¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!
De nuevo vamos con otro capítulo extra. En esta ocasión, me gustaría darle las gracias a Benio y Alciel, quienes pagaron una membrecía y decidieron elegir esta historia para continuar con las actualizaciones consecutivas.
Sin mucho más que agregar, es momento de comenzar.
¡Disfruta!
"¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar?" Preguntó Paimon un tanto cansada mientras observaba el horizonte.
"Deberías trabajar un poco en tu paciencia." Le respondió Shinobu sin prestarle mucha atención.
Todos se encontraban esperando en el puerto de Ritou. De hecho, la vista era bastante curiosa, ya que el sitio estaba completamente abandonado y parecía haber sido saqueado hace un tiempo. El polvo reinaba en aquel lugar junto con las hojas desordenadas, el puerto estaba algo descuidado y la falta de barcos era más que evidente.
La mayoría estaban esperando la llegada del barco, pero Ei era la única que se encontraba observando el lugar, que parecía un pueblo fantasma. Que el sitio se encontrara de esta manera obviamente la afectada, aunque lo ocultaba muy bien.
Su más vieja amiga pareció percibir esa leve melancolía en su Arconte, por lo que no tardó en actuar cuando colocó una mano sobre su hombro.
Ei miró a Yae y le entregó una leve sonrisa ante el gesto, indicando que se encontraba bien.
"Es increíble que no nos hayamos encontrado con ningún monstruo en este lugar." Comentó Aether, quien se puso al lado de ambas mujeres. "Si todo sigue yendo así de bien, entonces deberíamos llegar a Liyue en la tarde." Comentó Aether, viendo como Paimon se posicionaba a su lado.
"¿En serio ella tiene que venir con nosotros? ¿No crees que una Arconte debería cuidar personalmente de su gente?" Preguntó el hada flotante con una mirada interrogante.
Grave error.
Ei le entregó una mirada de muerte, haciendo que Paimon se ocultara detrás de su mejor amigo.
"Será mejor que no intentes hablar con ella. Aún sigue muy enojada por el plan que propusiste aquella vez…" Le susurró Aether con algo de nerviosismo, ya que Ei realmente podía dar mucho miedo si se lo proponía.
"¡Oigan, ya vienen!" Itto cortó el pequeño momento de tensión cuando saltó como un loco y se acercó al borde del puerto, haciendo que todos miraran en su dirección.
A lo lejos se comenzó a ver como un barco emergía desde el horizonte, aproximándose más y más a la bahía.
Todos se acercaron a los escalones de madera con una sonrisa, observando como el imponente barco se hacia más y más grande. Pronto pudieron distinguir como había una persona en la proa, saludando con mucha energía.
Evidentemente, esa persona no podía ser otra que Beidou.
Itto contestó al instante con su usual energía, y sus camaradas lo siguieron. Kazuha apareció detrás de su capitana y respondió al saludo con una sonrisa, mientras que diferentes piratas se detenían a mirar a sus viejos invitados.
"Con esto va siendo hora del momento de despedirse." Comentó Gordi, quien observó el grupo para esperar las reacciones.
Estas fueron muy variadas, ya que Itto se puso un poco triste ante la idea de separarse de Kuki y del resto de su banda, mientras que Yae y Ei tan solo respondieron con un asentimiento, como si estuvieran acostumbradas a esto.
"Gordi, recuerda que si necesitas ayuda siempre puedes llamarnos." Comentó Aether, quien se puso enfrente de la figura adeptica para despedirla.
"No te preocupes. Con ellos cerca, no será necesario que vuelvas." Aclaró Gordi cuando enfocó su mirada en Yae, Kaeya y Shenhe.
"Él tiene razón." Comentó Yae cuando se acercó a Aether. "¿Acaso no confías en mis capacidades?" Preguntó la Yokai con tristeza fingida.
"De hecho, tu no eres el que me preocupa…" Aether dejó las palabras en el aire, pero que haya enfocado su mirada en Kaeya fue más que suficiente.
