¡A TRABAJAR!
Capítulo 1: Un nuevo comienzo
Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que miró la pantalla de su celular, esperando que su novio le enviara un mensaje. No sabía nada de él desde hacía 5 días que habían tenido una gran discusión. Las cosas no estaban para nada bien entre ellos desde hacía ya un tiempo, el amor se estaba esfumando rápidamente y ya nada era igual. A Rin le dolía aceptarlo pero sabía que era la verdad.
- Ya no quiero esto... Ni siquiera me importa si quiere seguir conmigo o no, me da igual... - pensó en voz alta.
Tiró el celular en la cama y se cambió de ropa para ir de compras.
Rin había pasado por una tragedia que aún no podía superar al todo a pensar de que ya habían pasado algunos años. Sus padres fallecieron en un fatal accidente automovilístico, no tenía hermanos ni otra familia, estaba prácticamente sola. Su único atisbo de luz era su mascota Jaken, una iguana de mal carácter pero cariñoso a su manera y su mejor amiga y compañera de vida Kagome. Eran inseparables desde el colegio a pesar de no haber sido compañeras de grado por tener edades diferentes. Rin siempre pensó que si tuviera la posibilidad de elegir una hermana, sería Kagome.
Kagome era dueña de un supermercado bastante concurrido en la zona, en el cual siempre quiso que Rin trabajase aunque ella siempre se negó.
El lugar de trabajo de su amiga estaba algo alejado de su casa, pero decidió ir de todos modos para distraerse y si podía, hablar con ella. Recorrió todos los pasillos y luego de poner en el carrito todo aquello que necesitaba fue a la caja para terminar de pagar. En ese momento sintió un grito detrás de ella.
- ¡Riiiiin! ¡Holaaaaa! - era Kagome que venía corriendo hacia ella.
Toda la gente empezó a mirarla y sintió algo de vergüenza pero luego de ver la alegría de su amiga sonrió y abrió los brazos para abrazarla.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó curiosa.
- Pues vengo a comprar a tu supermercado.
- Rin... Tienes muchos lugares mucho más cerca de tu departamento ¿y vienes hasta aquí a comprar? - alzó las cejas Kagome.
- Bueno... - Rin bajó la mirada algo tímida - Esperaba poder hablar contigo.
- ¿Quieres que vaya a tu departamento o vienes tú al mío?
- ¿Y si tomamos algo en algún lugar? - propuso Rin.
- ¡Me parece estupendo! Te pasaré a buscar en un taxi a la noche.
- ¡De acuerdo!
Cuando llegó la hora se dispuso a vestirse para salir con Kagome. A toda mujer le hace bien vestirse lindo cuando se siente mal, así que abrió su vestidor para ver que podía ponerse. Eligió un vestido corto negro y ajustado, con cuello tortuga y espalda semidescubierta. Se recogió el cabello en un rodete algo despeinado con unos mechones que caían al costado de su cara y mantuvo su maquillaje sencillo, solo iban a tomar unas copas a algún bar.
Kagome golpeó su puerta y Rin salió rápidamente.
- ¡Oyeee, te ves bien, Rin Rin!
- Tú no te quedas atrás - Kagome llevaba un enterizo rojo con un escote bastante pronunciado y su cabello extremadamente negro suelto.
- Nos llevará un taxista conocido, por si necesitamos ayuda para volver. - Se rió divertida.
- ¿Es tu amigo? - preguntó Rin
- Mmmmmm es mas bien un conocido, es muy mujeriego así que no le prestes atención cuando te empiece a decir piropos. - le advirtió Kagome antes de subir al taxi.
- ¡Pero por todos los cielos! Mi auto esta bendecido por llevar estas dos bellezas.
- Ella es mi amiga Rin, Miroku.
- Mucho gusto, señorita Rin.
- Igual. - contestó Rin algo seca.
- Bendita sea la cuna donde dormiste, preciosa.
- ¡Basta Miroku! Ni lo sueñes. - le advirtió Kagome con un dedo.
- ¡Esta bien, esta bien! - dijo Miroku con las manos en alto. - Entonces ¿a donde las llevo?
- Al "Perla Shikon".
- Oh, irán a ahogar algunas penas por lo que veo.
Rin pasó todo el camino escuchando las historias de Miroku y sus conquistas fallidas. Si bien al principio se le hizo algo incómodo la manera de dirijirse de Miroku hacia ellas, luego de un rato se dio cuenta que era buena persona y que podía estar tranquila, después de todo era conocido de su mejor amiga.
Al llegar al bar se bajaron del taxi y Miroku le dijo a Kagome que lo llamara cuando quisiera, ya que iba a trabajar toda la noche por ella si era necesario.
