AL LÍMITE
Capítulo 13
La miró alejarse después de pedirle un imposible para él, hablar con su padre, había lazos irreconciliables entre ambos, de nada serviría hablar con el duque Richard Granchester, como le dijera desde hace tanto tiempo, ya no sabía ¿cuándo fue la última vez que lo llamara papá? Era una imagen muy borrosa en su mente, era como si recordara el fragmentos de un sueño, en un hermoso día de picnic con su madre y él cargándolo y jugando entre brazos.
No tenía ningún caso de hablar con él, ese hombre era el culpable de que su madre se quitara la vida, «si tan solo la hubiese amado un poco más, tal vez mi madre no hubiese buscado la puerta fácil» eran preguntas que se había hecho tantas veces a lo largo de su vida.
Su madre después de su nacimiento había perdido el interés o placer en las cosas, todo le parecía indiferente, es por eso que le había pedido a Richard volver a Hollywood y trabajar una temporada, tal vez así su estado de ánimo cambiaría, pero fue todo lo contrario, tenía irritabilidad por las cosas, a veces lloraba por nada, empezó a tener falta de concentración para memorizar los guiones de sus películas así que regresó a Londres, después de unos años.
El duque la aceptó por su hijo, pero la noche que se suicidó habló con ella para tratar de ayudarle.
—Eleanor, No puedes seguir así, tu hijo te ama y necesita de ti, necesitas ayuda.
—Estás insinuando que estoy loca.
—No de ninguna manera, yo mismo he hablado con el psicólogo, empecé a ir a terapia después de que tú te fueras a California, él piensa que tuviste depresión post parto y al no atenderte piensa que has desarrollado un trastorno depresivo crónico.
—No, no pienso ver a nadie, tu eres un idiota hablando de mi con tu loquero —grito enfadada la actriz.
—¡Hazlo por Terry! ¡Por favor! No es por mi, tu hijo te ama y te necesita y yo también te necesito —alcanzó a decirle antes de que ella azotará la puerta de la gran biblioteca al salir.
Eleanor fue a la cocina esa noche, empezó a gritarle al ama de llaves que se encontraba ahí en esos momentos que necesitaba una botella de whisky.
—Señora tengo órdenes de no darle licor —mencionó temerosa la mujer.
—¿Cómo te atreves? —ella arrebato de sus manos un juego de llaves, para dirigirse a la cava—. Si tienes algo que decir ve y corre a decirle al duque, no me importa.
Esa noche Eleanor tomó una botella de whisky de la bodega y una de vino tinto. El tomar era un hábito que había formado pues era la única manera en la que podía conciliar el sueño.
La actriz entró a su habitación, quería dejar de sentirse como lo hacía, pero ni ella misma se comprendía. Tomó un trago de licor de la botella, se sentó en un pequeño escritorio de su habitación, sacó una hoja de papel del cajón, tomó una pluma y pudo observar el portarretratos con una foto de Terry y empezó a escribir.
Querido Hijo:
Se que no tengo ningún derecho de llamarte así, todo este tiempo he sido una madre ausente, elegí mi carrera antes que a ti, creí que perseguía mis sueños, pero descubrí que en este momento no los tengo, nada me satisface, soy una mala madre, pero el consejo que puedo darte es persigue tus sueños, lucha por ellos y se feliz.
Te amo tu madre
Eleanor Baker
«Yo, soy lo peor que les pudo pasar, serán más felices sin mí» pensó mientras daba un trago más al licor. Se dirigió al baño.
Ella tenía un trastorno de sueño, tenía dos días sin dormir, había conseguido diazepam una conocida pastilla para dormir, le había dicho una amiga que con una de esas y un Whiskey —Voila y por arte de magia dormirás como la bella durmiente.
Ella dirigió sus pasos al baño y llenó la tina con agua caliente se metió en ella y la pastilla empezó hacer su efecto, empezó a cerrar los ojos, de su mano se le resbaló la botella de licor estrellándose en el piso de mármol. Ella murió ahogada en su bañera.
Eleanor si había tenido pensamientos suicidas, pero esa noche lo único que había querido es descansar.
Para el duque esa había sido una carta de despedida para su hijo, y a él ni una sola palabra le había dirigido. Lo cierto era que Eleanor si hubiera querido suicidarse seguramente le hubiera dedicado unas palabras de perdón a él, por no haber correspondido el amor inmenso que le había tenido. Este hecho hizo que el duque se alejará un tiempo de su hijo, no quería que lo mirara en la condición que se encontraba necesitaba un respiro y pensar por algunos días, recordó que tenía una propiedad herencia de su bisabuelo. Sabía que era un buen lugar para escapar y no ser reconocido.