"Ouch, no sabes cuánto me lastiman esas palabras." Comentó Kaeya, quien, de hecho, no se veía para nada afectado. "Pero no te preocupes. En momentos delicados como estos, es cuando más me gusta intervenir." Declaró el hombre, quien cruzó los brazos con confianza.
"Yae, mantén el ojo en él." Aether no se dejó influenciar con sus palabras, y eso quedó demostrado con su declaración.
Mientras tanto, Itto y Shenhe se estaban despidiendo ante la mirada en blanco de mucho de los presentes, ya que el oni estaba llorando a cascadas mientras se apoyaba en el pecho de la mujer, quien tenía un gran signo de interrogación sobre su cabeza. Los únicos que no parecían muy afectados ante semejante vista eran el grupo de hombres que seguía a Itto, ya que, para ellos, eso se veía genial.
Sara y Kokomi eran las más extrañadas, quienes no podían evitar ver toda la situación con suma confusión.
"¿Cómo es que puedes encariñarte tanto con alguien en tan solo una semana?" Preguntó la comandante sin poder entenderlo.
"Bueno…" Kokomi arrastró la palabra. "Nosotras antes casi no podíamos vernos a la cara, y ahora resulta que tenemos muchas cosas en común." Sara la observó de reojo tras escuchar esas palabras, haciendo que su mirada se tornara a una seria.
Kokomi siguió la mirada de Sara, en donde Ei estaba aconsejando a su marioneta junto con Aether.
"Tienes razón. Las relaciones pueden cambiar de tal manera que no serías capaz de imaginarlo ni en tus sueños."
CAPÍTULO 16: ¡NATLAN, LA NACIÓN DE LA GUERRA!
Ei bajó del barco junto a la gran mayoría. La gente que se encontraba en el puerto observaba al grupo y murmuraban entre sí. Gran parte de esos murmullos se debía a la Diosa, debido a que era la primera vez que veían que una Arconte de otra nación pisaba tierras ajenas.
"Este lugar es tal y como lo recuerdo." Comentó Itto con una sonrisa dentuda mientras observaba las estructuras peculiares de la gran ciudad de Liyue.
"Es la primera vez que salgo de mi nación natal. Es una lastima que no podamos quedarnos por mucho tiempo." Comentó Kokomi, un tanto conmovida ante la infraestructura desconocida.
"El trabajo es trabajo. Recuerden que no estamos aquí para hacer de turistas." Declaró una Sara tajante, quien pasó al lado de los dos.
Esto hizo que Itto y Kokomi se miraran entre sí, optando por una sonrisa nerviosa al mismo tiempo que se inclinaban de hombros.
"Ya debes estar cansada de llevarnos de un lado a otro." Comentó Aether, quien se encontraba bajando junto con Beidou y Paimon.
"¡Sabes que nunca me cansaré de ayudar a mis camaradas!" Exclamó la pirata con una sonrisa dentuda en su rostro.
"Aún así, nunca está de más agradecer. Por eso vamos a hacer una cena grupal antes de abandonar Liyue." Paimon comentó con un asentimiento.
"Creo que lo que más te interesa es la comida." Se burló Aether, haciendo que Paimon lo observara con un pequeño puchero.
"Aunque aprecio su invitación, desafortunadamente voy a tener que declinarla. Debemos entregar una parte de nuestro botín más reciente para pagar algunas deudas." Comentó Beidou, mirando como su gente estaba bajando unas cajas desde el barco. "No somos muchos, así que el proceso podría tardar varias horas." Concluyó, fijando su mirada en Aether.
"En ese caso, les deseo lo mejor." Comentó Aether, alzando su mano con una sonrisa, algo que Beidou respondió de la misma manera.
"Espero que la marea este de vuestro lado. Ya que, ustedes amigos tendrán una trayectoria muy tormentosa. Pero, por ahora, espero que disfruten su viaje a Natlan." Beidou estrechó la mano de Aether tras esas palabras.