Entraron al bar como si fueran dos estrellas, todo el mundo volteó a verlas inclusive después de haberse sentado seguían mirándolas. Pidieron sus tragos y Kagome comenzó a interrogar a Rin.
- Y bien... ¿Qué sucede? ¿Por qué querías hablar conmigo?
- Creo que Kohaku y yo no seguiremos juntos.
- ¿Después de tantos años? ¿Que pasó?
- Tuvimos una gran discusión, hace días que no hablo con él. De hecho, hace bastante tiempo que no estamos bien, he empezado a desenamorarme. Ni siquiera sé si lo quiero o estoy con él solo por costumbre.
- ¿Pasó algo que te hiciera sentir mal?
- Mi último cumpleaños fue un desastre, creo que desde ese día algo cambió dentro de mí.
FLASHBACK
- Kohaku, ya te he dicho que no quiero hacerlo.
- Te compré este estúpido regalo, solo quiero que pases la noche conmigo.
- ¿Me compraste un regalo esperando que pasara una noche de sexo contigo? Ni siquiera para darme un regalo de cumpleaños, solo para tener algo de mí.
- No quise decir eso...
- Kohaku, hoy es mi cumpleaños. Y a pesar de eso he tenido un día fatal, renuncié a mi trabajo por el mal trato que estaba teniendo de mi jefe, tuve que ir al cementerio a ver la tumba de mis padres por un papel que estaba mal firmado en la administración, tuve que esperar un taxi en la lluvia porque mi auto está en el mecánico y cuando llego aquí, a tú casa, me recibes con un regalo soso esperando que te salte encima.
- Mira, desde hace tiempo tienes ese carácter, todo se va a ir a la borda por tu culpa. Ya estoy cansado. Yo sé que lo de tus padres fue repentino pero debes seguir adelante, todo lo malo que te está pasando ahora es por esa mala actitud que tienes. ¿Tienes idea de la paciencia que te tengo? Pensé que hoy tendrías una mejor predisposición a tomar el día, más alegre con ganas de algo. Y este regalo soso (agarró el peluche que había comprado y lo tiró al suelo) me costó comprártelo. No cago dinero ¿sabías eso?
- Te la pasas levantándote al medio día, Kohaku. ¿Como piensas avanzar así? Las cosas no te caerán de arriba si no te mueves. Y lo que menos me molesta en este momento es el peluche que compraste...
Rin comenzó a temblar entera, las lágrimas brotaron de sus ojos y no podía controlar su respiración. De nuevo sentía que iba a morirse, esos malditos ataques de pánico eran cada vez más frecuentes y la discusión no estaba ayudando. Solo pudo arrodillarse en el suelo cuando sintió que no podía mantenerse en pie. A lo lejos seguía escuchando reclamos de Kohaku que le decían que todo era su culpa, una y otra vez "todo esto es tu culpa", "y ahora me haces sentir culpable a mí teniendo un ataque de pánico". Lo demás no pudo retenerlo, su mente bloqueó todo sonido de afuera. Lo único que recuerda luego de eso es estar sobre la moto de Kohaku camino a su departamento y luego dormirse en su cama llorando. Al día siguiente él le pidió disculpas pero algo se había roto. Rin sintió que no merecía lo que había pasado.
Los meses siguientes la relación había estado fría, ninguno se había esforzado por mejorarla. Y la última discusión que tuvieron fue por un cumpleaños familiar al que Rin no quiso asistir, lo que hizo que Kohaku se enfadara y dejara de hablarla durante varios días hasta ahora.
FIN FLASHBACK
Kagome no podía creer lo que había escuchado, tampoco podía creer la entereza con que Rin lo había contado. Se sintió tan mal amiga por no haber estado ahí para ella.
- Rin pero... ¿porqué no me dijiste nada? Pasaste todo eso sola.
- No lo sé, creo que tenía vergüenza de mi misma. - admitió con un sorbo largo de su champagne.
- Dios, no puedo creerlo... Lo haría pedazos al estúpido si lo viera en este momento. - dijo Kagome tapándose la cara con rabia. - Rin, ¿aún dudas si terminar con él o no?
- Pues, ni siquiera se que quiero...
- No deberías, no deberías estar con él.
- Kagome, yo creo que ya ni siquiera siento algo por él...
- Es decir... Espera... ¿Tampoco tienes empleo?
- No, estaba harta de mi jefe. Haciéndome trabajar horas extra para luego robarme las ideas y hacerlas pasar por suyas. Era un imbécil.
- ¿Pero entonces con qué te sustentas? - preguntó Kagome preocupada.
