Capítulo 19
* * * P.V.S * * *
Tras echar un rápido vistazo al pasillo de los baños del bar y ver que no hay nadie viéndonos, Ruka y yo entramos en el almacén del lugar rápidamente, y en cuanto cierro la puerta me giro para buscar sus labios, empezando a besarnos mientras nos deshacemos de la ropa del contrario con ansias.
-Estás loco. –Murmura mientras termino de quitarle el pantalón, desabrochándome el mío con una sonrisa por sus palabras. Hacer esto ha sido idea mía.
-Vamos, no me digas que no te pone.
No le doy tiempo a contestar cuando tiene que ahogar un gemido en el momento en que paso a tocarla, comprobando que está más que preparada para que empiece a penetrarla, con lo que no me entretengo y voy directo al grano sin poder aguantar más mi deseo, agarrándola para cogerla y poder hacerlo sin impedimentos por las alturas.
Cuando la escucho susurrar mi nombre siento una mayor excitación, sabiendo que está cerca de alcanzar el orgasmo, con lo que me concentro en ir más rápido y continuar hasta que acaba, corriéndome yo poco después mientras Ruka aún tiene sus dedos enredados en mi pelo. En cuanto la suelto y vuelve a estar en el suelo, habla tras besarme con pasión.
-Tenías razón. Vamos a tener que venir por aquí más a menudo.
-Habrá que hacer un calendario para no coincidir con mi hermana y Genji.
Ella sonríe ante mi broma y vuelvo a besarla con ganas, pero entonces la puerta se abre y nos encontramos con Theia, quien tras sorprenderse un segundo sonríe divertida tras ver en primer plano mi culo desnudo, y detrás de mí a Ruka sólo con el sujetador.
-Seguid a lo vuestro, la picadora del hielo puede esperar un poco más. –Comenta Theia antes de volver a cerrar la puerta y dejarnos solos.
-Te dije que nos iba a pillar alguien, Tamao.
-Oh, venga –hablo tras que ella me obligue a quitarme, empezando a recoger su ropa y vestirse-, es a mí a quién ha visto en pelotas, ¿qué más da?
-¡Es vergonzoso! No sé por qué te hago caso.
-Porque en el fondo eres igual de morbosa que yo.
Ruka me tira mis pantalones a la cara con un cabreo fingido mientras yo me río, viéndola desaparecer del almacén en cuanto está vestida, entonces al quedarme sólo empiezo a vestirme de cintura para abajo, saliendo mientras me abotono la camisa.
El bar ya está bastante vacío dadas las horas que son, ya que cerrarán en una media hora, y viendo que Genji me mira algo extrañado me acerco a la barra mientras me enciendo un cigarro, hablando en primer lugar.
-¿Qué pasa?
-Eso te iba a preguntar. ¿Qué le pasa a Ruka?
-Nada. Theia nos ha pillado follando en el almacén. La próxima vez tendremos que ir al de abajo. –Me burlo, para después darle una calada al cigarro, observando como Genji sonríe un instante. Unos segundos después cambio de tema. –Oye, ¿te llamó Izaki ayer por lo del cumpleaños de Makise?
-Sí, ya hemos hablado. El viernes que viene aquí a las 6. Abriremos un poco más tarde para tenerlo unas horas para nosotros.
-Cojonudo. Se lo diré a los chicos que vea mañana.
-Genji –Ushiyama nos interrumpe llegando hasta él rápido, y por su cara presiento que algo va mal-, abajo hay unos hombres preguntando por ti.
-Yo me encargo. Ushiyama, que no baje nadie pase lo que pase, ¿me oyes?
Ese comentario, junto con la seriedad de su cara me hacen arrugar el entrecejo, y me levanto del taburete para pasar al otro lado de la barra y seguirlo, hablando antes de llegar a las escaleras.
-¿Son esos tío de la mafia? Mi hermana me lo ha contado. –Agrego antes de que pregunte nada.
-Sí. Vete arriba con los demás.
-Eh, déjame acompañarte –agrego antes de que baje los primeros peldaños-. No es por ayudarte, sé que podrías con ellos tú solo, pero hace tiempo que no tengo una buena pelea.
Él me mira nos instantes y termina aceptando, diciéndome que no hable. Asiento y entonces empezamos a bajar por la escalera, viendo a los tres tíos husmeando en el estrecho lugar donde hay cajas y estanterías, incluso fuera de la sala pequeña que ejerce de almacén.
-¿Has traído refuerzos, Takiya? –Se burla el tío más grande de los tres, riéndose en la cara de Genji, quien se acerca para hablarle con un tono nada amistoso.
