Cuenta Regresiva: 26.280 horas

Somos o no somos

Bulma terminó de ponerse sus pendientes y miró el reloj de su mesita de noche, percatándose de que había terminado un minuto antes de la hora fijada por el saiyajin, a pesar de haber pasado por decenas de cambios de ropa. Se paró frente al espejo y revisó que todo estuviera en orden. Quería salir cómoda pero también quería verse linda, por lo que se había decantado por una mini falda y una blusa semi-transparente , dejando su cabello totalmente libre y su rostro maquillado de acorde a la ocasión. Eso sí, usó botines bajos para no sobrepasar al saiyajin y no incomodarlo, como notó aquella vez que negociaron el rastreador.

Se miró una última vez al espejo y comentó, mientras se ponía una chaqueta corta - Quedarás con la boca abierta, saiyajin gruñón.

En la sala, el saiyajin gruñón estaba instalado en el sofá y miraba el reloj mural cada cierto tiempo con impaciencia sintiendo como la vena de su cien comenzaba a aparecer.

Aun no se habituaba a la ropa formal terrícola, pero había aprendido que en ese planeta la gente "se arreglaba" para ir a algún lugar, por lo que se puso algunas de las cosas que halló en su armario. Esto era un jean, una camiseta manga larga, como las que veía que usaba la sabandija cuando no iba con su ridículo traje de entrenamiento, y sobre esto una chaqueta oscura.

Miró nuevamente el reloj y frunciendo profundamente se puso de pie, con la clara intención de marcharse "Hmn… al parecer esa torpe se arrepintió… ¿Estará sospechando algo? ¡Maldición! Parece que fui demasiado obvio". Apretó su puño derecho y avanzó hacia la salida, pero se encontró con Bunny, que lo miró de arriba abajo y le dijo - ¡Oh! Buenas noches, Vegeta… ¡Estás muy guapo! Acaso ¿vas a salir?

Él la miró solo un segundo para responder, decidido a cortar la charla y subir a su habitación a cambiarse – En este preciso momento, lo dudo...

La señora dio un aplauso y agregó - ¿Pero por qué no? ¡Si es una excelente idea! Ya llevabas muchos días encerrado y, si gustas, podría acompañarte…

-Hmn – hizo el hombre, mientras su ceño se fruncía aún más y cerraba los ojos, ignorando a la señora – Ya era hora que aparecieras… - Bunny se volteó al instante para ver con quién hablaba y una enorme sonrisa apareció en su rostro cuando vio que era Bulma la que aparecía por la puerta, vestida para salir también - Oh, ¿ustedes dos…? - El saiyajin la interrumpió tajante - No es una cita… si es eso en lo que está pensando…

A pesar de las palabras del hombre, la señora no dejo de sonreír - Bueno, diviértanse en su "no cita" y no vuelvan temprano… - diciendo esto les cerró un ojo y abandonó la habitación, tarareando una marcha nupcial.

-¡Tsk! – hizo Vegeta "cada día más loca"

Bulma se le acercó, y al igual que su madre lo miró de pies a cabeza - Veo que ya estás listo "Wow. ¡Si que se ve guapo!" tragó saliva y recobró la compostura para preguntarle - ¿Te parece si nos vamos? – terminó con casi un hilo de voz, intentando disimular su nerviosismo, mientras iba por sus llaves.

Vegeta la miró desconcertado "¿Qué le ocurre? Si piensa también que es una de esas estúpidas citas terrícolas la dejaremos creerlo si eso la hace revelarme el secreto de Kakaroto ja, ja, ja" Se sonrió involuntariamente y comenzó a avanzar hacia la salida – No digas obviedades… Hmn, supongo que caminaremos.

-No. Aprendí la lección y por lo mismo iremos en mi automóvil... Además no queremos forzar tu pierna – respondió ella, tomando sus llaves.

-Por si no lo recuerdas soy un saiyajin y podría irme volando y llegar allí en menos de un minuto…

-Y a ti se te olvida que llamaríamos la atención si llegamos volando…

-Supongo que por esta vez tendré que aceptar viajar en tu arcaico transporte…- le respondió burlón.

- Supongo que gracias… ¿Nos vamos?

-¿Tengo otra opción?

Ella rodó sus ojos y salió, seguida por el príncipe.

Bulma condujo en silencio por las calles, siendo iluminados de manera intermitente por los focos de color blanquecino. De vez en cuando, Vegeta miraba de soslayo a la muchacha llamándole la atención que estuviese tan callada, por lo que no se aguantó las ganas de fastidiarla – No sabía que podías guardar silencio…

-¿?... ¡Ah! Perdona… No es por nada en especial…- respondió ella, dándole una breve sonrisa. Aunque la verdad es que se sentía muy nerviosa y tenía miedo de que cualquier comentario pudiera iniciar una discusión que hiciera a su amigo arrepentirse de salir.

- Pues a mí me parece que estás muy tensa. Solo basta con ver como agarras el timón…

-No lo había notado… - dijo ella, mirándolo un instante – Pero la verdad es que es complicado de explicar… Solo olvídalo. Son cosas de mujeres… - y diciendo esto, la muchacha aceleró un poco pero enseguida sintió la mano del saiyajin sobre su brazo mientras le decía –Esta zona es de solo treinta. Si lo que quieres es no llamar la atención deberías ir más despacio…

-¿Cómo sabes eso?

-Estudié a fondo tu planeta, sin contar que acabamos de pasar una señal que lo indicaba – fue todo lo que le respondió mientras retiraba su mano del brazo la muchacha y volvía a mirar por la ventanilla de su lado.

Bulma se sorprendió, pero no dijo nada y simplemente bajó la velocidad, notando que ya estaban por llegar.

