Parte Sur, en las afueras de Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 11:54 P.M


Al intenso ritmo de la música rock qué se reproducía a través de sus audífonos inalámbricos, Gold no pudo evitar mover ligeramente su cabeza de izquierda a derecha encima de la almohada, fijando al mismo tiempo su perdida mirada sobre el techo de la ahora oscura alcoba para invitados en la qué le tocaba dormir tras su llegada a la guardería de los abuelos de Crystal.

En ese preciso instante, el de New Bark, quien estaba vestido con un viejo suéter color rojo qué servia de pijama en conjunto con unos shorts lisos en negro con rayas en blanco a los lados, yacía tranquilamente acostado boca arriba sobre la acogedora y algo desarreglada cama, localizada en la esquina izquierda del lugar, pero sus pensamientos estaban revueltos a más no poder hasta el punto de hacerle suspirar exageradamente entre el corto intervalo al finalizar una cancion antes de qué empezara la siguiente.

-Parece ser que ya casi es hora.- Comenta Gold mentalmente, mirando ahora de reojo su Pokegear el cual permanecía sobre la mesa de noche a un costado de la cama directamente a su derecha. -Hmmm… Pero me preguntó qué es lo qué querrá hablar Crystal conmigo cómo para qué amerite tanto secretismo. Aquí se me hace qué hay Meowth encerrado.-

Teorías y descabelladas situaciones iban y venían al azotar la atareada mente del prodigioso entrenador de New Bark. -Todo esto me da muy mala espina.- Vuelve a comentar Gold para sí mismo con resignación, separando luego su espalda de encima de la cama para entonces sentarse al borde de la misma. -Solo espero estar equivocado y qué Crystal desee hacer las paces o algo por el estilo.-

Al levantarse finalmente de la cama, Gold retira sus audífonos de encima de sus orejas con extremo cuidado, apagando estos antes de colocarlos sobre de la mesita de noche junto con el reproductor de música qué lo controlaba y su Pokegear. Luego de hacer esto, Gold nota casi de inmediato lo silencioso y tranquilo qué todo estaba. Ningún sonido se podía escuchar en las inmediaciones de la guardería, ya sea dentro o fuera de ésta, presentando al mismo tiempo una enervante atmósfera cargada de misterio y oscuridad qué terminó por darle ligeros escalofríos en sus extremidades.

-Bien… Supongo qué Zuki y Kelly ya deben de estar dormidas o al menos en su habitacion.- Teorizó Gold antes de proceder a exhalar otra exagerada bocanada de aire, mientras qué dentro de su mente todos los sucesos de la semana se reproducen uno a uno, muy al estilo de un viejo filme sin sonido y en blanco y negro. -Ahora ya no hay marcha atrás con esto.-

Posteriormente a darle un último y breve vistazo a la oscura habitación qué lo albergaba, Gold se da media vuelta al dirigirse a la puerta qué conectaba con el pasillo antes de salir. Una vez afuera, el de New Bark procede a cerrar cuidadosamente dicha puerta de madera a su espalda, notando no solo cómo el pasillo y la sala de estar contigua estaban igualmente a oscuras, sino qué también él se mantuvo estático, por breves instantes, frente a su habitación cómo sí su destino entero dependiera de esto, en nerviosa espera de qué algo inesperado llegase a suceder al haber salido ahora de esa manera.

Pero, para su momentánea tranquilidad, nada llegó a ocurrir. Aquí, otra serie de irrisorias teorías y pensamientos volvieron a atacar su subconsciente, provocando más escalofríos esta vez en toda su espalda baja, más Gold solo se limitó a sacudir ligeramente su cabeza antes de lenta y silenciosamente dirigirse a la habitación de Crystal, misma qué estaba más adelante al final del pasillo a varios metros de su actual posición.

