Cerca de la Ruta Treinta y Cuatro (34). Parque en la parte Sur de los Suburbios de Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 7:52 A.M


Nerviosismo, una pequeñísima pizca de curiosidad y muchísimo más miedo del que su ahora acelerado corazón podía darse el lujo de expresar a través de su pálido rostro. En menos de lo que dura un sencillo parpadeo, Kelly tímidamente miró de reojo a una anonadada Crystal para después intercambiar con su compañera efímeras pero nerviosas miradas llenas de pesadas interrogantes.

Por su parte, Empoleon y Meganium, estando ambos igual de confundidos que sus respectivas entrenadoras, se limitaron a observar con visible temor al imponente y legendario pokémon frente a ellos, pero sin bajar la guardia en lo más mínimo en caso de ser necesario. Todo esto, mientras que la intensidad del viento comenzó paulatinamente a incrementar, al mismo tiempo que la temperatura bajaba súbitamente hasta el punto de provocar que de un momento a otro empezara a nevar por todos los alrededores del solitario parque.

Frente a esto, una exasperante y ensordecedora oleada de silencio imperó por incontables segundos entre todos los presentes, dándoles a las chicas la bizarra sensación de estar congeladas en el tiempo frente a un oponente que claramente estaba muy por encima que todos y cada uno de sus pokemon.

Ahora, el único sonido que se podía distinguir en aquel solitario paraje era el del gélido viento al soplar y traer consigo más copos de nieve. Sin embargo, y muy a pesar de lo temblorosas de sus manos gracias al miedo que ahora recorría cada rincón su cuerpo, Kelly fue la primera en reaccionar del todo a la repentina aparición del legendario pokémon conocido como Suicune, mientras que Crystal aún permanecía estática, fría y en aparente estado de shock al otro lado del área designada para las batallas.

La de New Bark no solo traga pesadamente algo de saliva, armándose de valor en el proceso para mirar por breves instantes directamente a los ojos del legendario pokémon quien yacía tranquilo a escasos metros de su posición, sino que está exhala exageradamente algo de aire, acción que propició que su aliento fuese nuevamente visible, y luego termina por sacar rápidamente por reflejo su pokédex del pequeño bolso de viaje que traía colgando de su hombro izquierdo, apuntando luego el aparato electrónico en dirección al recién llegado.

Suicune: Conocido por muchos como la reencarnación de los vientos del norte, puede purificar aguas turbias y sucias solo con acercarse. También se dice que este elusivo y legendario Pokémon se les aparece a quienes tienen más dudas que soluciones dentro de sus corazones.

-N-no lo entiendo… ¿Por qué demonios Suicune se aparece aquí e interrumpe mi combate con Crystal?- Se preguntó mentalmente la rubia una y otra vez con angustia, guardando después su pokédex dentro de su bolso, prácticamente al mismo tiempo en que su subconsciente buscaba la mejor forma de actuar en esta inesperada situación. -¿P-Pero qué rayos significa todo esto? ¿Acaso él está aquí por la indecisión de Crystal?-

Mientras que el ahora helado viento terminaba por entumecer ligeramente el resto de sus articulaciones, una abrumadora lluvia de dudas frenaron en seco cualquier idea que surgiera dentro de la congestionada mente de la rubia, cosa que no pasó desapercibida por una aún anonadada Crystal. Al ver de reojo el rostro dubitativo y nervioso que presentaba su compañera, la joven prospecto a profesora sacude ligeramente su cabeza y luego da un par de comedidos pasos hasta colocarse casi a un lado de su Meganium.

-E-esto no es coincidencia, ¿o me equivoco?- Declaró Crystal con enérgica firmeza al cambiar su semblante a uno mucho más serio y tosco, provocando a su vez que los nervios de su compañera se pusieran aún más de punta. -¿A qué debemos tu presencia aquí, oh poderoso pokémon que representa la lluvia que alguna vez apagó el incendio que casi consume por completo la Torre Brass?-

Pero, a pesar de lo expresado por Crystal, el legendario pokémon prefirió permanecer en perfecto silencio, solamente observando con una mezcla entre curiosidad y cautela tanto a las chicas, cómo también a sus respectivos pokémon.

