- . My Hero Academia 180 grados. -
21. Donde Uraraka y Bakugo sueñan con Deku
Acostada sobre la alfombra de su habitación, Uraraka exhaló despacio mientras levantaba su cama una vez más utilizando su quirk con el toque de sus cinco dedos. Era un entrenamiento que había decidido practicar para perfeccionar su control de la gravedad y para mejorar su resistencia. Su principal objetivo era sencillo, aunque no fácil: hacer descender objetos de manera gradual, controlando con precisión la velocidad a la que recuperaban su peso. Resultaba algo bastante difícil de lograr sin sufrir un poco los efectos secundarios de utilizar demasiado su quirk, aunque ya había obtenido algunos resultados. Llevaba varias horas practicando y para ese punto Uraraka había empezado a sudar un poco pero quería seguir intentando.
Tenía el ceño fruncido por el esfuerzo, cuando de pronto su mente empezó a divagar sobre el motivo por el se esforzaba tanto.
Deku. La imagen de su bonita sonrisa apareció en su mente, nítida como si lo tuviera frente a ella y después... la explosión que le precedió y al final a Hatsume con sus pechos sobre él.
Su ceño se frunció un poco más.
También recordó:
'La veo cada semana para innovaciones' mencionaba Deku de manera inofensiva a los demás.
Intentó reprimir una emoción negativa que empezó a percibir, pero en un pequeño impulso, Uraraka empujó más de la cuenta la cama hasta dar con el techo. El golpe seco resonó en la habitación, y pequeños fragmentos de tirol cayeron sobre la cama.
— ¡Ahhh! — se asustó un poco Uraraka, dándose cuanta de la gran tontería que acababa de hacer.
Después tendría que reparar eso, pensó algo desanimada y apenada. Suerte que sabía hacer ese tipo de reparación, gracias a su padre.
Exhaló un poco de aire e hizo descender suavemente la cama sobre ella juntando juntando las yemas de sus dedos frente a su rostro. La oscuridad bajo la cama le brindaba un extraño consuelo, una especie de refugio temporal. Su mente, sin embargo, no podía desconectarse del todo. La imagen de Deku seguía revoloteando en sus pensamientos, de manera insistente.
Giró la cabeza ligeramente, y un mechón largo de su cabello cayó sobre su rostro. Sus ojos se quedaron fijos en él, como si ese simple detalle le hubiera transportado a otro momento. El recuerdo del tren apareció en su mente, cuando Deku, en un gesto inesperadamente audaz para alguien tan tímido como él, había besado su cabello de manera torpe pero dulce. Fue algo tan fugaz, pero tan significativo. Aún podía sentir la calidez de ese instante, el cosquilleo en su corazón.
Sin pensarlo mucho, Uraraka tomó el mechón con sus dedos y, casi como en un acto reflejo, llevó sus labios al lugar donde creía recordar que él había dejado su beso. Cerró los ojos por un breve segundo, permitiendo que la ternura de aquel recuerdo inundara sus pensamientos. Una sonrisa suave curvó sus labios sin que ella se diera cuenta.
Cuando abrió los ojos, el rostro de Deku apareció a su lado, mirándola fijamente, con sus bonitos ojos color esmeralda que parecían brillar en la oscuridad y que siempre demostraban estar llenos de preocupación por los demás
'Awwwh! Por qué tenía que ser tan irresistiblemente lindo en sus ensoñaciones!', pensó Uraraka desordenando un poco su cabello con una mano y con algo de exasperación. Estaba sintiendo muchas cosas en ese momento y a veces no sabía como ordenar sus ideas.
¿Que estaba haciendo?
Aún tenía muy presente la situación económica de su familia. Sus padres, siempre esforzándose al máximo, llevaban consigo las marcas del cansancio en sus rostros; arrugas finas bajo los ojos y una mirada apagada que, aunque intentaban disimular con sonrisas, Uraraka podía ver con claridad. De verdad deseaba poder hacer más al respecto, pero la manera se le escapaba por ahora.