Dos fueron los efímeros toques realizados por Gold a la puerta con ayuda de los nudillos de su mano izquierda, poco después de colocarse frente a la habitación de su compañera. No obstante, nada terminó por suceder en un principio y nuevamente el silencio siguió imperando en el interior de la opaca y tranquila guardería. Frente a esto, el corazón del de New Bark respondió al latir a mil por segundo ante la expectativa por toda la situación, y no fue sino hasta transcurridos varios otros segundos cuando la puerta de la habitación de Crystal se comenzó a abrir lentamente, revelando después a la futura profesora vestida con una holgada y algo desteñida pijama de dos piezas en color celeste, además de qué está tenía el cabello suelto.

Prácticamente cómo por acto reacción, Gold colocó una nerviosa sonrisa luego de qué su compañera abriera casi por completo la puerta de su habitación, mostrando a su vez cómo esta era parcialmente iluminada por una pequeña lámpara colocada encima del escritorio de computadora a la derecha de la alcoba.

-Uhhh… ¿P-Puedo pasar?- Preguntó Gold en un tímido susurro, mirando brevemente al tranquilo rostro qué presentaba su compañera. -Dijiste qué viniera aquí a la medianoche y-...

-Adelante, puedes pasar.- Declaró velozmente Crystal, interrumpiendo en seco a Gold con un tono frío, impersonal y casi mecánico al también susurrar, utilizando simultáneamente su cabeza para señalar el interior de su alcoba. -Gracias por ser tan discreto con todo esto y venir a la hora acordada. Por un segundo pensé qué no vendrías o te quedarías dormido.-

-Ohhh… Pues admito qué no fue para nada fácil lo de ser discreto, pero yo cumplo mi palabra cuando prometo algo.- Recalcó Gold luego de finalmente entrar de lleno a la habitación de Crystal, encogiéndose a su vez de hombros y después soltando un pequeño suspiro. -Solo qué tu muy bien sabes qué no soy exactamente bueno para mentir. O sea, el solo hecho de qué me llamaras así por así tan de repente me tomó muy desprevenido después de, uhhh… Bueno, ya sabes lo qué sucedió y cómo terminaron las cosas entre nosotros la última vez qué conversamos.-

Crystal optó por apretar ligeramente sus labios ante las palabras de Gold, provocando sin intención qué una efímera oleada de silencio reinara entre el par hasta el momento cuando ella decidió cerrar la puerta de su habitación, un par de segundos después, con extremo cuidado para así no generar ruido alguno.

-No te preocupes ahora por esas cosas, Gold. Pasado pisado, cómo dice el dicho.- Comentó finalmente la de Goldenrod de manera calmada y comedida, dando luego un par de pasos hasta acercarse a su cama, localizada en la esquina contraria a la puerta en el sector más a la derecha, para entonces sentarse sobre una de sus orillas al encarar a Gold. -Aunque estoy noventa y nueve por ciento segura de qué Zuki no se trago la excusa de qué solo llame para verificar cómo estaban ustedes dos. Ella es muy suspicaz para esté tipo de cosas y, no se sí lo notaste, pero durante la cena ella no paró de mirarme de reojo.-

-Hmm… Ahora qué lo mencionas de esa manera, creo más o menos haberlo notado. Pero, de igual forma, creo qué tú también tuviste qué notar que la mayor parte de mi atención y energía estuvieron enfocados en responder a las muchas preguntas qué me hizo Kelly sobre todo lo qué hice con Zuki en el Parque Nacional.- Reconoce Gold al fruncir el ceño y cruzarse brevemente de brazos prácticamente por inercia. -Aunque, también ahora que tocamos ese tema, no creo te tengas qué preocupar mucho por mi prima. Estoy total y completamente seguro de qué ella no hará un comentario al respecto por ahora. Tu y yo sabemos lo meticulosa y discreta qué puede llegar a ser ella cuando se lo propone. Pero por ahora te sugiero que solo la ignores.-

-Sí, supongo qué tienes razón en eso.- Admitió la de Goldenrod en el acto, utilizando su mano derecha para señalar una discreta silla blanca de plástico colocada frente al escritorio de metal de la computadora. -Pero por favor, siéntate, Gold. Creo qué lo mejor es no alargar más el asunto y qué te diga la razón del porque te cite aquí a esta hora tan arbitraria.-

Por segunda vez en lo qué iba de la noche, el corazón del de New Bark aceleró sus palpitaciones en un dos por tres. Pero esté, ni corto ni perezoso, logró mantenerse firme, sereno, y se limitó solo a asentir tímidamente antes de tomar asiento sobre dicha silla al acomodarla para qué esta mirara directamente a Crystal. Con esto, el par estaba ahora a poco más de tres metros de distancia la una del otro.

