¡Aquí me presento con un nuevo capítulo!
Pensé que en esta ocasión solo iba a ser un capítulo doble, pero habrá dos capítulos más gracias a la donación de Alciel y la renovación de membresía de Surfysun. Recuerda que puedes volverte miembro por un dólar en mi para seguir pidiendo capítulos extra de esta historia. Si estás interesado, puedes encontrarme como: Jyanzein.
En este capítulo habrá lemon, por lo que habrá diferentes avisos antes y después de las escenas maduras para aquella gente que no le gusta leer este tipo de contenido, así que podrán leer el capítulo sin tener miedo de toparse con contenido indeseado.
Sin nada más que agregar, es momento de comenzar.
¡Disfruta!
Ei se encontraba sentada sobre la cintura de Aether. La posición era más que comprometida mientras compartían cortos besos sin parar. Aún llevaban su ropa puesta, pero ¿por cuánto tiempo más sería así?
Ambos se encontraban en la habitación de la Diosa, compartiendo un pequeño momento juntos.
"No creo que sea muy buena idea hacer esto aquí." Aether apenas tuvo tiempo de decir esas palabras, ya que Ei reclamó sus labios una vez más. "Cualquiera podría entrar..." En esta ocasión ni siquiera terminó su frase, Ei se veía realmente necesitada de amor.
"Terminaremos cuando me entregues todos los regalos de cumpleaños." Comentó la Diosa mientras acariciaba el pecho de su amante.
"¿No querías un beso?" Preguntó Aether, apenas tuvo tiempo de respirar, ya que la Diosa lo había vuelto a besar.
"No era solo un beso." Ei chocó su frente con la suya, sus profundos ojos púrpuras cubiertos de afecto indicaban que se sentía más viva que nunca. "Aún faltan 70 más."
"¿Qué...?" Aether apenas pudo decir una palabra, ya que Ei lo había vuelto a besar.
El rose de sus cuerpos se profundizaron aún más y la mano de la Diosa se aferró a la camisa de su amado con mucho cariño.
"Ahora faltan 76." Declaró la mujer con una tierna sonrisa, haciendo que Aether la mirara con suma confusión.
"Oye, ¿no son 69?" Ei lo volvió a besar una vez más tras escuchar su pregunta.
"Ahora son 80." Respondió la Diosa con un tono cubierto de pasión.
"Ya veo..." Aether la abrazó de la cintura para acercarla más. "¿Desde cuándo eres tan avariciosa?" Ei bajó un poco su cabeza para intentar ocultar su sonrojo.
"No lo sé, yo no soy así..." Ella comentó con cierta timidez, para luego alzar su rostro.
"Pero no puedo controlarme cuando estoy a solas contigo. Te quiero mucho."
Aether no pudo ocultar la sorpresa que sintió su corazón en ese momento.
Nunca pensó que unas palabras tan sinceras y simples podrían conmover de tal manera.
"También te quiero mucho." Aether respondió a sus deseos no solo con palabras, ya que colocó una mano sobre su mejilla.
La Diosa apoyó su rostro ante el gesto tan cariñoso y tomó su mano con mucha pasión. Ambos se sonrieron ante la acción del otro, sus ojos brillaron y lentamente se acercaron hasta capturarse en un profundo y largo beso que derrochaba una gran cantidad de sentimientos.
La mano de Ei se aferró con fuerza sobre la de él y sus labios comenzaron a devorarse con mucha más energía en un intento de transmitir todo ese amor que sentían.
Sus cuerpos comenzaron a apretarse con más fuerza, lentamente los besos comenzaron a ser insuficientes.
Ellos querían más.
Ellos querían mucho más.
Pero...
"¡TOCK TOCK!"
Ei y Aether se separaron como gatos y perros tras escuchar el golpe de la puerta.
"¿Puedo entrar, Shogun-sama?" La voz de Sara resonó desde el otro lado.
"¡Si, si! ¡Por supuesto!" Aunque su respuesta fue esa, Ei se veía muy concentrada en acomodar su flequillo para que nadie sospechara.
Sara y Diluc entraron en el dormitorio. El cuerpo de la comandante se tensó como pocas veces antes, mientras que el pelirrojo observaba con su típica expresión que era tan difícil de descifrar como un rompecabezas.
Frente a ellos estaban Ei y Aether. No había nada raro en ellos, salvo el hecho de que estaban sentados en la cama y que las sábanas estaban mucho más desordenadas de lo esperado.