En su viaje una tarde caminando, encontró una hermosa mujer sentada en una banca, la observó con la mirada perdida mirando el agua del bello canal de Amsterdam, unas lágrimas rodaban por sus mejillas.
Richard se acercó a ella y se sentó a su lado, la mujer de tan perdida que estaba en sus pensamientos y dolor no sintió su presencia. La escuchó decir en voz alta:
—Oh Barnett, no sé cómo podré seguir adelante, me siento perdida sin ti, le harás tanta falta a nuestro hijo Stear.
El corazón de Richard Grandchester , se estremeció al escuchar aquello, esa mujer de hermosos ojos color miel y cabello castaño al hombro, estaba viviendo el mismo dolor que él sentía.
«A diferencia que supongo su esposo si la amaba, yo…, yo traté de ayudarla, pero cada vez que lo hacía es como si la alejara más de mi, tal vez yo fui el culpable de la elección de Eleanor» pensó mientras con su mano limpiaba las lágrimas de una de las mejillas de la mujer.
Ella reaccionó ante el toque de aquel hombre, haciéndola volver de sus pensamientos dichos en voz alta.
—¡¿Oh quién es usted?! —preguntó sorprendida la mujer.
—No necesito decir mi nombre, solo basta con decir que somos dos perfectos extraños sufriendo por lo mismo, mi esposa falleció hace unos meses.
Ambos se miraron a los ojos, como si con ello encontrarán por un segundo consuelo.
—Mi esposo murió hace seis meses, mi madre me obligó a venir a este viaje a Amsterdam, por momentos la odie, pero creo que fue lo mejor llorar lejos de mi hijo, se que debo seguir adelante con mi vida, es solo que lo extraño tanto.
El se acercó a ella y la abrazó diciendo:
—Todo estará bien, se ve que eres una mujer valiente
Ella respondió a su abrazo y se recargó en su hombro, era tan cálida la sensación del abrazo y confort que le brindaba ese extraño. Él sintió de igual manera una sensación cálida como cuando en medio de un día frío y nublado salen unos pequeños rayos de sol para brindarte calor.
Ambos se quedaron así por algún tiempo, sin decir palabras solo escuchando el latido de su corazón uno al otro, observando el paisaje que sin duda momentos atrás no habían apreciado, bellos tulipanes floreciendo y botes paseando por el gran canal de Amsterdam.
Ella se levantó lo miró a los ojos y le dijo:
—Es mejor que me vaya. Lamento tu perdida enormemente, disculpa mi atrevimiento, estoy muy vulnerable, dió la medía vuelta y se alejó.
Richard por un impulso que no entendió, fue tras ella y la abrazó por la espalda.
—No te vayas por favor —pidió en un susurro a su oído—. Ambos necesitamos esto —la volteó, la estrechó entre sus brazos y la besó.
Un beso doloroso para ambos, pero a la vez algo cálido los reconfortaba. «¿Acaso es posible que en medio del dolor se pueda sentir confort?» Se preguntaron ambos. Y sin pensarlo, los dos cedieron a lo que su alma y cuerpo les pedía.
Él la llevó a su casa le hizo el amor de una manera tierna, ella respondía a sus caricias, sin decir palabras, ambos solo reconfortaban su corazón adolorido.
Al quedarse dormido él, ella se levantó y se fue de aquella hermosa casa, sabía que ese solo había sido un encuentro casual. No podía ser nada más.
Al siguiente día y a la misma hora inconscientemente los dos llegaban a la banca y repetían aquello que de alguna manera daba alivio a sus corazones.
En todo ese tiempo no se dijeron sus nombres ni de dónde eran, ambos no necesitaban saberlo.
Al término de una semana él llegó al lugar del encuentro y ella ya no estaba. Se arrepintió tanto de no preguntarle su nombre y apellido. Después de un tiempo sentado ahí en esa banca donde se dieran cita cada día él pensó: «Es mejor así, esto no es amor, solo necesidad y esto no llegaría a ningún lado, si continuáramos con esto... tal vez terminaríamos más lastimados, no se puede cimentar algo a base del dolor»
Con el paso de los años Richard Grandchester, sin duda recordaba a esa hermosa mujer, habían sido días maravillosos en medio del dolor.
En cambio ella dos meses después supo que después de todo aquello, un bebé venía en camino, jamás pensó en la posibilidad de abortar, y hubiese querido decirle a aquel hombre que sería padre; nunca supo nada más de él, excepto que era inglés por su acento.