Inmediatamente luego, Crystal cierra su puño derecho al llevarlo hasta sus labios para entonces aclarar ligeramente su reseca garganta. -Bien… Primero qué todo, me veo en la necesidad de pedirte disculpas por lo sucedido en el parque de diversiones.- Confesó la futura profesora con palpable vergüenza al evitar mirar activamente en dirección a Gold, milésimas de segundo antes de qué su rostro tomara una rojiza coloración. -Yo fui la qué actuó mal y de sobremanera hasta dejar salir lo peor de mi misma. Además-...

-¿H-Huuuh? E-Espera, espera… ¿Cómo qué "tu" quieres pedirme disculpas a "mi"?- Cuestiono ahora un incrédulo y anonadado Gold, volviendo a fruncir su ceño aún más qué antes. -N-No lo entiendo, Crys. Y-Yo fui el qué-...

-Yo sé muy bien lo qué ibas a hacer, Gold. Eso no está en discusión, ni tampoco quiero saber de momento la respuesta qué ibas a darme, pero la manera en cómo termine actuando después de tu desliz es el motivo por el cual deseo disculparme contigo.- Destacó Crystal esta vez en un tono más melancólico al encogerse de hombros y suspirar con exageración y dolor. -Independientemente de cómo acabaron las cosas esa noche entre ambos, siento qué en mí recae la mayor parte de la culpa por no considerar la situación, las circunstancias y, sobre todo, tu estado anímico. Todas las señales estaban ahí frente a mi rostro, pero en ningún momento me detuve para analizar las cosas. Yo, cómo futura profesora qué se supone deseo ser, deberia de tomar en cuenta todas las variables al pensar siempre con cabeza fría, sin embargo, en esta situación termine actuando de la peor manera posible...-

Ahora fue el turno de Gold para apretar sus labios por breves momentos, entretanto sus dorados ojos recorrían inconscientemente de arriba a abajo a su compañera al seguir experimentando en carne propia cómo su corazón aún latía con desesperación. -E-En verdad qué no lo entiendo, Crys. ¿Por qué esté repentino cambio de actitud?-

Pero la de Goldenrod se mantuvo en perfecto silencio, a la par de bajar su mirada y volver a suspirar, muy para la sorpresa de un nervioso y confuso Gold quien apenas sí podía recordar algo tan simple cómo lo era respirar.

-C-Crystal… ¿Qué rayos sucedió por la mañana durante tu salida con Kelly cómo para qué desees disculparte por algo qué claramente es más culpa mía qué tuya? Nada de esto tiene el menor sent-...

-Nada. No pasó absolutamente nada fuera de lo ordinario.- Adujo Crystal sin titubear y en un apático tono de voz, cuando esta decide finalmente volver a mirar a los ojos a Gold. -Durante la mañana Kelly y yo decidimos dar un pequeño paseo por la ciudad para conversar un poco sobre nuestras preocupaciones y demás, pero en sí el qué desee disculparme contigo no tiene nada qué ver con lo qué sucedió durante nuestra salida. Esto es algo qué yo decidí por mi misma y qué siento muy en el fondo qué necesito hacer.-

Gold volvió a permanecer en silencio por otro corto periodo de tiempo, dándole ahora miles de vueltas dentro de su cabeza a todas las palabras dichas por Crystal en busca de algún tipo de pista o desliz oculto. -¿Segura qué nada sucedió?-

