Potencial Ilimitado.
Escrito por RockmanGurlX, traducido por Fox McCloude.
Disclaimer: Mega Man y todos sus personajes son propiedad de Capcom. La historia original pertenece a RockmanGurlX, yo solo tomo crédito por la traducción al español. Todos los derechos reservados.
Capítulo 67: Cosechando
– ¡Cuidado!
Con un agarre firme en la muñeca de X, Marty se lanzó al frente, con su cola propulsándola por el agua con una increíble velocidad. Arrastró al Mavierck Hunter consigo, desesperada por alcanzar la libertad de las garras del Anglerge que se giraba hacia ellos en un borrón de movimiento.
Por desgracia, en última instancia no fue suficiente.
El ensordecedor rugido de la explosión, aunado al caos que siguió, provocó que el mecaniloide para girar su enorme mira rastreadora. Esta se fijó en las siluetas de dos figuras que se alejaban, una de las cuales coincidía con el perfil del sujeto que les habían ordenado capturar. Desde sus costados inferiores salieron dos lanzamisiles pequeños y compactos, cuyos proyectiles se dirigían hacia ambos reploides rápidamente, cuando Marty y X apenas lograron darse cuenta que seguían siendo perseguidos.
Marty lo agarró fuertemente por la cintura, tratando de virar hacia los lados justo a tiempo. Los misiles pasaron zumbando, apenas fallándolos por centímetros, pero centímetros importantes. La fuerza de las explosiones gemelas fue suficiente para que la ágil sirena perdiera su control, enviándola a ell dando vueltas antes de aterrizar con un golpe seco en la suave arena.
– "¡ME REEMPLAZÓ!"
El agudo agrietamiento de un vidrio astillándose y el retumbante choque de paneles de yeso colapsando hicieron eco en los sistemas de audio del Maverick Hunter. Sus ojos se vieron atraídos hacia un casco rojo y blanco que estaba a pocos centímetros de él, cuyo visor oscuro ocultaba mucho del rostro debajo de él. Pero X casi podía sentir el tumulto de emociones debajo de él: rabia, confusión, y un profundo dolor que alcanzó a vislumbrar en un ojo que apenas pudo ver por una fracción de segundo.
Y entonces, el entorno cambió.
De repente, se vio arrastrado a una total oscuridad, sintiendo como si su cabeza golpeara el suelo mientras la voz de una mujer llamaba un nombre que no reconocía, pero tenía un deje de familiaridad.
– "¿Quake Woman? ¡¿Tempo!? ¡¿Tempo, qué sucede?! ¡Por favor, dime para poder ayudarte!"
X sintió un par de brazos envolverlo, y su peso presionado contra el cuerpo de la mujer. Aun así, ella bajó suavemente la cabeza de él sobre su regazo, acariciando con sus dedos los delicados sensores imbuidos en su cráneo. A pesar de la calidez de su presencia y el sonido aliviador de su voz, una sensación de incertidumbre le carcomía, algo que estaba terriblemente mal. Pero su cuerpo permanecía totalmente inmóvil, atrapado en un silencio del cual no podía escapar.
Y entonces, la oscuridad se abrió. O más bien, "eso" la abrió.
Inicialmente, X pensaba que era una insignia extraña, una reliquia de una civilización ya perdida que había desaparecido en los anales de la historia. O quizás fuese un producto de su imaginación, sin ser nunca real en primer lugar. Sin embargo, esta noción fue destruida cuando la marca comenzó a "parpadear", su brillo desaparecía por un breve momento antes de estallar en un despliegue deslumbrante de luces que casi sobrecargó sus sentidos.
– ¿Q-quién eres tú? – tartamudeó. Sus labios formaron las palabras, pero la voz que emergió no era la suya. En su lugar, le pertenecía a una niña joven, posiblemente a inicio de su adolescencia. Su tono sonaba incómodo y plano, dejando a X preguntarse si era un reflejo de su apatía o una máscara inteligente para la enorme ansiedad en incremento que hervía en su interior. O, en este momento, en él mismo también. Desde el profundo abismo de la oscuridad que lo envolvía, una multitud de alambres y cables se le acercaron espeluznantemente. Aunque no estaba físicamente atado, una fuerza invisible lo mantenía en su lugar, dejándolo inmovilizado. No podía hacer nada para evadir esos tentáculos aproximándose, los cuales traqueteaban con energía siniestra en sus puntas, cuyo propósito era inequívocamente siniestro.
X soltó un grito desesperado. En respuesta, la voz de ella chilló de terror. De pronto, estaba de vuelta en el mismo punto de antes, donde el robot rojo y gris con la bufanda dorada ahora estaba posicionado frente a él, con su semblante notablemente menos hostil que antes. Extendió una mano hacia X, y el Hunter empezó a hablar. Pero de nuevo, no fue su propia voz la que salió.
