Base secreta del Equipo Rocket, Ciudad Mahogany.
-S-Señor, te-tengo muy malas noticias.- Indicó temblorosa una joven recluta, luego de entrar al salón de conferencias, y al acercarse nerviosamente a la mesa redonda en donde estaba sentado Archer junto a Arianna.
-¿Malas noticias?- Repitió ácidamente Archer, alzando una ceja y mirando con cierto desconcierto a la chica. -¿Qué fue lo que ocurrió ahora?-
-Nuestro infiltrado en el laboratorio del profesor Elm indicó que el documento que necesitábamos para proseguir con nuestro proyecto de evolución con las ondas de radio fue robado por otra persona antes de que él pudiera tomarlo. Además, según su reporte, Elm desistió por el momento de continuar con esa investigación y movió toda la información relacionada de todas las computadoras de su laboratorio a otro lugar desconocido por nuestro informante para de ese modo evitar mayores inconvenientes.-
-Espera, espera… ¿Cómo qué otra persona lo tomó?- Preguntó Arianna con una mezcla de curiosidad y desilusión. -¿Tienen idea de quien fue?-
-Aparentemente fue un chico pelirrojo.- Contestó temblorosa la recluta. -Sospechamos que fue el traidor, Silver…-
-Tch, ¿ese maldito mocoso de nuevo?- Gruñó agresivamente Archer al momento en que golpeó la mesa con uno de sus puños. -¿Acaso no se cansa de entrometerse en nuestros planes?-
-Según nuestros espías, Silver fue visto recientemente por los alrededores de Ciudad Violet. Pero actualmente desconocemos su paradero exacto. Sospechamos que quizás aún puede estar en las cercanías.-
-Interesante… ¿Con que él está en Ciudad Violet?- Comentó Archer, demostrando una leve pizca de interés. -¿Eso es todo lo que tenías que decirme?-
-E-Eso es todo, señor. No tengo más qué reportar por el momento...-
-De acuerdo, entonces ya puedes desaparecer de mi vista.- Ordenó Archer en un agresivo tono. -Gracias por las malas noticias.-
-S-Sí, jefe… Como usted ordene.- Replicó la chica joven recluta con extremo temor, dándose la vuelta para disponerse a salir del lugar.
De manera más qué exagerada para volver a llamar la atención de la joven recluta, Archer termina por aclarar su reseca garganta antes de qué esta se retirara. -Espera un momento, tengo algo más que pedirte.-
-¿S-Si?-
-Quiero que localices a Petrel y a Protón para que regresen a la base y se reporten conmigo de inmediato. Diles que tengo un trabajo para ambos.-
-En seguida los localizare, señor.- Aseveró la recluta, volviendo a dar media vuelta para salir de la sala de conferencias y realizar lo que pidió Archer.
-¿No crees que estás siendo muy duro con los nuevos reclutas?- Preguntó Arianna en un preocupado tono, segundos después de la salida de la chica. -Si sigues de esta maner-...
-¿Acaso Giovanni nos trató diferente?- Interrumpió inmediatamente Archer. -¿Acaso él en algún momento fue condescendiente con alguno de nosotros?-
-N-No… Por supuesto que no.- Reconoce la pelirroja con tristeza y a regañadientes. -El siempre fue un líder ejemplar y nunca tuvo miedo de castigar a los inútiles cuando lo merecían.-
-Exactamente.- Expresó Archer. -Por eso y muchas otras razones más es qué necesitamos qué Giovanni regrese a guiarnos para tomar el control mundial desde las sombras. Su liderazgo y carisma son inigualables.-
-Tienes razón, Archer.- Admitió nuevamente la pelirroja. -Fue completamente estupido de mi parte sugerir otra cosa. Lo lamento.-
Una recatada sonrisa se dibujó sobre el rostro de Archer en ese preciso instante. -Descuida, Arianna.- Contesta el ahora líder del Equipo Rocket con mucha más calma, volviendo a aclarar ligeramente su garganta -Tarde o temprano haremos qué Giovanni regrese, ya lo veras.-
Arinna lentamente asintió ante Archer. -Hablando de Giovanni, tengo una importante pregunta para ti.-
-¿Una pregunta para mi?- Repite Archer. -De acuerdo, ¿de qué se trata?-
-¿Qué haremos ahora con el hijo de Giovanni? Sinceramente me preocupa mucho lo que él pueda hacer sí lo dejamos seguir-...
-Descuida, Arianna.- Declara Archer con ahínco, interrumpiendo rápidamente a su homóloga en el proceso. -Silver no es importante para nosotros en este preciso momento.-
Cómo por acto reflejo, Arianna termina por alzar una de sus cejas prácticamente por inercia y sin siquiera notarlo -¿Ehh? ¿A qué te refieres con eso?
