Capítulo 5: Crystal, la hija del profesor Elm


Ruta Veintinueve (29), entre Pueblo New Bark y Ciudad Cherrygrove, 2:15 P.M


La ruta veintinueve (29) era una amplia, tranquila y vistosa planicie semi boscosa decorada con frondosos árboles de todo tipo, verde vegetación con flores por dónde se pusiera la vista, además también de pokémon salvajes. Dicha ruta conecta de manera directa Pueblo New Bark con Ciudad Cherrygrove, y la distancia aproximada era de más o menos cinco (5) a seis (6) kilómetros.

-¡Cyndaquil, utiliza Tackle (Placaje)!-

El pequeño pokemon de fuego, sin dudar por un segundo de las órdenes de Gold, tomó un poco de impulso, hasta casi chocar contra un árbol cercano, y luego embistió con fuerza a un enojado Pidgey salvaje, mismo que escasos segundos atrás el Chikorita de Crystal terminó por enojar al comer una baya que el pokemon volador dejó caer desde su pico mientras volaba.

Pidgey, a pesar del fuerte impacto que recibió por parte de Cyndaquil, logró de alguna manera mantenerse de pie, cosa que sorprendió tanto a Crystal como a Gold. Acto seguido, Pidgey empieza a batir rápidamente sus alas en dirección al pokémon de fuego y los demás.

-¿Q-Qué está haciendo?- Preguntó nerviosamente Crystal, observando con inquietud al pokémon volador. -¿Porque está batiendo sus alas de esa manera?-

-¡Maldición, Crystal y Chikorita colóquese detrás de mí, AHORA!-

-¿Ehh?-

-¡El está intentando contraatacar creando un remolino de polvo!- Informó rápidamente Gold sin titubear, a la vez en que esté utilizaba un rígido tono de voz, colocando después sus goggles especiales sobre sus ojos. -Pidgey intenta limitar nuestra visión.-

Posteriormente, tanto Crystal como Chikorita se colocaron detrás del joven nuevo entrenador. Ella, dada la situación, se aferró a la espalda de Gold con algo de miedo hasta el punto de temblar un poco.

-B-Bien, Cyndaquil, necesito que confíes en mí y utilices Ember (Ascuas) alrededor de nosotros a máxima potencia para que el fuego neutralice un poco el ataque de Pidgey. Recuerdas que nuestro objetivo aquí es el de protegerlas a toda costa.-

Cyndaquil asintió con la cabeza y disparó desde su boca varias brillantes esferas de fuego alrededor de Gold y los demás, creando poco después cómo una especie de barrera de fuego la cual milagrosamente neutralizó en gran parte el remolino de polvo antes de que este pudiera cumplir con su objetivo.

Por su parte, el pokémon volador soltó un sonoro chillido lleno de molestia al ver que su ataque no tuvo efecto alguno, saltando sin dudarlo y luego emprendiendo el vuelo nuevamente para intentar atacar una vez más.

-Tch… Cyndaquil, terminemos con esto. Tackle (Placaje).-

En un solo, rápido y preciso movimiento, Cyndaquil esquivo sin problemas el ataque del pokémon volador al dar un pequeño salto a su derecha. Inmediatamente después de esto, Cyndaquil contraataca al embestir a su oponente con extrema fuerza, provocando finalmente que el pokémon volador quedará irremediablemente fuera de combate.

-¿Se encuentran bien?- Preguntó Gold con cierta preocupación, luego de quitarse los goggles de los ojos y al darse la vuelta para verificar el estado de Crystal y Chikorita. -¿No les paso nada, verdad?-

-Descuida, Gold. Chikorita y yo estamos bien gracias a ti.- Aseguró Crystal con una cálida sonrisa. -¡M-Muchas gracias!-

Gold respondió también con una más animada sonrisa que reflejaba a la perfección su latente alivio. -Me alegra escuchar eso.-

-¿P-Pidgey estará bien, cierto?- Preguntó Crystal, ahora enfocando sus ojos azules en dirección al pokémon de tipo volador.

-Uhh, sí, eso creo.- Aseveró Gold con cautela al acercarse y observar más de cerca al pokémon salvaje. -Solo está un poco aturdido, pero te aseguro que se recuperará en un rato. Digo que en un par de minutos estará cómo nuevo.-

Crystal, luego de escuchar lo dicho por Gold, sacó de su mochila apresuradamente una pequeña poción embotellada de color púrpura y también una baya aranja.

-¿Que estas-…?-

-Esto te hará sentir mejor.- Susurro compasivamente la chica mientras rociaba la poción alrededor del cuerpo del pokémon salvaje, además de dejar la baya cerca de su pico. -Perdóname por mi Chikorita. Ella es un poco glotona y muchas veces actúa sin pensar.-

Escasos segundos después, y gracias a la rápida acción de la poción de Crystal, Pidgey se incorporó cómo si nada le hubiese pasado, mirando después a Chikorita con profundo desprecio, pero no sin antes tomar la baya en su pico y después alzarse en vuelo en dirección a New Bark hasta perderse de vista.

