Al Suroeste de las Ruinas de Alph. Región de Johto. 8:39 A.M


Con una más abultada cantidad de preguntas sin respuestas dentro de su mente, Crystal intercambio una efímera pero nerviosa mirada llena de incertidumbre con su rubia compañera quien luego se limitó a cambiar por completo su semblante por uno mucho más agrio y a la expectativa de lo peor. En este mismo sentido, Crystal aprieta ligeramente sus temblorosos puños, en clara señal de frustración, y percibe muy dentro de sí cómo una volátil combinación de nuevas emociones empiezan a desatarse posterior a la llegada de Suicune, aunado a que su corazón aceleró violentamente sus latidos hasta el punto de hacer que sus tímpanos resonaran con este molesto sonido por varios incómodos segundos.

-Nghhh… ¿Q-Qué está sucediendo conmigo? E-Esté no es el momento para perder mi enfoque o dejarme distraer por mis sentimientos.- Expresa mentalmente Crystal con amargura, ahora apretando sus labios y al sacudir ligeramente su cabeza de un lado al otro, pero sin dejar de teorizar del porqué de todo esto. -La aparición de Suicune aquí solo demuestra que nada de esto es casualidad tal cómo predije antes, ¿pero qué rayos podemos hacer y qué significa su llegada? Grr… Tampoco tengo idea de cómo llegamos a este lugar o porque exactamente esos Pokémon aparecen aquí frente a nosotras de esta manera.-

Mientras Crystal permanecía profundamente sumergida en sus propios pensamientos con cara de pocos amigos y sin hacer el más mínimo de los sonidos, Kelly se esforzaba, sin mucho éxito, en tratar de recordar cómo es que ambas mágicamente despertaron cerca de las Ruinas de Alph, además de intentar visualizar algún tipo de estrategia de batalla en caso de que las cosas tomarán un mal giro y se vieran en la necesidad de batallar contra los Unown y Suicune.

Por segunda vez Kelly exhalo con nerviosismo y frustración, cosa que provocó que nuevamente su aliento se volviera visible. Sí anteriormente la rubia se sentía abrumada por la aparición de los Unown, entonces la repentina llegada de Suicune no hizo más que sonar todas y cada una de las alarmas en su entumecido cuerpo. Pero, aún a pesar de la delicada situación, la rubia con toda seguridad podía decir ahora que sus muchas preguntas estaban más cerca de ser resueltas y, de alguna u otra forma, el legendario pokémon renacido por Ho-oh era la clave para desentrañar todo este misterio.

Suicune, por su parte, se mantuvo estático y sereno al estar tranquilamente parado sobre el agua encima del ahora turbio riachuelo. Dicho pokémon, en ese momento, no hacía más que observar, con un aura que irradiaba solemnidad y pureza, en dirección a ambas chicas cómo si él estuviese en espera de que sucediera algo más, pero, a la vez, y por alguna razón que ninguna de las chicas podía explicar, el ignoraba por completo la presencia del par de Unown localizados a unos metros de todos ellos.

-Tch… No sabes lo mucho que detesto cuando tienes razón en tus ridículas hipótesis, y odio aún más tener que admitirlo, pero creo que es tal cómo dijiste hace un rato. La llegada de Suicune aquí solo reafirma que esto no puede ser simple casualidad.- Indicó a regañadientes la rubia con frustración, ajustando a su vez sus anteojos y después sacando la pokebola de Lucario de su bolso de manera preventiva por sí las cosas se tornaban violentas. -Ughhh… Y pensar que lo último que puedo recordar es que salimos de la guardería de tus abuelos para tener una batalla en las afueras de la ciudad, pero ahora mágicamente estamos aquí en medio de la nada. En verdad que no concibo cómo demonios terminamos metidas en una situación cómo esta. Todo dentro de mi cabeza se siente confuso y lleno de agujeros. Nada de esto tiene sentido.-

-Creeme, yo tampoco tengo idea de cómo o porqué terminamos aquí, pero tanto mi intuición, cómo también mi entrenamiento cómo profesora, me dicen a gritos que nuestra falta de recuerdos, y el que estemos cerca de las Ruinas de Alph, está directamente relacionado con esos pokémon.- Declaró Crystal de manera firme y decidida, levantándose luego torpemente del frío césped para posteriormente encarar a Suicune y los Unown, pero no sin antes extender su mano derecha en dirección a su compañera y rival, acción que tomó muy por sorpresa a la rubia, quien, después de un par de segundos, acepta la ayuda de Crystal y se pone de pie junto a ella. -Es más que obvio que aquí hay Meowth encerrado y me parece que ya llegó el momento de que consigamos las respuestas que buscamos. Me rehusó rotundamente a creer que todo esto sucedió porque sí, cuando hace unos días atrás Gold y Zuki se encontraron con Raikou en el Parque Nacional.-

Cómo sí se tratara de una respuesta directa al enunciado de Crystal, el par de Unown se rodearon al mismo tiempo por una ominosa y macabra aura de color purpura fosforecente, provocando no solo qué las chicas sintieran una serie de molestos escalofrios en todo su cuerpo, además de incrementar notablemente sus nauseas, sino qué tambien rapidamente se creo una especie de jaula de energia traslucida, del mismo color qué el aura de los pokémon de tipo psiquico, y qué rodeo por completo todo el claro cerca del riachuelo con la forma de un alto domo en al menos doscientos o trecientos metros a la redonda.

Automáticamente después de esto, y mientras Suicune aún permanecía perfectamente tranquilo en medio del riachuelo cómo sí nada hubiese sucedido, todo sonido y movimiento ajeno a los presentes cesó en el acto dando la impresión de que algo o alguien hubiese apagado una especie de interruptor invisible en las inmediaciones del domo. Tanto el gélido viento al soplar, junto con el sonido y movimiento del pasto o las ramas y hojas de los árboles dentro del domo, se detuvieron súbitamente en seco de la manera más tétrica y siniestra posible, mientras que paradójicamente fuera de dicho lugar las cosas parecían estar en relativa normalidad.

Kelly, ante lo que estaba aconteciendo frente a sus ojos, tragó pesadamente saliva en primera instancia para quizás así mantener la compostura, luego de observar cómo unas rezagadas hojas semisecas se hicieron polvo, después de ser arrastradas por el viento, al chocar contra una de las paredes externas del domo en la parte izquierda del lugar. Aquí se hizo más aparente para la rubia que la inesperada creación de los Unown no las dejaría escapar tan fácilmente y que una posible confrontación era inminente.

-¿O-Ok…? Esto sí que complica las cosas aún más.- Comentó mentalmente Kelly con nerviosismo al apretar inconscientemente la pokebola de su Lucario. -Definitivo qué tengo que pensar ya mismo en algún tipo de estrategia de batalla, pero nuestras opciones son demasiado escasas. ¿Qué demonios podemos hacer ante todos estos pokemon? Ughh… ¿Qué harían Cynthia, Platinum o Gold en mi lugar? Y-Yo-...

No obstante, antes de que la rubia pudiese llegar a una conclusión satisfactoria ante aquel dilema, la desesperación, la angustia y el terror se apoderaron por completo de Kelly cuando esta decide fijar su mirada sobre Crystal, pero, para su horror, esta inadvertidamente terminó por apreciar en primera fila cómo su compañera se tambalea y después cae de rodillas sobre el pasto con una expresión perdida y completamente drenada de emociones o sentimientos.

-¿¡C-CRYSTAL!?- Exclamó con aún más desesperación la rubia antes de intentar girar su cuerpo para auxiliar a la prospecto a profesora. Sin embargo, ante las atentas miradas de Suicune y los Unown, todas las articulaciones y músculos en el cuerpo de Kelly se entumecieron de golpe hasta hacerle perder el control de sus funciones motoras, causando al instante que está involuntariamente soltara la pokebola de Lucario y después ella misma cayera de manera estrepitosa sobre su costado derecho encima del húmedo pasto.

Repudio, confusión, muchísimas más náuseas y desesperados jadeos en busca de oxígeno alternados con alarmados alaridos de dolor. Kelly, después de chocar contra el suelo cómo sí fuese un sucio costal lleno de arena, soltó un efervescente grito de suplicio que retumbó por todo el domo, a la vez que sus anteojos, mismos que estaban colocados frente a sus ojos, terminaron por partirse en dos a la par que los lentes se resquebrajaron por completo debido al fuerte impacto.

