Siete (7) meses atrás, Base subterránea del Equipo Rocket, Pueblo Mahogany


Desde dentro de una de las tantas compactas habitaciones que existían para los nuevos reclutas, se pudo escuchar un exagerado y sonoro suspiro propiciado por un joven y apático pelirrojo quien respondía al nombre de Silver. En ese momento, eran pasadas de la media noche y, por más qué lo intentara, el pelirrojo no podía conciliar ni un poco el sueño.

La razón de esto era simple, su latente frustración radica en el hecho de qué Archer, fungiendo provisionalmente cómo el nuevo líder del Equipo Rocket, le había impuesto una nueva compañera contra su propia voluntad para sus misiones futuras, cosa qué, por más qué intentara darle vueltas al asunto, no le agradaba ni un solo poco.

Por lo demás, Silver no tenía la más mínima idea de lo qué significaba tener una compañera, ni tampoco el cómo interactuar con ella. El trabajo en equipo era un término completamente nuevo para él y que necesitaba ser estudiado o en este caso practicado. Sin embargo, una de las pocas ventajas de ser el mejor y más talentoso entre los reclutas del Equipo Rocket, era que al menos él podía dormir en una habitación para él solo, a diferencia de los demás, ya que ellos tenían por fuerza que compartir su habitación con alguien más.

-Quizás un vaso de agua pudiera ayudarme para relajarme y dormir.- Pensó el chico al levantarse de su desordenada cama, poco antes de terminar por buscar sus pantuflas en medio de la oscuridad de su habitación.

En ese momento, al salir de lleno del sector en dónde estaban ubicados la mayoría de los dormitorios, Silver se percata de inmediato que los fríos y oscuros pasillos dentro de la base estaban prácticamente vacíos. Como era pasada la medianoche, no había mucha actividad importante en los predios, salvo por los miembros quienes hacían guardia por las noches en caso de que algo llegase a suceder.

Aquí, en esté mismo sentido, Silver sabía de primera mano que los miembros de mayor jerarquía como Archer, Arianna, Petrel o Protón, tenían la potestad salir y entrar de la base cuando ellos quisieran, mientras que todos y cada uno de los nuevos reclutas, posterior a ser iniciados, eran obligados a dormir y pasar la mayor parte del tiempo en las áreas comunes y dormitorios cómo parte de sus pruebas de lealtad.

Un par de minutos después de haber salido de su habitación, Silver llega finalmente a la espaciosa cocina común para los reclutas, sirviendo posteriormente un vaso de agua para calmar su sed y también para quizás más adelante poder conciliar el sueño.

Poco después, al terminar y sentirse satisfecho, Silver vuelve a poner todo muy cuidadosamente en su lugar, exhalando con pesadez y resignación antes de darse media vuelta para regresar por dónde había venido. Pero, inadvertidamente para sí mismo al intentar salir de la cocina, el pelirrojo terminó chocando contra alguien de frente, lo que a su vez ocasionó que ambos perdieran el balance y terminaran después cayendo sobre el suelo.

-¿POR QUÉ NO TE FIJAS POR DÓNDE VAS?- Pregunta agresivamente el pelirrojo con palpable molestia, poco después de sacudir su cabeza al entonces incorporarse por sí solo. -Ughh… D-Demonios.-

-Y-Yo-... L-Lo siento, no me esperaba que alguien estuviera aquí a esta hora de la noche. Es mi culpa por no fijarme cuando intente entrar.- Replicó avergonzada una joven chica caucásica y de oscura cabellera, misma quien aún se mantiene tendida sobre el suelo con una muy confusa expresión en su rostro decorado con varias pequeñas pecas por todo alrededor. -En verdad lo lamento.-

-¿H-Huh? ¿L-Lucia?-

La chica en cuestión, al notar que se trataba de Silver, de inmediato cambió por completo el semblante de su rostro por uno más agrio y lleno de desconfianza. -O-Ohh… Eres "Tu".- Manifestó Lucía con desagrado, evitando ahora activamente mirar a Silver a los ojos. -Hmph… Lo siento por tropezar así contigo, Silver. Pero ahora tengo que-...

-Olvidalo, no pasó nada. Yo también tuve culpa por no fijarme ni reaccionar a tiempo- Asegura rápidamente el pelirrojo con más tranquilidad que antes, interrumpiendo de paso a su nueva compañera para entonces extender su mano derecha en su dirección. -Solo dejame ayudarte a levantarte.-

La expresión que puso Lucía en su rostro fue todo un poema al ver y escuchar en primera fila cómo Silver le ofrecía su ayuda de manera tan amable y sincera. Desde su más que fortuita interacción en la sala común de los nuevos reclutas, ya había pasado prácticamente una semana entera, y, en ese periodo de tiempo, Silver jamás tuvo la más mínima condescendencia o interés de interactuar con ella luego de que Archer le impusiera qué debían de trabajar juntos.

-Uhhh-… G-Gracias, ¿supongo?- Replicó tímidamente Lucía al tener ahora una exagerada cantidad de preguntas en su mente, tomando luego de la mano de Silver para así levantarse del suelo. -Eso fue extrañamente cortés y gentil de tu parte.-

-Espera… ¿Acaso estabas llorando?- Cuestionó el pelirrojo con rapidez, notando aquí, tras ayudar a Lucía a levantarse del suelo, que sus ojos estaban algo enrojecidos e hinchados. -T-Tu rostro y tus ojos-...

-E-Ese no es asunto tuyo.- Replicó Lucía con agresividad y en un tono más tosco e impersonal. -Hace exactamente una semana atrás me dejaste muy en claro que no deseabas tener una compañera y que yo solo seria un estorbo para ti.-

-En eso estás en lo correcto.- Reconoce Silver, sin ningún tipo de remordimiento o condescendencia al momento de responder. -Y aún mantengo lo que digo. Yo no quiero ni deseo trabajar directamente con un compañero para mis misiones futuras. Pero no creo que esa sea la razón del porqué estás llorando aquí y ahora. ¿o me equivoco?-

Después de darle un rápido y tímido vistazo al rostro del pelirrojo, Lucia pudo notar que, a pesar de sus duras e hirientes palabras, Silver poseía una sincera y algo preocupada expresión. Seguidamente, la chica de pecas apretó sus puños, dándole la espalda a Silver al quedarse en silencio por otro par de segundos.