Para Sara era obvio lo que estaba sucediendo, solo esperaba que Diluc no sospechara nada al respecto.
"Ya tengo la información sobre su guarida, lo mejor sería ir esta noche." Si es que sospechaba algo, el rostro inmutable de Diluc no lo demostró.
"¿Cuando atacaremos?" Preguntó Aether con interés.
"Nadie dijo nada sobre atacar." Sara contestó su pregunta al instante.
"Estamos pensando que una infiltración sería lo más conveniente." Diluc completó la idea de Sara, recibiendo un asentimiento por parte de los dos.
"Ya veo, no es una mala idea." Comentó Ei, para luego tomarse el mentón. "Pero si es una infiltración, entonces solo necesitaremos a una persona. Esa persona debe ser lo suficientemente buena como para pasar desapercibido y realizar movimientos discretos que nadie se esperaría..." Ei detuvo su habla al notar como Diluc y Sara miraban a cierta persona.
Ese gesto hizo que Ei también lo mirara, por lo que Aether tan solo pudo mirarse con ellos.
_ CAPÍTULO 21: MI DESEO ES... (+18) _
"¿Cómo puede ser posible? Apenas salgo con vida, y ni siquiera me dan 1 hora de descanso." Pensó el guerrillero pyro, para luego dar un gran suspiro de cansancio mientras continuaba su guardia por la cueva. "Ojalá pagaran lo suficiente..." El fatui siguió quejándose, sin notar como algunas piedras caían detrás de él.
El camuflaje Geo de Aether se fue rompiendo lentamente. El viajero se encontraba trepado boca abajo en la alta pared cubierta de estalagmitas. Una vez asegurado que el hombre no lo detectaría, Aether continuó su avance entre las ásperas rocas con una habilidad impresionante, como si fuera un profesional en escalar sitios muy complicados.
Viéndolo bien, probablemente lo era.
Aether continuó abriéndose paso a través de la cueva. Había diferentes entradas, y mejor no mencionar la cantidad de guardias. Era una cantidad anormal, probablemente estaban alertas por culpa de lo que había sucedido ese día.
Aún así, nadie sería capaz de descubrirlo.
¿Quién se imaginaría que tienes un enemigo a 10 metros sobre tu cabeza?
Los caminos siempre llevaban a diferentes campamentos. En todos ellos había una gran cantidad de fatui trabajando o simplemente descansando, sumado a una suma jugosa cantidad de cofres en la cual Aether tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no abalanzarse sobre ellos como un loco.
Pero, ciertamente, todo llevaba a una misma conclusión: un camino sin salida.
No había nada realmente interesante, y la posibilidad de intentar espiar los documentos era prácticamente imposible, ya que se supone que no debería llamar la atención.
Hasta que la oportunidad se presentó...
Eran 7 caminos distintos, 7 campamentos vigilados.
O así debería haber sido, ya que en el último campamento no había muchos fatui y todos estaban durmiendo en sus tiendas, e incluso había algunos dormidos sobre las mesas. La idea de que todos tenían descanso permitido fue rápidamente descartada por Aether, simplemente necesitó ver como los fatui que estaban durmiendo con la cara sobre las mesas estaban sosteniendo una jarra de alcohol.
"Bueno, todos los guardias de este lugar se quejaban de que eran explotados." Aether se dejó caer con una voltereta ejemplar y cayó al suelo sin hacer el mínimo ruido. "No me extraña que algunos hayan decidido revelarse un poco." Concluyó sus pensamientos, para luego dirigir su mirada en una de las tiendas vacías. "Parece ser que hoy es mi día de suerte." Se susurró a sí mismo con una media sonrisa.
Aether se metió en la tienda, y lo primero que encontró fue una insignia fatui de color celeste, un claro indicio de que las pertenencias de este lugar pertenecian a un capitán.
"Me pregunto cómo se sentiría si es que ve a sus hombres de esta manera..." Pensó Aether con una sonrisa nerviosa al ver como los hombres borrachos murmuraban estupideces en sus sueños.
Aether dejó esos pensamientos a un lado y continuó explorando entre las diversas pertenencias. Había muchos archivos, pero solo hablaban sobre los horarios y no mucho más. Lo único rescatable que sacó de ellos es que todos los grupos se encargaban de buscar en las diferentes ruinas cercanas.
