Desde el punto de vista de Tanjiro y Kanao el tiempo estaba pasando muy rápido, sus pequeños hijos ya iban a cumplir un año de vida y les sorprendía enormemente lo mucho que Hikari y Takeru han aprendido en tan solo meses en este mundo.

Aunque los pequeños eran mellizos/gemelos eran muy diferentes el uno del otro. Mientras que Hikari es una niña alegre y con mucha energía, que disfruta salir a jugar con tierra, más bien le gustaba que la dejaran sobre una manta en el patio y ella gatear hasta la tierra. Takeru por otro lado, le gustaba estar tranquilo en los brazos de su madre o alguna de sus "tías", ya fuera Aoi, Nezuko, Shinobu o alguna de las tres pequeñas mariposas.

La tarde estaba fresca, posiblemente una de los días mas amenos, desde que el verano había comenzado.

Kanao estaba disfrutando de la compañía de su hermana mayor, Tomioka Shinobu había llegado a casa de su hermanita menor sola, con intención de acompañarla y ayudarla a cuidar a los gemelos mientras Tanjiro acompañaba a Giyuu y a Sanemi a visitar a Tengen y sus esposas, aunque esas no eran el motivo principal de la visita de la ex Hashira del Insecto.

Ara... ara... me sorprende lo mucho que han crecido ustedes dos. — la voz de Shinobu sonaba alegre, como si ella fuese una niña viendo a sus muñecas, ambos bebés la miraron con una sonrisa de oreja a oreja.

Ya pronto cumplirán un año, cada día me sorprenden con las cosas nuevas que hacen. — Kanao observaba a su hermana juguetear con sus hijos, la veía feliz, esperaba que siempre fuese así. — Me alegra que vinieras Nee-san, aunque nosotros iríamos a la Finca dentro de unos días, para el control mensual de los niños.

Shinobu la miró con ternura, tenía que decirle el porque estaba ahí.

No solo vine para verlos, debo contarte algo.

Lo primero que pensó Kanao fue algo malo, la ultima vez que su hermana le dijo que debía contarle algo fue cuando le contó como había sido la batalla que le arrebato la vida a Kanae y como podría ella, la pilar del insecto acabar con la segunda luna superior, ese día también supo que su maestra estuvo meses consumiendo veneno de glicinias, en caso de no poder matar al demonio con su katana y sus venenos se iba a dejar devorar, así lograría que el demonio absorbiera todo el veneno al que equivalía su cuerpo.

Ara ara... es algo bueno Kanao, no hay de que preocuparse o al menos eso creo. — aseguro la ojimorada, acto seguido la madre de los bebés se relajó — Lo que sucede Kanao, es que estoy embarazada — Shinobu continuó hablando sin dejar que Kanao la interrumpiera. — Sé que llevo casada con Giyuu-san cerca de dos años y medio y no espere a que sucediera, es mas, siempre creí que mi cuerpo ya no era compatible con esa condición, pero resulta que después de un par de meses con el tratamiento para eliminar el veneno de glicinias de mi cuerpo volvió a llegar mi menstruación. Entenderás que Giyuu-san y yo también somos jóvenes y hacemos cosas de pareja. — ante esto ultimo dejó salir una risita tierna. — En fin, fui con un médico de la ciudad y me dijo que todo esta en orden, que puedo continuar con mi embarazo, con cuidado pero va todo por buen camino.

Hika-chan, Keru-kun tendrán un hermanito, mi Nee-san también será mamá — celebró Kanao, guiando a sus bebés en un abrazo a Shinobu, quien la correspondió con cariño y calma.

Ambos bebés abrazaron a esa pequeña mujer que constantemente los venia a ver y los contenía en sus brazos, ayudaba a su madre a alimentarlos y les hacia sus chequeos médicos con todo el amor del mundo, esos bebés tan inocentes sentían la felicidad de ambas mujeres y eso los hacia felices a ellos también.