Acto seguido, una tos seca y abrupta propiciada por Kelly, debido a una alarmante falta de oxígeno en sus pulmones, irrumpe el antinatural silencio que anteriormente imperaba dentro del críptico domo de energía. -¿P-Pero qué demonios me está sucediendo?- Se preguntó mentalmente la rubia con completo terror y miedo, muy a pesar del ahora punzante dolor en su región abdominal, al sentir cómo algo tan sencillo cómo respirar o mover los dedos de su manos se volvía un martirio, sumado a qué su visión se nublo en un dos por tres y ahora apenas sí podía distinguir entre las borrosas siluetas de Suicune, los Unown, Crystal y la pokebola de su Lucario, objeto que terminó a escasos centímetros de su rostro después de caer al suelo. -De-Demonios, ¿acaso es así cómo voy a morir? Y-Yo-... Yo solo quería-...

Fue en este momento dónde, al estilo de una inesperada tempestad en medio del mar, una turbulenta ventizca de recuerdos invadieron violentamente la colmada mente de la rubia, causando que esta quedará estupefacta, fría y estática sobre el césped con una expresión vacía y carente de cualquier tipo de emoción o sentimiento, imitando fortuitamente a Crystal antes que ella.

Ahora, ambas chicas yacían perfectamente petrificadas, una a un lado de la otra, dando a simple vista la impresión de que estaban suspendidas en el tiempo en una especie de transe por un par de decenas de segundo, mismos que los Unown utilizaron para lentamente acercarse flotando hasta ellas. El Unown con forma de signo de exclamación se posicionó frente a Kelly, mientras que el Unown con forma de signo de interrogación terminó a pocos centímetros de Crystal.

Sucedido esto, ahora fue el turno de Suicune para finalmente actuar. El legendario pokémon soltó un imponente rugido que hizo resonar intensamente tanto las paredes del domo cómo también todo dentro del lugar. Pero, a su vez, dicho rugido ayudó a que ambas chicas paulatinamente se despertaran de su profundo letargo.

La primera en reaccionar del todo fue Crystal, quien sacudió su cabeza ligeramente de un lado al otro, jadeando sonoramente en el proceso cómo sí hubiese contenido la respiración bajo el agua por más tiempo del debido. Por si fuera poco, ella, inmediatamente al volver en sí, siente como un sin fin de lágrimas salían involuntariamente de sus ojos al observar al risueño Unown frente a ella, aunado a que dentro de su corazón todo el miedo que anteriormente sentía fue reemplazado por un intenso y agridulce sentimiento de nostalgia combinado con culpabilidad.

-Y-Ya re-recuerdo lo que sucedió. Ahora todo tiene mucho más sentido.- Murmuró débilmente la prospecto a profesora para sí misma al limpiar delicadamente las muchas lágrimas que adornaban su rostro, sentándose nuevamente sobre el pasto y después mirando de reojo cómo Kelly volvió en sí al sacudir también su cabeza para entonces apartar torpemente de su rostro sus resquebrajados anteojos. -Ya sé cómo llegamos aquí y también el porqué de todo esto.-

Por otra parte, la rubia suelta un amargo gruñido en señal de dolor mientras que luchaba consigo misma para volver a sentarse sobre el pasto junto a Crystal. Una vez conseguido esto y después de que su visión dejará de estar tan borrosa cómo cuando perdió el conocimiento, Kelly se dispone a tomar la pokebola de Lucario con su mano izquierda y después de manera lenta se da un par de palmadas en sus sonrojadas mejillas con su mano derecha. Todo esto, a la vez en que la rubia instintivamente miraba por completo a su alrededor con una impetuosa mezcla entre suspicacia, incredulidad y asombro.

-¿Co-Cómo es esto posible?- Se preguntaba mentalmente la rubia una y otra vez con ahínco, recordando ahora vívidamente todo lo acontecido dentro de su mente con aquel peculiar Unown quien ahora tranquilamente flotaba a escasos centímetros de su rostro. -¿Acaso yo no debía de haber muerto? Ughh… N-No lo entiendo, t-todo esto se siente cómo sí fuese una especie de irreal sueño. Yo estaba completamente segura de qué-...

-¿Te encuentras bien?- Preguntó rápidamente Crystal al notar lo dubitativa qué estaba su compañera posterior a finalmente sentarse sobre el pasto. -¿K-Kelly?-

En respuesta, la rubia endureció su semblante y después apretó ligeramente la pokebola de Lucario hasta hacerla crujir entre sus entumecidos dedos. -Uhh… Realmente no lo sé.- Confesó la rubia en un apático pero sincero tono de voz, mirando de reojo en primera instancia en dirección a sus rotos y obsoletos anteojos, mismos que ahora yacían sobre el pasto a unos centímetros de dónde estaban sentadas, para después mirar de pies a cabeza a Suicune y los Unown. -Físicamente me siento algo adolorida, mareada y entumecida, pero dentro de mi cabeza se siente cómo sí-...

-Cómo si alguien fortuitamente relleno, sin el más mínimo cuidado, todos esos agujeros en nuestra memoria sobre cómo llegamos aquí y el porqué de todo esto.- Indicó Crystal preventivamente y en un más firme tono de voz. -¿O me equivoco?-

Lentamente la rubia asintió con asombro, más está aún seguía observando a Suicune y los Unown con extrema cautela en espera de que algo más llegara a suceder si se descuidaba. -Hmph… Por lo que dices, y también por tu actitud, asumo entonces que estás anuente de toda la situación y sobre lo que Suicune desea de nosotras, ¿verdad?-

Ahora fue el turno de Crystal para asentir con seguridad. -El interrumpió nuestro combate en las afueras de Goldenrod y nos trajo hasta aquí para qué, con ayuda de los Unown, pudiéramos resolvemos individualmente aquello que tanto nos aqueja.- Declara la de Goldenrod antes de soltar un exagerado suspiro, forzando después una tímida sonrisa sobre su rostro al nuevamente mirar de frente al Unown en forma de signo de interrogación cómo si este fuese un viejo amigo con quien se reunió después de mucho tiempo separados. -Admito que no fue para nada fácil eso de tener que lidiar con mis miedos, problemas e inseguridades dentro de mi mente cuando mi vida pendía prácticamente de un hilo, pero mejor dejamos ese tema para después. De momento aún tenemos otro importante asunto que tratar aquí y ahora.-

Kelly, sin decir más de momento, apretó sus resecos labios, luego torpemente se levantó del suelo, muy a pesar del punzante dolor en su área abdominal, y posteriormente extendió su mano derecha en dirección a Crystal para así ayudarle a incorporarse junto a ella. -Supongo que ya no hay marcha atrás con todo esto. Cómo bien dijiste antes, las casualidades no existen.- Indicó Kelly de mala gana al fijar momentáneamente su decidida mirada sobre los azules ojos de su compañera, notando al instante que detrás de aquella sonrisa de Crystal ahora se encontraba una chica fundamentalmente muy diferente en varios sentidos a la que anteriormente conocía. Dicha sonrisa desprendía seguridad, confianza y deseos de superar sus limitaciones. No obstante, muy enterrado en el fondo, Kelly también notó que aún algo parecía perturbar el interior de Crystal.

Sin titubear o perder más tiempo, la de Goldenrod miró con desconcierto a la rubia por breves instantes y después tomó firmemente de la mano de esta para incorporarse a su lado. Al ver esto, Suicune dio un par de pasos al frente sobre el riachuelo y su semblante cambió de tranquilo a uno mucho más estoico en clara señal de lo que estaba por suceder. A este punto era más que obvio que el legendario pokémon hizo todo lo que hizo para poner al par de entrenadoras a prueba, y él ahora deseaba tener una batalla contra ambas para darle un punto final a todo este asunto.

Otra efímera serie de enervantes segundos llegaron a transcurrir, mismos que Suicune término empleando para adoptar una firme, clara y defensiva pose de batalla en espera de lo que harían las chicas. Simultáneamente, la temperatura dentro de todo el domo empezó a disminuir por segunda vez desde la aparición del Pokémon revivido por Ho-oh, provocando no solo que ambas chicas volvieran a intercambiar preocupadas miradas repletas de nerviosismo, sino que el dúo de Unown utilizó esta pequeña oportunidad para desplazarse flotando hasta colocarse cada uno a un lado de las chicas cómo una especie de pokémon guardián.