"Es evidente que no están aquí solo por la Gnosis..." Pensó Aether, para luego revisar otro documento, haciendo que sus ojos se ensancharan de inmediato.
"El trabajo y la adaptación iniciaron como se esperaba. No hay nadie que esté contento con la distribución de horarios en mi división, pero debemos hacer todo lo posible."
"2 ruinas, nada. El radio de búsqueda fue incrementada en 2 puntos."
"Debido a nuestra efectividad, Capitano incrementó las horas de trabajo. Intenté hacerle entender, pero es un hombre completamente inflexible. Dijo que Snezhnaya depende de nosotros. No entiendo a lo que se refiere, tampoco me dio más detalles."
"4 ruinas, nada. El radio de búsqueda fue incrementado en 1 punto."
"La conexión de las ruinas es evidente, pero la antigüedad presente en cada una de ellas no nos permite explorar más a fondo."
"1 ruina, nada. Sin incremento de búsqueda."
"No quedan muchas más ruinas en este lugar, incluso no sé si la anterior era la última. Solo espero que el trabajo no sea en vano. Ya llevamos más de un mes en este basurero y me cuesta mantener el orden en mis soldados. Espero que las demás divisiones encuentren algo pronto..."
"1 ruina. El radio de búsqueda fue incrementado en 3 puntos."
"Hubo una mala entrega con los contrapesos, ¿quien demonios envió las herramientas? ¿Acaso es estupido? En fin, por lo menos podré distraerme un poco además de estar escribiendo y hablando conmigo mismo como un idiota, ya ni siquiera mis propios soldados me tienen en cuenta. Iré a entregar la carga a Grutheka y así podré tomar algo de aire fresco sin tener que seguir matándome en el trabajo. Nunca pensé que llegaría el día en que me cambiaria mi atuendo de Fatui, pero haré cualquier cosa para que los Murayales no sospechen de mi."
"Los contrapesos..." Aether pensó, recordando esas armas que estaban creando los dragones, en especial la parte del mecanismo que lucía infinitamente más moderno que lo demás. "No importa cómo lo piense, ellos sin duda alguna tienen un trato con los Fatui." Aether se llevó una mano al mentón mientras pensaba con detenimiento. "¿Pero por qué están tan obsesionados con las ruinas?" Su pregunta quedó en el aire cuando escuchó como uno de los fatui se quejaba y se caía al piso.
En un principio se puso a la defensiva, pero pronto vio que el hombre aún seguía durmiendo y murmurando cosas estúpidas.
"Hum, será mejor que me vaya de aquí..." Murmuró Aether con una gota de sudor nerviosa.
_ SALTO DE LÍNEA _
Natlan
Dos horas más tarde...
"Eso es todo." Una vez que Aether terminó de explicar sus descubrimientos, continuó comiendo una especialidad dulce de la región.
Aether se encontraba acompañado por Ei, Paimon, Tonalli, Venti y Murata, quien se encontraba escuchando atentamente de espaldas a su escritorio, su mirada fijada en la ventana que dejaba vislumbrar su hermosa región.
"Bueno, eso sin duda comienza a aclarar ciertas cosas." Comentó Venti mientras comía, recibiendo un asentimiento por parte de Paimon.
"Es obvio que la Dama de los Dragones está involucrada en algo raro." El comentario de Paimon quedó en segundo plano tras escuchar como un profundo suspiro salía de los labios de Murata.
"¿Por qué llegó tan lejos...? Bueno, la verdad es que yo terminé haciendo exactamente lo mismo." Pensó la Arconte Pyro en voz alta mientras observaba el paisaje.
"¿No te gusta la idea de que haya tantos terceros involucrados?" Preguntó Venti, quien estaba jugando con su copa vacía.
"Así es. Las cosas podrían descontrolarse en gran medida durante el Ritual Escarlata..." Declaró Murata con una seriedad pocas veces vista en ella.
"No te preocupes, nosotros nos encargaremos de recaudar más información." La seguridad y tranquilidad que transmitieron las palabras de Aether sin duda sorprendieron a Murata, quien se dio la media vuelta para enfrentarlo.
"¡¿Lo dices en serio?! ¡Muchas gracias!" La Diosa respondió con una sonrisa cubierta de alivio. "Pero, ¿qué tienen pensado hacer?"
"Solo confía en mí." Aether respondió vagamente, para luego apretar la pierna de Tonalli con fuerza.
¿Por qué lo hizo?