Se estacionó frente al bar y luego de descender, encapsuló el vehículo, y tal como la vez anterior, Bulma miró a todas partes antes de empujar una de las puertas, lo que hizo que el saiyajin sonriera, por un momento. Ingresaron y se ubicaron en una de las mesas del fondo, él con la espalda hacia el muro y Bulma a su derecha, quedando a unos cuantos centímetros de distancia. Ella aún estaba callada, más bien como ausente, pero la verdad era que su mente trabaja a mil por segundo "Esto es lo que estaba esperando… ¿por qué no me puedo relajar? Va a pensar que soy una tonta… ¡Pero estoy tan nerviosa!… Sin embargo, él mismo aclaró que esto no era una cita…Eso es, solo somos un par de amigos que salió a relajarse y a beber… ¡Pero esta es una oportunidad que no se volverá a repetir!... No, Bulma, cálmate y actúa con normalidad…" Relajó sus hombros y le sonrió, amistosa - ¿Lo mismo de la otra vez? - preguntó, con fingida naturalidad.

-Por supuesto… - respondió él, reclinándose un poco en la silla y levantando enseguida su mano para pedir de beber.

El lugar no estaba tan atiborrado como la vez anterior y esto tal vez se debía a que era un día de trabajo y no un fin de semana, sin embargo el ambiente era casi el mismo. Música, gente conversando siendo solo iluminada por las velas que estaban sobre las mesas y uno que otro solitario en la barra que era el único lugar apreciable iluminado con electricidad.

Después de que llegaron las jarras con el refrescante líquido, se quedaron bebiendo en silencio. Vegeta no encontraba como comenzar a sonsacar palabras a la escandalosa que, extrañamente, estaba menos escandalosa que nunca. Necesitaba darle esperanzas de cortejarlo y tenerla rogando por ser su pareja, pero dejando en claro que él no era un terrícola y por tanto establecería límites. Con eso se aseguraría de sacar a la sabandija y conseguir sonsacarle lo que supiera sobre la transformación de Kakaroto - Hmn… - hizo, llamando finalmente la atención de la peli turquesa - Este lugar está igual a como lo recordaba… ¿viniste sola en después?

Ella se quedó mirándolo. La única vez que había vuelto a ese lugar fue la noche en que descubrió a Yamcha con otra mujer - Sí… creo que vine una vez… ¡pero no quiero hablar de esa noche! – El saiyajin se sonrió, ya que recordaba a la perfección lo ocurrido y era un buen tema para sonsacarle palabras a la muchacha - ¿Fue la noche anterior a que mandarás al demonio al insecto? - le preguntó, medio en broma.

Ella abrió sus ojos sorprendida - Vegeta… ¿Cómo sabes eso? ¿Acaso me estabas espiando?

Él bebió un poco de su jarra antes de responder - No perdería mi tiempo en nimiedades como esa, y lo sabes. Pero es la única explicación lógica a que no quieras hablar de ello… Además, recuerdo que ese día llegaste tan ebria, que parecías soldado en día de paga, ja, ja, ja…

Ella se sonrojó por el comentario y también bebió un trago, confidenciándole enseguida, más relajada - ¿Sabes? De esa noche no recuerdo mucho, es decir, recuerdo lo importante…Pero ¡No sé cómo fue que llegué a mi cama!

Los ojos de él se entrecerraron, puesto que sabía perfectamente como había ocurrido todo. Recordaba la conversación que tuvieron en la cocina y el beso que ella le dio en la mejilla. También que después, al subir a su habitación, la muchacha estaba sentada, con un hombro y la cabeza apoyados en unos de los muros del pasillo a pocos pasos de su puerta. Recordaba haberse quedado mirándola unos minutos antes meterla a su cuarto y también recordaba haber pasado el dorso de su mano por el rostro de ella, marcado por lágrimas negras, solo por volver a sentir la suavidad de su piel. De lo que no se recordaba era de lo había pensado en esos momentos pero, de tan solo de volver a ver en su mente esa escena, no pudo evitar que un suave rubor cubriera su rostro. Disimuladamente miró su mano que sujetaba el asa de la jarra, creyendo que estaba incrementando su ki sin querer.

Ella lo observaba atentamente, pero de un momento a otro una idea golpeó su cabeza ahuyentando sus nervios al mismo tiempo que sus ojos se abrían muy grandes y se llevaba las manos a su boca antes de exclamar - ¡Oh! Por Kami, ¿Tú me llevaste a mi cuarto?

Él desvió su vista hacia las otras mesas, evitando verla a la cara, y respondió haciéndose el ofendido - ¡No digas estupideces!… Sabes que no soy esa clase de sujeto –volvió a verla y agregó - Y para tu información ese día llegaste cerca de las seis de la madrugada y yo estaba a punto de ir a entrenar ¿Crees que desperdiciaría mi valioso tiempo en llevar a una torpe hembra ebria a su alcoba?

Mientras lo oía, Bulma sacó sus cigarrillos y un encendedor de su bolsillo, dándose cuenta de que el saiyajin tenía razón. Él definitivamente no era esa clase de individuo y además tenía una coartada - Supongo… que tienes razón…- dijo, dejando la cajetilla sobre la mesa y tomando un cigarrillo lo encendió - Tú nunca te preocuparías por alguien más…

Él se sonrió y volvió a mirarla - Hmn… Es bueno que ya lo entiendas, terrícola… Ese precisamente, soy yo.

Bulma no se tomó a bien su comentario, puesto que le molestaba esa postura tan inmisericorde del saiyajin. Así que, soltando una bocanada, le dijo - Vegeta, es por cosas como esas que los demás creen que eres un maldito cretino…

Él la miró y frunció un poco su ceño, pero prefirió ignorar el apelativo y le dijo, con ironía - Y si soy un maldito cretino, según tú ¿Por qué estás aquí conmigo y no con el insecto ese?

Ella se sorprendió un poco por la declaración del saiyajin, por lo que lo observó un momento antes de responder - Dije los demás… Yo creo que solo dices esas cosas para incomodar a los otros… y hacerte el fuerte…

-¡Hmp! – hizo él, tomando un gran sorbo de su jarra. Ella al ver la reacción del hombre, se sonrió y agregó - ¿Ves que es cierto? Creo que ya te conozco bastante… - Vegeta prefirió tomárselo con calma, así que se reclinó hacia atrás en la silla y le respondió - Si tanto me conoces, mujer, dime ¿En qué estoy pensando?