-Tch… Y yo pensaba que hoy sería un día tranquilo. Jamás, ni en un millón de años, pensé que las cosas irían hasta este punto. Literalmente, hace poco más de dos horas atrás, tu y yo discutimos en tu habitación y ahora estamos aquí cerca de las Ruinas de Alph en vísperas de enfrentar a un legendario pokémon quien aparentemente desea ponernos a prueba.- Manifiesta la de New Bark en un apático y resignado tono de voz al abrir la pokebola de su Lucario, Pokemon quien rápidamente se materializa frente a su entrenadora, Crystal y los Unown, colocando a su vez una automática pose de batalla al notar la presencia de Suicune. -Aunque espero no malinterpretes mis palabras. Tener la oportunidad de batallar contra un pokémon del calibre de Suicune es algo único y que muy probablemente recordaré por el resto de mi vida, pero después de todo lo que pasamos para llegar a este preciso momento me siento extremadamente drenada a más no poder. Sinceramente no sé cuánto tiempo más podré permanecer consciente o de pie. En verdad siento cómo sí en cualquier momento podría desfallecer.-

Crystal, por enésima vez en lo que iba de la mañana, mira de reojo a su compañera de viaje. -Comparto el sentimiento, Kelly.- Declaró la prospecto a profesora con firmeza y más seriedad, sacando luego del bolsillo derecho de sus jeans la pokebola de Ampharos. -A mi también me cuesta demasiado trabajo creer todo esto, además de que mental y físicamente estoy cerca de mi límite cómo tu. Pero sería ridículo, por no decir patético y anticlimático, el rendirnos ahora que llegamos tan lejos. Sí Gold y Zuki pudieron hacerle frente a Raikou, entonces nosotras no podemos quedarnos atrás. Mi orgullo cómo entrenadora y futura profesora se haría pedazos y muy probablemente jamas me perdonaria a mi misma por perder una oportunidad tan única cómo esta.-

Una tenue pero picara sonrisa se posicionó sobre los labios de Kelly ante el comentario de Crystal. Milésimas de segundo después, Ampharos termina de materializarse frente a su entrenadora, y junto al Lucario de Kelly sobre el pasto, adoptando sin titubear una pose de batalla similar a la del pokémon de tipo lucha en espera de alguna orden de su entrenadora.

-¿Entonces tienes alguna brillante idea para enfrentar a Suicune?- Pregunta asertivamente la rubia antes de mordisquear ligeramente por inercia su labio inferior. -Porque no sé qué tan bien nos pueda resultar esto, pero de momento lo único que se me ocurre es intentar abrumarlo con una serie de veloces y certeros ataques para luego rematar cuando esté se canse de esquivar o contraatacar.-

-E-espera, espera… ¿Osea que quieres utilizar a tu Lucario de señuelo de ataque hasta que Suicune se agote?- Pregunta Crystal con incredulidad y suspicacia, parpadeando luego repetidas veces en clara señal de confusión. -¿Estás completamente segura, Kelly? Porque, sinceramente-...

-¿Acaso eso importa? Me guste o no, lo que yo piense o quiera no va a cambiar mágicamente el hecho de que estamos por enfrentar literalmente a una legendaria fuerza de la naturaleza.- Admitió rápidamente la rubia a regañadientes al apretar sus puños con molestia y nerviosismo. -Pero, siendo un poco más sincera, no tengo idea de si esta estrategia será capaz de funcionar. Peor aún, tampoco creo que tengamos muchas opciones disponibles. Cómo dije antes, esto es lo único que se me ocurre y qué es relativamente viable para un oponente de este calibre y con los pokémon que tenemos a nuestra disposición. La idea principal es que Lucario agote y distraiga lo más posible a Suicune, dándole la perfecta oportunidad a tu Ampharos para que cargue la suficiente energía cómo para acabar con él en un solo ataque bien colocado. Para una mejor referencia, piensa en mi batalla junto con Gold contra Morty y Eusine por la medalla del gimnasio de Ecruteak. Ellos emplearon una complicada estrategia donde Morty atacaba con Gengar a la vez que el Electrode de Eusine cargaba electricidad en la retaguardia. Más o menos eso es lo que tengo en mente para derrotar a Suicune si todo sale bien.-

Aquí Crystal se tomó otro par de silenciosos segundos para rápidamente analizar dentro de su mente una enorme cantidad de posibles escenarios ante la arriesgada estrategia de batalla planteada por la rubia al tomar en cuenta miles y miles de pequeñas variables, dando cómo resultado que está simplemente exhalara con pesadez al mirar directamente a los ojos a Suicune, quien aún permanecía en pose de batalla y a la expectativa de lo que harían las chicas. -Ok… Hagámoslo entonces. Confiare en esta estrategia.- Concedió finalmente la de Goldenrod en un animado tono de voz, mientras que los Unown seguían flotando cada uno a un lado de las entrenadoras. -Supongo que llego la hora de desafiar nuestro destino y demostrar de lo que somos capaces.-

Kelly asintió con seguridad y luego otra improvisada sonrisa volvió a aparecer sobre su rostro para después intercambiar miradas con su pokemon. -¡Lucario, empecemos con Aura Sphere (Aura Esfera)!- Exclamó enérgicamente la rubia al apuntar con el dedo índice de su mano derecha en dirección a Suicune. -Ataca sin piedad y a toda potencia.-

Lucario, sin dudarlo por un solo segundo, junto sus patas delanteras frente a su pecho y de entre estas se creo un vistoso orbe de energia condensada de color azul fosforecente, misma qué rapidamente lanza en direccion al legendario pokémon de tipo agua.

Ni corto ni perezoso, Suicune, sin siquiera moverse del todo de su posición encima del turbio riachuelo, hizo aparecer frente a su cuerpo, de un bestial rugido, una violenta pero rigida rafaga de viento la cual, sin muchos problemas, absorbió y posteriormente desintegró cómo polvo el ataque de Lucario al cortar dicho orbe en miles de pequeños pedazos.

Al ver lo ocurrido, nuevamente el par de entrenadoras intercambiaron de reojo otra serie de nerviosas miradas repletas de aún más temor y dudas. -Hmph… Supongo que no por nada denominan a Suicune en todo Johto como la viva reencarnación de los vientos del norte.- Comentó reaciamente Crystal, tragando a su vez un poco más de saliva. -Era de esperarse que el utilizara un ataque de este tipo para defenderse. En fin, Ampharos, quiero que utilices Charge (Carga) lo más que puedas.-

-Tch… Reencarnación o no de los vientos del norte, no nos vamos a detener ahora por un pequeño revés. De alguna manera u otra te prometo que saldremos victoriosas de esta batalla.- Exclama Kelly con fervor y agresividad, prácticamente al mismo tiempo que Ampharos se disponía a realizar lo pedido por su entrenadora. -¡Lucario, no te detengas con tus ataques, sigue utilizando Aura Sphere (Aura Esfera) tanto cómo puedas!-

El pokémon de tipo Lucha asintió ante su entrenadora cómo sí su vida dependiera de ello, creando después, en rápida sucesión y sin descansar, alrededor de una docena más orbes de energia de color azul fosforecente de entre sus patas y frente a su pecho, mismas qué esté terminaba por lanzar velozmente una tras otra en direccion a Suicune. Sin embargo, el legendario pokémon, de la misma forma que antes, terminó finalmente por absorber y desintegrar todas y cada una de las orbes de energía lanzadas por Lucario gracias a la creación de otra pequeña rafaga de viento cortante frente a su cuerpo.

-Ok… ¿Con qué así quieres que sean las cosas?- Pregunta retóricamente la de New Bark al hacer rechinar sus dientes con visible amargura, instantes antes de que el Unown con forma de signo de exclamación empezará a revolotear junto a ella. -D-De acuerdo, sí los ataques a distancia no tienen efecto entonces intentaremos otra cosa. ¡Lucario, acorta la distancia entre ustedes y embiste a Suicune utilizando Extremespeed (Velocidad extrema)!-

Nuevamente, y siguiendo al pie de la letra lo ordenado por la rubia, Lucario, con la misma velocidad con la que dura un parpadeo, desaparece de la vista de todos al correr por todo el interior del domo por un par de segundos. Instantes después, el pokémon de tipo lucha reaparece sorpresivamente a espaldas de Suicune con toda la disposición de utilizar su físico para embestir y atacar, luego de tomar momentáneo impulso de un robusto árbol a pocos metros del riachuelo. Pero, en el último posible segundo, el legendario pokémon se mueve a su derecha con insultante naturalidad, esquivando fácilmente el ataque de Lucario.

