5 días después, Bosque Ilex, 5:55 P.M
El gran bosque ilex, un paraíso ecológico famoso internacionalmente no solo por ser un lugar casi inexplorado e inhóspito, sino también por tener una gran diversidad de especies pokémon de diferentes tipos que habitan y coexisten en armonía con la naturaleza. Desde Caterpies hasta Ursaring, pasando por Oddish y Houndoom. Este lugar tiene alrededor de cincuenta kilómetros cuadrados de espeso bosque el cual conecta a Ciudad Azalea con la ruta treinta y cuatro, misma qué a su vez colinda con Ciudad Goldenrod.
En esté sentido, una de las características más notorias y famosas del bosque ilex son, sin lugar a duda, sus árboles. Estos, gracias a los nutrientes del fértil suelo a sus pies, son tan altos y frondosos que la luz del sol no entra del todo a las partes más bajas del lugar, provocando que dentro del bosque la temperatura sea relativamente baja a toda hora del día, inclusive en los calurosos días de verano.
Según las leyendas de los lugareños, el bosque ilex es protegido por un guardián, un pokemon legendario y mítico el cual tiene en su honor un sencillo altar de madera ubicado en lo más profundo del bosque. Este misterioso pokémon por muchos es conocido como "la voz del bosque". Según dicen, él posee la extraordinaria habilidad de purificar el corazón de pokemon corrompidos y también de restaurar la vida de bosques devastados, incluso se dice que es capaz de viajar en el tiempo.
Ahora, posterior a su batalla en el gimnasio, el grupo decidió abandonar Ciudad Azalea al día siguiente para continuar con su travesía. Crystal, quien deseaba con ansias explorar y conocer más a fondo los lugares famoso de Johto para entender mejor sus ecosistemas, sugirió adentrarse en el bosque ilex para de esa forma cortar un par de días a su viaje en vez de tomar el largo desvío que utilizaban el resto de personas que deseaban llegar a Ciudad Goldenrod. El grupo aceptó la petición de Crystal y luego deciden entrar de lleno al misterioso bosque.
Por lo demás, y de manera curiosa, a pesar de todas las cosas sucedidas desde que el grupo salió de Ciudad Cherrygrove hace más de veinte días atrás, el ambiente entre ellos no podía ser mejor. Por alguna extraña razón, los últimos cinco días fueron bastante pacíficos entre todos desde que Gold derrotó a Bugsy en Ciudad Azalea, sumado a que Crystal y Kelly se toleraban un poco más y no discutían del todo.
-Ughhh… ¡Esto es inútil! Oficialmente estamos perdidos.- Anunció con frustración Gold, cerrando la aplicación del mapa en su Pokegear a la vez que suspiraba sonoramente y apoyaba el peso de su cuerpo contra un frondoso árbol cercano. -Por desgracia para nosotros, aún estamos demasiado alejados de la ruta principal y dudo mucho que podamos proseguir por el día de hoy. Ya se nos hizo demasiado tarde por estar caminando en círculos.-
-Lo mejor es empezar a prepararnos para pasar otra larga noche aquí.- Propuso Crystal de manera enérgica y alegre antes de abrir su mochila de viaje para sacar un pequeño cuaderno de apuntes junto a un bolígrafo. -Sería peligroso intentar regresar al sendero principal con tan poca luz.-
-¿O sea qué esta será otra noche más en donde dormiremos rodeados de insectos, mugre y árboles?- Preguntó retóricamente Kelly con molestia y en un depresivo tono de voz al momento en que se encogía de hombros. -¡Esto simplemente es genial!-
-Vamos, no seas tan negativa y pesimista.- Aconseja Crystal en un tono tranquilo antes de darle unas palmadas en la espalda a la rubia. -Yo en lo personal estoy disfrutando mucho de este tour ya qué no siempre puedo recolectar tanta información de un ecosistema tan único cómo esté. Aunque, ahora qué lo mencionas, las cosas podrían ser mucho peor. En cualquier momento podría aparecer un pokémon salvaje y-...
-Ummm… No estás ayudando en nada diciendo ese tipo de cosas, Crys.- Informó Gold volviendo a suspirar de manera exagerada.