-Heh, eso fue... inesperado.- Manifestó Gold con resignación e ironía antes de cruzarse de brazos y exhalar el aire de sus pulmones. -Tenemos más o menos como quince (15) minutos en nuestro viaje y ya tuvimos problemas.-

-L-Lo siento mucho.- Se disculpó Crystal al mirar con algo de molestia a su pokemon. -Chikorita, discúlpate con Gold por los inconvenientes que causaste.-

El pokémon de planta, con expresión de pocos amigos, agacho su cabeza de mala gana en señal de resignación y disculpas al saber perfectamente qué su entrenadora tenía toda la razón en lo que decía.

-Se supone tu eres la que debería de cuidar de mi, ¿lo recuerdas?- Indicó enérgicamente Gold, soltando nuevamente otro suspiro lleno de resignación. -Ughh… Este será un largo dia.-

-Lo siento, Gold...-

-Ya ni modo, no te preocupes. Solo olvidemos todo esto y sigamos adelante o de lo contrario no podremos regresar a New Bark antes de que anochezca.-

-D-de acuerdo.- Respondió Crystal agachando un poco su cabeza al igual que Chikorita y visiblemente deprimida por todo lo sucedido. -C-Continuemos.-

Un incómodo y pesado silencio se hizo presente entre ambos por un par de minutos luego de lo ocurrido. La tensión que existía en ese momento era tan evidente que incluso Cyndaquil y Chikorita lo notaron. Sin embargo, ambos pokémon solo se limitaron a observar en silencio la situación mientras caminaban a un lado de sus respectivos entrenadores.

-Uhhh… ¿C-Crystal?-

-¿S-Si-?-

-¿Te parece si conversamos un poco para conocernos mejor?- Pregunta Gold finalmente rompiendo el incomodo silencio. -Aún faltan alrededor de tres (3) o cuatro (4) kilómetros más para llegar a Ciudad Cherrygrove y me gustaría aprovechar este tiempo para saber un poco mas de ti…-

-Ohh… C-Claro. Puedes preguntarme lo que desees saber de mi.-

-Hmmm… ¿Pues en dónde vivías antes de venir aquí con tu padre?-

-Y-Yo vivía en Ciudad Goldenrod junto a mi madre y mis abuelos.-

-¿En serio?-

-Uh-huh. Ellos son los dueños de una pequeña pero exitosa guardia pokémon en la cual yo ayudaba en mi tiempo libre.-

-Ok, entiendo pero esa es una de las ciudades más grandes y prósperas de todo Johto… ¿Porque mudarte a un suburbio tan alejado de todo como New Bark?-

-Me mude porque deseo convertirme en una profesora pokémon al igual que mi padre en un futuro no muy lejano.- Aseveró Crystal de manera enérgica. -Mi madre por motivos de trabajo tuvo que ir a la región de Kalos hace escasas semanas atrás y quizás no vuelva hasta dentro de un año ya que intenta abrir una nueva sucursal de nuestra guardería en ese lugar. Por esa razón y otras fue que decidí que lo mejor para mi futuro era venir con mi padre a New Bark y ver de primera mano sus investigaciones.-

-Ohh… Ya veo. Eso tiene bastante sentido.- Confesó ahora Gold, mirando de reojo a la hija de Elm.

-¿Y tu?-

-¿Y yo qué?- Preguntó Gold a la vez que levantaba una de sus cejas en señal de confusión. -¿Qué hay de mi?-

-¿Por qué decidiste ser entrenador?- Preguntó Crystal con algo de curiosidad y sin despegar sus brillantes ojos azules de su acompañante. -¿Qué te motivó exactamente?-

-¿Que me… motivó?- Repitió Gold antes de parpadear repetidas veces de forma fugaz. -E-Eso es un poco difícil de explicar.-

-Tenemos tiempo.- Informó Crystal con una pícara sonrisa. -Yo tambien deseo conocer un poco mas de ti.-

La tierna sonrisa de Crystal acompañado a la forma en la que articuló sus palabras provocó inmediatamente que Gold se sonrojara. Era evidente a simple vista que él no estaba preparado para nada de esto.

-Uhhh… Pues, hace dos (2) años atrás conocí a un grupo de personas en la liga pokémon quienes me hicieron ver lo equivocado que estaba.-

-¿Lo equivocado que estabas?- Repitió Crystal levantando una de sus cejas con suspicacia y curiosidad. -¿A qué te refieres con eso?-

Sin previo aviso, el semblante del rostro de Gold cambió en un dos por tres, muy para el asombro de Crystal quien aún miraba al de New Bark con curiosidad. -Supongo que para responderte a esa pregunta debería de contarte primero un poco sobre mi infancia.-

-Soy toda oídos, Gold.-

-Veras, yo desde muy temprana edad fui extremadamente bueno para las batallas pokémon. Quizás demasiado bueno para mi edad y para mi propio beneficio.-

-¿Uh-huh?-

-Gracias a mi habilidad natural para las batallas, logre ganar sin problemas una gran cantidad de torneos infantiles en New Bark, Cherrygrove y también en Ciudad Violet, lo que provocó que aumentara exageradamente la atención de muchas personas hacia mi. Su atención al principio no me molestaba del todo y hasta llegué a disfrutar de ser el centro de atención, pero luego de un tiempo eso se volvió tedioso y estresante, no solo para mi, sino que también para mis padres. Básicamente muchos empezaron a tratarme de manera diferente y debido a eso empecé a odiar mi propia habilidad.-

-Ohh… Y-Ya veo. Eso debió ser complicado para ti.-

-Sí, así fue.- Afirmó Gold con un tono nostálgico y de resignación. -Fue desde ese momento que decidí olvidarme de ser entrenador. La presión, la atención y demás cosas relacionadas terminaron por provocar que odiara esa idea.-

