¡Saludos, queridos lectores!
No haré muy larga la introducción por lo que sólo me queda decirles que este capítulo corresponde al Día 21: Sangre 1 del SasuKarin Month Junio 2024
Dicho lo anterior, los dejo con el capítulo n.n
Desde que Sasuke comenzó a reflexionar el hecho de que no estaba acostumbrado a interactuar con niños, comenzó a preguntarse qué se suponía que debía hablar con ellos, sin embargo, cuando el encuentro al fin se dió, se sintió aún más confundido. Es decir, sabía que una conversación con un adulto no era la misma que con un niño, pero sólo escucharlos, se daba cuenta que era el tipo de conversación que odiaba tener al conocer gente nueva que intentaba hacer amigos.
No, no era tan irritante tener esa conversación con… sus hijos, aún era raro decirlo o pensarlo, pero tampoco le era cómodo porque aunque las preguntas eran concretas, no sabía cómo responder.
Tal como había sido en su relación, Sakura intentó por todos los medios hacer que la conversación continuara sin que él quedara mal, y cuando Sakura le pidió que hablara con los niños de cosas no relacionadas con el trabajo y los niños sobre sus pasatiempos, no estaba muy seguro de qué contestar.
—Caminar —fue lo primero que vino a su mente y no porque no hiciese otras cosas, sino que era una de las cosas que más hacía, que no involucraba "cosas de adultos".
—¿Caminar dónde? —preguntó Haru mirándolo con curiosidad, pues el niño esperaba un lugar interesante.
—Quizá en el parque —sugirió el hermano mayor. Después de todo, así es como se habían conocido.
—Después de todo, el parque también es para salir a caminar y relajarse —comentó Sakura.
—Pero ¿no te gusta hacer algo más divertido, papá? ¡Cómo jugar! —preguntó el hermano menor, quien parecía incrédulo de que su padre fuera tan serio— A mi hermano y a mí nos gusta jugar a la pelota, a las escondidillas y a las atrapadas.
—Cuando estábamos en la secundaria, su padre practicaba deportes. ¿Verdad, Sasuke-kun?
—¿Qué deportes practicabas? —preguntó Haruo bastante curioso.
—Kendo y arquería —respondió Sasuke.
—¿Y ya no los practicas? —el menor preguntaba con entusiasmo y sorpresa, porque no conocía a mucha gente que hiciera ese tipo de deporte y para un niño de su edad, casi cualquier cosa nueva capturaba su atención.
—Quizá no, si siempre está muy ocupado —comentó Haruo pensativo, incluso algo decepcionado.
—Hace tiempo que no hago kendo, pero algunas veces retomo la arquería yendo de cacería.
—¡¿Cazar?! —exclamaron en coro los niños asustados.
Aquel comentario dio pie a que los gemelos armaran un alboroto, pues como muchos pequeños de ciudad de esas edades, ellos relacionaban la cacería con matar animales sin ser conscientes que la comida que ingerían a diario provenía de esas muertes, por lo que les disgustaba la idea de que fuera precisamente su padre una de las personas que asesinaban animales. Aquello dio pie a que la reunión terminara.
Los niños se fueron muy inquietos, y esto dejó muy incómodo a Sasuke, pues si bien él ya se había dado cuenta que no solía interactuar con niños, aquél suceso lo había hecho sentir que había cometido un enorme error, y por ende, que le sería difícil, sino es que hasta imposible, tener una relación adecuada con sus hijos.
—¿Regresaste tan pronto? Creí que te quedarías todo el día con ellos —preguntó Karin cuando lo oyó llegar.
—Los asusté —respondió Sasuke malhumorado dejándose caer en el sillón.
—¿Los asustaste? —preguntó su esposa confundida y se acercó a él.
—Les hablé de la cacería y se alteraron.
—¿Cómo se te ocurre hacer eso?
—No pensé que se alterarían. Yo acompañaba a mi padre de cacería a su edad —dijo desanimado— No sé cómo tratar con los niños. Pensé que sería sencillo siendo mis hijos.
—Lo pensabas por aquello de que la sangre es más espesa que el agua. ¿No es así? —preguntó Karin sentándose a su lado— Mira, yo sé que mucha gente cree que la sangre une a la gente de una forma mágica o especial, y aunque instintivamente es real, lo cierto es que no puedes sentir amor de repente por completos desconocidos ni puedes creer que puedes tratar con niños cuando toda tu vida has tratado con adultos hostiles —aquellas palabras sólo desanimaron más al hombre— No estoy diciendo que no puedas hacerlo en el futuro, sólo que debes ser paciente, conocerlos y crear un lazo con ellos.
—Voy a asustarlos de nuevo.
—Sólo evita temas inapropiados para los niños, y sí, la cacería no es apto para todos aunque tu hayas crecido con ello.
—¿Cómo voy a saber qué decir?
—Pues… evita los temas de muerte, violencia, que pueda incitarlos al peligro y los sexuales —respondió la pelirroja.
—¿Por qué hablaría de ese tema con unos niños? —protestó Sasuke enfadado de que su esposa pensara que no podría detectar algo tan obvio.
—Lo mencionaba por si acaso —respondió ella riendo— Sólo inténtalo de nuevo.
Sasuke quedó pensativo, porque no tenía muchas ideas de qué podría hablar con sus hijos sin aburrirlos o asustarlos, sin embargo, parecía que su esposa tenía una mejor idea.
—Acompáñame la próxima vez —pidió él mirándola y tomando su mano.
—¿Qué? No, ya te dije que no quiero saber nada de niños —respondió ella levantándose del sillón y soltándose de él— No es lo mío y no me interesa aprenderlo.
