de esa noche en la que estuvo con Sid, lo descubrió.
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Arnold miro con una dulce sonrisa a Helga cuando esta llego hasta el packard. Casi todo el día Helga lo había evitado un poco pero no se sintió mal, sabia que para ella era difícil sentirse segura en algo que no sabia ni como etiquetarlo. Pero esperaba cambiarlo hoy.
-¿Lista?
Helga le sonrió -Si cabeza de balón, vamos
Ambos se subieron al auto para ir al lugar que Arnold tenia preparado para ella.
Gerald los miro a lo lejos sorprendido. Una vez mas esa rubia era la que lograba entrar en Arnold y el no. Eso le decepcionaba de cierta forma, pero por el otro lado, sentía felicidad por su amigo.
-¿Qué miras amor?
Gerald le sonrió dulcemente -Arnold se fue con Helga
Phoebe le miro con sorpresa pero en su mirar un brillo de felicidad también broto -¿Enserio?
-Si
-Me alegra tanto que ambos estén juntos
-Bueno aun no se…
-Pero si están juntos seguro es por algo -Se limpio una pequeña lagrima -Eso haría tan feliz a Helga
-Lo se amor -Le dio un beso en la frente -Lamento mucho haber peleado contigo por pensar que Helga realmente no quería a Arnold.
Phoebe le hizo un ademan quitándole importancia
-Fue hace mucho, no te mortifiques mas
Gerald sonrió de lado -Bien ¿Nos vamos nena?
Phoebe rio ante el gesto de su novio -Vámonos amor
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Helga miraba sorprendida del lugar en donde estaban, estaba algo apartados de la ciudad, el sol se había ocultado hace menos de una hora, ya era algo tarde y sabía que podría tener problemas, pero no podía dejar de maravillarse por lo que miraba, el paisaje y el lugar en si eran hermosos, pero además Arnold había adornado todo con velas a su alrededor, mientras la había dejado dos segundos en el packard. Y había un mantel puesto en el suelo y una pequeña canasta, quizás eso explicaba su ausencia en las ultimas clases.
-Solía venir aquí con mi abuelo a veces -Susurro un poco tímido pero Helga no lo interrumpió -Me pareció un buen lugar para estar juntos -Helga se sonrojo pero siguió escuchando -Mi abuelo solía decirme que aunque fueras un poco juguetona tratara de no ser descortés, a su modo claro
Helga sonrió un poco ante eso ultimo.
-Mi abuela por otro lado siempre decía que Eleonor vendría a rescatarme y a ayudarme en las batallas -Le miro -Casi nunca le di importancia hasta que paso lo de industrias futuro y comencé a atar cabos.
Helga desvío la mirada por pena.
-No se porque te enamoraste de mi pero…se que desde que me dijiste lo que sentías nunca pude sacarlo de mi mente
-Eso…ya es pasado Arnold.
El rubio se acerco a ella -Solo pienso que quizás el pasado aun no esta enterrado, para mi
Ella le miro confusa por lo que el rubio continúo -Helga…he pasado por muchas cosas estos últimos 3 años, desde que perdí a mis abuelos hasta que he perdido de nuevo a mis padres, perdí a mis amigos y te…perdí -Le miro en eso ultimo -Al principio fue aterrador entender que mi abusadora personal me amaba de esa forma tan…extrema, no lo entendí, éramos niños y…no supe manejarlo con lo demás.
Helga asintió -Lo…entiendo
-Lo se, creo que de todas las personas podrías entenderme mejor -Bajo la mirada -Helga no se si soy la mejor compañía del mundo en este…momento, estoy roto como bien dijiste, tengo demasiadas responsabilidades y problemas, pero…
-También yo -Dijo mirándolo con ternura
-Eres un rayo de luz en mi vida -Dijo en un leve susurro -Un ángel que no quiero seguir ignorando
Helga se sonrojo fuertemente
-Quiero ser algo mas que solo un recuerdo para ambos, discúlpame por haberte alejado en su momento
Helga le miro con una sonrisa amable -Yo también me aleje
-Fue mi error
-Creo que tienes razón Arnoldo, estábamos entrando en una etapa difícil y con los problemas todo era…abrumador
El asintió
-¿Podemos intentarlo de nuevo? -Pregunto mirándola con intensidad
Helga sintió su corazón latir fuertemente
"¿Por qué no? Es lo que quieres", se dijo a si misma mientras se apoderaba de los labios del rubio ante su sorpresa.
-Por supuesto que si -Susurro al separarse del rubio.
-Gracias, Eleonor -Dijo burlonamente, Helga solo rodo los ojos sonriendo
-Las ideas de tu abuela eran raras
-Pero divertidas -Añadió el rubio
-Es cierto -Puso sus manos en la cintura de Helga para acercarla -Y ahora que gane la batalla, puedo tener mi premio sin permiso ¿No?
Helga iba a protestar pero en ese momento el la beso, sin darle permiso de replicar nada, Helga rápidamente se acoplo a sus labios sin detenerlo, correspondiendo al beso que el rubio le otorgaba lleno de amor y ternura.
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Ronda miraba el celular, estaba preocupada y solo esperaba que su amiga supiera lo que hacia, ella había hecho su labor, el padre de Helga había marcado hace una hora y le había dicho que Helga ya se había dormido, por supuesto Bob le dijo que estaba bien, confiando en que fuera verdad.
Su padre nunca fue alguien preocupado por su hija pero el que hubiera cambiado era algo bueno o eso decía ella.
Lo preocupante era que Helga estaba con Arnold, la reputación de Arnold no era la mejor del mundo
Eso era lo que le preocupaba.
-Solo espero que sepas lo que haces cariño -Dijo mirando la foto de perfil donde salía con su mejor y única amiga.
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Helga estaba recostada en el pecho de Arnold, quien dormía plácidamente, mientras los rayos del sol les acariciaba con ternura la piel, eran casi las 10 de la mañana, lo bueno es que era fin de semana, pero ninguno de los dos se esperaba que la puerta se abriera de par en par en ese momento.
-¡¿Arnold?!