-Lo lamento, pero es qué encuentro demasiado difícil no ser tan negativa cuando literalmente estamos perdidos en medio de un maldito bosque lejos de la civilización.- Manifiesta agresivamente Kelly, quitándose entonces momentáneamente sus anteojos para acicalar su rostro. -Ya inclusive perdí la cuenta de la cantidad de días qué hemos estado vagando en esté lugar.-
Tras todo lo dicho por la rubia, ahora es el turno de Gold para exhalar aire con pesadez mientras qué él se acercaba a dónde está para brindarle un par de caricias sobre su cabeza. -Vamos, Kelly… Entiendo perfectamente lo qué dices y sientes, pero tampoco es qué ayudará mucho a nuestra situación el qué te estés quejando de esa manera.- Asegura Gold de manera comedida al colocar una cálida sonrisa y sacar luego a Quilava de su pokebola. -Lo mejor que podemos hacer ahora es prepararnos para pasar otra fría noche aquí. De igual forma yo me ofrezco a buscar leña para que no se vuelva a repetir "ESE" pequeño incidente.-
Quilava, al escuchar lo expresado por su entrenador, miró automáticamente con cara de pocos amigos a ambas chicas al encender las llamas de su espalda. Crystal y Kelly, por otro lado, se sonrojaron con intensidad al recrear dentro de sus mentes cómo todos se vieron en la forzosa necesidad de utilizar a Quilava de almohada para mantener su calor corporal la primera noche que tuvieron que dormir dentro del bosque, cosa que obviamente al pokémon de fuego no le hizo ningún poco de gracia. En general, su primera noche en el bosque resultó ser un completo desastre debido tanto a su ingenuidad colectiva como también a su inexperiencia frente a un lugar tan inhóspito.
-Y-yo-... Uhhh… En ese caso, creo que empezaré a preparar el campamento.- Informó rápidamente Kelly con vergüenza, tratando inútilmente ahora de desaparecer el embarazoso recuerdo de su mente. -T-También empezare a armar las tiendas de campaña para cuando regreses de recoger la leña.-
-Ok, entonces supongo qué yo me encargaré de preparar la cena de hoy.- Anuncia Crystal al expulsar un suspiro, luego de volver a guardar su cuaderno de apuntes junto con el bolígrafo. -Sino mal recuerdo, creo qué aún tenemos un poco de pan.-
Gold asintió ante ambas con una recatada sonrisa. -De acuerdo, las veré dentro de un rato.- Declaró Gold al darle la espalda a sus compañeras para de ese modo alejarse del campamento junto con Quilava. -Intentaré regresar lo más pronto posible con mucha leña para no pasar tanto frío.-
-¡MÁS TE VALE!- Gritaron a la vez Crystal y Kelly.
Gold poco a poco se fue adentrando más y más dentro del espeso bosque en busca de algo de leña con la invaluable ayuda de Quilava, pokémon quien le ayudaba a iluminar su camino gracias a las llamas qué esté era capaz de generar de su espalda.
Si algo él bien había aprendido en los últimos días era que nunca es buena idea el alejarse del campamento por demasiado tiempo en un lugar con tan poca iluminación. De igual forma, Gold también aprendió qué, cuando caían las últimas horas de la tarde, por todo alrededor del bosque se generaba sin previo aviso una espesa neblina gracias al gélido ambiente qué producía la falta de luz solar y la humedad de los árboles y plantas locales.
Curiosamente, ni siquiera sus preciados goggles eran de fiar del todo para ayudarle a localizar el camino de regreso al campamento en caso de perderse. La oscuridad y el frío eran en ese momento sus peores enemigos a vencer. Ahora, con cada minuto qué pasaba Gold podía sentir vivamente en cada rincón de su cuerpo cómo la temperatura comenzaba a descender hasta el punto de que podía ver su propio aliento.
Quilava, por su parte, se notaba a simple vista intranquilo y nervioso. Por alguna razón qué escapaba de Gold, el pokemon de fuego temblaba y cada ciertos segundos miraba de un lado al otro cómo sí estuviese buscando algo más qué solo leña.
-¿Te pasa algo?- Preguntó con curiosidad Gold al notar el extraño comportamiento de su pokemon. -¿No me digas que aun estas molesto por lo de la otra noche?-
No obstante, Quilava hace caso omiso a lo qué dijo su entrenador en favor no solo de de continuar observando con algo de desesperación de un lado al otro mientras qué el par continuaba con su caminata en medio del bosque, sino qué sus orejas se pusieron completamente erectas al moverse frenéticamente de atrás hacia adelante cómo sí estuvieran tratando de captar algún tipo de sonido en específico.
-Oye, Quilava… ¿Te encuentras bien?- Pregunta nuevamente Gold, pero esta vez con un semblante mucho más serio y con preocupación. -Te noto un poco intranquilo… ¿O es qué acaso estás molesto conmigo o algo por el estilo?-
Pero, por segunda vez, Quilava en primera instancia vuelve a ignorar la pregunta realizada por su entrenador con total impunidad. Gold, en respuesta, se detiene en seco y mira fijamente al pokémon de fuego directo a su ojos luego de qué esté se detuviera también. Otro par de silenciosos segundos llegaron a transcurrir posterior a esto, hasta cuando Quilava aparta la mirada del rostro de su entrenador y, de un ágil salto a su derecha, sale corriendo con ahínco al adentrarse aún más en las profundidades del bosque.