Y ahora, por algún motivo, se les sumaba Deku. Últimamente había comenzado a notar pequeños detalles: las ojeras bajo sus ojos, sutiles pero presentes, como un recordatorio silencioso de que él también llevaba sus propias cargas (que por muy bonitas y misteriosas que se le vieran no dejaban de preocuparle) ¿Sería que se estaba presionando demasiado porque no tenía un quirk? Debía ser bastante duro para él y seguro sentía que tenía que esforzarse el doble que cualquiera ¿Pero estaba tan preocupado que tenía problemas para conciliar el sueño? ¿Había algo que pudiera hacer por él?
Una expresión un poco triste se dibujó en el rostro de Uraraka.
Pero, ¿Cómo podía ayudarlo? si últimamente sentía que él se alejaba cada vez que intentaba preguntarle si estaba bien. ¿Estaba molesto por algo? ¿O le estaba ocultando algo? No quería creerlo y lo más seguro es que sólo fuera su imaginación ¿Pero por qué se sentía así a veces? ¿Por qué se sentía tan insegura? Si ambos habían expresado sus sentimientos abiertamente y con claridad.
Además tenía la certeza de que las cosas con Deku siempre serían claras como el agua. No podía siquiera imaginar una situación en la que pudiera desconfiar de él realmente.
Por ejemplo con lo de Hatsume, Deku había dicho que sólo pensaba en ella como una amiga y que estaba en espera de la respuesta de la persona que realmente le gustaba.
¿Entonces qué más necesitaba? ¿De verdad se convertiría en una de esas chicas celosas del tiempo que utilizaban sus novios con otras personas?
Uraraka negó con la cabeza efusivamente.
Además él no era su novio todavía! Aunque empezaba a arrepentirse de que no lo fuera. ¿Por qué no sólo le había dicho que pospusieran lo de las citas para no distraerse hasta después del examen?! Tonta! Tonta! Tonta!, se golpeó un poco la cabeza con puñitos.
El Deku que imaginó a su lado pareció captar sus sentimientos porque colocó una mano en su hombro, como si intentara decirle que todo estaba bien.
Uraraka se giró de lado hacia su ensoñación y él hizo lo mismo, quedando a unos remotos centímetros de distancia.
'¿Qué podía hacer por él para que no se preocupara tanto y confiara que todo iba a salir bien?' se preguntó perdiéndose en esos bonitos ojos verdes y acariciando su mejilla, feliz de que este Deku no se aparatara.
'¿Y qué podía hacer por ella misma para reafirmar sus sentimientos y dejar de sentirse tan insegura?'
Cerro los ojos empezando a sonrojarse, imaginando a Deku acunando su rostro y después de un pequeño roce de narices, la atrajo hacia sus labios. Aquel beso, aunque imaginado, le transmitía todo lo que necesitaba en ese momento: seguridad, cariño y una conexión más profunda que las palabras.
Siendo muy honesta consigo misma sabía que había estado pensando en besarlo todos los días cuando lo veía por las mañanas dando lo mejor de si para poder entrar a la UA.
Era un deseo creciente, simplemente al verlo tan concentrado en su objetivo, con su cara de determinación, que hacia derretir su corazón.
Si. Estaba más que claro!, se convenció Uraraka. Quería compartir una conexión con Deku que le reafirmará sus sentimientos. Porque las palabras se las podía llevar el viento, pero las acciones expresaban mucho más. Quería que su relación fuera diferente a cualquier amistad que pudiera tener con cualquier otra persona y que también, si no era demasiado pedir, que sus acciones le dijeran que, de alguna forma, ella era también importante como su meta de convertirse en un héroe.
La ensoñación que estaba imaginando de Deku comenzó a mover un poco los labios y Uraraka apretó un poco los puñitos frente a su pecho.