-¿P-Pero qué demonios?- Exclamó la rubia con alta sorpresa al presenciar en primera fila lo sucedido. -Grr… ¡L-Lucario, vuelve a intentarlo! ¡No te rindas!-

Poco después de caer cerca del límite norte del domo a orillas del riachuelo posterior a su fallido intento de ataque, Lucario vuelve rápidamente a desaparecer de la vista de todos los presentes, inmediatamente al mismo tiempo en que la temperatura dentro del domo volvía a bajar de golpe, cosa que no pasó para nada desapercibida por ambas chicas. Al cabo de otro par de segundos, Lucario vuelve a intentar otra potente y rápida embestida contra su oponente, pero Suicune, sin mucho esfuerzo, esquiva fácilmente el ataque al moverse esta vez a su izquierda, creando a su vez otra pequeña rafaga de viento la cual envía volando de manera violenta a su contrincante hasta hacerle chocar contra uno de los árboles cercanos a dónde se encontraban Kelly y Crystal.

La rubia apretó sus puños con una agria combinación entre angustia y desesperación hasta el punto de estremecer todo su agotado cuerpo, mientras que Crystal apenas sí se limitó a morder su labio inferior a la par en qué Ampharos aún se disponía a cargar más electricidad.

-¿Te en-encuentras bien, Lucario?- Preguntó tímidamente la rubia al mirar con desasosiego cómo su pokémon, con algo de dificultad, volvía a ponerse de pies. -¿A-Aún puedes continuar?-

En respuesta, Lucario soltó un semi agudo gruñido para dar a entender que podía y quería continuar, muy para el alivio tanto de Kelly cómo también de Crystal y su Ampharos. -Oye, creo que deberíamos replantear o al menos modificar un poco esta estrategia de batalla, Kelly. Hasta el momento Lucario ha demostrado ser bastante capaz, lo admito con mucha sorpresa, pero la defensa de Suicune está muy encima de todos mis cálculos y se siente cómo sí luchamos contra un gigantesco objeto inamovible utilizando únicamente un pequeño cuchillo para la mantequilla.- Indicó Crystal a regañadientes y con amargura. -Y en verdad lamento tener que decirlo así, pero no note algún tipo de debilidad aparente al verlo contraatacar para utilizar eso a nuestro favor. Sinceramente, creo que lo mejor ahora es qué Ampharos intervenga y-...

-Ese es el punto exactamente, Crystal. Yo también note que Suicune no tenía ningún tipo de debilidad aparente desde el primer momento en que contraataco.- Destacó la rubia con rapidez y seguridad al interrumpir a su compañera. -Pero mientras tu te enfocas únicamente en buscar debilidades dónde no las hay, yo buscaba la razón de cómo Suicune pudo esquivar, contraatacar y repeler todos los intentos de Lucario por hacerle frente. El que yo le ordenara repetir el mismo ataque a Lucario después de fallar no fue algo arbitrario o por capricho.-

Crystal, cómo réplica, alzó inconscientemente una de sus cejas con suspicacia y recelo, a la par en que ahora ambos Unown miraban directamente a la rubia con interés. -¿H-Huh? ¿A qué te refieres con eso?-

-¿Acaso no es obvio? Me refiero a que Suicune es la viva reencarnación de los vientos del norte.- Explicó Kelly con firmeza, enfocando nuevamente su mirada sobre el legendario pokémon a pocos metros de su posición. -Tu misma lo dijiste antes en alusión al famoso mito que todos en Johto conocen. Pero, por lo que he visto, creo que Suicune de alguna forma u otra es capaz de esquivar y repeler los ataques de Lucario al utilizar las corrientes del viento a su alrededor.-

-¿Huh? E-Espera… ¿Acaso estás sugiriendo que el viento es una especie de extensión de sí mismo o de su cuerpo?-

-Escucha, tú tienes tus propias hipótesis y yo tengo las mías, pero el primer indicio que me llevó a esto fue la manera tan natural y fría en cómo Suicune anuló, contraataco y esquivo. Sumado a eso, sus contraataques todos han sido en base a utilizar el viento, ya sea para absorber y desintegrar las aura esferas de Lucario o para empujarlo y colocar distancia entre ambos.- Aseveró rápidamente la de New Bark con ahínco. -Osea, no necesariamente digo que todo el viento es una extensión de él, sino que más específicamente creo que Suicune puede utilizar el viento frío que el mismo genera a su favor. En otras palabras, lo que quiero decir es que Suicune potencialmente utiliza el aire o las corrientes frías a su alrededor para sentir y predecir los movimientos de sus oponentes y a su vez también utiliza estos para generar sus contraataques. Eso explicaría también porque cada cierto tiempo se siente cómo la temperatura desciende paulatinamente. Primero sucedió cuando interrumpe nuestro combate en las afueras de Goldenrod y ahora también ha pasado un par de veces aquí desde que apareció.-

Por enésima vez Crystal volvió a tragar algo más de saliva mientras que todo lo expuesto por la rubia empezaba a tomar cada vez más sentido dentro de su atareada mente, cómo si de un rompecabezas se tratara luego de encontrar esa importante y elusiva pieza que conecta con las demás. -¿Cómo demonios no pude notar algo tan obvio y aparente?- Se preguntó una y otra vez la de Goldenrod al observar a su compañera de arriba a abajo con asombro y aún más recelo. -Ughh… Definitivamente que si salimos de esta Kelly no parará de alardear al respecto. Ya puedo imagin-...

Sin embargo, mientras Crystal aún le daba muchisimas más vueltas a la ingeniosa teoria de su compañera sobre Suicune dentro de su cabeza, de un momento a otro el duo de Unown volvieron a rodearse por su fosforecente aura de color purpura, pero no sin antes abandonar sus anteriores posiciones junto a las chicas para despues colocarse frente a ambas, muy para el asombro de estas ultimas junto con Lucario y Ampharos. Inclusive, y en este mismo sentido, Suicune ahora fija su atenta mirada sobre el par de pokémon de tipo psíquico cómo sí nuevamente estuviese esperando que algo más sucediera.

A la par de todo esto, Kelly inconscientemente intenta poner algo de distancia entre los Unown y ella, dando varios pasos hacia atrás, acción qué velozmente copia Crystal, quien terminó por tensar todos los músculos de su agotado cuerpo, aunado a que su ritmo cardíaco se disparó de golpe hasta incluso hacerle hiperventilar ligeramente.

-¿Q-Qué rayos se supone que están haciendo?- Pregunta reaciamente la rubia de manera apática y ácida, al mismo tiempo que Lucario y Ampharos observaban a la expectativa desde sus respectivas posiciones, pero sin bajar la guardia en lo más mínimo en caso de ser necesaria su intervención. -¿Por qué ahora se entrometen en nuestro combate de esta manera?-

Pero no hubo respuesta alguna por parte de los pokémon de tipo psíquico, muy por el contrario. Ambos Unown ahora aparentaban estar en una especie de intenso trance, ya que ambos yacían suspendidos en medio del aire, y el aura fosforescente que los rodeaba repentinamente empezó a parpadear al estilo de un bombillo eléctrico al final de su vida útil.

Muy a pesar de sus muchas dudas con respecto a la extraña intervención de los Unown, Crystal exhalo un poco de aire para así intentar regularizar, en igual medida, su acelerada respiración, sus revueltas ideas y también su ritmo cardiaco. Pero, luego de realizado esto, el aura que rodeaba a los Unown se disipo sin previo aviso cómo el polvo al viento, además de que, de manera sorpresiva, un par de relucientes brazaletes de color dorado con plateado, mismos qué poseian dos pequeñas aberturas esfericas una a un lado de la otra, se materializaron de la nada, y cómo por arte de magia, sobre las muñecas de ambas entrenadoras. En Crystal dicho brazalete se colocó sobre su muñeca izquierda, mientras que para Kelly dicho objeto aparece sobre su muñeca derecha.