-Tengo la razón, ¿verdad?-

-U-Un poco…-

-¿Quieres hablar de lo que te pasa?-

-Hmph… ¿Y porque de pronto te interesa ahora lo que suceda conmigo?- Cuestiono Lucía con inmediatez y rebeldía, mirando nuevamente a Silver pero esta vez con más cautela y recelo. -Dime, ¿a qué se debe este cambio tan repentino en tu actitud?-

-Porque, ya sea para bien o para mal, ahora eres y seras mi compañera.- Indicó Silver sin titubear, cruzándose entre tanto de brazos con resignación y en un claro acto de completa molestia y hostilidad. -Además, no sería para nada conveniente que, para nuestras futuras misiones, que tu salud mental esté tan deteriorada. Sí ya de por sí eres o probablemente serás un estorbo, lo mejor para ambos sería que no estuvieses en las condiciones mentales que estás ahora. Eso solo acabaría por complicar aún más las cosas para mi.-

-¡AGGHHH-… E-ERES UN IMBÉCIL!- Exclamó Lucía, claramente ofendida, instantes antes de empujar a Silver a un lado para posteriormente correr y dirigirse a su habitación. -¡T-TE ODIO!-

-D-De acuerdo. Creo que esta vez sí fue mi error.- Comentó a sí mismo el pelirrojo al soltar un largo suspiro, mientras negaba lentamente con su cabeza. -Ughh… Esto solo va de mal en peor. Aunque al menos ahora sí se lo que hice mal.-


Hospital General de Ciudad Goldenrod, 7:29 P.M


Estando todos reunidos en el interior de uno de los varios cuartos exclusivos para pacientes internados, mismo el cual estaba ubicado en el tercer piso del hospital general de Goldenrod, Kelly, Crystal y Ruby no pueden evitar observar a Gold en completo silencio, estado esté último postrado en una cama profundamente dormido y con varios vendajes alrededor de su cabeza al presentar un ligero corte superficial en uno de sus costados.

Para su propia suerte, luego de ingresarlo y hacer un par de exámenes de rutina, el doctor encargado de atenderlos les informó que la vida de Gold no corría peligro alguno, y que solo había sufrido una ligera contusión debido a un fuerte golpe en su cabeza. Por lo demás, el doctor recomendó que Gold tomara las cosas con mucha calma al menos por unos días mientras que su herida comenzaba el proceso de cicatrización, además de permanecer en observación dentro del hospital hasta el día siguiente solo por sí acaso.

-Ughh… ¡Esto es el colmo!- Declaró en primera instancia Kelly con mucha amargura, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño con desdén. -¡No puedo creerlo!-

En respuesta, Crystal y Ruby dirigen su completa atención a dónde se mantenía colocada la joven rubia de anteojos. -¿Qué te sucede ahora?- Pregunta Ruby unos momentos después, tras contemplar cómo Kelly fue la primera en romper el pesado silencio que anteriormente llegó a imperar dentro de la habitación.

-Es que no lo entiendo. Me cuesta mucho trabajo creer cómo Gold actúo tan irresponsablemente al apostar su sueño de esa manera tan infantil y cínica.- Kelly observó a Gold con resentimiento y tristeza, caminando posteriormente para luego sentarse junto al de New Bark sobre una firme silla de metal colocada a la derecha de su cama. -Nada de esto tiene sentido, ni tampoco me cabe en la cabeza todo lo que sucedió.-

-Ni yo misma lo entiendo. Pero creo que lo mejor es que no le demos más vueltas al asunto y olvidemos todo esto al pasar de página.- Contrapone Crystal con honestidad, empleando un tono de voz más firme y serio. -No ganaremos nada más sí-...

-¿Y qué tal si él hubiera perdido su batalla contra Whitney?- Cuestionó la rubia de manera frenética y agónica. -O sea, ¿ustedes creen que Gold hubiese realmente cumplido con su parte del trato?-

Crystal negó sin más, exhalando aire de sus pulmones en el proceso. -No lo sé. Conociéndolo, creo que es muy probable que sí lo hubiese hecho.- Indicó la prospecto a profesora con tristeza, antes de comenzar a caminar nerviosamente de un lado al otro de la habitación cómo una especie de pokémon enjaulado. -Pero en sí, lo único que me consta de todo esto es que Gold voluntariamente decidió tomar un enorme riesgo al aceptar ese tipo de apuesta estando así de moribundo y herido. Todos aquí sabemos lo buen entrenador que es Gold, pero Whitney no se queda para nada atrás. No por nada ella es la líder de gimnasio más joven en la historia de esta ciudad y Gold bien pudo haber perdido esa batalla.-

-Hmph… Pues, sí me lo preguntas, esa fue una total y completa estupidez de su parte.- Aclaró la rubia con molestia, apretando sus puños en el proceso y con rabia. -Porque, desde que lo conozco, él nunca antes había actuado de esa manera tan irresponsable y errática.-

-Es un hecho que Gold actuó mal. Pero, siendo sincera, apenas y sí puedo evitar sentir que todo esto es por mi culpa.- Reconoció ahora Crystal, encogiéndose de hombros y al torcer sus labios. -Yo fui quien no lo reviso, ni tampoco insistí tras haberlo golpeado con la puerta en el centro pokémon.-

-Vamos, Crys. Ese solo fue un pequeño accidente que podría pasarle a cualquiera.- Señaló Ruby en plan condescendiente y gentil, acomodando luego la posición con la que esté apoyaba su espalda contra una de las paredes del lugar. -De nada servirá el culparte de lo sucedido ahora que sabemos que Gold está bien y nada malo llegó a suceder. Sólo terminarás por deprimirte aún más.-

-Ruby tiene razón en lo que dice. Además, aquí la verdadera culpable es Whitney por darle esa cosa para tomar a Gold.- Declaró enérgicamente Kelly, frunciendo visiblemente su ceño con apatía. -Estoy segura que nada de esto hubiera ocurrido de no ser por ella.-

-Concuerdo en que Whitney tiene gran parte de la culpa en todo este embrollo por darle de tomar a Gold jugo de Parasect así por así.- Reconoció Ruby con desgano, cruzándose posteriormente de brazos. -Pero existe algo más que me preocupa y que también me tiene un poco intranquilo.-

-¿Qué cosa?- Preguntaron Crystal y Kelly casi que al unísono.

-Pues, me refiero a todo lo que Gold pude hacer antes de ir al gimnasio debidos a los fuertes efectos secundarios del jugo de Parasect, siendo esta la primera vez que lo ingiere.- Comunicó Ruby con firmeza y sin darle más rodeos a la situación. -Pero en sí sólo espero que él no haya hecho algo inapropiado o indebido.-

Inmediatamente luego de escuchar el comentario hecho por Ruby, tanto Crystal como Kelly se sonrojaron a más no poder. Todo esto, mientras que las miradas de ambas chicas se fijaron involuntariamente sobre el rostro de su compañero.

-Hmph… Tengo la ligera impresión de que algo debió de ocurrir entre Gold y ellas antes de que él fuera al gimnasio para su batalla contra Whitney.- Deduce Ruby mentalmente, notando a la vez la curiosa y para nada sutil reacción de ambas chicas. -Increible… Esté idiota no solo resulto ser un muy buen entrenador, sino que ademas tambien es un casanova innato.-

-B-Bueno… c-cambiando de tema, al menos Gold ganó su tercera batalla de gimnasio.- Comentó rápidamente Crystal con torpeza, sacando en el proceso de uno de sus bolsillos la brillante medalla correspondiente al gimnasio de Whitney. -Supongo que no todo resultó malo el dia de hoy.-

-Tch, al menos algo bueno salió de todo esto.- Indicó Kelly, encongiendose de hombros. -Solo espero que no sucedan más cosas de este tipo de ahora en adelante. Ya fueron demasiadas sorpresas, sustos y problemas por un dia.-

-En verdad es una pena todo lo que sucedió el día de hoy.- Señaló ahora Ruby. -Y en serio lamento ser tan abrupto, pero creo que ya es el momento adecuado para retirarme.-

-Ehhhh, ¿tan pronto?- Cuestiona Crystal al alzar el tono de su voz, volviendo a fijar sus azules ojos sobre el rostro de Ruby. -P-Pero-…

Ruby procede a asentir lentamente. -En serio lo lamento Crys, pero se supone debería de haber regresado a casa hace cómo media hora atrás para terminar de ayudar a mi madre a empacar el resto de las cosas para nuestra mudanza.-

-Sabes, por un minuto había olvidado completamente que estás por mudarte a la región de Hoenn.- Comenta luego Kelly al sonreír, mirando fijamente al chico de ojos color ámbar.