No sabía porque pero se imaginaba que Deku, a pesar de su carácter tímido, sabría besar realmente bien.
Desde el exterior de la cama los pies de Uraraka se retrajeron hasta quedar ocultos, como si todos sus deseos respecto a Deku tuviera que quedar como un secreto debajo de donde dormía.
Luego Uraraka sostuvo sus mejillas sintiéndose muy contenta.
Lo cierto era que, aunque Deku resultara ser un pésimo besador, no le importaría, siempre y cuando fuera con él y pudiera transmitirle aunque fuera un poco de sus deseos y sentimientos.
Todo era negro a su alrededor.
Bakugo de nuevo se estaba hundiendo en el lodo de ese monstruo que lo había atrapado. Con la diferencia de que ahora era un especie de charco enorme pero hecho de esa materia viscosa. Luchaba por salir. Intentaba usar su quirk pero no funcionaba por alguna razón. Sus manos intentaba escarbar hasta la superficie, pero continuaba resbalándose. Al final se hundía en la oscuridad, sintiendo que sólo una de sus manos sobresalía en el exterior.
Entonces, escuchó una voz familiar, una que siempre lo irritaba y al mismo tiempo le daba algo de alivio.
—Oye, viejo, ¿cómo te metiste ahí? —la voz de Kirishima sonaba despreocupada, pero con esa amabilidad que a veces lo sacaba de quicio—. No te preocupes, ya estoy aquí. Agárrate fuerte. Yo te ayudo a salir.
Sin pensarlo demasiado, Bakugo se aferró al brazo que le ofrecía ayuda, sintiendo que, por primera vez, su cuerpo dejaba de hundirse, pero para su sorpresa y desagrado, al salir lo primero que vio fue al inútil de Deku mirándolo con preocupación y un extraño protector metálico con forma de sonrisa en la cara.
—¡¿Qué demonios?! —se quejó Bakugo, furioso y desconcertado.
—¿Estás bien? — preguntó jalándolo de la mano para ayudarlo a levantarse, y por supuesto, Bakugo lo rechazó con un manotazo— Lo siento Kachan. Tuve que usar un modificador de voz porque sabía que no aceptarías mi ayuda de otra forma.
Bakugo se puso de pie de un brinco e intentó hacer explosiones de advertencia en sus palmas, pero su don continuaba sin funcionar. Así que sólo le quedó gritar.
—¡Como si yo necesitara la ayuda de un inútil! —bramó con rabia—. ¡No soporto que te creas más listo que yo! ¡Piérdete o muérete de una buena vez, lo que te sea más fácil!
—Pero Kachan...
¡¿Qué estás sordo?!
Deku frunció el ceño ligeramente. Ya no estaba la habitual sumisión que lo había caracterizado antes. Su expresión era decidida.
—Está bien, Kacchan —dijo Deku con voz firme—. Entonces no volveré a ayudarte.
Eso sorprendió a Bakugo. Usualmente el idiota era mucho más persistente y fastidioso.
Deku comenzó a alejarse, sus pasos resonando en el vacío.
—¡Oye! — reclamó de nuevo su atención pero una mano lo sujetó del brazo para detenerlo.
Se giró bruscamente, encontrándose con una chica desconocida que lo miraba con ojos brillantes y una sonrisa extrañamente emocionada.
—Espera, Bakugo —dijo con voz intensa—. ¡Sé mi novio!
Bakugo abrió los ojos, perplejo, intentando sacudirla de su brazo.
—¡¿Qué demonios estás diciendo?! —gritó, pero otra chica se acercó, esta vez aferrándose a su otro brazo.
—¡No! ¡Yo lo vi primero! —protestó, mirándolo con la misma intensidad.
