Capítulo 5
* * * P.V.G * * *
Cierro la puerta de mi habitación tras comprobar que llevo todo lo que necesito en los bolsillos de la chupa que Airi me regaló, y me encamino hacia la salida de mi casa, pero no llego a pisar el vestíbulo cuando uno de los hombres de mi padre se acerca a mí.
-Su padre le está esperando. Tiene algo para usted, será breve. –Añade al ver mi cara, sabiendo que estaba a punto de marcharme.
Asiento aún a ceño fruncido, no sabiendo qué esperarme, pero camino hacia el salón tras dejar el casco de la moto sobre un mueble, y veo a mi padre de espaldas a mí, rebuscando en una mesa.
-¿Qué pasa? –Pregunto, haciéndole saber que estoy ya aquí. Él se gira tras unos segundos, con un sobre en la mano.
-Ven, siéntate. Voy a darte por fin mi regalo de cumpleaños. Las cosas se demoraron unos días de más; cosas burocráticas.
Se sienta frente a mí con su típica indiferencia hacia el mundo mientras deja el sobre en la mesa que tenemos delante, y yo dudo unos instantes en cogerlo, pero finalmente lo hago cuando nuestras miradas vuelven a encontrase, y mi padre interroga con la suya impregnada con ese toque vacilón que tiene.
Abro el sobre sin tener ni idea de qué es lo que hay dentro, observando un par de folios doblados que paso a desplegar para leer el contenido. En cuanto entiendo lo que estoy leyendo mi cara cambia, sintiéndome realmente sorprendido. Es la escritura del bar a mí nombre.
-¿Me has comprado el bar? –Pregunto, alzando los ojos para mirarlo. Él continúa totalmente tranquilo, cómo no.
-Sí. Ya tenía una parte, ya lo sabes. Pensé que te gustaría poder regentarlo. La mecánica está bien, pero no eres de los que puede soportar por mucho tiempo tener un jefe, Genji. Y como siempre te has pasado allí la mayor parte del tiempo, y sé que te gusta, pensé que podría ser un buen regalo. Ushiyama y el resto de la plantilla siguen contratados, tú puedes hacer los cambios que consideres, y por supuesto, si aceptas, el local deja de estar bajo la influencia de los Ryuseika; nada de comisiones ni relación con nosotros. Está limpio, completamente legal todo.
Me he quedado sin palabras. Esto es un gran cambio para mí, y la primea sensación que he tenido ha sido de vértigo. Yo ocupándome del bar, como máximo responsable. Pero pronto todo aquello queda empujado por la ilusión y la adrenalina del momento. Es una oportunidad cojonuda, algo que realmente me apetece y me veo haciendo a largo plazo, ¿por qué no?
-¿Qué contestas, Genji? –Mi padre vuelve a hablar al verme tan callado, levantándose a la vez para buscar su tabaco-. Deberías darte prisa, no querrás tener a tu novia esperándote toda la noche.
Sin hacerle esperar me levanto, hablando con firmeza a la vez que él se gira y se enciende el cigarro.
-Sí, acepto. Muchas gracias, es un gran regalo.
Él asiente mientras exhala el humo, diciéndome que Ushiyama está al tanto de todo y se encargará del bar hasta que yo pueda dejar mi trabajo en el taller. Aprovecho para acercarme hacia él cuando está hablando, y sin pensarlo mucho lo abrazo, separándome rápidamente tras palmear su espalda con fuerza.
Durante unos segundos veo cruzar por su mirada un sentimiento extraño que pronto desaparece, y pronto recupera su actitud, devolviéndome la palmada en el hombro antes de hablar.
-Vuela, cuervo.
No puedo evitar sonreír levemente mientras asiento, dirigiéndome después hacia la salida tras recoger el sobre con las escrituras, y guardarlo en el bolsillo interior de mi chaqueta. Sé que está orgulloso de que haya decidido tomar este camino tiempo atrás y mi vida siga avanzando. Ese es el destino de todo el que quiere ser libre, volar y cambiar.
Mientras subo las escaleras que llevan al piso de Airi saco el sobre que contiene las escrituras, volviendo a pensar en ello de nuevo, sonriendo satisfecho a la vez que llamo a la puerta y Airi abre rápidamente.
-Hola, ¿Qué traes ahí? –Pregunta cuando le enseño el sobre, dándoselo para que mire los papeles.
