Ruta Treinta y dos (32), Ruinas de Alph, 8:51 P.M


El frío y la oscuridad poco a poco fueron cayendo por sobre todas las Ruinas de Alph cómo el telón al final de una dramática obra de teatro. En esté mismo sentido, el sonido de los Hoothoot, y uno qué otro Natu en las cercanías, eran los únicos qué se podían escuchar en los alrededores de las ruinas, dando la impresión qué todo lo ocurrido en la tarde con el Equipo Rocket no fue más qué una pasajera pesadilla qué paulatinamente el viento se terminaría por llevar.

Por su parte, Gold y Crystal permanecían ahora dentro de una carpa lo suficientemente grande, amplia y acogedora, qué esta era capaz de albergar fácilmente entre cuatro a cinco personas, todo esto cómo agradecimiento por parte del científico en jefe encargado de la investigación de las ruinas, quien amablemente permitió qué el grupo se quedará en una de estas carpas debido a lo lejos qué estaba el centro pokémon más cercano.

Ahora, y por su lado, Kelly decidió hacer un pequeño paseo nocturno en las cercanías de las silenciosas ruinas, muy a pesar de qué ella aún se sentía irremediablemente intranquila por la enervante atmósfera del lugar. Aparentemente para todos, la rubia deseaba despejar un poco su mente luego de todo lo ocurrido en la tarde.

Un prolongado y molesto silencio se hizo presente por varios minutos en el interior de la carpa. Gold estaba agotado física y mentalmente, pero no deseaba aún dormir, mientras que Crystal yacía acostada sobre su bolsa de dormir con la mirada fija en la parte superior de la carpa.

-Uhh... ¿Te pasa algo, Crys?- Pregunto Gold con algo de preocupación al notar que su compañera tenía varios minutos mirando el techo de la carpa. -Estas muy callada…-

Sin embargo, no hubo respuesta alguna por parte de ella. Crystal siguió teniendo su mirada perdida en el vacío como si algo muy dentro de ella la estuviera consumiendo.

-¡CRYSTAL!- Exclamó enérgicamente Gold, tratando de llamar la atención de su amiga por segunda vez. -¿Me escuchas?-

Pero, nuevamente, la de Goldenrod ni se inmuto. Gold aquí perdió ligeramente la poca paciencia qué le quedaba, colocando luego una agria expresión en su rostro.

-Ughh… Lamento tener que hacer esto.- Murmuró Gold para sí mismo, antes de tomar una almohada que tenía a un lado sobre su bolsa de dormir para posteriormente arrojarla en dirección a Crystal.

En poco más de lo qué dura un suspiro, la almohada en cuestión impactó directamente en la cara de la prospecto a profesora. Ella, luego del osado acto de Gold, inmediatamente se voltea cómo por acto reflejo y se fijó en su compañero con total desprecio y molestia.

-¿¡Pero qué demonios sucede contigo!?- Preguntó Crystal en un indignado y agresivo tono de voz, arrojando después la misma almohada en dirección de Gold con total desprecio. -¿Por qué rayos hiciste eso?-

En el acto, Gold inclina su cabeza un poco a su derecha antes de atrapar dicha almohada cuando esta estaba por impactar directamente en su rostro. -Lo siento, Crys.- Se disculpa el de New Bark con algo de vergüenza. -Pero desde hace un rato intento llamar tu atención y simplemente me ignoraste.-

-¿Y por eso decidiste arrojarme una almohada a la cara? Brillante idea, Gold. Brillante idea…-

-Acepto que no fue uno de mis mejores planes.- Confesó Gold con mucha más vergüenza qué antes. -Pero me tienes un poco preocupado.-

-¿P-Preocupado?-

-Pues, desde que cenamos estás muy callada. Eso no es normal en ti, y me da la impresión de que algo te está preocupando.-

Frente a Gold, la de Goldenrod termina por torcer ligeramente sus labios antes de replicar. -Uhh… Solo estoy un poco distraída, eso es todo. No es nada importante o por lo qué tengas qué preocuparte.-

-Dejame adivinar. Todo esto es debido a lo qué ocurrió en la tarde, ¿o me equivoco?-

Nuevamente la de Goldenrod tuerce sus labios, más ahora esta complementa dicha acción con un exagerado suspiro. -Sí… Algo así.-

-Escucha, es normal qué te sientas de esta manera.- Reconoció Gold en un más gentil tono, levantándose luego de dónde estaba para posteriormente dirigirse y sentarse junto a Crystal. -Esto no es algo qué suceda todos los días. O sea, peleamos contra el Equipo Rocket, ayudamos en cierta forma a la policía, y tu Chikorita pudo evolucionar gracias a la experiencia en batalla.-

-Es cierto todo eso, pero…-

-¿Pero?-

-Me siento algo… intranquila.-

-¿Intranquila?- Repitió Gold a la vez que alzaba inconscientemente una de sus cejas. -¿Intranquila porque, Crys?-

Otra pequeña pausa vuelve a suceder dentro de la conversación, misma qué Crystal utilizó para ordenar sus ideas. -Creo qué me siento así por todo lo que nos contó Silver.-

Cómo por reflejo, ahora fue el turno de Gold para permanecer en silencio por otro par de segundos. -Espera… ¿Y qué tiene qué ver lo qué nos contó Silver cómo para qué te preocupes o pongas intranquila?-