-¿Pero por qué ahora si decidiste serlo?- Preguntó Crystal con algo de insistencia. -¿Qué fue lo que sucedió en la liga pokemon como para hacerte cambiar de opinión?-

Fue en este punto dónde Gold se tomó un par de segundos antes de responder. -No pasó nada fuera de lo común.- Replicó Gold de forma tranquila. -Simplemente conocí a un grupo de personas que indirectamente me hicieron ver mis errores. Curiosamente dentro de ese grupo estaba tu padre y el actual campeón Red Tajiri de Pueblo Paleta.-

-¿H-Huh? ¿En serio?-

-Hahaha. Así es. Curioso, ¿no te parece?-

-¿Entonces un golpe del destino cambió tu manera de pensar?- Preguntó retóricamente Crystal.

-Pues si… Algo por el estilo. Digamos que si yo no hubiera asistido a ese evento es muy probable que tu y yo no nos hubiéramos conocido el día de hoy. Incluso me atrevería a decir que también es bastante probable que yo hubiese mantenido mi antiguo modo de ver las cosas.-

-A eso le llamo tener suerte.- Comentó Crystal volviendo a sonreír. -¿Algo más que desees saber de mi?-

-Hmmm… ¿Fecha de cumpleaños y edad? La mía es el veintiuno (21) de julio y tengo trece (13) años.-

-Yo tambien tengo trece (13) y cumplo el treinta (30) de abril.-

-¿Tenías amigos en Goldenrod?-

-Ohh… Pues sí tenía un par de amigos en Goldenrod.- Informa Crystal en un tono más bajo y triste al momento en que cambiaba por completo el semblante de su hermoso rostro. -Muchos de ellos tomaron la noticia de buena manera cuandos les dije que me mudaria a New Bark con mi padre.-

-¿Pero...?-

Crystal permaneció un par de segundos en silencio. Ella aparentemente estaba luchando internamente consigo misma.

-Si no lo deseas, puedes simplemente no contarme. No tengo problemas con que no quieras hablar del tema.-

-No, no, descuida. Yo quiero que lo sepas.- Admitió la chica de ojos azules con energía. -Deseo que conozcas un poco más sobre mi.-

-Ok… ¿Qué fue lo que sucedió entonces?-

-Uhhh, pues mi mejor amigo lo tomó muy mal de entre todos los demás.- Comentó Crystal con algo de melancolía y dolor. -El se enfureció mucho porque fue el último en enterarse y debido a eso se distanció poco a poco de mi hasta el punto que ni siquiera quiso despedirse el día de la mudanza.-

-Ya veo, pero me apiado de él.- Comentó Gold soltando un enorme suspiro. -Debió ser un duro golpe. Creo que incluso no lo podría culpar por actuar de esa manera.-

-En verdad yo tampoco lo culpo. Él y yo éramos prácticamente como hermanos. En las buenas y malas Ruby siempre estuvo conmigo.- Destacó Crystal nuevamente en un más apagado tono de voz. -Pero supongo que él lo superará tarde o temprano con el tiempo. Ruby es un chico bastante decidido y fuerte.-

-Es cierto que el tiempo ayuda a curar ciertas heridas, pero de todos modos nunca es fácil tener que decirle adiós a una persona importante. Comprendo muy bien el sentimiento.-

-¿Comprendes el sentimiento?- Repitió Crystal con curiosidad al mirar de reojo a Gold. -¿Osea que alguien te abandonó o algo así?-

Y-Yo… Ehh… S-Solo lo dije por decir…

-¿Sabes que eres terrible para mentir, verdad?- Preguntó Crystal volviendo a sonreír. -Deberias de esforzarse más.-

-Tch… L-Lo se.- Aceptó Gold de mala gana y con vergüenza. -Es algo que escucho constantemente.-

-En fin… ¿Cual es tu meta ahora qué eres oficialmente un entrenador pokemon?- Pregunto Crystal cambiando abruptamente de meta. -Me gustaría escuchar sobre eso.-

-Por el momento deseo conquistar todos los gimnasios de la región de Johto y luego iré por los de Kanto. Mi meta es poder participar en el torneo de la liga pokémon el otro año y ganar.-

-Espera un momento… ¿Acaso dijiste que quieres vencer dieciséis (16) gimnasios? Pero si solo con ocho (8) medallas te basta para poder inscribirte.-

-Lo sé, pero es una meta personal que deseo cumplir. Quiero demostrarme a mí mismo que puedo ser mucho mejor que cierta otra persona.-

Ante la respuesta de Gold, Crystal no pudo evitar colocar una pequeña y radiante sonrisa. -Ohhh… Por lo que veo admiras mucho a Red.- Comentó rápidamente la prospecto a profesora. -Pero no te puedo juzgar por algo así. Tu meta me parece bastante razonable y te respeto por eso.-

Desde ese momento y en un abrir y cerrar de ojos, Gold y Crystal llegaron a Ciudad Cherrygrove un par de minutos después luego de una larga caminata. La tensa atmósfera que los había rodeado poco a poco se fue desvaneciendo hasta convertirse en un recuerdo.