"¡Si quieres Paimon puede llevarte un gran recuerdo! ¡Estoy segura que la comida de allí será increíble!" Exclamó el hada flotante con emoción.
"¿Oh? Pues estaría muy agradecida." Respondió la pirata con una sonrisa.
"¡Oye, hay que irnos ahora! ¡La señorita Ninguang está esperando!" La charla del grupo se vio interrumpida cuando Gorou los llamó, quien estaba siendo acompañado por Ayaka.
Esto hizo que Beidou compartiera una corta sonrisa con ellos como un último saludo de despedida.
La pirata observó como el grupo bastante peculiar se juntaba e iniciaban su camino ante la mirada extremadamente curiosa de los civiles.
"¿Estás seguro que no quieres ir con ellos? Quizás tu nación vuelva a necesitar de tu ayuda." Beidou preguntó de la nada, haciendo que la persona que estaba llevando una caja se detuviera justo detrás de ella.
"Ellos estarán bien." Kazuha dejó la caja a un lado mientras observaba como todos se marchaban. "Además, esto ya es algo que no me concierne. Antes intervine no por Inazuma, si no por la justicia que se merecía mi amigo." El joven posó la mirada en Beidou, ensanchando su sonrisa. "Usted sabe bien que mi hogar se encuentra junto a la capitana desde ya hace mucho tiempo." Esas palabras hicieron que Beidou se riera.
"¡Si sigues siendo tan dramático me harás sonrojar!" Exclamó la mujer, dándole un fuerte golpe en la espalda al pobre Kazuha que cayó al suelo.
_ SALTO DE LINEA _
Liyue, Posada Wangshu
Varios minutos más tarde…
"Natlan, he escuchado muchas historias…" Comentó Ninguang mientras se cruzaba de piernas.
La mujer estaba siendo acompañada por sus fieles sirvientes, incluyendo a la misma Ganyu. La ostentosa mujer también contaba con el apoyo de Keching. Del otro lado de la mesa se encontraban Aether y sus compañeros de viaje, por lo que la mesa era considerablemente grande.
"¿En serio planean ir a un lugar como ese? Está infestado de conflictos." Comentó Keching, quien observaba a todo el grupo con el ceño fruncido.
"Necesitamos la Gnosis." Fue la simple respuesta de Ei, haciendo que todos la miraran. "Y en cuanto a los conflictos, todos los aquí presentes tenemos experiencia de sobra respecto a ello." Sentenció la Diosa, haciendo que una leve sonrisa apareciera en Keching.
"Si una Arconte lo dice tan convencida, entonces supongo que mis preocupaciones son en vano." Comentó la mujer, para luego tomar de su bebida con delicadeza.
"Aunque estén tan confiados, recuerden que cuentan con nuestro apoyo para lo que necesiten." Comentó Ninguang, para luego dar un bocado a su comida.
"Y estamos agradecidos, pero no creo que sea muy buena idea que unos invitados lleguen a Natlan con toda la Geoarmada a nuestra espalda. Por lo menos, no por ahora." Comentó Aether, quien parecía estar disfrutando del almuerzo. "Además, solo vamos de visita. No es que vayamos a destruir la nación o algo por el estilo."
"En eso estamos de acuerdo. Pero, ¿cómo sabremos si necesitan nuestra ayuda?" Preguntó Keching con una ceja alzada, a lo que Aether invocó la Relajatetera frente a todos.
"Eso es simple." Comentó el joven, atrapando la tetera entre sus manos. "A diferencia de las demás invocaciones, esta es especial porque no se desvincula con el desuso. Lo único que necesito es pensar en ella, ya que, más que un objeto, es un espacio que es controlado por alguien que está conectado a mí. Esto tiene una explicación más profunda, pero prefiero ahorrar detalles aburridos…" Comentó Aether, para luego inclinar la tetera hacia Ninguang. "Lo que quiero es que se queden con esto." Ninguang tomó la tetera y la observó con detalle. "Pónganla en un lugar donde la vean todos los días. Si ven que desaparece, eso significa que necesitamos su ayuda."