Y luego aparecieron más. Una tras otra, chicas comenzaron a rodearlo, todas diciendo lo mismo, peleando entre ellas, sus voces aumentando en un crescendo caótico. Antes de que pudiera reaccionar, comenzaron a aplastarlo, empujándolo de nuevo hacia el lodo negro que lo atrapaba.
—¡¿De dónde rayos salen tantas malditas extras?! —gritó, luchando por liberarse mientras el peso de todas ellas lo empujaba hacia abajo—. ¡Desaparezcan de una maldita vez!
Las chicas seguían presionando, y Bakugo sentía cómo su cuerpo volvía a hundirse, pero esta vez, antes de perder de vista todo, su mirada captó algo más. Deku seguía caminando, alejándose en silencio, pero ahora a su lado estaba la chica de cara redonda. Ella le tomaba la mano, y juntos, sin mirar atrás, seguían su camino.
—¡Oye! —intentó gritar, pero las palabras se le ahogaron en la garganta.
Y de repente, todo se volvió negro.
Bakugo despertó de golpe. La lluvia golpeaba suavemente la ventana de su habitación, creando un ritmo monótono.
Unos momentos después Bakugo se lavaba los dientes efusivamente.
—¡Como si a mí me importaran esas malditas tonterías! ¡Que sueño tan estúpido!— prácticamente gritó escupiendo pasta de dientes por todas partes.
—¡Katsuki! —la voz de su madre resonó desde el otro lado de la casa— ¡No te despiertes temprano y empieces a gritar!
...
—Es una lástima, pero esta lluvia no nos permitió ayudar mucho hoy — contempló Mina relajada con las manos en su nuca y luego girando sobre un pie — No me agrada. Prefiero los días soleados.
Todos los voluntarios estaban refugiándose bajo la parte ya restaurada del puente, y algunos de ellos se ponían botas para la lluvia o buscaban sus paraguas en sus mochilas.
—Ni hablar — se resignó Ojiro— Tocará ir al gimnasio de la escuela a hacer algo de ejercicio bajo techo.
—Lo único que me gusta de la lluvia es que, cuando se aclara, se siente un ambiente realmente limpio después —opinó Kirishima respirando profundamente — Es decir, se va toda la contaminación.
—A mí también me gusta. De hecho creo que se ha vuelto mi clima favorito— expresó Midoriya con entusiasmo y luego levemente sonrojado recordando que en una noche así, Uraraka y él se habían declarado —Y ver las hojas moviéndose con la brisa fresca me parece incluso casi inspirador.
Uraraka, que estaba de espaldas buscando su paraguas en su mochila, no pudo evitar sonreír pensando que la voz de Deku en ocasiones, sonaba cautivadoramente suave y amable.
Bakugo, por su parte, no estaba seguro si fue por el extraño sueño que tuvo, pero ver y escuchar a Deku en ese momento le pareció irritante.
—¿De que demonios hablas, Deku? —gruñó Bakugo, su voz rasgando el momento de tranquilidad con irritación —. ¿Las hojas? ¿La brisa? — luego lo miró con desprecio y burla—. Espero que la chica a la que te declaraste esté dispuesta a ser el hombre de la relación, porque parece que tú eres toda una señorita.
Midoriya no supo que decir.
No era la primera vez que Kachan se metía con él por expresar cosas con sensibilidad, pero ¿en verdad lo que había dicho sonaba algo afeminado? ¿Lo pensaría también Uraraka? se preocupó un poco mirándola discretamente de espaldas.
Antes de que pudiera sobrepensar más, Kirishima intervino, como siempre intentando suavizar las cosas con su buen ánimo.
—No lo creo, Bakugo —dijo, sonriendo con energía y aprobación — A mí me pareció que lo que dijo Midoriya fue casi un haiku.
Kirishima se detuvo un momento y comenzó a contar las sílabas con el fondo de una bandera japonesa y olas imaginarias elevándose a su alrededor, pero se cansó y cambió rápidamente de tema con su habitual entusiasmo.