Ella en Estados Unidos y él en el Reino Unido sería buscar una aguja en un pajar, no tenía absolutamente nada de información que darle a un investigador. Desde un principio supo que jamás mentiría de su origen a ese bebé que puso por nombre Archibald, ella quiso ponerle un nombre de origen del reino unido recordado a su padre. Al ser pequeños Archie y Stear y tener el mismo apellido jamás sospecharon ser medios hermanos, hasta que un día en un estudio de esos caseros para conocer tus ancestros por tu ADN descubrieron que no tenían el mismo tipo de sangre sanguíneo y que la compatibilidad de ambos solo era materna.
Enfrentaron a su Madre Elie, y les respondió:
—Llegó el día que tanto había temido, yo pensaba decirles esto, son hermanos no medios hermanos a los dos los lleve en mi vientre, a los dos los sentí crecer y patearme, los dos me provocaron náuseas. Jamás serán medios hermanos, ¡me entienden! si algún día faltara yo...—ella empezó a llorar—. Solo se tendrán uno al otro, por favor les pido me perdonen, y contó todo tal cual pasó en ese viaje.
Sin embargo su hijo mayor Stear, creía que ella les ocultaba cosas sobre el padre de Archie, pero quién era él para juzgar a su madre siempre se había desvivido por ellos y les había dado lo mejor. Que diera Stear por tener a su padre vivo o Archie por conocer y saber quién es su padre.
Por eso cuando Stear escucho a lo lejos la condición que Candy exigía para hablar con Terry, sabía que su amiga le estaba haciendo un bien a su amigo, esa conversación con su padre debía hacerla, era algo que en el tiempo que viviera con él le había dicho un par de veces, pero Terry siempre se levantaba de la mesa y decía:
—No quiero hablar del señor duque, yo no tengo padre, él está muerto para mí desde el día que me sacó de su vida.
Pero lo que Terry no sabía era que lejos de que el duque de Granchester fuera el monstruo que él pensaba, también había sido una víctima de las circunstancias y la vida. Le había entregado todo a la mujer que amara con toda su alma Eleanor Beaker, nunca le pidió que dejara de actuar o abandonara sus sueños. Ella por su propia decisión al quedar embarazada de Terry decidió alejarse de los reflectores. La actriz y el duque fueron felices ante la noticia de su primer hijo, el embarazo y el alumbramiento fueron días maravillosos para ambos. Todo se complicó después del nacimiento de su primogénito Terry Granchester. El duque no entendió lo que pasó hasta después de varios años. Un asesino silencioso que afecta a tantas mujeres. La depresión posparto.
Y ahora de la nada venía Candy, y quería que hablase con su progenitor, para que entonces ella le diera una oportunidad de ser escuchado «pides misericordia de ella y tú eres incapaz de darle eso a tu padre» escuchó una voz decirle al oído. Solo sacudió su cabeza.
—Está bien lo haré si eso es lo que tú quieres —pronunció en voz alta—. Tu vales la pena y cualquier precio a pagar. Lo haré —le grito mientras la miro alejarse de las caballerizas.
Ella solo se volteó y le dijo:
Tienes solo está temporada del campeonato, si no lo haces en estos meses, olvídate de que hablemos.
—¡Esto es injusto! sabes que no podré hacerlo cuando estamos viajando de un lugar a otro, tú mejor que nadie sabes que son 23 carreras y nueve meses de un ajetreo total.
—Si, lo sé, pero creo hacer el intento, es mínimo lo que mereces comparado a lo que tú me hiciste a mi ¿No lo crees?
—¡Hablemos ahora!
—¡No!
—Ve con Albert, tal vez tu padre esté aquí, y si no mal recuerdo, la mayor parte del tiempo él está en Montecarlo, ahí tendrás oportunidad de verlo y hablar.
Candy recordó que ese fue el lugar donde cometiera la locura de amor de casarse con Terry.
Pero también sabía que era un lugar donde empezaría la separación de padre e hijo, por lo poco que le llegó a contar cuando fue su esposa.
Ella solo continuó caminando y lo dejó totalmente pensativo
—Todo saldrá bien Candy, haz hecho un excelente trabajo no solo para la Renault, también para la escudería McLaren, nuestro padre estaría muy orgulloso de ti hermana —le dijo en un abrazo su hermano Albert, al mirarla muy preocupada.
