[Finalmente, las consecuencias de todas esas malas decisiones lo habían alcanzado. Cada error cometido lo arrastraba inevitablemente hacia "ese" lugar al que temía llegar por encima de cualquier cosa, un destino que había logrado evitar en innumerables ocasiones. Curiosamente, no se trataba del mismísimo infierno, aunque probablemente ya tuviera un lugar reservado en él.

Consciente de esta realidad, el peliblanco sabía que no podía permitirse seguir perdiendo el tiempo. Los múltiples problemas que había desencadenado con su imprudente regaño a sus hijas, sumados a su actitud déspota con sus amigos tras el enfrentamiento con Sid, exigían una acción inmediata. Ya no había margen de error; su invulnerabilidad había llegado a su fin. Había cavado su propia tumba, y solo él podía encontrar la forma de salir de esta situación lo más rápido posible.]

- Residencia Loud [8:00 A.M.] -

"¿Cómo voy a convencer a Sid de que todo fue un accidente? Obviamente no quería que las cosas sucedieran así. Sabía que debí haber encerrado a las más desastrosas en sus habitaciones... O no sé, tal vez el resultado habría sido el mismo. Lo hecho, hecho está, y no tengo ni una maldita idea de cómo remediarlo..." - Este pensamiento rondaba en su cabeza toda la mañana, mientras se maldecía internamente por no haber silenciado a Laika o prevenido el leve incendio en la cocina. Simplemente, la situación se le había escapado de las manos. Aunque no podía negar que lo vio venir, no dejaba de aquejarle la "traición" de sus hijas. No solo lo desobedecieron, sino que también lo relegaron en favor de alguien que, para ellas, era poco más que una desconocida. ¿Se los perdonaría? No tenía otra opción, pero sabía que debía hacerlo. Según su lógica, como padre, merecía respeto y obediencia, incluso cuando se comportaba como un completo bastardo. En ningún momento consideró la idea de suplicar a Sid por otra oportunidad, ni mucho menos mostró intención de recurrir a un acto dramático para convencerla, a ella y a sus hijas, de que estaba dispuesto a cambiar de verdad. Para él, todo se reduciría a tiempo. Siempre había encontrado la forma de resolver sus problemas sin mucho esfuerzo, y aunque esta vez reconocía que estaba al borde de enfrentar las consecuencias, su principal preocupación no era el bienestar de sus hijas, sino cómo salvarse. Sin embargo, el tiempo, eterno verdugo del peliblanco, volvería a alcanzarlo. Esta vez, lo obligaría a enfrentar su destino de forma imprevista y desconcertante.

— Señor, buenos días... - La asistente golpeó la puerta de la habitación con algo de fuerza, intentando captar la atención de Lincoln - No me gusta molestarle tan temprano, pero la señorita Chang y sus hijas acaban de llegar... - No recibió respuesta; solo el silencio respondió desde el otro lado - ¿Se encuentra bien? Bueno... De todos modos, iré a recibirlas por usted, no se preocupe.

*Con evidente preocupación, Nathalie se dio media vuelta, dispuesta a atender la puerta principal, que llevaba un tiempo siendo golpeada con insistencia. No obstante, se detuvo al escuchar los apresurados pasos de Lincoln, quien salió de su habitación de forma abrupta y la adelantó en su tarea. Pasó junto a ella sin darle oportunidad de intervenir, avanzando con determinación hacia la entrada. La asistente decidió no interferir. Sabía que era él quien debía afrontar la situación y, aunque estaba dispuesta a intervenir en caso extremo, entendía que este era un asunto personal que Lincoln debía resolver por sí mismo. A pesar de la angustia que sentía, Nathalie optó por quedarse en silencio, observando y escuchando lo que estaba por suceder. Su lealtad hacia él iba más allá de sus funciones laborales; lo consideraba más que un jefe, y aunque reconocía sus errores, no podía abandonarlo*

— Agradezco tu preocupación, Nathalie, pero descuida. Sé perfectamente lo que debo hacer. -Lincoln se detuvo brevemente a su lado mientras avanzaba con paso firme - Por cierto, puedes tomarte el día si quieres. Tengo el presentimiento de que hoy será largo, y no iré a ninguna parte. - Dicho esto, continuó alejándose hacia la puerta principal -.

— Oh... sí, gracias... - respondió ella en un susurro, soltando un leve suspiro - "Pero no puedo... Es mi deber estar aquí en momentos como estos..." - Pensó con pesar mientras veía al peliblanco salir apresuradamente por la puerta principal -.

- Patio de la Entrada [8:15 A.M.] -

*Luego de darles el paso, el peliblanco espero a que su amiga asiática estacionara su camioneta para así intercederla y hablar con ella cuanto antes, pues era más que evidente la urgencia que ésta mostraba tratando de acelerar el proceso. Es por ello que el albino trataría de contrarrestar la situación, aunque por primera vez en mucho tiempo, sintió cómo no estaba en sus manos el control de esta*

— Recuerden lo que hablamos anoche, por favor. - Mencionó Lyra en voz baja mientras se encaminaba junto a sus hermanas hacía la entrada de la casa -

— ¿De que hablamos anoche? - Preguntó Lacy con confusión -.

— Ni idea pequeña, yo estaba durmiendo. - Respondió Terry soltando un bostezo -.

— Más bien muriendo, tus ronquidos nos hacían pensar que te estabas ahogando.

— Eso, o que estabas tratando de hacer arrancar una moto. - Agregó Lupa al comentario de Panther -.

— Si bueno, y todas ustedes son las bellas durmientes, ¿No?

— Pues...

— Tal vez Gloom

— Tal vez Gloom si, pero fuera de ella ninguna de nosotras lo hace. Además, yo no digo nada de la forma en la que Loth, Loan y Sonette se contorsionan a la hora de dormir, parece que están poseídas. - Dijo la de los mechones púrpuras soltando una risa a costa de lo apenadas que Loan y Sonette se mostraron con lo mencionado -.

— Sinceramente me da igual que pienses. - Comentó Loth con indiferencia -.

— Bueno, bueno, no comiencen a pelear, mejor recuerden lo que dijimos ayer. - Alzó la voz tratando de controlar la situación -.

— Cómo sea.

— ¿Y se puede saber que era?

— Agh... Primero entren, aquí afuera papá puede escucharnos. - Respondió Lyra para acto seguido darle paso a sus hermanas hacía el interior de la vivienda -.

*Mientras que las niñas procedían a ingresar a la residencia de su padre para aparentemente terminar de tomar las últimas pertenencias que no pudieron llevarse el día anterior, el peliblanco empezaba a sentir aún más presión sobre su espalda puesto que sus hijas seguían obedeciendo a Sid y por ende, solo apelaba a tener casi que rogarle a la asiática y que a su vez, ésta aceptase su petición*

— ¿Sabes que todo esto pudo haberse evitado si no me hubieras ignorado, verdad? - Ironizó Sid, dándole la espalda a Lincoln -.

— Bueno... si me das una segunda oportunidad, no lo haré... - Respondió él con descaro, lo que provocó que la expresión de Sid se endureciera aún más -.

— ¿Ves? Es precisamente esa actitud la que me impide siquiera considerar darte esa oportunidad que no te mereces.