– "Vete."
– "Yo no quería…" – empezó el robot, pero su declaración fue interrumpida.
– "VETE." – Esta vez fue la voz de ella, pero bajo su tono monocorde usual había una emoción oculta, reprimida y restringida. Se sentía como si la rabia que el otro robot había mostrado el otro robot había demostrado antes se le había contagiado, dejándola teniendo que lidiar con un ardor poco familiar que surgía dentro de ella, insegura de cómo canalizar esa intensidad inesperada. El calor de la furia cubría el fragmento gélido de miedo que había penetrado en ella como un trozo de vidrio.
– "Yo no quería…"
– "VETE."
– "Yo…"
– "¡VETE!"
– ¡¿Qué diablos estás haciendo, idiota?! ¡Sal de allí!
Jalado a la fuerza fuera de la atmósfera quieta de vuelta al caos del campo de batalla, X de repente notó que Marty lo agitaba frenéticamente como si tratara de sacarlo de un momento breve de distracción que había nublado brevemente sus pensamientos.
– ¿Huh? ¿Q-qué?
Los ojos de Marty se ensancharon, totalmente desconcertada por la respuesta del Hunter, como si acabara de despertar de un profundo sueño. – ¡¿Cómo que "qué"?! ¡Esa enorme monstruosidad está a punto de volarnos en pedazos, ¿y tú estás ocupado soñando despierto y perdido?! ¡¿Esa explosión te sacudió los circuitos o qué?!
Para ser honesto, él estaba luchando contra la misma confusión, todavía tratando de procesar en su mente el caos que acababa de desatarse. Pero, la urgencia del momento demandaba su total atención. X se giró violentamente, confrontando al Anglerge que venía acercándose, mientras esa monstruosidad mecánica abría varios puertos en los lados de su núcleo amarillo lanzando una ráfaga de nuevas amenazas hacia ellos. Unas serpientes marinas de metal verde emergieron de sus madrigueras ocultas, deslizándose con gracias por el agua. Con las mandíbulas abiertas, soltaron una ráfaga de rayos láser bien concentrados, cada uno de ellos apuntando hacia los dos visitantes indeseados con una precisión mortal.
Los lásers cortaron a través del vibrante coral y los parches de vegetación submarina, dispersando fragmentos en todas las direcciones, esparciendo aún más la devastación que con sus disparos anteriores. X salió disparado hacia la acción, apuntándole a los enemigos con forma de serpiente, pero para su completa incredulidad, Marty se lanzó frente a él. Directo al peligro.
– ¡Espera! – gritó Marty, y para sorpresa de X, intentaba captar la atención del mecaniloide que los estaba atacando. – ¡Detente! ¡Estás llevando esto demasiado lejos!
Con cada impacto de los disparos cargados de X, las serpientes marinas se desplomaban en las profundidades, donde sus siluetas delgadas y azules descendían en espiral mientras el Hunter meticulosamente destruía sus cabezas para asegurarse que toda la unidad fuera neutralizada. En esos breves momentos, tuvo que desviar su atención, ya que no podía evitar observar a Marty y pensar en esa frase críptica suya sobre que el mecaniloide estaba "llevando esto demasiado lejos". ¿A qué podría referirse con eso?
La sirena turquesa siguió gritando, con su voz haciendo eco por las vibrantes aguas. – ¡Este es un santuario! ¡No debes ponerlo en riesgo de hacerle daño! – le imploraba al Anglerge, con desesperación en su tono. – ¡Prometiste proteger este refugio, no traerle ruina! ¡Por favor, detente!
El enorme mecaniloide no le prestó atención a sus súplicas, ignorando completamente su existencia. Su cuerpo con forma de submarino tenía ventiles que comenzaban a inhalar, arrastrándola a ella hacia él con una fuerza irresistible. Ella comenzó a forcejear desesperadamente para escapar nadando, pero el Anglerge persistió, lo que le facilitaría mucho acabar con su vida.
– ¡Rolling Shield!
La voz familiar resonó como un grito de batalla, lo que provocó que la sirena mirase hacia arriba. Allí vio a X alzándose de un salto, desatando otro disparo de su buster. Sin embargo, esta vez, la ola de energía era totalmente diferente, con una forma inusual y un tono aún más extraordinario. La explosión se manifestó como una pequeña esfera de energía brillante de color índigo, pulsando rítmicamente y emitiendo rayos brillantes de luz en todas direcciones. Mientras pasaba rozándola por su lado, sintió una subida de calor irradiando de su superficie antes de impactar contra la ventila, arrastrándola dentro de su poderoso agarre.