-Cosas de la vida.- Replica Ruby con simpleza, también sonriendo ante la rubia. -El que mi padre decidiera aceptar la propuesta de convertirse en el nuevo líder de gimnasio de un pequeño pueblo al sur de esa región me tomó bastante desprevenido, pero no me puedo quejar.-

-De seguro la pasarás muy bien por allá. He escuchado que su clima es mucho más tropical que el de nosotros en Johto, pero en sí te recomiendo que aprendas mucho de tu padre sí es que de verdad deseas convertirte en entrenador pokémon. -Advierte Kelly de inmediato, levantándose de su asiento para posteriormente estrechar la mano de Ruby. -El tener un líder de gimnasio tan cerca de ti, para aprender sus estrategias y todo lo que eso conlleva, es una oportunidad única que no puedes desaprovechar. Igualmente fue un placer conocerte y espero que nos veamos en un futuro cercano.-

Ruby volvió a asentir en respuesta a Kelly, sin perder por un segundo su sonrisa tras estrechar la mano de la rubia. -El placer fue mío.- Manifestó rápidamente el joven prospecto a entrenador, ajustando entre tanto su gorro sobre su cabeza. -Y aprecio mucho el consejo. De la misma manera en que tu aprovechaste el tener a Cynthia para entrenar y aprender, yo procuraré hacer lo mismo con mi padre en cuanto nos mudemos.-

Posterior a sus propias palabras, Ruby ahora enfoca su atención sobre Crystal, toda vez que la de coletas yacía un poco cabizbaja. -Uhh, Ruby.-

-¿S-Si, Crys?-

-Saluda a tu madre y a tu padre de mi parte, ¿de acuerdo? Diles por favor que les deseo mucho éxito y que también ojala esta nuevo capítulo en sus vidas esté lleno de prosperidad.-

-Claro, eso haré…-

-Oye, ¿prometes que nos volveremos a ver antes de que finalmente te mudes?- Cuestiona Crystal con resignación y encogiéndose de hombros al mirar nuevamente de pies a cabeza a Ruby. -Se que quizás te estoy pidiendo demasiado, pero es que-...

En cuestión de un parpadeo, Ruby interrumpió las palabras de Crystal al acercarse a ella y abrazarla cómo sí no hubiese un mañana. -Lo intentare, pero no te aseguro nada. Cómo te dije antes, tengo mucho que empacar.-

-E-Entiendo…-

-Y ojala Gold se recupere más pronto que tarde de esto.- Expuso Ruby, soltandose de Crystal antes de darse media vuelta y dirigirse a la puerta de la habitación que conduce al pasillo contiguo a la sala de espera del tercer piso. -También espero verlas a ambas pronto. Sé que hoy fue un día lleno de locuras por todo lo que sucedió, pero no tengo quejas. A pesar de todo, disfrute mucho de su compañía.-

-Lo mismo digo.- Declaró la pequeña rubia de anteojos, breves momentos antes de volver a sentarse sobre la silla de metal junto a la cama de Gold. -Cuídate mucho, ¿ok?-

-R-Ruby…-

-¿Sí, Crystal?-

-Te extrañare mucho...-

Ruby recorrió una última vez con su mirada a Crystal y sonrió con timidez. -Heh, yo también te extrañare.- Fue lo que respondió el joven prospecto a entrenador antes de darle la espalda a ambas chicas para luego marcharse definitivamente de la habitación.

Posterior a la abrupta partida de Ruby, el lugar volvió a permanecer en relativo silencio por varios minutos. El único sonido que se podía escuchar dentro de la fría habitación era el del gélido viento nocturno chocando contra las imponentes ventanas de vidrio que daban una perfecta vista a gran parte de la ruidosa y concurrida metrópolis.

-Sabes, Kelly…-

-¿Si…?-

-Por más que lo intento, no puedo estar tan enfadada con Gold.- Confesó Crystal al sentarse al pie de la cama de su compañero y colocando el pokehuevo que le dio Red junto a él. -Se que lo que hizo hoy fue bastante estúpido e irresponsable. Pero, verlo de esta forma tan vulnerable, hace que me duela mi pecho y mi corazón.-

-Odio admitirlo, mas comprendo perfectamente cómo te sientes.- Asegura Kelly al girar ligeramente su cabeza y mirar a su compañero con algo de dolor y preocupación. -Desde que conozco a Gold, él siempre fue un chico bastante alegre, fuerte y decidido con todo lo que deseaba. Ni en mis peores pesadillas pude haber imaginado que nuestro día resultaría de esta forma tan caótica. O sea, primero nos encontramos con Red y Cynthia, luego tuvimos una batalla doble junto a ellos, y ahora esto.-

-Tengo una pregunta para ti, Kelly.-

-¿S-Sí?-

-De pequeño, cuando vivían ambos en New Bark, ¿Gold era así?-

-¿Así, como?- Cuestiona Kelly con ahínco, levantando una de sus cejas. -Se un poco más específica.-

-Pues, así de inteligente, calculador y talentoso para las batallas pokemon.- Replicó Crystal de inmediato. -Es cierto que mi fuerte no son las batallas ni nada por el estilo, pero nunca antes había visto o conocido a alguien cómo él. Es cómo si tuviera un don para ver, analizar, calcular y predecir el flujo de las batallas de una forma que los demás no pueden igualar y en un muy corto periodo de tiempo.-

Una sonrisa llena de nostalgia se posó inadvertidamente sobre los labios de la rubia, momentos antes de que ella decidiera replicar. -En sí no estás equivocada. Gold desde muy temprana edad fue considerado cómo un niño altamente inteligente, talentoso, impetuoso y calculador por su altísimo desempeño en todo lo que él quisiera hacer.- Reconoce Kelly al extrañamente bajar su mirada en dirección al suelo. -Desde lo deportivo hasta lo académico. Gold Ethan Tsubasa siempre encontraba la mejor manera de destacar por encima de los demás niños en New Bark con insultante facilidad cuando asistimos junto a la escuela. Incluso debo decir que, en cierta forma, yo llegué a odiarlo al principio, y lo envidiaba cómo no tienes idea debido a esto y muchos otros factores. Su intelecto, su atletismo y su curiosidad parecían no tener límites. Pero, al más mínimo indicio de llamar la atención más de lo debido, él automáticamente prefería cambiar su modo de ser y actitud para pasar desapercibido, reprobando exámenes a propósito y demás cosas con tal de mantener el "status quo".

