Capítulo 15

* * * P.V.S * * *

Doy una profunda calda al cigarro nada más encenderlo y salir de la estación, caminando por las calles menos transitadas para que nadie me vea fumando y vengan a joder.

He quedado con Ruka en el bar, donde estará ensayando la actuación del fin de semana antes de que abran al público dentro de media hora. La verdad es que no me apetece nada quedar con nadie, pero no puedo ignorarla más tiempo, no sería justo. A pesar de todo no quiero hacerle daño, no a ella.

Alzo la valla metálica mientras agarro el pitillo con la boca, pasando con desgana y volviendo a agacharla, pasando dentro del local vacío donde veo a Ruka en el escenario hablando con dos bailarinas sobre pasos de su coreografía, y a Genji y Ushiyama tras la barra, hablando sobre algo mientras miran unos papeles, que supongo serán cuentas.

Saludo a Ruka con la mano y una leve sonrisa que me obligo a esbozar, acercándome a la barra mientras fumo con un deje de ansiedad.

-Hola. –Saludo escuetamente, sentándome en un taburete y girándome hacia el escenario un poco.

-Seguiré yo, no te preocupes. –Dice Ushiyama a Genji, cogiendo los papeles y saliendo de detrás de la barra para irse a una de las mesas de arriba.

-¿Qué tal? –Pregunta Genji poniéndome una cerveza, que yo le agradezco con un gesto de cabeza mientras apago el cigarro en un cenicero cercano.

-He estado mejor, pero voy tirando, gracias. ¿Todo bien por aquí? –Me adelanto antes de que pueda decir nada, aunque es Genji, no se le da muy bien eso de consolar.

-Por aquí todo como siempre. Oye –dice tras un silencio, haciendo que lo mire-, deberías hablar con Airi por lo del otro día; sólo quiere ayudarte.

Me trago mi mal humor ante su comentario, ya que sé de sobra que me pasé con ella y toda esa mierda, respondiendo con indiferencia mientras busco mi tabaco y evito mirarle.

-Lo sé. Últimamente se me están acumulando las personas a las que pedir perdón.

Genji no responde, simplemente asiente y yo lo agradezco internamente. Soy consciente de todo lo que me está pasando, y de que es por lo ocurrido con Tokio, pero siento tanta rabia que no quiero pagarlo con nadie que no lo merezca, como mi hermana o Ruka, que son las más pesadas, y por eso quiero que me dejen en paz hasta que mi dolor remita.

Enciendo el nuevo cigarro y fumo vislumbrando que Ruka parece haber acabado con el ensayo, despidiéndose de las chicas que la acompañan, pero me giro para mirar a la barra cuando escucho la voz de la nueva camarera hablarle a Genji.

-¿Genji, dónde habéis puesto ese whisky de importación?

-Creo que está en la balda de arriba, en la primera estantería del almacén, en la de la derecha.

-¿De verdad? He estado mirando y no lo he visto.

Él la mira un instante y dice muy seco que su tío lo dejó allí finalmente ayer, pero ella al ver que Genji la ignora de nuevo se acerca volviendo a hablar, y me deja flipando con el tono que usa, y lo cerca que acaba. Está claramente ligando con él.

-¿Por qué no vienes al almacén conmigo y me lo enseñas? Igual necesito un poco de ayuda; está muy alto.

Theia va a saco, e incluso se atreve a jugar con sus dedos en la abertura que tiene la camisa de Genji en el pecho, haciendo que él termine apartándola tras un instante, diciéndole que vaya al almacén y ahora irá a ayudarla.

La chica se marcha tras sonreír con picardía al notar su nerviosismo, y Genji abandona la barra para decirle a Ushiyama que vaya a ayudarla. Antes de que vuelva a meterse tras la barra, hablo mirándolo fijamente, sin rastro de mofa en mi voz.

-¿Qué opina mi hermana de que consientas que te hable y actúe de ese modo contigo? Espero que no se te ocurra hacer nada con ella.

Genji se acerca con cara de enfado, ofendido por mi amenaza e insinuaciones, hablando con mi mismo tono.

-Sé lo que tengo que hacer y lo que quiero; no te metas donde no te llaman y ocúpate de tus asuntos.

-Si haces daño a mi hermana de alguna forma, pasa a ser asunto mío, y te aseguro que vas a tener problemas. –Le digo cuando estoy a su altura, abandonando la silla.

El ambiente se caldea y noto como su rabia aumenta, acercándose más a mí hasta hablarme en un murmullo malhumorado.

-Sigue por ahí y los problemas vas a tenerlos tú. No vengas a tocarme los huevos, Serizawa, porque yo tampoco estoy de humor. Ocúpate de tus putos asuntos y deja de joder a los demás.

No pienso más que en la rabia que me inunda interiormente, y dejándome llevar por ella le doy un rápido y potente puñetazo en la cara, haciendo que se tambaleé y se agarre en la barra, volviendo al instante a por mí, consiguiendo devolverme el golpe.

