Luego de la fiesta, Sting, sabiendo lo mucho que afecta a los cazadragones el viaje en tren pregunto si alguien podia acompañar a Natsu hasta Magnolia, siendo Sorano Agria quien se ofreció para acompañar al pelirosa, asegurando haber encontrado una manera de que el cazadragones no se vea afectado por el mareo.
Una vez subieron al tren y Natsu se sentó en la parte delantera. Se dio la vuelta y vio que Sorano lo miraba sonriendo. Tenía sus dudas sobre si Agria mayor podría arreglar su mareo y de hacerlo ¿Sería algo similar a la magia de Wendy?. Sin embargo, esto quedó fuera de su mente cuando Angel le guiñó un ojo, bajandose la blusa y dejó al descubierto sus tetas sin sostén. Sonriendo, le hizo un gesto Natsu para que se pasará a su lado y rápidamente se subió la blusa cuando el supervisor pasó pidiendo los boletos.
Natsu se fue a dsu asiento, sin mostrarse demasiado entusiasmado. Se sentó, Sorano le puso una manta sobre el regazo y se pusieron en marcha. Natsu apoyó la cabeza contra la ventana sintiéndose rápidamente mareado. Sin embargo, Sorano bajó lentamente la cremallera de los pantalones de Natsu y se los bajó. Él la miró y ella le guiño el ojo sonriendo. Comenzó a tocar la creciente erección de Natsu en sus calzoncillos y frotó la punta con el pulgar y el índice.
—Se lo que hiciste con mi hermanita y su amiga— le susurró Sorano, haciéndole estremecer en silencio porque las burlas de la peliblanca mayor — Eres un chico travieso.
Ella deslizó su mano debajo de sus calzoncillos y frotó la verga de Natsu, que estaba creciendo. Apartó la manta de su regazo y se bajó los calzoncillos. Su verga se disparó hacia arriba con más fuerza y en la pequeña mano de Sorano estaba su rompeperras, que sobresalía gloriosamente como un pilar de virilidad. Sorano examinó con ojos brillantes el miembro que no podía tomar con una sola mano, inclinó la cabeza hacia delante y dejó caer un poco de saliva sobre la punta, que se deslizó. Rápidamente le frotó la verga con saliva y lentamente comenzó a lubricarla.
Angel empezó a masturbarlo a un ritmo aleatorio, haciendo que Natsu se volviera un desastre. Cada vez que estaba a punto de eyacular, su eje comenzaba a latir y ella disminuía enormemente la velocidad, impidiendo que sus bolas se liberaran. La otra mano de Sorano bajó lentamente su blusa y sus duros pezones quedaron a la vista. Natsu los miró y Sorano se movió lentamente al lado de Natsu y se giró para mirarlo. Natsu aprovechó la oportunidad para jugar con sus tetas y se puso un pezón en la boca, mientras que el otro quedó apretado con sus dedos.
La peliblanca gimió y Natsu tuvo que taparle la boca con la mano para evitar que los atraparan. Lentamente se desplazó al suelo frente a Natsu, mirando la enorme y gruesa verga que tenía frente a su cara. Miró a Natsu y sonrió mientras envolvía la punta roja, y furiosa de su miembro. Su lengua se arremolinaba alrededor de él y también apretó sus labios a su alrededor. Abrió la boca y envolvió otro centímetro, hizo girar su lengua alrededor de él y envolvió otro centímetro. Sorano siguió haciendo esto hasta que veinticinco de la gruesa verga de Natsu estuvieron en su boca. Durante todo ese tiempo, no había roto el contacto visual y no había tenido arcadas. Lentamente, Natsu puso sus manos en la parte posterior de su cabeza y empujó hacia abajo y ella engulló los últimos centímetros restantes.
Al instante, Sorano empezó a tener arcadas y bañó el eje de Natsu con su saliva. Las arcadas llamaron la atención de algunos pasajeros y Natsu se cubrió el regazo con la manta y fingió estar dormido, sin soltar a Sorano. Cuando Natsu abrió los ojos y vio que no lo estaban mirando, dejo que Sorano se levantara. La chica echó la cabeza hacia atrás e hilos de su saliva se engancharon entre sus labios y la verga de Natsu. Ella respiró profundamente para recuperarse y lentamente se quitó la parte superior, y envolvió sus tetas alrededor de la verga de Natsu. Subió y bajó lentamente con sus tetas usando su saliva como libricante, haciendo gemir a Natsu y a Sorano por igual. A Harry le encantaba la sensación de su miembro deslizándose entre sus enormes tetas.