Aquí Crystal soltó otro exagerado y sonoro suspiro, poco antes de sentarse encima de su bolsa para dormir al colocar una triste expresión en su rostro. -Sabes, siendo completamente sincera contigo, me da un poco de lástima qué un chico de nuestra edad esté arriesgando su vida de ese modo. O sea, él mismo dijo qué su única motivación es destruir al Equipo Rocket. Dime, Gold, ¿acaso eso no te parece algo trágico y deprimente?-

-P-Pues sí, todo eso qué él nos contó sonó bastante triste.- Replicó Gold, cruzándose de brazos en el proceso. -Pero te puedo asegurar qué el estará bien. Silver es… bastante fuerte.-

Crystal volvió a permanecer en silencio, agachando su cabeza con desgano en el proceso, cosa qué afectó más de la cuenta el orgullo del de New Bark. -Espera… ¿Ahora qué te preocupas por él de verdad?- Preguntó Gold de manera más asertiva y directa. -In-cre-i-ble.-

-Pues, si. Un poco…-

-P-Pero es… Ughhh… ¿Por qué rayos te vas a preocupar por alguien cómo él?- Cuestiono retóricamente el de New Bark, frunciendo a la vez su ceño. -¡Por sí no lo recuerdas, el tiene aún al Totodile de tu padre, además de robar información de su laboratorio, y ni hablar del hecho qué el casi termina por cortarme el cuello!-

-E-Eso ya lo sé, Gold.- Declaró rápidamente Crystal, misma quien ahora evitaba la fría mirada de su compañero. -Yo en ningún momento dije qué perdonaría sus acciones o algo por el estilo, pero-...

-¿Pero qué cosa, Crystal?- Preguntó Gold ya con fulminante impaciencia.

-Pero, por más que lo intento, no puedo odiarlo ni sentir la más mínima gota de resentimiento contra su persona.- Confesó Crystal en un hilo de voz y con una tenue sonrisa. -A pesar de todo lo que hizo, siento que él tenía motivos algo nobles…-

Gold no podía creer lo que estaba escuchando por parte de Crystal. El ahora podía sentir vívidamente como poco a poco se le revolvía el estómago, y un áspero sentimiento de ira empezaba a invadir su ser.

-Inclusive, gracias a él, nos enteramos de que realmente existía un infiltrado en el laboratorio de mi padre ya qué, después de todo lo qué sucedió aquí, llamé a mi padre y él me pudo confirmar qué uno de sus asistentes, el día siguiente al robo, desapareció sin dar explicaciones algunas, y hasta el momento el no ha regresado al laboratorio.-

-Tch, ok, ok. Comprendo qué Silver "ayudó" de manera indirecta a tu padre. ¿Pero en serio llamas a eso motivos nobles? Vamos, Crystal. No bromees de esa forma.-

Sin titubear por un instante, Crystal alzó inconscientemente una de sus cejas en réplica a Gold. -¿Pero qué rayos es lo qué sucede contigo?- Preguntó la de Goldenrod al experimentar en primera fila lo insistente y agresivo qué estaba su compañero con sus preguntas. -¿Acaso estas celoso de Silver o algo así?-

-¿H-Huuuuh? ¿Y-Yo celoso? ¡Jamás!- Declaró rápidamente Gold con ahínco y desesperación, poco antes de qué su rostro empezara a tomar una coloración rojiza. -No bromees de esa forma.-

-Pues a mí sí me da la impresión de qué estás celoso. Tu actitud, y la manera en la qué actúas ahora mismo, indican todo lo contrario a lo qué dices.-

-En absoluto. Yo no estoy celoso, ¿ok?- Denuncia instintivamente Gold al ponerse de pie para posteriormente darle la espalda a su compañera. -Además, ¿por qué rayos yo estaría celoso de "ESE"?

Llegado esté punto, Crystal no pudo controlar sus ganas de reír luego de escuchar a Gold referirse a Silver cómo "ESE, cosa qué al joven entrenador de New Bark no le hizo la más mínima pizca de gracia, lo que causo qué esté se sonrojara aún más.

-De verdad qué eres terrible para mentir.- Manifiesta Crystal a la vez qué colocaba una sonrisa en sus labios. -Dime, ¿tanto miedo tienes de qué pudiera sentir algo por el?-

-Y-Yo… Tch, lo qué sientas o dejes de sentir no es de mi incumbencia.- Asegura Gold, instantes después de aclarar su garganta. -Haz lo qué desees.-

-Hehe, ¿quién lo diría? En verdad qué eres tierno y adorable cuando te pones así de celoso.- Reconoce Crystal, manteniendo aún su sonrisa de oreja a oreja. -Jamás pensé verte de esté modo.-

-¡Q-QUE NO ESTOY CELOSO!- Aseveró Gold de un grito antes de sonrojarse aún más. -Y-yo… Y-yo…-

-Hahaha, claro, claro. Como tu digas, Gold…-

-Grr… Y-Yo… Ughhh… Iré a tomar un poco de aire.- Anunció el de oscura cabellera con molestia. Inmediatamente después, el de New Bark toma sus pokebolas, mismas qué estaban guardadas dentro de su mochila de viaje, y luego se pone sus zapatillas para entonces salir de la carpa, pero no sin antes mirar de reojo a Crystal. -Regresaré más tarde.-

-¡Heh, eres un celoso!- Exclamó enérgicamente Crystal ante la repentina salida de su compañero. -¡Pero, aunque sea un celoso empedernido, así te quiero!-

-Tch, ¿Celoso, yo?- Se preguntó a sí mismo Gold con algo de vergüenza. -¿Por qué rayos debería de estar yo celoso de "ESE"?-


Al cabo de un par de minutos de caminar entre las silenciosas ruinas, Gold finalmente decidió que era el momento de tomar un descanso, por lo que el joven entrenador se detuvo sobre una apartada zona al norte de lugar qué estaba llena de verde pasto. El deseaba intentar despejar su mente y, si era posible, relajarse en soledad con sus pensamientos.