Ella se río, mucho más relajada -Ja, ja, ja… Vegeta ¿Cómo me preguntas eso? Ni que fuera adivina… Aunque lo más seguro es que estés pensando en volverte más fuerte, en derrotar a Gokú… o en conquistar todo el maldito Universo…

Él se quedó mirándola un momento -No, humana. No estaba pensando en eso… Estaba pensando en aquello de la amistad… Me dijiste que no podías confiar en mí porque yo te lo hacía muy difícil… Pero debes admitir que tampoco eres muy confiable al perdonar tan fácilmente a quién te traicionó. Para mí es algo desconcertante ya que en mi planeta la traición se pagaba con la muerte.

-¿Es por eso que habías dejado de hablarme? ¿Porque perdoné a Yamcha?

Vegeta sintió su rostro enrojecer levemente al verse descubierto pero lo disimuló diciendo – No te creas tanto, humana. Solo necesitaba tiempo a solas para meditar sobre el rumbo de mi entrenamiento una vez que esté lista la nave. Sin embargo aun no me explicas por qué le permitiste a la sabandija quedarse…

Bulma le dio otra calada a su cigarrillo y le dijo -Bueno, si tanto quieres saber, es porque a pesar de haberlo mandado al diablo, yo necesitaba un amigo cerca y él necesita donde entrenar… Además, creo haberte dicho que a Yamcha había dejado de amarlo… Pero gracias a su traición pude escapar de ese noviazgo que, siendo sincera, me hacía sentir asfixiada… Por lo que en el fondo le estoy en parte agradecida…

-Comprendo. Entonces lo dejaste quedarse para que sufra por no poder fornicarte teniéndote tan cerca…

-¡No! – exclamó Bulma, sonrojándose pero enseguida hizo una pausa y le preguntó- ¿De verdad me crees tan maquiavélica?

-Por supuesto - se sonrió el saiyajin - Recuerdo perfectamente cuando me utilizaste para fastidiarlo... – afiló su mirada y su lengua para agregar - Así que no te hagas la inocente conmigo y confiesa que lo estás utilizando para intentar llamar mi atención ó ¿Me equivoco, mujer?

Bulma se sonrojó un momento pero enseguida intentó escapar por la tangente - Ay, Vegeta, puede que hayas estudiado muy bien la Tierra y sus costumbres pero no te sirve de nada la teoría sin la parte práctica… Que Yamcha esté en la casa no tiene nada que ver contigo… A menos que tengas sentimientos por mí y estés celoso porque él pasa más tiempo conmigo que tú – terminó cerrándole un ojo coqueta.

-¡Que estupidez!- respondió él, desviando su mirada -Sabes que eso de los sentimientos terrícolas me tienen sin cuidado.

Ella se apoyó en el respaldo de la silla para decirle con algo de ironía - Lo sé… ¡Me lo has dicho una infinidad de veces!- bajó su vista a la mesa y agregó, con algo de melancolía - Sin embargo, al igual que tú, es lo que soy y no puedo evitar tener sentimientos... – hizo un silencio breve pero enseguida levantó su vista hacia él y agregó, con curiosidad – Vegeta, tú siempre hablas de "sentimientos terrícolas" acaso ¿no existen los sentimientos saiyajin?

Él la observó de soslayo por unos segundos, confundido ante su pregunta tratando de ordenar en su mente una respuesta que no la hiciese perder las esperanzas pero que tampoco lo pusiera en evidencia sobre sus intenciones. Pero antes de responder y, sin siquiera advertirle, sacó un cigarrillo de la cajetilla que estaba sobre la mesa, obteniendo un "OYE" por parte de ella, pero la ignoró para encenderlo con naturalidad, apoyándose enseguida un poco en la mesa, y le dijo – ¿Sentimientos saiyajin? El único sentimiento que poseemos los saiyajin es el orgullo por nuestra raza, y lo único que amamos es el combate… - expulsó una bocanada de humo y continuó – Entiéndelo de una buena vez, terrícola… Como príncipe de mi raza fui educado para destruir y matar, como todos los guerreros saiyajin. Nosotros los saiyajin no desperdiciamos nuestro tiempo en esas tonterías…

Ella lo miró molesta - ¿Te das cuenta de lo obtuso que estás siendo?... Ahora puedes ser tu mismo y aprender a disfrutar ó a amar algo que no sea solo las batallas... ¡Puedes hacer lo que quieras de ahora en más! Ya no tienes que destruir o conquistar planetas o incluso matar personas porque alguien te lo ordene…

-Ese tema ya está zanjado y no quiero volver a hablar de ello - le dijo, algo malhumorado.

- Lo sé, disculpa. Pero, aun así - dijo apagando su cigarrillo – no puedes negarte a ti mismo abrirte a nuevas posibilidades… Y ¿Sabes? Creo que lo has hecho sin darte cuenta ya que me confesaste que, a pesar de todo, confías en mí, y aunque lo niegues, sé que me aprecias lo suficiente como para aceptar mi amistad…

Vegeta se medio sonrió. Esa humana era muy tenaz y eso le agradaba excepto ahora que lo estaba tratando de acorralar. Por suerte recordó que la joven no tenía mucha resistencia al alcohol y que quizás eso le ayudaría a desviar el tema y con suerte terminaría soltando aquello que necesitaba, por lo que le dijo - De acuerdo, por esta noche aceptaré que puedo sentir aquello que llamas aprecio por alguien más - ella se sonrió triunfante e iba a decirle algo al respecto pero Vegeta se le anticipó y alzó su jarra exclamando - ¡Por los caídos! – bebiendo enseguida toda su cerveza.

La científica se lo quedó viendo, pensando en que era alguna costumbre saiyajin por lo que lo imitó, demorándose como un minuto, pero finalmente logró terminar su cerveza, exclamando a continuación - ¡Uff! … eso estuvo interesante… - enseguida lo miró desconfiada - Vegeta ¿No estarás tratando de embriagarme? ¿Verdad?

Él se sonrió y agregó, mientras levantaba su mano útil para pedir otra ronda - ¿Acaso crees que soy imbécil? Ni que quisiera cargar con una borracha escandalosa y vulgar hasta la casa… - ella frunció su ceño y le respondió - ¿Realmente piensas eso de mí?

Llegó el camarero con dos nuevas jarras y se llevó las vacías. Ambos lo miraron alejarse.