—Ah, por cierto —dijo de pronto, recordando algo importante—, cuento con ustedes para apoyar a nuestra banda esta noche. —Su expresión se iluminó aún más, su sonrisa amplia—. ¡Será nuestra primera presentación en la competencia y estamos un poco nerviosos! ¿Verdad? —Volteó hacia Bakugo con una sonrisa, esperando que el rubio lo apoyara.
Sin embargo, Bakugo solo se remitió a desviar la mirada.
—Todos hemos trabajado muy duro y creo que sería una buena forma de desestresarnos un poco antes del examen que viene —continuó Kirishima, sin dejarse desanimar.
A Uraraka se le iluminó el rostro. —¡Eso es! ¡Todos deberíamos ir juntos! ¿Qué dicen?
Sin embargo, la voz tranquila y seria de Tsuyu rompió el momento cuando se excusó suavemente, abriendo su paraguas.
—Lo siento, yo no puedo ir —dijo con calma—. Tengo que cuidar a mis hermanitos hasta tarde, pero espero que se diviertan. —Levantó la mano en señal de despedida y comenzó a caminar bajo la lluvia, sus pasos firmes pero algo solitarios.
A Uraraka le pareció un poco injusto lo solitaria que parecía Tsuyu, a pesar de ser muy agradable, debido a la responsabilidad que tenía con sus hermanos pequeños.
Ojiro interrumpió sus pensamientos al levantar la mano en despedida junto a un paraguas que flotaba alegremente a su lado, probablemente el de Hagakure.
—Pues nosotros sí podemos. Así que nos vemos ahí —se despidió Ojiro, siempre cortés.
—Los estaremos apoyando —agregó el paraguas rosa de Hagakure, moviéndose ligeramente como si saludara.
—¡Sí! ¡Gracias! Nos vemos esta noche —se despidió Kirishima, con su energía habitual.
Justo en ese momento, Uraraka se giró hacia Midoriya, llena de entusiasmo por la idea de pasar el rato con él y los demás.
—¿Qué dices, Deku? ¿Irás? —le preguntó con una sonrisa, acercándose un poco más de lo que él esperaba, provocando que retrocediera por la sorpresa de tenerla tan cerca de repente.
Midoriya, como siempre, sintió un pequeño sonrojo aparecer en sus mejillas al verla tan emocionada, pero su expresión se tornó un poco más seria mientras respondía.
—Lo siento, Uraraka —dijo, bajando ligeramente la voz—, pero ya había quedado de ir a practicar con Todoroki en su casa. Me preocupa un poco que se sienta solo, dado que no puede salir por ahora, debido a... una situación familiar.
El rostro de Uraraka se apagó un poco ante la respuesta, su sonrisa desvaneciéndose brevemente. Había estado tan emocionada con la idea de compartir el momento con Midoriya que la decepción fue inevitable.
—Oh... —fue lo único que pudo decir, tratando de ocultar su desánimo. Al mismo tiempo le hizo cuestionarse porque ella no podía ser tan buena amiga como él.
Tal vez la próxima vez podría preguntarle a Tsu si podía visitarla en su casa, pensó por un momento, aunque sin esperarlo, vino a su mente Himiko Toga cuando aún parecía una colegiala normal y ellas dos caminaban juntas riendo.
Deku notó algo en su expresión y se preguntó por un momento si debía cambiar sus planes con Todoroki. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Kirishima intervino de nuevo, tratando de confirmar los detalles.
—¿Entonces no podrán ir? —preguntó, su tono aún optimista pero con una pequeña duda en su mirada.
Uraraka, al escuchar la pregunta, sacudió la cabeza ligeramente, recuperando su habitual energía. No quería que los demás notaran su desánimo, así que rápidamente volvió a sonreír.
—¡Parece que Deku ya tiene planes, pero cuenten conmigo! —aseguró con una sonrisa amplia, aunque quizás algo más forzada de lo habitual.