El joven parecía estar temblando de la frustración que estaba sintiendo.
El rubio le entregó una sonrisa discreta, ya que sabía muy bien lo que él estaba sintiendo.
Esa acción tomó desprevenido a Tonalli, pero al final respondió con una mirada seria.
"De acuerdo. Pero antes de que se vayan, me gustaría compartir algo de información con ustedes." Ei dejó los pasteles a un lado tras escucharla.
"¿Tiene algo que ver con las ruinas?" La pregunta de la Arconte Electro sorprendió a más de uno, aunque los tres Arcontes presentes no parecían muy afectados ante esto.
"Así es. Y a juzgar por sus expresiones, veo que aún recuerdan esa historia." Comentó Murata con una sonrisa.
"¿A que se refieren?" Preguntó una Paimon muy inquieta.
"Solo escuché rumores. Se supone que eran unos experimentos que llevarían al mundo al siguiente nivel..." Comentó Venti.
"Por lo que recuerdo, Khaenri'ah estaba muy involucrado en ello, pero un día simplemente lo abandonaron. Nunca se supo si se trataba de algo real o no." Ei cerró la idea de Venti, haciendo que Aether se tomará el mentón.
"Para ser sincera, no sé mucho más que ustedes dos." Comentó Murata, tomando asiento. "Esto sucedió mucho antes de la aparición de Natlan, en donde el mundo estaba controlado completamente por una sola nación, Khaenri'ah. O eso dicen los rumores."
"¿Y cómo es que terminaron abandonando un proyecto tan grande?" Aether hizo la pregunta que tenía en mente desde que esta conversación inició.
"Más bien, yo diría que fueron obligados a abandonarlo." Esas palabras tan solo aumentaron aún más el interés de Aether. "Como dije, en ese entonces Khaenri'ah controlaba el mundo, pero digamos que el régimen no era muy querido por los diversos nativos, por lo que las revueltas no se hacían esperar, y esto no son rumores, es un hecho. La gran cantidad de revueltas hizo que Khaenri'ah lentamente se concentrara en su capital una vez más, en lo que ahora se conoce como Sumeru. Poco tiempo después, surgió la Orden Celestial, y el resto es historia." Tras la declaración de Murata, Aether bajó un poco su cabeza.
"Eso explica las extrañas similitudes de algunas ruinas que encontré en el mundo..." Pensó Aether con detenimiento.
"¡Peeeero...!" Aether volvió a prestarle atención. "Nunca escuché nada acerca de esas ruinas. Lo más probable es que sea mentira, o que el contenido más importante haya quedado sepultado para siempre." Concluyó la mujer, comiendo uno de los tantos dulces que había en el plato.
"Lo entiendo, pero no podemos quedarnos con un simple quizás." Ei fue quien tomó la palabra. "Necesitamos estar seguros, o de lo contrario estaríamos dejando que nuestros enemigos se fortalezcan de una manera desconocida." Concluyó la Diosa con seriedad.
"En eso estoy de acuerdo. No debemos subestimar esta tecnología." Venti acompañó las palabras de su amiga, su habitual sonrisa se veía algo profunda, indicando que su razonamiento no debería tomarse a la ligera.
"Entonces, está decidido. El próximo movimiento será explorar todas las ruinas que podamos encontrar." Comentó Paimon con decisión.
"¿Podemos?" Aether le preguntó a Murata, quien respondió con una sonrisa.
"Por supuesto."
_ SALTO DE LÍNEA _
Natlan
Unas horas más tarde...
La noche estaba en su pleno apogeo, los Burticoles salvajes dormían con tranquilidad en los charcos de lava cercanos. Los Hilichurls se acompañaban en la vigía desde la cima de sus torres para que sus compañeros descansaran sin ningún problema. No muy lejos del campamento había unas ruinas subterráneas, a las cuales los vigilantes la tenían constantemente en observación.
"Como era de esperarse, aquí no hay nada." Comentó Aether, arrojando un artefacto de baja calidad lejos.
"Ni siquiera nos encontramos con los típicos robots que vigilan estos lugares." Dijo una Ei despreocupada que se encontraba sacudiendo el polvo de unas sábanas para limpiar la cama, que era una de las pocas cosas que se veía en buen estado en aquella habitación que había sido encerrada en la naturaleza.
"De seguro es obra de los Fatui. Nos llevan una gran ventaja. Solo espero que aún sigan en un punto muerto..." Aether se fastidió un poco tras reconocer lo obvio.