-Ya te lo dije, Gold. Nada de importancia sucedió entre Kelly y yo.- Declaró la futura profesora con ahínco y rebeldía. -Todo esto se debe a qué, cómo ya dije antes, me siento culpable por como las cosas terminaron entre nosotros cuando todo señalaba qué mentalmente tú no te sentías bien. Yo fui ciegamente egoísta e ignoré por completo tus sentimientos. Primero, la repentina aparición de tu padre de esa manera justo cuando llegamos aquí. Luego, tu encuentro con Raikou al dia siguiente, y después de todo eso aparecen el profesor Oak con mi padre con esa propuesta para qué yo vaya a Pueblo Paleta, sumado a qué también nos ofrecieron a todos participar en una entrevista en la Torre de Radio...-

De manera para nada sutil frente a Crystal, el semblante del de New Bark cambia por completo al pasar de extrañeza y nerviosismo a resignación y melancolía. -Todo esto se debe a qué ya decidiste sobre lo qué deseas hacer, ¿o me equivoco? Tu ya tomaste la decisión de irte para aceptar la beca de Oak, pero quieres antes de eso limpiar tu conciencia y hacer la paces, ¿verdad?-

Con visible timidez en su sonrojado rostro, Crystal termina lentamente por asentir. -En verdad lo siento mucho, Gold.- Se disculpa la de Goldenrod en un áspero tono qué reflejaba su latente tristeza para con toda la situación. -Pero sí es exactamente cómo dijiste y deseo hacer las paces antes de uhh… irme. Tu bien sabias qué todo esté viaje, tarde o temprano, llegaría a su fin, y la oferta de Oak es algo qué necesito aceptar sí realmente quiero cumplir mi sueño de ser profesora en un futuro no muy lejano. Es por eso qué te cite aquí a esta hora, ya qué quería que fueras el primero en conocer sobre mi decisión sin ningún tipo de interrupciones por parte de las demás. Ya después, en la tarde cuando salgamos de nuestra entrevista en la Torre de Radio, le diré todo a Zuki y Kelly, pero era de suma importancia para mi qué tu fueras el primero.-

Otra efímera oleada de silencio invade por completo la parcialmente oscura alcoba posterior a lo expresado por Crystal, pero esta rápidamente fue disuelta por Gold al expulsar un exagerado suspiro cargado de muchísimos sentimientos encontrados a flor de piel.

-Sabes… Quisiera decir qué esa decisión me sorprende o algo por el estilo, pero te estaría mintiendo descaradamente sí te dijera lo contrario.- Notifica Gold con tristeza, levantándose de su asiento en el acto y forzando una amable sonrisa para mostrar a Crystal. -En verdad, muy en el fondo, sabía qué esa sería tu decisión final. Nunca dude de eso, solo que no quería aceptarlo cómo un hecho hasta qué me lo dijeras de frente. Igual, me alegro mucho por ti y de seguro serás en poco tiempo una profesora pokémon cómo tu padre. Ya lo verás. Eso tenlo por seguro.-

Crystal, por su parte, despide un amargo suspiro al bajar su miradas mientras qué varias lágrimas se empezaban a formar a orillas de sus ojos. Gold, notando lo sucedido, aprieta sus labios y después da unos pasos hasta colocarse frente a la cama en dónde yacía sentada su compañera.

-Vamos, Crys. No deberías de desperdiciar lágrimas por algo cómo esto.- Advierte el de oscura cabellera con tranquilidad, manteniendo aún su cálida y amable sonrisa. -Esto es exactamente lo qué siempre quisiste, ¿no es así? Tu desde un principio me dejaste muy claro qué esto era lo qué querías, haciendo de mí una especie de guardaespaldas, pero eso no me molesto en lo más mínimo. Todo esté viaje empezó cuando sin querer me golpeaste con la puerta de la oficina de tu padre, y mira ahora lo qué está por ocurrir. Literalmente lograste, gracias a tu esfuerzo, destacar con todos esos informes qué hacías sobre lo qué veías en nuestro viaje, ganando a pulso una beca para aprender de uno de los investigadores pokémon más reconocidos de todo el mundo. Esté es tu sueño hecho realidad.-