Acto seguido, Gold se dejó caer para entonces acostarse encima del frío y verde pasto, fijando luego su mirada en dirección al cielo, y notando qué la luna brillaba con intensidad al igual qué las estrellas qué decoraban aquel oscuro paisaje.

-Definitivo que esta es una hermosa noche.- Pensó Gold al colocar una tímida sonrisa en su rostro mientras que sentía como la brisa nocturna acariciaba todo su ser. -Aun me cuesta mucho trabajo creer todo lo que pase en tan solo tres (3) días de viaje. Todo se siente tan irreal…-

En el acto, Gold cerró sus ojos y suspiró sonoramente. El amaba con todo su corazón la tranquilidad que le brindaba la soledad, y aún más extrañaba el poder acostarse de esta manera tan despreocupada simplemente a pensar en su futuro.

-Heh, desde que salí de Pueblo New Bark, no había podido gozar de un poco de privacidad.- Se dijo a sí mismo Gold, aun con sus ojos completamente cerrados. -¿Pero quién lo diría? Ya tengo una medalla, tres pokémon, y ahora también me acompañan dos lindas chicas en este viaje.-

-¿En serio piensas que soy linda?-

-¿Huh…?-

Al abrir rápidamente sus ojos al escuchar una familiar voz, Gold vio enfrente de sí a una pequeña pero bien desarrollada chica rubia con los ojos de diferentes colores, misma qué en ese momento no portaba sus características gafas, pero tenía el cabello amarrado en una sencilla cola de caballo.

-K-Kelly… ¿Pero qué haces aquí?- Indago el de New Bark con extrañeza y algo de sorpresa, mirando ahora de arriba a abajo a la recién llegada. -¿Cómo es qué-...?-

-Eso mismo podría preguntarte yo a ti.- Manifestó la rubia en un tono qué denotaba igual sorpresa qué su compañero por su encuentro, colocando a la vez sus manos sobre su propia cintura. -Pensaba que estabas en la carpa aún con Crystal.-

-Y-Yo… Ehhh…-

-¿Interrumpo tu tiempo a solas?- Preguntó Kelly de manera súbita. -Acaso ibas a…-

-¿Iba a qué cosa?- Cuestiono ahora Gold, antes de levantar su espalda del pasto.

Kelly solo se limitó a responder con una sospechosa sonrisa para luego guiñar uno de sus ojos. Gold, en ese momento, se sonrojó visiblemente al darse cuenta de lo que su compañera estaba implicando.

-¡NOOO, CLARO QUE NO!- Replicó el de New Bark en un desesperado grito. -Y-Yo solo quería-...

-¿Entonces qué haces aquí solo y tan lejos de la carpa? En serio, yo podría ayudarte con eso si así lo dese-...

-SOLO NECESITABA DESPEJAR MI MENTE Y TOMAR AIRE.- Aclaro Gold sin siquiera titubear y con palpable desesperación en su voz. -¡No es para nada lo que estás pensando!-

-Hahaha, solo estaba bromeando, Gold.- Informó recatadamente Kelly, manteniendo aún su pícara sonrisa, justo al guiñar uno de sus ojos y luego frotando la espalda de su ahora apenado compañero. -En verdad yo te vi acostado aquí cuando iba de regreso a la carpa, y me pregunté porqué estaba aquí solo, así qué decidí venir a hacerte un poco de compañía.-

-C-Como te dije, solo deseaba despejar un poco mi mente para tratar de digerir todo lo que ocurrió en este corto lapso de tiempo. O sea, no se sí lo has notado, pero jamás me imaginé que mi viaje empezaría de esta manera tan… caótica.-

-Entiendo perfectamente lo que sientes.- Admitió la rubia justo luego de sentarse a un lado de Gold para entonces proceder a mirar con algo de nostalgia el estrellado cielo. -Empezar un viaje no siempre resulta como uno lo planea.-

Kelly se veía especialmente radiante esa noche. La luz de la luna, junto con el de las estrellas, resaltan a la perfección su figura, pero también daban a resaltar aún más sus hermosos y únicos ojos de colores diferentes. Era cómo si la belleza de Kelly se multiplica al infinito cuando ella no tenía puestos sus anteojos.

-Gold.-

-¿S-Si?-

-Lamento mucho todo lo que sucedió en la tarde.- Indicó la rubia con algo de melancolía, bajando después su triste mirada hasta enfocarse enteramente en observar el pasto. -Mi actitud, y como me comporte… Lo siento mucho.-

-¿De qué estás hablando? Tu salvaste mi vida.- Manifestó asertivamente Gold, tratando de restarle importancia a lo sucedido. -No quiero que te disculpes por algo así, y menos si terminaste salvando mi cuello… literalmente.-

-P-Pero perdí el control de mi misma y de mis emociones. Apenas si podía diferenciar el bien del mal. Yo solo quería causarle daño a Silver y luego m-ma-...

-Solo olvidalo.- Sugirió Gold con rapidez, interrumpiendo a la rubia en el proceso. -No vale la pena que pienses en esas cosas. Lo mejor es-...

En ese momento, y antes de poder articular lo que deseaba decir, Gold noto como varias lágrimas empezaron a aparecer en los resplandecientes ojos de Kelly. Se podía notar a simple vista que todo lo que sucedió en la tarde le afectó más de lo que debería a su compañera.