Sin mediar más palabras, el par de entrenadoras vuelven a mirarse la una a la otra directamente a los ojos al reconocer casi al instante que aquellos eran los mismos brazaletes que ambas habían dejado en la guardería y que fueron obsequiados a ellas en el pasado por el sabio monje Jin.

Muchísimas más dudas ahogaban desmedidamente los pensamientos de ambas chicas, y el gélido clima en todo dentro del silencioso domo no ayudaba en absoluto a mediar la situación. No obstante, el repentino fin del trance de ambos Unown, poco después de la aparición de los brazaletes, puso un momentáneo alto a las muchas preocupaciones de las chicas. -¿C-Cómo rayos es esto posible?- Pregunta Kelly con suspicacia y en un tono más áspero y asertivo, observando también de reojo tanto a Crystal cómo al par de Unown. -¿Por qué ahora nos dieron estos brazaletes así tan de repente? No lo entiendo, ¿qué demonios se traen entre manos?-

-Se dice que los Unown son capaces de irrumpir, en menor medida, con el flujo del espacio tiempo gracias a su especial capacidad para viajar entre diferentes dimensiones.- Confesó tímidamente Crystal al nuevamente mordisquear su labio inferior. Simultáneamente, Lucario, Ampharos y Suicune se limitaron solamente a mirar al par de entrenadoras junto con los Unown. -Por eso no me extrañaría que ellos, al utilizar dicha habilidad, nos hayan traído estos brazaletes. Por otra parte, y para contestar a tu segunda pregunta, asumo que esta es la forma de los Unown de darnos una mano para este combate. Es más que obvio que el nivel actual de nuestros pokémon no es el adecuado para enfrentar a Suicune. Mi teoría aquí, en base a todo lo que ha ocurrido, es que ellos nos trajeron estos brazaletes para ayudarnos, ¿o acaso me equivoco?-

Inmediatamente después de lo dicho por Crystal, el par de Unown asintieron alegremente justo antes de volver a rodear todo su cuerpo por su tan caracteristica aura de color purpura, dando cómo resultado qué esta vez se materializaran, nuevamente de la nada y sin previo aviso, dos pequeñas pero resplandecientes piedras esfericas, muy parecidas a canicas, cada una dentro de una de las ranuras de los brazaletes de cada chica.

Kelly y Crystal nuevamente cruzaron cálidas miradas la una con la otra al terminar de inspeccionar y reconocer las relucientes piedras esféricas incrustadas en sus brazaletes cómo "Lucarita" y "Ampharosita" respectivamente. Sus dudas, en ese preciso instante y mientras la temperatura nuevamente disminuyó sin impunidad, pasaron automáticamente a un segundo plano, cuando inadvertidamente Lucario y Ampharos, al unisono y desde sus respectivas posiciones, se rodean en conjunto por una intensa luz de color arcoiris hasta el punto de deslumbrar por completo todo el interior del domo de energía.

Acto seguido, una tenue pero pretenciosa sonrisa se puede divisar sobre el rostro de Suicune, quien soltó otro potente rugido al mantener su firme postura defensiva sobre el riachuelo. Posteriormente a esto, la luz arcoíris que rodeaba a los pokémon de Kelly y Crystal velozmente empezó a perder su intensidad hasta desaparecer un par de segundos después, pero no sin antes dejar notables cambios en el físico de Lucario y Ampharos.

Ahora, el pelaje amarillento de Lucario era más visible en el área de su pecho y espalda, hasta inclusive envolver su cola por completo. En ese misma línea, la diferencia de grosor que había entre la parte superior e inferior de las piernas desaparece, mezclándose el pelaje color azul y negro a lo largo de las piernas y brazos, que también adquieren un intenso color rojizo en las extremidades, sumado por ultimo a qué le crecen nuevos pinchos, parecidos a espinas de color blanco, sobre las patas superiores e inferiores.

Ampharos, por su parte, le termina por crecer una larga melena blanca que remata en la esfera que conserva en el medio de su cabeza de su forma original, y en la cola le crece un pelaje blanco que la cubre completamente en el que aparecen nuevas esferas de color rojizo. Sus cuernos se deforman, como si se retorcieran. Así mismo, las uñas de sus pies se vuelven de color negro. También cambia ligeramente la forma del pelo blanco de su pecho, pero en sí su físico, en comparación a Lucario, no sufrió cambios tan drásticos.

De la sorpresa por todo lo acontecido, mucha más adrenalina empieza a recorrer cada rincón del cuerpo de la anonadada rubia, provocando a su vez que el ritmo cardíaco de esta aumentara sin previo aviso. -¿Con qué esto es lo que se traían entre manos?- Pregunta retóricamente Kelly al momento en que esta mueve su brazo derecho hasta que su muñeca estuviese al nivel de su rostro, inspeccionando aún más en el proceso todo el brazalete y la reluciente piedra esferica de color azul con naranja y rojo. -Tch… Cómo sea, por ahora no voy a cuestionar nada de esto ni tampoco preguntaré cómo rayos es que me consiguieron la mega piedra de Lucario cuando nunca antes había visto o tomado posesión de una. Llegado este punto prefiero no cuestionar más sus acciones o motivos. De momento lo único que me importa es ponerle un punto final a todo esto y demostrar de una vez y por todas mi valor cómo entrenadora. Aquí y ahora juró vencer a Suicune con ayuda de este nuevo poder que se me ha otorgado.-

Ahora fue el turno de Crystal para asentir y sonreír. -Pienso lo mismo que tu, Kelly. Aunque todo esto explica varias cosas que tenía en mente.- Reflexiona Crystal en un decidido tono de voz al volver a fijar su mirada sobre Suicune y los Unown, justo después de mirar con asombro, calidez y felicidad, a su Ampharos. -Desde que había conseguido la Ampharosita, hace ya poco más de medio mes atrás durante nuestro paso por Ciudad Olivine, nunca fui capaz, por más que lo intente, en ayudar a Ampharos a mega evolucionar. Pero ahora puedo ver claramente el motivo de todo. Mis dudas, inseguridades y miedos fueron los que me impidieron conectar con Ampharos de una manera sincera para que pudiera mega evolucionar. Suicune, al sentir nuestras muchísimas inseguridades y problemas, decidió entonces ayudarnos de la única manera que podía, a través de los Unown, y ahora estamos aquí. El resto es historia y nosotras somos las encargadas de decidir cómo culminará.-

Suicune, cómo réplica, volvió a soltar otro potente rugido que terminó por provocar nuevamente que todo el domo de energía se estremeciera cómo sí estuviesen en medio de un terremoto, suceso que culminó cuando el pokémon de agua adoptó, por primera vez y muy para la sorpresa de todos, una más agresiva pose de batalla en señal de que finalmente tomaría las cosas con más seriedad.

Lucario y Ampharos intercambian serias miradas con sus respectivas entrenadoras, mientras que los Unown vuelven a colocarse, cada uno con tranquilidad, junto a las chicas. -Supongo que aquí es dónde se define todo.- Recalca Crystal al exhalar un poco más de aire, cuando de sus ojos volvían a salir otro par de tristes lágrimas tornasol. -Heh, jamás pensé que hoy, de entre todos los días, me tocaría vivir junto contigo una experiencia tan bizarra y que prácticamente nos marcará de por vida. Lo más triste del caso es que quizás todo esto sucedió no de la mejor manera posible, pero no cambiaría algo al respecto ya que muy probablemente esto era lo que ambas necesitábamos para salir adelante y dejar a un lado nuestras dudas. Gracias, Kelly. Gracias por tu amistad y por literalmente tocar la puerta de mi habitación para conversar. De no ser por eso o por ti, creo que-...