– ¡Esa arma…! – susurró Marty, observando cómo X continuaba disparándole al mecaniloide, y cómo el arma de Armadillo servía para inutilizar y destruir las ventilas que previamente iban arrastrando a la sirena y al Hunter. – Entonces… es verdad.
La ventila del Anglerge se vió completamente comprometida, con un agujero abierto directo en su base. Esta grieta le proveyó a X la oportunidad perfecta para soltarle un disparo cargado al máximo de su arma estándar. El disparo penetró por la abertura, golpeando los intrínsecos mecanismos del masivo mecaniloide, desatando una reacción en cadena instantánea y explosiva que puso a los ejemplos anteriores totalmente en vergüenza. La destrucción del Anglerge desató una tremenda explosión que mandó a los dos Reploides de espaldas junto con cualquier cosa que no estuviera sujeta en el suelo oceánico en un caótico curso en espiral. A medida que X iba gradualmente recuperando sus sentidos, tomó conciencia de que los habían arrojado a varios metros de su posición original, rodeados de una mezcla arremolinada de humo y los remanentes de la máquina destruida, que se dispersaban en el agua como una nube ominosa y oscura.
La voz de Marty temblaba mientras observaba la devastación provocada por la explosión, y su rostro era una máscara de incredulidad. – ¡Oh no, ¿qué has hecho?! – gritó, con los ojos muy abiertos del shock. X abrió su boca para responder, pero las palabras se quedaron en su garganta mientras Marty continuaba, dirigiendo su rabia hacia los restos destruidos del Anglerge. – ¡¿Cómo pudiste dejar que esto sucediera?! ¡Me prometiste que no terminaría así!
X observaba con intensidad, cautivado por la vista de la sirena que parecía gritar hacia el vacío. ¿Había acaso alguien allá afuera que pudiera escuchar el eco de su voz? Por la forma en como habló, era casi como si estuviese expresando su dolor a una figura invisible que de alguna manera estaba al mando del dominio en el cuál se encontraba.
– "Ten cuidado en quién confías."
– ...Marty …¿estás…? – susurró X. La realización ya estaba presente desde antes, pero ahora estaba volviéndose imposible de ignorar. Había demasiadas señales.
La sirena turquesa estalló con rabia, apretando sus puños y cerrando las cejas en una mueca feroz. – ¡¿Cómo puedes llamarte protector de este lugar mientras te la pasas disparando tus armas a diestra y siniestra sin control?! ¡Estás destruyendo la naturaleza que juraste proteger! ¡Hiciste una promesa!
– ... ¿promesa?
Marty se giró violentamente, confrontando las preguntas que la sondeaban y la mirada cautelosa a la que se había anticipado. En el fondo, ella entendía que el éxito de su misión descansaba en la confianza de él en ella. Con ese elemento crucial, todos sus esfuerzos valdrían la pena. – ... sí, una promesa. – empezó a decir la sirena, intentando conjurar una réplica razonable. – Una promesa… de…
– ¿De qué? – inquirió X. – Empiezo a creer que tienes otros motivos aparte de mantener este lugar intacto y sin perturbaciones.
– Espera, ¿qué? – cuestionó Marty, inmediatamente poniéndose a la defensiva. – ¿Me estás diciendo que no confías en mí? ¿Después de todo lo que he hecho por ti?
En la distancia, oculto de la vista de ambos individuos, la misma sombra enigmática con múltiples brazos observaba fijamente. Esta vez, sin embargo, no estaba solo; varias siluetas masivas con forma de pez flotaban cerca, en posición y listas, anticipándose a la señal para avanzar.
– ¿Todo lo que has hecho? – cuestionó X, algo sorprendido por la audacia de la otra reploide.
– ¡Absolutamente! ¡Todo! – espetó Marty en respuesta. – ¡Yo soy la que te está llevando hacia tu destino! ¡Sin mi guía, no tendrías ni idea de a dónde ir!
X de inmediato le respondió. – No puedo sacudirme la sensación de que cada vez, nos hemos aventurado directo hacia el peligro. – Se le acercó más, con una mirada penetrante. – Hay más en esto de lo que se ve a simple vista, y tengo una corazonada de que tú también lo sabes. – Cruzó sus brazos desafiantemente. – De hecho, no puedo evitar preguntarme si tú tienes algo que ver con ello.
Los ojos de Marty se ensancharon, y por un breve momento vio un destello de miedo en el rostro de X. Sin embargo, ese momento de vulnerabilidad fue muy fugaz; el miedo de quedar expuesta quedó enmascarado rápidamente por un subidón de rabia indignada. – ¿Qué estás implicando? ¿Estás sugiriendo que yo soy una de los villanos en este escenario? – lo desafió, apuntándole con un dedo acusador al Hunter. – ¿Crees que pertenezco a sus filas? – Sus ojos se entrecerraron, llenos a intensidad. – ¿Una Maverick?