-¿Cómo puedes pedirme que lo olvide?- Preguntó Kelly, limpiando rápidamente las lágrimas que brotaban de sus ojos con sus dedos. -Cuando vi a ese Sneasel con las garras contra tu cuello… Y-Yo… en ese momento sentí cómo algo dentro de mi explotó y liberó mis más oscuros deseos. Era como si algo que reprimir por mucho tiempo finalmente salió a la luz de la peor manera posible.-

En respuesta, Gold decide suavizar su semblante ante la rubia. -Pero al final no pasó a mayores y eso es lo importante.- Reconoció el de New Bark al volver a emplear un tranquilo tono de voz para de esa forma calmar a su compañera. -De alguna u otra manera, todo al final resultó bien para nosotros.-

-Todo resultó bien porque tu voz calmó mi sed de sangre. Yo estaba dispuesta a acabar con la vida de Silver por ti, Gold. Yo realmente deseaba asesinarlo por lo qué sucedió.-

Ni corto ni perezoso, Gold se limita a tragar un poco de saliva antes de fruncir el ceño. -Dime, Kelly, ¿qué tanto te pasó en Sinnoh cómo para qué cambiaras tu forma de ser tan drásticamente? Por qué yo recuerdo qué antes de irte eras una chica tímida y algo torpe con los pokémon. Inclusive recuerdo qué siempre necesitaste mucho de los demás para casi todo, además de qué no te gustaba la violencia. Pero, ahora, eres capaz de manejarte perfectamente en batalla con tus pokémon hasta incluso defenderte en situaciones de peligro.-

Aquí ahora fue el turno de la rubia para tragar saliva, sumado a qué está vuelve a fijar su mirada sobre el cielo nocturno. -¿Recuerdas cuando tuvimos nuestra primera cita?- Cuestiono Kelly, colocando al mismo tiempo una nostálgica sonrisa. -¿Recuerdas lo qué sucedió aquel día?-

-Uhhh… Sí, así es. Lo recuerdo a la perfección.- Asegura Gold con firmeza. -Fue en el parque al sur de New Bark. Ahí una extraña banda de motociclistas invadió súbitamente el lugar para intentar robar las pertenencias de todos los qué estaba ahí, pero por suerte los pude ahuyentar al utilizar el Scizor de mi padre cuando derrote en combate a su líder.-

Luego de lo dicho por Gold, la nostálgica sonrisa de Kelly pasó a demostrar mucha más melancolía y dolor. -Lo qué sucedió ese día es algo qué terminó por marcar mi vida para siempre.- Reconoció Kelly, nuevamente aplicando un tono más apagado y triste. -Aquel día me di cuenta de lo débil, patética e inservible qué era ante cualquier tipo de problema. No habia dia despues de eso en dónde no pensara qué terminaría siendo una carga para ti, así qué cuando me fui a la región Sinnoh con Cynthia y mi abuela en Ciudad Celestic, le rogué a Cynthia para qué me entrenara en cómo ser una buena entrenadora.-

De manera automática, Gold volvió a observar de reojo a su compañera con una mezcla entre tristeza, compasión y condescendencia. -Yo… Yo no tenía idea de qué te sintieras de ese modo, Kelly. De ser así-...

-Descuida, Gold. Eso ya pasó, además de qué no es algo qué me enorgullezco, ni tampoco tenía intenciones de contárselo a alguien. En verdad ni siquiera mi prima sabía la razón por la qué quería volverme más fuerte, pero de todos modos ella me entrenó sin preguntarme mis razones.-

-Demonios… Todo esto me hace sentir mal ya qué, cuando fuiste mi novia, nunca note nada de esto qué me dices. Realmente fui un inutil.-

-¡Jamás vuelvas a decir que eres un inútil, Gold Ethan Tsubasa Shinoda!- Advirtió con agresividad Kelly al volver a mirar directamente en dirección al rostro de su amado. -Tu literalmente eres la razón por la que deseaba volverme fuerte. Yo te admiro, no solo cómo entrenador pokémon, sino también cómo persona.-

En el acto, el rostro del de New Bark se tiñe de una coloración rojiza comparable con la metálica armadura de un Scizor. -M-Me halagas, Kelly. En serio me halaga qué digas cosas así de alguien cómo yo.- Confesó un más nervioso Gold, evitando ahora mirar a su compañera directamente. -Después de todo esto, puedo decir con seguridad qué todo esté tiempo en Sinnoh te ayudo a madurar muchísimo.-

-Todas las cosas que sucedieron a mi alrededor me hicieron la persona que soy hoy en día.- Argumenta ahora Kelly, nuevamente con algo de melancolía. -Cuando llegue a Sinnoh, me costó mucho poder controlar mis emociones ya que me sentía triste y culpable por haberte abandonado, más el caótico divorcio de mis padre solo fue el inicio de mis problemas.-

Otro suspiro fue propiciado por Gold antes de comentar al respecto. -Me imagino lo complicado que fue eso para ti.-

-Fue increíblemente difícil irme de Johto para vivir en Sinnoh.- Manifestó Kelly, acomodando al mismo tiempo la postura con la qué estaba sentada sobre el pasto. -Pero, gracias a Cynthia, logré con mucha práctica controlar un poco mejor mis sentimientos, cosa qué me hizo mejorar rápidamente cómo entrenadora. Poco tiempo después, ya no me sentía tan mal conmigo misma, pero aún así deseaba regresar a tu lado cuanto antes para rectificar lo qué te había hecho. Sin embargo, no me sentía digna o con el coraje suficiente para llamarte, así qué guarde mi distancia y preferí dejar qué el tiempo curara tus heridas.-