-Vamos, Crys, esté definitivo que no es el lugar o momento para ponerte tan sentimental. Yo también te quiero aunque seas un jodido dolor de cabeza más veces de las que puedo contar, pero te recomiendo que guardes todo eso para más tarde cuando regresemos con Gold y Zuki.- Denunció de manera enérgica la rubia con una tímida sonrisa, a juego con su ahora sonrojado pero decidido rostro. -Ahorra todo eso qué deseas decir para cuando salgamos de esta y estemos sanas y salvas en la guardería de tus abuelos, ¿ok?-

La prospecto a profesora se limitó únicamente a devolverle la sonrisa a Kelly a la par que sus sentimientos estaban prácticamente a flor de piel. Aquí ya no hacían falta más palabras, puesto que prácticamente todo estaba dicho entre el par. Aunado a esto, y mientras una nueva oleada de silencio invadía todos los predios del riachuelo, la temperatura volvió por enésima vez a descender un par de grados más cuando de repente Suicune toma la iniciativa y se dispone a realizar el primer movimiento. El pokémon de agua abre su boca y de esta rápidamente expulsa un gigantesco chorro de agua a presión en dirección a ambas chicas, los Unown y sus pokemon.

-¡Lucario, Aura Sphere (Esfera Aural)!-

-¡Ampharos, utiliza Discharge (Descarga)!-

En poco menos de una milésima de segundo, Lucario junta sus patas delanteras sobre su costado izquierdo y posteriormente dispara un mucho más grande y condensado orbe de energía color celeste, mientras que Ampharos, al utilizar toda la electricidad que anteriormente había cargado, expulsa un descomunal rayo de electricidad que a su vez se mezcló en perfecta sincronía con el ataque de Lucario al momento de que ambos chocaron con violencia, en medio del riachuelo, contra el chorro de agua emitido por Suicune.


Centro Pokémon de Cuidad Mahogany. Región de Johto. 6:08 P.M


La noche lentamente entraba en vigor en la antigua, fría y sencilla ciudad al sur del famoso Lago Rage, donde, según muchos mitos de la antigüedad, un famoso clan de ninjas llegaron a vivir pacíficamente en este lugar por varias generaciones hasta que misteriosamente estos desaparecieron sin dejar muchos rastros de su existencia, aproximadamente cien años atrás.

Mahogany, en sí, era una ciudad relativamente tranquila y algo pequeña, sin tantos edificios de gran tamaño, centros comerciales o establecimientos cómo las otras ciudades aledañas, mientras que su población estaba compuesta, más que nada, por adultos mayores y ancianos que buscaban algo más de paz al estar en un área montañosa y relativamente mucho más fría que el resto de todo Johto. Curiosamente, la primera fuente de ingresos de la ciudad era el turismo, gracias a su proximidad con el mundialmente famoso Lago Rage, además de también ser considerado cómo un importante centro culinario debido a sus exóticos y únicos platillos.

En el tercer piso, dentro de una de las varias habitaciones en el ala oeste del centro pokémon de Mahogany, lugar localizado cerca de una tranquila zona residencial con diversos edificios con cientos de apartamentos, se encontraba un veterano entrenador, con cara de pocos amigos y muy mala actitud, acostado mirando tranquilamente el techo en completa soledad sobre la única cama de la sencilla y cómoda habitación en la esquina derecha de lugar. El, en ese preciso momento, estaba aún vestido con ropa de trabajo, puesto que aún tenía sobre sí una algo arrugada camisa blanca de botones, corbata gris ya desamarrada en su cuello, y un pantalón liso de color azul oscuro.

Dicho personaje exhalo aire con exageración, angustia y tristeza al momento en que decide extender su brazo derecho para tomar una elegante billetera de cuero negro, objeto estratetigicamente colocado junto a una poco agraciada pero compacta lampara blanca y su cinturon de pokebolas, mismos qué yacian sobre una maltratada mesita de noche de madera a poco centimetros de la cama a su derecha.

-Ya pronto todo esto acabará, de alguna forma u otra. Solo falta un poco más y podremos volver a estar juntos cómo una familia.- Comentó entre dientes el entrenador al abrir con cuidado su billetera y después observar, en el interior de sus varias ranuras, con obvia melancolía una vieja y arrugada fotografía de su esposa e hija. -Yo, Laurent Taylor, prometo que mañana haré todo lo posible para acabar con el Equipo Rocket de una vez y por todas. Lo juro ante ustedes y por mi honor.-

Poco después, Laurent termina por exhalar sonoramente al guardar la fotografía dentro de la billetera para posteriormente colocar con cuidado la misma sobre la mesa de noche, cuando sorpresivamente el inconfundible sonido de nudillos al golpear la puerta principal de la habitación invadió todo el interior del lugar.

Laurent, sin titubear en lo más mínimo, automáticamente toma una de las pokebolas de su cinturón y después se levanta silenciosamente de la cama para dirigirse de hurtadillas a la puerta que conectaba su habitación con el pasillo. Una vez frente a esta a escasos centímetros, Laurent decide permanecer en completo silencio por un par de segundos, solamente apretando con firmeza la pokebola entre sus dedos, pero metafóricamente hablando con el corazón pegado a su reseca garganta.

-¿Quién es?- Pregunta finalmente Laurent al forzar un tono de voz algo más jovial y relajado, justo después de aclarar su garganta. -¿Acaso es servicio a la habitación?-

Pero no hubo respuesta ni tampoco se mediaron más palabras. En vez de esto, la persona en el pasillo realiza otros tres cortos y suaves toques a la puerta con sus nudillos, pero esta vez en tres efímeros intervalos de dos segundos entre ellos.

Una recatada sonrisa se coloca en el rústico rostro del veterano miembros de la policía internacional después de escuchar y reconocer el último toque a la puerta, cosa que, a su vez, lo lleva a girar la perilla esférica de esta para abrirla. Al hacer esto, Laurent ahora se encuentra cara a cara con su compañero y amigo, Enishi Tsubasa, mismo que en ese momento cargaba dos bolsas plasticas de color blanco en su mano derecha, ambas aparentemente repletas de varios articulos, además de estar vestido de manera algo más casual que su contraparte al tener puesto un desteñido suéter de color blanco y rojo con el logo de una famosa bebida gaseosa, jeans azul marino sencillos, sus caracteristicas gafas frente a sus ojos y deportivas en color negro con pequeños detalles en blanco a los costados.

-¿No se supone que deberías de estar en un hostal al otro extremo de la ciudad?- Pregunta Laurent con suspicacia y recelo al inconscientemente alzar una de sus cejas. -¿Qué haces aquí? ¿Acaso sucedió algo?-

-Descuida, descuida, todo de momento está en perfecto orden. No tienes nada de qué preocuparte.- Indicó Enishi de manera tranquila, dibujando inmediatamente una sonrisa más alegre y cálida para quizás tranquilizar el ímpetu de su confundido compañero. -Esta es una visita estrictamente personal. Digamos que estoy aquí porque asumí que no querrías estar solo.-

-¿U-Una visita estrictamente personal?- Repite Laurent antes de forzar una súbita pausa en la conversación para volver a mirar con extrañeza a su compañero hasta después volver a exhalar de manera exagerada. -Tch… De acuerdo, cómo digas. Solo entra de una vez.-

Enishi aquí asiente y posteriormente entra de lleno a la habitación de su compañero mientras que Laurent, nuevamente colocando cara de pocos amigos, se limita a cerrar en silencio la puerta detrás de él que conectaba con el pasillo. Ya una vez en el interior, el famoso entrenador de New Bark coloca ambas bolsas cuidadosamente sobre una cómoda de madera de mediano tamaño localizada en la esquina contraria a la cama.

-¿Entonces a qué realmente se debe que vinieras hasta aquí, Enishi?- Pregunta Laurent nuevamente con suspicacia al apoyar su espalda contra una de las paredes de la habitación, cruzándose de brazos por segunda vez. -Tu mejor que nadie debes de saber lo importante que es esta misión. Por algo todos los agentes designados para mañana nos hospedamos en diferentes lugares para pasar lo más desapercibidos cómo nos sea posible. Literalmente hablando, estamos dentro de territorio enemigo y cualquier paso en falso-...