-Es el regalo de cumpleaños de mi padre. Me lo ha dado antes de venir para acá.
-Oh, Dios... ¿Eres dueño del bar ahora? ¿Has aceptado? –Pregunta tras leer, mirándome totalmente sorprendida.
-Claro que sí, es perfecto. Mañana mismo hablaré con el del taller para dejarlo. Voy a ser un hombre de negocios. –Me burlo mientras se acerca a mí con una gran sonrisa, besándome mientras me felicita.
Tras responderle al beso y separarnos nos sentamos en el suelo, y paso a cambiar de tema, sabiendo que anoche habló con Serizawa de lo de sus padres.
-¿Qué tal con tu hermano? ¿Qué pasa mañana al final?
Airi suspira cambiando su semblante, hablando acto seguido.
-Tamao ha accedido. Mañana cenaremos todos en casa de mi tío. No sé yo cómo saldrá todo esto... Sé que Tamao no dirá nada, pero como mi padre diga algo, él no va a callarse y se liará.
-Imagino. Sé como es tu hermano. –Le respondo mientras saco mi tabaco del bolsillo de la chaqueta, volviendo a dejarla en el suelo después.
-Prefiero no pensar en nada de eso. Ya veremos qué pasa mañana. –Hace una pausa para quitarme el cigarro y fumar, cambiando de tema después de soltar el humo. –Bueno, ¿y cuál va a ser tu primer movimiento como empresario?
-Le diré a Ushiyama que me enseñe todo lo que necesito saber para llevarlo, en cuanto a cambios no creo que haya muchos; las cosas parecen ir bien como están. Lo único que cambiará es que de vez en cuando estaré dentro de la barra en lugar de fuera.
-No me imagino eso. ¿Vas a ser capaz de aguantar ser simpático todo el rato con tus clientes? –Se burla mientras sonríe, pasándome el cigarrillo.
-Bueno, también podría contratar a alguna camarera que esté buena y ocupe mi lugar. A fin de cuentas, soy el jefe, ¿no?
Ella me devuelve la sonrisa de forma maliciosa, centrando sus ojos en mí mientras habla acercándose.
-Si haces eso, más te vale buscar trabajo que hacer mientras tu querida camarera buenorra está ocupada, o tú y yo vamos a tener problemas.
-¿Eso era una amenaza? –Me río, a la vez que ella se acerca peligrosamente a mí, asintiendo con una sonrisa-. Vas a tener que perfeccionar tus métodos para asustarme.
-No deberías subestimarme, Takiya. En realidad, no sabes de lo que soy capaz.
Su susurro tan cerca de mi oído derecho mientras sus manos desabrochan lentamente mi cinturón, hacen que me encienda al instante, buscando sus labios con pasión, a la vez que la atraigo hacia mí.
Airi pronto pierde la delicadeza y termina de desabrochar el cinturón rápidamente, pasando después a instarme con prisas a quitarme la camiseta negra, con lo cual cambio de postura a la vez que ella para hacerlo, quedando ambos de rodillas sobre el suelo.
Tras separarnos después de otro ardiente beso, me pongo de pie y la obligo a imitarme, desnudándola con brusquedad en pocos segundos mientras ella trata de hacer lo mismo conmigo. Cuando ambos estamos desnudos me separo de sus labios un instante para cogerla a horcajadas y dirigirnos hacia el dormitorio, donde voy a demostrarle que el resto me dan igual.
Cuando abro lo ojos me doy cuenta que estoy solo en la cama y mi ropa está sobre una silla en el cuarto. No obstante, no me levanto al escuchar las pisadas de Airi acercarse hasta que entra en la habitación. Me sonríe cuando me ve despierto, pasando de ir hacia el pequeño escritorio para sentarse a mi lado.
-¿Llevas mucho despierta?
-Hará una hora. Estaba estudiando. –Me responder mientras se recuesta sobre mí, besándome fugazmente en los labios para seguir descendiendo por mi cuello, llegando al pecho.
-¿Quieres repetir lo de anoche?
-Me temo que no va a poder ser –responde tras reír, volviendo a mirarme mientras me acaricia la cara-. Yo tengo que estudiar antes de quedar con mis padres, y tú tienes que llamar a tu jefe y hablar con Ushiyama.
-Odio cuando tienes razón. –Sentencio después de unos segundos de silencio, pasando a abrazarla a la vez que vuelve a reír.