- ¿Y bien? – preguntó ella, insistiendo. Vegeta volvió su vista a su jarra para responder, con la clara intención de cobrase de cuando la descubrió en una oportunidad hablando mal de él creyendo que no estaba presente – No todo el tiempo… - a ella se le iluminó el rostro, pero le duró poco, ya que él continuó - A veces pienso que eres torpe, molesta y grosera… - "además de audaz, con mucho carácter y con manos muy suaves… ¡Demonios! ¿En qué estoy pensando? " decidió agregar algo más, para evitar las idioteces que se estaban formando en su mente - Y se me olvidaba que además eres una excelente mentirosa y una, aun mejor, manipuladora…

En la sien de ella comenzó a formarse una vena, pero respiró hondo para calmarse y no arruinar la velada, respondiéndole de inmediato con sarcasmo -Vegeta, ¡Tú sí que sabes hacer sentirse especial a una dama! - pero el saiyajin tenía un respuesta programada para ese ataque, la que sacó a relucir instantáneamente - Si empezamos con eso de la dama y el caballero sabes que no acabará bien para ti ¿o me equivoco?

Bulma optó por callarse y mirarlo molesta. Por el contrario, Vegeta la miró con una sonrisa ladina, complacido por poder fastidiarla y salir airoso. Así que se vanaglorió de ello, preguntándole de manera sarcástica, mientras dejaba caer la colilla de su cigarrillo al piso - ¿Te molestó mí comentario acaso, terrícola? ¡No sabes cuánto lo lamento!- ella suspiró y le dijo - No, saiyajin estúpido… Es solo que creí que por esta noche podríamos tener una tregua y que te comportarías… Pero olvídalo, supongo que no puedes dejar de importunarme por una vez en tu vida…- terminó perdiendo su mirada en las otras mesas.

Vegeta sintió nuevamente esa molestia en su pecho que no podía explicar. La mirada de decepción de ella le causó un dolor inexplicable, casi como que de un peso sobre su pecho se tratase o esa fue la impresión que le dio, por lo que prefirió cambiar de tema, tratando de dirigir la conversación hacia un punto más de su interés.

-Dijiste que al insecto ese lo dejaste quedarse porque necesitabas un amigo cerca. Acaso ¿No te basta conmigo? -No es lo mismo… - respondió ella, aun molesta.

-¿Por qué no? – preguntó interesado el saiyajin, acercándose un poco.

Bulma recién entonces sopesó la pregunta y no supo cómo responder. Quería decirle que era porque él le gustaba pero eso sería ser demasiado obvia y quedaría en total desventaja, por lo que respiró hondo, alejándose un poco para exclamar - ¡Está haciendo un poco de calor aquí!… ¿no crees, Vegeta?

Vegeta frunció el ceño y se alejó también, molesto con ella y con él mismo también - ¿Por qué demonios evades mi pregunta?

-No la evado…Es simplemente que no le veo el caso a hablar de ello… pero si te dije que es diferente es solo porque es diferente. A Yamcha lo conozco desde hace mucho y nosotros recién estamos aceptando que somos amigos, Eso es todo… – se puso de pie y comenzó a desabotonar su chaqueta, muy sensualmente. La blusa que traía la muchacha era ajustada, de mangas largas y sin mucho escote, pero se podían ver perfectamente sus no menores atributos cubiertos con un brasier de encaje oscuro.

Muchos de los hombres presentes se dieron vuelta a mirarla, sin contar los que le daban codazos a sus amigos que estaban distraídos.

Vegeta no podía quitarle los ojos de encima, mientras hacía su exhibición. Y, aunque él ya conocía a ese par de la vez que ella se había derramado cerveza encima, recordó que no estaban en casa por lo que enseguida su vista se dirigió al resto de los presentes, que en su mayoría eran hombres y no supo qué pero algo en él se activó haciéndolo levantarse como un resorte, gritando con su mejor cara de odio - ¡Que tanto están viendo, imbéciles!

Los sujetos se asustaron y voltearon a sus vasos, pero comenzaron a murmurar - ¡Argg! – terminó haciendo el saiyajin, volviendo a sentarse – ¡Cómo detesto a los terrícolas y sus estúpidas costumbres de clase baja!

Bulma se sonrió. Pensó que tenía más que ganada la batalla. "¿Así que no te gusta que otros hombres me miren? A eso se le llaman celos Vegeta… y no se deben a que otro pueda convertirse en súper saiyajin" - Vegeta, no tienes por qué gritar – le dijo, muy suavemente, mientras dejaba su chaqueta en el respaldo de la silla.

Él le respondió, más que molesto, cerrando sus ojos para no verla - Ni creas que lo hice por ti, humana… Es solo que me molestan esa clase de vulgaridades… ¡Son tan patéticos! – terminó bebiendo un largo trago para calmarse, pero no contaba con lo que haría a continuación la peli turquesa, que se alejó un paso de la mesa - ¿Me disculpas? Debo ir al servicio – dijo ella, comenzando a avanzar por entre las mesas, sin voltear a ver la reacción de él, con una amplia sonrisa en su rostro.

Los hombres, al ver pasar a la muchacha, le decían halagos o le pedían su número de teléfono o directamente la invitaban a su mesa. Vegeta la vio alejarse, mientras apretaba su puño sobre la mesa, conteniendo los deseos de moler a golpes a todos en ese lugar y, aunque intentó atribuirlo nuevamente a su falta de entrenamiento habitual su mente se iba hacia otros lugares "Maldición… ¿por qué tiene que ser tan vulgar?... Definitivamente lo está haciendo a propósito… pero ¿qué la impulsa a actuar de esa manera?... ¿hay algo que no comprendí de las estúpidas costumbres de este planeta como dijo ella?… Si ella consideraba que esto es una cita ¿Por qué se comporta como si buscara otra pareja?… La explicación más lógica es que por una vez me puso atención cuando dije que esto no era una cita… ¡Maldita hembra!… Hmn, por otra parte, no comprendo lo que me ocurrió… Fue como si no tuviese control sobre mis acciones" Respiró hondo y volvió a beber, mientras observaba a los hombres presentes notando enseguida que ninguno era rival para él, lo que le sirvió para tranquilizarse "No son más que basura…" pensó.

