Capítulo 13
* * * P.V.G * * *
Todos estamos en silencio total ante la lápida de Tokio después de que haya acabado el funeral, y sólo el graznido de los cuervos rompen la paz del cementerio. Cuervos, qué oportuno. A Tokio le hubiera gustado.
Aprieto la mandíbula cuando pienso en ello, en que esa puta enfermedad al final haya acabado matándolo, pero al menos me consuela saber que lo hizo entre sus amigos y no en una jodida cama de hospital. Vamos a echarlo mucho de menos. Esto ha sido un golpe duro para todo el grupo, algo visible en las caras de todos.
Los familiares de Tokio han sido los primero en dejar el lugar, y es que la madre de Tokio casi acaba desmayándose allí mismo, no pudiendo soportar más el dolor de haberlo perdido. Lo mejor que podían hacer era sacarla de allí.
Ahora que sólo estamos sus amigos me fijo en las caras de todos, pero sin duda el que peor aspecto tiene es Serizawa, y lógicamente porque era su mejor amigo, al que encima vio morir con total impotencia sin poder tener la oportunidad de ayudarlo.
Su cara está rígida en una mueca triste y enfadada. Ni siquiera ha llorado o cambiado aquella expresión, y creo que es, o bien porque ya lo ha hecho en la intimidad, o porque aún está asimilando toda esta mierda y no ha podido romperse. No obstante, Ruka y Airi han estado a su lado desde el comienzo, y aún continúan mientras los chicos dejan cosas sobre la lápida y los tres los miran casi con la misma expresión de tristeza.
Poso mis ojos en Airi en último lugar. Aunque lleva gafas de sol negras para taparse los ojos, soy capaz de ver sus lágrimas surcando sus mejillas, y rápidamente mi mente recuerda lo ocurrido en estos últimos días, llegando a la conclusión de que está ocultándome algo que de verdad está jodiéndola; esa misma cara triste es la que ha estado mostrando los últimos días, con lo que no puede poner de excusa la muerte de Tokio.
Pocos minutos después todos empiezan a despedirse los unos de los otros para desaparecer silenciosamente del cementerio, y continuar con sus obligaciones, sin duda sin poder desprenderse de aquella sensación de vacío de dentro que tardará en desaparecer. Airi se acerca a mí despacio, cuando Makise se despide de mí.
-¿Estás bien? –Me pregunta mientras me acaricia la mejilla derecha, quitándose las gafas.
-Sí, tranquila. ¿Y tú?
-Sí. Tengo que irme a la universidad, y después iré a ver a Tamao.
-Puedo recogerte en casa de tu tío. Hoy cierra Ushiyama y salgo pronto. –Respondo para hacerle ver que quiero quedar, aunque ella no parece muy contenta.
-Vale. Llámame cuando salgas.
Yo asiento cuando ella finalmente acepta, pasando a besarla a la par que le digo en un susurro que la quiero, vislumbrando que le cuesta responderme, haciéndolo con una voz trémula que no comprendo. ¿Qué coño le pasa?
Me quedo pensado en ello mientras la veo avanzar hacia Tamao y Ruka, despidiéndose de ellos con un breve abrazo para después salir rauda del cementerio. Esto no puede seguir así.
* * * P.V.S * * *
-Tamao, ha venido Airi a verte.
La voz de Kenta ni siquiera me distrae, y es que no estoy pensando nada. Todo está en blanco, vacío. Nada me importa, no hoy.
Poco tiempo después aparece Airi en mi cuarto, cerrando suavemente para después sentarse a mi lado en la cama. En cuanto habla siento su tensión.
-Tamao, si quieres estar solo me iré, no quiero molestarte.
-No me molestas, pero tampoco puedes ayudarme, Airi. Tokio no va a volver. –Murmuro de forma oscura, sintiendo que mis ojos se humedecen, pero no logran llorar porque ya no me quedan más fuerzas después de las horas pasadas.
-Lo sé, y lo siento muchísimo. Sabes que me tienes si necesitas algo, lo que sea.
Asiento y trato de sonreírle levemente, apretando una de sus manos un segundo para darle las gracias, pero Airi pasa a abrazarme inmediatamente sin darme otra opción, y no sé por qué, pero aquel gesto me hace llorar.
Tras concederme unos minutos de debilidad a mí mismo, me seco las lágrimas velozmente después de romper el abrazo, vislumbrando que ella hace lo mismo.
-¿Y a ti qué es lo que te pasa? ¿Genji ha hecho algo mal? –Cambio de tema para evadirme, recordando que ella lleva rara varios días. Me mira uno instantes sin decir nada, y vuelvo a insistir. –Venga, Airi. Suéltalo. Cuéntame qué está pasando, yo también quiero ayudarte a ti.
