AL LIMITE
Capitulo 10
Candy miraba por la ventana de su oficina, casi era la hora de su reunión con Ronald Dennis, presidente y encargado de la Escudería McLaren, dio gracias a Dios que no fuera Terry la persona con la que se tuviera que encontrar esa tarde, no es que no quisiera verlo, moría por verlo. Pero fue doloroso para ella darse cuenta que de verdad su historia había llegado a su fin, un final en el que no hay retorno, lo supo en la manera que el partiera de Edimburgo, dio un largo suspiro recordando.
—Candy puedes alcanzarlo —le decía Stear.
—Para que, ¡estas loco!
—Para decirle que lo amas y no estas con Niko, él los miró besándose, ¿qué hubieras hecho tú, si la situación hubiera sido al revez? te aseguro hubieras hecho lo mismo, en algunas cosas son tan parecidos e impulsivos. Lo amas yo lo se.
—¡Esta bien! ¡si! si lo amo, pero me hizo mucho daño y además él se consoló tan fácil en los brazos de esa reportera cuando aún era tan reciente nuestra ruptura, muchas cosas me dicen que él no siente lo mismo por mi, sus acciones dicen otra cosa.
Es verdad sentimos una gran atracción física eso es innegable pero yo no lo voy a buscar Stear, el que debiera insistir es él no lo crees. No, no respondas no quiero saber nada más de él, esto se ha terminado para siempre.
—Stear, déjame hablar con tu amiga por favor —pidió Elie su madre, y el joven se alejó dejándolas a solas en en Jardín.
—Candy se que no me conoces muy bien y tal vez sea muy atrevido de mi parte querer hablar contigo.
—Esta bien Elie, siéntate, se que has escuchado mi conversación con Stear, esta parte de mi vida no es un secreto, tu hijo es como un hermano para mi; pero dime si acaso tu tienes de algunos polvos mágicos o un conjuro para pasar página, porque si es así y los tienes creeme yo los quiero.
—Hija puedo llamarte así.
—Si claro.
—Tu historia no es muy diferente a la mía de joven con el padre de Stear, sabes siempre hubo gente envidiandonos, personas que creímos amigos durante toda una vida, trataron de separarnos, una de ellas fue mi prima Lysa, pero esa es una historia muy larga de contar, el hecho es que no conozco a profundidad tu situación con el Joven Terrence, pero te voy a dar un consejo, vive el momento, ¿que es lo que sientes en este momento? No me respondas a mi, si no a ti misma. No te voy aconsejar lo que mi hijo de ha dicho, de ve y buscalo, ¡no! ¡no! ¡claro que no! somos mujeres estamos para que nos rueguen y nos busquen, ¡si señor!
—Ay Elie, qué cosas dices siempre tienes una manera tan especial de decir las cosas —respondió riendo.
—Pero si vuelves a estar frente a él, no huyas de lo que sientes solo dejate llevar y disfruta la ocasión, tal vez eso de pie a que hablen, solo vive el presente no mires el pasado y no mires hacia el futuro hija. Creelo a veces los mejores momentos de la vida, vienen cuando dejamos de cuestionar, preguntar y rumiar cosas antiguas, mira Archie fue fruto de un momento así, y jamás me arrepentiré.
—Es verdad tal vez nuestro destino sea no estar juntos pero como hubiese querido que nuestra despedida hubiese sido tan distinta no con dolor, nunca supe porque me alejo de su lado, ni siquiera me dio la oportunidad de hablar, solo me boto como una muñeca vieja.
Entiendo, guardas rencores pasados, ¡pero acaso dime! ¿no te gustaria conocer en que te equivocaste?
—¡¿Como dices Elie?!