Kelly nuevamente fue la primera en reaccionar después de lo sucedido. La de New Bark volvió a mirar de reojo a Crystal en busca de respuestas, pero esta se limitó a forzar una desteñida sonrisa dando a entender que sus acciones tenían un claro propósito fijo.

-S-sabes, el que estés aquí ante nosotras me dice que la aparición de Raikou frente a Gold y Zuki tampoco fue algo al azar.- Prosiguió Crystal nuevamente con firmeza, enfocando esta vez su total atención sobre Suicune. -Vuelvo y pregunto, ¿a qué se debe tu presencia aquí? ¿Qué es exactamente lo qué deseas de nosotras?-

Ni corto ni perezoso, y luego de las osadas palabras de Crystal, Suicune rápidamente adoptó una agresiva pose de batalla. Al ver esto, Empoleon y Meganium proceden a hacer lo mismo para defender a sus respectivas entrenadoras de un posible ataque, pero, antes de que estos pudieran siquiera reaccionar, el legendario pokémon emitió un estridente y amenazador rugido, forzando automáticamente que ambos pokémon regresaran a sus pokebolas, además de provocar que tanto Kelly cómo Crystal salieran disparadas de sus posiciones y luego cayeran sobre sus espaldas, la una junto a la otra, encima del congelado pasto lleno de nieve y tierra.

Sin ningún tipo de pena ni gloria, un par de silenciosos segundos se pasaron, mismos que las ahora adoloridas chicas utilizaron para cerciorarse de estar bien físicamente luego de ser arrojadas al suelo debido al inesperado ataque de Suicune. Acto seguido, tanto Kelly cómo Crystal, prácticamente al mismo tiempo, no sólo a duras penas lograron sentarse sobre el pasto, sino que además estas por breves instantes vuelven a mirarse de reojos por enésima vez al ahora estar a escasos centímetros de distancia.

-L-lo lamento. Creo que metió un poquito la pata- Confesó a regañadientes Crystal con voz entrecortada y casi al borde de las lágrimas, sumado a que su rostro reflejaba una clara mezcla entre terror y arrepentimiento. -T-todo esto es mi culpa. Y-yo estaba segura de que sí imitaba a Zuk-...

-Ahorrate lo que tengas que decir para cuando salgamos de esta.- Replicó rápidamente la rubia al interrumpir a su compañera en un tono más firme y decidido. -Creo que se lo que querías hacer, pero ahora no es momento de sentimentalismo o arrepentimiento. Lo hecho, hecho está. Ahora lo que necesito es que utilices ese brillante cerebro que tienes y encuentres una forma de que salgamos ilesas de esta situación. Desde ahora estoy enteramente a tus ordenes. Odio admitirlo, pero en ti recaen todas nuestras esperanzas de salir sanas y salvas.-

Crystal asintió tímidamente en respuesta ante su compañera y luego volvió a enfocar su atención sobre Suicune para quizás encontrar una solución o punto débil que explotar. Pero, a pesar de ello y antes de que Crystal pudiese hacer algo más, súbitamente la atmósfera en todo alrededor del alejado parque se volvió extremadamente pesada y lugubre gracias a Suicune, quien aún permanecía en pose de batalla frente a ambas chicas, pero esta vez sus ojos empezaron a emitir un ominoso y resplandeciente brillo de color azul fosforecente.

De manera abrupta, la de Goldenrod intentó ponerse de pie, pero sus piernas no respondieron en lo absoluto a sus más que sencillos deseos. A su vez, y notando cómo su amiga apenas sí podía moverse, Kelly intentó ayudarle pero sus articulaciones parecían estar aún más entumecidas que antes, sumado a que ni su voz era capaz de salir. La desesperación y la angustia ahora estaban a la orden del día.

Inmediatamente después, los párpados de ambas chicas empezaron a sentirse cada vez más y más pesados, además de percibir vívidamente cómo todos y cada uno de sus sentidos se iban apagando con alarmante velocidad a medida que pasaban los segundos.