—No lo puedo evitar, siento un gran vacío en mi estómago, no quiero defraudarte a ti y a todo el equipo, mucha gente depende de todo esto.
—No, no lo harás, todo está muy bien, disfrutemos de esta la primera carrera de la temporada.
—Creeme Albert, siempre he disfrutado de las carreras de F1 y todo lo que tenga que ver con este mundo del Automovilismo; es solo que en estos momentos hay demasiado en juego. La reputación de nuestro padre, su trabajo de años, hay momentos que no sé si voy a ser capaz… los patrocinadores nos tienen en la mira. Espero que Niko sea de los primeros tres finalistas, nos queda mucho por delante para poder ganar este campeonato.
—No te preocupes, todo saldrá bien, pero también está preocupación es por alguien llamado Terrence Granchester, ¿no es así? Ahora es tu rival, me puedo imaginar todos los sentimientos encontrados que tienes en este momento.
—No quiero hablar de él, —dijo con dolor en su pecho.
Ella quería sonar indiferente, pero lo cierto era que le afectaba mucho saberse cerca de él y a la vez estar tan lejos. «Debo sacarlo de mi mente y corazón solo nos hacemos daño»
Pensó minutos antes de empezar la carrera.
—Esta bien hermana, disculpame soy un idiota al mencionarlo. Concentremos, la carrera está por comenzar. Ambos se pusieron los auriculares y se dirigieron a las pantallas.
Expectación se propagaba en la multitud, el banderazo de salida estaba apunto de anunciar el inicio del campeonato F1.
—Señoras y señores bienvenidos al campeonato 2021, es la primera carrera de la temporada ¿acaso este año Renault volverá a ser campeón con su piloto Niko Hukenberg?
¿Oh tal vez Terry Granchester contra todo pronóstico nos dará la gran sorpresa después de un año de no correr? Y de ese accidente tan trágico donde murió su mejor amigo.
¿Eso lo afectará mental y emocionalmente?
—Amigo Jimmy —respondía el otro comentarista—. Más bien me preguntó. A escaso un año de su accidente, es sabido que Terry Grandchester quedó mal de su rodilla izquierda, todos sabemos que los pilotos hacen un gran esfuerzo con su pierna izquierda al frenar, sabemos que son nueve meses donde ellos no tienen descansó, más de veinte ciudades. Esa es la pregunta ¿Acaso resistirá la presión su cuerpo? Es muy reciente su recuperación.
—Tienes mucha razón, no nos queda más que esperar, quien será el campeón de este año, los mejores equipos son en estos momentos. McLaren, Renault y Ferrari, pero al final en el automovilismo es como lanzar una moneda al aire.
Con el traje puesto y casco en mano Terry estaba apunto de subir al auto, sintió un vuelco en el estómago y recordó todo lo sucedido la última vez que corriera. Las palabras de Charly, su traición, empezó a sentir un dolor en el pecho mientras Stear le daba instrucciones.
—Hoy cederemos en las vueltas Terry, no debes forzarte, reconoce tu cuerpo y el automóvil, se uno con él, si sientes alguna falla que no me muestre las computadoras, sal a los pits o dimelo.
—Estoy bien, no te preocupes.
Subió al auto y se preparó para el banderazo de salida. Él tenía tantos sentimientos encontrados, la mujer que amaba ahora no solo le pedía un imposible. Hablar con su padre, sino que ahora era su rival. Sabía que si triunfaba sería la ruina para ella y Renault, había leído en los diarios, sobre Candy Ardlay, todos creían que ella al ser mujer no haría un buen papel, con un legado tan grande como el de su padre. La amaba y se arrepentía tanto de todo lo sucedido.
Es el temor de todo piloto antes de arrancar, ver tu vida en treinta segundos y pensar por un momento en que tal vez no podrías terminar la carrera.
Sacudió su cabeza ante los pensamientos negativos, nunca los había tenido y no iba a empezar ahora. El correr para él había sido su vida, era lo que le daba paz, debía concentrarse.
Con sus emociones al tope el empezó a sentir ese golpe de adrenalina, pisó el pie derecho en el acelerador y el zumbido que lo hipnotizaba desde niño haciendo eco estaba presente con su arranque y el de los demás carros.
Muy bien Terrence —le decía Stear, haz cedido en cada curva y las computadoras indican que todo está bien, tres vueltas más y será tuya está carrera.
—¡Creo que algo anda mal! No ajustaron una llanta en el cambio.
—Las computadoras no señalan nada Terry, ¿Estás seguro?
—¡Si, si! No puedo continuar.
