¡Saludos, queridos lectores!
Espero sigan disfrutando de esta y las demás historias n.n
No haré larga la introducción. Sólo les recordaré que al final del capítulo estaré subiendo la lista de historias que estaré actualizando el día de hoy n.n
Cada vez que Sasuke hacía algo atento con los niños, Sakura se sentía contenta, pues en su relación, él había sido distante con ella, y le preocupaba que su forma de ser lastimara a sus hijos que podían llegar a ser muy sensibles. Incluso verlo actuar de esa forma, agitaba sus emociones llenándola de ilusiones, pero con preguntas como las de sus hijos, aquellas donde los niños parecían buscar amor entre sus padres y que ella sabía que ya no existía, pues él tenía una esposa, la regresaban a la realidad.
Por desgracia, en algunos casos como en ese en particular, al darse cuenta de la realidad, no sabía qué decir.
—Vayamos a comer. Tengo el tiempo encima —respondió Sasuke tras mirar su reloj.
—Sí, claro. Vamos —fue lo único que Sakura pudo decir.
—Pero… —No digas nada por ahora —Haruo detuvo a su hermano. —Vamos a mi auto. Voy a llevarlos a un sitio que me sugirieron —anunció Sasuke aún recordando las palabras de su esposa.
Sakura y sus hijos siguieron a Sasuke hasta su auto, y mientras los adultos subieron en la parte del piloto y copiloto, los niños se subieron en los asientos traseros.
—¿Por qué no me dejaste seguir preguntando? —Haru le preguntó enojado a su hermano por lo bajo.
—Porque apenas es la cuarta vez que ellos se ven, y la primera desde que enviamos las fotos con tío Sasori. Quizá papá quiera fingir que no pasa nada o no le importa por orgullo, así que hay que pensar en otra cosa.
—Pero nos dio regalos. Debió sentirse celoso de que tío Sasori nos diera juguetes.
—Vamos a tener que hacer algo más para que papá vuelva a ver a tío Sasori junto a mamá siendo muy cercano para que se de cuenta de sus sentimientos por mamá. Hay que…
—¿Qué tanto murmuran, niños? —preguntó Sakura cuando al subir al carro, Sasuke no pareció tener intenciones de conversar, como era costumbre, y ella no estaba muy segura de qué decir después del desaire.
—Nada, mami —contestaron los niños en coro con inocencia fingida y grandes ojos.
—Ya saben que si se portan mal o hacen alguna travesura, voy a castigarlos —advirtió la pelirrosa— No importa que estemos saliendo con su padre. ¿Me escucharon?
—Sí, mami —corearon de la misma forma que la primera vez y fingieron que jugaban con sus regalos mirando para direcciones diferentes. Gracias a esta acción, Haru, que estaba justo detrás de Sasuke, notó en el suelo una pequeña caja negra alargada con un moño rojo en el suelo.
Con sólo mímica, Haru le señaló a su hermano la caja y Haruo tiró una pieza de su robot al suelo en dirección a la caja.
—¿Podrías pasarme la pieza que se me cayó? —Haruo le preguntó a su hermano con cordialidad.
—Claro —respondió el hermano menor que entendió de inmediato el plan de su cómplice.
—Tengan cuidado, niños, no bajen hasta que estemos en un alto —advirtió Sakura— Podrían lastimarse si no tienen cuidado.
Haru enseguida se agachó en su primera oportunidad, recogió la pieza del juguete y recogió la caja a escondidas.
Procurando que desde el espejo retrovisor no se viera nada, Haru abrió la caja, para darse cuenta que dentro había un collar muy brillante de oro con pequeñas joyas rojas. Al verlo, se le iluminaron los ojos y esbozó una enorme sonrisa.
Los niños se miraron sonriendo con entusiasmo, y enseguida, Haru cerró la caja de nuevo.
—¡Mi Nitro Zeus es más fuerte que tu dinosaurio! —exclamó Haruo chocando su juguete con el de su hermano que estaba en el asiento sin ser sujetado, por lo que cayó al suelo.
—¡Mi Stegosaurus! —exclamó Haru bajando apresuradamente al suelo para recoger a su dinosaurio y dejó caer a propósito la caja debajo del asiento nuevamente. Sin embargo, al hacerlo, Sasuke frenó por culpa de un auto que se le atravesó, y provocó que el niño se diera un golpe en la frente.
—¡Ay! —gritó el niño antes de ponerse a llorar.
—Les dije que tuvieran cuidado —regañó Sakura, pero estaba preocupada por su hijo.
—¡Me duele! —siguió llorando el pequeño.
Sasuke buscó estacionarse pronto y de esa forma, Sakura pudo revisar a su pequeño rápidamente. Sólo había sido un golpe que, en el peor de los casos, se haría un chichón.
—Deben mantenerse en el asiento mientras el carro esté andando. ¡No! ¡Ni siquiera debieron bajar! —exclamó Sakura ahora más enojada que preocupada al ver que no era nada grave.