-Tarde o temprano el regresara a nosotros, ya sea por su propia cuenta o no.- Predijo con completa seguridad Archer. -Solo es cuestión de tiempo para qué eso llegue a suceder.-
-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso, Archer? Ya una vez intentamos que él cayera en la oscuridad y en la desesperación, pero fallamos miserablemente. Ni siquiera la muerte de la persona que él más amaba en el mundo lo pudo llevar a ese camino. Odio tener qué decirlo de esta manera, pero ese chico solo trae mucho más problemas qué soluciones para nosotros.-
-Nadie escapa de su destino.- Afirmó Archer sin titubear. -Por el momento enfoquemonos en nuestro próximo objetivo.-
De muy mala gana, Arianna exhala con exageración una gran cantidad de aire. -Ok, ok, ¿y ese cual seria? Por favor, iluminame.-
-Las famosas Ruinas de Alph.- Aseguró Archer de manera lenta y comedida. -Ese lugar será nuestro siguiente objetivo.-
-¿Las ruinas de Alph?- Repitió Arianna con extrañeza y curiosidad. -¿Y qué se supone deseas conseguir de esa pocilga llena de escombros y rocas sin valor?-
-Verás, desde muy niño siempre escuché rumores e historias sobre qué esas ruinas tenían una estrecha conexión con el pokémon Alfa y, en cierta medida, también con los pokémon conocidos cómo Unown.-
-¿El Pokémon Alfa?- Vuelve a repetir Arianna. -¿Acaso te refieres a Arceus?-
-Así es. Por lo momento solo deseo utilizar los servicios de Protón y Petrel para qué investiguen, sí es posible, robar algún tipo de documento qué pueda sernos de utilidad en un futuro no muy lejano. Quizás, y solo quizás, podamos encontrar algo realmente de valor en esa "pocilga".-
Ciudad Violet, Torre Sprout, 2:18 P.M
La Famosa y antigua Torre Sprout estaba situada en la parte más al norte de Ciudad Violet, cerca de una pequeña laguna y rodeada de una gran cantidad de árboles tan antiguos cómo la misma ciudad. La torre, en sí, fue construida hace ya más de cien años atrás por un grupo de monjes para honrar la amistad entre humanos y pokémon, y hoy en dia es un lugar de encuentro y entrenamiento para todo entrenador que así lo desee y necesite, además de también ser un famoso sitio turístico.
Por sí fuera poco, dicha torre es mundialmente conocida por su famoso pilar de soporte en el medio, el cual, además de cargar con todo el peso de la torre y ayudar a absorber las ondas sísmicas, también hace que esta parezca ante los ojos que se tambalea al igual que un Bellsprout.
-Muchachito, si quieres tomar el reto de la Torre Sprout, entonces debes de firmar este documento con tu nombre.- Informó un risueño, bronceado, fornido y tranquilo monje al entregar un pergamino y un bolígrafo a Gold justo cuando este entró de lleno al lugar.
-¿Huuh? No tenía idea de que tenía que firmar algo.- Comentó reaciamente Gold, tomando el pergamino y bolígrafo para posteriormente leer rápidamente el contenido, pero no sin antes notar que detrás del monje estaba el famoso y enorme pilar de madera, el cual soportaba prácticamente toda la torre y estaba estratégicamente colocado en medio del lugar. -¿Alguna razón en especial para este tipo de formalidad?-
-No es nada grave en realidad. Esto es solo una pequeña formalidad para evitar ser responsables de muertes, daños o lesiones.-
-Woa… E-E-Espera un momento. ¿Cómo qué daños, lesiones o la muerte?- Preguntó Gold con un preocupado tono en su voz, mismo qué terminó por alertar a un par de turistas que recorrían el lugar. -¿Que clase de cosas se supone suceden en este lugar?-
-Descuida, jovencito. No tienes nada de qué preocuparte.- Declaró el Monje, nuevamente con tranquilidad. -Solamente que si fallas en superar todas nuestras pruebas, entonces debes de pasar un año entero aquí cómo penitencia.-
En poco menos de lo qué dura un suspiro, Gold acabó por alzar una de sus cejas con notable extrañeza. -E-Eso no responde realmente a mi pregunta.-
-Escucha, preocuparte por esas pequeñeces no debes. En total, solo doce personas han perecido en este lugar en los últimos cien años.- Destacó el fornido monje. -Lo único que debe de preocuparte es fallar y tener que pasar un año entero entrenando junto a nosotros.-
-Uhh… Lamento mucho tener que decir esto, pero pasar todo un año aquí es algo demasiado exagerado cómo para ser una penitencia por fallar en este lugar.- Adujo Gold, cruzándose de brazos con molestia. -En estos momentos mi tiempo es sumamente limitado. Mi meta es clasificar para la próxima liga pokémon, y esta empieza a finales de julio del siguiente año.-
-Entonces entrenar en otro lugar debes.- Sugirió el monje de manera fría y con una sádica sonrisa. -Sino aceptas nuestras condiciones, entonces no puedo dejarte continuar. Pero podría darte el tour que les brindamos a los turistas. Eso es gratis y sin condiciones.-
-Tch… Tampoco soy un cobarde que le da la espalda a un reto cuando lo tiene enfrente.- Aseveró Gold agresivamente, ahora mirando directamente a los ojos del monje al momento de firmar el pergamino. -Ya veras que acabaré con todo lo que me pongan enfrente.-
-Heh, muchos dicen lo mismo al entrar, pero solo unos cuantos salen realmente victoriosos de las pruebas.- Destacó rápidamente el monje, tomando el bolígrafo y pergamino firmado por Gold entre sus manos. -El último que lo logró fue un joven chico pelirrojo hace un par de horas atrás.-
De manera inmediata al escuchar lo expresado por el monje, Gold sintió, metafóricamente hablando, cómo su sangre comenzaba a hervir de la ira. Su latente frustración se podía notar en su rostro, sumado a qué sus sentimientos estaban a flor de piel.
