Amor en la oscuridad

Fue en la época medieval que Loki fue transformado en eso que tanto odiaba la sociedad, un vampiro. Ni siquiera supo en qué momento y por quién, solo un día despertó y, al abrir las cortinas para permitir que la luz del Sol entrara, sintió como estos le quemaban la piel, haciéndolo volver a cerrarlas. Se acercó a la pequeña lámpara al lado de su cama, aumentó la flama y miró su brazo, este se mostraba enrojecido y con varias ampollas. Pero para su sorpresa, estas comenzaron a desvanecerse a tal grado que simplemente desaparecieron, no quedó un solo rastro de su presencia. No se podía explicar aquello, y comenzó a dar vueltas por toda la habitación tratando de conseguir una respuesta lógica, pero al pasar frente a un espejo, sintió que el corazón se detenía. Retrocedió en pasos que le parecían eternos, hasta quedar frente a aquel cristal; podía sentir que sus pies dejaban de tocar el suelo… No podía mirar su reflejo

Se pellizcó cientos de veces, incluso se abofeteó, pero comprobó que nada de lo que veía era un sueño. De pronto, alguien entró a su habitación, se trataba de su nana. Al principio, ella no comprendía por qué la expresión de su rostro, hasta que posó su vista en el espejo; lo único que se escuchó en ese lugar fue la vajilla rompiéndose tras tocar el suelo -L-Loki, ¿Qué…?-

-¿Q-Que me está pasando, nana?-

-C-Creo saber que ocurre, p-pero no te agradara nada-

¿Un vampiro? Por supuesto que era absurdo, ¿Pero que más podría explicar la ausencia de su reflejo en los espejos o la reacción de su piel ante el Sol? Lo último que necesitó para confirmar las sospechas de su nana fue esa intensa necesidad de beber, trató con todo, agua, té, café, e incluso cerveza, pero nada calmaba sus ansias, sino que le provocaban desagradables náuseas. ¿Pero que podría aliviar ese malestar? La respuesta llegó más pronto de lo que esperaba. Su nana se cortó su dedo al recoger uno de los trozos de la vajilla rota, no pudo evitar relamer sus labios al mirar ese liquido carmín deslizarse por su dedo, trazando las líneas de su huella. Inmediatamente se horrorizó al tener esos pensamientos, ella lo notó, pero al tratar de acercarse, Loki se alejó hasta un rincón de la habitación -N-No te acerques… P-Por favor, nana… No quiero hacerte daño-

-Tranquilo, cariño, espera aquí. Conseguiré algo-

Como si fuera un niño pequeño, se escondió bajo las sábanas, al mismo tiempo que se preguntaba porque a él le pasaba esto. No podía llamarse un santo, pero siempre trataba de ser cordial con las personas a su alrededor. Escuchó la puerta abrirse de nuevo, al asomarse, vio a su nana tratando de introducir a la recamara el cuerpo de un hombre. Este mostraba 6 agujeros de balas -¿Q-Qué…?-

-Lo asesinaron hace unos momentos, creo que se rehusó a ser robado-. Lo observó, Loki solo contemplaba el cuerpo, con las uñas aferradas a las sábanas y brotando un gruñido desde lo más profundo de su garganta -No tenemos otra opción, cariño, no sabemos que podría pasar si no logras beber algo. Hazlo-

-P-Perdóname-. Y actuando como un animal salvaje, el pelinegro se lanzó sobre el cuerpo de aquel hombre y clavo sus dientes en su cuello; la sangre aun tibia se deslizó por su garganta, aliviando un poco esa sensación. Cuando por fin se sintió satisfecho, volvió a mirar el cuerpo, o lo que quedaba de él. Ahora su piel estaba pegada a los huesos, como si el hombre ya llevara bastante tiempo muerto. Se recostó en los pies de la cama, cubriendo su rostro -¿P-Por qué yo?-