-No, sólo es un colega que tiene ganas de partirle la cara a algún cretino, y ha insistido en venir.
-Entiendo entonces que tu respuesta a la oferta de Kuroki es no.
-Entiendes bien, ya te lo dije la semana pasada.
-Igual me expliqué mal, chico. Si no lo haces por las buenas, tendremos que obligarte a hacerlo por las malas.
Genji y yo vemos como los tíos comienzan a moverse de nuevo mientras el grandote habla, y entonces empiezan a dejar caer al suelo algunas botellas que estallan al instante. El que parece el jefe vuelve a hablar al hacer parar a los otros dos de romper cosas.
-Te doy una última oportunidad para dejarnos de tonterías, chico.
-Dile a Kuroki que venga a decírmelo si tiene huevos.
Acto seguido de esas palabras de Genji, el grandullón vuelca una de las estanterías con rabia, haciendo que los otros dos hombres sigan con el caos, pero no tardamos en reaccionar y lanzarnos a por ellos, empezando a repartir puñetazos.
Genji va a por el jefe, y yo agarro al tío más cercano para empujarlo hacia atrás y tirarlo al suelo con fuerza, girándome raudo para esquivar la patada del tercero, a quien propino un puñetazo en la mandíbula que lo derriba.
Sin apenas darme cuenta el primer tío al que pegué se me echa encima, y al encararlo me da un puñetazo que impacta de lleno en mi ojo izquierdo, pero pronto me repongo y le vuelvo a dar en la cara, enzarzándonos de nuevo a golpes hasta que la voz del jefe hace que todos paremos.
-¡Suficiente! Perdiste tu oportunidad, Takiya. Prepárate para lo que te espera, mocoso.
El tío escupe en el suelo tras su colérica frase, limpiándose la sangre de la boca a la vez que con un gesto hace que sus secuaces lo sigan hasta la puerta trasera, saliendo y dejándola abierta. Aprovecho para mirar alrededor y contemplar el caos en la zona, pasando después a centrarme en Genji cuando habla con su característica templanza.
-¿Te apetece un whisky?
-Casi tanto como uno doble. –Contesto mientras me siento en el último escalón, llevándome la mano a la mejilla izquierda donde noto sangre.
Genji rebusca entre el caos del suelo y coge una botella medio rota donde se ha salvado parte del contenido color ámbar, y viene a sentarse a mi lado, pasándome la botella tras beber.
Cuando bebo dejo la botella a un lado y miro a Genji, quien con una mueca de dolor se lleva la mano al corte de su mejilla izquierda, maldiciendo por lo bajo. Segundos después hablo cuando he podido reflexionar sobre el asunto.
-¿Qué vas a decirle a Airi cuando te pregunte qué ha pasado? Sabes que acabará sabiéndolo.
Él guarda silencio un instante y se echa el pelo hacia atrás con un suspiro, volviendo a beber antes de responder.
-No lo sé, no sé qué decir ni qué hacer con esta mierda. Lo único que tengo claro es que esa gente va a dar mucho por culo a partir de ahora, y que Airi y yo vamos a estar lejos de nuestros días buenos. Ella no lo sabe, pero a uno de los hombres de mi padre que vigila la zona lo apuñalaron anteayer, y otro está en el hospital a causa de la paliza que le dieron. Le he dicho a mi padre que no quiero a su gente aquí, por eso hoy no había nadie.
-Ellos te tratan como si estuvieras bajo el control de los Ryuseikay. –Agrego, haciéndole entender que no sé que pretende discutiendo con su padre si el enemigo lo piensa. Es quitarse protección porque sí.
-Lo sé, pero si acepto que mi padre se meta, aunque sea de esa forma indirecta, entonces sí que lo estaré, y no me da la gana. Resolveré este asunto yo solo, y si hace falta iré a hablar con el tal Kuroki.
Guardo silencio al pensar en sus palabras. Realmente yo me sentiría igual que él y no querría que nadie resolviera mis mierdas, pero ciertamente el tema es más que jodido, y no me fío mucho de que la mafia resuelva sus movidas de la forma honorable, lo que le traerá problemas serios de verdad. Todo esto es una encrucijada para él, y mi hermana va a llevarlo más que mal.
-Siento que te esté pasando esta mierda. –Hablo al fin tras beber de nuevo, pasándole la botella y levantándome del suelo. –Lo único que puedo decirte es que guardaré el secreto, y si necesitas ayuda estaré ahí. Voy a decirle a Ruka que se marche con Theia a la estación, y así Ushiyama podrá ayudarnos a recoger todo este desastre.
Genji no me mira, pero suelta un sincero y alicaído gracias, que es totalmente revelador.