—Tienes mejor noción que yo de qué hablar con ellos, necesito que me ayudes —él se levantó para detenerla— Además, como mi familia, tarde o temprano vas a tener que tratar con ellos.
—No, lo siento, pero no puedo hacerlo, y espero no tener que tratar con ellos si no es necesario —ella se soltó y una vez más, se encerró en la habitación, no sin antes gritarle un par de cosas:— Además, su madre los conoce mejor. Que ella te ayude a tratar con ellos. Yo no sé nada de niños.
Aquella actitud, para Sasuke era muy extraña, pues al principio, él había creído que ella se había enojado por enterarse de la existencia de sus hijos, algo que podía entender dadas las circunstancias en que se enteraron, sin embargo, ella se mostraba muy renuente a conocerlos, pero no había tenido problema en aconsejarlo sobre ellos.
Si lo pensaba bien, ella quizá necesitaba tiempo para asimilar mejor la noticia, y se estaba apresurando a querer que ella conociera a los niños, pero sinceramente necesitaba de ayuda para poder tratar con sus hijos. Lo último que quería, era repetir el error de ese día.
Mientras pensaba en todo ello, su celular comenzó a sonar, y él respondió sin mirar la pantalla.
—¿Sasuke-kun? —el azabache oyó la voz de Sakura al responder.
—¿Cómo están?
—Bien, ya se han tranquilizado —respondió la mujer— De hecho, les expliqué un poco la situación, pero sería bueno que tu se los explicaras en otra ocasión, si no te molesta la idea de volverlos a ver —ella esperó su respuesta, pero él no pudo responder enseguida— Sé que no fue un buen inicio para conocerse, pero…
—¿Qué les explicaste exactamente?
—Les dije que no cazabas por deporte, sino para conseguir comida… y tuve que explicarles que la carne de las carnicerías se obtenía de forma similar, pero…
—Hablaré con ellos la próxima semana si no se oponen —Sasuke la interrumpió.
—Claro, yo hablaré con ellos. El viernes me toca descansar y…
—Sólo tengo el domingo libre la próxima semana. Si no puedes ese día, tendrá que ser hasta que coincidamos en tiempo.
—Veré si puedo cambiar mi turno. Me gustaría que vieras a los niños seguido, si es posible, para que se conozcan más rápido —contestó Sakura dudosa, para luego animarse a seguir hablando— Sé que no podremos recuperar el tiempo perdido, pero espero que no se pierdan las oportunidades para que sigan conviviendo.
—Me encuentro ocupado entre semana. Elige sábado o domingo para que pueda ver a los niños, aun si no es todas las semanas —contestó el azabache, pues si bien había deseado ser un padre presente para los niños cuando supo de su existencia, no podía sólo interrumpir su trabajo, y entendía que Sakura tampoco, así que sólo quedaba adaptarse a lo que tenían en manos.
—Veré qué puedo hacer con mis rotaciones para que tengan oportunidad de verse cada semana —respondió Sakura— También las vacaciones podrían ser una gran oportunidad para que convivan.
—Después hablamos sobre ese tema. Envíame un mensaje cuando podamos reunirnos de nuevo —respondió el azabache para después colgar dando un suspiro pesado.
Tal como lo imaginaba, Sakura buscaría la forma de hacerlo quedar bien frente a los niños como solía hacer con todo mundo cuando salían. En ese tiempo, no le importaba lo que los demás pensaran de él, pero en este caso, que intentaba formar un lazo con sus hijos resultaba de mucha ayuda.
Hablando de las vacaciones, claro que le encantaría aprovechar las vacaciones para tratar de convivir más con ellos, pero al mismo tiempo no creía que pudiera tener mucho qué hablar con ellos sin aburrirlos o sin causarles pánico como la última vez. Por otro lado, había olvidado preguntar cuándo eran las vacaciones de los gemelos, pero seguramente no coincidían con las de él y Karin…
Él y su esposa tenían planeadas y pagadas unas vacaciones en el país de Las aguas termales, y estaba seguro que pedirle a Karin que las cancelaran, iba a enojarla aún más, especialmente porque ambos llevaban dos años sin tomar sus vacaciones y ella le había insistido por tomarse esas para poder tener un tiempo de relajación en pareja, que, habría que admitir, sí les hacía falta.
Descartar las vacaciones le parecía una idea muy mala si no quería quedar mal con su esposa, dadas las circunstancias, y aunque una opción era llevar a los niños con ellos en un viaje familiar, existían dos problemas: el primero, que Karin estaba rechazando todo contacto con los niños, y el segundo, que no tenía un lazo lo suficientemente estrecho con los niños como para pensar que se sentirían cómodos con él en un lugar lejos de casa y de su madre.
Llevar a Sakura a las vacaciones tampoco era una opción, en primer lugar porque podría interferir en el trabajo de ella, y en segundo lugar y más importante, porque sólo aumentaría la incomodidad de su esposa.
Quizá sólo se estaba adelantando, primero debía conseguir tratar con sus hijos sin que le costara trabajo hacerlo y dejar que su esposa asimilara la idea, y después podría planear a futuro el cómo iría esa nueva familia que apareció de la nada.
¿Sasuke logrará conseguir formar ese lazo con los gemelos como desea? ¿Karin logrará asimilar la situación de forma que eventualmente pueda aceptar a los niños? ¿Por qué Karin rechaza tanto convivir con los gemelos, al punto de enfadarse, pero no ha tenido problemas en aconsejar a su marido para mejorar la relación con los niños? ¿Qué otras preguntas les han surgido al leer el capítulo?
Me encantará ver sus teorías y preguntas en los comentarios n.n
Sin hacer largas las notas finales, me despido por ahora n.n
¡Hasta la próxima actualización!