A la distancia, la figura se dio cuenta que las cosas se estaban saliendo de su control. Si no tomaba acción rápidamente, su disfraz se vería comprometido. Con un movimiento rápido, dirigió a las siluetas con forma de pez para que los rodearan, extendiendo sus numerosos tentáculos haciendo una señal sin palabras para tomar el liderazgo. Las siluetas se movieron con gracia para el agua, acercándose a los dos reploides mientras se mantenían bien ocultos.
X sacudió su cabeza, con una chispa de escepticismo danzando en sus ojos, pero sus sentimientos hacia la sirena permanecían intocables por la hostilidad. – Eso no fue lo que quise decir. – aclaró, con voz firme. – No estoy implicando nada de eso.
Marty le lanzó una mirada, con la mano firmemente plantada en su cadera mientras empezaba a picar con el dedo al pecho de X. – Entonces, ¿cuál es tu punto? ¿Qué es lo que quisiste decir? – le espetó, con la voz cargada de irritación. – En este trabajo, no hay lugar para errores, ¿verdad? – siguió presionando, todavía picando con su dedo en la armadura de él. – Tienes que mantenerte alerta y vigilante en cualquier momento, ¿verdad? Confiar en cualquiera es un lujo que no puedes permitirte, ¿verdad?
Para su asombro, X le respondió. Aunque se anticipaba a una respuesta, lista para provocarlo y mantener la fachada que le había mostrado, sus palabras fueron mucho más allá de lo que se imaginó. En lugar de una réplica llena de rabia, irritación o desprecio, su voz cargaba un peso de cansancio. Y también había un deje de tristeza.
– En este momento, no puedo. Pero quiero hacerlo.
Marty dudó un momento, y sus cejas arrugadas se suavizaron lentamente mientras su labio se curvaba, como si su respuesta la hubiese dejado congelada. La confianza que una vez chispeaba en sus ojos había desaparecido por completo, y su postura parecía flaquear mientras aquello en lo que creía comenzaba a derrumbarse, revelando fracturas en sus cimientos. Todo lo que sabía se estaba revelando frente a ella. En un último y frenético esfuerzo por recuperar su autoridad y mantener la fachada que había edificado con tanto cuidado, la sirena con armadura turquesa apretó su puño con fuerza y lo golpeó contra el pecho del Maverick Hunter. Aunque el golpe no le causó dolor realmente, X pudo sentir el poder significativo detrás de él.
Esta acción resultó ser un error o una ventaja inesperada; X no tenía total certeza. Eventos muy extraños se habían desatado desde que integró el fragmento de topacio agrietado en su núcleo, pero no se sentía conectado directamente al juego, o más precisamente, a lo que había dentro de él. Lo que sucedió a continuación lo forzó a reconsiderar ese punto de vista.
El puño de Marty volvió a golpearle el pecho, y una chispa inesperada recorrió la mano con la que lo golpeó, enviando una onda eléctrica que la hizo soltar un grito ahogado. Instintivamente retrocedió, agarrándose la mano mientras verificaba cualquier signo de alguna herida. X experimentó un breve chispazo que recorrió sus sistemas, y aunque fue abrupto, se le hizo difícil categorizar la sensación como dolor. En lugar de eso, fue como si hubiese adquirido algo inesperadamente, aunque no podía ubicar con exactitud lo que era. En cuanto ella se preparó para golpearlo de nuevo, la mirada se le desvió hacia la distancia donde la gema roja de X comenzó a brillar, revelando una figura sombría que se aproximaba a ellos rápidamente, acompañada de varias otras que imitaban su movimiento.
– ¡Cuidado! – gritó X, capturando la atención de la sirena justo a tiempo. Ella se dio la vuelta y sus ojos se ensancharon de incredulidad al encontrarse de cara con la amenaza inesperada que se alzaba detrás de ellos. Para su asombro, las figuras que nadaban hacia ellos se transformaron en la forma inconfundible de unos peces grandes y gordos.
Su forma era innegablemente redonda, pero el diseño parecía combinar sin problemas belleza con eficiencia. El cuerpo esbelto mostraba una aleta lustrosa metálica en la parte trasera, mientras el frente brillaba con escamas azules y resplandecientes que se parecían mucho a las de un pez viviente. Aunque las aletas tenían un tamaño modesto, estaban claramente construidas para la agilidad, lo que permitía dar giros y movimientos como si tuvieran vida, ocultando su impresionante escala comparada con peces típicos de un arrecife. Estaban equipados con sensores LED y una cámara compacta, cuyos ojos facilitaban exploración de reinos submarinos, y la cola mostraba luces LED para asegurar visibilidad en las profundidades.