-Ese maldito pelirrojo siempre está un paso adelante de mi, pero eso acabará pronto.- Murmuró el de New Bark para sí mismo. -Lo juro por mi honor cómo entrenador.-
-Bueno, si estás seguro de esto, entonces sígueme.- Ordenó asertivamente el monje al darle la espalda a Gold, guiandolo posteriormente a una serie de escaleras de madera localizadas en la parte derecha las cuales aparentaban llevaban a un piso superior. -No tenemos tiempo qué perder.-
-Espera… ¿Entonces ya empezare mi primera prueba?-
-Paciencia, joven entrenador. Primero debes de dejar todas tus cosas materiales conmigo.-
-¿Huh?-
-Solo tus pokemon son permitidos al subir estas escaleras.- Informó el monje de manera un poco más enérgica, señalando las escaleras con su mano izquierda. -Tu meta será llegar al último piso de la torre y vencer a nuestro líder.-
-¿Eso es todo?-
-Eso es todo.- Afirmó el monje con tranquilidad, pero no sin antes volver a colocar una recatada sonrisa sobre su rostro. -Son diez pisos en total, y en cada uno de estos encontrarás un desafío el cual pondrá a prueba tus habilidades como entrenador junto a tus pokémon.-
-Ohhh, me parece bien.- Manifestó Gold antes de entregar su mochila y goggles al monje para luego empezar a subir las escaleras. -Ya verás qué regresare pronto.-
Poco después de recibir la mochila y goggles de Gold, el monje realiza una pequeña reverencia ante el entrenador al inclinar su cuerpo al frente. -Buena suerte, jovencito.- Manifestó el fornido monje, esta vez con un tono de voz algo más sincero. -Por qué la necesitarás.-
Gold trago un poco de saliva en respuesta al monje antes de subir lentamente las escaleras. Ahora, al llegar de lleno al primer piso, el de New Bark se percató de inmediato de lo espacioso del lugar, sumado a qué no había nada más en esté piso salvo el enorme pilar de soporte de la torre. -Uhhh… H-Hola, ¿hay alguien aquí?-
Pero nadie respondió. Aquí Gold tuvo qué esperar pacientemente por alrededor de tres minutos hasta qué otro monje hizo acto de presencia. Esté era de tez morena, contextura mucho más delgada qué el anterior, calvo y con una frondosa barba de varias semanas, además de poseer cara de pocos amigos.
-Bienvenido a tu primera prueba, joven retador.- Exclamó alegremente el monje con una voz grave y qué hizo retumbar a Gold, haciendo después una reverencia muy similar al monje del piso anterior. -Mi nombre es Nico y soy el encargado de verificar tus habilidades el dia de hoy.-
-¿Verificar mis habilidades?- Repitió Gold, alzando nuevamente una de sus cejas. -¿Acaso te refieres a que tendremos una batalla?-
-Exactamente, jovencito. Tu y yo tendremos una batalla utilizando solo a un único pokémon.- Declaró el monje antes de sacar de entre la vistosa túnica qué vestía una pokebola, posteriormente arrojando la misma al suelo para revelar a un Bellsprout. -Si logras vencerme en combate, entonces te dejaré subir al siguiente piso. Esa será tu primera prueba.-
Gold asintió en el acto y sin titubear. -Hmph… De acuerdo, eso me parece bien.- Replicó el de New Bark con entusiasmo, arrojando también al suelo la pokebola de su Eevee. -Por cierto, mi nombre es Gold Ethan Tsubasa, y soy de Pueblo New Bark.-
-¿T-Tsubasa?- Repitió el monje para sí mismo con evidente sorpresa. -¿A-Acaso ese no es el apellido de-...?
-¡Eevee, empecemos con Tackle (Placaje)!-
-Hmmmm… Noto mucha impulsividad en ti. Bellsprout, esquivalo y luego contraataca con Vine Whip (Látigo Cepa).-
Bellsprout, sin dudar de las órdenes de su entrenador y con una rapidez poco natural en los pokémon de su especie, esquivó fácilmente el ataque de Eevee, casi sin moverse de su posición, justo antes de que el pokémon de Gold pudiera golpearlo. Milésimas de segundo después, Bellsprout contraataco con Vine Whip (Latigo Cepa), logrando impactar a Eevee en una de sus patas y haciéndole perder el equilibrio.