-¿P-Pero qué demonios-...? ¡Q-Quilava, detente!- Ordenó Gold con exasperación antes de también ponerse a correr al perseguir a su pokémon para no perderlo de vista entre la espesa maleza y la infinidad de árboles por doquier en los alrededores. -¿Qué rayos sucede contigo?-
Sin embargo, muy para el malestar de Gold, el a duras penas podía seguirle el paso a su pokémon debido en gran medida a la espesa niebla qué poco a poco comenzaba a tener más auge, sumado también a la inmensurable vegetación del bosque. Ahora, con cada paso qué daba, el podía sentir cómo el oxígeno empezaba a faltarle en sus pulmones debido al enorme esfuerzo qué representaba correr y esquivar obstáculos cómo árboles, maleza y troncos caídos.
Pasado poco menos de un minuto de intensa persecución por el bosque, Quilava finalmente se detuvo en seco frente a una curiosa y llamativa estructura hecha enteramente de madera. La misma media poco más de metro y medio.
-¿P-Pero qué… r-rayos es lo qué… sucede contigo… Q-Quilava?- Cuestiona Gold entre ahogados jadeos al finalmente alcanzar a su pokémon, dando también un par de desesperadas bocanadas para intentar recuperar su aliento. -¿P-Por qué saliste corriendo de ese modo?-
En respuesta, el pokémon de fuego se acerca tímidamente a dónde estaba colocado su agotado entrenador y, con ayuda de una de sus patas delanteras, señala en dirección a la pequeña estructura de madera puesta a unos metros de dónde ahora ambos estaban parados.
-¿Un altar en medio del bosque?- Comenta Gold al mirar de reojo a su pokémon con una mezcla entre curiosidad y molestia. -No lo entiendo. ¿Por qué una estructura cómo esta estaría puesta aquí en medio de la nada?-
Quilava soltó un grave gruñido para replicar a su entrenador, antes de proseguir observando con atención el llamativo y antiguo altar frente a ambos. Gold, luego de recuperar por completo su aliento un par de segundos después, se acerca un poco más al altar de madera y nota en el acto un viejo y amarillento letrero con un pergamino pegado en medio.
"En honor a la voz del bosque que cuida y protege este sagrado lugar de todo mal."
-¿En honor a la voz del… bosque?- Repitió Gold con curiosidad e inclinando su cabeza para entonces regresar a Quilava a su pokebola. -Bueno, supongo qué eso significa qué no podré utilizar esto cómo leña.-
Acto seguido de su comentario, un sorpresivo e intenso rayo de luz empieza a rodear por completo todo el sector en dónde yace en altar, provocando qué todos y cada uno de los árboles y vegetación cercana a su alrededor se iluminen hasta el punto de brillar. Luego de esto, todo sonido qué anteriormente se escuchaba dentro del bosque dejó de existir de un momento a otro cómo por arte de magia. Ahora, ni el sonido del viento se podía escuchar en las cercanías.
Gold, posterior a qué sucediera esto, siente de manera estrepitosa cómo el peso de su cuerpo aumentó desmedidamente cómo sí la mismísima fuerza de gravedad se hubiese triplicado en cuestión de milésimas de segundo. Sumado a lo anterior, el medio se apodera del joven entrenador hasta hacerle temblar. Él deseaba poder alejarse de ese lugar lo más rápido qué pudiese, pero ni su cuerpo ni sus músculos eran capaces de obedecer sus deseos. Para Gold todo esto era cómo sí el tiempo mismo, por alguna razón qué no comprendía, se hubiese detenido o alguien lo estuviera manejando a su antojo.
-¿P-Pero qué… me está… sucediendo?- Se pregunta Gold entre dientes, ahora con desesperación y miedo, al momento qué su mente intentaba descifrar o explicar qué era lo qué ocurría a su alrededor. -¿Será… esto… obra… de … un… pokémon?-
Los segundos parecían horas, y las horas se convirtieron en semanas enteras. Por lo demás, cada vez qué Gold intentaba respirar o sentía su corazón latir, era para él cómo sí hubiesen pasado siglos entre uno y otro.
Al pasar otro indeterminado número de segundos, Gold finalmente es capaz de recuperar medianamente la movilidad en sus extremidades, más la incertidumbre y lo terrorífica de toda la situación le impedían analizar las cosas correctamente. Sus pensamientos, en ese preciso momento, estaban revueltos y divididos al no saber qué hacer o cómo actuar. Pero, antes de qué él pudiese tan siquiera mover un músculo, un segundo rayo de luz con mucha más intensidad y brillo hace acto de presencia en el altar por varios otros segundos que se hicieron eternos.
Gold, tras esté segundo e inesperado rayo de luz, termina perdiendo el equilibrio y cae ahora de rodillas sobre el húmedo y frío suelo lleno de hojas podridas y tierra, cuando de repente dicha luz vuelve a perder algo de intensidad.