—Mira... tal vez tu si te equivocaste e hiciste algo malo que lo decepcionó y lastimó a él, y por eso actúo de ese modo. No es que lo justifique, pero ustedes dos aunque no vuelvan a estar juntos merecen hablarse con toda la verdad y decir adiós sin dolor, pienso que sera lo mejor para ti mi niña —posó su mano sobre el hombro de la rubia en modo de apoyo—. Es necesario para poder avanzar y mirar hacia un futuro, si no quedarás estancada en esta relación. Un adiós donde él te diga por que te sacó de su vida, pues aún hoy te lo sigues preguntando hija, este es el consejo que esta vieja te puede dar.
—¡Oh Elie! tu vieja de ninguna manera, eres muy hermosa cualquier hombre sería afortunado de tenerte a su lado como pareja.
—¡Ay Candy! Yo ya no estoy para eso; pero sabes, no te voy a negar que he salido con personas, tenido encuentros casuales como cualquier mujer, pero no, nunca me he sentido como con Garret el padre de Stear. Y con el padre de Archie, aunque en ese encuentro me sentí muy atraída por aquel hombre, sus brazos y caricias me llenarán de confort, se que que tal vez me sentí de ese modo por la gran depresión por la que estaba atravesando, yo vibre en los brazos de aquel hombre y sentí que había encontrado un refugio para mi alma adolorida, solo fueron encuentros fugaces por una semana pero decidí decir adiós antes de que aquel sentimiento creciera, no sabíamos nada el uno del otro. Mis hijos como debes saber piensan miento, pero que se le va hacer asi es la vida y debemos seguir adelante. Tu debes hacerlo querida te hará un gran bien hablar con él sinceramente creeme.
—Toc... Toc... —el sonido de la puerta la trajo devuelta al presente.
—Si adelante —contestó Candy.
—Señorita Ardlay, el señor Ronald Dennis ha llegado lo he hecho pasar a la sala de juntas y esta junto con el Joven Terrence Granchester
—menciono su secretaría.
—¡Como has dicho!
—¿Pasa algo señorita Candy? ¿Hice algo que no debía? —pregunto asustada al verla reaccionar así.
—No, es solo que la junta solo estaba programada con el señor Ronald Dennis.
—Si, lo se, pero no pude decir nada, ellos me preguntaron si habría algún problema que el señor Terrence estuviera presente y dije que no, pues es el otro socio del señor Ronald por lo que tengo entendido.
—Si, asi es, no te preocupes haz hecho bien ofréceles un café o algo de beber voy enseguida.
Candy sintió como su estómago daba un vuelco y su corazón se aceleraba.
—¡Qué haces aquí! —dio un resoplido para
sí—. Pero bueno tarde o temprano sabrías quien es la encargada en Ingeniería de la Escudería Renault, es momento de hablar de negocios, así que trata de controlarte Candy y haz sentir orgulloso a papá.
Acomodo su cabello, se puso su blazier y sacó un pequeño espejo de su bolso para mirarse y retocó su labial.
Al entrar a la sala de juntas ambos caballeros se quedaron con la boca abierta pero uno más que otro. Ronald retomó la compostura y reaccionó, se levantó del asiento para saludar a la rubia.
—Mucho gusto señor Ronald soy Candice White Ardlay, se que siempre hizo tratos con mi padre y nunca habíamos tenido el gusto de conocernos.
—Oh el placer es mío señorita Ardlay, es usted muy bella su padre no mentía cuando hablaba de usted.
—Oh es usted muy amable señor Ronald. Buenas tardes señor Grandchester saludo Candy a Terry.
Ronald observó la mirada de ambos y preguntó: -¡cómo! ¿Ustedes ya se conocían?
—Si, señor Ronald, por favor tomemos asiento —dijo tratando de evadir el tema.
—Bueno Terry, no piensas saludar, acaso te comieron la lengua los ratones, no respondiste al saludo de la señorita.
—¡Oh si! Perdon —lo sacó de sus pensamientos, se levantó y extendió su mano a Candy.
Ese simple roce los hizo estremecer, fue como si una corriente eléctrica fuera lanzada a ambos.
—Bien vamos directo a lo que han venido, y es tocar el tema del motor que Renault construyó para ustedes este año —dijo tratando de disimular lo que sentía con Terry ahí presente.