"Ya veo, es algo muy inteligente..." Comentó Ninguang con una sonrisa mientras observaba la tetera con detenimiento.
"Por cierto, ¿qué sucedió con Zhongli?" Preguntó Paimon, una pregunta que todos tenían en la mente.
"El señor Zhongli vino esta mañana para informarnos que no podría asistir por temas personales." Ganyu tomó la palabra por primera vez, haciendo que Aether bajara su cabeza, algo que Ei no pasó por desapercibido.
"¿No les parece mejor si disfrutamos la comida y hablamos de otras cosas? Tanta formalidad es aburrida." Comentó Ninguang, a lo que todos estuvieron de acuerdo, especialmente aquellos a los que no se les da bien las discusiones políticas.
"¡Creo que es un momento perfecto para hablar de la Banda Arataki!" Exclamó Itto con gran orgullo mientras permanecía con los brazos cruzados.
"Oh, eso suena interesante." Comentó Ninguang, reclinándose en el asiento para escuchar mejor.
La charla amena entre los presentes se intensificó sin problemas. Todos parecían estar disfrutando el momento casual, a excepción de Aether, quien se veía algo serio mientras miraba las grandes vistas que entregaba lo alto de la posada. Eso fue captado por Ei, quien prefirió no decir nada al respecto.
Una vez que el almuerzo terminó y los agentes de Liyue se despidieron, todos reanudaron su viaje rumbo a Mondstadt. Todos, a excepción de Aether, quien se había quedado parado mirando el pequeño rio que circulaba bajo el puente de la posada.
"¿Te preocupa Morax?" La pregunta de Ei hizo que el rubio saliera de sus pensamientos.
"Sé que dijo que iba a pensarlo, pero aún así estoy un poco decepcionado por su respuesta…" Comentó Aether con una sonrisa decaída. "Por otro lado, nunca quise obligarlo a participar. Si cree que esta decisión es la correcta, entonces me parece bien." Concluyó, enfocando su mirada en Ei.
"No te preocupes, todo saldrá bien." Ei lo tomó de la mano para reconfortarlo, haciendo que la sonrisa de Aether se suavizara un poco.
"Gracias…"
Los dos retomaron el camino junto a sus compañeros, escuchando como Paimon parecía estar teniendo una charla muy emocionante con Gorou e Itto sobre la especialidad culinaria de Mondstadt.
Nunca se dieron cuenta que habían sido vigilados en todo momento por ciertas entidades.
Zhongli se encontraba sentado sobre el tejado de la Posada Wangshu siendo acompañado por Xiao y una mujer desconocida.
Los tres permanecieron en completo silencio. Lo único que hacían era ver como se alejaban de la posada.
Así había sido durante todo el almuerzo.
Hasta que Xiao decidió romper el silencio por fin.
"¿Qué opinas?"
"Algunos actúan como unos niñatos, pero el poder que contienen no es ninguna broma. Especialmente ella…" Declaró la mujer mientras se ajustaba las gafas, sus lentes reflejaron la figura de Ei. "De cualquier forma, sabes que nunca me opondría a la palabra de Morax." Concluyó, desviando su mirada a Zhongli, quien aún permanecía sin decir una palabra.
El Dios aún continuó observando en silencio, hasta que finalmente se puso de pie.
"Vámonos."
_ SALTO DE LINEA _
Mondstadt, Viñedo del Amanecer
Varias horas más tarde…
"Ya me preguntaba cuanto tardarían en moverse." Comentó Diluc con su típica seriedad habitual, quien se encontraba sentado en su escritorio mientras observaba al gran grupo que estaba enfrente suyo.
"¿Es esa la manera correcta de recibir a tus amigos?" Preguntó Aether con una expresión indignada.