Llegado este punto, tanto Crystal cómo Kelly sabían que ya no había algo más que pudieran hacer al respecto y lentamente estas cerraron sus ojos y se dejaron llevar por la oscuridad.


Parte Sur, en las afueras de Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 7:53 A.M


Su dia empezo cómo cualquier otro desde su llegada a Goldenrod hace ya cuatro días atrás. Zuki, de manera tímida, comedida y lenta, abrió sus ojos y luego procedió a pestañear con dificultad gracias a estar aún más dormida que despierta.

Al hacer esto, la menor de las chicas kimono fija después su mirada, por un par de minutos, sobre el blancuzco techo de la habitación que alguna vez albergó a la madre de Crystal, además de activamente bostezar y quitar un par de molestas lagañas en sus ojos luego de darse cuenta que ya era de dia gracias a los tenues rayos del sol que a duras penas atravesaban las cortinas.

Pasado un rato de esto, y cuando finalmente la de Ecruteak estaba un poco más consciente de sus acciones, está estira ligeramente su cuerpo encima del cómodo futon en dónde había pasado la noche y luego, por puro instinto e inercia, termina revisando su Pokegear, objeto colocado en el alfombrado suelo a un lado del futón, en espera de encontrar una llamada que muy en el fondo ella sabía que no iba a recibir.

-En verdad espero que te encuentres bien en dónde sea que estés.- Comentó mentalmente Zuki con algo de nostalgia, luego de que esta se sentara encima del futón y notara que no había ninguna llamada perdida de Silver en su Pokegear. -Ya pronto acabará todo tu martirio. Solo espero que no te metas en problemas y que de verdad la Policía Internacional acabe mañana con el Equipo Rocket de una vez y por todas.-

Un amargo suspiro retumbó dentro de la silenciosa habitación poco después de que Zuki se pusiera de pie para volver a estirarse un poco más. Hecho esto, y al mirar a su derecha, la de Ecruteak nota con asombro que Kelly, con quien compartía la habitación de la madre de Crystal, no se encontraba en aquel lugar. Muy por el contrario, la sencilla cama al otro lado del lugar, y donde se suponía que había pasado la noche la rubia, estaba perfectamente arreglada.

Zuki inconscientemente alza una de sus cejas con suspicacia. -Eso sí que es curioso, nuevo y extraño- Volvió a comentar la joven chica kimono, rascando en el proceso una de sus mejillas pero sin darle mayor importancia al asunto. -Bueno, supongo que los milagros existen después de todo. Ya era hora de que la rubiecita mimada se despertara temprano para variar.-

Seguidamente, Zuki se toma un par de minutos para peinar y amarrar su cabellera en dos perfectas coletas al estilo de Crystal para posteriormente salir de la habitación en dirección a la cocina a por un poco de agua. Una vez afuera, esta llega a la sala e inmediatamente se encuentra con Gold y su Pichu, quienes en completo silencio desayunaban frente al comedor en la parte izquierda del lugar.

-¡Buen día!- Saluda Zuki al lentamente acercarse a donde estaba sentado su primo, milésimas de segundo antes de bostezar sonoramente, pero no sin antes notar cómo él vestía el desgastado y sencillo combo de suéter y shorts que por lo general utilizaba para dormir. -¿Y las demás en dónde están?-

-Uhhh… Pues ni idea.- Replica Gold de manera simplista y desganada, luego de morder, masticar y tragar otro pedazo de su emparedado, mientras que Pichu se comía, cómo sí no hubiese mañana en el asiento a la derecha de su entrenador, un tazón pequeño de croquetas pokémon. -Lo único que sé es que aparentemente ambas salieron juntas creo que hace menos de una hora.-

Ante lo expresado por su primo, nuevamente una de las cejas de Zuki terminó por arquearse con extrema suspicacia. -¿Huuh…? O-Ok, eso sí que es extraño.- Admitió enérgicamente la chica kimono en voz alta, a la vez en que inconscientemente colocaba sus manos sobre sus caderas de manera desafiante. -¿Y sabes a dónde fueron o sí están juntas? Porque ya de por sí es raro que Kelly se levante temprano.-