-Ohh… Y-Ya veo.-

-Hehe, pero ahora que estamos hablando de esto, me hiciste recordar cuando Gold participó en su primer torneo infantil en Pueblo New Bark.-

-En ese caso me gustaría escuchar sobre eso.- Señaló la joven prospecto a profesora con interés. -¿Qué tal le fue?-

-¿Tú cómo crees?- Pregunta retóricamente la rubia con una pícara sonrisa, y cruzándose de brazos tras guiñar uno de sus ojos. -Cómo era de esperarse, Gold barrio sin problemas con todos los participantes del torneo hasta hacerse un espacio en la gran final del mismo. Pero eso no es lo más sorprendente del caso, ni más faltaba. Sino que dicho torneo, al ser un evento especial en dónde por fuerza los concursantes estaban muy por debajo de la edad legal para ser entrenadores, se llegó al acuerdo de qué todos deberían de utilizar pokémon prestados por la misma organización de manera aleatoria para de esa forma probar la habilidad, conocimiento y destreza de los concursantes.-

Crystal se tomó un par de segundos para dimensionar en su mente todo lo dicho por la rubia, acomodando luego su postura a los pies de la cama en dónde aún reposaba Gold. -Ohh… Ok, creo qué ya entiendo por dónde va el asunto, ¿pero entonces qué sucedió en la final?-

-Pues, luego de una muy pero muy reñida batalla en contra una talentosa chica de ciudad Ecruteak, Gold logró coronarse como el ganador del torneo por muy poco tras un feroz intercambio de ataques.-

-Ohh… ¿En serio?-

-Uh-Huh. Luego de esa victoria, Gold se volvió relativamente famoso en todo New Bark, cómo también en las ciudades y pueblos cercanos cómo Cherrygrove y Violet. Inclusive, en un par de ocasiones, Gold llegó a ser noticia en uno que otro artículos en los diversos periódicos de Johto. Ellos detallaron con lujo de detalles todos los sucesos de estos torneos infantiles, además de dar a entender cómo varios de los otros participantes, pero en especial Gold, podrían llegar a ser entrenadores de temer en cuestión de un par de años más. Pero en sí, sino mal lo recuerdo, todo esto comenzó a ocurrir luego de que Gold ganará su sexto o séptimo torneo de manera seguida en poco más de un año.-

Crystal vuelve a mostrarse extremadamente sorprendida frente a la rubia, mirando ahora de reojo en dirección a Gold. -Y-Yo… Wao… No tenía idea de nada de esto, ni tampoco que Gold en el pasado fuese alguien con esa fama.-

-Eso se debe a que Gold prefiere evitar, siempre que se pueda, hablar más de la cuenta sobre su pasado.- Aseveró rápidamente Kelly. -Pero volviendo al tema, las repetidas victorias de Gold en todos estos torneos no hicieron más que resaltar lo evidente, y era que su talento y habilidad para las batallas era algo demasiado arrollador para un simple chico de su edad. Por tal motivo, la atención que él empezó a recibir se intensificó de sobre manera, lo que acabó en que la mayoría de personas en New Bark y sectores aledaños lo llegaran a tratar, quizás consciente o inconsientemente, de manera muy diferente que antes. Y bueno, el resto ya debes de saberlo. Gold con el pasar del tiempo prefirió abandonar su sueño de ser entrenador debido al trato especial que los demás tenían con él, hasta que conoció a Red en el torneo de la liga pokémon hace dos (2) años atrás.-

Crystal volvió a suspirar y luego acarició suavemente con sus dedos una de las mejillas de Gold. -Era de esperarse que sucediera algo así luego de ganar tantos torneos a tan corta edad.- Manifestó con tristeza la prospecto a profesora. -Pobrecillo. Todo esto debió de ser extremadamente difícil para él.-

-Uh-huh. Aunque, ahora que lo pienso un poco mejor, quizás no estaría demás decir que Gold logró todo lo que logró fue en parte por la influencia y enseñanzas directas de su padre. O sea, tampoco es que quieras restar méritos a Gold por sus victorias, ni mucho menos. Sin embargo, no creo que no sería justo omitir a su padre de esta conversación.-

-¿Por la influencia y enseñanzas de su padre?- Repite Crystal con forzada extrañeza en su voz, mientras una de sus cejas se llega a arquear. -¿A qué te refieres con eso?-

-Es sencillo. El padre de Gold fue un poderosísimo, afamado y hasta temido entrenador en todos los rincones de Johto y Kanto por igual.-

-¿Hablas en serio?-

La rubia asintió lentamente en respuesta, volviendo a sonreír. -Así es. Más a él nunca le interesó realmente retar los gimnasios, ni tampoco ganas la liga pokémon a diferencias de su hijo, quien prácticamente está obsesionado con esta tarea para superar a Red.-

-Pero es que aún no lo entiendo, Kelly. Sí dices que su padre era un poderoso y temido entrenador, ¿entonces cómo es que a él no le interesó ganar los gimnasios o ser campeón de la liga?-

-Heh, pues me alegra que lo preguntes, ya qué existen muchas otras maneras de convertirse en una leyenda y de ser reconocido cómo entrenador.- Reconoció la rubia con ímpetu al juguetear con un mechón de su cabellera. -Pero dime, ¿alguna vez has escuchado hablar del campeón sin corona de Johto y Kanto?-

-¿El campeón sin corona de Johto y Kanto?- Repite Crystal muy comedidamente, pero sin mirar directo al rostro de la rubia en principio cómo sí quisiera ocultar algo. -E-Espera… ¿Acaso te refieres a "ESE" campeón sin corona?-

Kelly vuelve a asentir con ánimos, pero no sin antes acomodar sus anteojos frente a su rostro. -El mismo quien viste y calza.- Reconoce la rubia con extrema simpleza. -Enishi Tsubasa, mejor conocido cómo "el campeón sin corona de Johto y Kanto", fue un muy afamado entrenador quien en el pasado fue capaz de vencer únicamente con un solo pokémon al en ese entonces campeón de la liga en un combate oficial. Y, según se del propio Gold, su padre en varias ocasiones rechazó diversas ofertas para ser no solo lider de gimnasio o miembro del Alto Mando/Elite Four en Johto y Kanto, sino que él también se dio el lujo de rechazar ser embajador de la asociación pokémon para ayudar con todo lo relacionado a la organización de las futuras ligas.-

Crystal, por enésima vez en lo qué iba de la noche, vuelve a permanecer en silencio por breves momentos al encarar a su homóloga. -No tenía idea de nada de esto. Pero supongo que, al menos en retrospectiva, yo debía de haber atado esos hilos luego de ver en primera fila lo habilidoso que era Gold para las batallas. O sea, sí bien es cierto qué conocía qué él se apellidaba "Tsubasa" tal y cómo el campeón sin corona, nunca me dio por indagar mucho más en el tema ya qué lo tomé cómo una simple coincidencia más del montón.-

Luego de sus propias palabras, Crystal fuerza una breve pausa en la conversación para enfocar su atención sobre Gold. -Heh, aunque, pensándolo mejor, todo esto me hace sentir cómo una tonta al no haber deducido todo esto desde el momento en que nos conocimos. Ahora, mientras más lo pienso, más me parece lógico que Gold sea tan buen entrenador sí él debió de entrenar arduamente con su padre desde muy pequeño.-