Bulma regresó, pasando nuevamente por entre las mesas, recibiendo nuevamente algunas invitaciones pero cuando llegó a su lugar apreció que el saiyajin parecía todavía molesto. Podía notarlo en su rostro y en el puño apretado sobre la mesa, pero sobre todo porque no la miró. Esto la hizo ponerse de buen humor, aunque también podía atribuirse a que el alcohol ya estaba surtiendo efecto en ella. Así que simplemente se dejó caer en su silla y bebió de su jarra, esperando a que él hablara primero.

Nada. Un par de minutos en tenso silencio, por lo que ella decidió hablar para romper el hielo - Vegeta… ¿estás enojado o es tu estado natural? -le preguntó, medio en broma.

-¡Tsk! – hizo él – Lo que me ocurra no te incumbe, humana vulgar…

-Vamos, no te molestes… Aquí, cuando los hombres ven a una chica linda, intentan llamar su atención… o invitarla a salir… Deberías saberlo- él entrecerró sus ojos un poco y le dijo - Ya aclaré que ese no es mi problema… Pero si tenías la intención de venir para buscarte otra pareja, debiste decirme…. Puedo marcharme ahora mismo si lo deseas para que puedas elegir de entre estos perdedores… - la peli turquesa abrió sus ojos sorprendida al oírlo, ya que era una clásica respuesta de novio celoso. Pero no quería que el saiyajin estuviera molesto por el resto de la velada, así que le aclaró - Para que lo sepas, Vegeta… en este momento no necesito buscar a alguien más para que sea mi novio… – dijo ella, para luego beber un largo trago sin dejar de mirarlo con esa misma mirada que le dirigiera la vez que lo invitó a quedarse nuevamente en su hogar.

El saiyajin se sintió más tranquilo con la respuesta de ella, aunque no notó la indirecta de la joven. Para él era suficiente con no tener que soportar más novios o ex novios entrometidos. Así que aprovechó de jugar sus cartas y lo hizo directamente, sin esperar a que ella desviara la conversación nuevamente – De acuerdo. Ya que ambos hemos aceptado que somos amigos me gustaría pedirte un favor…

-Lo que sea, Vegeta… Bueno, siempre y cuando esté dentro de mis posibilidades…

-Quiero que saques a la sabandija de la casa… Y no me malentiendas nuevamente, pero no es solo su ki el que me irrita sino que también es ese animal volador… ¡Todo el maldito día gritando lo fuerte que es ó lo bien que golpea!… Argg, ¡Me provoca asesinarlos a ambos con mis propias manos!

Ella lo miró fijamente a los ojos –Lo siento, Vegeta pero ¡No podría hacerle eso a Yamcha! Y sé que puedo ser bastante egoísta a veces, pero ¡No soy tan desconsiderada como tú!… - el saiyajin dejó de mirarla para decirle, con indiferencia - Hmn… Cómo gustes, pero no esperes que me quede mucho tiempo en la Corporación, no mientras esté ese imbécil -ella apretó sus labios. No le hacía ninguna gracia lo dicho por el saiyajin - ¿Me estás amenazando con irte si no echo a Yamcha y a Puar de mi casa? – Vegeta se sonrió de lado - No es una amenaza, mujer… es una promesa.

-Oye, se supone que esta salida era para relajarnos… - se cabreó ella - ¡No para terminar amenazándonos y conspirando en contra de alguien!

El saiyajin se le acercó y le dijo -Nunca acordamos eso, pero sabes que si puedo sacar algún provecho lo haré… Tu misma dijiste que me conocías bien ¿O me equivoco?

-Pero… - intentó contra argumentar ella, pero Vegeta la interrumpió, para jugar el as que tenía bajo la manga - No tienes opción… Sé que tienes sentimientos terrícolas por mí… como pareja… - sentenció él, seguro de su victoria, ya que esto le garantizaba su estadía por sobre la del otro guerrero.

Bulma se quedó boquiabierta un segundo, impactada por la confesión del saiyajin. Pensó que lo mejor sería negarlo, era la única salida que le quedaba para no quedar en desventaja frente a ese hombre que la observaba atentamente, a la espera de lo que tuviera que decir. Una sonora carcajada salió de sus labios -Ja, ja, ja.… Vegeta, ¡no digas tonterías!… ¿de dónde sacas eso? – intentó disimular su nerviosismo tomado su jarra y bebiendo casi la mitad. Vegeta la imitó, pero no dejó de verla a los ojos, mientras pensaba "Maldita embustera… Supongo que deberé convencerla de otra forma…"

El saiyajin dejó la jarra sobre la mesa y a continuación se acercó a ella, mirándola como un depredador mientras ella abría muy grande sus ojos – Lo sé desde que interactuamos en la sala aquella vez antes de irme al espacio y lo confirmé cuando me cambiaste el vendaje hace unos días… Pero supongo que no me queda más que demostrártelo.

- Ve-Vegeta… ¿Qué estás… - intentó detenerlo ella, pero el saiyajin ignoró su pregunta y se aproximó aún más a ella, llevando su mano a la mejilla de Bulma acariciándola con el pulgar. Enseguida bajó su rostro hasta alcanzar su cuello e inhaló con calma el olor de ella, como disfrutándolo, mientras Bulma cerraba sus ojos un instante, disfrutando la sensación que le brindaba el saiyajin.

Vegeta se relamió los labios y se apartó un poco, volviendo a verla directamente, aunque esta vez casi con deseo, pero la mirada de Bulma estaba clavada en su boca, cosa que no pasó desapercibida para él, lo que lo hizo sonreírse levemente para después volver a ella y simplemente besarla.