Ciudad Cherrygrove, 2:58 P.M


-Ufff…Ufff... P-Por fin llegamos.- Exclamó alegremente Crystal con notable emoción poco después de atravesar la solitaria garita de entrada a la ciudad junto con Gold, pero no sin antes limpiar el sudor de su frente y regresar a Chikorita a su pokebola. Luego de esto, y al terminar de pasar por la garita, la hija de Elm puede apreciar en vivo y todo color la sencillez y esplendor de Ciudad Cherrygrove. En este sentido, dicha ciudad era muy similar a New Bark ya que ambas eran pequeñas metrópolis sin tantos edificios, bullicio, automóviles o enormes empresas o centros comerciales cómo la gran mayoría de las otras ciudades de Johto.

-Supongo que ahora que estamos aquí podría darte un pequeño recorrido por la ciudad como sugirió tu padre.- Propuso Gold al también regresar a Cyndaquil a su pokebola. -¿Por donde deseas que empecemos?-

-Oh, no te preocupes por eso, Gold. Yo sé manejarme un poco en esta ciudad.- Confesó Crystal antes de tomar de la mano a su acompañante y jalarlo con ímpetu. -Vayamos al centro pokemon que está a tres cuadras de aquí para a curar a nuestros pokémon.-

-E-espera un momento… ¿Cómo sabes dónde está el centro pokémon?-

Crystal, de manera repentina, colocó en primera instancia una pícara sonrisa sobre sus labios. -Hehehe, porque no es la primera vez que vengo a esta ciudad.-

-¿Ehh? P-Pero tu padre dijo que-...

-Solo ignora eso.- Manifestó rápidamente Crystal, interrumpiendo a Gold con algo de brusquedad. -Mi padre es un hombre extremadamente ocupado con sus investigaciones, eso es un hecho innegable, así que digamos que cuando él se distrae más de la cuenta yo salgo a explorar un poco los alrededores para… ehhh… investigar un poco.-

-Espera, espera… ¿Osea que escapas de tu casa para venir a investigar? Eso es extremadamente peligroso si...

-Shhhh… N-No lo digas eso de esa forma.- Ordenó Crystal frunciendo el ceño y aun jalando a Gold en dirección al centro pokemon. -Se escucha mal cuando lo dices así.-

-No creo que exista otra manera de decirlo.- Murmuró el risueño entrenador con resignación al soltar un suspiro y simplemente dejándose guiar por Crystal. -Pero cómo desees.-

Posterior a lo ocurrido, rápidamente el dúo de jóvenes se desplaza por las no tan concurridas calles de Cherrygrove hasta llegar al anteriormente mencionado centro pokémon, localizado solo a tres cuadras de distancia de la garita de entrada de la ciudad.

-¡Bienvenidos al centro pokémon!- Saludo en un amable tono la enfermera encargada de la recepción, quien poseía una burlesca sonrisa, además de estar cómodamente sentada detrás de un largo mostrador de fina madera, justo cuando Gold y Crystal se acercaron a ella después de entrar al lugar. -¿Qué se les ofrece el día de hoy? ¿Restaurar la energía de sus agotados pokemon o una habitación para hospedarse?-

-Solo deseamos restaurar la energía de nuestros pokémon.- Informó Gold sin titubear y con firmeza, a la vez en qué Crystal finalmente le soltaba de la mano.

-¿Qué es tan gracioso?- Pregunto ahora Crystal al notar la burlona sonrisa que aún tenía la joven enfermera en sus labios.

-Ohhh… es que me resulta muy romántico que unos chicos tan jóvenes como ustedes están ya en una relación.- Confesó la enfermera sonrojandose un poco. -Ustedes hacen una muy linda pareja.-

-N-Nosotros no somos pareja.- Replica Crystal de manera enérgica y súbita, instantes antes de arrebatar la pokebola de Cyndaquil a Gold y luego colocándola junto con la de Chikorita sobre el mostrador. -E-Es cierto que ya tengo edad para contraer matrimonio según las leyes de Johto y Kanto, p-pero él es solo un conocido de mi padre. A-Apenas sí nos conocimos hoy y yo solo sostenía su mano porque-

-De todas formas digo que ustedes hacen una linda pareja.- Manifestó la enfermera sin perder la sonrisa en su rostro. -Tomenlo cómo un cumplido de mi parte.-

-Y-Yo… Ehh… I-Ire a la sala de espera.- Aseveró Crystal, ahora con el rostro completamente enrojecido antes de darse media vuelta y caminar al extremo derecho del lugar para sentarse sobre un cómodo sillón de color chocolate.

-Esa chica tiene un temperamento bastante fuerte.- Comentó la enfermera al cruzarse de brazos con desdén. -No me espere que reaccionara de esa forma.-

-Ni que lo diga.- Murmuró Gold soltando un suspiro y mirando a Crystal de reojo. -Ni que lo diga.-

Luego del bochornoso incidente ocurrido con la enfermera, Gold decidió aprovechar el tiempo de espera para salir por un momento en dirección a una pequeña tienda de artículos pokémon localizada a un par de cuadras del centro pokémon.

El, luego de aproximarse a la concurrida tienda, decidió comprar un par de pociones y también pokebolas por si en el camino al laboratorio del colega del profesor Elm se encontraba con alguna dificultad o si de casualidad encontraba algún pokémon que quisiese capturar.

-Aquí tienes a tu pokemon y el de tu "novia''- Indico alegremente la enfermera justo cuando Gold regreso al centro pokémon y se acercó al mostrador.