-Cómo te dije antes, asumi no querrías estar solo.- Destacó confiadamente Enishi, interrumpiendo en el proceso a Laurent, con extrema simpleza y sin perder la compostura, cuando luego este decide sacar de una de las bolsas de plástico una algo alargada caja cilíndrica de color negro con detalles en dorado que poseía en su interior una botella de fino whiskey de tamaño moderado y un par de vasos anchos de vidrio. -Yo te conozco y sé lo importante que es todo esto para ti, pero te recuerdo que no eres el único con deseos de ponerle un punto final al Equipo Rocket.- Habiendo dicho esto, Enishi automáticamente le da la espalda a su homólogo para después abrir dicha botella y servir un poco del licor en los vasos de vidrio. -Además, ¿qué mejor momento que ahora para tomar un par de tragos con tu mejor amigo en vísperas de una peligrosa misión en donde pondremos nuestras vidas en riesgo por un bien mayor? Pocas cosas son tan heroicas cómo esta y creo que ambos hoy nos merecemos al menos un par de tragos.-

Laurent no pudo evitar volver a permanecer en silencio por otra serie de efímeros segundos, simplemente procesando todo lo dicho por Enishi, para finalmente después decorar su rostro con una recatada pero corta sonrisa repleta de sentimientos encontrados al momento en que su compañero se acercaba para entregarle su trago de licor.

-De acuerdo, ¿ya qué más da?, tú ganas, Enishi. Te concederé esto por hoy solamente porque creo que lo de mañana sí lo amerita.- Admitió finalmente Laurent de forma condescendiente antes de volver a colocar la pokebola que tenía en su mano izquierda sobre la mesita de noche, dándole poco después un tímido sorbo a su amarga y fuerte bebida. -Aunque, ahora que lo pienso mejor, creo que son pocas las veces que nos tomamos un trago de esta manera. Inclusive podría decir que solo tomamos licor cuando estamos a punto de ir a una misión de alto riesgo. Por lo general nosotros somos más de ir a tomar café.-

-E-Espera… ¿O sea que de verdad nunca lo habías notado?- Pregunta Enishi colocando rápidamente una anonadada expresión, justo al sacar de la otra bolsa dos empaques rectangulares de plástico transparente repleto de varios sándwiches en su interior. -¿De verdad en todos estos años no te diste de cuenta de esto?-

Laurent negó lentamente con su cabeza, sentándose luego al borde de la cama mientras le daba otro sorbo a su trago. -No, para nada.- Replicó esté con algo de vergüenza notable en su rostro. -Yo no soy muy adepto a la bebida que digamos, pero tampoco iba a rechazar así por así tus invitaciones.-

-Bueno, para que sepas y también para que te quede bastante claro de ahora en adelante, para mi esta es una especie de tradición de la buena suerte.- Reconoce finalmente Enishi con firmeza al pasarle uno de los emparedados del empaque a su compañero para que comiera. -Sino mal recuerdo, la primera vez que decidí invitarte a por un trago fue hace casi quince años atrás durante una de nuestras primeras misiones de alto riesgo después de que nos aceptaran a ambos cómo parte de la policía internacional.-

-Ahh… sí, creo recordarlo vagamente.- Reconoce ahora Laurent, dándole un último y largo sorbo a su bebida. -Nuestra misión era la de rastrear y detener a una red organizada de peligrosos cazadores furtivos de pokémon en las inmediaciones de la Zona Safari en ciudad Fuchsia. Las cosas no salieron cómo quisimos al principio y recuerdo cómo nos pasamos casi una semana entera sin conseguir ningún tipo de pista relevante. Nuestros superiores, en ese momento, estaba sumamente furiosos y casi que nos sacan por completo del caso por no darles los resultados esperados.-

-Correcto.- Exclamó enérgicamente Enishi, a la vez en que esté se sentaba sobre el otro borde de la cama, a la izquierda de su compañero, posterior a también terminarse todo el líquido en su vaso. -Pero todo cambió milagrosamente cuando te invité un trago en uno de los bares exclusivos al sur en las playas de Fuchsia para despejar nuestras mentes. Fue ahí dónde escuchamos de pura casualidad cómo un sujeto alardeaba por todo el dinero qué consiguo por la venta de un Chansey en el mercado negro. Con esa importante pista pudimos identificarlo cómo uno de los miembros de dicha banda de cazadores, cosa que a su vez nos ayudó a rastrear su escondite y sus otros cómplices, y el resto es historia.-

-Heh, supongo que esos fueron buenos tiempos.- Resalta Laurent al momento en que esté se pone de pies, pero no sin antes quitarle el vaso de la mano a su compañero para después acercarse a la cómoda de madera y volver a servir un poco más de licor para ambos. -Quizás en ese momento no lo sabíamos, pero definitivamente las cosas eran mucho más sencillas con respecto a nuestro presente. Las organizaciones criminales de antaño no le llegaban ni a los tobillos a lo que es hoy el Equipo Rocket. La mayor parte de ellas estaban muy mal organizadas y muchas veces sus líderes o integrantes terminaban facilmente tras las rejas una vez comenzaban las investigaciones.-

Ahora fue el turno de Enishi para suspirar con exageración a la par que, mientras mordisqueaba un sandwich, Laurent le volvía a entregar su vaso semi lleno con licor a su compañero. -Ni que lo digas. De verdad que las cosas eran mucho más fáciles hace varios años atrás.- Reconoció Enishi de mala gana. -Pero olvidémonos de todo eso por el momento. El dia de hoy quiero que hagamos un pequeño brindis.-

-¿H-Huh?... ¿Un brindis?- Repitió su homólogo con curiosidad y extrañeza, fijando nuevamente su completa atención sobre Enishi quien en ese momento cambió su semblante en favor de uno más rígido y serio, pero que al mismo tiempo también transmitía algo de inseguridad, miedo y resignación, cosa que rápidamente llegó a notar Laurent. -¿Y en honor a qué exactamente?-

-Pues, ¿qué te parece si brindamos por el venir de un futuro mejor y también porque mañana todo salga bien? Incluso quisiera que brindemos por qué nuestros hijos cumplan sus metas y que ellos no tengan que pasar por nada de esto que nosotros ahora vivimos.-

Nuevamente, y sin decir algo más, Laurent decora su rostro con una tímida sonrisa al momento de lentamente acercar su vaso con whiskey hasta hacerle chocar ligeramente contra el de su colega y amigo. -Me parece bien. Brindemos por eso.-


Ocho horas antes. Región de Johto. 10:16 A.M


Sin previo aviso, Crystal abrió sus ojos y se despertó con desesperación al velozmente separar su espalda del frío y humedecido pasto lleno de nieve, muy al estilo de quien se quedó dormido para algún importante compromiso. La adrenalina, en ese preciso instante, recorría todo su cuerpo hasta el punto de provocar que el sonido de su propio corazón retumbara agónicamente dentro de sus sonrojadas orejas.

-¿En dónde rayos estoy?- Se pregunta Crystal entre dientes, observando agónicamente a su vez todo a su alrededor y notando al instante que, tanto Kelly cómo ella, quien estaba aún inconsciente a su lado a los pies de un firme árbol de roble, yacían ambas en el patio trasero de la guardería de sus abuelos.

Una infinidad de preguntas empezaron a fluir impetuosamente dentro de su adormecida mente, sumados a los difusos recuerdos de su intensa batalla contra Suicune con ayuda de los Unown al momento de observar cómo aún mantenía sobre su muñeca izquierda tanto el brazalete que el monje Jin le obsequió, cómo también la Ampharosita que había obtenido de regalo al vencer al marinero Huey en el faro de Olivine.

-Hmph, supongo que esto responde a la pregunta de sí todo eso fue solo un simple sueño o no.- Comenta Crystal en voz baja al exhalar con pesadez. Por su parte, y poquísimo después de que la de Goldenrod terminara de suspirar, Kelly lentamente recobró su conciencia al abrir sus ojos con algo de dificultad.

-Bienvenida al reino de los vivos, bella durmiente.- Indicó la futura profesora de manera burlesca y con una cálida sonrisa al fijar su atención sobre la rubia, mientras que ella apenas si separaba su espalda del pasto para también sentarse. -¿Qué tal dormiste?-

Kelly, quien aún aparentaba estar mucho más dormida que despierta, aclara su reseca garganta y luego mira todo a su alrededor por instinto. -¿E-En dónde demonios estamos ahora?- Pregunta la rubia en un más apático tono de voz, notando después casi al instante cómo sobre su muñeca derecha estaba puesto el brazalete dorado con plateado junto con la Lucarita que terminaron por crear de la nada los Unown. -¿Acaso estamos de regreso en la guardería de tus abuelos?-

-Ese parece ser el caso.- Señaló Crystal con un poco de suspicacia, mirando nuevamente su entorno en busca de que algo más sucediera. -Pero, siendo completamente sincera, no puedo recordar nada de nada sobre cómo volvimos hasta aquí o cómo terminó nuestro combate con Suicune. ¿Qué tal tu? ¿Acaso puedes recordar algo sobre eso?-

La rubia aquí claramente titubeó ante lo dicho por su compañera al darse cuenta de que ella tampoco podía recordar muy bien cómo todo había acabado. Su mente recordaba todo lo acontecido entre los Unown, Suicune y ellas, con lujo de detalles, hasta el punto dónde Lucario y Ampharos mega evolucionaron, pero posterior a eso todo era mucho más difuso y sin sentido.