– ¡¿Gulphers?! – exclamó Marty, claramente perpleja por su repentina presencia. – ¡¿Qué están haciendo…?!
El tiempo se congeló en cuanto el pez metálico de repente abrió sus quijadas, con una boca que se estiraba en unos ángulos increíbles. Con una poderosa succión activada, tanto la sirena como el Hunter quedaron atrapados en el feroz arrastre, sintiendo la implacable fuerza del pez tratando de llevárselos hacia él.
– ¡¿Huh?!"
Uno de los cuales trató de atacar a X por atrás.
– ¡X! – gritó Marty, propulsándose por el agua para empujar al reploide estacionario fuera del camino. Pero por un giro del destino, de repente se vio atrapada por la mandíbula abierta del Gulpher, que se cerró detrás de ella, dejando sólo la punta de su cola visible, el último remanente de su libertad.
– ¡Marty! – gritó X, disparándole al Gulpher que acababa de tragarse a su compañera sirena, logrando dañar a unos cuantos al volarles las aletas y abollándoles la coraza. Mientras intentaba perseguirlo por la derecha, X de pronto también se vio atrapado, con el cuerpo comprimido y con las rodillas encogidas para caber dentro de los confines estrechos del pez mecaniloide.
Adentro, el Hunter azul observó que el Gulpher carecía de muchos puntos débiles expuestos. Los circuitos internos de su estómago de metal eran un enredo de cables y wires, que canalizaban energía sin esfuerzo a cada parte de la máquina. Entonces, las paredes se prendieron con un resplandor carmesí, y toda la cámara esférica del mecaniloide comenzó a calentarse rápidamente. X al instante se dio cuenta que esto era sólo el inicio de lo que tenía reservado para él, antes de soltarle descargas de dolor eléctrico que asaltaron sus sistemas y lentamente trabajando para incapacitarlo de adentro hacia afuera.
El Gulpher se esforzaba por mantener el control de su presa cautiva, pero pronto percibió una tumultuosa conmoción hirviendo en el interior de su abdomen. Esa sensación de energía impactando contra sus entrañal le indicó una amenaza inminente, provocando que la criatura casi abriera su mandíbula en un intento desesperado por expulsar al molesto parásito. Esta epifanía le llegó demasiado tarde, pues la presa del Gulpher rápidamente dejó todos sus mecanismos internos casi completamente destruidos, disparándole con su buster a todas partes y golpeando componentes vitales, lo que le dificultó al mecaniloide mantenerse a flote por su cuenta.
Pronto, con un último golpe, humo salió de sus ventilas y el Gulpher lentamente se hundió hacia el fondo arenoso, golpeando el suelo marino y volcándose antes que sus ojos se oscurecieran y cesaran todas sus funciones.
Cuartel general subterráneo…
Los ojos de Roll se ensancharon en sorpresa mientras exclamaba: – ¡Espera, ¿me estás diciendo que fue capturada?! – El último giro en la misión de X la tenía al filo de su asiento.
– Absolutamente. – replicó su hermano, con un pesado deje de arrepentimiento en sus palabras. – Incluso me empujó hacia un lado. Ahora no puedo evitar preguntarme si sigue en una pieza o siquiera en funcionamiento.
– Bueno… no dejes que eso te deprima todavía. – le aseguró Roll, tratando de mantenerle sus ánimos en alto. – Después de todo, dijiste que acabas de experimentar lo que se siente estar dentro de uno de esos Gulphers, lo que significa que pueden controlar cómo llevan las cosas que se tragan. Si aún puedes ver al que se la llevó, quizás todavía no hayan dañado sus sistemas.
– Sólo puedo esperarlo. – respondió X, aunque su tono estaba muy lejos de transmitir cualquier sentido de esperanza. – Aunque no sé cuánto bien hará eso.
– No tienes idea. – dijo Roll, cuya voz era firme pero llena de emoción. – Ha habido momentos en los que la desesperanza se sentía abrumadora, cuando la victoria parecía totalmente fuera de alcance. – Se detuvo, mordiéndose el labio pensativamente. – Pero al final, nunca he visto que ninguno de mis hermanos falle en alzarse cuando alguien lo necesita.
X se quedó en silencio por unos momentos. – No estoy seguro de si soy exactamente bueno a comparación con Rock todavía. – confesó X. Internamente pensó: "Mucho menos Blues." Aunque se guardó esa parte para sí mismo.