— Ah, vamos, Sid. ¿Acaso te gustaría pisar la cárcel y perder todos tus bienes?

— Mal argumento.

— Ok, eso no es lo que quería decir. No me dejaste terminar. También iba a mencionar a las niñas.

— Por favor, Lincoln. Apenas te importan o muestras interés por ellas.

— Oye, tal vez no sea el mejor padre, pero desde que llegaron no he dejado de atenderlas... aunque sea mínimamente.

— Te lo daré por válido solo si me dices la fecha exacta del cumpleaños de cada una.

— "Mierda... sabía que debía preguntarles eso la primera vez que llegaron..." - Tosió para ganar tiempo - ¿No sería mejor si te digo qué les gusta?

— "Ah, vamos, Lincoln..." - lo imitó con burla - No hay nada más sencillo que recordar la fecha de su cumpleaños.

— "No cuando te ausentaste tanto tiempo..." - suspiró mientras miraba al cielo, esperando un milagro que obviamente no sucedería - Bueno... recuerdo que Loan nació en agosto, Sonette en abril, Laika y Liby en septiembre, Panther y Lupa en noviembre, Terry en diciembre, Lyra en marzo, Gloom en febrero y Lacy en junio.

— Te pedí la fecha exacta, pero está bien... te lo daría por bueno, si no fuera porque te olvidaste de Loth.

— ¿QUÉ? ¡ESPERA, YO NO...! —comenzó a contar con sus dedos, dándose cuenta del error—. "Maldita seas, Lucy..." —suspiró con frustración—. Si te soy sincero, esa niña, junto con Laika, son las que menos me...

— Hey, piensa bien lo que estás por decir.

— Bien. Pero no puedes juzgarme por no recordar sus cumpleaños. No ha pasado ni un mes desde que las traje a vivir aquí.

— Ese tiempo es suficiente para al menos haberles preguntado la fecha de su cumpleaños, cómo se sienten o simplemente qué les gusta.

— Lo he hecho... a mi modo, pero lo hice.

— Sí, claro. Se nota.

— Bueno, si me dieras más tiempo yo...

— ¡NO! Dije que no te daría más tiempo, y lo voy a cumplir - Sentenció cruzándose de brazos -.

— ¿¡Y por qué!? ¿Realmente te pagan tan bien por entrometerte en la vida de los demás o solo haces esto para molestarme? Si es lo primero, lo entiendo. Yo también cumpliría con mi trabajo al pie de la letra si me pagaran bien, pero si es lo segundo, no entiendo por qué lo haces.

— Mejor deja que sea yo quien haga las preguntas... - Sid aclaró su garganta con calma antes de continuar - ¿Eres sumamente olvidadizo o simplemente te has vuelto algo estúpido?

— ¿Disculpa?

— Primero que nada, aclaro que esto no se trata de dinero. Me preocupo por estos casos porque, la mayoría de las veces, no terminan bien. Por otro lado, si acepté entrometerme fue por ti. Te conozco lo suficiente para saber que siempre logras salirte con la tuya, sin importarte a quién dejas en el camino.

— ¿Y eso qué? Yo no tengo la culpa de que el destino así lo decida. - Lincoln soltó un suspiro de enojo - Solo di que me odias, Sid, y ahórrate toda esa basura que estás diciendo.

— No te odio, Lincoln. Odio en lo que te has convertido. Te juro que... - Sid se interrumpió con un leve quejido antes de soltar un suspiro - Olvídalo. No vale la pena recordarlo.

— ¿Qué? - preguntó Lincoln, confundido por la pausa - Sid, ¿¡qué!?

— Realmente pensé que, aquel día en que planeábamos casarnos, comenzarías a cambiar. Pero claro, lo pensé antes de tiempo. Sabías que te aceptaba con todos tus errores hasta ese momento. ¿Y qué decidiste? Continuar con tu vida de descontrol, sin remordimientos.

— Te pedí perdón por eso. Reconozco que no debí desaparecer de esa forma. Admito que fui todo menos un caballero y que estás en tu derecho de estar molesta. Pero, aún así, deberías ser profesional y no mezclar tus asuntos personales con los laborales.

— No me hables de profesionalismo ni moralidad, porque tú eres la definición del cinismo.

— Dime algo que no sepa...

— Lincoln, quiero que busques un cambio real. No... quiero que te jures a ti mismo que cambiarás. - Dijo Sid mientras lo miraba con severidad -.

— No puedo hacer eso.

— ¿Por qué?

— Porque jurar es fácil, pero cumplirlo es otra cosa...

*La cuenta regresiva para el peliblanco había comenzado, era ahora o nunca para confesar sus pecados y errores a sus hijas, sin embargo, tenía que ser cuidadoso con todo lo que fuese a mencionar, pues aunque tenía que ser honesto también tenía que ser precavido, ya que sus acciones eran más que cuestionables. En fin, prácticamente no tenía elección pero si mucho que perder, así que bastante molesto procedió a entrar a su hogar encontrándose con todas sus hijas reunidas y con sus maletas en mano, por lo cual les detuvo explicándoles la condición que Sid le impuso para tratar de que continuaran con él. Esto obviamente sería aceptado a regañadientes por unas y otras sólo se limitarían a asentir sin tener algo realmente mejor que hacer*

— Bien, hagamos esto sencillo. ¿Prefieren narración o interrogatorio?

"¡Interrogatorio!" - Mencionó la mayoría al unísono -.

— Entonces narración será, que más da. - Dijo mientras acercaba una silla en la cual poder sentarse antes de hablar al frente de sus hijas -.

— Cómo sea, sólo apúrate, ¿Sí? Algunas tenemos asuntos importantes que resolver. - Mencionó Laika mientras miraba a Lupa con enojo -.

— Yo también tengo prisa, no te preocupes... - soltó un suspiro - Cómo sea, todo empezó cuando yo...


~XX/XX/20XX~

- Royal Woods, Michigan -

[Por años, el peliblanco fue considerado por sus hermanas y padres como el "mejor hermano" de los Loud. Todos eran conscientes del enorme esfuerzo y sacrificio que Lincoln realizaba para distribuir su tiempo y ayudar tanto a sus hermanas mayores como a las menores en todo lo que necesitaran. Aquellos fueron años que muchos describirían como "divertidos" para él, aunque, al llegar a la adolescencia, Lincoln comenzó a experimentar una insatisfacción creciente con su rol dentro de la familia. Este sentimiento se intensificaba al ser consciente de que, a diferencia de sus hermanos mayores, él no había logrado ningún reconocimiento significativo más allá del que le otorgaba su propia familia.

La sensación de relegación, un fantasma que lo había perseguido desde la infancia, se hizo más intensa que nunca. Compararse con sus hermanas, quienes parecían destacar en diversas áreas, no hacía más que alimentar su inseguridad. Aunque intentaba racionalizar que su situación no dependía exclusivamente de él, no podía evitar sentir que no lograba enorgullecer a su padre en la medida que deseaba. Este pensamiento se convirtió en una sombra que opacaba su autoestima.