"Descuida, tu información daba a entender que todo lo acontecido era muy reciente. Por la frustración tan clara de ese tal comandante de división, es obvio que todavía no encontraron nada." Aclaró Ei, quien se encontraba acomodando el colchón ya limpio. "Por cierto, ¿qué le sucedió a tu nuevo amigo? Se veía muy nervioso." Preguntó la Diosa con algo de interés, aunque en ningún momento quitó la mirada de su labor.
"Oh, eso..." Aether obtuvo una mirada retrospectiva después de recordar lo que sucedió cuando se organizaron todos los grupos de exploración.
La imagen de un Tonalli algo decaído cambió un poco cuando Itto lo animó con su típica energía habitual.
"A veces, la lealtad puede ser un real dolor de cabeza..." Ei lo miró con cierta curiosidad, ya que no había entendido sus palabras. "Fue buena idea emparejarlo con Itto. Seguro podrá distraerse un poco..." Aether no terminó de hablar, ya que sintió como Ei lo tomó de la mano.
"Ya terminé." Comentó la Diosa con su habitual sonrisa inocente.
"¿Qué cosa terminaste?" Un gran signo de interrogación apareció sobre la cabeza de Aether, y la respuesta fue obtenida de manera inmediata cuando Ei lo lanzó sobre la cama, obteniendo un pequeño grito como respuesta. "¿Pero qué...?" Nuevamente fue interrumpido, y en esta ocasión fue por un profundo beso.
En un principio intentó sentarse, pero el beso fue irresistible y terminó acostado sobre la cama. Ei se separó unos pocos segundos después y se recostó sobre su cuerpo con una mirada seductora, algo muy nuevo en ella.
"Ahora nadie va a interrumpirnos."
¡AVISO!
!AVISO!
!AVISO!
!AVISO!
!AVISO!
¡COMIENZO DE LEMON!
"¿En dónde aprendiste a hacer esa mirada?" Preguntó Aether con una sonrisa burlona, tomando la cintura de su amante con ambas manos.
"Lo leí en una novela ligera." Ella respondió y acto seguido junto sus manos sobre sus mejillas.
"No pensé que el romance podría llegar a gustarte tanto." Comentó Aether con una sonrisa cálida, aceptando las caricias de su mujer.
"Antes solo era curiosidad, pero pronto me vi imaginando la posibilidad de vivir esas situaciones, aunque en un principio no quería aceptar quien era el que me hacía desear ser amada." Ei lo besó después de sus palabras, a lo que Aether se aferró sobre su cintura con más fuerza.
"Así es, en un principio solo era un sueño..." Pensó Ei, profundizando aún más el beso mientras utilizaba una de sus manos para ir por debajo de la camisa de su amado. "Pero ahora mismo lo estoy besando..." Una de las manos de Aether se apoyó sobre su rostro con amor mientras que la otra descendió lentamente hasta tomar su trasero con firmeza. "Ese... ese sentimiento de ser tocada y besada por él..." La mano que acariciaba su mejilla descendió lentamente para bajar una parte de su vestido, haciendo que su vestimenta se abriera y la mitad de su cuerpo quedara expuesto, mostrando su hermosa piel cremosa. "Puedo sentirlo..." El rubio llevó la mano sobre su sostén y apretó uno de sus pechos con suavidad, haciendo que un leve gemido ahogado emergiera de los labios de Ei, quien en ningún momento detuvo el beso. "Me quiere tanto, tanto como yo lo hago..." Ei separó sus labios con un leve gemido, para luego sentarse a horcajadas sobre él.
"¡Sentir esto es mucho mejor que cualquier sueño!"
Ei aferró su trasero contra la entrepierna de su amado. Le fue imposible no hacerlo al sentir como algo presionaba contra su lugar más privado. Su mirada amorosa se mezcló con la lujuria del momento.
Ei abrió por completo su vestido, revelando por completo su cuerpo. La vista fue muy bien recibida por Aether, quien se encontraba igual de encendido que ella.
"Esta será la segunda vez." Ei comentó, quitando su camisa con cuidado para revelar el pecho bien formado de su pareja. "Hoy no necesitas contenerte." Ei se quitó el vestido por completo y lo arrojó lejos, sin importar que tan sucio estuviera el piso. "Quiero que hoy se sienta muy cálido..." Ei se dejó caer sobre el cuerpo de Aether, entregandole un profundo beso mientras sentía el roce constante de sus cuerpos. "Quiero que hoy llegues hasta lo más profundo..." Ei cortó el beso para decir esas palabras mientras se quitaba el sostén apresuradamente. "Quiero que hoy me embriagues de tu amor." Ei le tomó ambas mejillas, sus profundos ojos violetas demostraban un deseo inconmensurable.