-No lo sé, cariño, solo te queda continuar con esto-

-E-Es horrible-

Sintió que lo abrazaba, fue ahí que se permitió llorar, tal y como lo haría un niño pequeño. Por supuesto que no le fue fácil adaptarse, tenía que realizar todas sus actividades durante la noche, algo complicado considerando que la mayoría de las personas ya no se encuentran laborando; además, debía actuar con normalidad, evitar cualquier clase de sospechas. El primer golpe duro por el que debió pasar fue la muerte de su amada nana, ahí comprendió que lo verdaderamente difícil seria seguir con vida mientras veía a sus familiares y amigos partir de este mundo. Fue entonces que decidió evitar los lazos que no fueran estrictamente profesionales. El paso de los años trajo consigo una gran fortuna, pero también una enorme soledad

El día que su vida cambió, el Sol ya estaba pronto a terminar de esconderse, así que se permitió salir a caminar por aquellos rumbos donde la luz ya no la tocaba. Pero al pasar por un callejón desolado, escuchó un quejido, creyó que podría tratarse de algún animal moribundo, y estuvo a punto de pasar de largo cuando esta vez escuchó un murmuro. Decidió acercarse, lo que presencio lo asqueo, 2 hombres intentaban propasarse con un joven rubio; uno lo sujetaba por la espalda al mismo tiempo que cubría sus labios, y el otro trataba de despojarlo de sus prendas. No lo pensó 2 veces y se acercó a toda velocidad hasta ellos, de un golpe logró liberar al joven, quien solo permaneció en aquel lugar, observando incrédulo lo que acababa de suceder -S-Será mejor que te largues, no te entrometas-. Vaya intento de sonar atemorizante

-Las personas como tú me dan asco, pero ya que no he comido…-. Usando su velocidad, sujetó al otro hombre contra la pared por el cuello; trató de liberarse, pero era inútil resistirse a su gran fuerza, Loki lo bajo a su altura solo para clavar los colmillos en su cuello. En cuestión de segundos, soltó su cuerpo completamente seco y con una expresión de horror en su rostro. Se limpió los labios y miró a su compañero, había muerto por el golpe, pero estaba satisfecho. Ahora su mirada se posó en el joven rubio, quien solo lo miraba -Ve a casa, niño-

Dió los primeros pasos para alejarse, pero escuchó unos pies más pequeños seguirlo -N-No tengo casa-

Lo miró -Acabas de ver lo que soy-

-Si, eres mi héroe-

-Soy un monstruo, solo lo hice para alimentarme, no creas que no serás el siguiente-

-Da igual en donde muera, ¿No crees?-

Soltando un suspiro, Loki continuó su camino, aún escuchaba que el joven lo seguía, pero no hizo nada para detenerlo o alejarlo. Al llegar a su casa, entró primero, pero decidió dejar la puerta abierta; quizás estaba poniendo a prueba al joven. Grande fue su sorpresa al verlo entrar antes de cerrarla, colocando el seguro -Vaya que eres un niño terco. ¿Al menos tienes un nombre?-

-Thor, Thor Odinson-

-¿Odinson? Ahora entiendo porque tu rostro me parecía familiar, eres el hijo de aquel empresario armamentista. ¿Qué hace alguien como tú en las calles? ¿No se supone que debías haber heredado una gran fortuna?-

-Cuando mi padre fue asesinado, mi tío se encargó de su negocio, pero también me sacó de mi casa-

-¿Y tu madre?-

-Ella murió al poco tiempo de que nací, papa decía que ella dio su vida para que yo pudiera estar con él-. Algo dentro de Loki se removió, ese joven estaba tan solo como él, su historia podía asemejarse a una de esas historias vistas en el teatro. Pero a diferencia de él, aún podía arreglar su vida -Quiero que me transformes-

-¿Qué?-

-Quiero ser como tú, así podría darle su merecido a mi tío-

-No sabes lo que dices, niño… Podrás quedarte aquí, yo te ayudare a formarte como un hombre, te daré las herramientas para que puedas recuperar lo que te pertenece. Sif-