Para Lincoln, su único consuelo era ser el único hijo varón, un título que, aunque le otorgaba cierta singularidad, no aseguraba favoritismo alguno. Sus padres eran claros al afirmar que no tenían hijos predilectos, pero Lincoln no podía evitar pensar que las preferencias estaban implícitas, inclinándose hacia sus hermanas. Este complejo se arraigó profundamente en él, y aunque sabía que tenía el potencial para igualar o incluso superar el talento de sus hermanas en su propio ámbito, sus inseguridades lo convencían de lo contrario. Si realmente fuera tan capaz, razonaba, no sería tan inseguro.

Determinado a cambiar esta narrativa interna y con un deseo casi desesperado de sobresalir entre sus hermanas, Lincoln ideó un plan para ganar el reconocimiento que tanto anhelaba de sus padres. Lo que comenzó como un esfuerzo por superarse se transformó en una obsesión que lo llevó a tomar decisiones sin medir las consecuencias, priorizando sus objetivos sobre cualquier otra cosa. A medida que su ambición crecía, su carácter comenzó a cambiar. Los rasgos positivos que lo definían, como su altruismo y humildad, empezaron a desvanecerse, reemplazados por actitudes egocéntricas y decisiones cargadas de soberbia.

El éxito profesional y personal que finalmente alcanzó fue directamente proporcional al daño que causó a quienes lo rodeaban. Su creciente narcisismo y falta de empatía lo llevaron a convertirse en una versión de sí mismo que, años atrás, habría repudiado. Y aunque tuvo momentos en los que pudo reconsiderar el camino que había tomado, el peliblanco siguió adelante, cegado por su ambición. Ya no había vuelta atrás.]

- Restaurante "A Tout Le Monde" -

*El peliblanco se encontraba disfrutando de la velada que estaba teniendo con su novia en ese entonces, que era nada más y nada menos que Sid Chang, con la cual llevaba saliendo por aproximadamente dos años. No obstante, el motivo de la organización de dicha cena no fue por motivos de celebrar un aniversario entre ellos sino que, la asiática había estado notando que el peliblanco se encontraba decaído a pesar de que recientemente este había obtenido un par de logros a nivel personal, es así que prepararía dicha velada para hablar frente a frente con él y apoyarlo*

— Muy bien señorita, ¿Eso sería todo, verdad? - Preguntó el mesero encargado de atender a la pareja -.

— Si, por favor.

— De acuerdo, enseguida traigo su comida. - Mencionó antes de darse media vuelta y retirarse -.

— Ah... - suspiró relajada - Espero que te guste esta pequeña reunión que organicé para nosotros Linky.

— Por supuesto que me agrada, de hecho te agradezco bastante por organizar esto, realmente no me lo esperaba... - le sonreiría levemente para acto seguido besarle la frente con delicadeza - Aunque creo que en serio no te debiste de haber molestado. - Dijo algo apenado -.

— Tonterías, te mereces esto y más. Me hubiese gustado que estuviésemos sólo tú y yo, pero bueno, no necesito nada más cuando estoy contigo.

— Yo tampoco, te amo. - Volvió a sonreírle -.

— También te amo. - ahora ella le devolvió la sonrisa - Además, esta cena también es para celebrar tu nuevo empleo, un pajarito me dijo que cierta empresa se interesó en ti... - notó cómo el peliblanco se rascaba la nuca mientras sonreía nervioso - Supongo que "alguien" iba a darme la buena noticia después...

— Oh si, si jeje. Discúlpame, iba a decírtelo en cuanto empezara a trabajar en ella... - Contestó algo nervioso -.

— No te preocupes, no tienes porque disculparte, estoy segura de que así seria. - le sonrió mientras acariciaba su mejilla - Sólo que, creo que esa noticia no te ha alegrado del todo. Digo, a mi me lo contaron hace poco, no sé desde cuando lo sabes tú.

— Bueno, yo...

— Te conozco bastante bien Linc, no sabes ocultar tus emociones del todo bien, sé cuando algo no te deja estar tranquilo. - tomó las manos del albino - Así que dime, ¿Qué te ocurre?

— Vas a decir que es una tontería... - entrecerró los ojos fastidiado consigo mismo - No es nada, en serio.

— Lincoln anda, sólo dímelo, te prometo que sea lo que sea trataré de ayudarte.

— Bien... - soltó un largo suspiro - Mira, no he estado con la mejor actitud debido a que... Siento que no estoy dando mi máximo esfuerzo, sé que puedo hacer más, pero...

— Ay Lincoln, no tienes porque sentirte así, ya habíamos hablado sobre eso.

— Ya lo sé, pero...

— Mira, sé que piensas que sólo por el hecho de ser tu novia te diré lo que quieres escuchar y digo, estarías en lo cierto, ya que no me gusta verte triste y haría cualquier cosa con tal de subirte el ánimo, pero ésta vez no se trata de eso, créeme cuando te digo que no tienes porque sentirte así, tal vez tú no te das cuenta pero cualquiera que te conozca sabe o se da cuenta del gran potencial que tienes como dibujante.

— Menos mis padres... parece que a ellos no les agrada del todo que me dedique a esto...

— No pienses eso Linc, sé que también sigues dolido porque ellos no pudieron acompañarte en tu graduación de la universidad, pero eso no quiere decir que no le importes, tú más que nadie sabes que es simplemente imposible para ellos estar en todos lados. Desafortunadamente esta vez fue así, pero cómo te digo, eso no significa que a ellos no les interese o no estén de acuerdo con lo que decidiste.

— Me gustaría pensar eso, pero creo que ellos mismos han hecho que me cuestione de esta forma; siempre poniendo a mis hermanas mayores como ejemplo para mis hermanas menores, nunca me consideran a mi, ¿¡Por qué!? ¿Acaso soy un mal ejemplo? Tal vez sea cierto y es precisamente por eso que necesito demostrarles que yo también puedo "sentarme en la misma mesa" que ellas.

— Linky, mírame... - le tomó de la barbilla tiernamente para que así ambos pudiesen mirarse fijamente - Sé que es difícil tratar de igualar lo hecho por tus hermanas, pero no tienes porque hacerte menos. Estoy segura de que en un futuro lograrás muchas cosas, no tienes que demostrarles nada o qué, ¿enorgullecerlos te ayudará cuando tengas que irte de su casa? No realmente, así que tómalo sólo como una satisfacción tanto personal como familiar, pero que no te abrume. ¿De acuerdo?

— Si, trataré de que así sea... gracias amor... - le dio un pequeño beso en la mejilla como agradecimiento - Discúlpame por hablar de esto, se supone que esta cena era para hablar de nosotros y sólo estoy hablando de mí, soy un imbécil...

— Descuida, sabes que puedes desahogarte y hablar conmigo sobre lo que sea, yo siempre estaré a tu lado, dispuesta a escucharte y acompañarte en todo aquello que se vaya presentando en tu camino. Por supuesto, si me lo permites.

— ¿Permitirte? Tú tienes permitida cualquier cosa, soy yo él que debería pedirte eso. - volvieron a sonreírse mutuamente - Eres lo mejor que me ha pasado, no me arrepentiré nunca de haberte conocido ni mucho menos de haberte pedido que fueras mi novia.

— Owww Linky.

*Lincoln trataría de lidiar con sus conflictos personales con el pasar del tiempo, pero simplemente no lo lograría ni con todo el apoyo que Sid pudo darle. Ese sentimiento de sentirse menos y de querer sobresalir ante todas las cosas terminó corrompiéndolo, haciéndole un mal del cual no se desharía hasta mucho años en el futuro. El encontrar un forma de ser reconocido por sus padres, en especial por su padre, se volvió una obsesión, es ahí que se planteó la idea de que "tal vez" su padre no lo reconocía ya que no era cómo él...*


- Actualidad -

— ¿Y la dejaste, cierto?