—Se que el piloto Granchester no se sintió agusto y piensan hay un problema en el sistema de MGU-H, el motor de recuperación de energía térmica, tal vez no se está aprovechando la energía cinética generada por el movimiento del cigüeñal, al 100% y haya una falla y no aproveche la energía calorífica procedente de los gases del motor de combustión y por eso su piloto siente que el motor no responde como debe, oh tal vez sea el mal humor con el que siempre corre su piloto pues varios testigos me han contado lo que pasó en la pretemporada.
Terry estaba embelesado, mirarla hablar de aquel modo, es verdad que sabía ella amaba los carros y el mundo del automovilismo. Cómo había podido estar casado con ella por un año y conocerla tan poco, esa manera de hablar y ese traje que traía puesto la hacía verse tan sexy, no puedo evitar mirar su blusa de seda blanca y los dos pequeños botones abierto que permitían mirar un poco de piel inmediatamente su mente recordó que había de bajo de esa blusa de seda que pudo sentir un pequeño dolor en su entrepierna; pero al escuchar sus palabras reaccionó
"El mal humor de su piloto" es como si le hubiesen dado una cachetada.
—¡¿Que dices?! el motor simplemente no me respondió, ¡como te atrevez a decir que fue mi mal humor! estás loca.
—Señor Granchester, yo solo repito lo que mucha gente miró, de hecho si no me equivoco pensaron que te irías a los golpes sobre tu jefe técnico.
—Pues estan equivocados de hecho si no mal recuerdo y usted lo sabe bien señorita hace una semana fui el padrino de bodas de mi jefe técnico creo que eso aclara sus palabras y conjeturas no lo cree. ¡deja de Jugar con migo Candy!
—¡Como! ¿ustedes dos se conocen? entonces no es imaginación mía —preguntó Ronald.
—Si, es mi esposa.
—Tu ex esposa, ¡tu y yo, ya no somos nada!
—¡Como! no lo puedo creer, entonces ella fue la chica con la que te casaste y nunca nos presentaste.
—Si, es ella.
—Si, pero el y yo ya no somos nada —respondió Candy molesta al ver como Terry, había convertido el momento en una discusión-. Pero eso solo fue un error y locura, creo que las copas de una noche nos hicieron hacer tonterías.
Al escuchar esas palabras Terry, sintió un como si le dieran un golpe en el pecho, aquella confesión de ella le dolía.
—No es verdad, no fue una noche de copas tu lo sabes bien Candy, yo te...
—ella no lo dejó terminar la frase.
—Mira eso ya no tienen importancia, el hecho es que tu y yo no somos nada, y están aquí por negocios, le pido una disculpa señor Ronald, hablemos sobre lo concerniente al motor, se que no están contentos. Qué les parece si el motor construido para la escudería Renault, lo aceptan a cambio y me quedo con el que se les había entregado, así usted no creerán que es algo que nosotros hayamos provocado oh queremos que pase. El nombre "Renault" está de por medio y si ustedes fallan por lo consiguiente nosotros también todo es una cadena. Patrocinadores me darían la espalda, si así ya hablan de mi lo se, por el simple hecho de ser mujer y estar a cargo de toda una escudería no quiero empezar con el pie izquierdo. ¿qué les parece? les doy un momento a solas para que lo discutan como socios.
Minutos después de haberlos dejado solos Candy regresó a la sala de reuniones.
—Lo hemos pensado señorita Ardlay, es un trato justo, supongo que usted se hará cargo de todo y contactará a nuestro Ingeniero técnico Stear Cornwell, al igual que a su jefe técnico de esta temporada para realizar todo.
—Si, por eso no se preocupen yo hablare con mi jefe tecnico, —ella mintió no quiso decir que ella sería la jefa en toda la temporada, era mejor así, su discusión de minutos atrás dejaba más que claro por que no debía de saberlo Terry.