Una de las puertas se abrió, dejando entrar a una joven hermosa, de cabellos castaños -¿Si, señor?-

-Lleva a Thor a una de las habitaciones disponibles, que tomé una ducha y se vista como debe ser-

-Si, señor. Vamos-

Así inició su vida como el tutor de un huérfano, se encargó de contratar a los mejores tutores para guiar al rubio a una educación digna del futuro dueño de una empresa; pero no solo lo cultivó en el conocimiento, sino también en los buenos modales, el mejor que nadie sabía lo que podría representar una primera imagen, y Thor debía siempre dar una buena impresión. Los años pasaron, aquel joven flacucho rubio se convirtió en un apuesto caballero que solía llamar la atención de las jóvenes con solo mirarlo -¿Cuándo me convertirás?-. Oh sí, eso era lo único que no había cambiado en todo ese tiempo

Loki suspiro -Creí que se te quitaría esa idea de la mente. Ya te he dicho cientos de veces que el vengarte de tu tío no te dará ese alivio que crees-

-No negaré que esa fue la idea al principio, pero ya no-

-¿Qué cambió?-

-Mi propósito. Quería ser como tú para hacer sufrir al hermano de mi padre de las peores formas, pero ahora… Ahora solo deseo estar contigo por siempre-

Aquella respuesta provocó que el pelinegro escupiera su te, tosiendo como loco tratando de recuperar el aire, algo que logró en pocos minutos -¿Q-Que?-

-Me enamoré de ti, Loki. Cuando era niño, sentía una gran admiración por ti, por lo que eres. Conforme fui creciendo, y te conocía, sentía que eras tú aquello que tanta falta me hacías para complementarme-

Loki no pudo evitar sentirse halagado, incluso sus mejillas se enrojecieron levemente, pero rápidamente desvió su mirada -Estas confundido, l-lo que sientes es agradecimiento. Tranquilo, pronto podrás recuperar lo que te pertenece, y verás que estabas equivocado con esto-. Se levantó de su asiento, dispuesto a retirarse, pero algo sujeto su mano. Cuando se giró para reclamar, su cuerpo se paralizó al sentir un peso extra sobre sus labios; el cosquilleo en su nariz le confirmó que no estaba alucinando, Thor lo estaba besando. Trató de separarse, uno de los brazos del rubio se aferró a su cintura, mientras su otra mano lo sujetaba de la nuca. En un punto abrió sus labios para hablar, pero aquello fue un momento que Thor aprovechó para introducir su lengua. El cosquilleo aparecido en su estómago fue recorriendo cada fibra de su cuerpo, pronto Loki dejó de resistirse y terminó correspondiendo. Pero nuevamente se puso en alerta cuando sintió las manos del rubio colarse bajo su saco, lo empujó con algo de fuerza -No vuelvas a hacer eso-

Y sin más, se retiró. Dentro de su habitación, y por más que lo intentara, no podía olvidar esa sensación, la suavidad de sus labios, el peculiar sabor a menta y la fuerza de su cuerpo. Su mente estaba vuelta un lio, por supuesto que le había gustado, pero no podía evitar sentirse culpable por desear a alguien que cuidó gran parte de su vida. Fue por ello que hizo hasta lo posible para evitar a Thor, solamente salía cuando su estómago clamaba por sangre. Al principio logró hacerlo con facilidad, pero fue casi al cumplir un mes con aquella rutina cuando todo se fue al diablo -¿Saldrás?-

Dio un pequeño brinco del susto -D-Diría que pretendes matarme del susto, pero ambos sabemos que hasta cierto punto estoy muerto-

Thor solo lo miraba a los ojos, a la vez que caminaba hacia él, Loki no pudo evitar retroceder al mismo tiempo, hasta que su espalda se topó con la pared -Has estado evitándome-