— Si, terminé con ella un año después...

— ¿Por qué?

— Por Loan...

— ¿¡P-Por mí...!?

— Hey, ¿Por qué la culpas a ella? - Preguntó Lyra con molestia -.

— No me malentiendas, quiero decir que cuando me involucré con su madre, algo despertó en mi que ya simplemente no pude controlar...

— Estás enfermo y lo sabes.

— Me lo dije a mi mismo muchas veces, créeme, pero esa primera vez... - suspiró largamente - Mira Loan, no sé si tu madre ya te lo habrá contado pero tú no estabas destinada a nacer. - un gran silencio incomodo abrumó la sala después de que hiciera esa mención - Hablando seriamente claro. Cómo sea, a lo que me refiero es que tu madre desafortunadamente tuvo complicaciones en el parto y perdió al bebé que esperaba con Bobby, su antiguo novio. No quiero entrar en detalles con eso, ya que hay niñas pequeñas, pero así pasó...

— Oh... - Se lamentó Loan mientras sentía un escalofrío recorrer su cuerpo -.

— Eso quiere decir que... ¿¡Te aprovechaste de ella!? - Preguntó Lyra alarmada -.

— ¿Qué? No, no, para nada. Podría pensarse que fue así, pero en realidad no.

— ¿Y entonces? ¿Qué pasó?

— Bueno, es obvio que Lori se encontraba totalmente deprimida por lo ocurrido, una tragedia cómo esas es irreparable y no deseas que a nadie le ocurra, realmente no puedo decir que se siente porque yo no lo viví en carne propia, por supuesto que le ofrecí mi apoyo y todo cómo buen hermano, pero realmente no puedo describir a la perfección todo aquello por lo que tuvo que pasar las primeras semanas.

— Pero... ¿A que viene eso?

— A eso voy... - volvió a suspirar - Bobby y Lori ya no pudieron volver a retomar su relación, estaban por casarse, pero lo del bebé cambió sus planes drásticamente. Ella no quería salir de su departamento y tanto mis hermanas cómo yo teníamos que ir constantemente a visitarla para asegurarnos de que estuviera bien, yo solía quedarme más tiempo ya que a diferencia de mis hermanas yo era menos flexible con ella, pues había veces dónde no quería comer ni mucho menos levantarse de la cama. Por un año completo así fue, esto mientras yo aún seguía saliendo con Sid.

— ¿Y que tiene que ver una cosa con la otra?

— Qué Lori realmente deseaba un bebé, pero cómo Bobby ya se había ido y no conocía a nadie quién quisiera donarle... Ya saben... Me lo terminó pidiendo a mi...

— ¿Donar qué? - Preguntó Gloom confundida -.

— Si, ¿A que te refieres papá? - Se unió Lacy -.

— Eh, se los explicaré después con abejas y flores.

— ¡Oki!

— Bien, volviendo al tema... Obviamente, me negué rotundamente al principio. Como dije, en ese momento salía con Sid, y no quería arruinar la relación tan perfecta que teníamos. Pero Lori estaba tan desesperada y fue tan insistente que, al final, acepté ayudarla. Ambos éramos conscientes de que Loan podría nacer con algún problema congénito; afortunadamente, no fue así, aunque ese miedo estuvo presente mientras tomábamos la decisión de involucrarnos. - suspiró profundamente - He de admitir que aquello fue un punto de inflexión para mí, porque despertó en mí un sentimiento que no había experimentado antes: el deseo de no querer estar con una sola mujer. Sé que suena extraño, considerando que hasta ese momento solo salía con Sid y me había involucrado con Lori, pero algo en esa experiencia provocó que comenzara a desarrollar una especie de adicción hacia las mujeres. No es algo de lo que me enorgullezca, pero así fue.

— Espera... Loth y yo encontramos una foto en la que la señora Sid tenía un anillo de compromiso. ¿En qué momento se lo propusiste para después echarte atrás? -Preguntó Liby -.

— Se lo propuse después de una cita que tuvimos porque realmente la amaba y quería formar una familia con ella. Pero hubo dos cosas que lo impidieron: primero, ella no quería tener hijos, algo que respeto, aunque me desilusionó bastante. Y segundo, la culpa que sentía por haber ayudado a Lori y ocultárselo a mis padres no dejaba de atormentarme. Mucho menos con esa estúpida idea que tenía sobre siempre buscar su aprobación.

— ¿Y no te detuviste ahí?

— No, mi obsesión y mi vicio fueron más grandes. Además, sabiendo que siempre había existido cierta tensión y fijación entre mis hermanas y yo, conocía perfectamente sus debilidades. Por eso, no fue muy difícil atraerlas hacia mí. Tenía que ponerlas a mi nivel; no podía dejar que mis padres solo se decepcionaran de mí. Loan, tarde o temprano, comenzaría a mostrar alguna malformación o cierto parecido conmigo. Fuera lo que fuera, yo saldría perjudicado...

— ¿Y no le diste alguna explicación a Sid sobre por qué dejarías de salir con ella? - Preguntó Lyra -.

— Solo le dije que necesitaba tiempo para arreglar unos asuntos familiares. Ella lo entendió bastante bien. Después intentamos retomar la relación, pero ya era tarde. Yo ya me había mudado, y no pude ocultarle que estaba saliendo con la madre de Gloom. Además, el rumor de que me había relacionado con mis hermanas llegó a sus oídos. Intenté mentirle, pero ella me conocía demasiado bien para no darse cuenta. Nuestra relación nunca fue la misma. Decidimos distanciarnos definitivamente. Me prometió que no le contaría nada a nadie, algo que le agradezco hasta la fecha, ya que mis padres supieron cómo manejar el rumor para que no saliera a la luz. Se llevaron ese secreto a la tumba... aunque no sin antes obligarme a hacer un acuerdo con mis hermanas.

— Espera, espera... ¿¡Eso quiere decir que solo estuviste con nuestras madres como venganza!? ¿¡Qué demonios te pasa!? - Exclamó Panther con molestia -.

— No, no. Solo con mis hermanas fue así. Yo...

— Oh, vaya. Eso me hace sentir mucho mejor. ¿A ustedes no? - Ironizó Panther, mirando a sus hermanas, de las cuales algunas se mantuvieron en silencio y otras bajaron la mirada -.

— ¿Y con mi madre? ¿¡Por qué estuviste con mi madre!? - Preguntó Laika, alzando la voz por primera vez en la conversación mientras se levantaba de su asiento y agarraba a su padre por la camisa con una furia contenida -.

— Mira, sé que lo que diga solo hará que se enojen más conmigo...

— ¿Y no crees que tenemos razón para ello? - Interrumpió Loth con un tono sarcástico -.

— Están en su derecho, así como yo estoy en el mío de terminar de explicar cómo sucedieron las cosas. Volviendo a tu pregunta, Laika... - Suspiró con pesadez - Tanto en tu caso como en el de tus hermanas Sonette, Terry, Panther y Gloom, recurrí a sus madres porque sentía la necesidad de desahogar mis penas. Desde que decidí poner a mis hermanas a mi nivel, ya no pude estar en paz conmigo mismo. Cada vez que me involucraba con alguna de ellas, necesitaba estar con otra mujer que no fuera de mi familia para calmarme.