-Tch… Eevee, levántate amigo. Esto apenas empieza. ¡Intentemos ahora con Quick Attack (Ataque rápido)!-
Eevee se incorporó en el acto al escuchar a Gold y, en un movimiento rápido y algo desesperado, intentó atacar nuevamente a Bellsprout. Sin embargo, el pokémon de tipo planta por segunda vez consecutiva, y aun sin moverse del todo de donde estaba, esquivo magistralmente el ataque antes de volver a contraatacar utilizando Vine Whip (Látigo Cepa).
-¿P-Pero qué rayos? No lo entiendo…-
-Gold Tsubasa, debo decirte que eres demasiado impulsivo para tu propio bien y esa será la razón de tu inminente derrota.- Denuncia Nico en un tono más apático. -Solo observa a tu Eevee. Otro ataque bien conectado de Bellsprout y ese sería el final del combate.-
-D-Demonios. De acuerdo, solo tranquilízate y respira profundo.- Se dijo Gold para sí mismo al ignorar por completo las palabras de su oponente. -Por el momento enfócate en mirar a tu alrededor y analiza la situación detenidamente tal cómo aprendiste de papá. ¿Que se supone debería de hacer si mi oponente es extremadamente pasivo y su pokemon solo contraataca y apenas si se mueve? Ohhh… Y-Ya creo que sé qué tengo qué hacer. ¿Cómo no lo pude notar antes?-
Acto seguido, Gold ajusta su tan preciada gorra de la suerte encima de su cabeza. -Ya sé cómo ganar esta batalla.- Exclamó Gold con extrema determinación y seguridad. -¡Eevee, es momento de utilizar Leer (malicioso)!-
-Hmph, ¿con qué intentan reducir nuestra defensa?- Preguntó retóricamente el monje. -Interesante cambio de táctica, pero me temo que no será suficiente para vencernos. ¡Bellsprout, Energy Ball (Energibola)!-
-Hehehe, caiste.- Expresó Gold, colocando a su vez una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. -Eso era exactamente lo qué esperaba qué sucediera.-
-¿Huh?-
-¡Eevee, utiliza Quick Attack (Ataque Rápido) para esquivar el ataque y después acaba con Bellsprout!-
En poco menos de lo qué dura un parpadeo, Bellsprout genero enfrente de sí una condensada esfera de energia de color verde fosforescente, misma qué rapidamente lanzo en direccion al pokémon de Gold. No obstante, Eevee, a pesar de sus muchos golpes, evitó el ataque del pokémon de Nico al hacer un rápido y acrobático salto a su derecha, tomando después desprevenido a su oponente para posteriormente embestir con un certero golpe en su espalda para de esta manera dejar a Bellsprout sin poder continuar con el combate.
Frente a lo sucedido, el monje decidió permanecer en perfecto silencio por un par de segundos, con una anonadada expresión en su rostro qué perfectamente releva el asombro qué sentía, al ver ahora en el suelo a su inconsciente pokémon.
-Eso fue brillante. El reducir la defensa de Bellsprout y después atacar de esa manera cuando intentamos llevar la ofensiva fue simplemente ingenioso, Gold Tsubasa.- Comentó el monje con honestidad, regresando luego a su pokémon para qué descansara dentro de su pokebola. -Sinceramente no me esperaba algo cómo eso de quien aparentemente es a simple vista un entrenador novato. Pero ahora dime, ¿qué te hizo cambiar así tan de repente tu patrón de ataque?-
-Ohhh… Pues fue la falta de movilidad de su Bellsprout al momento de generar sus contraataques.- Confesó finalmente Gold, regresando también a Eevee para qué descansara un poco. -Eso me forzó a analizar un poco más la situación después de mi segundo intento fallido por atacar.-
-¿En serio fue eso?-
-Así es. Su falta de movimiento me dio a entender que Bellsprout debió de estar entrenado específicamente en velocidad, para poder esquivar efectivamente cualquier tipo de agresión, y también en mucho poder de ataque, para realizar esos contraataques tan devastadores. Simplemente asumí que si utilizaba un ataque a distancia para despistar, entonces eso lo haría intentar llevar la ofensiva y me daría la oportunidad de atacar mientras estaba desprevenido.-
-Hmph, pues te felicito por eso. Tu deducción fue bastante acertada, joven entrenador. -Reconoce Nico de manera tranquila y al sonreír. -Tus habilidades y tu poder de razonamiento en batalla te llevarán muy lejos, si sigues este camino, claro está.-
-M-Muchas gracias.-
-Ahora puedes proseguir. Reconozco tu victoria y dejaré que subas al siguiente piso para tu próxima prueba.-
Gold asintió al momento de hacer una ligera reverencia muy parecida a la de los monjes. Luego de esto, el de New Bark se dirige y posteriormente sube lentamente por las escaleras de madera qué estaban a escasos metros a la espalda de Nico. Una vez en el siguiente piso, la dificultad de las pruebas aumentó considerablemente, toda vez qué Gold se encontró con una innumerable cantidad de trampas escondidas en el suelo, mismas qué al activarse dejaban salir a varios pokémon salvajes.