-N-No todo gira en torno a ti, Thor-

Uno de sus brazos se colocó al lado de su cabeza, encerrándolo entre la pared y su cuerpo -Esperaba que, al menos, tus pensamientos si lo hicieran-

-D-Debo ir a comer, Thor, apártate-. Al ver que no obedecía, lo empujó antes de salir a toda velocidad de su hogar. Fue en un callejón donde se permitió recuperar el aliento, a este paso se volvería loco son el simple hecho de tener al rubio cerca, ya estaba considerando la idea de irse a otro país, a otro continente

-Tu… Monstruo- escuchó una voz a sus espaldas, mirando a un hombre, vestido completamente de negro. En sus ojos se podía vislumbrar el más grande de los odios -Tú asesinaste a mi hijo, c-claro, por eso tu afán de solo salir cuando el Sol se esconde… Eres un vampiro, un sirviente del mal… Pero esto se acaba aquí-. Del interior de su abrigo, saco un crucifijo, de considerable tamaño. Se aproximo a él, pero Loki logró sujetar su mano, pero estar cerca de aquel objeto drenaba sus fuerzas, sintiéndose cada vez más débil. Terminó cayendo de rodillas al suelo, fue ese momento que su atacante aprovecho para darle el golpe final

Todo sucedió en cámara lenta, ambos escucharon el sonido de la carne desgarrándose tras ser clavado el crucifijo, pero Loki no sintió ninguna especie de dolor, por otro lado, algo evitaba que la luz de los faroles lo iluminara. Alzó la vista, frente a él estaba Thor… Lo había protegido, siendo herido de muerte -T-Thor…-. El hombre, al ver lo que había pasado, solo se alejó de ese lugar lo más rápido posible; gateando, Loki se acercó hasta el rubio, quien había tosido un poco de sangre -¿P-Por qué lo hiciste, tonto?-

-N-No podía permitir que te lastimaran, Loki… Eres… Eres mi vida, y-y la daría por ti-

-No, no, no, vas a estar bien. Te lo prometo, Thor-

-T-Te amo, Loki-

El ver que sus ojos se cerraban provoco un inmenso terror en el vampiro, la misma sensación que tuvo el día que su nana falleció, no podía permitirse perder a otro ser querido. Rápidamente, apartó las pocas telas que cubrían su cuello y se acerco a la curvatura de este. Lo mordió con todas sus fuerzas, sintió el sabor de la sangre, pero reunió todas las fuerzas posibles para ignorarlo y enfocarse en transmitir su veneno. Lo abrazó al sentir que el cuerpo del rubio se sacudía violentamente, era claro que aquello le dolía, pero algo en su interior le decía que era lo correcto. Pasados unos segundos, Thor dejó de moverse y los latidos de su corazón se habían detenido; temía lo peor, pero si aquello había funcionado, debía llevarlo a su hogar antes de que el Sol saliera. Logró cargarlo en su hombro, como si fuera un costal, y regreso a su casa. Para su suerte, Sif continuaba durmiendo, así que logró recostarlo en su cama sin que se diera cuenta de su llegada. El horario de su cuerpo lo obligo a también descansar, decidió recostarse en su sofá, quería darle espacio

El resto del día lo pasó durmiendo, fue cuando el Sol comenzaba a ocultarse que finalmente despertó, su vista se poso en la cama. El cuerpo de Thor permanecía ahí, sin mostrar algún cambio. Se acerco para comprobarlo, en su mente, pensaba que lo había hecho demasiado tarde. Con el corazón destrozado, comenzó a desabotonar su camisa, no lo despediría con las ropas manchadas de sangre; pero al apartar la prenda superior, vio con incredulidad como la herida causada por el crucifijo comenzaba a cerrarse, hasta mostrar una piel completamente intacta. Miró su rostro, este lucía sereno -Thor… Aquí estoy-

Finalmente, sus parpados se abrieron, dejándole ver que sus ojos ahora eran tan rojos como la sangre. Thor ahora era un vampiro