Esta vez Gold negó con su cabeza para responder ante su confusa prima. -Me temo que no sé a dónde fueron. Pero cuando me levante vi una nota pegada en la refrigeradora con la letra de Crystal que decía que las dos salieron juntas y que estarían de regreso para poco antes del almuerzo. Mi única suposición de momento es que ambas se fueron de compras o algo por el estilo.-

Cómo por acto reflejo, Zuki no pudo evitar torcer sus labios ante la deducción de Gold. -Y-ya veo. Supongo que esa es una posibilidad.- Replicó tranquilamente la de Ecruteak, segundos antes de que esta se sentará en el asiento vacío a la izquierda junto a su primo. -Pero bueno… El que ellas no estén aquí hará lo que tenemos que hablar un poco más fácil.-

Ahora fue el turno de Gold de levantar una de sus cejas con suspicacia y recelo. -¿A qué te refieres con eso?- Cuestionó rápidamente el de New Bark, levantando su mirada en dirección a su prima, casi a la vez en que esté se terminaba de un exagerado bocado el resto de su emparedado.

-¿En serio te haras el idiota conmigo?- Preguntó retóricamente Zuki, frunciendo su ceño con desdén. Inmediatamente después, la menor de las chicas kimono exhala con notable molestia para luego estirar al frente uno de sus brazos y arrebatarle a Gold un vaso medio lleno de jugo de manzana, objeto colocado a la izquierda del plato donde antes reposaba su emparedado. -Es más que obvio que algo importante sucedió entre Crystal y tú luego de nuestro paseo por la rueda de la fortuna. La pregunta del millón es qué fue eso qué sucedió entre ustedes.-

Una forzada pausa repentinamente entró en efecto, mientras que Pichu se limitó a observar, con quizás más curiosidad de la debida, cómo ambos entrenadores se miraban el uno a la otra en completo silencio. Pasados unos segundos, Gold automáticamente cambió el semblante de su rostro de tranquilo a rígido. Por su parte y sin titubear en lo más mínimo, la menor de las chicas kimono a su vez procedió a darle un recatado sorbo al vaso de jugo de su primo.

-Tch… Supongo que no tiene caso ocultar nada a este punto. O al menos no a ti.- Admito reaciamente Gold, suspirando luego con notable exasperación. -¿Pero qué exactamente me delató esta vez? Yo sé por default que soy mal mentiroso, pero estoy bastante seguro de que yo-...

-En verdad no lo sabía.- Reconoció Zuki, interrumpiendo velozmente a su primo con una alegre sonrisa. -Reconozco que tenía mis sospechas por su tan errática actitud luego de bajar de la rueda de la fortuna, además de la manera en cómo ambos se empezaron a evitar al regresar del parque de diversiones, pero no fue hasta ahora que lo confiesas que pude confirmarlo en un cien por ciento.-

Con la velocidad misma de un relámpago, el rostro de Gold se sonrojo violentamente de un momento a otro muy para la gracia de Zuki, quien aún mantenía una alegre sonrisa.

Ahora, y de manera más que repentina, Gold frunce su ceño, se cruza de brazos y luego expulsa otro exagerado suspiro lleno de aún más exasperación y molestia. -De verdad que a veces eres realmente despreciable cuando te lo propones. De seguro que tu serias una muy buena candidata a agente de la policía internacional en un futuro- Denunció agriamente el de New Bark, nuevamente de muy mala gana. -Pero obviare esto qué hiciste e iré directo al grano. Cómo dije antes, no tiene caso ocultarte las cosas a ti, ni tampoco tengo muchos ánimos de empezar una discusión.-

-¿Huuuuuuh? ¿Osea que así de fácil y de buenas a primeras vas a ceder?- Cuestiona Zuki en un tono de voz que claramente expresaba su latente sorpresa y desilusión. -Me halaga eso qué dijiste qué podría ser parte de la policía internacional, pero yo me pase varias horas antes de dormir planeando cómo te haría confesar en caso de qué te hicieras el difícil. Inclusive me peine cómo Crystal para-...