Muchas más lágrimas llegaron a inundar los ojos de Crystal hasta convertirse en un profundo y sufrido mar de melancolía y tristeza reprimida, finalmente saliendo a flote después de mucho tiempo en la oscuridad de su agrietado corazón. Aquí, la de Goldenrod no pudo evitar romper en llanto, escondiendo con vergüenza su enrojecido rostro entre sus manos con tal de qué Gold no pudiese mirarla directamente.

-Y-Yo… Lo siento, en verdad lo siento mucho, Gold.- Manifestó Crystal entre sollozos y al aún mantener su rostro escondido detrás de sus humedecidos dedos. -Yo no merezco nada de esto qué me está sucediendo. Muy dentro de mi corazon se qué no merezco ser feliz o esa beca.-

Otro suspiro fue realizado por Gold, seguido de qué esté se sentara en la cama justo a la izquierda de Crystal. -Vamos… No te pongas así, Crys.- Indicó Gold de manera comedida, serena y hasta algo condescendiente. -Aunque supongo qué es inevitable qué ahora empieces a dudar de ti misma al estar tan cerca de algo qué soñaste conseguir por muchísimo tiempo. Las dudas te pueden corroer cuando menos te lo esperas, y tu confianza se puede ir por el retrete al sentir qué no eres digno de aquellos qué siempre quisiste, muy a pesar de haber luchado con todas tus fuerzas por conseguirlo.-

Una nueva y corta pausa se suscitó entre los presentes. Crystal aún sollozaba al permanecer con su rostro enterrado entre sus manos, al mismo tiempo en qué Gold se decidió por darle a su compañera un par de tímidas palmadas en su espalda.

-Sabes, yo no soy ajeno a estos sentimientos y creo qué podría decir qué te entiendo.- Proclamó Gold, esta vez con algo más de melancolía en sus palabras. -Por ejemplo, aún me cuesta muchísimo trabajo asimilar el hecho de que, nuevamente cómo en los viejos tiempos, soy un entrenador famoso en varias partes de Johto y Kanto. Con esto quiero decir qué muchas son las veces en dónde dudo sobre sí esta "fama" se debe a mi mismo o a qué soy el hijo de mi padre. Literalmente no existe día dónde ese pensamiento no se cruce por mi mente, pero siempre intento hacer lo mejor qué puedo para en el futuro demostrar qué soy algo más que el hijo del campeón sin corona. Ahora, tu caso es bastante diferente al mío. Yo entiendo qué te sientas así, pero tu eres una de las personas más brillantes qué conozco y creo firmemente qué eres merecedora de esa beca. En esté momento dudo qué exista alguien más en el mundo qué merezca esa beca más qué tu.-

-P-pero es qué tu no lo entiendes, Gold.- Expresó Crystal con palpable agonía en sus palabras, finalmente retirando sus manos de enfrente de su rostro. -Yo te utilice y después-...

-Lo dices porque en un principio yo servía cómo una especie de guardaespaldas para ti, ¿no es así?- Pregunta Gold de manera despreocupada, interrumpiendo en el proceso a su compañera. -Escucha, solo olvídate de eso. Ya te dije qué eso no me importaba en lo más mínimo. Además, lo de qué me utilizaste de ese modo fue bastante obvio en un principio y en verdad-...

-Gold, yo no solo te use en ese momento de guardaespaldas. Yo planifique todo.-

De manera abrupta, las crípticas palabras de Crystal resonaron ominosamente dentro de la cabeza de Gold, provocando automáticamente qué todo el ambiente dentro de la habitación se pusiera pesado hasta inclusive ponerle un alto a la conversación por el espacio de diez o quince segundos ininterrumpidos.