- Si hay algo que hago bien es ahorrar, no pienses que pasé varios años en la empresa sin hacer ninguna reserva.
- Rin... - Kagome tomó sus manos - yo, lo lamento. Lamento no haber estado en este tiempo, yo...
- Kagome, no es tu culpa. Yo decidí no decir nada, no tenía el valor para hacerlo. Me sentía una idiota fracasada. Estás conmigo ahora y eso es más que suficiente para mí.
Se abrazaron y brindaron haciendo un fondo blanco que les pintó una sonrisa en sus labios.
- Tengo una idea... - dijo Kagome algo emocionada. - Tú no tienes trabajo ahora, yo necesito a alguien que me ayude a administrar el supermercado... Entooonces ¿por qué no vienes a trabajar conmigo?
- ¿Tú crees? - dudó Rin mientras hacía círculos en la mesa con su dedo.
- ¡Claro! Sé que quizás no es exactamente el empleo que hacías en la empresa de marketing pero, sabes administrar bien y eso me sirve mucho. Además, eres de mi confianza.
- Supongo que puedo intentarlo...
- ¡Excelente! No te arrepentirás, tendrás dinero, conocerás gente nueva, pasaremos más tiempo juntas y te olvidarás del idiota de Kohaku.
- Hablando de Roma...
El teléfono de Rin comenzó a sonar, en la pantalla se leía el nombre de "Kohaku". Ambas se miraron sorprendidas.
- Lo mandaré a la verga.
Kagome se sorprendió tanto por el lenguaje de Rin que comenzó a reírse, si había algo que le gustaba de la Rin borracha era que se le soltaba la lengua. Asintiendo y con un gesto puños cerrados la alentó a que atendiera el teléfono.
- Hola...
-Rin tengo que hablar contigo ahora.
- No puedo hablar ahora, Kohaku. Estoy ocupada.
-Sí, eso veo. Te estoy viendo ahora mismo.
- ¡¿Qué?! - dijo sorprendida mirando hacia todos lados.
-Mira hacia afuera...
Kohaku se encontraba en la puerta del bar mirándola con el teléfono en el oido y con un gesto de pocos amigos.
- Kagome ¿qué hago?
- Pues sal y mándalo a la verga ¿no?
Rin salió tratando de mantener la calma mientras se arreglaba el vestido que de pronto parecía demasiado corto.
- Voy caminando y lo primero que veo es a tí en un bar con tu amiga haciéndote la soltera y con ese vestido, Rin. ¿Qué te sucede? - le dijo Kohaku enojado a penas cruzó la puerta para encontrarlo.
- ¿Sabes qué? Sí, estoy soltera. Tú y yo llegamos hasta aquí.
- ¿De qué hablas?
- Kohaku, esto no da para más. Nos hemos tratado mal todo este tiempo, es claro que ya no nos queremos. Yo no soy la mujer para tí, al parecer nunca fui suficiente para tí y nunca lo seré. Y yo ya estoy harta de todo.
- Rin, estás loca. Estás borracha, mejor hablemos mañana.
- No, Kohaku. Basta...
- ¡Rin, no puedes hacer esto maldita sea! - Kohaku comenzó a levantar la voz.
- No me grites... - le advirtió Rin con calma.
- Tú vienes conmigo - la agarró del brazo intentando llevarla.
- ¡Suéltame!
Rin intentaba soltarse del agarre de Kohaku pero era inútil. Kagome al ver esto salió corriendo desde adentro del bar para socorrerla, pero en ese instante vió que un hombre se acercó a defenderla por lo que miró desde la puerta mientras le marcaba a Miroku para que pasara a buscarlas.
- No es manera de tratar a una señorita. - le dijo el hombre a Kohaku mientras lo detenía del brazo.
Rin miró al hombre que se había acercado. Era sumamente alto, como una torre, de mirada fría y ojos rasgados y de cabello platinado recogido en una coleta.
- ¿Quién rayos eres? ¡No te metas!
El agarre fuerte del hombre hizo que soltara a Rin quien retrocedió unos pasos, pero los nervios y los tacones le jugaron una mala pasada, sin querer se tropezó haciendo que tambaleara hacia atrás, pero el brazo firme de del hombre la salvó por segunda vez en la noche evitando que cayese. En ese momento Kagome la tomó de la mano y la llevó hacia el taxi de Miroku que por suerte llegó rápido. Sin más, las dos se marcharon dejando a Kohaku enojado, mientras se ponía en marcha el auto, Rin y su salvador cruzaron miradas... ¿por última vez?
Hola! Les traigo esta historia que me tiene muy entusiasmada, una de mis parejas favoritas de todos los tiempos. Espero les guste :D - Mamo - nee