"Supongo que ya habrán cenado camino aquí. Si quieren puedo ofrecerles un par de bebidas y unas camas para que puedan descansar bien. Adeline, Hillie y Moke les mostraran las opciones y las habitaciones. Mañana hablaremos, hoy estoy muy ocupado." El pelirrojo ignoró el comentario por completo y siguió leyendo los papeles, algo que se ganó un leve suspiro por parte de Aether.
"Ya lo oyeron, chicos." Comentó Paimon, quien había tenido una reacción muy similar a Aether.
Después de tomar unas bebidas en grupo, todos se fueron a dormir en sus diferentes habitaciones. Pero en la mitad de la noche Ei se escabulló entre los pasillos sin que Diluc la notara para ir al dormitorio de Aether y dormir junto a él.
Por esa misma razón es que nos encontramos a ambos protagonistas abrazados en donde Ei estaba usando su pecho como almohada personal mientras observaban el cielo estrellado desde la ventana.
"Son hermosas." Comentó Ei sin previo aviso, llamando el interés de Aether.
"¿Qué es hermoso?" Preguntó el rubio con calma mientras le continuaba acariciando el cabello.
"Las estrellas." Fue la simple respuesta de Ei, haciendo que Aether la mirara en silencio. "Ya me había olvidado como eran." Aether decidió responder a sus palabras con una leve sonrisa, para luego volver su mirada hacia las estrellas.
Él sabía que las palabras no eran necesarias en estos momentos.
_ SALTO DE LINEA _
Viñedo del Amanecer
Al día siguiente…
"¿Se encontraron con muchos monstruos camino al viñedo?" Diluc se llevó el café a los labios tras su pregunta.
"No realmente. Los caminos estuvieron bastante despejados, solo había algunos Hilichurls." Respondió Aether, imitando la acción del pelirrojo.
"Diluc, sé que eres muy trabajador, pero, ¿por qué tuviste tanto trabajo ayer?" Preguntó Paimon con suma curiosidad mientras devoraba un pequeño postre.
"Solo estaba preparando el terreno para mi salida." Esa respuesta se ganó la curiosidad de Aether y Paimon, quienes se miraron entre sí.
"¿Te iras de viaje?" Preguntó el rubio, volviendo su mirada a Diluc.
"Si, me iré con ustedes." Dijo el pelirrojo como si fuera lo más normal del mundo, algo que evidentemente sorprendió a todos sus invitados.
"No creo que debas venir. Lo más seguro es que nos vayamos por mucho tiempo, y no sé si…"
"Por eso debo ir." Diluc lo interrumpió, dejando su taza a un lado. "No es que puede llegar a ser peligroso, lo será. Es extremadamente difícil destruir las costumbres de una región, es obvio que eso traerá muchos problemas. Además, no sabemos si la Arconte Pyro te invitó exactamente para detener la guerra." Diluc dio sus puntos, haciendo que todos se miraran entre si.
"¿Estás seguro?" Aether le volvió a preguntar.
"Los trabajadores de aquí son muy capaces, sabrán suplir mi puesto. No los subestimes." Respondió Diluc con firmeza, aunque no tardó mucho en suavizar su postura. "Y… todo esto me preocupa demasiado." El pelirrojo bajó un poco la cabeza tras sus palabras. "Ya he visto una vez como el viñedo estuvo apunto de desaparecer. No permitiré que algo como eso le vuelva a pasar. Por eso, si hay guerra, me aseguraré de apoyar todo lo posible para que no llegue hasta Mondstadt." Concluyó con su convicción habitual, ganándose la sorpresa de todos.
"Muy bien. Y para ser sincero, tu fuerza nos vendría muy bien si las cosas se llegan a complicar más de la cuenta." Declaró Aether con una sonrisa seria, a lo que Diluc respondió con un asentimiento.
"Entonces…" Diluc volvió a tomar del café, haciendo una pequeña pausa. "¿Iremos directamente a Natlan o aremos otra parada?"
"Necesitamos recoger a algunas personas en la ciudad." Respondió Aether, dejando la taza vacía sobre la mesa.