-Puede que esté embarazada.
No me jodas, eso sí que no me lo esperaba. Me quedo callado mientras pienso en qué decir, procesando la noticia a la vez que ella inspira con fuerza.
-¿Por qué no te haces la prueba? –Consigo preguntar, mirándola de nuevo.
-No soy capaz de enfrentarme a la realidad.
-Pero, ¿cómo has dejado que esto llegue a pasar? –Pregunto sin entender nada, sabiendo lo responsable que es. Ella alza la voz con algo de enfado.
-Desde luego no he dejado que pasara, Tamao. Con lo que ha estado pasando he olvidado mis pastillas y cuando me di cuenta... bueno, era tarde.
-Bueno, tranquila –digo suavemente al ver su desesperación-. Hazte la prueba y saldrá de dudas, Airi. Es lo que debes hacer. Y hablar con Genji. Sabe que te pasa algo y está comiéndose la cabeza.
-Lo sé, me he dado cuenta... Viene luego a recogerme. Dios, no sé cómo decírselo, Tamao.
Airi se lleva las manos a la cabeza mientras suspira sonoramente, pero le quito las manos de la cara para que me mire, hablándole con firmeza.
-Eh, oye. Genji no va a salir corriendo, pase lo que pase estará contigo. Te quiere de verdad, Airi. No tengas miedo. Seguramente se acojone también, pero no es un gilipollas.
Ella asiente y trata de relajarse, limpiándose una lágrima que rueda por su mejilla, hablando en un susurro asustado poco después.
-¿Me acompañas a comprar un test de embrazo?
Yo asiento y paso a abrazarla con fuerza, susurrándole que todo saldrá bien. Espero que así sea.
* * *P.V.A * * *
Noto cuando abro la puerta de mi casa con Genji a mi espalda que estoy temblando, e imagino que él también notará mi nerviosismo. No obstante, no dice nada y me sigue en silencio al interior, donde paso a hablar sin aguantar más tal presión.
-Genji, tengo que decirte algo. –Suelto sin quitarme la chaqueta ni siquiera, haciendo que él se sorprenda al oírme tan ansiosa, asintiendo mientras se quita la suya y habla.
-¿Es por lo que has estado tan rara estos días?
-Sí, es exactamente eso. Verás yo... sabes que tomo la píldora y eso… y bueno, con los problemas de la última semana se me olvidó completamente, así que hemos estado haciéndolo... sin protección.
Cuando termino de soltar aquello me atrevo a mirarlo a los ojos, encontrando miedo y una gran sorpresa, pero sé que está luchando por mantener la calma para hablar tras echarse el pelo hacia atrás con una inhalación profunda de aire.
-¿Estás embarazada?
-No. –Me adelanto a responder tras su murmullo cargado de temor. –Bueno, en realidad no lo sé todavía. Iba a comprobarlo ahora.
Camino hacia la encimera de la cocina, sacando el predictor de mi bolso para enseñárselo, tragando saliva con gran dificultad mientras intento descifrar su mirada. Me tiene muy tensa, acojonada, pero al ver que sigue allí anclado asimilando el problemón, me disculpo diciendo que voy a hacerme la prueba, y es entonces cuando él habla antes de que me vaya.
-Pase lo que pase estaremos juntos en esto. Podremos con lo que sea.
Asiento a la vez que la presión estalla en mí y comienzo a derramar lágrimas, desapareciendo después por la puerta del baño.
Cuando salgo con el cacharro en la mano siento que el corazón me va a explotar, y al ver a Genji apoyado en la encimera, de pie y con la mirada perdida mientras fuma, sé que le pasa lo mismo.
-¿Qué dice? –Pregunta al verme, acercándose rápido.
-Hay que esperar unos minutos, pronto lo sabremos. –Digo mirándolo, tratando de sonar calmada. Él vuelve a fumar con ganas y cuando suelta el humo habla algo aturdido, mirándome como si hubiera hecho algo mal.
-Quizás no debería fumar hasta que no sepamos algo...
Yo niego con la cabeza, dándole permiso mientras rezo con fuerza para que salga negativo, posando mis ojos en el objeto hasta que veo que cambia por fin.
Aunque ocurre en un segundo a mí me parece que va a cámara lentísima, pero finalmente pasa la transición y salen las marcas que confirman que es negativo, haciendo que respire de nuevo con un alivio nunca antes sentido.
-¿Qué pasa? –Pregunta Genji asustado al verme llorar, cogiendo el predictor, pero sin entender nada. Yo lo abrazo por sorpresa, sollozando cerca de su oído.
-No estoy embarazada, es negativo.
Su cuerpo se relaja automáticamente después de mis palabras, y pasa a devolverme el abrazo sin decir nada, suspirando como nunca antes.