-Pues yo jamás me esperaba qué regresaras.- Aseveró Gold con una tímida sonrisa. -Decir qué tu regreso me sorprendió no sería suficiente para expresar cómo me sentía. En verdad pensaba qué no querías saber más de mi, por lo qué luego de qué no respondieras mis mensajes, deje de insistir del todo.-

-Perdoname, Gold. Perdoname por haberte abandonado sin decirte nada.- Expresó la rubia con desasosiego y aún más tristeza qué antes, cuando está expulsa otro exagerado suspiro. -Yo fui estupida, inmadura, torpe y egoísta. Jamas me perdonare por todo lo qué te hice sufrir.-

-El pasado pisado, Kelly. Solo Olvidaloy ya. Además, lo importante ahora es que estas a mi lado para cumplir con nuestra promesa de recorrer Johto y Kanto.-

-¿S-Seguro?-

-Hehehe, total y completamente seguro. Solo que me cuesta mucho trabajo asimilar lo mucho que cambiaste en esté corto periodo de tiempo.- Destacó Gold con asombro, manteniendo a la vez su sonrisa. -Para mi, un solo año no sería suficiente cómo para qué alguien cambie de esta forma, pero supongo qué tu prima debe de ser una muy buena y talentosa estructura cómo para lograr qué cambiaras de esta manera tan evidente.-

-Hehe, pues por algo ella es la campeona de la liga Sinnoh.- Informa la rubia con orgullo. -Sin lugar a dudas, Cynthia es una de las mejores y más fuertes entrenadoras de todo el mundo. Puedo incluso asegurarte que ella es igual o más fuerte que tu queridísimo Red.-

-Hahaha, pues espero algún día poder ver con mis propios ojos qué tan fuerte es ella. Quizás algún día podamos verla batallar contra Red o contra el campeón de alguna otra región.-

Kelly formó una vaga y triste sonrisa en sus labios. Algo definitivamente aun la estaba atormentando.

-Kelly… ¿Sabes que puedes confiar en mí para lo que sea, verdad?- Comentó Gold al colocar su mano derecha sobre uno de los hombros de la rubia. -No deseo que tengamos secretos entre nosotros.-

Ella entonces fijó sus ojos directamente sobre su amado. Se podía notar con una mirada lo triste que ella estaba, y, sin previo aviso, varias lágrimas empezaron a brotar de sus brillantes ojos cómo una triste y fría cascada a principios del invierno.

-¿Qué te sucede?- Preguntó con preocupación Gold, recorriendo rápidamente de arriba a abajo a la rubia con su mirada. -¿Por qué estás llorando, Kelly? ¿Acaso hice algo malo?-

-C-Claro que no hiciste algo malo, idiota.-

-¿Ehh?-

-E-Es solo que es la primera vez en mucho tiempo que pierdo el control de esa manera.- Confesó Kelly entre amargos sollozos cargados de arrepentimiento. -V-Verte en esa situación a punto de que te lastimaran… Y-Yo… Yo no pude controlarme. Verte en peligro de muerte fue más de lo que yo podía soportar.-

De un momento a otro, Gold vuelve a suavizar aún más su semblante. -Vamos, Kelly… Odio verte llorar de esta manera.- Comenta Gold en un tono más calmado, a la vez en qué esté limpiaba las lágrimas qué recorren el pálido rostro de su compañera al utilizar los dedos de su mano derecha. -En serio, solo olvida todo lo qué pasó hoy y ya. Nada más vas a ganar sí-...

-¡Pero es qué yo no quiero volver a perderte, Gold!- Exclamó enérgicamente Kelly, tomando sorpresivamente de la mano de Gold. -No de nuevo. Ahora lo qué más deseo en el mundo es qué te quedes a mi lado y jamás nos volvamos a separar.-

-Kelly… Y-yo-...

-Pero se qué debo de ser fuerte y controlar aún más mis emociones.- Agregó la rubia, interrumpiendo a Gold en el proceso. -No quiero ni puedo imaginar un mundo o una vida en dónde no existas tú… ¿Cómo podría ser fuerte si no estás a mi lado, Gold?-

-A mi no me importa sí eres fuerte o débil, Kelly. Esto nunca se ha tratado de eso.- Admite el de New Bark de manera tajante y firme. -Solo me interesa qué seas feliz siendo tú misma. Sí eres fuerte, pues perfecto, y sí no, pues estaría bien también. Eso es lo de menos.-

-P-Pero-…

-Solo se feliz y no vuelvas a embotellar tus sentimientos de esa manera.- Repuso enérgicamente el de New Bark al empezar a acariciar con dulzura la rubia cabellera de su compañera. -De vez en cuando debes de liberar lo que sientes. Simplemente déjalo fluir para que no vuelva a ocurrir lo que pasó esta tarde.-

-¿Estás seguro de lo que me pides?-

-Completamente.- Reconoció Gold sin dudarlo. -Si sigues de esta manera, y si decides continuar embotellando tus sentimientos cómo ahora, entonces algún día volverás a explotar. Inclusive, el dia qué acabes por estallar, podría ocurrir una tragedia qué lamentar.-

Kelly decide volver a tomarse otro par de segundos para terminar de asimilar lo dicho por Gold. -Uhh… Ok, s-supongo qué podría intentarlo.- Denuncia Kelly con algo de temor. -Intentaré desde ahora no reprimir mis sentimientos.-