– No, claro que lo eres, X. – le informó su hermana. – Eso es más que suficiente. Y viendo que nosotros dos somos los únicos que quedamos, seguro querríamos mostrar al mundo lo que el Dr. Light quería para nosotros y la humanidad, ¿cierto?
Un silencio siguió a su pregunta, pero eventualmente recibió su respuesta. – Cierto.
– Bien. – replicó la navegadora rubia. – Ahora, ¿tienes alguna idea de dónde podrían estar yendo los otros Gulphers? ¿Tal vez hayan regresado al lugar de donde Marty dijo que había escapado?
– Creo que podrías tener razón con eso, Roll. – respondió X, tomando a su hermana por sorpresa con su repentina confianza.
– ¿Oh? ¿Y por qué dices eso?
Triángulo de Coral…
– Porque puedo verlo justo frente a mí.
Ante el Maverick Hunter se encontraba el punto que estaba buscando, y no le llevó mucho para concluir que este era el escondite del criminal responsable por la explosión de la embarcación de rescate. Parecía menos una majestuosa fortaleza y más un montón ensamblado de torres hechas de cristal, cada una de las cuales contenía un líquido misterioso, espeso y viscoso en su interior. Seguía a los Gulphers de cerca, ninguno de los cuales parecía haberse dado cuenta de su presencia todavía.
Sin embargo, eso podría deberse a que estaba utilizando a uno de ellos como tapadera para colarse dentro del lugar.
En efecto, podría haber no sido el método más elegante o inteligente para rastrear a las tropas enemigas, pero X entendía que, pese a empuñar su buster, estaba en clara desventaja en el agua. Sin embargo, con la carcasa de su Gulpher proveyéndole cierta medida de defensa, podría al menos encontrar una manera de prepararse para lo que había adelante. Cierto, navegar el mecaniloide desde el interior era un poco agotador, pero luego de buscar por un rato encontró eventualmente el módulo de control que manejaba sus movimientos. Aun así, tenía que mantener su distancia, en caso de que los otros notaran que su compañero estaba más que un poco "golpeado" comparado con el resto.
Estaba luchando con la decisión de acelerar su paso, observando con los Gulphers, incluso sin nadar activamente, se deslizaban por el agua a una velocidad decente, manteniendo a Marty firmemente en su alcance. No pasó mucho antes de que lograra verlos, notando la cola brillante turquesa de la sirena que todavía salía de sus mandíbulas. Un feroz deseo de lanzarse a rescatarla se prendió en su corazón, pero en el fondo, X entendía que hacer un movimiento ahora podría llevar a graves consecuencias, y tal vez incluso costarle a Marty su vida.
Por el bien de ella, tenía que esperar. Cada paso contaba.
Mientras el Maverick Hunter se deslizaba por las aguas vibrantes, una oleada de curiosidad lo invadió. Los arrecifes de coral coloridos y una miríada de vida marina se arremolinaba con gracia en las corrientes, con una vibrante energía que contrastaba fuertemente con los masivos cilindros sumergidos que yacían ocultos bajo el suelo marino arenoso.
– ¿Hey, Roll? – murmuró X, cuya voz apenas era más alta que un susurro. No tenía certeza si los otros peces mecaniloides podrían oírlo dentro de los remanentes de su compañero caído, pero prefería mantenerse cauteloso. – Esto sonará un poco extraño, pero ¿sabes si el Triángulo de Coral tiene… bueno… – dudó por un momento mientras buscaba las palabras correctas – … tubos llenos de líquido?
– ¿Tubos llenos de líquido? – cuestionó la rubia, cuya pregunta sonó por el comunicador. De inmediato pidió más detalles. – ¿Qué clase de tubos? ¿Qué tan grandes son?
– Enormes. – respondió X, observando el entorno a través de los ojos del Gulpher. – Y parece que las secciones inferiores están enterradas. – Hizo una pausa. – ¿Será posible que estén recolectando el fluido de debajo de la superficie?
– Si ese es el caso, parece que están taladrando en busca de petróleo. – respondió Roll, y luego un silencio cayó entre ambos. – Espera un momento…X, sabes acerca de la perforación en altamar, ¿correcto?
– Sí. – replicó X. – Aunque ¿no se supone que las sondas geotérmicas donde se filtra el petróleo usualmente se ven por arriba de la superficie del océano? El proceso en sí mismo ya es riesgoso, pero estos tubos están completamente sumergidos. Si cualquiera de ellos se rompe, todo el Triángulo de Coral podría contaminarse.
– Eso suena como algo que a Marty le preocuparía. – observó Roll. – Pero sí, la perforación en altamar ya de por sí está llena de controversias, pero su meta es extraer el petróleo sin refinar que descansa en las formaciones rocosas debajo del suelo marino.