-Ughhh… Ella no es mi novia. Por el momento es solo una conocida.- Replicó el joven entrenador sonrojandose un poco y luego tomando entre sus manos las pokebolas de Cyndaquil y Chikorita.

-Hahaha, lo que sea. Solo asegurate de entrégale la pokebola con su Chikorita a tu "amiga".-

Gold asintió con notable molestia en respuesta a la enfermera, simultáneamente en qué se daba media vuelta. Al llegar a la sala de espera, Crystal estaba aún sentada en uno de los sillones leyendo con gran interés un pequeño y curioso panfleto acerca de la Torre Sprout en Ciudad Violet.

-Uhhh… Aquí tienes a Chikorita, Crys- Anuncio Gold con un poco de vergüenza al llegar a la solitaria sala de espera, acercándose a dónde está Crystal y luego extendiendo su brazo derecho para entregar la pokebola con el pokémon de tipo planta.

-¿A-Acaso me dijiste Crys?- Preguntó la hija de Elm en un tono que denotaba su latente sorpresa.

-Oh… P-Pues creo que si lo hice.- Manifestó Gold sonriendo de manera torpe. -Lo lamento, si te molesta puedo volver a llamarte por tu nombre completo, señorita "Crystal Lyra Elm".-

-No… E-Está bien, Gold, no te preocupes por eso.- Alego Crystal de manera tranquila, luego tomando la pokebola de Chikorita de la mano de Gold para posteriormente guardarla en su bolso. - Muchos de mis amigos en Goldenrod me decían de ese modo. Decir Crystal es un poco largo y Crys es como me dicen mis amigos y familiares cercanos así que técnicamente eso nos convierte en "amigos"-

-¿Con qué amigos? Hehehe, por mi está bien.- Replicó Gold aún con vergüenza, justo luego de fijar su mirada por breves instantes en los resplandecientes y azules ojos de Crystal para luego asentir.


Ruta Treinta (30), entre Ciudad Cherrygrove y Ciudad Violet, 3:43 P.M


Después de evitar y vencer a varios otros molestos pokémon salvajes por el camino, finalmente Gold y Crystal llegaron al laboratorio de unos de los colegas del profesor Elm al final de la Ruta treinta (30). Este, en comparación con el laboratorio del profesor Elm, era mucho más sencillo, solitario y pequeño a simple vista. Quizás esto se debía al rural paisaje a su alrededor lleno de verde vegetación y árboles, pero, en todo caso, era un hecho que este laboratorio tenía mucho menos presupuesto que el de su homólogo en New Bark.

-¿Hay alguien en casa?- Preguntó Gold en voz alta, mientras que a la vez tocaba con sus nudillos la que parecía ser la puerta principal. -Venimos de parte del Profesor Elm para recoger un pokehuevo… ¿H-Hola?-

Pero, muy para el desagrado del de New Bark, varios segundos pasaron y nadie hizo acto de presencia ni respondió a la puerta. Sin embargo, y por alguna razón que no podía explicar, Gold tenía la molesta impresión de que estaban siendo observados por algo o alguien.

-¿Acaso crees que salieron?- Pregunto Crystal, cruzándose de brazos y mirando de un lado a otro con una mezcla entre curiosidad y nerviosismo.

-Ni idea, pero es una posibilid-...

En ese momento y justo antes de que Gold pudiera terminar lo que iba a decir, la metálica puerta del laboratorio se abrió inesperadamente y se pudo observar que quien la abrió era un delgado sujeto aparentemente a principio de sus sesenta. Él sujeto en cuestión estaba vestido de manera bastante casual al llevar puesta una camisa marron de botones y jean azul oscuro, sumado a qué en su rostro tenía un enorme y vistoso bigote grisáceo, mientras que en su cabeza tenía puesto un peculiar sombrero de ala ancha de color negro.

-Entren- Ordena de un susurró el anciano con cara de pocos amigos y de manera algo tosca. -No tengo todo el dia asi que terminemos con esto.-

Al entrar de lleno al laboratorio, Gold y Crystal observaron que el lugar era igual de sencillo que su fachada. El interior del pequeño laboratorio estaba repleto de libros, antiguedades, cuadros de pokemon míticos y papeles por todos lados. En la parte de atrás del laboratorio se podía ver otra puerta que aparentemente conducía al patio.

-¿Con qué Gregory los envió?- Preguntó el anciano al mirar a los recién llegados de pies a cabeza y con algo de escepticismo. -El me dijo que un ayudante suyo vendría, pero que a más tardar sería alrededor del medio día.-

-E-Eso es culpa mía.- Informó Gold forzando una nerviosa sonrisa. -Digamos que me quede un poco dormido. Pero en todo caso mi nombre es Gold, soy un ayudante de medio tiempo para el profesor Elm, y esta que vino conmigo es Crystal.-

-Hmph… Muchos en la comunidad científica me conocen como Mr. Pokémon y actualmente soy el único encargado de este pequeño laboratorio en medio de la nada.-

-¿Mr… Pokémon?- Repitió Gold con algo de curiosidad y escepticismo. -¿E-En serio ese es su nombre?-

-Por supuesto que ese no es mi nombre, jovencito. Este un apodo que adopte hace muchos años atrás para proteger, cuidar y preservar mi identidad de personas que quieran robar mis investigaciones.-

-Ohhh… Que conveniente.- Se dijo para sí misma Crystal.