-Hoy no estoy para juegos, Zuki.- Advirtió el de New Bark sin titubear, bajando luego inconscientemente su mirada. -Ya estoy algo harto de las mentiras y los secretos luego de descubrir que prácticamente el que yo sea entrenador es debido al Equipo Rocket.-

-Espera… ¿Otra vez con eso?- Preguntó retóricamente Zuki, pero de modo un poco más gentil y condescendiente. -Pensaba que ya habíamos resuelto ese tema luego de lo que vivimos en el Parque Nacional.-

-Y en efecto así es. De una u otra manera me obligue a aceptar ese hecho y ahora tampoco le tengo tanto miedo al futuro.- Indicó Gold en un tono más apagado y simplista. -Prueba de ello es que acepte sin problemas la invitación de Oak de ir a la torre de radio mañana para nuestra entrevista con Mary, aún sabiendo qué eso cumpliria otra de las visiones de Morty.-

-Ok, ok… Punto a tu favor, Gold.- Manifestó rápidamente la de Ecruteak. -Solo olvida todo eso que dije y cuéntame que sucedió entre Crystal y tu. Desde ahora soy toda oídos-

Por enésima vez Gold expulsó otro suspiro, mismo impunemente hizo un leve eco por toda la sala de estar de la guardería. Seguidamente, el de New Bark se pone de pie y le da la espalda a su prima, acción que puso muy en alerta tanto a Zuki cómo a Pichu. -Uhh… Pues para resumirlo de una manera fácil, Crystal y yo tuvimos un pequeño gran malentendido debido a algo que dije sin pensar.-

-¿Un pequeño gran malentendido por algo que dijiste sin pensar?- Repitió Zuki con notable curiosidad en su voz. -¿A qué te refieres exactamente con eso, Gold? ¿Qué rayos le dijiste a Crystal?-

Otra pronunciada pausa se suscitó en la conversación. Gold, luego de un par de segundos, se voltea y fuerza una triste, culpable y melancólica sonrisa sobre su rostro. -Todo iba bien al principio. Nosotros estábamos conversando y de repente ella dijo que este viaje tenía una clara fecha de expiración y que nada era para siempre. En ese momento mi mente quedó en blanco y solo podía recordar lo que me había dicho Elm con respecto a que convenciera a Crystal de que aceptara la propuesta de Oak.-

Gold volvió a hacer otra pausa forzada en su recuento. Ante esto, Zuki traga pesadamente un poco de saliva y luego mira directamente a los tristes ojos de su visiblemente arrepentido primo. -¿Qué fue lo qué le dijiste a Crystal, Gold?- Pregunta la menor de las chicas kimono con firmeza y decisión. -¿Acaso tu-...?-

-¡Le dije que me había decidido entre Kelly o ella!- Exclamó súbitamente el de oscura cabellera, interrumpiendo a su vez a Zuki. -Le deje en claro que ya finalmente sabia a quien quería escoger entre ambas.-

La de Ecruteak parpadeó repetidas veces en respuesta, cómo si su vida dependiera de ello, luego de la sorpresiva confesión de Gold. Todo esto, mientras que nuevamente Pichu observaba con suma atención a ambos entrenadores. -E-e-espera… ¿E-estás hablando en serio?- Preguntó enérgicamente Zuki, a la vez que miraba con asombro y extrañeza a su primo. -Porque creeme que sí esta es una broma por lo que te dije hace un rato-...

-No es una broma, Zuki. Estoy hablate con la verdad.- Reiteró ácidamente Gold, encogiéndose luego de hombros. -Creeme, me gustaría mucho retroceder el tiempo y evitar decir eso de esa manera, pero-...

-¡Ughh… Eres un grandísimo idiota!- Aseveró la de ojos color esmeralda con amplia agresividad al darle un sonoro golpe al comedor, dejando a su vez perplejos tanto a Pichu cómo a su entrenador. -¿Por qué demonios hiciste algo cómo eso? ¿Acaso no notaste que ese era uno de los peores momentos cómo para confesarte?-

-Y-yo… L-lo se, Zuki, yo lo se perfectamente. Pero fue un estupido momento de debilidad y me arrepiento por ello.- Se excusó rápidamente Gold. -También se que esto que dije se escucho mal y pudo muy bien malinterpretarse, pero la verdad es que-...