—Esto es increíble señoras y señores a tan solo dos vueltas de que McLaren fuera el primer ganador de la temporada, algo ha sucedido con el auto de Terry Grandchester. Si, si no lo puedo creer después de estar liderando parecía que la carrera sería de él. ¡Niko Hukenberg! Es el ganador, Renault nos da la sorpresa. ¡Increíble! Terrence Granchester no subirá al podium hoy, pero esto es la fórmula uno todo puede suceder.
Candy quedó anonadada ante la falla del motor de McLaren, fueron sus deducciones. Todos gritaban y se abrazaban en el módulo de la escudería Renault, el primer triunfo del campeonato. Su hermano Albert la felicito abrazándola, ella sonreía pero por dentro tenía un hueco en el estómago, «Algo no está bien, Terry debía ser el ganador y de la nada paró el auto. Le preguntaré a Stear» pensó.
—Felicidades hermana, te lo dije que todo saldría bien, prepárate los periodistas te harán muchas preguntas en la rueda de prensa después de la premiación.
Candy miró a lo lejos la premiación, y se dirigió al lugar donde se daría la rueda prensa. Todas las preguntas fueron al piloto ganador de ese día, junto con el segundo y tercer lugar. A ella la ignoraron los periodistas seguían teniendo cierto recelo por ser mujer y estar a cargo de un imperio como Renault. Internamente lo agradeció, no tenía cabeza para pensar, no podía dejar de pensar que fue lo que le pasó a Terry. Al finalizar varios periodistas se acercaron a Terrence Granchester, que se encontraba ahí mirando la entrevista.
—Dinos Terrence ¿qué es lo que pasó? ¿Es cierto que fue el motor que construyó MacLaren para ustedes? No crees que esa es una gran ventaja que ellos tienen sobre ustedes.
—No voy a responder a eso, mi equipo técnico está investigando.
—Oh acaso es… —se escuchó una voz femenina conocida por él. Susana Marlow. —Nos hemos enterado que tú estuviste casado con la señorita Ardlay Renault. ¿Acaso le estás haciendo el favor a Renault, tratos ocultos que nosotros no sabemos.
—Vaya, tenías que ser tu, señorita Marlow, —respondió molesto—. Creeme en lugar de ser reportera de deportes, creo te equivocaste debiste ser de la farándula y chismes. —se escucharon varias risas en el recinto—. No voy a contestar esa pregunta estúpida, quieres saber algo sobre mi equipo o la falla del auto aquí está mi jefe técnico Staer Cornwell, pregunten a él todo lo que quieran.
Terry dejó a Stear, con todos los reporteros y salió de aquel lugar con paso firme.
Unos ojos verdes observaron toda la escena, pensó ir tras él pero escuchó la voz de Niko llamarle.
—Boss esto merece un festejo, te invito una copa.
—No creo Niko, estoy cansada.
—Anda vamos, solo será una, lo merecemos.
Está bien pero solo será un trago y es todo.
—Lo que usted diga Boss.
—¡Niko! Soy Candy, estamos.
—Está bien, está bien, solo estoy jugando no te enojes, deja me voy a cambiar y te veo en el estacionamiento, sé dónde está tu auto.
—Te espero entonces —respondió la rubia.
Unos ojos azules observaron toda la escena de la pareja del encuentro en el estacionamiento. Observó como Niko le abrió la puerta del carro a la rubia caballerosamente para irse con él.
Terry pudo sentir celos inmediatamente.
—¡Ese estúpido! que se cree, que después del triunfo de hoy, también la puede tener a ella.
Puso el motor en marcha y decidió que los seguiría debía averiguar qué harían.
Gracias a todas y cada una de ustedes ? hermosas lectoras, por haber esperado todo este tiempo. Les agradezco sus mensajes privados como cada comentario y estrella que han dado a esta historia que solo me rondaba la cabeza por un largo tiempo, pero como saben hemos vivido tiempos difíciles el COVID-19 vino a cambiar nuestra manera de vivir, hijos en casa, tareas en línea, los deberes del hogar, el trabajo, cuando menos ví los días se convirtieron en meses. La pérdida de seres queridos que no se sentarán a la mesa está navidad con nosotros. Esto es un pasatiempo para mí, empecé a escribir después de una pérdida, quien me conoce sabe mi historia, el mundo de las escritura fue un desahogo a mi vida, y en ese proceso conocí maravillosas amigas en este fandom estoy muy agradecida a la vida y a Dios por todas las bendiciones. Gracias otra vez por su apoyo con cariño Saadesa.