"Si hacemos eso, me temo que yo seré el único que termine borracho..." Aether la besó con una pasión y lujuria sin igual, eso se demostró en sus cuerpos que no paraban de apretarse con un anhelo inmenso. "Ya no puedo esperar a emborracharme de ti." Concluyó el viajero una vez que sus labios se separaron.
Aether rodó en la cama, quedando sobre ella mientras compartían otro beso apasionado. Ei no perdió el tiempo y mientras estaban en el acto buscó quitarle toda la ropa, probablemente Aether podría burlarse un poco de ella ya que se veía muy desesperada, pero no podía decir nada al respecto debido a que estaba haciendo exactamente lo mismo.
Almas gemelas...
Ei había dicho eso no hace mucho tiempo, y seguro que tenía razón.
Era increíble ver como sus almas se deseaban tanto.
Pero era igual de increíble ver cómo sus cuerpos también estaban desesperados de estar unidos en todo momento.
Ellos tenían una compatibilidad sin igual.
"Haah... haaah..." Los leves pero audibles gemidos de Ei comenzaron a emerger de sus hermosos labios recién liberados al sentir como el miembro de su amado se presionaba sobre su parte más íntima con mucha fuerza, como si estuviera esperando el permiso de entrar.
"Aether..." Ei comenzó a acariciar su cabello con cariño al sentir como él besaba diferentes partes de su cuello hasta llegar a sus pechos.
"No lo entiendo..." Pensó Aether, sintiendo como la mano de Ei se aferraba con más fuerza sobre su cabello a medida que los gemidos emergían sin parar, pero nunca se detuvo en lamer y apretar sus pechos. "Como la última vez, siento unas incontrolables ganas de hacerlo. Pero no puedo evitar desear sentir cada parte de su cuerpo. Creo que a ella le pasa lo mismo..." Aether abrió uno de sus ojos para ver como Ei tenía su rostro inclinado hacia atrás mientras utilizaba una de sus manos para acariciar su miembro.
"Acariciarnos, abrazarnos, besarnos..."
"Ahora lo entiendo. Solo buscamos que este momento tan íntimo y especial se convierta en algo eterno."
"Ooah, Aether..." Los jadeos de Ei se profundizaron, su ojos nublados por el placer se profundizaron aún más al sentir como dos dedos se introducían dentro de su cavidad. "¡HAAaah!" Sus gemidos eran cada vez más fuertes y entrecortados.
"Eres tan hermosa." Aether la miró profundamente, para luego silenciar sus gemidos con un beso repleto de emociones.
Los ojos de Ei se cerraron y su corazón se aceleró aún más al sentir como una gran cantidad de amor era derramado sobre ella con un simple beso.
Incluso en estos momentos le resultaba difícil creer que un simple beso pudiera significar tanto.
La realidad es que cualquier cosa que sea acerca de Aether siempre va a significar mucho para ella.
"¡AETHER!" Su voz se elevó una vez que rompieron el beso, su vagina estaba completamente empapada por todas los toques delicados que había recibido hasta ahora.
"¿Te duele?" Preguntó Aether con suavidad sobre su oido.
"No... haa..." Ei ni siquiera era capaz de contener sus gemidos. "Solo... haaah, es que... haaaah, se siente tan bien que ya no... ¡haaaah!..." Las manos de Ei se aferraron sobre la espalda de Aether con fuerza. "¡Ya no puedo reprimirlo!" Aether la volvió a besar tras escuchar sus palabras, sintiendo que el momento ya estaba llegando.
"Uuuh, aaah, no..." Ei presionó sobre su pecho para intentar apartarlo un poco, pero Aether se negó. "¿Cómo es que siempre me haces sentir como si estuviera flotando en las nubes?" Su pregunta algo inocente se reflejaba a la perfección con su rostro jadeante y tierno.
"Porque tu eres mi Ángel." La respuesta de Aether hizo que Ei no pudiera soportarlo más, por lo que se abalanzó sobre él y lo besó con una ansiedad incontrolable mientras las pequeñas lágrimas rebosantes de felicidad rodaban por sus mejillas.