_ SALTO DE LINEA _
Ciudad de Mondstadt
Pocas horas más tarde…
Los guardias de las puertas observaron al grupo liderado por Aether con una mezcla de curiosidad y asombro. Aún así, los hombres no dudaron en entregarle un saludo respetuoso, algo común entre los Caballeros de Favonius.
Una vez que entraron en la ciudad, todos los que desconocían el lugar observaron las diferentes estructuras con una mezcla de admiración y estupefacción, incluso la misma Ei se veía algo sorprendida ante la vista tan nueva para ella.
Ese momento no duró mucho, ya que Ayaka pudo ver como Ayato estaba caminando en la plaza de la ciudad junto a Lisa.
"¡Hermano!" Exclamó Ayaka muy emocionada, corriendo hacia su única familia para entregarle un fuerte abrazo.
El hombre se le notó sorprendido en un principio, incluso durante el abrazo. Pero poco después, él reaccionó y le correspondió el abrazo con cariño.
"¿Qué hacen todos aquí? No es que me moleste verlos de todos modos." Comentó Ayato con una sonrisa, observando como todos los demás se acercaban.
"Solo es una corta visita. Vinimos a reclutarte para viajar a Natlan." Las palabras de Ei hicieron que Ayato se pusiera un poco serio.
"¿Eso quiere decir que ya iniciaron su viaje?" Lisa se metió en la conversación, ganándose la mirada de todos. "¿Quieren que hable con Jean para que los reciba?" Preguntó la bibliotecaria con una sonrisa.
"No es necesario. Ya es demasiado con la ayuda de Kaeya." Respondió Aether al instante. "Y no te lo tomes a mal, pero el poder militar de Mondstadt no es muy grande. Lo mejor sería que se quedaran aquí por si las cosas en el futuro salen mal." Agregó como una ocurrencia tardía.
"Oh, lo entiendo. Se lo diré cuando la vea, cariño." Las palabras de Lisa hicieron que el ceño de Ei se frunciera y que Aether se pusiera muy nervioso.
"También necesito que envíes algunos caballeros a mi viñedo, si no es una molestia." Diluc dio un paso al frente para hacerse notar, algo que llamó mucho la atención de Lisa.
"¿Eso quiere decir que te irás con ellos? Pensé que nunca querrías quedarte en otras naciones por mucho tiempo." Preguntó la bibliotecaria sin ser capaz de ocultar su sorpresa.
"Siempre hay una primera vez para todo." Declaró Diluc, cruzándose de brazos para restarle importancia.
"Además de mí, ¿están buscando a alguien más?" Preguntó Ayato, retomando el hilo de la conversación.
"Solo necesitamos a un hombre muy bajito que le gusta mucho el alcohol. Tengo entendido que ya lo habías conocido." Comentó Aether y Ayato se notó algo confundido, haciendo que Paimon volara enfrente de todos.
"¡Buscamos al Bardo de Pacotilla!" Exclamó el hada flotante, y la expresión de Ayato cambió casi mágicamente.
"¡Ah, ese hombre que conocí en el bar! ¡Seguro debe estar allí!" Exclamó Ayato, pero justo cuando se iba a dar media vuelta para guiarlos, alguien apareció sin previo aviso.
"¿Alguien necesita a un bardo para que cante canciones durante sus viajes?"
"¡AAAAAHHHHHHH!"
Paimon casi se muere ante la aparición repentina de Venti, mientras que otros solo se asustaron un poco y algunos se rieron.
"¡¿Por qué apareces así?! ¡Vas a darle un infarto a Paimon!" Se quejó el hada con una mueca de disgusto.
"Jeje, esta fue mi pequeña venganza por llamarme de esa forma." Comentó Venti de una manera infantil, haciendo que Ei se palmeara el rostro mientras que otros simplemente se reían o miraban entre sí.
"¿Están seguro de llevarlo? No se ve muy capaz." Comentó Diluc sin pelos en la lengua mientras estudiaba al pequeño hombre con la mirada.