-Te daré la razón en una cosa, Crystal.- Aclaró en respuesta Kelly, colocando sobre su rostro una expresión más relajada, tranquila y amigable para con la de coletas. -Bueno… Quizás en dos cosas. La primera es que sí eres una tonta, eso no lo voy a discutir. Mientras que la segunda es en base a que Gold sí entreno muy arduamente desde joven bajo las instrucciones de su padre, pero te puedo garantizar que su talento no radica en el hecho de ser el hijo de uno de los entrenadores más fuertes de entre Johto y Kanto. Eso sería sobre simplificar las cosas, y Gold no merece que se le resten sus méritos de esa forma. Porque, para empezar, el tener un buen maestro no significa necesariamente que vas a terminar siendo bueno en lo que deseas lograr. O al menos no sin mucho esfuerzo, determinación, entrega y algo de suerte.-

Crystal aquí no pudo evitar sonreír cómo réplica, mirando directo a los hermosos ojos de diferentes colores de Kelly. -Por ahora pienso omitir el hecho de que me "insultaste". Pero supongo que tienes razón.- Reconoce finalmente la oriunda de Goldenrod al soltar un muy exagerado suspiro. -Tener un buen maestro no significa o asegura el éxito, sí no se tiene la convicción o determinación necesarias.-

-El punto al que quería llegar con todo esto es que Gold respeta, ama y admira mucho a Enishi. Pero exactamente por todo esto es que él no habla mucho sobre su padre. Es más que obvio que Gold no desea que los comparen, además de que tampoco desea que sus triunfos se lo atribuyen al hecho de ser hijo de una leyenda viviente.-

-Eso-… Eso es algo que yo quizás pueda entender muy bien.-

-¿Tan difícil es ser la hija del Profesor Elm?-

La de coletas negó lentamente. -No, para nada. Mi padre es fantástico y lo amo mucho. Solo que las expectativas de las personas que conocen que deseo ser algún día una profesora pokémon cómo él son extremadamente grandes. Yo quiero ser una buena e importante profesora en el futuro para ayudar a las personas a entender mejor este mundo y todo lo que nos rodea, pero-...

-¿Pero-...?-

-No sé si seré capaz de lograrlo.- Confesó con tristeza Crystal, mismo quien terminó por dirigir su mirada sobre el suelo. -Es mucha presión y-…

-¡Tonterías!- Exclamó la pequeña rubia de anteojos, justo antes de guiñar uno de sus ojos en la dirección de Crystal. -Tú eres una de las chicas más listas e inteligentes que conozco. Tu quizás veas las cosas de ese modo ahora, pero si te esfuerzas tanto cómo estás haciendo, entonces podrás lograrlo en un futuro.-

-¿En serio piensas que podré lograrlo?-

-Por supuesto que lo creo.- Aseguró Kelly. -Desde que nos conocimos en Cherrygrove, note lo mucho que observabas y escribías sobre todo a nuestro alrededor mientras viajabamos. Desde las diferentes especies de pokémon que habitan cada ruta, hasta las frutas que comen. Y, si te sirve de consuelo, confieso que tu dedicación y entrega es algo que admiro y envidio muchísimo.-

-Eso es un poco difícil de creer.- Indica Crystal en un tono que demostraba incredulidad y sorpresa. -¿Tu, Kelly Taylor, admirandome así por así?-

-Hahaha, el hecho de que seas mi rival en el amor de Gold no significa que no pueda apreciar tus puntos fuertes.- Admitió la rubia de manera tranquila. -Ya depende de ti si creeme o no.-

-B-Bueno, ya qué estamos siendo honestas, entonces yo tengo qué decir qué admiro tu dedicación y tu talento para las batallas.- Declara rápidamente Crystal con vergüenza, incluso llegando a sentir cómo su cara se ruborizaba en ese momento. -Tu incluso fuiste capaz de vencer a Gold en combate, además de qué también tienes tres medallas de gimnasio.-

De un momento a otro, el semblante de Kelly pasó de la tranquilidad a lo serio y opaco en cuestión de un sencillo parpadeo, cruzándose posteriormente de brazos sobre su asiento. -Hmph… O sea, sí es cierto qué hace varias semanas atrás pude vencer a Gold en un combate en las Ruinas de Alph. Pero creo qué te equivocas en algo muy crucial en lo qué dijiste.-

-¿Huh?-

-Yo tengo cero talento o aptitudes innatas para ser entrenadora o para las batallas pokémon en general.- Confesó Kelly al mantener un tono de voz más lúgubre. -O al menos es así cómo yo lo considero.-

-Pues yo considero todo lo contrario.- Reafirmó la de coletas y ojos azules, mirando fijamente a su compañera con una vivaz mezcla de extrañeza y asombro. -Vamos… ¿En serio cómo puedes decir qué no eres talentosa luego de conseguir tres medallas y de derrotar a Gold? Eso es absurdo.-

-Pero es qué esas son cosas totalmente diferentes, Crystal. Una cosa es tener talento, y otra muy diferente es ser dedicado.- Aseveró la rubia en plan serio tras suspirar. -En mi caso en particular, era bastante obvio desde un principio qué yo carecía de todo talento o aptitud para ser entrenadora o para las batallas. Pero eso a su vez me motivó aún más para perseverar y esforzarse todo lo necesario para superar mis limites.-

-¿Hablas en serio?-

-Por supuesto qué hablo en serio. Veras, cuando llegué inicialmente a Sinnoh y empecé mi entrenamiento con Cynthia, ella se dio cuenta casi de inmediato de mi alarmante falta de talento natural para las batallas como ella lo tenía. Pero, a pesar de ese enorme obstáculo, logre de algún modo mejorar y ser más hábil luego de mucho entrenamiento y esfuerzo.-

-Hmm… Supongo entonces qué eventualmente la determinación y el esfuerzo arduo pueden alcanzar o incluso superar al talento natural.- Teoriza Crystal con visible interés, sin perder de vista a Kelly y Gold al momento de expresar sus ideas. -Quizás a futuro pueda investigar algo relacionado a esté tema, un vez terminemos de viajar por Johto y Kanto con ustedes.-

-Sabes, ahora qué dijiste eso sobre la determinación y el esfuerzo, me acabas de recordar de algo qué Cynthia solía decirme de vez en cuando tras entrenar juntas.- Informa la rubia con nostalgia, milésima de segundo antes de qué ella comenzara a mirar por la ventana colocada directamente a su derecha. -Ella decía que las personas con talento muchas veces no mejoran en muchos casos porque siempre se ven y se sienten superiores a los demás. En otras palabras, ellos no creen que sea posible que los otros los alcancen o superen, mientras que las personas comunes y sin talento natural, como yo, eventualmente podríamos ser iguales o mejores que los que tienen talento debido a nuestra determinación y constante práctica.-

-Gracias por contarme sobre todo esto.- Agradeció Crystal con una sonrisa. -Independientemente de todo, me hace sentir un poco mejor el tener tu apoyo y también conocer un poco más de Gold y sobre ti.-

-Hahaha, supongo que para eso son las "amigas".- Resarce Kelly de manera burlesca y en un tono cínico. -Solo espero qué de ahora en adelante podamos dejar atrás nuestras peleas estúpidas y también los celos enfermizos.-