Aether no dudo en responder el beso con la misma energía. Mientras sus lenguas bailaban entre sí, la parte inferior de Ei seguía retorciéndose en placer hasta que simplemente no pudo soportarlo.
"HHHAAAAAAAAAAHH!"
Sus labios se separaron y el gemido explosivo fue acompañado por un profundo clímax que hizo temblar un poco sus piernas.
Aether tan solo la miraba con tranquilidad, esperando que su cuerpo se relajara. Sus jadeos entrecortados y su mirada nublada por el placer y el amor reflejaban a la perfección cómo se sentía su corazón y cuerpo ahora mismo.
"Cariño..." Aether se sorprendió un poco al oír como lo llamó.
"Vamos, metemela. Ya no puedo esperar más."
Aether no lo dudó e introdujo su miembro de una sola estocada.
"¡HAAAAAANG!"
El profundo y largo gemido de Ei marcó el inicio de esta nueva noche apasionada entre ellos.
"Esta vez no me dolió nada, se siente muy bien..." Ei se aferró a la espalda de Aether con más fuerza para atraerlo. "Ven aquí, dame un beso." Ei preparó sus labios, haciendo que se viera hermosa ante la vista de Aether.
Se supone que este era un momento cubierto de lujuria.
Se supone que esto solo era sexo.
Pero el significado era mucho más profundo que eso.
Por lo menos, Aether y Ei lo pensaban así.
El beso apasionado se transformó en algo más cuando las estocadas rápidas de Aether comenzaron a recaer sobre ella con unas oleadas de placer tan impresionantes que sacudían todo su cuerpo. Ella simplemente no pudo mantenerse en silencio, y sus labios se abrían en contra de su voluntad, inundando toda la habitación de sus gemidos ahogados.
La mano de Aether se acercó sobre su mejilla con cuidado al mismo tiempo que hacía una última estocada en lo más profundo de ella. Un fuerte gemido emergió de sus labios, aunque su rostro completamente cubierto de placer cambió al sentir como una mano acariciaba su mejilla.
"Te amo."
Una sonrisa delicada emergió en el rostro de Ei tras escuchar sus palabras.
"Lo sé..." Ei respondió mientras tomaba su mano con mucho amor. "Puedo sentir tu amor en cualquier gesto." La Diosa lo abrazó del cuello para atraerlo, haciendo que sus cuerpos sudados se juntan una vez más.
"¡Yo también te amo!"
Gritó Ei entre lágrimas al sentir como Aether volvía a moverse. El hombre que tanto amaba no desaprovechó la oportunidad de estimularla de todas las maneras posibles, por lo que comenzó a besar su cuello a medida que aumentaba el ritmo y sus pechos desnudos se rozaban con mucha fuerza.
"¡HHAAAAAAAHH!
"¡HAAAAAAANG!"
"¡ME ENCANTA!"
Las uñas de Ei se clavaron sobre la espalda de Aether.
"¡TE AMO!"
"¡HAAAAAAAAAANNGG!"
"¡TE AMO MUCHO!"
Sus piernas comenzaron a temblar cuando el orgasmo más grande de su vida comenzó a formarse dentro de ella.
"¡ALGO INCREÍBLE ESTÁ LLEGANDO! !MÁS INCREÍBLE QUE CUALQUIER COSA!"
Sus gritos ahogados y cubiertos de placer eran apenas entendibles para Aether, quien aumentó aún más el ritmo.
"¡Yo también ya estoy en mi límite!" El viajero gruñó, apenas era capaz de controlar el ritmo de su cintura por lo bien que se estaba sintiendo.
"¡HAZLO ADENTRO!"
"¡HAZLO ADENTRO!"
Ei ni siquiera esperó la respuesta de Aether, ya que sus piernas temblorosas se aferraron sobre la cintura de su amado para no permitirle escapar.
Ante esto, Aether solo pudo gruñir por última vez antes de decir sus siguientes palabras.
"¡YA VIENE!"
"¡HUAAAAAAAAAAANNNGGGGG!"
La espalda de Ei se contorsionó y se quedó sin voz a mitad de su gemido. Sus manos temblorosas se aferraron sobre la sábana con fuerza, sus codos levantados y su pecho arqueado dejaba una imagen muy única sobre la elasticidad de la mujer.