"Es mucho más capaz de lo que parece. Te lo dice alguien que lo experimentó de primera mano, créeme." Comentó Ei con los brazos cruzados.
"Si lo dice una Arconte, entonces no tengo objeciones." Diluc cedió al instante, algo muy raro en él.
Aunque la palabra Arconte probablemente era el detonante de su accionar. Así lo vieron todas las personas que rondaban por la plaza, y no hace falta decir que se veían muy sorprendidos tras escuchar que esa mujer alta era una Arconte.
Por ese motivo es que los rumores no tardaron en amontonarse en todas direcciones.
"Bueno, parece que la discreción se ha terminado." Lisa comentó lo obvio. "Si quieren pueden irse antes de que empiecen a amontonarse alrededor de ustedes. Me encargaré de decirle todo a Jean." La mujer los despidió con una sonrisa.
"Muchas gracias por todo. Aremos todo lo posible para solucionar todo en paz." Comentó Aether cuando alzó su mano para despedirse, mientras que Lisa los miraba caminar en silencio.
Una vez que el grupo salió por las puertas, Lisa dio un pequeño suspiro.
"Lo siento Aether, pero no puedo creerte." Comentó la bibliotecaria con una sonrisa, para luego alzar su mirada al cielo.
"Bueno… tampoco es su culpa que los problemas lo sigan a todas partes."
_ SALTO DE LINEA _
Fronteras de Mondstadt
Una hora más tarde…
"¿Cómo dijiste que se llamaba este lugar?" Preguntó Itto, viendo los diferentes arboles y vegetaciones, las cuales escaseaban un poco.
"Montañas Portatormentas. Es una de las tantas fronteras que existen entre Natlan y Mondstadt. Pero, en lo personal, creo que esta es la mejor." Respondió Aether, y esas palabras hicieron que más de uno se sintiera curioso.
"¿Por qué lo hace más especial?" Preguntó Ei con suma curiosidad, haciendo que Aether la tomara de la mano.
'Si tanto quieres saberlo, ¿por qué no vienes conmigo?" Ei lo observó un poco sorprendida.
"Yo…" La Arconte no pudo terminar de hablar, porque Aether la arrastró de la nada.
En un principio ella no entendía, pero rápidamente se dejó llevar y comenzó a sonreír mientras corría junto a Aether hacia el risco de la montaña.
Los demás se miraron entre si tras presenciar esto, pero pronto se unieron a ellos y comenzaron a correr con una gran mezcla de emociones.
Los primeros en detenerse fueron Aether y Ei. La sonrisa de la Diosa fue lentamente reemplazada por una expresión de completo asombro, y así fue también para los que llegaron poco después.
Todos estuvieron admirando las vistas completamente asombrados mientras que Aether y Paimon se sonreían entre sí, ya que ellos habían reaccionado bastante similar la primera vez que lo vieron.
"¿Qué les sucede a esas dos grandes montañas? Nunca había visto una que tuviera esa forma…" Comentó Itto, quien se llevó las manos a sus ojos como si fueran binoculares.
"Esas no son montañas." La respuesta de Ei hizo que todos la miraran muy asombradas, para luego mirar hacia el sitio lo mejor posible.
Esas "montañas" estaban muy lejos, pero el color negro carbón y su cero vegetación eran más que evidentes. Lo único que diferenciaba a una de otra es que la que se encontraba más lejos parecía tener algún tipo de construcciones sobre la misma.
"Son volcanes." Las palabras finales de Ei hicieron que todos ensancharan sus ojos a más no poder.
"¡¿Volcanes?! ¡Nunca antes había visto uno!" Exclamó Itto cuando apretó los puños con suma emoción.
"Eso no es todo, ¿ven esas líneas de allí?" Comentó Aether, y todos observaron como había diferentes líneas rojas que dividían el sector de los bosques de manera algo notoria.