— ¿Sabes? No sé si queramos seguir escuchando esto... - Dijo Terry con un tono serio -.

— Me da igual. Por mí, que siga hablando. Quiero ver hasta dónde llegó - Comentó Laika, sin rastro de que su enojo disminuyera -.

— ¿Eso quiere decir que mientras usabas a nuestras madres para satisfacer tu ego, a las de ellas las utilizabas para sentirte mejor contigo mismo? En serio, no sé cómo pudiste llegar tan lejos —dijo Liby, con una decepción evidente.

— Suena horrible, y lo sé. Es imposible no admitirlo. Créanme, no espero que vean el lado positivo de nada de esto, porque realmente no lo hay... - Guardó silencio unos instantes, pero rápidamente añadió - Bueno, excepto por ustedes, claro. Son lo único rescatable de todo esto. - Intentó esbozar una débil sonrisa, pero no obtuvo ninguna reacción positiva de sus hijas -.

— Claro, se nota. Tanto que dejaste a nuestras madres con toda la responsabilidad mientras tú alimentabas tu ego, te volvías millonario y actuabas como si nada hubiera pasado.

— Nunca dije que el mérito fuera mío. Ustedes son lo que son gracias a sus madres. Y aunque he estado ausente todo este tiempo, solo he influido de manera negativa...

*El ambiente permaneció tenso, y el silencio se apoderó de la residencia. Las hermanas intercambiaban miradas cargadas de decepción, tristeza, enojo y frustración. Mientras tanto, el peliblanco estaba dividido entre la tensión de saber que podría terminar en prisión si no lograba convencer a sus hijas, y un perverso orgullo por haber conseguido ser, finalmente, el protagonista de su vida, aunque a un costo altísimo*

— Bueno, si me lo permiten, terminaré de contar lo que sucedió... - Alzó la voz, rompiendo así el silenció que abrumaba al lugar -.

— Cómo gustes, no creo que puedas decir algo peor... - Mencionó Lupa -.

— Yo ya no sé que pensar... - Murmuró Lacy con una notable tristeza, a la par en que consolaba a Gloom, la cual se sentía igual que ella pero presentando sollozos en ciertos instantes -.

— Bien...


~XX/XX/20XX~

- Lansing, Michigan -

*Luego de haberse mudado a varios kilómetros de distancia de la casa de sus padres por la constante presión y acoso que estos mismo estaban ejerciendo sobre él ante el descubrimiento de los actos inmaduros e impuros que había cometido con algunas de sus hermanas hasta en ese momento, el peliblanco trató de adaptarse lo más pronto posible a la nueva rutina que tendría pues, el hecho de haberse mudado significaba que tendría que hacer ciertos sacrificios para que no afectara su rendimiento laboral puesto que su éxito iba en aumento. Sin embargo, su tranquilidad duraría poco pues, no contaría con el hecho de que su padre lo seguiría hasta su departamento para aclarar cuentas*

— ¡Lincoln, Lincoln! ¡Abre la puerta, soy tu padre! - diría repetidas veces a la par en que golpeaba la puerta con insistencia, siendo en vano, pues no recibiría respuesta al instante - ¡Lincoln, Lincoln! ¡Abre la puerta!

— Ah... - se quejó mientras se levantaba del sofá en donde se encontraba recostado para ir a abrirle a su padre - Hola papá, ¿Se puede saber a que se debe tu tan honorable visita?

— Tú sabes a que vengo.

— Oh si... ¿Y realmente tiene que ser hoy? Estaré algo ocupado por la tarde y...

— No me importan tus asuntos ni tampoco te quitaré tu tan valioso tiempo, pero es necesario que escuches lo que tengo que decirte.

— Si será otro de tus sermones, no gracias, yo paso.

— No vine desde Royal Woods hasta acá cómo para que te niegues.

— Tampoco es cómo que yo te lo haya pedido.

— Mira Lincoln... - suspiró frustrado - Ya hemos discutido lo suficiente y hacerlo otra vez no ayudará en nada, así que te pido, que por favor te calles por unos minutos y me dejes explicarte la razón por la que vine, es muy importante para la seguridad y bienestar de tus hermanas, así cómo el de...

— Por supuesto, cómo siempre, preocupándote sólo por ellas.

— ¡Idiota, tengo que hacerlo! ¡No cómo tú, que sólo las usaste y las dejaste a su suerte!

— ¡Eso no es cierto! Si pusieras más atención a otra cosa que no sea tu estúpido restaurante, te habrías dado cuenta antes fácilmente que la hija de Luan tiene algo que yo también tengo y no cuando Leni lo dijo. ¡Teníamos todo bajo control, no sospechabas ni un poco!

— No hace falta que me lo digas, estoy consciente de que fui un completo idiota. Por dios, ¿Cómo puede ser posible que me haya creído sus mentiras?

— Teníamos todo bajo control, pero no, ¡Tenías que hacer un alboroto!

— ¿¡Y que querías!? ¿Qué te felicitara por ello?

— Es gracioso que digas eso... - soltó un par de risas levemente - Y sobre todo, es irónico por el hecho de que sólo así deje de ser un fantasma para ti.

— ¿De que demonios hablas Lincoln?

— ¡Tú dímelo! ¿Cuántas veces reconociste lo que hice, eh? ¿Cuántas veces presumiste o le dijiste a los demás lo que yo logré, eh? ¿¡Cuántas veces me apoyaste en lo que elegí para estudiar, eh!? ¡¿Cuándo estuviste orgulloso de mi!?

— Pero Lincoln, ¿Por qué dices eso si yo...?

— ¡Y sigues sin responder! ¡Sólo dime si alguna vez llegaste a estar orgulloso de mí!

— ¡Por supuesto que sí Lincoln! Maldición... - su voz se cortó un poco pero se mantuvo firme, ocultándolo con una leve tos - Siempre lo he estado. No acabo de comprender porque lo dudas ni porque lo dices, además, yo me aseguré de que todos estuviesen bien por igual, nunca hubo distinción cómo tú lo mencionas.

— Finge todo lo que quieras papá, pero ambos sabemos que a mi no me tomas ni me tomarás en cuenta porque no soy superdotado Lisa ni tampoco si no cumplo uno de tus sueños frustrados cómo si lo hacen Luna, Luan o Lynn. Sólo te diriges a mí cuando algo les afecta a ellas o cuándo necesitas que yo les ayude. Mamá y tú nunca se cansaron de decirme que yo siempre debía de estar para ellas, cómo si yo no tuviera mis propios asuntos.

— Eso es lo que un hermano hace por sus hermanas, las protege, la cuida y las ayuda en todo. ¿¡Por qué ese afán de sentirte menos que ellas!?

— ¡Ustedes hicieron que me sintiera así! Ellas podían equivocarse muchas veces y ustedes les seguirían apoyando, pero yo... Yo no podía equivocarme, ¿O qué, ya olvidas lo que pasó cuando traté de mentir para tomarme un MERECIDO descanso por ayudarles en TODO? ¿Cuál fue la postura de ustedes? Ponerse de su lado, por supuesto.