—Oh, ok. Ya les mandé la información al chat grupal que tenemos —dijo Kirishima, relajándose un poco—. Es en la mansión Aoyama.
—¿Mansión? —repitió Uraraka, sorprendida. Kirishima comenzó a darle más detalles, explicando que el evento era una fiesta organizada para aspirantes de la UA, y a su vez, una competencia de bandas.
Midoriya desde su lugar se sintió aliviado de que su negativa no desanimara a Uraraka de ir, pero de inmediato se cuestionó que si Tsuyu, la mejor amiga de Uraraka, no iría, ¿Con quién estaría todo el rato?
En su mente apareció Uraraka sola y desanimada en una esquina, entre pequeños grupos de personas que hablaban entre si, excluyéndola.
Midoriya negó de inmediato.
No. Uraraka era mucho más sociable que él, se dijo con gracia. Seguro que encontraría personas con quién platicar de inmediato. Ese era uno de sus dones.
Ahora en su mente apareció una especie de silueta más alta que Uraraka que hablaba animadamente con ella. Y reían juntos.
Está vez Deku presionó la manga de su mochila y su sonrisa desapareció, pero decidió no darle mucha importancia a ese último pensamiento, bajando su mochila al suelo.
—Oh no. Olvidé mi paraguas de nuevo —murmuró de pronto Mina para sí, soltando un suspiro, aunque una sonrisa juguetona se asomaba en sus labios. —Bueno, no importa. Tendré que correr hasta la estación —se puso en pose de carreras, sus piernas flexionadas y lista para lanzarse a toda velocidad bajo la lluvia.
Kirishima se adelantó de inmediato con los ojos abiertos como platos.
—¡¿Con esta lluvia?! — se alarmó Kirishima.
—¿Qué tiene de malo? —preguntó Mina, su tono despreocupado mientras estiraba las piernas y sacudía un poco el cuerpo.
Kirishima sacó su paraguas con firmeza. —Claro que no. No podría permitirlo. Sólo conseguirás mojar tu ropa y resfriarte. Ya sabes que siempre podemos compartir el mío. Por algo somos buenos amigos, Ashido —añadió con un brillo amistoso en los ojos, pero luego reflexionó un poco — Aunque debo decir que parece que se te ha hecho costumbre olvidarlo.
—Tal vez lo hago a propósito para poder caminar contigo — sugirió Mina con una sonrisa, intentando poner nervioso a Kirishima con pequeños codazos, y logrando empujarlo un poco hacia la lluvia.
—¡Oye, me mojo! ¡Al menos espera que lo abra!
—Sí, perdón —respondió Mina, soltando una carcajada ante la reacción de su amigo. Ambos rieron, y finalmente, con el paraguas abierto, comenzaron a caminar juntos bajo su protección.
Uraraka, que había estado observando la interacción, no pudo evitar fijarse en la manera en que ambos caminaban tan cerca el uno del otro, sus hombros rozándose ligeramente. Pensó que sus sonrisas lucían especialmente lindas estando juntos y que parecían estarlo pasando bien.
Viendo el paraguas que tenía en su mano y después observando que Deku estaba de espaldas buscando algo en su mochila, deseo desde el fondo de su corazón que pudiera compartir un momento igual de lindo.
Por aparte Bakugo, que parecía estar luchando con su paraguas atorado, no pudo evitar observar a los dos que quedaron con él de reojo.
—Si olvidaste tu paraguas, siempre podemos compartir el mío — se atrevió a sugerir Uraraka algo bajito frente a Deku.
La mano de Izuku soltó por un momento la esquina del impermeable amarillo que al fin había encontrado al fondo de su mochila (a veces se maldecía a sí mismo por cargar tantas cosas) pero al alzar la vista, lo primero con lo que se encontró fue con la falda de Uraraka casi frente a su cara.