—Bueno si es así dejen todo en mis manos yo me haré cargo señor Ronald, créame no se arrepentirá de este año haber confiado en la escudería Renault, para la construcción de sus motores.
—¡¿Y yo estoy pintado?! quiero recordarte que soy socio de Ronald, no me ignores solo te estas dirigiendo a él.
—¡Terry! —mencionó Ronald sorprendido de ver actuar así a Terry.
—Disculpe señor Granchester en ningun momento quise...
—Deja de actuar ya Candy, si tienes algo que decirme dímelo, pero no me ignores eso si no lo soporto, y quiero aclararte que sigues siendo mi esposa.
—Creo que mejor me retiro —masculló Ronald al ver como empezaba a subir de tono la discusión—. Solo recuerden que del odio al amor tan solo hay un paso —mencionó burlón y se escabulló antes que alguno de los dos pudieran decirle algo.
—Terrence es mejor que te vayas por favor, todo referente a los negocios de Renault con McLaren quedó concluido.
—Si pero lo nuestro no —le dijo acercándose hacia ella unos pasos.
Ella se paro de impulso y quiso correr hacia la puerta de salida, pero él fue más ágil y obstruyó su camino, parándose frente a ella.
—¡¿Ah dónde crees que vas pecas?!
—Eres un estúpido Terry.
—Vez ya no soy Terrence, algo dentro de ti me sigue llamando Terry.
El se acercó a ella y bajó la cabeza para mirarla y ella echó hacia atrás.
—¿Lo sientes? Dime que lo sientes, esto que nos pasa al estar juntos uno del otro.
—¿Si y no? —respondió Candy, nerviosa.
—¿Por favor quieres que hablemos de ello?
—Si. Se que lo nuestro terminó hace más de un año, y nunca fuiste capaz de decirme el porque. Aún hoy sigo sin entenderlo.
Él sacudió la cabeza y dio un paso hacia atrás.
Candy había creído que había superado todo lo que había pasado, pero al creer que falleció en esa carrera se dio cuenta que lo amaba más que nunca, tan solo de recordarlo lágrimas se acumularon en sus ojos.
—No me gusta sentirme así, no me gusta sentir la sensación de desearte y sentirme...
vulnerable pensó ella.
—Lo siento. Nunca quise hacerte daño, no fui consciente de lo que hacía —dijo acercándose.
Candy podía sentir sus labios rozando los suyos y cerró los ojos.
Sabía que debía apartarse de él, y si no lo hacía se arrepentiría tal vez de aquello por la mañana, pero no quería estar en ese momento en ningún otro sitio su cuerpo gritaba por el, llevaba demasiado tiempo sola y estaba exitada.
Podía ser tal vez la despedida que nunca habían tenido, por la forma en que había terminado todo entre ellos. Había intentado pasar página de verdad que lo había intentado pero no había sido posible, Tal vez si la despedida hubiera sido diferente pensó.
Recordó las palabras de Elie "solo vive el ahora, no mires el pasado ni el futuro" Terry la tomó por la cintura y deposito un beso en aquellos labios con los que soñará más de una vez, eran manjar de los Dioses para él, los besos de ella eran dulces, delicados por los cuales en ese momento él sentía brotaba elixir de vida para él.
El beso se hizo más profundo sus lenguas se enredaban, sus respiraciones empezaron a ser más agitadas, ambos pedían más uno del otro. Terry tomó su trasero con las manos y la estrechó contra su pelvis. Ella separó las piernas y se frotó contra él. Al apartarse vio que tenía los labios húmedos de besarla y los ojos entornados. Sintió el bulto de su erección y supo que estaba tan excitado como ella.
—No no quería hacer eso —dijo él dando un paso atras, ¡perdona perdoname!
—Yo tampoco, pero sinceramente, Terry, creo que esto es algo que necesitamos. Lo se.
—Yo también. Eso era todo lo que necesitaba oír. La tomó de la mano, y salió de la oficina con ella.