-En fin… Aquí tengo el pokehuevo que quiere investigar Gregory.- Informó rápidamente el anciano, abriendo después un cajón en uno de sus varios estantes cerca de la parte de atrás. -Mis estudios me llevaron a la teoría de que para que un pokehuevo se abra de forma rápida se necesita estar en compañía de un entrenador el cual debe estar en constante movimiento o en batallas pokemon.-

-¿En constante movimiento y en batallas?- Repitió Crystal con suspicacia, alzando en el proceso una de sus cejas. -¿Es en serio?-

El anciano científico del bigote asintió de manera tranquila en respuesta. -A lo largo de todos estos años pude corroborar que la cercanía con un entrenador y el movimiento constante apresuran el desarrollo de los pokehuevos en un cincuenta (50) por ciento. Inclusive esto le da al pokémon que nazca ciertas característica especiales únicas.-

-E-Esto es muy interesante.- Comentó Crystal con un peculiar brillo en sus ojos. -Me encantaría poder ayudarle y analizar más a fondo esta teoría.-

-Hehehe… Quizás cuando seas un poco mayor puedas ayudarme.- Propuso el anciano enérgicamente antes de entregarle a Gold el pokehuevo. -Creeme que me encantaría tener un poco más de ayuda en este laboratorio de vez en cuando. No me quejo, pero el trabajo se vuelve algo tedioso al ser yo el único encargado de este sitio.-

Inmediatamente después del comentario hecho por el anciano investigador, y luego de que Gold guardará con sumo cuidado el pokehuevo en su mochila de viaje, repentinamente se puso escuchar de manera vivida cómo alguien empezó a tocar la puerta de enfrente del laboratorio con notable insistencia.

-Arnold, ¿estás aquí?- Se escuchó preguntar una voz grave y masculina desde afuera del laboratorio. -Abre la puerta, viejo bribón. No tengo todo el dia para esperar por ti.-

-¿¡CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE ME LLAMES MR. POKÉMON!?- Respondio de un enfurecido grito el tipo del bigote al abrir la puerta y dejando entrar a otro anciano vestido igual de casual qué el primero y quien tenía consigo un fino portafolios de color marrón con detalles en negro.

Gold, ante lo sucedido, no pudo evitar plasmar sus ojos en el recién llegado, y su rostro demostraba el asombro al ver a un viejo conocido suyo. -¿P-profesor Oak...?-

El veretarno científico, al escuchar y notar la presencia de Gold, poco después de entrar, automáticamente puso su mirada sobre el de New Bark con más que evidente sorpresa. -¿G-Gold? ¿Acaso eres tú?-

El de New Bark replicó al colocar una nostálgica sonrisa, además de también asentir. -Hehehe, h-hola profesor.- Saludo Gold con amabilidad al agachar su cabeza en señal de respeto. -Es un gusto el volver a verlo después de tanto tiempo.-

-Lo mismo digo muchacho, lo mismo digo.-

-¿U-Ustedes se conocen?- Preguntó con curiosidad Mr. Pokémon, cruzándose luego de brazos.

-En efecto, Arnold.- Aseveró Oak asintiendo con la cabeza ante la agresiva mirada de su colega por haberlo llamado nuevamente por su verdadero nombre. -Nos conocimos gracias a Red Tajiri en la liga pokemon hace casi dos (2) años atras.-

-Y la última vez que nos vimos, sino mal recuerdo, fue hace casi un año atrás cuando vino a visitar al profesor Elm en su laboratorio.- Agrega Gold con cierto orgullo.

-Y por lo que veo has crecido mucho en este último año.- Comentó Oak en un tono de sorpresa mientras que volvía a mirar de pies a cabeza a Gold. -Estas tan alto como Green cuando él tenía tu edad. Pero dejando eso atrás... ¿Qué haces aquí, muchacho? ¿Qué te trae a este laboratorio?-

-El vino a buscar un pokehuevo para llevárselo a Elm para su investigación.- Intervino rápidamente Mr. Pokémon. -Incluso trajo consigo a su novia para que lo acompañara.-

Oak, ante lo dicho por su colega, ahora fijó su mirada en la jovencita quien estaba junto con Gold. -O-Ohh… Ya veo.- Indicó el veterano y famoso profesor. -Pues definitivo que no pierdes el tiempo, Gold. Te felicito por eso.-

Cómo si se tratase de un acto reflejo, tanto Gold como Crystal se sonrojaron con extrema intensidad y posteriormente suspiraron de exasperación casi a la vez.

-¿Por qué rayos todos piensan que somos novios?- Pensó Crystal con molestia. -Acepto qué Gold es muy guapo, pero-...

-U-Uhhh, l-lamento el malentendido pero ella no es mi novia.- Alegó Gold aún estando terriblemente sonrojado a la vez que intentaba evitar mirar a ambos profesores a los ojos. -Ella y yo solo somos amigos.-

-A-Así es.- Reafirmó la chica igual de avergonzada y sonrojada que Gold. -Además, m-mi nombre es Crystal y soy la hija del profesor Elm.-

Ambos ancianos se miraron con perplejidad y permanecieron varios segundos fríos y atónitos ante lo dicho por Crystal. Ninguno de los dos (2) le estaba dando crédito alguno a lo que acababan de escuchar.