Después hubo una gran cantidad de segundos en los que ambos se quedaron completamente estáticos. Aether se encargaba de llenarla hasta la última gota, mientras que Ei solo esperaba recibirlo.
Finalmente, Aether dejó caer su cuerpo sobre Ei, quien también rompió su postura algo bizarra al sentir como la enorme oleada de placer abandonaba su cuerpo lentamente.
Aún así, nada haría que olvidara esa sensación de sentirse tan llena. Su rostro cansado pero radiante lo dejaba muy en claro.
Ambos se quedaron en silencio, recobrando todo el aliento que habían perdido hace unos momentos.
Lo único que hicieron fue abrazarse con mucho amor.
Hasta que...
"¿Hacemos una ronda más?" La pregunta la hizo Ei, quien colocó su mentón sobre la cabeza del hombre que amaba tanto.
"¿Tienes la resistencia para soportarlo?" Preguntó Aether con un tono burlón.
"Eso debería preguntar yo. Dicen que los hombres se cansan rápido."
"Nunca me cansaría de ti." Ei no pudo evitar sonrojarse ante la declaración tan repentinamente seria que le entregó Aether.
"Entonces..." Murmuró la Diosa con cierta timidez mientras ocultaba una parte de su rostro en el cabello de su amado.
"Pero solo será una vez más." Aether alzó su mirada para observarla. "Recuerda que los demás van a esperarnos." El rostro de Ei se iluminó como pocas veces antes tras escuchar la respuesta.
"¡Trato hecho!"
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
¡AVISO!
_ ¡FINAL DEL LEMON! _
"Al final fueron 5 veces..." Comentó un Aether con los ojos en blanco mientras observaba a una radiante Ei que estaba terminando de acomodar su vestido.
"¿Nos vamos?" Preguntó la Diosa con una hermosa sonrisa.
"Antes de irnos, me gustaría hablar sobre algo importante contigo..." La seriedad que demostró Aether dejó un poco sorprendida a la mujer. "No me importa hacerlo en estos lugares con tal de que no nos descubran, pero no creo que sea correcto seguir... hum... eh..." De pronto, Aether se sonrojo como un tomate. "¿Lle-llenandote?"
Toda la seriedad que había obtenido se rompió con esa palabra.
Ei no pudo evitar mirar hacia otro lado con un tenue sonrojo en su rostro.
"Pero si no lo hacemos, entonces nunca voy a tener un hijo..."
"Por eso quiero que nos detengamos." Aether la interrumpió, la seriedad volvió a su rostro. "No me mal entiendas. Realmente quiero tener formar una familia contigo, pero piensa en la situación que nos encontramos..."
"Por eso mismo es que quiero hacerlo." Ahora fue Ei quien lo interrumpió. "Prácticamente estamos preparándonos para una guerra. Lo más seguro es que en algún momento ya no tendremos más tiempo para nosotros. Y si..." El rostro de Ei decayó un poco. "Y si algo te llegara a pasar..."
"¡Ei, nunca voy a separarme de...!"
"¡LO SÉ!" Ei gritó con cierta exasperación. "Lo sé, pero..." Ei dio un gran suspiro al final que estaba cubierto de lamento.
Al saber que solo las palabras no servirían, Aether se acercó a ella para abrazarla.
"Está bien, lo entiendo..." Aether se separó un poco del abrazo, para responderle con una sonrisa. "Pero si llegas a quedar embarazada, lo cuidaremos juntos." Respondió el rubio con firmeza mientras acariciaba el vientre de la Diosa, haciendo que una hermosa sonrisa se dibujara en su rostro. "Pero encargate de los pañales, no soy bueno en eso." Aether hizo una pequeña broma para aligerar el ambiente, algo que funcionó a la perfección, la risa de su amada lo confirmaba.
"¡¿De verdad crees que yo soy mejor en eso?!"
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
¡Espero que lo hayan disfrutado!
Saben que siempre intento hacer escenas sexuales que tengan connotaciones tanto amorosas como calientes. Me encanta crear un balance que no sea solo sexo, asi que espero leer sus comentarios para saber si les gustó o le falta algo. Todavía soy un poco nuevo en esto, así que cualquier crítica siempre será bien recibida.
Poco a poco va tomando forma la trama de Natlan, así que las cosas en los siguientes capítulos van a acelerarse en gran medida. No se sorprendan cuando vean el pasar de los días tan rápido.
Sin nada más que agregar, me despido.
¡Nos vemos dentro de 3 días!