-N-No lo entiendo… ¿Qué se supone está sucediendo aquí?- Cuestiona Gold con más desesperación, al momento en qué frente al altar se empieza a formar una especie de grita en mitad del aire, muy parecida a un brillante espejo translúcido, el cual ahora reflejaba a la perfección la imagen de una pálida, delgada y linda chica la cual aparentaba ser al menos un par de años mayor qué el.
Ante tal críptica, Gold, por alguna razón qué escapaba de su compresión, se comienza a sentir extrañamente atraído por esa chica, cómo los Ursaring a la miel o los Grimer a los lugares contaminados. El miedo y la desesperación qué anteriormente se paseaban por cada célula de su cuerpo se fueron desvaneciendo cómo polvo al viento.
-Tu rostro me es extrañamente familiar.- Señala Gold para sí mismo. -Por alguna extraña razón, siento qué te conozco. Pero no recuerdo el haberte visto antes en mi vida.-
Observando ahora con más atencion el extraño reflejo de la desconocida, Gold nota rapidamente que la cabellera de esta era de color negro y qué esté le llegaba facilmente hasta la cintura. Además, el también nota los brillantes ojos color esmeralda qué tenía la desconocida, sumado a qué ella vestia con una sencilla blusa de color negro con detalles en dorado a los lados, unos jeans azules oscuros, zapatillas deportivas en azul y una mochila grisacea a su espalda.
A pesar de qué cada fibra de su ser le advertía de lo contrario, Gold decide arrastrarse lenta y precavidamente en dirección a la extraña y resplandeciente grita hasta cuando esté se colocó a escasos centímetros de ella. A simple vista, Gold parecía estar en una especie de trance al estilo de los insectos qué son atraídos por las cosas brillantes, y, sin darle importancia a su seguridad, el levanta tímidamente su mano derecha y procede a tocar la extraña grita con la punta de sus dedos.
-S-Se siente cómo sí hubiese metido los dedos en un estanque de agua fría.- Expresó Gold con nerviosismo y algo de miedo. -¿Qué demonios es esta cosa?-
El frío y el antinatural silencio aún imperaban dentro del bosque con aterrorizante calma, cosa qué le puso la piel de gallina al de New Bark con creces. Por lo demas, tras haber tocado la bizarra grieta frente al altar, el reflejo de la chica de oscura cabellera se empieza a distorsionar hasta el punto qué dicha grita se torna de color dorado incandescente. Ahora y de manera extraña para la sorpresa de Gold, la chica se desvanece por completo y en su lugar queda un espacio vacio de color blanco, prácticamente cómo sí hubiesen arrancado fortuitamente una vieja y desgastada foto de su marco.
Gold sencillamente no entendía qué era lo que estaba pasando frente a él. Su cerebro y su sentido común le advertían a gritos del peligro que representaba permanecer por más tiempo del debido en ese lugar. Y lo más lógico en esa situación era escapar ahora qué podía lo más rápido posible para regresar con Kelly y Crystal, pero su latente curiosidad y la mayoría de sus músculos se rehusaron a tal acción.
Inesperadamente, un tercer rayo de luz se generó de manera mucho más agresiva, pero esta vez originándose desde la mismísima grieta. Gold, inconscientemente y por puro instinto, retrocedió de manera torpe, tropezando a la vez con un pequeño arbusto a sus pies. Pero antes de que él pudiese alejarse del todo, la chica de oscura cabellera reapareció en medio de la grieta y posteriormente esta salió disparada violentamente, cayéndole encima a Gold y haciendo que este se estrellara estrepitosamente contra la base de un árbol cercano.
Nuevamente, y cómo sí alguien hubiese encendido fortuitamente un interruptor invisible, el sonido del viento al golpear las ramas de los árboles regresó al ahora agitado bosque, mientras qué el característico sonido emitido por los insectos volvió a imperar en aquel oscuro laberinto natural lleno de verde vegetación. Gold y la chica de cabellero negro, por su parte, ahora yacian tirados sobre el suelo inconsientes y separados el uno de la otra por un par de metros de distancia.
La chica abrió sus ojos y se despertó violentamente dando desesperados manotazos al aire como si hubiese estado viviendo dentro de una larga y terrible pesadilla por más tiempo del que debió. Ella, pasados un par de segundos más llenos de incertidumbre, se da cuenta no solo qué estaba hiperventilando de forma frenética, agregando los acelerados latidos de su corazón, sino que ahora también podía apreciar cómo su propio aliento se mezclaba con la ligera capa de neblina que cubría todo a su alrededor.