-¿Elm tiene… una hija?.- Preguntó Mr. Pokémon aún con más suspicacia, inclinando a la vez un poco su cabeza. -El jamas me comentó nada al respecto… -

-Yo tampoco tenía idea de que él tuviera una hija.- Expuso Oak igual de sorprendido que su colega. -Sabía que estaba casado, pero jamas me imagine que él tuviese una hija de la misma edad que Gold.-

-Hmph… Todos tienen derecho a una vida personal aparte de los pokémon.- Murmuró Crystal evidentemente ofendida e indignada. -Mi padre simplemente es una persona muy discreta con su vida personal.-

-Uhhhh… E-En todo caso, ¿qué lo trajo a este lugar, profesor?- Preguntó rápidamente Gold para intentar desviar el tema de su actual curso.

-Tch… Samuel de vez en cuando viene a mi laboratorio para charlar por un par de horas antes o después de su programa de radio semanal en Ciudad Goldenrod.- Informó Mr. Pokémon con algo de molestia. -A este punto que el venga acá es una especie de tradición.-

-Hahahaha, así es. Es tal cómo dice Arnold- Afirmó alegremente Oak. -Por cierto, Gold…-

-¿Hmph?-

-¿Ya eres un entrenador pokémon, cierto?-

-Ohh… Si. Recién hoy elegí a mi primer pokemon.-

Posterior a lo dicho por Gold, y muy para la sorpresa de todos los presentes, Oak se acerca al de New Bark y luego abrió su portafolios encima de una desarreglada mesa llena de papeles. -En ese caso toma esto.- Denunció el anciano profesor al sacar un rectangular y compacto aparato electronico de color rojo escarlata. -Esta es la nueva versión de la pokédex que finalmente pude completar hace casi un mes atrás. Si te parece bien considerada esto un regalo de mi parte por finalmente convertirte en entrenador.-

Ni corto ni perezoso, Gold volvió a mirar directamente a los ojos al profesor de Pueblo Paleta mientras que esté apenas sí podía parar de pestañear en señal de sorpresa. -Y-Yo… Uhh… N-No sé qué decir, profesor.-

-No hace falta decir nada. Simplemente deseo que te diviertas junto a tus pokémon.-

Gold asintió ahora con algo de timidez. -Eso haré, profesor. Muchas gracias.-

Acto seguido, Oak enfoca su mirada sobre Crystal. -En cuanto a ti, jovencita...-

-¿S-si?-

-Para ti también tengo algo.- Manifestó ahora Oak colocando en las manos de Crystal dos (2) pokédex más. -Uno es para ti y el otro dáselo a tu padre.-

Ahora fue el turno de Crystal de asentir. -Muchísimas gracias, profesor.- Replicó Crystal al hacer una pequeña reverencia. -Yo siempre lo he admirado y me asegurare de entregarle la pokédex a mi padre.-

Oak se limitó a sonreír, cerrando su portafolios en el proceso y posteriormente se abrió paso entre la infinidad de papeles del laboratorio para buscar una silla y ponerse un poco más cómodo junto con su homólogo.

-Supongo que ya deberíamos de irnos. Ya cumplí con recoger el Pokehuevo para el profesor Elm y creo que lo mejor sería retirarse.- Anunció respetuosamente Gold, tomando por breves instantes a Crystal de la mano antes de abrir la puerta de metal de enfrente pasa salir a la ruta treinta (30). -En serio qué fue un placer todo esto, pero lastimosamente tenemos que recorrer un largo camino si deseamos regresar a New Bark antes de que anochezca.-

-Espero nos volvamos a ver pronto.- Dijo Crystal sonrojandose un poco. -Fue un placer el conocerlos.-

Arnold asintió de manera tranquila. -Tengan mucho cuidado con el pokehuevo.- Manifestó preventivamente Mr. Pokémon. -No vayan a romperlo o algo por el estilo.-

-También tengan cuidado con los pokémon salvajes.- Agregó ahora Oak.


Entrada Norte de Ciudad Cherrygrove, 4:14 P.M


-Vaya… Eso fue más rápido de lo que pensé.- Comentó Gold con cierta alegría al llegar nuevamente a Cherrygrove y observar cómo las silenciosas calles de la sencilla ciudad estaban relativamente vacías salvo un par de automóviles que transitaban por las calles. -A este paso creo que podremos regresar a New Bark antes de la cena.-

-Pues espero que así sea.- Murmuró Crystal tocándose el abdomen con su mano derecha. -Porque sinceramente estoy empezando a sentir algo de hambre.-

-Hehe, descuida, ya nos falta poc-…

En ese momento, un molesto chirrido se hizo presente y la pantalla del Pokegear de Gold se iluminó instantáneamente. Era una llamada del profesor Elm.

-¿De quién se trata?- Preguntó con notable curiosidad la prospecto a profesora. -¿Acaso es mi padre?-

Gold asintió lentamente en respuesta mientras que el semblante en su rostro se endurecía de un momento a otro. -A-Así es.-

-¡En ese caso contéstale!- Ordenó tajantemente Crystal, a la vez en qué está colocaba sus manos sobre su cintura. -No deseo que se preocupe o que piense algo malo.-

-Si, si, ya le contestaré.- Accedió Gold a regañadientes antes de acercar su Pokegear, objeto colocado encima de su muñeca derecha, a una de sus orejas para contestar la llamada. -Hola profesor, ya estamos casi de regreso. Actualmente estamos en Cherrygrove y tenemos con nosotros el pokehuevo-...