— Y si estás tan seguro de ello, ¿Por qué hiciste lo que hiciste? Digo, dudo que seas tan estúpido cómo para no estar consciente de que tú también saldrías perjudicado.

— Piénsalo bien y tú mismo te estás respondiendo.

— ¿Seguirás con tus juegos Lincoln? ¿O me escucharás de una maldita vez?

— ¿Qué pasa papá? ¿Tus hijas no son tan perfectas, eh? Son iguales a mi y vas a tener que vivir con...

*El peliblanco no podría seguir cuestionando a su padre debido a que este le daría un fuerte y certero golpe en la mejilla, el cual provocaría que cayera al suelo, sobre fingiendo dicha caída de cierta manera pero sintiéndose desconcertado por dicha acción. Después de reincorporarse, empujaría a su padre y este le respondería volviéndolo a golpear un par de veces, haciéndolo enfadar pero reprimiendo sus ganas de querer devolverle el golpe, pues era su padre y no podía llegar a ese extremo. Es así que a Lincoln no le quedaría otra opción más que escuchar a regañadientes aquello por lo que su padre fue a buscarle*

— Para nada tenía que hacer esto, así que escúchame bien Lincoln porque realmente necesito asegurarme de que todos nosotros estemos bien y nadie del vecindario se entere.

— Sólo estas alucinando, nadie lo sabe.

— Si claro, ¿Acaso olvidas que algunas de ellas son figuras públicas y otras son servidoras públicas? ¡Su imagen está en juego por un rumor!

— Dime algo que no sepa... - Dijo rodando lo ojos -.

— Cómo sea, necesito que mañana mismo vayas a la casa y te sientes a hablar con tus hermanas, decidirán quién se hará cargo de las niñas y de que forma se mantendrá toda esta situación en secreto.

— No es tan difícil, ¿Sabes? Podemos inculpar a Bobby para cubrir a Lori, de Luna no seria muy difícil decir que se metió con algún fan, igual con Luan; y Lucy... Mmm... Algún tipo loco de esa sectas a las que le gusta ir.

— Dios, ni siquiera te reconozco Lincoln.

— ¿Algo más que quieras decir?

— Si, dos cosas.

— Te escucho.

— Realmente espero que cumplas lo que te estoy pidiendo, no quisiera tener que involucrar a tu madre en esto, ya que sabes perfectamente que ella es aún más estricta que yo y ni siquiera te dará opciones.

— Cómo sea...

— Y la otra, necesito saber... ¿Hasta este momento sólo te has involucrado con 4 de tus hermanas, verdad?

*El peliblanco guardó silencio por un momento. No hacía mucho que se había involucrado con Lynn, pero tuvo la fortuna de que, por ahora, ese asunto no saliera a la luz. Sabía que su padre había descubierto lo que tenía con Lucy debido a un descuido de Lisa. Ella, en su laboratorio subterráneo, había guardado y modificado muestras genéticas con ayuda de sus colegas para evitar que las hijas de sus hermanos presentaran malformaciones. Un comentario casual de Leni sobre los dientes de Liby había encendido las sospechas, y eso fue suficiente para desencadenar todo lo que había ocurrido hasta entonces. Además, Lincoln prefería no mencionar que también se había involucrado con mujeres externas a sus hermanas. Por ahora, solo se limitó a asentir*

Bien. Espero que así sea - dijo su padre con un suspiro - Nos vemos mañana, y más te vale asistir.

— Sí, sí, estaré ahí, con tal de que dejes de molestarme...

[Lincoln decidió no seguir postergando lo que su padre le había encomendado con respecto a aquella situación. Aunque lo hacía más por obligación que por convicción, se preparó para viajar a Royal Woods y hablar con sus hermanas, según lo acordado.

Es importante mencionar que esa sería una de las últimas ocasiones en las que vería a sus padres. Ellos solo querían asegurarse de que él asumiera la responsabilidad económica de sus hijas (al menos el 50% de los gastos de manutención o en los casos en que sus hermanas lo necesitaran). Dado el diverso estilo de vida de cada una, era casi imposible que todas vivieran en una misma casa. Afortunadamente, ambas partes quedaron satisfechas con el acuerdo. La única dificultad que surgió fue la necesidad de que Lincoln rindiera cuentas a su padre ocasionalmente. Este último había hecho el sacrificio de ocultar los rumores que comenzaban a circular, y Lincoln tenía que devolver el favor. Como advertencia extra, su padre le prohibió estrictamente involucrarse con alguna otra de sus hermanas.

Trágicamente, el patriarca Loud falleció un par de años después, víctima de un ataque al corazón fulminante tras enterarse del embarazo de Lynn. Al instante, adjudicó la paternidad a Lincoln, y este lo confirmó en una llamada. Aquella fue la última vez que Lincoln desafió a su padre, ignorando por completo sus advertencias. Por su parte, su madre se encargó del funeral, al cual Lincoln no asistió. Entre la rabia y la culpa, rechazó las reiteradas invitaciones de su madre. Este acto también contribuyó a que su madre muriera poco después, consumida por la tristeza tras todo lo ocurrido y lo que había descubierto en los últimos meses.

Lincoln y sus hermanas mantuvieron el acuerdo original, en honor a la memoria de sus padres. Sin embargo, el albino, consumido por la culpa, decidió mudarse nuevamente, esta vez a Detroit. Allí fundó su propia compañía de cómics y trató de poner fin a sus conquistas casuales con Maggie, la madre de Gloom. No obstante, al reencontrarse con Sid, decidió intentar reconquistarla. Fue un intento fallido. Sid, quien ya sospechaba de él, terminó alejándose definitivamente tras escuchar ciertos detalles que Lincoln, en un acto desesperado, le confesó con la esperanza de recuperarla. Ambos prometieron no volver a cruzarse. Sid no miró atrás, y Lincoln, aunque con dificultad, tuvo que hacer lo mismo. Cargaba con el remordimiento de no haber podido disculparse con quienes siempre trató de enorgullecer. Vivía en constante incomodidad al estar cerca de sus hermanas, sin el amor de su vida y con la sensación de un vacío permanente.

Finalmente, logró cumplir su tan ansiado sueño: recibir reconocimiento y convertirse en el dueño de una de las empresas más importantes del país. Entonces, la pregunta inevitable surgía: ¿Había valido la pena?]

- Actualidad -

*De regreso con Lincoln e hijas, las cosas no cambiarían mucho. El ambiente tenso y el comportamiento hostil que ellas mostraban hacia él se mantenían intactos. El peliblanco, resignado, sabía que su historia no lograría cambiar su percepción. Solo Gloom y Lacy parecían haber dejado de mirarlo con un mínimo "ojo de perdón". Esto no hacía más que confirmar lo que ya sospechaba: más que aliviar la situación, estaba colocándose la soga al cuello.— Bueno niñas, eso es lo que pasó... - suspiró - Y aquí estamos. Probablemente me olvidé o me salté algunas partes, pero no son tan importantes, lo que les dije no es nada más que la pura y fiel verdad*

— Bueno, niñas, eso es lo que pasó... - suspiró - Y aquí estamos. Probablemente olvidé o me salté algunas partes, pero no son tan importantes. Lo que les dije es la pura y fiel verdad.