-Hmph… Ahora todo tiene mucho más sentido.- Indicó fortuitamente Zuki, dándole otro sorbo al vaso de jugo. -Ya entiendo el porqué de la actitud tan extraña de los dos al regresar. Dejame adivinar, Crystal sintió que la intentaste manipular al confesarte de esa manera, ¿o me equivoco?-

Gold se limitó a asentir con profundo arrepentimiento. -S-sí, así fue.- Admitió reaciamente el de New Bark. -Pero esa nunca fue mi intención ni nada por el estilo, solo que en ese momento se juntaron dentro de mi cabeza todas las cosas por las que pase en estos días. Desde las revelaciones de mi padre, hasta que Elm me pidiera ayuda para que convenciera a Crystal, y ni hablar de nuestro encuentro con Raikou.-

Otra aún más pronunciada pausa volvió a entrar en efecto. En ese lapso, Zuki procedió rápidamente a desamarrar sus coletas y luego miró directamente a los dorados ojos de su afligido primo. -Supongo que puedo entender un poco lo que ha sucedido. No te excuso ni tampoco te defenderé, pero yo entiendo mejor que Crystal y Kelly que no estabas en un buen estado mental luego de confrontar a tu padre.- Comentó finalmente Zuki de manera un poco más relajada al encogerse de hombros. -Pero de igual forma tienes suerte de que Crystal sea mentalmente mucho más fuerte de lo que aparenta. Todo esto es muy probable que no pase a mayores ni tampoco influya del todo en su decisión sobre la propuesta de Oak, pero si esto hubiese sucedido con Kelly, pues-...

-Tch… No hace falta que lo digas.- Aseveró rápidamente Gold, nuevamente frunciendo su ceño. -Reconozco lo fuerte y decidida que es Crystal, pero creo que no le das el crédito que Kelly merece. Es cierto que ella antes era extremadamente impulsiva, mimada y sentimental, pero ella ha crecido y madurado muchísimo desde lo que sucedió en Ecruteak y Olivine. Te guste o no, ella ahora es una persona muy diferente a cuando la conociste.-

En respuesta Zuki ahora fue la que se cruzó de brazos. -Supongo que tienes razón en eso.- Alegó reaciamente la de Ecruteak de mala gana. -Aceptaré que entre nosotros cuatro Kelly es la que más ha cambiado y madurado durante el transcurso de este viaje, pero el punto al que quería llegar es que ahora lo mejor es no forzar las cosas y darle un poco de espacio a Crystal para que respire.-

El de New Bark asintió lentamente en respuesta, pero no sin antes volver por enésima vez a suspirar. -En eso estoy totalmente de acuerdo. Lo que menos deseo en este momento es darle a Crystal más motivos para que esté molesta o confundida.- Reconoció comedidamente Gold, quien luego empezó a caminar hasta colocarse frente a la puerta de vidrio que conectaba con el patio de la guardería. Al hacer esto, Gold automáticamente nota cómo una infinidad de pequeños copos de nieve empezaban a caer desde el grisáceo y nublado cielo. -Pero tengo que reconocer que no me esperaba que reaccionaras tan bien ante todo esto qué dije. Podría incluso jurar qué-...