-¡G-G-Gold, esto es terrible!- Exclamó Elm con notable desesperación.-¡N-Necesito que regreses de inmediato con Crystal a New Bark!-

-¿Huh? ¿Acaso sucede algo?- Preguntó Gold con insistencia y curiosidad ante la extraña actitud del profesor.

- ¡A-Alguien entró al laboratorio hace varios minutos atrás y se robó a uno de mis pokémon!-

-Espere… ¿Habla en serio? ¿P-Pero cómo demonios eso fue posible?-

-¿Gold, qué sucedió?- Preguntó ahora Crystal con preocupación al ver cómo nuevamente el semblante de su compañero pasaba de un espectro de emociones al otro. -¿Acaso sucedió algo con mi padre?-

-Espera un momento, Crys.- Ordenó Gold fríamente para intentar escuchar la voz del padre de su acompañante.

-Escucha, no tengo la menor idea de que fue lo que sucedió o como alguien logró entrar.- Informó Elm con más que notable molestia. -Pero el qué lo hizo se robó a mi Totodile.-

Gold en respuesta apretó por breves instantes sus labios. -En-Entiendo… Descuide, profesor. Enseguida regresaré junto con Crystal-

-Eso espero, Gold. Solo tráela de vuelta antes del anochecer.-

-Entendido, profesor. Cómo dije antes, ya estamos en Cherrygrove y en menos de una hora le prometo que estaremos de regreso en su laboratorio.-

Justo después de cerrar la llamada, Gold se tomó un par de segundos para ajustar su preciada gorra de la suerte, además de exhalar una gran cantidad de aire con exageración. A este punto era más que obvio que la noticia del robo en el laboratorio de Elm lo tomó muy por sorpresa y el exhalar aire de esa manera fue un mecanismo de Gold para intentar mantener la compostura.

-¿Qué rayos sucedió en el laboratorio de mi padre, Gold?- Preguntó nuevamente Crystal, aún con más insistencia y desesperación que antes. -¿Porque fue qué-...?-

-Aparentemente alguien entro al laboratorio de tu padre y se robó a su Totodile.-

-¿Ehhhhhhhh? ¿P-Pero cómo fue que eso suced-...?

-El no entró en detalles de lo sucedido, pero lo que sí hizo fue ordenar que te llevará de inmediato a New Bark.- Declaró reaciamente Gold, rascando a su vez con nerviosismo su nuca. -Solo prosigamos con nuestro camino y dejemos las preguntas de lo que pasó para cuando regresemos, ¿esta bien?-

Crystal tímidamente asintió, pero no sin antes fruncir su ceño con desde. -D-De acuerdo. En marcha entonces.-

Escasos segundos después, Gold y Crystal aceleraron considerablemente su paso hasta llegar, un par de minutos después, a la solitaria garita que conectaba Cherrygrove con la ruta veintinueve (29). En ese lugar, y justo después de atravesar la garita, un descuidado y agitado chico pelirrojo, quien aparentemente estaba sumergido al utilizar su Pokegear, chocó accidentalmente su hombro izquierdo contra el de Crystal, quien a su vez también estaba sumergida en sus propios pensamientos, tirándola a ella junto a su mochila al suelo.

-¡Fíjate por dónde vas!- Exclamó agresivamente el pelirrojo luego de lo sucedido.

-L-Lo siento.- Se disculpó rápidamente Crystal con vergüenza. -N-No fue mi intención.-

-¿Cuál es tu maldito problema?- Preguntó Gold en voz alta, también de manera agresiva y seria, al ayudar a Crystal a levantarse del suelo. -¡No tenías porque actuar de esta manera y ser tan grosero por un simple accidente!-

-G-Gold, s-solo olvidalo.- Sugirió tímidamente Crystal, enfocando luego sus ojos en el pelirrojo. -N-No podemos perder tiemp-...

-¿Cuál es mi problema?- Repitió el pelirrojo con aires de grandeza, interrumpiendo en seco lo que deseaba decir Crystal. -Mi problema es la gente que se entromete en mi camino. Además, yo tampoco tengo tiempo qué perder.-

-Tch… Solo disculpate y ya.- Ordenó asertivamente Gold mientras que esté miraba con completo desprecio al pelirrojo. -Es lo menos qué puedes hacer por lo que hiciste.-

-Hmph, pues tendrás que obligarme a hacerlo sí es que te atreves.- Indicó el pelirrojo antes de sacar una pokebola de uno de los bolsillos de su pantalón y posteriormente abriendo la misma enfrente de sí.

-Ok, será un placer darte una lección.- Alegó Gold al buscar y abrir la pokebola de Cyndaquil. -Creeme que te arrepentirás por esto.-

Milésimas de segundo después, y ante las atónitas miradas de Gold y Crystal, el pokémon que se materializó de la pokebola del pelirrojo era ni más ni menos que un risueño y animado Totodile.

¿H-HUUUH? ¿T-Totodile?- Exclama Crystal con desmedida sorpresa mientras que dentro de su cabeza un sin número de preguntas empezaban a surgir. -¿D-De dónde sacaste a ese pokémon?-

-Eso no es de tu incumbencia.- Replicó el pelirrojo nuevamente con más agresividad de la debida. -Pero sí tu noviecito logra vencerme quizás me anime en decirles.-