-Espera… ¿A qué te refieres con eso de que planificaste todo?- Cuestiona el de New Bark al mirar de reojo a Crystal con profunda extrañeza. -¿Acaso hablas de cómo de vez en cuando dejaste varios espacios en nuestro itinerario de viaje para qué pudieras hacer y mandar tus reportes a tu padre?-

Crystal negó al instante con torpeza, al mismo tiempo que más lágrimas se formaban de sus ahora enrojecidos ojos. A simple vista, era más qué obvio para Gold qué Crystal estaba teniendo una apasionada batalla interna la cual le hacía dudar por completo de sus propias palabras, acciones y motivaciones. Sin embargo, el de New Bark no pudo evitar sentir aún más nerviosismo y escalofríos, mismos qué volvieron a atacar frívolamente sus extremidades, justo cuando Crystal empieza a limpiar las lágrimas qué recorrían todo su rostro con ayuda de las muñecas de sus manos.

-Es-Escucha… Después de qué te diga esto, ya no habrá marcha atrás, Gold.- Aseveró tristemente Crystal entre ligeros sollozos, bajando su mirada con resignación y después encogiendo sus hombros. -De aquí en adelante nuestra relación dejará de ser la misma y, una vez escuches esto qué te tengo qué decir, estoy total y completamente segura de qué me vas a odiar por el resto de tu vida.-

Gold vuelve a dudar sobre cómo responder o actuar, estando extrañamente ahora junto a una Crystal completamente distinta, en tono, semblante y porte, a la qué conoció y con la qué convivió por varios meses durante su recorrido por Johto y Kanto.

En esté sentido, una parte de él deseaba sólo abrazarla con todas sus fuerzas sin importar nada de lo qué esta tuviera qué expresar, mientras qué la otra parte sentía la imperativa necesidad de permanecer en completo silencio solo para escuchar todo lo qué Crystal quisiera confesar.

Todo esto, sumado a cómo retumbaban sus oídos debido a lo acelerado de todos sus sentidos en general, le hicieron sentir a Gold, sin desearlo o notarlo en un principio, entre la espada y la pared, y no fue sino hasta cuando otra serie de escalofríos atacó su espalda qué él finalmente pudo reaccionar acorde a sus propios deseos.

-¿E-En serio es tan malo eso qué tienes qué decirme?- Preguntó un confuso Gold, experimentando vívidamente una agresiva mezcla de emociones recorriendo cada centímetro de su cuerpo. -Crystal… ¿Qué puede ser tan malo cómo para qué pienses qué te voy a odiar luego de todo lo qué hemos pasado juntos? Eso sería algo ridículo-

No obstante, la de Goldenrod no solo permanece en perfecto silencio, y con la mirada irremediablemente perdida entre las muchas sombras presentes en su habitación debido a la poca iluminación qué brinda la lámpara encima del escritorio de computadora, sino qué de sus ojos aún se producen incontables lágrimas, además de qué sus labios se movían con timidez, más ningún tipo de sonido fue producido por la futura profesora.

-¿Crystal? Oye, ¿te encuentras bien?- Cuestiono Gold al sentir cómo la preocupación, por las anteriores palabras de Crystal, se batía en duelo frente a la curiosidad por conocer lo qué ella tenía qué decir. Pero la de Goldenrod seguía en enervante silencio, acción qué desencadenó qué Gold volviese a suspirar al momento de tomar la osada decisión de darle a esta un cálido y sorpresivo abrazo.

-Sea lo qué sea qué tengas qué decirme, te prometo qué estaré aquí para ti.- Advierte Gold con seguridad y calidez en sus palabras al susurrarle al oído de su compañera. -Tu bien sabes todo lo qué siento por ti, eso es demasiado obvio llegado esté punto. Pero en verdad odio verte de esté modo cuando se qué mereces ser feliz y realizar tu sueño de ser profesora. Por favor, Crystal. Dime qué es lo qué te ocurre. Mi corazón apenas sí puede soportar-...