-Ughhh … Y-Yo… ¿E-En donde demonios estoy?- Se preguntó la chica en un nervioso y recatado tono, mirando con desasosiego todo a su alrededor al notar una infinidad de frondosos árboles por todos lados, además de también un pequeño y desgastado altar de madera colocado cómo a tres metros a su izquierda. -¿Acaso estoy dentro del bosque Ilex?-
Su corazón aún seguía latiendo con locura al seguir observando todo a su alrededor, mientras qué su cuerpo se sentía entumecido a más no poder. Pero, por algún motivo qué escapaba de su comprensión, varias lágrimas empiezan a brotar repentinamente de sus ojos, mismas las cuales recorren sus sonrojadas mejillas hasta caer al suelo, cuando de repente cada centímetro de su ser empieza a sentir una mezcla entre miedo, tristeza y vulnerabilidad.
-¿H-Huuh? ¿P-Por que ahora estoy llorando?- Se cuestionó temerosamente la chica quien decidió utilizar sus temblorosas manos para limpiar sus propias lágrimas -Ughhh… ¿Pero qué rayos hago yo en esté lugar? No lo entiendo…-
Confusión, desorientación y un poco de náuseas en combinación con un ligero dolor de cabeza. Muchas preguntas iban y venían dentro de la revuelta mente de la chica, más la oscuridad del bosque junto a la capa de neblina no le ayudaban en lo más mínimo a sentirse mejor o a responder el sinnúmero de preguntas qué ahora rondaban dentro de su cabeza.
-Ok… Solo respira y cálmate, Yuna. Respira, cálmate y analiza la situación con mente fría tal cómo te enseño papá.- Comenta la jovencita a sí misma, cerrando sus ojos por otro par de segundos para intentar regular su agitada respiración. -Veamos… Lo último qué recuerdo fue ver una brillante luz dorada. Pero lo demás es demasiado borroso y confuso. Ughhh… ¿Por qué no puedo recordar qué estoy haciendo aquí?-
Instantes después, Yuna levanta su espalda del suelo al sentarse sobre el suelo, quitándose su mochila de la espalda y posteriormente revisando minuciosamente el interior de la misma en busca de pistas sobre cómo había terminado en medio de lo qué ella suponía era el bosque Ilex. Sin embargo, lo único qué encontró en el interior fueron las intactas pokebolas con sus pokémon al igual qué el resto de sus otras pertenencias.
-Esto es el colmo y debería de estar muy avergonzada de mi misma.- Exclamó la chica de oscura cabellera en un tono apático y rebelde. -¿Qué clase de campeona se supone qué soy? A esté paso terminare por manchar por completo el nombre de mi familia.-
Yuna suelta aquí un exagerado suspiro cargado de sentimientos encontrados, entre ellos molestia, rabia, desesperación y confusión, justo al proceder a levantarse del suelo con un poco de torpeza. Por consiguiente, más preguntas iban y venían dentro de la cabeza de la jovencita, pero ninguna sola respuesta era capaz de explicar a cabalidad todo lo ocurrido.
Asimismo tras esto, ella opta por incorporarse de una vez por todas al saber qué no resolvería nada estando de esta forma sin hacer nada, por lo qué, al intentar dar un par de pasos para desentumecer su cuerpo, la chica descuidadamente tropieza fortuitamente contra lo qué parecía ser un tronco, cayendo estrepitosamente contra el suelo.
-UOAAAHHH… ¡Esto es el colmo!- Exclama Yuna al mezclar rabia y tristeza en su voz, ahora nuevamente con más lágrimas saliendo de sus ojos. -¿Por qué me está pasando esto a mi justo ahora?-
La chica vuelve a suspirar con desgano, volteando luego para ver exactamente con lo qué había tropezado, más la sorpresa qué esta se llevó no tuvo nombre al percatarse después de cómo lo qué parecía ser otra persona yacía tirada boca abajo a sus pies.
-¿¡P-Pero qué demonios!?-
Yuna se arrastró velozmente con desesperación hasta colocarse a espaldas de un pequeño árbol de bayas con el fin de poner algo de distancia entre la persona que yacía en el suelo y ella. Ahora, nuevamente la chica experimenta la conversión de otra serie de sentimientos dentro de su pecho hasta el punto de qué el terror se volvió a apoderar de cada parte de su ser. Tanto su corazón, cómo también su respiración, aceleraron desmedidamente en el acto al no saber el porqué de todo esto.
-Uhhh… O-Oye… Ummm… ¿T-Te encuentras bien?- Pregunta Yuna con notable miedo y nerviosismo, estando aún a un par de metros de distancia de la persona inconsciente. -¿H-H-Hola?-
Pero, nada llegó a ocurrir. Ninguna respuesta fue dada y Yuna tenía la sensación de que algo no andaba bien con esa persona, por lo qué, a pesar del aberrante sentimiento de terror que la tenía con todos los nervios de punta, ella decide armarse de valor al gatear y acercarse. Estando ahora frente a esta persona, Yuna lo voltea con extremo cuidado y procede a revisar su condición y pulso.