—Pero mi Stegosaurus…
—Los juguetes pueden esperar —Sakura interrumpió a su hijo para luego dar un suspiro— No vuelvan a hacer eso, ¿quieren?
—Sí, mami —corearon los gemelos.
—Lo siento mucho, Sasuke-kun. Ellos no están acostumbrados a andar en auto.
—¿Estás segura que está todo bien? —preguntó el hombre.
—Sí, no fue nada grave.
El resto del camino no hubo más incidentes, y los niños estaban más que emocionados pensando en el momento en que su padre le daría aquél collar a su madre.
Su madre siempre les había hablado de su padre con mucha emoción y anhelo, e incluso la habían oído murmurar en secreto lo mucho que le gustaría ser una familia todos juntos, y el hecho de que su padre tuviese un regalo, los animaba a pensar que pronto lo conseguirían.
—Duele —se quejó Haru.
—Claro que duele. Te pegaste —señaló Sakura— Vuelve a tu asiento. En el restaurante pediremos hielo.
Sakura se aseguró que sus hijos se quedaran en los asientos, les advirtió que sin importar si se caían sus juguetes o cualquier otro objeto debían permanecer allí y los amenazó con castigarlos si no lo hacían.
Los niños obedecieron, especialmente porque estaban felices de haber encontrado el collar que su padre guardaba.
En poco tiempo, llegaron a su destino.
—Será mejor que dejen los juguetes en el coche o podrían perderlos —indicó Sakura a sus hijos.
—Pero mamá…
—Sólo vamos a dejar nuestros juguetes —Haruo interrumpió a su hermano— No hagamos enojar a nuestros papás.
—Bueno —respondió su hermano muy descontento, pero entendió que él estaba pensando en algo en favor de sus padres.
—Espero no tengas problemas con que comamos aquí —Sasuke señaló el restaurante de comida rápida en la que estacionaron— Me dijeron que a los niños podría gustarles, pero…
—¡Vamos a los juegos! —exclamó emocionado el hermano menor cuando prestó atención al lugar.
—¡Haru, no corras! —exclamó Sakura corriendo detrás del niño, no sin antes pedirle a Sasuke que se hiciera cargo del hermano.
Haruo no se movió de su lugar al ver a su hermano correr dentro del establecimiento, y se le ocurrió en ese momento dejar que su madre se alejara un poco más.
—Vamos con tu madre y tu hermano —indicó Sasuke.
—Había una caja negra con un moño rojo tirada debajo de su asiento —el niño comentó— El moño podría maltratarse si alguien lo pisa. ¿Para quién es el regalo?
Haruo notó que el hombre pareció sorprendido y metió la mano a la bolsa del saco.
—Dame un momento —pidió el hombre para abrir la puerta del piloto y buscar la caja.
El niño notó que su padre había tardado un poco metido en el carro, pero antes de salir, metió la caja en la bolsa de su saco.
—¿Es para mamá? El color favorito de mamá es el rojo.
—Alcancemos a tu madre y a tu hermano —respondió Sasuke, a lo que el niño asintió sonriendo.
Una vez dentro, tan pronto como los niños expresaron lo que querían comer y Sakura aplicó hielo apenas unos minutos en el golpe de su hijo, los gemelos corrieron al área de juegos, aún cuando su madre intentó detenerlos, y se metieron en lo más alto y profundo del juego de plástico prestando oídos sordos.
Sí, era verdad que a los niños les fascinaba el lugar por el área de juegos y el juguete que venía con el menú infantil, pero Sakura esperaba que sus hijos pudieran quedarse un poco más con ellos para convivir con su padre. Después de todo, ese era el objetivo de esa salida, ¿no?
—Quiero hablar contigo primero —comentó Sasuke llamando su atención cuando ella intentaba hacer que sus hijos volvieran.
—Claro, Sasuke-kun —respondió Sakura algo inquieta por el tono serio de su interlocutor. Sin embargo, se dio cuenta que esa también era su oportunidad para hablar, aunque fuese un poco, sobre la esposa del azabache— También hay algo de lo que quisiera hablar.
El hombre asintió a sus palabras y buscaron una mesa dentro del área de juegos para quedar al pendiente de los niños y esperar a que su pedido estuviese listo.
¿Sasuke finalmente cederá a hablar de su esposa? ¿Cuántos temas podrán tocar en esta charla? ¿El collar que los gemelos encontraron para quién es? ¿Los gemelos conseguirán que Sasuke vea a Sakura interactuar con Sasori? ¿Cómo reaccionará Sasuke al verlos? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer el capítulo?
Me encantará ver sus teorías y dudas en los comentarios n.n
Lista de historias a actualizar hoy:
*El cliché de los gemelos
*No quiero sólo una tregua
*Inexperiencia
Espero que la actualización de hoy les haya gustado n.n
¡Hasta la próxima actualización!