-Gold, el qué tu y yo nos conociéramos así de esa forma en el laboratorio de mi padre no fue simple casualidad. Yo planeé golpearte con la puerta ese día para hacer ver qué nuestro encuentro fue obra del destino.- Anunció repentinamente Crystal, quien ahora temblaba entre los firmes brazos del de New Bark, interrumpiendolo sin titubear de manera cortante. -A-Antes de qué tu y yo nos conocieramos oficialmente, yo ya sabía muchísimo de ti. Desde qué eras el hijo del campeón sin corona, hasta qué en el pasado fuiste varias veces campeón de muchos torneos infantiles por toda la región. Inclusive ya sabía dónde estaba localizada tu casa y qué estabas próximo a empezar tu viaje por Johto y Kanto.-

Confusión, decepción, amargura, desánimo y frustración. Gold, justo luego de lo dicho por Crystal, acabó rápidamente por poner distancia entre ambos, dejando de abrazarla en primera instancia al clavar sus ojos, cómo pesadas y firmes estacas de madera, directamente sobre el aún sonrojado y humedecido rostro de la de Goldenrod, sintiendo este muy en su interior una desmedida tormenta de peligrosos sentimientos qué apenas sí podía describir o controlar dentro de su pecho.

-¿Qué fue lo qué dijiste?- Preguntó estoicamente Gold, levantándose repentinamente de la cama y mirando ahora directamente a los ojos de Crystal con incredulidad en un frenético intento por hacer qué está terminara por rectificar aquellos qué acababa de confesar. -Dime por el amor de Arceus qué escuche mal porque esto no tiene sentido alguno. ¿C-Cómo qué tú conocías de mi desde antes?-

Pero a pesar de esto, Crystal vuelve a quedarse en silencio ante la furiosa mirada de un confuso y anonadado Gold quien ahora no paraba de recorrer cada centímetro de su ser con sus ojos. En contraste, el rostro de la futura profesora, tras sus propias palabras, demostraba arrepentimiento, angustia, desolación y tristeza, cosa qué no hizo más qué accionar qué la atmósfera dentro de la habitación se volviera aún más pesada y lúgubre qué antes.

-Mi padre casualmente me comentó bastante de ti unos días antes de qué fueras al laboratorio en busca de tu primer pokémon.- Confesó finalmente la de Goldenrod, unos segundos después, al volver activamente a limpiar las lágrimas qué decoraban con tristeza todo su rostro. -Cómo te comente hace mucho tiempo atrás, las cosas no resultaron ser cómo me hubiera gustado después de mudarme a New Bark. Yo me sentía atrapada a más no poder y apenas sí podía intervenir o ayudar en las investigaciones dentro del laboratorio. Pero todo cambió cuando escuche a mi padre hablar tan positivamente de ti, Gold Ethan Tsubasa, uno de sus ayudantes más proactivos y sobresalientes. El té tenía muchísima estima y confianza, en todo el sentido de la palabra, por lo qué decidí investigar un poco más a fondo de ti y, después de corroborar lo buena persona qué eras con los demás ayudantes en el laboratorio, fue cuando-...

-Fue cuando se te ocurrió la "brillante" idea de aprovechar la situación y utilizarme cómo una miserable herramienta más del monto solo para salir de una vez y por todas de New Bark, ¿o acaso entiendo mal?- Comentó agresivamente Gold, alzando un poco más su voz al interrumpir a Crystal, momentos antes de empezar a caminar de un lado al otro de la habitación al estilo de un furioso pokémon enjaulado en espera del momento perfecto para atacar o escapar de sus captores. -Tch… Ahora todo tiene mucho más sentido, ¿cómo pude ser tan ciego? De ese modo golpeabas dos Pidgey con una sola misera roca. Gracias a mi buena relación con tu padre, solo era cuestión de presionar y negociar un poco para qué el accediera a dejarte ir conmigo en mi viaje. Tu en ningún momento necesitaste de la ayuda de Kelly para convencerle...-

Crystal asintió con desolación y más sollozos repletos de tristeza. -L-Lo lamento cómo no tienes idea, Go-Gold.- Expreso la de Goldenrod con desesperación, antes de levantarse de su cama en busca de acercarse al de New Bark. -P-Pero tienes qué entender qué-...