En esté mismo sentido, Gold al subir al tercer piso se encontró ahora con otros dos monjes los cuales lo esperaban para tener una batalla doble. Sin embargo, el enorme problema con esto fue lo lastimado qué aún se encontraba su Eevee por la anterior batalla contra Nico, cosa qué propició qué Cyndaquil fuera el qué tomara las riendas de dicha batalla para conseguir la victoria.
Por otro lado, el cuarto y quinto piso eran un laberinto en conjunto en el cual se encontraban sueltos varios otros pokémon salvajes. Pero, muy para la suerte de Gold, al llegar al sexto piso otro monje lo recompensó al curar las heridas de sus agotados pokemon.
El séptimo, octavo y noveno piso, era un combinación de laberinto junto con diversas trampas de pokémon salvajes, sumado al hecho de qué todos estos estaban completamente a oscuras, por lo qué Gold tuvo por fuerza qué utilizar a Cyndaquil para iluminar el camino.
Varios largos minutos llegaron a transcurrir luego de esto, cuando finalmente Gold logró subir al décimo y último piso de la Torre Sprout. El de New Bark exhalo con pesadez algo de aire al abrir de par en par la puerta qué conectaba el pasillo de la escalera con el salón del décimo piso. -Bueno, es ahora o nunca.- Comentó un más animado Gold, tragando un poco de saliva en el proceso al intentar tímidamente armarse de valor para fuese lo qué fuese qué estuviese esperando por él.
Una vez esté abre la puerta, el se encuentra de frente con lo qué parecía ser una tranquila sala de meditación en dónde permanecía un anciano monje con los ojos cerrados.
Dicho monje estaba sentado en posición de meditación en medio del silencioso lugar, pero a espaldas del pilar de madera qué sostenía la torre, además de tener el cabello largo hasta un poco más de los hombros. Su contextura era relativamente delgada, y su espesa barba era casi igual de larga y grisácea qué su cabello.
-Felicitaciones por lograr superar cada una de las pruebas de la Torre Sprout, joven entrenador.- Comentó animadamente el anciano al emplear un tono de voz qué denotaba paz, levantándose a su vez del suelo pero sin abrir sus ojos. -Mi nombre es Jin, y soy el líder y guía de los monjes de este lugar.-
-Uhh… Mi nombre es Gold. Soy de Pueblo New Bark y vine a este lugar para-...
-Se muy bien a lo que vienes, muchachito.- Interrumpió el anciano sin perder la calma, pero de todas maneras cambiando su tono por uno mucho más serio. -Yo puedo ver con claridad los sentimientos que tienes guardados en lo más profundo de tu corazón.-
Gold parpadeo un par de veces en respuesta, mirando de paso de arriba a abajo al anciano frente a él con extrañeza. -¿Huh? -
-Veo tus dudas y tus esperanzas. Veo también tus deseos y tus miedos… Todo es claro cuando tienes la iluminación divina de la meditación constante.-
-¿Iluminación divina de la meditación constante?- Repite Gold de manera cortante y casi descortés. -Ok… ¿De qué rayos está habland-...?-
-Veo mucha inseguridad en tus habilidades en este momento.- Declaró el anciano sin titubear, interrumpiendo con brusquedad al de New Bark. -Inclusive puedo ver el resentimiento que aún guardas dentro de tu corazón para con las personas que en su momento te dieron un trato diferente por tu don tan único para las batallas pokemon.-
Con la velocidad misma de un rayo, Gold frunció su ceño mientras qué volvía a tragar aún más saliva. Su corazón latía con excesiva rapidez, y dentro de su cabeza se empezaron a formular un sin número de preguntas. -¿Como usted pued-…?-
-Sin embargo, el reprimir tus habilidades de esa manera por tantos años causó un daño significativo al provocar qué tu potencial fuera en rápida decadencia. Tu deseas recuperar tanto tu confianza en ti mismo, cómo también tú aún latente habilidad para el combate. Es obvio qué deseas volverte fuerte y quieres, de una forma u otra, superar a esos quienes tanto admiras.-
-E-Esto no tiene sentido. ¿C-Cómo usted puede saber tanto sobre mí de esa manera?- Cuestiona Gold con temor, dando inconscientemente un par de pasos hacia atrás. -¡Responda en esté instante!-
-Ya te lo dije, Gold. Yo puedo ver todo eso y mucho más gracias a la iluminación divina que me otorgó la meditación constante.- Confesó el anciano monje, nuevamente con tranquilidad en contraposición a Gold quien aún permanecía algo asustado. -Pero olvida eso por el momento y hablemos un poco sobre lo que está en tu interior, ¿de acuerdo?-
-¿Hablar sobre lo que está en mi interior?-
-Escucha, desde qué llegaste a esté lugar pude sentir mucho miedo en tu interior.- Afirmó el monje con ímpetu y seguridad, peinando ahora su grisácea barba con la punta de sus dedos. -Miedo reprimido a tu propio talento innato. El miedo es nuestro peor enemigo en la mayoría de las situaciones, pero también el miedo mismo puede convertirse en nuestro mejor aliado.-
Gold vuelve a permanecer en silencio por un par de segundos, dándole miles de vueltas dentro de su cabeza a todo lo dicho por el anciano monje. -O sea, es cierto qué aún le tengo algo de miedo a mi propio talento, eso lo acepto. Pero no entiendo a qué se refiere con-...