—Señorita Candy —apresurada dijo su secretaria—. ¿Todo está bien? ¿necesita algo?
—Ella necesita su bolso -mencionó Terry.
—En un momento la traigo.
—mencionó la secretaria.
Ambos salieron de las oficinas Renault. El aire de la noche era fresco, las estrellas brillaban y la luna era presente. Al oírle suspirar Candy, se volvió a mirarlo. Tenía la cabeza hacia atrás, Por la forma en que tenía las piernas separadas supo que todavía estaba excitado, y cuando lo miro pareció que dudaba.
—¿Has cambiado de opinión? —le pregunto el.
—¿Y Tu?
—En lo absoluto, pero no quiero que te sientas obligada.
Recorrió la escasa distancia entre ambos y acaricio su cabello en una forma tierna y le sonrío. Ella tomó la iniciativa lo enredó del cuello con sus brazos y lo beso apasionadamente.
—Estoy donde quiero estar.
—Es todo lo que quería oír —dijo antes de tomarla en sus brazos y besarla nuevamente.
La abrazó y se dirigieron a su carro en silencio, el le abrió la puerta y subió.
Ella había echado de menos aquello, siempre le había gustado sentirse abrazada por él al caminar, se sentía tan bien aquello, No quería recordar todas las razones por las que no debería de estar disfrutando aquello. Quería disfrutar la noche, llevarse buenos recuerdos de Terry, y olvidar los dolorosos.
Después de unos minutos de silencio en el carro él logró decir:
—Quiero compensarte por todo.
—¡No te entiendo Terry!
—Se que fui un estúpido Candy, Ambos sabemos lo mal que me he comportado y ahora me arrepiento.
Llegaron al gran hotel Belmond Le Manoir aux Quat'Saisons, lugar donde se estaba hospedado Terry, en Oxfordshire. Terry se volvió para mirarla.
—¿Has cambiado de opinión?
Ella sacudió la cabeza —No en lo absoluto respondió.
Aquel era el hombre del que se había enamorado, No era habitual verlo en aquella faceta, el Terry apasionado e impulsivo que ella conocía la hubiera tomado y hecho el amor en aquella oficina.
—Todavía te deseo Terry. ¿Y tu?
—Estaría muerto si no lo hiciera —le lanzó un sonrisa seductora.
Había un silencio absoluto en el cuarto de baño, levanto su rostro para mirarse al espejo verdaderamente estás loca Candy lo sabes se dijo. Él estaba siendo muy respetuoso con ella y era algo que agradecía. Mas de una vez le había preguntado si estaba segura. Y lo cierto es que no tenía dudas de que lo deseaba. Ya no era una niña, sabía que aquel hombre esperándola en la habitación la deseaba tanto o más que ella a él. No se había acostado con nadie el año y medio atrás no era obsesa en el sexo, pero los instintos que él despertaba en ella eran verdaderamente temibles. Sonrió al mirarse al espejo estaba sonrojada de solo pensar en ello, quería volver a sentirse entre sus brazos por última vez, una despedida digna para seguir adelante en su vida.
Se miró no se veía mal, soltó la coleta que traía puesta y dejó suelto su ondulado cabello, sabía que a él le encantaba mirarla de esa manera, guiño su ojo antes de volver a la habitación.
Terry había encendido la pequeña lámpara al lado de la cama, esa tenue luz iluminaba la habitación, lo miro de pie parado junto a la ventana que daba hacia la calle. Él se había quitado la camisa y no puedo evitar recorrer con los ojos los músculos de su espalda.
Bueno aquí estamos con un Capítulo mas espero les guste, viene una parte linda pero no garantizo es el final? ゚リニ no tardaré tanto en el que viene, ya estoy trabajando en él, gracias por leerme y darme todo su apoyo, gracias por sus mensajes privados y los no privados de verdad valoro y aprecio cada uno espero que se encuentren bien ustedes y sus seres amados con cariño Saadesa o(≧o≦)o(^_-)