Ella se rindió de inmediato a la cálida sensación que le producían los labios de aquel príncipe tan salvaje y malhumorado. Los latidos de ambos se incrementaron y Bulma no tardó en rodear con sus brazos el cuello del saiyajin, mientras sus bocas se abrían, buscando más intimidad, comenzando una verdadera batalla por la posesión del otro. Era como si ambos quisieran vencer a su contrincante, devorándose. Y, como en cada batalla, con cada movimiento el saiyajin parecía volverse aún más experto en su técnica, cosa que Bulma apreció y agradeció a los dioses por ello, ya que nunca pensó que un simple beso pudiese llevarla a ese nivel de excitación. Lamentablemente para la mujer no duró mucho más, ya que el saiyajin se apartó y, con sus ojos aun cerrados, se aproximó al cuello de la joven, subiendo luego a su oído para susurrarle suavemente – Eso lo prueba, mujer… Ahora solo dime si me ayudas o no a sacar al insecto…

Bulma abrió sus ojos y se quedó pensando un momento, con algo de dificultad "Esta es mi oportunidad de que sea mi novio… No creo que se niegue y aunque no me quiera, estoy segura de que al menos le soy atractiva de alguna manera…" Volvió a beber un sorbo para tranquilizarse y le respondió, notando que su lengua estaba algo más lenta que su mente – Vegeta,… la única forma de que Yamcha se aleje de mí es que sepa que estoy con otro… Él aún tiene esperanzas de volver conmigo…

Él se la quedo viendo y frunció. Tal parecía que no sería tan sencillo como pensaba -¿De qué demonios hablas?

Bulma se explicó de inmediato, con una sonrisa, mientras acariciaba el antebrazo de Vegeta –Me refiero, príncipe de los saiyajin, a que Yamcha solo se dará por vencido si ve que estoy con alguien más… en una relación.

La vena en la sien del saiyajin se hinchó y exclamó, furioso -¡Insinúas acaso que debo hacerme pasar por… por tú… -Vegeta no pudo terminar la frase ya que sintió su estómago revolverse y su rostro volverse una braza.

Bulma se sonrió y completó – Sí, Vegeta. Si quieres que Yamcha se vaya deberás hacerte pasar por mi novio… ¿Tendrías las agallas para hacer aquello después de decirme literalmente que no volviera a tocarte aquella vez? – terminó apoyándose en su brazo y sonriéndole entre ebria y triunfal.

El saiyajin entrecerró su mirada sobre ella, pensando en la manera de obtener la victoria sin tener que ceder a tamaña estupidez "Si acepto ya nadie se interpondrá en mis planes y la escandalosa estará en la palma de mi mano. Pero debo poner mis condiciones o de lo contrario está ridícula pensara que me atrae de alguna manera…" pensó él, mientras Bulma no se atrevía a levantar la vista, porque sentía que sus mejillas ardían mientras pensamientos románticos giraban en su mente "¿Por qué tiene que ser tan sensual?... Y eso de que no tiene sentimientos ¡Mentiras! Sé que algo debe sentir… Nadie besa así sin sentir algo por la otra persona… Estoy tan cerca de conseguir que sea mi novio, aunque sea fingido pero por algo debo empezar… ¿Quién sabe? Quizás si consigo que se termine enamorando de mi hasta podría evitar que rete a pelear a Gokú… "

- Si aceptara… ¿en cuánto tiempo estaría fuera la sabandija?... – rompió el silencio el saiyajin, sacándola de su ensoñación. Por lo que la muchacha, algo sorprendida, levantó su vista y le dijo - Supongo que en un par de días… Aunque dependerá de cómo lo manejemos… digo, lo de nuestra relación…

El inoportuno estomago del saiyajin rugió en ese momento, haciéndolo fruncir, recordándole que hace horas que no ingería alimentos - ¡Hmp! – hizo, molesto.

La científica sonrió - Yo también muero de hambre… No es bueno beber tanto sin ingerir alimentos – dijo sonriendo, ante el exabrupto de él mientras levantaba su mano para llamar al camarero.

Pidieron de comer y, cuando les trajeron los platillos, que en su totalidad constaban de quesos y carnes, Bulma casi no levantó la vista de su plato, ya que se sentía demasiado emocionada, casi como en las nubes. En cambio, Vegeta, solo tragaba y miraba de vez en cuando a la joven, que cada tanto tenía que volver a pedir más platillos para satisfacer el apetito del saiyajin. Apenas finalizaron de cenar, Vegeta se limpió la boca y bebió un gran sorbo de su jarra, mientras la peli turquesa volvía a intentar preguntarle – Estuvo delicioso… Pero dime ¿Qué decidiste? – Vegeta respondió de inmediato – Hmn… Supongo que no hay otra manera de hacerlo…

-¿En serio te harás pasar por mi novio?

El saiyajin se la quedó viendo comprendiendo que la científica ya estaba ebria –Hmn… Así es… pero recuerda que no somos una pareja en el estricto rigor de su significado… es solo un arreglo… Por lo que no esperes que copule contigo…

Bulma reaccionó de inmediato y casi sale volando, ya que ni siquiera había pensado en esa posibilidad - ¡¿Qué?! – dijo con la cara roja de vergüenza, haciendo que él la mirara confundido, pidiéndole una explicación al respecto - ¿Acaso no es eso lo que hacen las parejas humanas después de una cita?

Bulma no podía creer lo que estaba saliendo de la boca del saiyajin. Trató de zafar lo mejor que pudo -Vegeta, dejaste en claro desde el principio que esto NO era una cita y además solo fingirás ser mi novio por lo que definitivamente el tener sexo está fuera de discusión.

Él la miró con una sonrisa en su rostro. Ciertamente no le disgustaba la idea de poder besarse de vez en cuando con la mujer gritona pero tenía claros sus objetivos por lo que le respondió - Lo dije por si aún no lo tenías claro… Pero me parece bien que estemos de acuerdo en sacar el sexo de la ecuación y en que esto no es una cita romántica sino solo una reunión de negocios…

Bulma se molestó ya que esperaba que él le confirmara que era una cita la que estaban teniendo y no solo una reunión para hacer planes malignos- ¡Como quieras! De todos modos, ¡quien quisiera tener una cita con un saiyajin engreído!

La sonrisa de él se amplió, al comprobar que la humana estaba lo bastante ebria como para fastidiarla -Conozco a cierta terrícola escandalosa que daría cualquier cosa porque así fuera…

Bulma se molestó en serio - ¿Sí? Pues, ¡bien por ti!... - comentó, frunciendo ruborizada por el alcohol –Creo que es mejor que nos vayamos… Solo quiero llegar a mi cuarto y descansar.