-El miedo es lo que nos mantiene vivos, Gold. El miedo nos ayuda a saber nuestras propias limitaciones y solo así es qué podremos encontrar la forma de triunfar. Inclusive podría decir qué a través del miedo es qué el ser humano es capaz de florecer. La adversidad atrae soluciones y las soluciones atraen nuevos problemas.-
-Y-Yo, uhhh... nunca lo habia pensado de esa forma.-
-Pero eso no quiere decir que nosotros debemos de vivir con miedo toda la vida.- Proclamó asertivamente el monje al continuar con su exposición. -Pero, en tu caso en particular, el miedo fue lo que te llevó a dejar lo que más te gustaba. Lastimosamente gracias a eso fue que estancaste por varios años. Años qué por cierto jamás volverán.-
Gold permaneció en perfecto silencio ante lo dicho por el monje. A pesar de que Jin aún tenía sus ojos completamente cerrados, él era capaz de entender los sentimientos de Gold perfectamente como si estuviera leyendo un libro, cosa qué perturbaba al de New Bark de sobre manera hasta ponerle la piel de gallina.
-El talento tiene sus limitaciones, Gold. Si este se reprime por mucho tiempo sin pulir o practicar, entonces poco a poco empezará a desvanecerse cómo el polvo en el viento. Eventualmente los sin talento que practican constantemente pueden llegar a superar a los prodigios qué no invierten su tiempo en mejorar.-
-¿E-en serio?-
-Así es.- Afirmó el monje. -Si tu deseas volver a explotar tu talento a su máxima capacidad, entonces debes de abrir tu corazón a tus sentimientos y dejarlos fluir cómo un río. Solo dejate llevar y estarás bien.-
-¿Abrir mi corazón a mis sentimientos?- Repitió Gold con curiosidad y levantando una ceja. -No comprendo…-
-A lo que me refiero es que disfrutes tu viaje.- Agregó el anciano monje Jin justo antes de abrir sus ojos, revelando en el proceso que estos tenían una coloración blancuzca y poco natural. -La clave para que vuelvas a recuperar lo que perdiste esta en que disfrutes de lo que haces y seas feliz.-
-E-Espere un momento, ¿u-u-usted es… ciego?-
-Ohh… Así es, jovencito. Pero no dejes que mi discapacidad te asombre. Muchos maldicen sus carencias, pero yo acepté la mía y la convertí en algo para mi beneficio. Supongo que gracias a esto es que puedo ahora leer los corazones de las personas y entenderlos… En fin, lo mejor es que te retires y continúes tu camino. Ya creo qué fue suficiente por un dia de escuchar hablar a un anciano "loco", ¿no te parece?-
-Heh, en verdad qué no lo considero un anciano loco.- Asegura Gold al ajustar su preciada gorra de la suerte sobre su cabeza. -¿Pero no se supone deberíamos de tener una batalla pokémon o algo por el estilo?-
-Ahh… Pues sí se supone deberíamos de tener un combate, pero aún no es el momento adecuado para que nos enfrentemos.- Informó Jin con una sonrisa en sus labios. -En un futuro quizás, más hoy no es ese dia. Igual ten la plena seguridad qué nuestros caminos volverán a encontrarse más adelante. Eso tenlo por seguro, Gold.-
El de New Bark, por enésima vez en lo qué iba del día, vuelve a optar por permanecer en completo silencio, solo qué ahora con muchas más preguntas qué respuestas dentro de su cabeza. -D-De acuerdo, cómo usted diga.- Reconoce finalmente Gold, soltando simultáneamente un largo suspiro lleno de alivio. -Uhhh… Supongo entonces qué ahora tendré qué volver por dónde vine, ¿verdad?-
-Hahaha… Por supuesto que no.-
-¿Huh?-
-Si miras detrás de mí al fondo de esté lugar, verás una puerta de metal.- Informó Jin. -Esa puerta conduce a un elevador.-
-¿Un elevador? ¿En serio aquí tienen un elevador?-
-Naturalmente qué tenemos un elevador.- Admitio Jin, volviendo a sonreir. -¿O acaso creías qué nosotros subimos o bajamos diez pisos en las escaleras todos los días?-
-N-No… Por supuesto que no.- Replicó Gold de manera algo nerviosa. Inmediatamente luego de esto, el de Gold Bark pasa de largo a Jin para después abrir la puerta detrás de esté al encaminarse al ascensor.