-O-Ok… Gracias a Arceus qué estás vivo.- Expresó Yuna al momento de soltar otro enorme suspiro lleno de alivio al ver qué el chico a su lado solo estaba inconsciente. -Ahora lo qué me queda es verificar sí tienes alguna herida o contusión.-
De manera rápida, Yuna sacó de su mochila una pequeña linterna y luego la encendió. Ella, al iluminar el rostro del joven chico inconsciente, no noto ninguna herida o lesion aparenta, más lo qué sí llamo fuertemente su atencion fue el hecho de qué esté chico tenía puesta sobre su cabeza una desgastada gorra de color negro y dorado, además de uno llamativos goggles.
-Hmph… Tu rostro me es extrañamente familiar.- Susurra Yuna entre dientes, sintiendo aquí cómo un sentimiento de nostalgia llegó a invadir su ya no tan acelerado corazón. -Tengo la impresión de conocerte de algún lado, pero no recuerdo haberte visto antes.-
Yuna se terminó por cruzar de brazos, pero sus sentimientos estaban a flor de piel. Ella sentía una extraña y fuerte conexión con aquel chico inconsciente. Pero, por más qué lo intentara, esta no podía recordar nada sobre él o cómo había llegado hasta aquí.
-¡D-Demonios…! ¡E-Esto es inútil a más no poder! Cada vez qué intento recordar, es cómo si mi mente se pusiera en blanco por default.- Manifestó Yuna en un agrio tono de voz que denotaba frustración, antes de volver a abrir su ojos y notar qué, a un par de metros de su posición a su derecha, yacía ahora un Riolu con cara de muy pocos amigos el cual la observaba atentamente.
-¿Un Riolu salvaje en este bosque? Hmph, esto si que es nuevo. Se supone los Riolu son nativos de lugares montañosos.-
Riolu, al notar que Yuna detectó su presencia, automáticamente cambió el semblante en su rostro a uno más tosco y luego se colocó en una clara posición de batalla.
-Ohhh… ¿Con qué deseas una pelea?- Preguntó Yuna de manera retórica al mismo tiempo que abría su mochila para sacar una pokebola, misma la cual rápidamente arroja al suelo antes de terminar por levantarse ella misma. -¡Scizor, démosle a ese pequeñin una lección!-
Milesimas de segundo despues de lo dicho por Yuna, un metalico e insectoido pokémon de color rojo escarlata se materializo de la pokebola qué ella habia arrojado al suelo. Dicho pokémon, en el acto, adopta una firme posición defensiva frente a su entrenadora en espera de sus órdenes sobre cómo proceder.
-¿Encontraste algo por aquí, Riolu?- Se escuchó preguntar luego a una voz recatada y femenina con preocupación, y qué provenía de algún lugar entre el bosque a unos metros a espaldas del pokémon de tipo peleador. -¿R-Riolu?-
En respuesta, Riolu inconscientemente mueve sus orejas ante la familiar voz y después emite un fuerte y continuo gruñido con el aparente fin de dar a conocer su localización.
-Ya veo… Con qué no eres un pokémon salvaje después de todo.- Comenta Yuna para sí mismo al cruzarse de brazos con decepción. -Bueno, supongo qué eso explica mejor el porqué un pokémon cómo tu estaría fuera del qué se supone es su hábitat natural.-
Otro par de segundos más llegaron a transcurrir, y de entre la neblina y a espaldas de Riolu aparecen después dos jóvenes chicas, ambas con preocupadas y nerviosas expresiones en sus pálidos rostros. La primera de estas era algo baja de estatura y tenía puesto frente a sus ojos unos elegantes anteojos, además de qué su cabellera era rubia y sus ojos eran de diferentes colores. Por su parte, la segunda de estas era un poco más alta qué la primera, sumado a qué sus expresivos ojos eran de color azul marino y su cabello, el cual tenía amarrado en dos perfectamente simetricas coletas a cada lado de su cabeza, tenía una peculiar tonalidad entre negro y azul.
-Esas dos… Esto es extraño, ¿pero porque siento qué también las he visto antes en otro lado?- Se cuestiona Yuna mentalmente con desdén, justo cuando las recién llegadas daban tímidos pasos hasta dónde ella estaba localizada. -Ughhh… ¿Por qué rayos no puedo recordar nada? ¡Esto es tan frustrante!-
Entre tanto, la pequeña rubia de anteojos, notando rápidamente cómo a los pies de Yuna y su Scizor yacía un chico de oscura cabellera el cual ella claramente pudo reconocer, termina por cambiar por completo el semblante de su rostro de manera visible para todos los presentes.