-Concuerdo… Siempre y cuando no te quedes roncando en el corredor… - se le escapó a él saiyajin. Bulma lo miró entre sorprendida y avergonzada, mientras intentaba en vano encender otro cigarrillo - ¡Vegeta!

- ¿Qué? – preguntó él, no dándose cuenta de lo que había dicho.

Ella lo miró enojada un segundo para luego agregar con un tono de voz acusador - ¿Vez que si fuiste tú quien que me acostó ese día? ¡hip!… - hipó ella, llevándose inmediatamente una de sus manos a su boca, con vergüenza.

-Lo que me faltaba… - dijo él, rodando sus ojos, desviando el tema – Acaso ¿tendré que cargarte de vuelta, terrícola?

- ¿Te gustaría, ¡hip!, cierto?

Él se recostó en el respaldo para responder - Ja, ni en mis peores pesadillas… Pero no puedes irte dejando alcohol en tu jarra… - terminó haciéndole un gesto con su barbilla. Ella abrió sus ojos sorprendida - ¿Estás loco? Si bebo un poco más, ¡hip!, no podré llegar a la casa… -el saiyajin se volvió a sonreír - ¡Por los caídos! – le animó, haciendo lo propio con su bebida.

Ella no tuvo otra opción. Miró su jarra con resignación y, sosteniéndola con ambas manos, la bebió hasta la última gota, sintiendo que ya no estaba ciertamente en sus cabales, mientras que el saiyajin no dejaba de sonreír. Que ella bebiera como un soldado raso, le daba cierta ventaja porque él apenas sí sentía los efectos de esas bebidas. Aunque debía reconocer cierta alteración de sus sentidos, pero nada importante aparte de esa fluctuación en su ki. Por lo mismo decidió que era el momento adecuado de preguntar lo que le interesaba, viendo que Bulma se recostaba en su lugar, como buscando más comodidad -Oye, mujer…Ya que estamos en confianza ¿Sabes cómo fue que el idiota de Kakaroto logró transformarse en un súper saiyajin?

Bulma lo miró confundida – Espera…. ¿Quieres saber cómo Gokú se transformó...¡hip!… en un súper saiyajin?

-Sí… Es algo que realmente me intriga…

Bulma intentó enfocar su vista sobre el saiyajin, y cuando lo logró, frunció un momento para enseguida reír escandalosamente – Ja, ja, ja… ¿Un súper saiyajin?… ja, ja, ja… Tengo una teoría ¿sabes?, pero primero dime… ¿Qué piensas tú? ¿Qué es un saiyajin superado por algo o es un saiyajin que se supera a sí mismo?… - Vegeta la miró fastidiado, mientras ella continuaba - Ja, ja, ja… Es como lo del huevo y la gallina – se puso muy seria y agregó – Aunque, aquí entre nosotros ya lo descifré… - enseguida le hizo un gesto como de contarle un secreto - El huevo fue primero, porque los dinosaurios los ponían desde antes que las gallinas… - en ese momento Vegeta se enfureció un instante pero enseguida puso cara de congoja al darse cuenta de que no obtendría nada en claro de la humana en ese estado. Así que simplemente la ayudó a que cancelarán la cuenta y salieron del bar.

Comenzaron a caminar de vuelta a la Corporación. Ella, a tropezones, hipando y riendo mientras decía tonterías. Él, pensando en la siguiente fase de su plan. Sin embargo, mientras estaba en ello, no se dio cuenta de que poco a poco se fue adelantando, dejando a Bulma atrás. Pasaron unos minutos y Vegeta se detuvo y miró al cielo, observando que nuevamente no había luna, aunque estaba seguro de que debía existir en ese planeta, ya que aparecía en los libros que leyó de la biblioteca. Pensó que seguramente no se veía en ese hemisferio del planeta y que por eso no pudo hallarla cuando lucho con Kakaroto. Siguió caminando, mientras pensaba en lo bien que estaban las cosas para él. Conseguiría sacar al insecto de la casa y sus miradas acusadoras, junto con ese juguete volador, además de ganarse la confianza total y absoluta de la humana para después hacerle confesar el secreto de su rival. Al llegar a este punto de sus maquinaciones, miró de reojo a su lado y se dio cuenta de que Bulma estaba bastantes metros más atrás. Después de hacer un sonido de fastidio, y rodar sus ojos, caminó hasta ella, la cogió con cuidado de la cintura con su brazo derecho, atrayéndola hacia él, en un torpe abrazo, y se elevó por los aires.

Ella hipo un par de veces más, para luego cerrar sus ojos, diciendo, mientras se abrazaba al saiyajin y apoyaba su cabeza en el hombro de él - Gracias, Vegeta…. ¡hip!... Algún día te convertirás en un buen súper saiyajin y en mi novio de verdad… - terminó dándole un par de golpes en el hombro. Él rodó sus ojos, evitando mirarla, pero se sonrojó al sentir los susurros de ella en su cuello, sintiendo como si un escalofrío le recorriera la espalda. Respiró hondo y dijo – Como digas, mujer – Bulma se sonrió y se aferró con más fuerza a él, disfrutando la agradable sensación de calor que envolvía al saiyajin, apoyando ahora sus labios carmín sobre su cuello, provocando, inmediatamente, que se le tensará aun más la espalda a nuestro antihéroe, el que, involuntariamente, estrechó su abrazo y muy a su pesar sintiera una sensación de calidez adueñarse de su pecho. Siguió levitando lentamente, ya que se sentía extrañamente bien y quería disfrutar de esa sensación por más tiempo, la cual le evocaba extrañamente lejanos recuerdos de su infancia. Lamentablemente a los pocos minutos se dio cuenta de que, cargándola de esa forma, la tarea se le había vuelto bastante dificultosa de como pensó en un primer momento. La joven comenzó a actuar como un peso muerto y su cabeza caía hacia atrás, hacia el lado o volvía a su cuello. Decidió descender sobre la terraza de una edificación, percatándose de que la muchacha se había desvanecido, tal vez producto de lo ebria que estaba. Fue en ese momento que se percató de que ella venía sin su chaqueta.