– Petróleo sin refinar… – murmuró X, buscando este elemento particular en su base de datos interna. – Esta sustancia tiene una gran historia…
- En efecto. – Su hermana estuvo de acuerdo. – Incluso con su impacto ambiental, recuerdo un tiempo en el cual las máquinas como yo todavía teníamos que depender de estas cosas para funcionar. Por supuesto, servía como una fuente de energía para muchas cosas aparte de los robots. Una vez que está refinado y separado, puede utilizarse para casi cualquier cosa.
– Mayormente relacionado a la manufactura. – Ciertamente, a pesar del impulso significativo hacia las soluciones y fuentes de energía alternativa, el petróleo continuaba manteniendo su dominio en el reino de la producción.
Los combustibles como la gasolina, el diésel, kerosene, y en particular el combustible de turbinas de aviación (crucial para la Unidad Aérea de los Maverick Hunter) rastreaban su linaje hasta el crudo petróleo oculto bajo las arenas. La misma esencia de Abel City estaba entrelazada con este preciado recurso, el cual, si bien no se utilizaba demasiado para asfalto, había dado pie a una miríada de otros productos. Estos incluían lubricantes, reactivos químicos esenciales para la elaboración de plásticos, solventes, textiles, pinturas y caucho sintético. Adicionalmente, esta recompensa se extendía a los refrigerantes, fertilizantes, pesticidas, productos farmacéuticos e incontables otras aplicaciones que invadían los pensamientos de X.
– No me sorprende que Marty quisiera ponerle fin a todo esto. – señaló, mientras sus ojos nuevamente localizaban al Gulpher que servía tanto como prisión y como transporte para ella.
– Dado lo que nos dijo sobre cuál era su posición, no me sorprende. Aun así… – comentó Roll, pausando por un momento, como si estuviera reacia a repetir lo que estaba en su mente. Pero por el bien de su hermano, sabía que, si no lo decía, probablemente se arrepentiría de ello. – Quizás no deberías saltar tan pronto a ser su héroe todavía.
X se quedó perplejo. – ¿Qué quieres decir?
– Bueno, si puedo atreverme a decirlo, y esto sólo es especulación, yo no soy inmune a hacer juicios falsos. – aclaró Roll, antes de hacer otra pausa mientras pensaba en el Hunter de armadura roja. – Pero considerando la situación en la que estás ahora, te aconsejo que procedas con precaución.
– Lo estoy haciendo. – respondió X. – Hasta ahora, ninguno de los demás ha notado que algo anda mal con su amigo.
– Eso no es lo que quise decir. – respondió Roll con firmeza. – Ya sabes de lo que estoy hablando.
X no le respondió al principio, pero la dolorosa posibilidad que estaba intentando negar salió a la superficie. – En este momento, ella es alguien que está en problemas.
– O eso es lo que ella quiere que tú veas.
El Hunter se mordió el labio. – ...entonces, ¿tú crees que ella podría estar confabulada con…?
– No puedo confirmar ni negar nada. – respondió su hermana como si fuera un hecho. – Pero recuerda, es bastante peculiar que ella de alguna manera ella conoce tu historia con tres de los hombres de Sigma, ¿verdad? ¿De dónde sacó esa información? Mejor aún, ¿por qué se aseguraría de guardársela salvo por ese desliz accidental suyo?
X pensó profundamente. Aunque la frustración de Roll con la fe de él que constantemente frlaqueaba era palpable, se acordaba de los comentarios de Marty sobre las interacciones pasadas del Hunter, específicamente con Penguin, Mandrill y Armadillo. Dicho eso, no pudo contener una pequeña objeción. – Aun así, ella parece guardar un afecto muy cálido por este lugar. Más allá de mi presencia, sus preocupaciones eran más por la salud de los corales y la vida que los rodea que su propio bienestar.
– No estoy descartando la posibilidad de que podría estar envuelta en algo que no le deja opción. – clarificó Roll. – Pero aun así, si ese es el caso, entonces el peligro sigue esperando a que hagas tu movimiento. Y cuando lo hagas, tienes que asegurarte de que sepas por dónde viene ese ataque.
– Claro. Ya entendí. – respondió X.
– ¿En serio? ¿De verdad lo entiendes?
– Lo entiendo, ¿ok? – respondió X, empezando a sentirse algo irritado en ese momento.
– De verdad, X, entiendo que nada de esto ha sido fácil. Pero te necesitamos. – Hizo una pausa. – Yo te necesito. Todos necesitamos que vuelvas aquí a salvo.
X suspiró, cerrando sus ojos por un momento. – … Volveré. Te lo prometo.