-Creo que estás malinterpretando las cosas, Gold.- Volvió Zuki a interrumpir ahora en un tono mucho más serio, amenazante y frío. -El hecho de que ahora mismo esté relativamente calmada no significa que no esté explotando de ira por dentro. Literalmente hiciste lo único que te pedí que no hicieras en menos de veinticuatro horas de haberlo prometido.-

-Y-yo-... Ughhh, lo sé y en verdad lo siento.- Reconoció el de New Bark con arrepentimiento, volviendo a girar su cuerpo para mirar de frente a su prima y a Pichu. -En verdad quisiera tener un mejor argumento pero no tengo excusa para esto. Ese fue mi error y ahora me tocará asumir las consecuencias.-

-Pues me alegra mucho que digas eso.- Advirtió la menor de las chicas kimono en un tono más alegórico, justo antes de darle un último sorbo al vaso de jugo de manzana. -Porque hoy te tengo una pequeña propuesta a la cual no podrás negarte.-

-¿H-huuuh? ¿A qué te refieres?- Cuestionó Gold, cruzándose nuevamente de brazos con desdén mientras que Pichu se levantaba de dónde estaba y se acercaba hasta su entrenador. -¿Y porque rayos siento que esto será contraproducente para mi?-

-Descuida primito, no es nada del otro mundo lo que te pediré.- Indicó Zuki al levantarse de su asiento, guiñando luego uno de sus ojos de manera coqueta. -Por ahora solo báñate y vístete para salir. Más o menos cómo en una hora y media me gustaría estar partiendo de aquí junto contigo.-

-¿S-salir a dónde exactamente?- Preguntó el de New Bark con más que notable nerviosismo. -¿Ahora qué rayos te traes entre manos?-

-Solo quiero que me acompañes al Parque Nacional. Eso es todo.-

-¿Al Parque Nacional?- Repitió Gold con extrañeza al pestañear repetidas veces sus ojos, mientras que Pichu escalaba y se subía a uno de sus hombros. -¿Y porque quieres que vayamos a ese lugar?-

-Pues porque antes de ayer, cuando te desapareciste para ir a entrenar en aquel lugar, antes de ir a encontrarte nos inscribí cómo dúo en el famoso concurso de captura de pokémon de tipo bicho.- Admitió Zuki sin titubear y con una pícara sonrisa. -Aparentemente cómo un requisito especial para el dia de hoy es necesario que uno de los participantes posea un pokémon de tipo bicho para el momento de cuando se tenga que luchar y capturar a uno de los pokémon salvajes.-

-Woa… Espera, espera… ¿Acaso dijiste "nos inscribi?-

-Detalles, Gold, detalles. Olvídate de ese pequeñísimo detallito por el momento.- Exclamó enérgicamente la de ojos color esmeralda, a la vez que esta se desplazaba hasta colocarse a la derecha de su primo frente a la puerta de vidrio. -Cómo debes de saber, yo solo tengo a Sylveon, Arcanine y a Quagsire en mi equipo, así que-...

-Ughh… De acuerdo, de acuerdo. Ya entendí.- Interrumpió Gold a regañadientes, justo antes de frotar frenéticamente sus párpados con la punta de sus dedos. -En conclusión, no me puedo negar a tu petición y deseas que te acompañe para utilizar a mi Scizor.-

-Me alegra mucho que seas tan receptivo y cooperador.- Indicó Zuki en su típico y burlesco tono de voz, prácticamente al mismo tiempo en que esta le daba un par de palmadas en la espalda a su primo -Pero antes de terminar con esta conversación te tengo otra muy importante pregunta.-

Ni corto ni perezoso, nuevamente el talentoso entrenador de New Bark enfoca su mirada sobre su prima y luego terminó por rascar con molestia su nuca. -¿Ahora qué más deseas de mí?- Preguntó Gold con más agresividad de la que deseaba demostrar. -¿No me digas que también de paso quieres que te de cómo regalo a Typhlosion o algo por el estilo?-

-Haha, por supuesto que no, Gold. Yo sería incapaz de pedirte algo cómo eso.- Denunció Zuki, inmediatamente cambiando su tono de voz por uno mucho más suave y delicado. -Aunque, ahora que lo pienso mejor, Zuki del Fuego azul no suena tan mal después de todo. Pero en fin, sí eso es lo que quieres, entonces yo-...