-¿¡QUÉ DEMONIOS LE HICISTE A MÍ GOLD!?- Pregunta agresivamente la rubia al quitarse sus anteojos y fulminando a la desconocida con una fría mirada llena de odio. -¡RESPONDE AHORA O ASUME LAS CONSECUENCIAS!-
-¿Acaso dijiste tu Gold?- Repitió Yuna en un confuso tono de voz para luego parpadear repetidas veces de manera fugaz. -Ummm… E-Espera un momento… ¿En serio ese es el nombre de esté chico de aquí?-
-¡Mareep, yo te elijo!- Exclamó ahora la chica de las coletas al arrojar enérgicamente una pokebola al suelo. -Ayudemos a Riolu.-
Más sentimientos y emociones fueron fluyendo desmedidamente dentro de Yuna tras la aparición del pokémon de tipo eléctrico controlado por la chica de coletas, acción qué provoca qué esta termine intercambiando de reojo miradas con su Scizor por breves instantes. -E-Esperen un momento, por favor. T-Todo esto es un terrible mal entendido. Escuchen, mi nombre es Yuna y soy de-...
-¡Riolu, utiliza Force Palm (Palmeo)!-
Aprovechando la oscuridad y la neblina qué envolvía la gran mayoría del bosque, el pokémon de tipo peleador intentó un atrevido movimiento para de esa forma atacar por la espalda a Yuna. Pero, justo en el momento en qué el pokémon de la rubia se disponía a dar el golpe de gracia, Scizor intercepta e inmoviliza a Riolu al utilizar sus metálicas garras tras dar un ágil salto para cubrir a su entrenadora.
-¡Por favor, detenganse en esté momento!- Ordena Yuna con desesperación y molestia, pero conservando a la vez un semblante más firme. -No estoy en busca de problemas, ni mucho menos deseo lastimar a alguno de ustedes. Solo detenganse y hablemos civilizadamente sobre lo qué ocurrió aquí, ¿de acuerdo?-
-Tch, ¿con qué lastimarnos?- Repitió entonces la rubia en tono de burla y qué también denotaba lo exasperada qué estaba debido al comentario hecho por Yuna. -¿Quien mierda te crees qué eres? ¡Tú no sabes con quién te estás metiendo!-
-¡Mareep, utiliza Thundershock (Impactrueno)!-
Antes de que el ataque de Mareep conectara en él, Scizor arrojó violentamente a Riolu contra un árbol cercano, provocando al instante que el pokémon de Kelly quedará inconsciente. Posteriormente, Scizor esquivó el ataque eléctrico al saltar y colocarse sobre las ramas del mismo árbol al cual había arrojado a Riolu milésimas de segundo antes.
-Hmph… Pues conste qué se los advertí. ¡Scizor, acaba a Mareep con Bullet Punch (Puño Bala)!- Ordena Yuna en un frío e impersonal tono de voz. -¡Terminemos con esto de una vez por todas!-
Scizor, inmediatamente y sin darle el más mínimo tiempo de reacción a su oponente, ejecuta otro acrobático salto y, al acercarse de una zancada a Mareep, conecta un rápido y certero golpe directo sobre uno de sus costados el cual deja fuera de combate al pokémon de tipo eléctrico.
Tras lo sucedido, ambas recién llegadas intercambian incrédulas miradas repletas de decepción y angustia al haber sido derrotadas tan fácilmente. Ninguna de las dos le daba el debido crédito a lo qué acababa de presenciar.
-¿Ya tuvieron suficiente?- Preguntó retóricamente Yuna, momentos antes de volver a cruzarse de manos con frialdad. -¿Estan satisfechas o quieren qué les de otra paliza?-
-T-Tu… Grrrr, ¿qué fue lo qué le hiciste a Gold?- Cuestiona la chica de coletas en respuesta, regresando entonces a Mareep a su pokebola. -Por qué te juro qué-...
-El ya estaba inconsciente cuando lo encontré.- Indicó rápidamente Yuna en un apático tono. -Eso era lo que intentaba tratar de explicarles desde un principio. Pero prefirieron atacarme en vez de escucharme…-
-Espera… ¿Cómo qué Gold estaba inconsciente cuando lo encontraste?- Pregunta la rubia con incredulidad al regresar a Riolu para posteriormente acercarse corriendo en dirección a su inconsciente compañero.