-Más claro nada de esto puede ser, Crystal.- Denunció Gold en un amargo y soberbio tono qué demostraba su latente desprecio por su compañera, fulminando a esta con una fría y cruel mirada llena de disgusto y desaprobación al inclusive provocar que ella se detuviera en seco en su intención de recortar la distancia entre ambos. -Dime algo… ¿Cómo te sentirías sí en poco menos de una maldita semana te enteras qué gran parte de las decisiones más importantes en tu vida no fueron más qué mentiras e ilusiones fabricadas para hacerte ver qué tenías el control de todo, pero qué en realidad no eres sino una triste y patética marioneta en medio de un espectáculo dónde ni siquiera eres el acto principal?-

En ese momento, los temblorosos labios de Crystal se separaron en un triste intento por responder ante su compañero, pero nada más qué inentendibles balbuceos se produjeron de la boca de la de Goldenrod al momento en qué esta se deja de caer de rodillas sobre el frío suelo de su alcoba. Más lágrimas llegaron a azotar su rostro frente a la situación, pero Gold ni se inmuto en lo más mínimo al ver esto en un principio.

-¿Sabes lo peor de todo? Yo realmente estaba enamorado de ti, Crystal.- Declaró Gold con rebeldía, dolor y profundo arrepentimiento en un agrio tono, dando un exagerado suspiro antes de acercarse a Crystal para luego ponerse de cuclillas frente a ella. -En su momento, cuando nos hospedamos en Ecruteak, estaba totalmente dispuesto a abandonar mi sueño de participar en la liga pokémon con tal de qué Kelly y tú estuviesen a salvo del Equipo Rocket al detener nuestro viaje. Aunque eso ya da igual ahora. De momento solo me queda felicitarte por todo lo qué has logrado. Me engañaste y cai redondo al enamorarme cómo un idiota, cuando para ti yo siempre fui una conveniente herramienta más del monton. En verdad espero seas muy feliz con esa beca qué te ganaste. Pero descuida, por ahora seguiré esté pequeño teatro hasta el final y no diré nada a Kelly o a Zuki. Te daré mi palabra de qué no mencionaré nada de esto y hasta iré con ustedes a la Torre de Radio para la entrevista, tal y cómo acordamos. Ellas no se merecen esté castigo de saber la clase de persona con la qué viajamos por tantos meses cuando ya en unos cuantos días te irás a cumplir lo qué siempre quisiste desde un principio.-

Otro mar de lágrimas y sollozos fue propiciado por Crystal, más Gold, en un osado movimiento, acaricia lentamente la cabeza de su compañera, y después acerca a su rostro hasta darle a ella un efímero beso en sus húmedos labios.

-Yo te amaba, Crystal, y aún lo hago. Pero aquí y ahora termina nuestra historia juntos.- Indicó Gold al emplear un tono de voz más apático y qué daba a entender su latente resignación para con todo lo acontecido. -Heh… Supongo qué tenías razón en lo qué dijiste hace un rato y nuestra relación a partir de hoy nunca será la misma. Esto es algo qué no puedo pasar por alto, aún cuando mi corazón me pide a gritos qué lo haga. De hoy en adelante estas muerta para mi.-

Sin dudarlo, Gold vuelve a ponerse de pies frente a Crystal, quien aún permanecía de rodillas sollozando y sin demostrar algún signo de detenerse pronto. El de New Bark aquí vuelve a suspirar y se da media vuelta en dirección a la puerta qué conectaba con el pasillo, pero dentro de su mente solo había espacio para un solo pensamiento en ese momento. Él tenía claro lo qué acababa de suceder y no había ningún tipo de dudas al respecto. Aquí y ahora se había cumplido la última de las visiones de Morty con respecto a las tres sombras.

"La tercera sombra, de un momento a otro, empezó a arder en llamas hasta consumirse por completo…"