-Borrón y cuenta nueva.- Proclamó Crystal, pero no sin antes asentir en el proceso. -Aunque, existe algo qué no me quedó muy claro luego de todo lo qué conversamos antes.-

-¿Hmph?-

-¿Cómo sabes tanto sobre el padre de Gold?- Interroga rápidamente la prospecto a profesora, luego de arquear por inercia una de sus cejas. -¿Es acaso porque Gold te contó sobre él cuando eran novios?-

Kelly, ni corta ni perezosa, negó lentamente en respuesta. -Hehe, para nada.-

-¿Entonces cómo sabes tanto de él?-

-Es que mi padre es el mejor amigo del padre de Gold, además de qué ambos trabajan en el mismo lugar.-

-Ohh… ¿Con qué trabajan en el mismo lugar?- Repitió Crystal, sin poder ocultar del todo su latente curiosidad y sorpresa. -Ok… ¿Y entonces a qué se dedican ambos?-

Aquí, una muy forzada pausa entró en automático vigor por parte de Kelly, ocasionando no solo qué Crystal se sintiera sumamente incómoda con el nuevo e imperante silencio dentro del lugar, sino qué además la prospecto a profesora término por tragar saliva por reflejo ante la expectativa de lo qué la rubia diría a continuación. -P-Pues, se supone qué no debería de hablar de esto, pero-...

-¿Pero-… ?-

-Uhh-… Digamos que ellos dos son miembros activos de la policía internacional.- Confiesa finalmente la rubia en voz baja, antes de levantarse de su asiento y estirar un poco su entumecido cuerpo junto con sus extremidades. -¿Contenta?-

-¿Ehhhh?-

-Pero debes de prometer que no le dirás nada a Gold sobre esto que te dije, ¿ok? Esta es una de las muchas razones por las que Gold también evita hablar de su padre. Ya sabes, cómo él es un pésimo mentiroso y todo lo demás-...

-De acuerdo. L-Lo prometo.-

-Bien, ahora, si me disculpa, me muero de hambre e iré a buscar algo para cenar en la cafetería de abajo.- Señaló la rubia. -¿Quieres que te traiga algo?-

-N-No, no… Y-Yo estoy bien por el momento.- Replicó Crystal con simpleza, aún visiblemente anonadada por la anterior revelación por parte de la rubia. -Por ahora no tengo mucho apetito. Pero gracias por el ofrecimiento de todos modos.-


Cafetería del Hospital General de Ciudad Goldenrod, 7:53 P.M


-Ufff… Nada mejor que una cocoa caliente junto con un rico emparedado de queso para calmar mi rugiente estómago.- Comentó muy animadamente Kelly para sí misma, sentándose luego frente a una solitaria mesa para dos personas cerca de la entrada de la cafetería, antes de propinarle un par de mordiscos a su humeante emparedado tras haberse acomodado en su asiento. -Hehe, sí qué me moría de hambre.-

Curiosamente, para el propio agrado y suerte de la rubia, la cafetería del hospital estaba relativamente vacía, a excepción de un par de jóvenes enfermeras quienes, junto con un par de pokémon acompañantes, observaban atentamente las noticias del dia en un alargado televisor de pantalla plana estratégicamente colocado sobre la pared contraria en dónde yacía Kelly, sumado también a otro par de personas qué se disponían a comer y conversar en paz.

Por lo demás, a pesar del muy turbulento día qué había transcurrido desde su llegada a la ciudad por la mañana, Kelly se sentía ligeramente mejor consigo misma, gracias en parte a todo lo sucedido con Gold en su habitación antes de qué el partiera para su batalla de gimnasio con Whitney. Sí bien la rubia era muy consciente de qué todo lo ocurrido allí fue en su mayoría gracias al fuerte efecto secundario del jugo de Parasect, nada ni nadie podría hacerla olvidar las palabras, besos y caricias de su amado.

-Disculpe, señorita… ¿pero le molestaria sí me sentara con ustedes?- Preguntó escasos segundos después un bien parecido sujeto con anteojos, quien estaba vestido de manera elegante con una combinación de camisa y pantalón de color azul oscuros, cuando esté se colocó de imprevisto frente a la mesa en dónde yacia comiendo la rubia.

-¡Sí, sí me molestaría!- Replica inmediatamente Kelly de muy mala gana, sin levantar su mirada y dándole otro mordisco a su emparedado. -No deseo compañía.-

-¿Estás segura, Kells?-

-¿Huh?-

Muy para la sorpresa de la rubia, cuando esta logró subir finalmente su mirada para observar de mejor manera al recién llegado, ella se percató de que quien estaba enfrente de su mesa era nada más y nada menos qué Enishi Tsubasa, el padre de Gold.

-Cuanto tiempo sin verte.- Indicó Enishi con suma amabilidad, antes de colocar una paternal sonrisa en sus labios. -Hehe, por lo que veo creciste mucho desde la última vez que te vi. ¿Qué tal va todo?-

-¿¡S-S-S-Señor Enishi!?- Exclama Kelly aún sin poder creer del todo qué estaba frente a frente con el padre de su amado, cosa qué atrajo brevemente la atención de las enfermeras y demás clientes de la cafetería. -¿Q-Qué está usted haciendo por aquí?-

-Eso mismo debería de preguntarte yo a ti. ¿Qué haces en este hospital?-

-Ohh… p-pues… resulta que-...

-¿Acaso le pasó algo a Gold?- Cuestiono Enishi, cruzándose inmediatamente de brazos para entonces observar con seriedad y cautela a la pequeña rubia de anteojos.

Kelly a duras penas fue capaz de asentir tímidamente en respuesta, todo esto debido a las miles de interrogantes qué ahora se paseaban por su mente ante la repentina aparición del padre de Gold frente a ella. -E-El se golpeó la cabeza con una puerta hace un par de horas atrás.-

-¿Pero se encuentra bien?-

-Así es. Según el doctor que nos atendió, Gold solo sufrió una cortada superficial a un costado de su cabeza. Aunque necesitará descansar un poco y tomar las cosas con calma por al menos un par de días. Pero, si desea ir a verlo, él está en el tercer piso en la habitación número dos.-

-De acuerdo. Iré dentro de un rato a visitarlo.- Señalo Enishi al soltar un gran suspiro y rascando la parte posterior de su cabeza con molestia. -Al menos no fue nada grave.-

-Amm… T-Tengo una pregunta para usted, señor…-

-¿Sí?-

-¿Cómo sabía que estaba con Gold?-

-Hehehe, digamos que mi linda esposa me contó que habías regresado a Johto y también que actualmente estabas viajando con el torpe que tengo por hijo.-

-Ohhh, c-claro.- Replicó Kelly, nuevamente con timidez y evitando mirar directo al progenitor de su compañero de viaje. -Entiendo.-

-Por cierto, ¿te sucede algo?- Interroga ahora Enishi, observando de arriba a abajo a la rubia frente a él. -Sé que no te he visto desde antes de que te mudaras a la Región Sinnoh con tu abuela, pero recuerdo perfectamente que eras un poco más alegre y espontánea.-

Posterior a escuchar todo lo dicho por Enishi, la rubia optó por permanecer en perfecto silencio, dándole ahora un largo sorbo a su taza de cocoa.