El silencio cayó entre ambos, sin nada excepto el ruido ambiental del océano que llenaba las unidades auditivas del Hunter. – ...de acuerdo, confiaré en ti. – respondió Roll al fin. – De todos modos, ten cuidado.
– Lo haré. – respondió X. Sin embargo, si fuera más honesto, habría dicho lo que estaba en su mente. – "Lo intentaré."
Moviendo su atención a la escena que se desenvolvía adelante, el Maverick Hunter observó que los Gulphers abruptamente detenían su avance. En un movimiento rápido, viraron hacia un lado, llevándose al que tenía atrapada a Marty con ellos. X, queriendo permanecer oculto, imitó sus movimientos mientras mantenía un ojo vigilante en la situación detrás de él. Podía sentir que los peces metálicos se retiraban para alejarse de una amenaza invisible arriba de ellos.
*¡BOOM!*
Mientras una sombra amenazadora se expandía sobre la cabina del Gulpher, X miró arriba, y su corazón se aceleró. Arriba de él se encontraba una nave colosal, cuya enorme quilla proyectaba una sombra ominosa. De repente, una compuerta circular se abrió, revelando un formidable y extenso brazo con una garra que descendía con un propósito, cuyas tenazas se abrieron mientras se extendía hacia él, dispuesto a agarrar lo que estuviera a su alcance. Este tren de pensamiento, aunque no totalmente preciso, le proveyó suficiente ímpetu a X para apartarse justo a tiempo. No logró echarse atrás del todo, manteniendo una distancia cautelosa mientras observaba cómo la garra tomaba uno de los segmentos inferiores de los tubos. El contenedor, vibrante con un valioso oro negro, dio vueltas repetidamente hasta que efectivamente fue levantado de su posición, asegurando su base bien sellada para mantener el preciado petróleo en su interior.
– ¡¿Qué fue eso?! – La voz de Roll comenzó a hablar por el comunicador, con preocupación evidente. – ¡¿Hiciste lo correcto?! ¡¿Qué está sucediendo allí?!
Los ojos esmeraldas de X estaban fijos en la garra mientras levantaba el contenedor en el aire, llevándolo cerca del casco de la nave hasta desaparecer de la vista. – Espera un segundo, necesito ver esto. – le dijo a Roll, maniobrando el Gulpher hacia la superficie para ver a la entidad que había venido a recuperar el precioso recurso oculto en las profundidades del océano.
Mientras X salía hacia la superficie, su mirada, filtrada por el Gulpher dañado, se fijó en una enorme embarcación pintada en tonos vibrantes de verde y amarillo. Parecía un submarino inspirado en una ballena, adornado con una serie de características mecánicas como hélices y ventanas. Pronto, notó los tanques de almacenamiento que sobresalían de la parte superior del casco. Para su sorpresa, el contenedor de petróleo que habían obtenido estaba posicionado hacia la retaguardia, mientras los otros compartimientos permanecían vacantes, con anticipación de su futura carga.
– X, ¿qué estás viendo? – cuestionó Roll, esperando que su pregunta no atrajera atención indeseada.
– Un Cruiziler. – respondió. – Una de nuestras naves de la Unidad Marina. O al menos, solía serlo.
Roll se quedó callada, absorbiendo esta información. – Entonces, ¿ahora está bajo el control de los Mavericks?
– Sí. – respondió X. – Y creo que lo entiendo. Ya está muy claro hasta dónde está dispuesto a estirarse Sigma para apoyar sus iniciativas de guerra.
Esta historia continuará…
Notas del traductor:
Uff, OK, ahora sí me encuentro al día. Espero que no haya actualizaciones al menos por un par de días más, jaja.
Bromas aparte, mientras X continúa con su misión para encontrar a Launch Octopus, y que ahora potencialmente tiene que rescatar a Marty, el pasado parece seguir interconectándose. El topacio de ProtoMan sigue transmitiéndole los recuerdos de los eventos pasados, posiblemente provenientes de la misma Tempo/Quake Woman. Es posible que tenga una parte de su conciencia dentro de esa gema, aunque todavía su propósito sigue siendo un misterio. Y ahora, tanto X como Roll sospechan de Marty, pero la compasión y el sentido de la justicia del primero no le permitirá abandonarla, incluso bajo la posibilidad de que esté involucrada con sus enemigos. Siendo como es, seguramente X la perdonará cuando sepa que estaba en una situación sin salida, y que no era realmente su intención que él fuera lastimado.
De nuevo, mis disculpas por lo apresurado de las notas, pero pronto tengo que salir a clases, así que publicaré enseguida. Gracias por el review a camilo navas. Nos veremos la próxima vez, y como siempre, ¡dejen que su poder supere los límites!