"Son ríos de lava, y no son precisamente pocos." Comentó Ei algo sorprendida ante ese detalle.
"¡Wooah!" Si antes Itto estaba emocionado, ahora no había manera de describirlo.
"¿Por qué no quitarían esos ríos? ¿No suponen un peligro para la civilización?" Se preguntó Sara con el ceño fruncido.
"Pues ahora mismo podríamos comprobarlo, ¿no crees?" Preguntó Aether, esbozando una gran sonrisa.
"¡EL ÚLTIMO QUE TOQUE EL SUELO TENDRÁ QUE HACER EL ALMUERZO!"
Aether se tiró del risco y arrastró a Ei sin pensarlo e invocó sus alas, colocando a la Diosa sobre su espalda. Los primeros en seguirlos fueron Venti y Paimon. Itto se tiró junto con su gran compañero Ushi el toro, y los demás lo siguieron poco después. Los únicos que tardaron más de la cuenta fueron Diluc y Sara, debido a que ambos dieron un suspiro cubierto de cansancio, haciendo que se miraran entre sí. Finalmente, ambos miraron hacia el frente y se dejaron caer del risco al igual que todos los demás.
De esa forma, todos iban planeando y admirando las vistas de la nueva nación que habían llegado.
Volcanes, ríos de lava, cuevas, ríos normales, ruinas, montes…
Sin duda alguna había una gran cantidad de cosas que les esperaría en la Nación de Natlan.
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
(O NO)
¡Espero que lo hayan disfrutado!
En el próximo capítulo se vendrá un poco de lore sobre la región. Vuelvo a recalcar que todo esto es inventado por mí, y con la versión 5.0 no muy lejos de aquí, no se asombren si encuentran muchas diferencias respecto a lo que sucederá en el cannon.
Nuevamente les doy las gracias a todos aquellos que han apoyado esta historia con una membrecía. Recuerda que si tú quieres puedes convertirte en miembro de mi Patre-on, solo cuesta un dólar y con eso podrás pedir un capítulo extra de cualquier historia que esté en desarrollo. Si estás interesado, puedes buscarme como: Jyanzein.
Sin nada más que agregar, les dejo con el verdadero final.
¡Muchas gracias por leer!
"¿Qué demonios es eso?" Un hombre calvo desconocido con escamas dejó caer una gran cantidad de troncos, algo que llamó la atención de su compañero notoriamente más joven.
"¿Qué sucede?" Preguntó el joven, su aspecto lucía mucho más normal, a pesar de que sus brazos llevaban el doble de cantidad de troncos.
Su aspecto era algo peculiar, ya que tenía dos líneas de pintura violeta en ambas mejillas. Sus pupilas eran rasgadas y el color de sus ojos era un rojo profundo. Su torso estaba al descubierto, pero llevaba un enorme collar plateado que cubría sus hombros y casi la mitad de su pecho, en él posaban diferentes figuras pintadas de un color rojo sangre. Como último poseía un taparrabos rojo bastante amplio que le llegaba hasta la parte inferior de sus rodillas. El color de su cabello era de un azul puro algo largo y completamente desordenado. Algo bastante curioso en su figura era que sus brazos y los costados de su torso estaban repletos de unas escamas celestes.
"¿Son Gruthekas o Murayales?" El calvo señaló un punto en concreto del cielo, haciendo que el joven alzara su mirada.
Tuvo que ponerse una mano sobre los ojos para observar mejor, y pudo notar como un grupo de personas estaba planeando no muy lejos de su posición, a pesar de que las hojas de los árboles complicaban un poco la vista.
"No creo que pertenezcan a un grupo de aquí, ya que nadie en Natlan usa planeadores. Lo más seguro es que sean forasteros." Concluyó el joven.
"¿Ha donde vas?" Preguntó el calvo al ver que su amigo se dirigía bosque adentro.
"Voy a recibirlos. Además…" El joven se dio la media vuelta, entregándole una leve sonrisa al hombre.
"Quizás sean las personas que he estado esperando."