-Oye, me estás preocupando, Kelly. Bien sabes que puedes confiar en mí. Tu eres prácticamente cómo de mi propia familia.-

Armándose de valor suficiente, Kelly levanta su mirada al dirigirse a Enishi. -P-Pues, siendo completamente honesta, creo qué usted es una de las últimas personas con quien imaginaba encontrarme en lugar cómo esté.-

Enishi titubeo frente a Kelly, cruzándose de brazos antes de suspirar. -Lo dices por tu padre, ¿no es así?- Cuestionó de inmediato el veterano entrenador al fruncir su ceño. -¿O acaso me equivoco?-

La rubia vuelve a asentir, pero esta vez de manera lenta y comedida. -Está en lo correcto.-

-Bueno, para tu información, él está ahora mismo en el baño.- Aseveró Enishi en un tono burlesco, intentando con esto levantar los ánimos de la rubia. -Aparentemente creo qué no le cayó muy bien la comida de-...

Sin embargo, antes de qué Enishi pudiese terminar de expresar sus palabras, otro sujeto hace acto de presencia en la cafetería al acercarse de inmediato a la mesa de la rubia, mismo quien inmediatamente ella reconoce cómo su propio padre.

-Esa es más información de la que deberías de revelar.- Declaró tajantemente Laurent, instantes después de entrar a la cafetería para presenciar en primera fila el inapropiado comentario por parte de su compañero y amigo.

-P-Padre… Uhh-… H-Hola.- Saludó la rubia en voz baja y con evidente frialdad, tras cambiar por completo el semblante de su rostro por uno qué demostraba su incomodidad.

-Kelly… Creciste mucho en este año lejos de aquí. ¿Qué tal va todo?-

-Uhh… Saben, yo iré a ver cómo está Gold.- Denuncia rápidamente Enishi, mientras qué le daba la espalda a su compañero y a la rubia. -¿Pero antes me puedes repetir en qué habitación está?-

-Cuarto número dos en el tercer piso.- Reitero Kelly con inmediatez. -Es uno de los cuartos cercanos a la sala de espera.-

En el acto, Enishi gira su cabeza ligeramente al asentir. -De acuerdo, entonces a ustedes dos los veré después.- Señaló el veterano entrenador más animadamente, antes de terminar de dar unos cuantos pasos para salir de la cafetería en favor de dirigirse a dónde estaban los ascensores. -Me imagino qué ambos tienen mucho de qué hablar.-

Inmediatamente después de la antinatural partida de Enishi, tanto Kelly cómo su padre, Laurent alias "Looker", permanecieron en completo silencio por varios incómodos segundos. El frío, los murmullos de las enfermeras, y el sonido de las noticias en la televisión qué ellas miraban, eran los distintivos sonidos que imperaban ahora dentro de la cafetería.

-¿Puedo sentarme contigo?- Pregunta Laurent al señalar con su mano izquierda el asiento vacío frente a su hija. -Me gustaria hablar contigo de un par de cosas ahora que tengo la oportunidad…-

-Tch, bien puedes hacer lo que desees.- Responde agresivamente la rubia, sin mirar a los ojos o el rostro de su padre. -Igualmente no es como si mi opinión alguna vez sirvió de algo, ¿o si?-

-Sé que merezco que me trates de esta forma.- Reconoce Laurent a regañadientes, colocando una triste sonrisa mientras qué el tomaba asiento frente a su hija. -Pero a pesar de todo, sigues siendo mi única hija y te amo como tal. Pase lo que pase te seguiré queriendo, Kelly. Eso nunca va a cambiar.-

Kelly volvió a quedarse en silencio luego de escuchar a su padre. La sola presencia de su progenitor terminó por traer una incesante oleada de recuerdos a su mente, aunado al hecho de que ahora un profundo e incandescente sentimiento de ira empezaba a proliferar por su estómago hasta terminar por enrojecer sus mejillas.

-Creo que llego la hora de que finalmente hablemos sobre lo que sucedió hace un año atrás.-

-¿Qué más podríamos hablar del tema, papá?- Cuestiono Kelly de manera agresiva y fría. -¡A mi me quedó muy claro que jamás te importamos ni mamá ni yo!-

-¡Jamás vuelvas a decir eso, jovencita!- Exclamó enérgicamente Laurent, entre tanto él llegó a apretar su propia mandíbula al tensionar la misma. -Tu madre y tú son todo para mí. Pero en ese momento las cosas se complicaron demasiado.-

-Si tanto te importamos, ¿entonces por qué nos abandonaste? Eso no tiene sentido.-

Ahora fue el turno de Laurent para quedarse en perfecto silencio por un par de segundos. Todo esto, siendo acompañado por la apatía y la fría mirada de su hija, quien poco a poco empezaba a carcomer y mermar su paciencia y corazón.

Luego de esto, Kelly se levantó de golpe de su asiento, frente a las atentas miradas de varias curiosas enfermeras y sus pokémon acompañantes, quienes estaban presenciando todo en primera fila. -Tu silencio habla por sí sólo, papá.- Exclamó la rubia sin rodeos y en un tono más agresivo. -Yo-...

-¡Siéntate en este preciso momento, Kelly Jeanne Taylor!- Ordenó Laurent. -Cómo te había dicho, te contaré toda la verdad de lo que sucedió hace un año atrás.-

Habiendo escuchado lo ordenado por su propio padre, Kelly exhaló pesadamente todo el aire qué quedaba en sus pulmones de mala gana, para luego tragarse metafóricamente su orgullo al volver a sentarse. -Ok… Tienes exactamente cinco minutos para explicarte.-

Laurent rasco por reflejo su nuca, devolviendo su mirada para encontrarse con la de su hija en medio de la mesa. -Bien, para empezar, y cómo creo qué sabes, hace un par de años atrás Enishi y yo fuimos los encargados de seguirle la pista al en ese entonces líder del Equipo Rocket para así llevarlo ante la justicia por sus muchos crímenes.-

-Hablas de Giovanni, ¿correcto?-

-Sí, así es.- Reitera Laurent, pero esta vez en voz baja para así evitar llamar demasiado la atención de las enfermas y los otros pocos clientes en el lugar. -Cuando Red, Green y Blue vencieron a Giovanni, un par de meses antes del inicio de la anterior liga en la cima de la corporación Silph en Saffron, eso desencadenó la automática desarticulación de todo el Equipo Rocket. Aunque, desafortunadamente para todos, Giovanni fue capaz de escapar sin dejar rastro alguno. Obviamente ante esto, la policía internacional no podía dejar a un criminal tan peligroso suelto, por lo qué la mayoría de nuestros esfuerzos fueron dirigidos para intentar localizarlo lo más rápido posible. Pero, justo cuando empezábamos a tener pistas de su paradero, fue cuando todo comenzó de ir de mal en peor.-

-¿A qué te refieres con eso?- Preguntó la rubia al sentir vívidamente dentro de sí una mezcla entre molestia y curiosidad. -Explicate, papá.-

No obstante, Laurent decidió no responder de inmediato, muy por el contrario a esto. Él, luego de la pregunta de su hija, mantuvo un incómodo silencio qué se extendió por poco menos de una docena de segundos.