-Así me gusta.- Reconoce el de oscura cabellera, volviendo ahora a darle otro par de palmadas en la espalda a la rubia. -Lo más importante para mi es qué seas feliz e independiente.-

-¿Huuuh? ¿Estás seguro de lo que me estas pidiendo?- Pregunto nuevamente Kelly. -¿No te molestara que sea más independiente?-

-Por el contrario, me alegra que ahora seas mucho más independiente y puedas defenderte tú sola. Hehe, incluso creo que ya no necesitarás de que yo te proteja todo el tiempo cómo antes.-

-¡C-Claro que necesito que me protejas cómo antes!- Proclamó Kelly con desesperación y molestia, evidentemente ofendida por el comentario de Gold. -Es cierto que me volví un poco más fuerte por el arduo entrenamiento que me hizo pasar mi prima, pero aun quiero que cuides de mi.-

-Pues no creo qué eso sea posible ya cómo antes.- Admitió Gold con algo de vergüenza, rascando luego una de sus mejillas, mientras qué la fría brisa nocturna volvió a recorrer cada espacio de su ser. -Aunque es lindo ver como, por primera vez, los roles cambiaron, y ahora tú fuiste la que me protegió a mi. No quería tener qué aceptarlo de esta forma, pero me sorprendió mucho lo bien que manejaste la situación.-

Kelly, luego de escuchar lo que dijo Gold, se sonrojo con intensidad, y varias otras lágrimas empezaron a salir de sus hermosos ojos de diferentes colores.

-¿Acaso dije algo malo?-

Kelly negó con la cabeza, miró fijamente a Gold a los ojos y posteriormente lo abrazó con ternura. Ambos ahora podían, no solo sentir el calor que desprendía el cuerpo del otro, sino que también ambos entrenadores podían sentir vívidamente cómo latía el corazón del contrario.

-E-Estas son lágrimas de alegría porque al fin pude ser de utilidad para ti, Gold. No tienes idea de lo mucho que soñé con el día en que pudiera ayudarte y luego me agradecieras por ello.-

-¿Quién lo diría? Supongo que, muy en el fondo, ella sigue siendo la misma dulce, delicada y frágil chica de la qué me enamoré en su momento.- Comenta mentalmente Gold, dándole luego un fugaz beso en la frente a la rubia. -Ojalá te hubieses quedado a mi lado, pero supongo qué el destino tenía otro planes para nosotros.-


Base Secreta del Equipo Rocket, Ciudad Mahogany.


-¡Esta información que robaron es inútil!- Anunció agresivamente Archer, luego de leer los informes robados que les trajeron Petrel y Protón, golpeando ligeramente el escritorio de su oficina con su puño derecho. -Ellos apenas si hablan de Arceus o de las Ruinas de Sinjoh.-

-Me temo qué no había mucha información útil qué pudiéramos extraer. En la computadora principal del jefe de investigación sólo encontramos esto.- Aseguró Petrel con extremada tranquilidad, estando parado junto con Protron frente al escritorio de Archer. -Esos científicos aún no tienen idea de nada de lo que deseabas saber con respecto a Arceus o sobre las Ruinas de Sinjoh.-

-Supuse ese sería el caso, pero tenía la ligera esperanza de encontrar algo más qué palabrerías sin sentido.- Admitió Archer de muy mala gana al exhalar con pesadez. -En fin, ¿algo más qué deseen reportar?-

-Uhhh… Digamos que nos encontramos con una resistencia inesperada.- Reconoció Protón, cruzándose de brazos.

-¿A qué te refieres con una resistencia inesperada?-

-Silver apareció y tuvimos que batallar contra él antes de escapar.- Informó Petrel sin titubear. -Además, el pelirrojo en ese momento no estaba solo…-

-¿Que no estaba solo?- Repitió Archer con cierto interés. -¿A qué te refieres con eso exactamente?-

-Otro chico lo ayudó cuando peleamos contra él.- Informó ahora Proton. -Debo decir que ambos chicos actualmente son fuertes, pero no lo suficiente como para considerarlos una amenaza a nuestra organización.-

-Hmph… Ya veo…-

-¿Deseas que busquemos a Silver y lo eliminemos?- Pregunto Petrel.

-No, por el momento lo más conveniente es dejarlo libre y que siga mejorando por su cuenta.-

-¿Estás seguro de eso?- Preguntó Protón con algo de cautela ante lo dicho por Archer. -Si ese chico sigue así-...

-Su crecimiento es necesario para nuestro futuro.- Manifestó Archer en un confiado y decidido tono de voz. -El, tarde o temprano, regresará a nosotros, le guste o no.-


Ruta Treinta y Dos, Ruinas de Alph, 9:20 P.M


-Uhhh… Tengo una pregunta para ti.-

-¿De qué se trata?- Preguntó Kelly con curiosidad antes de volver a fijar sus ojos en Gold.