¡Demasiado cerca! gritó en su cabeza, encendiendo todas sus alarmas.
Su mente no tuvo piedad en recordarle un sueño algo subido de tono, en el que había abrazado a Uraraka por la cadera y hundía su rostro en...
Rápidamente jaló el impermeable para cubrirse el rostro sonrojado e igual de rápido se lo colocó con la mochila en un sólo movimiento dándole la espalda.
—G-gracias, Uraraka! —dijo nervioso—, eres muy amable, pero como ves, traigo mi impermeable!
Uraraka, al escuchar su respuesta, no pudo evitar desanimarse un poco. Había sido un intento tímido de acercarse a él, pero él parecía más concentrado en mantenerse a distancia.
—Sí, eso veo —respondió con una sonrisa que no logró alcanzar sus ojos.
A pesar de su repentina tensión, Izuku no pudo evitar notar algo del tono desanimado de Uraraka y se cuestionó si debía preguntarle si todo andaba bien
En ese momento Bakugo al fin pareció ganar la pelea contra su paraguas y obtuvo algo de atención de los otros dos al abrirlo. Antes de salir bajo la lluvia le dirigió una mirada específicamente a Deku que él observó de perfil con seriedad.
Uraraka intentó aliviar la incomodidad del momento, señalando el camino.
—Es un poco temprano, pero nosotros también deberíamos ir yendo —sugirió con un tono más alegre, intentando que la tensión se disipara.
Deku, sin embargo, parecía estar sumido en sus propios pensamientos. Después de un momento, rompió el silencio.
—Disculpa, Uraraka, ¿te importa si me adelanto?
Ella lo miró, un poco sorprendida.
—¿Ah?
—Es que el señor Yagi me recomendó que intente correr a cualquier lugar al que tenga que ir en lugar de tomar el transporte —explicó, su tono algo más entusiasta.
—¿En serio? —respondió ella, con incredulidad—. ¿Vas a correr hasta la escuela bajo esta lluvia? Pero, Deku, ¿no será que te estás esforzando demasiado? — Uraraka presionó su paraguas a la altura de su pecho y a Deku le llamó la atención la posición de sus manos.
En su mente, Izuku recordó la forma en que su madre apretaba los pañuelos frente a su pecho cuando estaba preocupada y eso lo hizo sonreír un poco.
—Estoy bien, Uraraka, pero gracias por preocuparte. — le aseguró dirigiendo una mano a su hombro, pero se quedó en el camino suspendida aire — Es sólo que... quiero seguir esforzándome al máximo!— expresó con repentina confianza y haciendo un puño con la mano para disimular —Ya sabes: Plus Ultra!
A Uraraka eso le pareció bastante lindo e intentó sonreírle lo mejor que pudo.
—Está bien, Deku. Entonces, ¡haz tu mejor esfuerzo! —respondió, imitando el gesto del puño cerrado con una sonrisa.
—¡Sí! Nos vemos mañana.
Uraraka lo vio alejarse con su impermeable amarillo pero de pronto tuvo una extraña sensación. Por un momento, la lluvia pareció detenerse y todo se silenció a su alrededor.
No pudo ignorar un pequeño presentimiento que venía de su pecho al ver a Deku corriendo. Era como si no lo detuviera ahora, iba a desaparecer entre la lluvia. Pero esa sensación duró solo un pequeño instante y luego todo volvió a la normalidad.
Aunque levantó la mano en su dirección, para llamarlo, desistió de inmediato, pensando que sería peligroso distraerlo ahora, dado que la calle estaba mojada y podía estar resbaloso.
Bakugo miró de reojo la escena, cuando Deku pasó a su lado corriendo, antes de continuar su camino hacia la estación y después vio a Deku alejarse frente a él.
Notas de la autora.-
Listo el capitulo veintiuno! Sus comentarios siempre son bienvenidos! Muchas gracias por leer, seguir y darle like. Siempre me hace sonreír.