-Una cosa más, Gold. Por favor escucha esto antes de qué te retires.-
Después de tocar el botón para llamar al ascensor, Gold se da media vuelta para volver a encarar al anciano monje, mismo quien volvió a adoptar su anterior posición de meditación al sentarse sobre el suelo. -¿S-Si?-
-Pronto se presentará ante ti una difícil decisión qué debes de tomar entre dos personas importantes para ti.-
-¿Ehh?-
-A lo qué me refiero es qué tengo la impresión de qué todas las decisiones qué tomes a partir de ahora tendrán muchas repercusiones en varios eventos a futuro. Y quizás, y solo quizás, el destino de más de una persona pueda cambiar dependiendo de esto.- Confesó ahora Jin en un tono mucho más frío y apático. -Ten muchísimo cuidado, Gold. Y piensa muy bien todos los movimientos qué hagas de ahora en adelante. Yo preveo grandes cosas de ti.-
Una oleada continua de escalofríos azotó violentamente cada rincón del cuerpo de Gold frente las palabras de Jin, milésimas de segundo antes de qué el ascensor subiera y abriera sus puertas frente al de New Bark. Ahora, y por alguna extraña razón qué él no podía explicar o poner en palabras, Gold tenía la certeza de qué lo dicho por el anciano monje le terminaría por ayudar en un futuro no muy lejano, más sin embargo, él no podía descifrar del todo a lo qué él se refería.
Ciudad Violet, Área Comercial, 4:10 P.M
Poco a poco el sol comenzaba a perder intensidad para dar paso al ocaso del día en la concurrida metrópolis conocida cómo Ciudad Violet. Luego de la tosca e inesperada partida de Gold en dirección a la Torre Sprout para entrenar hacía un par de horas atrás, Kelly y Crystal decidieron en conjunto explorar un poco la ciudad y de paso también recorrer el área comercial, misma que estaba situada en la parte noroeste, en busca de matar tiempo en espera de qué el de New Bark diera señales de vida.
-Uhh, Crystal. Tengo una pregunta para ti.- Informó Kelly de manera sorpresiva al detenerse en seco justo a un lado de un poste de luz en una algo concurrida intersección cerca de la qué parecía ser una cafetería.
Con notable extrañeza en su rostro, la de Goldenrod también se detuvo y miró de reojo a su compañera. -¿De qué se trata?- Cuestiono Crystal al alzar una de sus cejas. -¿Acaso ocurrió algo malo?-
-Antes de hacerte esta pregunta, primero quiero que prometas que serás completamente honesta conmigo, ¿de acuerdo?-
-¿A qué viene todo esto?- Preguntó Crystal un tanto extrañada por la actitud de Kelly. -No lo entien-...
-¡S-Solo prometelo y ya!-
-De acuerdo, de acuerdo. Lo prometo, ¿Feliz?-
Kelly permaneció en silencio por un par de incómodos segundos, aparentemente librando una intensa lucha en el interior de su cabeza al no saber cómo expresar adecuadamente sus palabras. En esté mismo sentido, y mientras la rubia permanecía en perfecto silencio tratando de encontrar la forma más adecuada para expresarse, varios curiosos transeúntes la miraban de arriba a abajo con el fin de admirar su belleza tan natural debido a sus ojos de diferentes colores y a su rubia cabellera.
-Kelly, me estás preocupando un poco.- Comentó rápidamente Crystal en un tono más apagado. -¿Qué es lo qué te suc-...?
-¿Quiero qué me digas que es lo que sientes exactamente por Gold?-
-¿Huh?-
-N-No me hagas volver a repetirlo.- Manifestó Kelly con nerviosismo y vergüenza, sonrojándose un poco en el proceso. -D-Dime, por favor, qué es lo que sientes por él.-
-¿Qué es lo que siento por G-Gold?- Repitió Crystal frunciendo irremediablemente el ceño. -Y-Yo… Uhhh, ¿p-por qué me preguntas algo como eso así tan de repente? No encuentro sentido alguno a que-...
-S-Simple curiosidad. Eso es todo, ¿de acuerdo?-
-¿Simple curiosidad?- Cuestiono Crystal con ímpetu, colocando esta vez una agria expresión en su ahora ruborizado rostro. -Hmph… Pues a mi me parece que es algo más que solo simple curiosidad. Aquí hay Meowth encerrado.-
-Eres libre de pensar lo qué desees sobre mí.- Destacó la rubia con más agresividad. -Pero, en lo qué a mí me concierne, me parece muy extraño qué estés viajando con Gold así de esta forma. Y más sumado al hecho de qué apenas sí lo conoces.-
Ahora fue el turno de Crystal de permanecer en silencio. La pregunta la tomó muy por sorpresa.