-Es sobre lo que te dijo el anciano monje Jin cuando llegaste a la cima de la Torre Sprout. Me gustaría saber qué fue lo que él te dijo.-

Luego de mirar directamente a los ojos a Gold, la rubia procede a guiñar coquetamente uno de sus ojos. -¿Sabías qué la curiosidad mató al Meowth?- Comenta Kelly. -Ya te había dicho qué eso es un secreto.-

-Pero ese Meowth murió sabiendo.- Replicó Gold con insistencia, antes de acomodar también la posición con la qué estaba sentado sobre el pasto. -Además, se dice qué los Meowth poseen nueve vidas. Viendo las cosas así, diría qué ese sería un buen intercambio.-

Cómo respuesta, la rubia vuelve a colocar una sonrisa en su rostro, más esta niega lentamente con su cabeza. -Lo siento, pero no te dire.-

-Vamos, Kelly. En verdad estoy dispuesto a decirte qué fue lo qué él me dijo a mi.-

-¿En serio?-

-Uh-huh.-

-De acuerdo, Gold. ¿Qué fue lo que él te dijo?-

Gold fuerza una pausa en la conversación al permanecer en perfecto silencio por un par de segundos. -De acuerdo… Te lo diré, pero solo por el hecho de qué no tengo nada qué ocultar.- Advierte Gold antes de endurecer su semblante. -Veras, Jin me habló de varias cosas en general al momento en qué llegue al décimo piso de la Torre Sprout, pero le dio un principal enfoque al resentimiento qué mantengo por haber abandonado por un tiempo mi sueño de ser entrenador, y también al miedo qué le tengo a mis propias habilidades para el combate. Luego de eso, él me recomendó qué disfrutara de esté viaje al máximo para así volver a despertar todo mi latente potencial cómo entrenador.-

-Pues eso sonó bastante bien.- Comenta rápidamente Kelly. -Y hasta coincido en sus recomendaciones sobre qué debes de disfrutar de todo esto al máximo.-

-Antes de retirarme de la torre, el hizo una ultima prediccion sobre mi.-

-¿Una última predicción sobre ti?- Repite la rubia con curiosidad, alzando inconscientemente una de sus cejas. -¿Y de qué se trataba?-

-El cree qué, en un futuro no muy lejano, me veré forzado a tomar una decisión entre dos personas importantes para mi.-

-E-Eso… Heh, eso suena cómo sí él estuviese diciendo qué en un futuro tendrías qué decidir entre Crystal y yo.- Manifiesta Kelly en un tono más jovial y hasta de manera burlesca.

-No lo sé, en verdad qué toda esa situación con Jin fue sumamente extraña hasta incluso ponerme la piel de gallina, pero el solo hecho de qué me dijera cosas tan específicas de mí mismo me hizo tomarlo más en serio de lo qué quizás debería.-

-Ya veo.- Fue la réplica de la rubia al momento en qué esta vuelve a enfocar su mirada sobre el oscuro cielo. -Bueno, eso explica bastante tu insistencia sobre el tema.-

-¿Y bien?- Comenta ahora Gold. -¿Qué fue lo qué él te dijo a ti?-

-Ya te lo dije, Gold. Ese es un secreto y no tengo la más mínima intención de decírtelo.-

-Pero se supone no deberíamos de tener secretos entre nosotros.- Aseveró el de New Bark con notable molestia, mirando al mismo tiempo de reojo a la rubia. -Vamos, Kelly. Esto no es para nada justo.-

Con visible apatía en su pálido rostro, la rubia exhala nuevamente con exageración. -De acuerdo, de acuerdo. Tu ganas, Gold.- Denunció finalmente la rubia, colocando luego una fina sonrisa sobre sus labios. -Pero te lo diré con una sola condición, ¿de acuerdo?-

-Aceptare la condición siempre y cuando no sea que elija entre Crystal y tu en este momento.-

Luego de la respuesta dada por Gold, Kelly miró a su compañero con cara de pocos amigos para posteriormente soltar otro largo suspiro repleto de molestia y pesadez.

-Supongo que adivine lo que deseabas proponer, ¿verdad?-

Tch… A veces puedes llegar a ser tan poco divertido.- Reconoce Kelly con desilusión al ver metafóricamente cómo su plan se derrumbaba ante sus ojos. -Pero supongo qué podría decirte lo qué me dijo Jin sí lograras vencerme en una batalla pokémon. ¿Qué tal suena eso?-

-Espera… ¿Hablas en serio?- Cuestionó un anonadado Gold, mismo qué rápidamente colocó una expresión perpleja en su rostro. -¿Estas total y completamente segura de lo qué me estas pidiendo?-

-Total y completamente segura.- Reafirma la rubia en un tono lleno de confianza y seguridad, poco antes de qué se levantara del pasto para posteriormente colocar varios metros de distancia entre ambos. -Entonces, ¿aceptas mi desafío o no?-

Gold asintió en el acto y sin titubear por un solo segundo. -Bien sabes qué no soy el tipo de personas qué se rehúsan a un desafío cuando lo tienen enfrente. -Replicó el de New Bark con firmeza, mirando a la vez a la rubia con determinación. -¿Pero qué reglas quieres utilizar?-

-Preferiría qué sea una batalla sencilla de uno contra uno, y sin sustituciones de ningún tipo. ¿Qué tal te suena eso?-

-Por mí perfecto.- Declara Gold, dando después otro par de pasos para colocar aún más distancia entre ambos. -Pero, antes de comenzar con esto, quiero qué conste qué tu fuiste la de la idea de qué tuviéramos una batalla, ¿ok?-

-Heh, ok. Lo tendré en mente.- Proclamó la rubia con confianza, arrojando justo después sobre el pasto la pokebola qué contenía a su Riolu.

Posterior a qué Riolu se hiciera acto de presencia, Gold traga algo de saliva antes de responder al arrojar la pokebola de su fiel Quilava.