—Mmm, tan calido... es tan caliente— gemía Sorano, mientras bajaba lentamente su mano hasta desaparecer dentro de su coño.
Natsu le apretaba las tetas mientras su verga le golpeaba la barbilla mientras subía y bajaba entre sus pechos. Sorano inclinó la cabeza hacia abajo y abrió la boca para poder chupar la punta un poco, y hacer que la sangre de Natsu hirviera de verdad. La saliva deslizándose por sus tetas y la verga de Natsu estaba causando algo de ruido, pero para este punto a ninguno de los dos les importaba.
—Natsu, por favor, pinta mi cuerpo de blanco —le susurró Sorano.
Comenzó a mover sus caderas junto con los movimientos de Sorano, y minutos después, sintió que sus bolas se hinchaban. Natsu asintió hacia Sorano y ella instantáneamente comenzó a sacudir su verga, abrió la boca y sacó la lengua esperando la carga del cazadragones de fuego. Le guiñó un ojo a Natau y se sacudió hacia arriba y hacia abajo una vez más, y la verga de Natsu disparó su semen. Chorros y chorros de su esperma cálido, blanco y pegajoso golpearon la cara de Sorano y entraron en su boca, y salpicaron sus tetas.
Cuando Sorano recibio el último chorro de su semen, se movió lentamente para sentarse en el asiento y se giró para que solo Natsu pudiera verla. Lentamente, se pasó un dedo por la teta izquierda, recogió un poco de semen y lo lamió, gimiendo del gusto, y dándole un espectáculo a Natsu. Cuando terminó de tragar su sustancia pegajosa, ella vio que el pequeño dragón de Natsu seguía listo para más. Ella se volvió a poner la blusa y se inclinó para lamer la longitud de Natsu, antes de susurrarle al oído.
—Gracias por la comida— dijo mientras se montaba a horcajadas de él —Pero, me temo que aún no estoy satisfecha.
—No podemos hacer esto aqui —dijo Natsu, mientras intentaba empujaba a Sorano.
—¿Hacer qué? —Ella le sonrió y presionó la palma de la mano contra su ingle, mientras sus dedos buscaban su eje hinchado y besaba a Natsu.
Sorano se movió para sentarse a horcajadas sobre Natsu una vez más y él la dejó. Ella se colocó encima de la dura longitud. Se agachó y obligó a la verga de Natsu a entrar en ella. Angel cerró los ojos y dejó caer la cabeza hacia atrás, y Natsu descubrió que no podía respirar. Estaba tan hermosa así, con una capa de sudor cubriendo su cuello y sus tetas rebotando, viéndose angelical. Sorano se mordió el labio y deslizó una mano entre sus piernas para jugar consigo misma. Ella se inclinó hacia delante y apoyó una mano en la cabecera detrás de él, la otra mano todavía moviéndose rítmicamente entre sus muslos, y comenzó a moverse más rápido. El cambio de ángulo provocó una sacudida en Natsu, que arqueó las caderas hacia arriba para recibirla con cada embestida.
Natsu gruño. Sorano estaba tan caliente y húmeda, tan apretada alrededor de su verga, que él no creía poder soportarlo por mucho más tiempo. Sus movimientos se volvieron erráticos y su respiración se aceleró, y él pudo sentir su cuerpo tensarse mientras se corría sobre Natsu. Sin embargo, no emitió ningún sonido y siguió cabalgandolo. No dejó de moverse hasta que, minutos después, él se corrió en lo más profundo de su coño, cubriendo sus paredes con su esperma blanco y ella tuvo que taparle la boca con una mano para no dejar salir sus gemidos.
Natsu vació sus bolas por segunda vez en el viaje y Sorano lo besó, se apartó de él, y se dejó caer a su lado. Natsu se vistió y apenas pudo descansar, antes de que el tren se detuviera... habían llegado a Magnolia.