— Querrás decir, "la cruel y dura realidad" - Mencionó Panther con sarcasmo -.

— Sí, yo hubiese preferido que mintieras de forma convincente - Agregó Sonette -.

— Daba lo mismo. Si hubiera mentido, ustedes no me dejarían de molestar diciendo que me estaba enalteciendo y bla, bla, bla.

— No me refiero a eso. Lo que quiero decir es que todo esto me parece una porquería. No sé si puedo decir que me siento usada, pero es bastante decepcionante conocer mi origen.

— Cierto. A excepción de Loan, todas podríamos decir sin problemas que somos hijas no planeadas. Ni siquiera sabemos si nuestras madres esperan algo de nosotras; solo somos una responsabilidad más. - Añadió Liby, cabizbaja -.

— Felicidades, Lincoln... - interrumpió la pelirroja mientras se levantaba de su asiento para encararlo - Estoy segura de que tu padre no te lo ha vuelto a decir, pero yo sí: te felicito por parecerte a él, al menos en un aspecto. Tener once hijas. Solo que, a diferencia de él, tú no mereces ni siquiera ser llamado padre.

— El día en que me parezca en algo en ti, ese mismo día me suicidaré y quedará en tu conciencia. - Agregó Loth fríamente -.

— Creo que deberías hacer un acuerdo con él para que te ayude a no pisar la cárcel. Oh cierto, no puedes. - Agregó Panther mostrando crueldad en sus palabras -.

— Je... - bajó la cabeza sintiéndose derrotado ante los ataques de sus hijas, las cuales le estaban dando una cucharada de su propia medicina - Deberían cuidar sus palabras...

— ¿Por qué deberíamos hacerlo? ¿¡Qué, nos dejarás a nuestra suerte otra vez!? ¡Vaya, que novedad! - Dijo Lyra alzando la voz, mostrando sus ojos algo llorosos por la rabia que sentía -.

— N-No sé si y-yo p-pueda o-opinar p-pero... - trató de calmarse ya que había estado sollozando y su voz se entrecortaba - Hasta yo he t-tenido que lidiar con tú ausencia... - Mencionó Loan mientras era abrazada por Sonette -.

— Por supuesto que puedes Loan, todas podemos. Él realmente creé que nos está haciendo un favor al cuidarnos, sólo se preocupa por si mismo y si acepta estar aquí con nosotras, es porque no tiene otra opción, tiene que fingir su preocupación por nosotras. Eso todas lo sabemos y sino se lo decimos reiteradas veces es porque ESTAMOS CANSADAS de estar buscando cariño dónde simplemente no lo hay. - Dijo Lyra volviendo a levantar la voz -.

— Lyra, tampoco tienes que gritar, te escucho perfectamente. Además, ¿Quién dijo que yo no las quiero? Qué me haya ausentado tanto tiempo y que todo el día actúe cómo un imbécil no significa que no les tenga cariño. Digo, por dios, son mis hijas después de...

— Cierra la boca, ¿Sí? Cierra tu maldita y mentirosa boca. - Interrumpió Laika -.

— ¿Lo ves? Ya no se puede confiar en ti. Digas o no digas la verdad, es difícil poder hacerlo.

— ¿¡Y entonces qué quieren!? ¿Qué quieren que haga para que puedan creerme?

— ¡Es que ese es el problema, que no sabemos si puedas hacer algo para remediar todo lo que nos has hecho pasar!

— ¿"Lo que les he hecho pasar"? Por favor, hasta dónde yo sé, ustedes han estado bien. Tal vez las que son por parte de mis hermanas han estado un poco mejor, pero eso no importa.

— ¿Qué es bien para ti? ¿Acaso sabes todo lo que he tenido que ver en los conciertos de mi madre? ¿¡O cómo tuve que lidiar con sus estúpidos novios!? ¡Incluso Terry me comprende, ella ha pasado por lo mismo y hasta peor! ¿¡Te has puesto a pensar en eso!? ¡Por supuesto que no! - Lyra le recriminó a su padre, mostrando su frustración -.

— Espera Lyra, yo...

— Adelante, pregúntale a las demás y verás que no tienes ni p... Una maldita idea de lo que hemos pasado mientras tú te dabas la gran vida.

— ¿Eso es cierto, niñas? - Preguntó en general -.

— M-Mi madre me ha sobreprotegido t-tanto que n-no se hacer m-muchas cosas, m-me aterra pensar en el hecho de q-que puedo salir l-lastimada... - Diría Loan visiblemente afectada al pensar en ello -.

— Yo he tenido que trabajar desde la secundaria para ayudar a mi madre a cubrir los gastos. Además, para colmo, nací prematura y por ende no toda mi pierna se terminó de desarrollar, así que cómo te darás cuenta... - fijó la mirada en su padre - La prótesis que llevo no fue fácil de conseguir. - Mencionó Panther con cierto enojo -.

— Conmigo apenas si veo a mi madre, todo el tiempo está trabajando y cuando no es así, está obsesionada con el ocultismo y esas cosas. Está de más decir que la mayor parte de mi vida me he tenido que cuidar sola, además, en la escuela llegué a sufrir burlas por una cicatriz que tengo en la mejilla y por mis dientes frontales, por mucho tiempo sufrí acoso escolar por ese motivo. - Diría Sonette en un tono depresivo y con la mirada desencajada -.

— He sufrido tantas comparaciones por parte de mi madre que ya perdí la cuenta, ella realmente quiere que siga sus pasos, pero yo no y eso sólo ha hecho que me acose con ello. - Liby respondió cabizbaja, incomoda por revelar algo así -.

— Mi mamá hace lo mismo, sólo que cuando ella se enoja mucho me castiga poniéndome a entrenar casi todo el día. - Dijo Lacy con desanimo -.

— Yo sólo puedo decir que mi madre apenas si sabe que existo, cuando está en casa sólo está bebiendo y me ha dicho que si pudiera, me usaría como parte de un sacrificio. - Mencionó Lupa en un tono serio mientras permanecía cruzada de brazos y desviando la mirada, pues no quería que la vieran afectada -.

— Comparto la misma madre que ella y puedo confirmarlo. Aunque yo la he pasado peor. Antes de que me dejara en ese maldito internado, solía dejarme con niñeras que no me prestaban la suficiente atención. A ella no le importaba; solo quería deshacerse de mí. Después, me dejó en ese internado por mucho tiempo y ni siquiera se molestaba en ir a verme. - Hizo una pausa, intentando controlar sus emociones - Cuando finalmente fue por mí, esperaba una disculpa, un gran recibimiento... ¿Y qué pasó? Me dijo que solo me sacaba del internado porque necesitaba conseguir dinero para financiar sus proyectos de literatura, así que me puso a trabajar. - Soltó un largo suspiro, tratando de mantener la compostura - Además, jamás le perdonaré que me haya ocultado que tenía una hermana menor. Lo sabía desde antes de dejarme en ese internado, pero no me lo dijo. No, no hasta que regresé. - Dijo Loth con una mirada fría, denotabdo amargura -.

— Yo no diré nada, no tengo porque exhibirme. La forma en que mi madre me educó es muy personal y no tengo porque dar explicaciones de cómo fue. - Dijo Laika negada a lo que hicieron sus demás hermanas -.