-Una filtración masiva de datos confidenciales de nuestros servidores sucedió de un momento a otro, aparentemente por parte de los miembros del Equipo Rocket.- Confesó el veterano policía, empleando ahora un melancólico tono de voz. -Al esto ocurrir de esa manera, mucha información y datos de nuestros agentes encubiertos salió a la luz de la peor manera imaginable, cosa que llevó a varias organizaciones criminales de todas partes del mundo a tomar represalias contra las familias de los agentes. Por suerte, la información de Enishi no fue una de las que se filtró. Pero de todos modos, y cómo medida de precaución, él le dio a Gold para su cumpleaños número once unos boletos para que fuera a ver la liga pokémon para mantenerlo lejos por un par de días mientras todo se solucionaba.-

La noticia cayó sobre Kelly cómo un balde de agua fría, provocando de inmediato qué la rubia mirara con extrañeza a su padre. -E-E-Espera un momento.- Ordenó la rubia, antes de terminar por pestañear repetidas veces en clara señal de incredulidad. -Y-Yo recuerdo perfectamente que, antes de la anterior liga pokémon, tú me enviaste con mamá a Sinnoh por una semana. ¿O sea que tú fuiste uno de los afectados por esa filtración?-

-Me temo qué así fue.- Reconoció Laurent, encogiéndose de hombros y suspirando sonoramente. -Mi información fue una de las que fue revelada y, como medida extrema de protección para todos los involucrados conmigo, me vi forzado a hacer una incontable cantidad de sacrificios. Incluso me vi en la forzosa necesidad de llenar los papeles de divorcio con tu madre para que todo fuera más convincente ante el público.-

-¿E-Estas hablando en serio?- Preguntó Kelly al ahora sentir cómo nuevamente una avalancha de emociones empezaba a invadir su cuerpo. -No estás bromeando, ¿verdad?-

-Por supuesto que no bromeo, Kelly. Yo hablo muy pero muy en serio.- Indicó Laurent con fervor, luego de acomodarse en su asiento para después apoyar sus codos sobre la mesa. -Todo lo que te dije es la verdad de las cosas…-

-Entonces, todo lo que yo pase… ¿Todo esto es culpa del Equipo Rocket?-

-Lo lamento mucho, Kelly.- Susurro Laurent, antes de terminar por agachar su cabeza en clara señal de arrepentimiento. -Sé que no he sido el mejor padre del mundo. Pero todo lo que he hecho ha sido para protegerlas a ambas, a tu madre y a ti. Espero por favor que lo entiendas…-

-¿Y por qué no me dijiste todo esto antes?- Recrimino Kelly, tratando de controlar la infinidad de lágrimas que deseaban salir de sus ojos. -¿Por qué me mantuviste en la oscuridad todo este tiempo? Yo bien pude haber-...

-No deseaba tomar riesgos innecesarios, ni tampoco comprometer tu seguridad. Por tu bien, lo mejor era que no supieras, aunque eso me costara tu odio y resentimiento.-

-¿Mi madre sabía de todo esto?-

-Claro. Ella fue la de la idea de separarnos y fingir nuestro divorcio en primer lugar.-

-¿Entonces eso significa que aún mama y tú?-

-Siempre que puedo la llamo para saber cómo está. Pero por el momento, y hasta que no caiga el Equipo Rocket definitivamente, no puedo regresar a vivir con ella o contigo. Lo más conveniente para todo es seguir separados.-

-C-Comprendo…-

-Espero que me puedas perdonar, Kelly. Pero tu seguridad venía primero que todo para tu madre y para mi.-

Kelly volvió a permanecer en silencio por unos cuantos exasperantes segundos, mientras que una triste dupla de lágrimas empezaban a salir de sus brillantes ojos con diferentes tonalidades. Ella, en ese preciso momento, estaba sintiendo una gran cantidad de cosas que no podía explicar o expresar con palabras. Pero a pesar del inmenso mar de sentimientos que estaba experimentando, la rubia se levantó de su asiento de un brinco y luego abrazó a su padre cómo si no hubiese un mañana.

-G-Gracias por contarme finalmente la verdad y por protegernos a ambas.- Susurro la pequeña rubia entre lágrimas y sollozos. -L-Lamento haberte tratado tan mal todo este tiempo. Lamento haberte odiado.-

Laurent sonrió y luego acarició con delicadeza la cabeza de su hija. -Descuida, Kelly. Ya nada de eso importa ahora.- Murmuró con rebosante alegría el veterano miembro de la policía internacional, muy para el agrado de las pocas enfermeras que aún observaban con atención la tan conmovedora escena desde lejos.

-Juro por Arceus que destruiré al Equipo Rocket por separar a mi familia.- Declaró mentalmente Kelly. -Aunque sea lo último que haga, juro que acabaré con ellos por todo el mal que han hecho y también por todas las familias que han desecho. ¡Ellos me las pagaran!-


Tercer Piso, Hospital General de Ciudad Goldenrod, 7:59 P.M


-Ohh, ya veo… ¿Con qué tu eres la hija del profesor Elm?- Cuestiono Enishi con visible sorpresa, cuando esté miraba de arriba a abajo a la prospecto a profesora. -Debo reconocer que no tenía idea de que Gregory tuviera una hija de la misma edad de Gold. Esta revelación me tomó muy por sorpresa.-

-Hahaha, se sorprendería de la enorme cantidad de personas que me dicen lo mismo.- Manifestó Crystal con amabilidad y una sonrisa, antes de estrechar la mano del padre de Gold. -Es realmente un gusto poder conocer al padre de mi compañero de viaje.-

-Creeme, Crystal, el gusto es mío. Solo espero que mi torpe hijo no les haya causado muchos problemas a Kelly y a ti.-

-E-En lo absoluto, señor Enishi.- Replicó Crystal con inmediatez, poco antes de sonrojarse muy visiblemente. -Aunque no lo crea, su hijo hace que nuestro viaje sea divertido. El, sin lugar a dudas, es el pegamento de nuestro pequeño grupo.-

-Ughhh- ¿P-Papá-…?-

Cómo por cosa del mismo destino, luego de las palabras de su compañera, Gold lentamente empezó a despertar de su letargo. Crystal, por su parte, y al ver cómo su compañero empezaba a reaccionar, se colocó rápidamente a un lado de él.

-Hehe, pues ya era tiempo de que la bella durmiente despertará de su largo sueño.- Comentó Enishi de manera burlesca y sarcástica, mientras que él ajustaba sus propios anteojos. -¿Cómo te sientes, campeón? ¿Te duele algo?-

-Ughh-… Y-Yo-… ¿En dónde rayos estoy?- Cuestiono Gold, visiblemente confundido e inquieto, observando luego todo a su alrededor al estilo de un tímido pokémon acorralado. -D-Demonios… Me duele un poco la cabeza. ¿Pero qué rayos fue lo que sucedió y por qué estoy aquí?-

-De momento estamos en el hospital general de ciudad Goldenrod.- Anticipo Crystal en respuesta. -Veras, por la tarde te golpeaste la cabeza con la puerta del centro pokémon en dónde te hospedas y luego-...

-Uhh… D-Disculpa, pero tu… ¿Quién eres?- Preguntó inmediatamente Gold al mirar fijamente a Crystal cómo si jamás la hubiese visto antes. -¿Nos conocemos o algo así?-