-Es obvio que Gold es un chico de buen corazón, pero de todas formas siento que es algo arriesgado viajar con alguien a quien no conoces por completo.-
-Ok, ya sé lo que intentas decirme.- Reconoció rápidamente la prospecto a profesora de manera condescendiente. -Y la razón por la que viajó con Gold es porque el fue mi oportunidad perfecta.-
-¿Tu oportunidad perfecta?- Repitió Kelly, cruzándose de brazos e inclinando un poco su cabeza. -Explicate.-
-Verás… El me hizo darme cuenta de que no puedo aprender todo lo qué deseo cómo futura profesora solo estando en un laboratorio con mi padre. Gold representó la oportunidad perfecta para salir de Pueblo New Bark y conocer el resto de la región. El fue la puerta a un nuevo mundo de oportunidades.-
-Espera… ¿Osea que solo lo estás utilizando?-
-En teoría, sí. Pero te prometo que no es así cómo te imaginas o cómo suena en un principio.- Aseguró Crystal con algo de vergüenza. -Se perfectamente que apenas si lo conozco y también sé que incluso parece que lo utilizó como una especie de "guardaespaldas". Pero en este corto periodo de tiempo le tomé mucho cariño y confianza. Para mi, el es un muy buen amigo en quien se puedo confiar.-
Frente a la respuesta de Crystal, la rubia opta por torcer sus labios momentáneamente antes de comentar al respecto. -De acuerdo. Más o menos entiendo lo qué quieres decir.-
-¿Ah, sí?-
La rubia asintió lentamente en respuesta. -Se qué quizás esto no viene mucho al tema ahora, pero de igual forma creo qué esté es el momento perfecto para decirte qué hace un año atrás tuve una breve relación con Gold.-
-Espera… ¿Tu y Gold tuvieron una relación?-
Kelly vuelve a asentir, pero no sin antes bajar su mirada con tristeza. -Así fue. Pero decidí irme de Johto sin decirle nada al respecto para vivir con mi abuela y mi prima en la región de Sinnoh. Básicamente toma la primera oportunidad qué tuve y la acepte con tal de largarme lo más lejos qué pudiera de aquí debido al caótico divorcio de mis padres.-
-Y-yo… Yo no tenía idea de eso.- Informó Crystal. -Lamento escuchar sobre esa noticia.-
-Descuida, el pasado pisado.- Aseveró la rubia en un tono algo más animado. -Pero aún no respondes a mi pregunta, Crystal. ¿Qué es lo que sientes por mí Gold?-
-¿Qué siento por Gold?- Repitió nuevamente Crystal, momentos antes de suspirar con exageración. -Hmmm… Pues ni idea.-
-¿Huh? ¿Cómo qué ni idea?- Preguntó Kelly, ahora con mucha más agresividad qué antes. -¿Cómo qué no sabes qué es lo que sientes?-
-Ya te lo dije, Kelly. No tengo idea. Gold es un chico realmente talentoso, valiente e inteligente para las batallas. Pero…-
-¿Pero…?-
-Eso no es todo lo que se necesita para qué yo me enamore de alguien, además de que aún es muy temprano cómo para pensar en ese tipo de cosas. Lo único que puedo decirte con completa seguridad es que lo aprecio y estimo por dejarme viajar junto a él. Pero por el momento no me gusta ni nada por el estilo, si es lo que deseabas saber.-
-Ughh… Tengo la ligera impresión de que tarde o temprano terminarás enamorada de él y esto terminará muy mal entre nosotras.- Predijo Kelly de mala gana y al soltar un exagerado suspiro. -Aunque espero de todo corazón estar equivocada.-
En ese preciso momento, y antes de que Crystal pudiera comentar algo al respecto, repentinamente el Pokegear de Kelly empezó a vibrar, sumado a que en la pequeña pantalla electrónica del aparato apareció el nombre de Gold. La rubia, de manera instantánea, respondió a la llamada y posteriormente la colocó en altavoz para que Crystal escuchara.
-¿Gold, está todo bien?- Preguntó Kelly en el acto y sin titubear por un instante. -¿Ya saliste de la Torre Sprout?-
-Estoy bien por el momento.- Informó el de New Bark -¿Qué tal ustedes?-
-Estamos bien.- Informó ahora Crystal, colocando después una tímida sonrisa. -Conocimos un poco la ciudad, luego almorzamos y ahora estamos en el área comercial matando un poco de tiempo.-
-Pues yo estoy ahora mismo en el centro pokémon comiendo un poco, mientras espero que curen las heridas de Eevee y Cyndaquil. ¿Les parece si nos vemos en diez o quince minutos en el gimnasio de la ciudad?-
-De acuerdo.- Replicaron al unísono ambas chicas.