-¡Ughhh… Solo escupe lo que tengas que decir!- Exclamó ferozmente Gold, claramente exasperado y al borde de un ataque de nervios. -¡Ve al grano!-

Otra aún más maliciosa sonrisa se dibujó al instante sobre los labios de Zuki. -¿Podrías decirme por quién fue qué te decidiste?- Preguntó finalmente la de Ecruteak sin darle más vueltas al asunto. -¿Quieres estar con Kelly o con Crystal?-

Gold lentamente mordisqueó sus labios ante la más que inesperada pregunta formulada por su caótica prima. Sin embargo, y de manera rápida y comedida, Gold se da media vuelta y empieza a caminar en dirección al pasillo que conducía a la habitación en dónde se hospedaba, ignorando a su vez por completo lo dicho por Zuki.


Un perpetuo manto de oscuridad cubría todo hasta dónde los ojos pudieran percibir, inclusive mezclando los límites del cielo y de la tierra en un solo espacio. En este mismo sentido, la existencia misma parecía ser un triste recuerdo plasmado sobre un oscuro lienzo pintado completamente de opacos y deprimentes colores, además de que la luz aquí era considerada cómo un extraordinario mito digno de leyendas pasadas.

Dentro de aquel desolado paraje de eterna oscuridad y sombras estaba Crystal, tan inerte cómo una vieja estatua de piedra dentro de un museo, quién lenta y torpemente empezó a abrir sus pesados párpados, posterior a sentir cómo había despertado de la siesta más larga, reconfortante y reparadora de toda la historia.

-¿E-en dónde rayos estoy?- Se preguntó mentalmente la joven prospecto a profesora, quien yacía suspendida en medio de aquel oscuro vacío mientras que miraba con terror e impotencia cómo todo a su alrededor carecía de forma, color, consistencia y olor. -¿C-cómo llegué hasta aquí?-

Una infinita cantidad de preguntas iban y venían dentro de la revuelta cabeza de Crystal, cómo autos al pasar por una concurrida avenida en hora pico, pero nada parecía tener el menor de los sentidos. En este lugar la lógica, la razón y las leyes comunes de la física parecían no existir del todo. Para ponerlo en palabras, Crystal rápidamente definió este lugar cómo un infinito vacío repleto de absolutamente nada.

-¿Por qué demonios estoy aquí?- Volvió Crystal a preguntar insistentemente con mucho más temor que antes, a la vez que su ritmo cardiaco iba en peligroso aumento. Ante esto, la de Goldenrod intenta inútilmente mover sus manos y pies para quizás desplazarse, pero todas sus articulaciones se sienten pesadas y cómo si esta estuviese intentando correr dentro del mar. -¿Aca-acaso estaré soñando? Nada de esto me parece lógico o real. ¿Qué mierda está sucediendo aquí?-

Desesperación, angustia, frustración y muchísimo terror. Rápidamente todos y cada uno de estos furtivos sentimientos se fueron grabando dentro del adormecido cuerpo de Crystal, sumado a las aún latentes preguntas que esta tenía sobre toda la situación.

Los segundos ahora parecían minutos y los minutos parecían durar horas en aquel solitario y triste lugar. Sin embargo, y de manera súbita y repentina, el recuerdo de cómo Suicune interrumpió su batalla con Kelly terminó por regresar a la memoria de Crystal. En un pequeño momento de claridad todo comenzó a tener mucho más sentido.

-Esté se debe tratar de un sue-...

-Sueño o no, te prometo que no podrás salir de aquí hasta que resuelvas aquello que tanto te atormenta.-

Sin previo aviso, una espectral, antinatural y ronca voz se generó de entre las sombras, suceso que le puso los nervios de punta a la de Goldenrod. Milésimas de segundo después, de entre el vacío y frente a Crystal, una figura humanoide lentamente tomó la forma y figura de su padre, Gregory Elm.

Sí anteriormente Crystal estaba aterrada y en conflicto con una muchedumbre de sentimientos y preguntas, entonces la inesperada aparición de "algo" que se asemejaba a su padre, a unos cuantos metros de su posición, terminó por encender todas las alarmas presentes en su cuerpo, cosa que a su vez provocó que ésta intentara moverse para escapar, pero su cuerpo aún se sentía cómo sí estuviese sumergido bajo el agua.

-Bienvenida al primer dia del resto de tu vida, Crystal Lyra Elm.-