-Vaya… ¿En serio vas a utilizar a Quilava?- Comenta ahora retóricamente Kelly ante la aparición del pokémon de fuego. -De verdad qué te tomaste bastante en serio esto.-

-En mi naturaleza no está el querer perder.- Declara Gold con confianza y energía, estirando al mismo tiempo su entumecido cuerpo. -Pero dejaré qué hagas el primer movimiento.-

-¿Seguro?-

-Las damas primero.-

-Ok, entonces haré que te arrepientas de esa decisión.- Exclamó Kelly. -¡Riolu, comencemos con Force Palm (Palmeo)!-

Posterior a su propia orden dada, el aura qué rodeaba en ese momento a la rubia cambió de manera drástica y cómo había sucedido anteriormente por la tarde. Esta, de un momento a otro, pasó de amable, gentil y dulce, a frío, agresivo y áspero, en cuestión de unas cuantas milésimas de segundo, cosa que no pasó desapercibida por Gold.

-¡Quilava, esquivalo y luego utiliza Flame Wheel (Rueda de Fuego) para contraatacar!-

A simple vista, se podía notar la confianza qué existía entre Kelly y Riolu, toda vez qué este ni por un segundo titubeó al momento de ejecutar lo ordenado por su entrenadora. Ahora, y en esté mismo sentido, Riolu hizo gala de su majestuosa velocidad, y, en un abrir y cerrar de ojos, esté apareció a un costado de Quilava, quien, al no poder reaccionar del todo al veloz ataque, terminó finalmente por ser impactado de forma directa por el Force Palm (Palmeo) de su oponente, provocando luego qué el pokémon de fuego saliera disparado hasta estrellarse estrepitosamente contra un pequeño y seco árbol cercano el cual terminó hecho añicos en el proceso.

-¡Q-QUILAVA!- Gritó desesperadamente un confuso Gold al ver lo sucedido en primera fila.

-Qué conste qué te dije qué te arrepentirías de permitirme atacar primero.- Expresó en contraposición la rubia.

-¿T-Te encuentras bien?- Preguntó Gold en un nervioso tono, mirando atónito a su pokémon entre el polvo y los escombros del qué alguna vez fue un árbol. -¿P-Puedes continuar?-

Pero, a pesar del potente ataque recibido, Quilava se logró incorporar y después encendió las llamas de su espalda a toda potencia, acción que, sumado a la luz qué reflejaba la luna y las estrellas, terminó por ayudar a iluminar aún más todos los alrededores. Aquí fue más qué aparente qué Quilava deseaba continuar, además de vencer a toda costa al pokémon de Kelly.

-Hmph, pues no esperaba menos de uno de tus pokémon.- Declara comedidamente Kelly, mirando con curiosidad cómo a duras penas el pokémon de Gold se podía mantener en pie. -¡Riolu, Vacuum Wave (Onda Vacío)!-

-Quilava, no dejes qué Riolu te vuelva a sorprender. Esta vez ataca utilizando Quick Attack (Ataque Rápido).-

Posterior a las órdenes de sus respectivos entrenadores, rápidamente Riolu y Quilava desaparecieron al comenzar a correr, cómo por arte de magia al ser estos mucho más rápido qué lo qué el ojo humano podía captar, con el fin de atacarse el uno al otro hasta el punto en qué solo se podía escuchar el violento estruendo qué estos producían al chocar una y otra y otra vez.

Después de una serie de segundos llenos de incertidumbre y nerviosismo, ambos pokémon vuelven a hacer acto de presencia ante los ojos de Gold y Kelly. Ahora, tanto Quilava cómo Riolu, mostraban signos de estar sumamente lastimados y agotados a más no poder, pero ninguno deseaba aceptar la derrota frente al contrario. El orgullo de ambos pokémon estaba en juego.

-Supongo que todo se decidirá en el próximo ataque.- Anunció la rubia de manera enérgica. -Espero estés listo, Gold.-

-Eso es lo que parece.- Admitió Gold en un serio tono de voz. -¡Quilava, acaba con Riolu utilizando Flame Wheel (Rueda de Fuego)!-

Quilava, a pesar de lo cansado que estaba, cubrió sin pensarlo dos veces todo su cuerpo en una gruesa capa de fuego, empezando después a correr en dirección a Riolu con toda la intención de terminar de una vez y por todas con su oponente.

-¡Riolu, esquivalo y luego utiliza Blaze Kick (Patada Llameante)!-

-¿P-Patada Llameante?-

En apenas milésimas de segundo, y muy para la sorpresa de Gold, Riolu esquivó de un acrobático salto el golpe de Quilava. Acto seguido, el pokémon de Kelly encendió su pata inferior derecha en fuego, estando aún en pleno aire, para posteriormente golpear de forma directa al pokemon de Gold en un costado, provocando en el acto qué éste fuera incapaz de continuar con el combate.

-Hehe, supongo qué la victoria es toda mía.- Declaró la rubia con alegría al mirar cómo Quilava yacía inconsciente sobre el césped, regresando después a su Riolu para qué descansara. -Lo siento mucho, Gold. Pero mejor suerte para la próxima.-

El de New Bark estaba ahora en estado de shock. El sencillamente no podía creer o darle crédito a qué había perdido de esa manera contra la chica qué él solía proteger. Su mente se rehusaba a admitir qué había sido derrotado de esa manera tan humillante.

-¿Gold, te encuentras bien?- Preguntó Kelly con preocupación al dar un par de pasos para acercarse a él. -¿Gold?-

-¿Yo… perdí?- Se preguntó mentalmente Gold, mientras regresaba a su pokebola a Quilava con sus ahora temblorosas manos. -N-No puedo creerlo… ¿En serio perdí?-