-Bah, que me importa… - dijo, echándosela al hombro y retomando el vuelo, con más facilidad y aumentando levemente la velocidad, al tiempo que pensamientos incómodos comenzaron a formarse en su mente, ya que no se estaba reconociendo "Yo, él gran príncipe de los saiyajin, cargando y preocupándome por una hembra terrícola… Si me vieran Nappa o Raditz seguro se reirían a carcajadas de mí… pero es necesario. Todo es válido con tal de conseguir mi objetivo… Solo espero que no se le ocurra devolver su estómago en mi espalda. Si lo hace la soltaré aquí mismo… (miró de reojo el trasero de Bulma) … ¿qué me pasa? No puedo permitirme actuar como un idiota en este momento… (sonrió) Debo estar ebrio, ya que me siento muy feliz.. Qué habrán sido esas fluctuaciones de energía?... (volvió a mirar su carga) ¿será por causa de ella?... No, imposible. No es más que una vulgar terrícola que solo sirve a mis propósitos… Aun así, me es imposible pensar en eliminarla. Me es demasiado útil… Pero no puedo dejar de sentirme atraído a ella… Es tan extraña, tanto que no puedo sacarla totalmente de mi mente. Lo más probable es que mi instinto me esté intentando dominar debido a su fuerte carácter (otra vez su vista al frente) Sí, eso debe ser, pero no puedo permitirme el prolongar mi estirpe. Mi sangre es demasiado valiosa. Conmigo muere el linaje"

...

Llegaron a la propiedad como a las tres de la mañana. Vegeta descendió directamente en el balcón del cuarto de Bulma y entró, aprovechando que el ventanal estaba abierto.

Avanzó por el cuarto a oscuras dejándola en la cama y se la quedó viendo por un momento hasta que se acabó la magia, porque la vio girarse y comenzar a roncar. Bufó, abandonando la habitación por donde había entrado y emprendió nuevamente el vuelo. Volvió luego de unos minutos a la habitación de la joven y dejó sobre la cama lo que traía en sus manos. Sin embargo, en ese momento, sintió un ki aproximarse, lo que lo hizo fruncir y girarse hacia el ventanal.

A esa misma hora venía llegando Yamcha, que alcanzó a ver al saiyajin entrar al cuarto de la muchacha, lo que le hizo pensar lo peor.

- N-No puede ser cierto… - dijo Yamcha, observando el balcón de la habitación de su ex novia, corriendo de inmediato hacia el interior de la propiedad por la puerta de la cocina, manteniendo su presencia oculta para sorprender al intruso -Puar… espérame en nuestra habitación. Le dijo a su peludo amigo que venía tras él. El animalito obedeció sin chistar.

Mientras, el saiyajin se abofeteaba mentalmente "Esta era una oportunidad demasiado buena para fastidiar al insecto y ella se desmaya… ¡Maldición! ¿Cómo no pensé en eso antes de emborracharla?" Decidió que lo mejor era escapar de allí, por lo que le dio una última mirada a su anfitriona y salió por la ventana para luego meterse a su propia habitación.

Yamcha subía las escaleras, intentando hacer el menor ruido posible. Podía ver la tenue luz del corredor mientras se preparaba para una pelea con el saiyajin "¿Cómo se le ocurre a ese bastardo entrar en la habitación de Bulma a estas horas? …" Se detuvo donde comenzaba el pasillo que llevaba a las habitaciones y apretó sus puños. "Maldito, intentará aprovecharse de ella mientras duerme. No puede ser nada más viniendo de ese infeliz… No puedo permitirlo, ella es mía… lo sorprenderé y seré un héroe…"

El saiyajin lanzó su chaqueta al suelo y se quedó de pie tras su puerta, esperando. Sabía que el humano llegaría de un momento a otro y esperaba algún tipo de confrontación, pero una idea vino a su mente y simplemente se sonrió.

Se oyeron unos golpes en la puerta continúa. Esa fue su señal.

Con toda naturalidad salió de su cuarto, observando enseguida al individuó que, ante su repentina aparición, dio un brinco de sorpresa y tomó luego una postura de pelea, sin sacarle los ojos de encima. Pero Vegeta simplemente le sonrió con maldad, ladeando su cabeza un momento y dejó el corredor con dirección al primer nivel.

El susto que Yamcha pasó fue uno de los peores que recordaba en su vida. Pensó que tendría que pelear con el saiyajin por el honor de su amada, sin embargo, solo se encontró con que el hombre estaba en su propio cuarto. Procuró tranquilizarse, mientras pensaba "¿Habré visto mal?... Estoy seguro de que lo vi entrar a la habitación de Bulma… Además ¿De dónde venía vestido así a estas horas? Y eso en su cuello… ¿era labial?" Se quedó observando por donde se había retirado el saiyajin y luego volteó su vista a la puerta de la chica. Levantó su mano para llamar, pero se arrepintió., ya que se escuchaban hasta afuera los ronquidos de ella.

-Parece que me equivoqué… - comentó para sí mismo, encogiendo sus hombros para enseguida ir a su habitación, donde estaba esperándolo Puar.

-Yamcha ¿Qué pasó? – le preguntó su amigo flotando hacia él.

-Puar, parece que vimos mal… Vegeta estaba en su propio cuarto y Bulma estaba dormida…- le comentó pasando hacia su cama.

- Pero ¿cómo? ¡Si ambos lo vimos entrar a su cuarto!

-No – dijo, sentándose en la cama – al parecer Vegeta venía de otro lugar. Estaba muy bien vestido…

- ¿Crees que tuvo una cita? – le preguntó su peludo amigo, acercándose.

-Lo dudo… A menos que… - dijo abriendo mucho sus ojos "eso explicaría las marcas de labial…"

- ¿Qué, Yam?

-A menos que esté visitando a alguna prostituta… - Yamcha se puso de pie y golpeó con su puño sobre su otra mano – ¡Claro! …Puar, si es así, es imposible que Bulma se fije en él. Si está teniendo sexo con otra mujer, él tampoco debe estar interesado en ella, como yo creía… Pero aun así presiento que algo trama y se lo echaré a perder mañana, cuando le diga a Bulma lo que descubrimos.

-¡Que buena idea, Yam! – lo secundó su amigo.

-Sí…Mañana Bulma sabrá que solo persigue un imposible.

Puar asintió con una sonrisa.

Continuará…