— Eh, yo pues... Mi mami todo el tiempo está triste y aunque elma cree que no me doy cuenta, sé que también siempre está lamentándose por el hecho de que arruiné sus aspiraciones en la literatura y el arte. He tratado de hacerla feliz de muchas formas, pero simplemente no lo consigo, eso me hace sentir muy mal. - Mencionó Gloom con tristeza -.

— Bien, agradezco su abertura hacía mí... - se levantó de su asiento - Ustedes dijeron lo que tenían que decir y yo también, no hay nada más que agregar. Espero que lo que decidan, lo decidan bien. - Dijo antes de retirarse de la sala y salir de la casa para ahí esperar a que Sid regresara -.

~Más Tarde~

*Después de estarle esperando afuera por aproximadamente media hora puesto que el plazo de tiempo acordado ya se había cumplido, la asiática finalmente regresaría a la residencia. Asimismo, también cumpliría con su promesa de volver con una patrulla de policía, cosa que sólo causaría aún más resignación en el albino*

— ¿Listo? Espero que les hayas contado todo tal y cómo pasó. - Preguntó Sid al pasar al lado del albino -.

— Sí claro, me iba a arriesgar a mentirles.

— ¿Sabes? Ya puedo esperar cualquier cosa de ti.

— Si claro...

— ¿Todas están allá adentro, verdad?

— Si, están reunidas en la sala.

— Bueno, iré a saber que pasará contigo. Por favor evítame la molestia de tener que decirle a los oficiales que te sigan si tratas de huir.

— No Sid, no me moveré de aquí.

— Qué sea así.

*Uno podría esperar que el peliblanco viviría los casi 60 minutos más largos y angustiantes de su vida, pero no fue así, pues como se había mencionado anteriormente, se encontraba resignado y no podía esperar alguna solución, ya se la había agotado así como sus cigarrillos, se había acabado toda la cajetilla mientras esperaba pacientemente a que la asiática saliera de hablar con sus hijas, las cuales evidentemente decidirían lo que pasaría con él*

— Bueno Lincoln, está decidido.

— Pensé que terminarían más pronto.

— Necesitaba hablar con ellas para estar segura de que no estuviste perdiendo el tiempo y si estaban preparadas para tomar su decisión.

— ¿Y bien?

— 4 a 7 fueron las opiniones positivas y en contra. Me reservaré quiénes votaron hacia un lado y quiénes a otro, no es relevante.

— Vaya sorpresa... - Sonrió levemente -.

— Usualmente te citaría en un juzgado para decir tu sentencia, pero ante el conocimiento que tengo de tu probable negligencia y que además, poseo las pruebas suficientes para evidenciarte, nos evitaré la molestia y te irás detenido, por el momento a la estación de policía.

— ¿Algo más que tengas que decirme?

— Depende, ¿Me quieres escuchar?

— ¿Tengo algo mejor que hacer?

— ¿Realmente quieres dejar a esas niñas sin padre? Estoy segura de te habrás dado cuenta, pero no sólo se trata de tú ausencia sino de cómo es que viven, no culpo a sus madres por tener sus propios métodos de crianza pero al menos tú deberías de tratar de hacer que olviden ese trasfondo por el que han estado pasando. Han venido contigo porque quiere recibir ese amor y atención que sus madres pocas veces les dan, no se trata de que te ganas su cariño, se trata de que las escuches y aprecies que te están dando una segunda oportunidad, ellas realmente quieren eso, si, tal vez estén aquí porque tanto tú como sus madres firmaron un contrato y eso automáticamente te ha forzado a tener que adaptarte a ellas. Por supuesto que es frustrante ver cómo algunas no te respetan y en cambio te muestran su odio, enojo y resentimiento, pero aquí te pregunto, ¿Qué esperabas? ¿Qué te perdonarían tan fácil o qué harían como que nada pasó? Te lo dijo Lori y te lo dije yo, aprovecha tus oportunidades, CAMBIA Lincoln.

— He tratado, nunca lo cumplo, pero he tratado.

— Mira, te seré completamente sincera, te despreció cómo no te lo imaginas pero mis asuntos personales no se tienen que combinar con mis asuntos laborales, así qué cómo profesional que soy, estoy aquí para buscar un bien común y ése bien común es el siguiente... - tomó aire antes de proceder a hablar - Fácilmente yo podría dar por terminado el caso y cobrar mis honorarios, pero cual sería mi satisfacción, ¿Encarcelar a un despreciable hombre a costa de once pobres niñas, la cuales apenas si pueden ser educadas por sus inexpertas madres? NO, eso no es lo que busco. Escúchame bien Lincoln Loud porque no te lo repetiré dos veces, cuidarás a esas niñas aunque sea lo último que hagas, créeme, le serás más útil a la humanidad revirtiendo tus pecados que malgastando el tiempo en una cárcel, porque tu estancia ahí no me asegura un cambio.

— ¿Es en serio lo que me estás diciendo? ¿Y entonces para qué tanto hablar?

— Supuse que estarías tan confiado y resignado de que las niñas hablarían en tu contra que cambie de opinión en el trayecto de regreso hacía acá.

— Bueno, ¿Y qué te asegura que ésta vez si lo cumpliré?

— Sobre aviso no hay engaño Lincoln, tu condena será mucho peor, me aseguraré de ello. Así qué, cumple con la "condena" que tienes ahora. Se para tus hijas lo que tú padre no fue contigo y haz que ellas no hagan lo que tú le hiciste a tu padre.

— Pero...

— Nos vemos Lincoln, seguiré estando muy pendiente a lo que hagas y más te vale que eso sea positivo.

— Espera, ¿Me estás diciendo que ellas aceptaron quedarse conmigo más tiempo?

— Podría decirse que sí, pero no creas que se trata de un golpe de suerte para ti, nada de eso, si ellas quieren quedarse más tiempo aquí es porque necesitan descansar de la rutinaria vida que llevan con sus madres. Así qué, más te vale no hacerlas cambiar de opinión.

— No entiendo... ¿Cómo es posible eso? ¿Qué no se supone que estaban molestas conmigo?

— Digamos que estuvimos de acuerdo en algo, yo les dije que sabía qué estabas confiado en como votarían por ti y ellas concordaron conmigo diciéndome que en todo momento te mostraste resignando. Así que adelante, no te quitaré más tu tiempo, tienes mucho por hacer.

[Nuevamente, borrón y cuenta nueva para el peliblanco, quien realmente había llegado a pensar que ya no tendría que seguir lidiando con sus hijas. Estaba, obviamente, resignado a pisar la cárcel, pero, una vez más, el destino tenía otros planes para él...

No podía escapar de ello. Le seguía a todas partes y, por más que tratara de darle la espalda, le era imposible seguir negándose. Esta vez no había más opciones. Se sentía mareado, con un gran nudo en el estómago, al darse cuenta de que ya no podía seguir huyendo de sus responsabilidades, ni mucho menos seguir mostrando escepticismo hacia lo que sus hijas sentían o esperaban de él. Había caído en cuenta de que flaqueaba en muchos aspectos y que, en realidad, él era el único que podía ayudarse a sí mismo.

El problema era que, esos sentimientos de orgullo y superioridad que había cultivado durante tanto tiempo, no desaparecerían de la noche a la mañana...]