-Por tu silencio, y también por la expresión tan peculiar en tu rostro, asumiré que tampoco puedes recordarlo.- Denuncia Crystal de mala gana, cruzándose a la vez de brazos al suspirar. -Ughhhh… Lo último que puedo recordar bien fue qué ocurrió una fuerte explosion justo después de que Suicune tomara la ofensiva. Luego de ahí no puedo dilucidar lo demás. Todo esto se siente exactamente igual cómo cuando estas soñando y sin querer te despiertas muy temprano por la mañana justo antes de entrar en la mejor parte del sueño.-

-Heh, supongo que entiendo a lo que te refieres con eso. Lo último que yo también recuerdo es esa explosion que dices y que nuestros pokémon mega evolucionaron.- Destaca Kelly con molestia, percatandose ahora que su bolso junto con sus pokebolas y Pokegear estaban tirados sobre el pasto cubierto de nieve junto a ella. -Pero creo que nada más ganaremos quedándonos aquí sentadas a la intemperie. ¿Te parece si entramos de una vez a la guardería? En este momento me apetece una ducha caliente, ropa limpia y quizás una taza de chocolate.-

-Espera, ¿entonces solo haremos cómo sí nada pasó?- Preguntó Crystal con insistencia y recelo, fijando nuevamente su mirada sobre los ojos de Kelly en busca de respuestas por su comentario. -Literalmente acabamos de pasar por-...

-No malinterpretes mis palabras, Crys. Yo sé perfectamente por todo lo que pasamos y hasta qué extremos nos vimos forzadas a llegar.- Declara enérgicamente la rubia al interrumpir súbitamente a Crystal, levantarse finalmente del suelo después de recoger su bolso, pokebolas y Pokegear. -Ambas estuvimos demasiado cerca de morir cómo para mi gusto, además de que mentalmente llegamos al límite de nuestras capacidades hasta casi quebrarnos, pero, ya sea para bien o para mal, el simple hecho de que estemos de regreso en la guardería debe de significar que todo acabó por más "anticlimático" que eso te pueda parecer. Tu, con ayuda de los Unown, obtuviste las respuestas que tanto buscabas para definir tu futuro, al igual que yo, y eso se nota a simple vista, pero insistir aún más en el tema después de todo esto no creo que nos ayude a procesar lo que acabamos de vivir.-

Ahora fue el turno de Crystal para titubear visiblemente. Su sed de conocimiento carcomía intensamente sus sentidos, y ni hablar de mancillado su orgullo cómo futura profesora que llegaría a ser, pero muy en el fondo ella sabía que la rubia tenía la razón y que lo mejor era dejar el tema morir por el momento. -D-De acuerdo, tu ganas, Kelly.- Admitió finalmente Crystal a regañadientes, suspirando poco después con exageración y molestia. -Entremos de una vez. A mi ahora también me apetece un baño y un cambio de ropa. Inclusive una siesta no suena cómo una mala opción.-

Kelly sonrió ante la positiva respuesta de su compañera, extendiendo a la vez su mano derecha en dirección a ella para así ayudarla a levantarse. -Solo te pediré una cosa más con respecto a todo esto.-

De manera inconsciente, Crystal inclina ligeramente su cabeza a la par que sus ojos volvían a posarse sobre el sonrojado rostro de la rubia. -¿Ok? ¿De qué se trata?-

-Pues, por el momento te pediré que por favor evitemos comentar de lo qué pasó con Gold.- Declara la rubia en un tono mucho más serio y comedido, mirando a la vez de reojo en dirección a la puerta corrediza de vidrio a unos metros de su posición a su derecha en caso de que Zuki o Gold aparecieran. -Según entiendo, Gold piensa que la aparición de Raikou frente a Zuki y el tiene que ver con la relación del Clan Masamune y dicho Pokémon. Pero, ahora con todo esto de Suicune y nosotras, diría que esto tiene más que ver con la visión que tuvo Morty antes de que nosotras fuéramos a Ecruteak.-

Crystal volvió a dudar visiblemente y una de sus cejas terminó por arquearse. Por breves instantes sus labios se apretaron y Kelly pudo notar en primera fila cómo el semblante de su compañera se volvía mucho más frío. -¿Acaso te refieres a la visión sobre el regreso de Suicune, Raikou y Entei?-

-Así es. Pero más específicamente me refiero a la otra parte de esa misma visión dónde Morty veía cómo cinco jóvenes intentan detener la destrucción que provocan Lugia y Ho-oh.- Manifiesta Kelly con recelo y nerviosismo. -En otras palabras, algo me dice que nada de esto puede ser simple casualidad y todo está estrechamente ligado de alguna manera u otra. Primero, Raikou se le aparece a Gold y Zuki antes de ayer en las afueras del parque nacional, y, hoy, Suicune interrumpe nuestro combate, además de todo lo que pasamos con los Unown. A este punto no me extrañaría que inclusive Entei se le termine por aparecer a Silver en algún momento, dónde quiera que él esté ahora.-

Crystal se limitó a tragar pesadamente algo de saliva al permanecer en silencio cuando momentáneamente toma de la mano de Kelly para ayudarse a levantar del pasto. -Supongo que tienes razón en lo que dices. Nada de esto tampoco me parece casualidad y lo peor del caso es que en verdad se siente cómo sí existe algún tipo de conexión invisible entre todos estos sucesos.- Comentó finalmente Crystal de mala gana. -Pero tu sugerencia me parece lógica, justa y necesaria para la ocasión. Por el momento evitemos hablar con Gold al respecto del tema hasta nuevo aviso. Temo mucho por lo que él pueda hacer o cómo reaccione ante todo esto cuando ya de por sí mañana tenemos agendada una entrevista en la torre de radio, cosa que en parte también predijo Morty en una de sus visiones.-


Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 9:49 P.M


Enormes rascacielos por doquier hasta dónde la vista pudiera alcanzar, un sin número de brillantes vallas publicitarias de todo tipo decorando diversos rincones de la ciudad, y el inconfundible sonido de una metrópolis que nunca descansa al ser el corazón de Johto. Silver, en ese instante, miraba con melancolía el hermoso paisaje nocturno del centro de Goldenrod desde el amplio balcón de la lujosa habitación de hotel, en el veinteavo piso, que hace unos horas atrás terminó por alquilar luego de un rápido viaje por avión desde Mahogany hasta Goldenrod.

-Y pensar que para mañana a esta hora todo habrá acabado de una vez y por todas. Archer pondrá en marcha su plan y el resto será historia.- Comenta Silver entre dientes, suspirando con desolación un par de segundos después al volver a entrar de lleno a su habitación hasta colocarse frente a la cama. Una vez frente a esta, el pelirrojo estira su mano derecha para tomar entre sus dedos una ultra bola, objeto puesto encima de la cama junto su Pokegear, brazalete regalo de Jin y el resto de pokebolas con sus otros pokémon.

-Nada de esto tendría que haber sucedido si tan solo tú hubieras aparecido unos meses antes.- Comenta Silver con desprecio y resignación al acercar la ultra bola a su rostro mientras que sus dedos se encargaban de apretarla hasta hacerla crujir. -¿Porque tuviste que aparecer tan tarde, Entei? No lo entiendo… ¿Porque aparecer ante mi y ofrecer tu ayuda cuando ya todo está perdido? Nada de esto me parece lógico.-

Varias lágrimas empezaron a brotar de los ojos de Silver, mismas que lentamente recorrieron sus mejillas hasta caer y mojar las sábanas de la cama. -¿Por qué ahora de entre todos los momentos posibles? Ya no hay vuelta atrás con esto. Y-Yo-...