-Sinceramente no sé la razón del porqué estaba así o cómo llegó hasta aquí, pero no note ninguna herida grave o contusión en él cuando lo revise.- Señaló Yuna al mover y peinar un molesto mechón de su cabello qué se había colocado en medio de su rostro. -Aunque por el momento lo mejor seria dejarlo descansar y esperar a qué despierte para qué nos pueda contar lo sucedido.-
Por segunda vez las recién llegadas intercambian reacias miradas, más la de coletas es la siguiente en comentar. -Uhh… L-Lamentamos mucho todo esté malentendido.- Comenta la chica en cuestión, segundos antes de agachar su cabeza en señal de arrepentimiento. -¿Pero ahora dinos cómo podríamos recompensarte por esto?-
-Hmmm… ¿Qué les parece mejor sí me responden una pregunta cómo compensación?- Propuso Yuna en el acto. -Sí lo hacen, prometo olvidarme de todo este pequeño malentendido.-
-¿Qué te respondamos una pregunta?- Repite la de coletas con extrañeza, alzando una de sus cejas de manera inconsciente a la par en qué ella se acercaba a dónde estaban las otras dos. -Ok, no veo porque no. Adelante y pregunta lo qué desees.-
-El nombre de este chico… ¿Acaso dijeron que era Gold?-
-¿Y que tiene si su nombre es Gold?- Preguntó agresivamente la rubia al mismo tiempo en que se colocaba nuevamente sus anteojos. -¿Acaso lo conoces o algo así?-
-En lo absoluto. No creo conocerlo.- Replicó Yuna al rascar la parte posterior de su cabeza para después mirar de reojo al inconsciente chico de cabello negro que yacía aún sobre el suelo. -Aunque, por alguna extraña razón, siento una potente atracción hacia su persona.-
-¿Una potente atracción hacia él?- Repitió la de coletas milésimas de segundo antes de que su rostro se pusiera de color rojo escarlata. -¡E-Exijo una explicación de eso qué dijiste en este instante!-
-Es qué ese es el problema. Yo no sé cómo explicarlo con palabras.- Confesó Yuna en un tímido tono de voz. -Pero supongo que todo esto se debe a que ese chico tiene el mismo nombre de mi padre.-
-¿El mismo nombre de tu padre?- Repitió ahora la de anteojos frunciendo el ceño con intensidad. -¿O sea qué el nombre de tu padre es Gold?-
-A-así es. Tanto él, cómo yo, nacimos y aún vivimos en Pueblo New Bark junto con mi madre.-
-¿EHHHHHHHHH?-
-¿Acaso dije algo malo?- Preguntó Yuna al ver las exageradas reacciones de las recién llegadas ante su sencillo comentario. -N-No entiend-...
-P-Pues eso que estás diciendo es imposible.- Informa la rubia con escepticismo, agresividad y mucha suspicacia. -Yo personalmente viví por muchos años en New Bark y jamás te vi en ese lugar. Además, el único Gold que vive en New Bark es el chico que está detrás de ti. Es imposible que exista otro Gold en un pueblo tan pequeño y yo no lo conociera.-
-Coincido y apoyo lo que dice "ESA".- Manifiesta ahora su compañera con energía. -En verdad lo lamento, pero eso que estás diciendo no tiene sentido alguno.-
-P-Pero no estoy mintiendo ni nada por el estilo.- Recalcó Yuna antes de volver a iluminar a Gold con su linterna para verlo de mejor manera. -A menos que-… ¡Ohhh, por el amor de Arceus! ¿Acaso será posible?-
-¿Qué sucede?- Preguntó la chica de coletas con más interés ante la reacción de Yuna. -¿Qué cosa será posible?-
Pero Yuna no replicó de inmediato ante el cuestionamiento de la chica de coletas, muy por el contrario. Esta tímidamente ilumina a las recién llegadas con su linterna y posteriormente traga pesadamente algo más de saliva tras recorrerlas a ambas con su mirada.
-Uhhh… Les tengo otra pregunta para ustedes. ¿De casualidad sus nombres no serían Kelly Taylor y Crystal Lyra Elm?- Indaga nerviosamente Yuna, sintiendo al mismo tiempo cómo su corazón volvía a latir con locura hasta incluso sentirlo retumbar dentro de sus orejas.
-¿H-Huuh? ¿Tú cómo rayos sabes nuestros nombres?- Pregunta entonces la rubia con temor y dando ahora un par de pasos para alejarse de Yuna. -Nosotras nunca te lo mencionamos, ¿o sí?-
-¿Pero cómo demonios es qué esto puede estar pasando? No lo entiendo.- Murmuró Yuna entre dientes con notable desesperación y miedo. -Esta tiene qué ser una jodida broma de muy mal gusto. O sea, ¿cómo rayos algo cómo esto puede ser posible? Esto no tiene sentido alguno, a menos qué-...
-¿Acaso tienes idea de lo qué le ocurre a esa?- Cuestiono Kelly para con Crystal al fruncir el ceño y luego recorriendo visualmente a Yuna con frivolidad.
-Ni idea.- Réplica Crystal, negando lentamente y cruzándose de brazos. -Pero creo qué tiene qué ser algo grave.-
-Uhhh… C-Chicas, se qué esto puede sonar cómo algo loco, irreverente y hasta irracional.- Comunica luego Yuna en un tono qué denotaba resignación y vergüenza. -P-Pero digamos qué yo… Ehhh… Bueno, resulta qué yo de alguna manera viaje del futuro y termine varada aquí.-
-¿Huuuuuh?-