Rápidamente nos perdemos en una vorágine de puñetazos hasta que Ushiyama, Ruka y Theia nos logran separan entre gritos.

Ambos nos miramos aún con odio, aunque estemos separados, ignorando las palabras de los presentes. Yo me suelto bruscamente del agarre de Ruka e ignoro sus palabras para dirigirme veloz a la salida y abandonar el local con muy mala leche, pensando en que le jodan a todo el mundo.

* * * P.V.G * * *

Entro en casa y sin decir nada me voy directo a mi habitación. No estoy de humor para que mi padre me vacile ni me pregunte cosas.

Tiro la chupa de cuero sobre la silla, sintiendo aún cabreo por lo ocurrido hace horas con Serizawa. Todos tenemos mierda en la cabeza, y todos sentimos la muerte de Tokio, no tiene por qué pagarlo con el resto si no puede gestionar sus problemas.

Me siento sobre la cama tras quitarme la camiseta al sentir calor y poso la vista en el reloj de la pared. Mierda, había quedado en ir donde Airi al salir del bar. Lo había olvidado.

Me levanto para buscar mi móvil en los bolsillos de la chaqueta, pero no lo encuentro tras comprobarlo varias veces, e incluso en los bolsillos del pantalón negro que llevo puesto. Joder, he debido olvidármelo en el bar con todo el jaleo. Airi debe estar histérica sin saber de mí y sin que la conteste al móvil, así que vuelvo a ponerme la camiseta y salgo del cuarto para buscar un teléfono y poder llamarla, pero cuando voy por el pasillo llaman a la puerta y desvío mi camino para abrir, avisando al hombre de mi padre que pretende hacerlo.

En cuanto abro me encuentro con Airi, quien cambia su cara de timidez al verme frente a ella, pasando a quedar sorprendida y asustada por las señales de la pelea en mi cara. Un corte en una mejilla y una herida en el labio inferior.

-¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? Creía que te había pasado algo con la moto. –Pregunta con miedo.

-Lo siento, me olvidé el móvil en el bar. Pasa y te lo contaré todo.

Ella me sigue sin decir nada hasta llegar a mi habitación, pero no se sienta ni siquiera y espera a que cierre la puerta y la mire, entonces se acerca y examina mis heridas tratando de no tocar la zona.

-¿Te has peleado con alguien, Genji?

-Sí –respondo con calma mientras agarro su mano y la aparto de mi para con delicadeza, centrándome en sus ojos antes de decirlo todo-. Con tu hermano. Vino al bar para ver a Ruka y tuvimos una discusión.

-¿Por qué? ¿Qué es tan serio como para acabar a golpes, Genji?

Aparto la vista de sus ojos al mirar hacia abajo, haciendo que mi pelo despeinado cubra mi cara. Imagino la cara que está poniendo ya, y yo por mi parte le echo valor para decirle la verdad.

-Fue por Theia.

-Por qué no me extraña... ¿Qué hizo? –Pregunta exasperada, quitándose la bandolera y la chaqueta, visiblemente enfadada.

-Lo de siempre, insinuarse sin demasiada sutileza. Tu hermano lo vio y empezó a decirme cosas que no me sentaron bien; en plan que iba a tener problemas si te hacía daño. Ya sabes cómo somos; acabamos calentándonos y nos liamos a puñetazos.

Ella se sienta en la cama mientras murmura un joder, llevándose una mano a la cara a la vez que suspira.

-Lo siento. Sé que está a la que salta, no debí seguirle el rollo. –Me disculpo sentándome a su lado, y ella pronto me agarra la mano para que la mire.

-Lo entiendo, tranquilo. –Airi me sonríe levemente mientras aparta el pelo de mi cara. –Te quiero, Genji.

Le mantengo la mirada unos segundos y paso después a besarla despacio para responderla, agarrando su nuca mientras profundizo el beso y lo hacemos más pasional. Airi se aferra a mí mientras sus manos acarician mi cara, descendiendo hasta mi pecho, es entonces cuando la recuesto sobre la cama y me pongo encima poco a poco sin parar de besarla.

Airi va subiéndome la camiseta hasta obligarme a deshacerme de ella, pasando entonces a recorrer con sus manos mi piel desnuda hasta llegar a mi pantalón y desabotonarlo, pero me detengo cuando escucho jaleo fuera, y después una voz clamar ayuda.

-¿Qué está pasando? –Pregunta Airi mientras se incorpora cuando me he quitado de encima, vistiéndome rápidamente.

-Voy a ver. Quédate aquí. –Digo antes de salir del cuarto, pero poco después siento que ella me sigue llegando hasta el vestíbulo.

En el salón mi padre y otros dos de sus hombres están colocando a un tercero en el sofá, pasando a taponar la herida que sangra abundantemente en su abdomen. Escucho como Airi susurra detrás de mí un Dios con sorpresa y miedo, pero las palabras cabreadas de mi padre la tapan pronto.

-Maldita sea, ese hijo de puta de Kuroki no sabe dónde se está metiendo.