Les dolían los pies. Durante lo que duraba de día, desde que salía y se ocultaba el sol, caminaban de un lugar a otro sin descanso. En cuanto la oscuridad arreciaba, dejaban las guardas puestas, sacaban las provisiones que les quedaban y cenaban en silencio antes de que les tocara el periodo de vigilancia que se repartían entre los tres.
Sin embargo, con las recientes nevadas, resultada cada vez más cortos los periodos de viajes y más largas las noches heladas. La felicidad hace ya rato había menguado y solo se reservaba para periodos esporádicos de euforia, cuando conseguían comida o encontraban un buen lugar donde pasar la noche.
Draco, por su parte, durante el poco tiempo libre que no pasaba durmiendo, sacaba el libro y buscaba respuestas a la razón por la cual Harry era capaz de entenderle transformado en lobo, pero el avance en esa lectura era copiosa y tardada, debido a los símbolos y las palabras codificadas en la que estaba escrito. Normalmente, el cansancio le ganaba antes que su fuerza de voluntad por ponerse a descifrar misterios con la poca energía que le quedaba.
De esa manera triste y casi olvidada, Noviembre se pasó volando y cuando Draco se enfrentó a la siguiente luna llena, decidieron, por acuerdo mutuo, que iban a probar dejarlo libre dentro de las guardas, mientras Harry hacía su labor como encantador de "serpientes" y mantenía la situación bajo control.
Se ocultó detrás de un árbol y esperó con los pies hundidos en la nieve. El frio quemaba y lo mantenía atento. En cuanto Harry escuchó el sonido feroz detrás de la trasformación, se enderezó y llamó al lobo, el cual, tan pronto lo reconoció, comenzó a restregarse contra sus piernas animoso.
La reacción del lobo, no obstante, cambió de inmediato en cuanto percibió la presencia de Hermione, la cual empuñaba la varita atenta a cualquier falla en el plan. Ansioso, retrocedió mientras enseñaba los dientes amenazante.
—Draco… Tranquilo.
El lobo pareció entender, aunque aun así se puso a la defensiva y continuó custodiando a Harry. El resto de la noche, el lobo se enrolló entorno a Harry para protegerlo del frio que les entumía enteros, y por primera vez en mucho tiempo, fue capaz de pasar una transformación placentera.
A la mañana siguiente no partieron de inmediato y dejaron que Draco se recuperara completamente. Sin cicatrices y sin dolor, Draco se preguntó porque no podían quedarse en ese bosque los tres, el resto de sus vidas, sin preocuparse de un mago tenebroso que los quería asesinar, ni de unos estúpidos artefactos que nadie sabía dónde encontrar.
• •
En ese punto, ninguno de los tres daba cómo continuar la búsqueda sin seguir la loca idea de Harry de visitar su pueblo natal.
La carpa, a pesar de ser tan grande, les resultaba asfixiante. Las rondas diarias con el relicario colgado en el cuello eran, aparte, de lo peor. Draco tan pronto se colocaba el colgante encima, sentía como una fuerte ira bullía de su interior y se expresaba en dolorosos puñales constantes.
—Ya se me terminaron —suspiró Draco molesto, en cuanto se llevó el ultimo cigarro a los labios.
Harry lo miró a lo lejos y se rascó la nuca hastiado.
—¡Suficiente! ¡Hermione! ¡Tenemos que ir!
La chica se enderezó y se mordió el labio—. Si… también estuve pensando en que ya es tiempo de que vayamos.
Los chicos se miraron entre ellos, impresionados por la afirmativa de esta.
—¿Qué día vamos? —preguntó Draco de inmediato—. La próxima semana es luna llena.
—Mañana —sentenció Hermione sin duda—. Solo iremos para ver si encontramos algo interesante ¿vale? Además de que, quizás, Matilda está ocultando una cosa que puede resultar útil.
El resto del día, Draco se la pasó vigilando, mientras releía los mismos capítulos de "Vida y Mentiras de Albus Dumbledore", solo en caso de estar pasándosele algo por encima.
Se metió tanto en la lectura (no podía negar que la pluma de Skeeter tenía un no-se-que demasiado adictivo), que la nieve que había caído alrededor adoptó forma de dunas altas. Una vez pasaron las horas y regresó a la carpa, Harry lo tomó de las manos. En un suave movimiento, le quitó el relicario del cuello, el cual dejó encima de la mesa de centro y le sonrió a Hermione, quien puso la música de inmediato.
"Take me out tonight
Where there's music and there's people
And they're young and alive.
Driving in your car
I never, never want to go home
Because I haven't got one
Anymore."
Alzó una ceja, pero dejó que Harry comenzara a balancearse al ritmo de la música, mientras el llevaba una de sus manos a la cintura de este. The Smiths eran una banda que tenían a Draco sin cuidado, aunque reconocía que tenían varias canciones buenas. Demasiado buenas como para ser de una banda muggle.
Hermione soltó una risa y también se le unió a ambos en el baile. En cuanto acabó esa canción, se separó un instante, para ir a buscar en sus cosas la cámara fotográfica y sacó varias fotos divertidas de aquel momentáneo atisbo de felicidad.
Finalmente, en cuanto Hermione salió de la carpa con el relicario puesto, los chicos sacaron la música y se pusieron pijama.
—Esa canción está en lo correcto.
Draco ladeó la cabeza, se sentó en el catre y se quedó viendo a Harry, que continuaba tarareando al ritmo de "There Is a Light That Never Goes Out", mientras abrochaba los últimos botones de su camisa para dormir.
—Si un mago tenebroso llegara y nos atacara —planteó con una risita—. Morir a tu lado, es una manera celestial de morir~
Draco soltó un bufido, cerró los ojos y se dejó caer contra el colchón.
—Yo preferiría seguir vivo, a decir verdad.
Tan pronto terminó de decir eso, sintió un leve roce en los labios, que lo hizo entreabrir los ojos, para encontrar a Harry pegado a él.
Pasó los brazos por la espalda de Harry, se hizo a un lado y lo tiró hacia el colchón. Se miraron un largo segundo, uno al costado del otro, justo antes de que Harry continuara tarareando la canción.
Sonrió, se le acercó y le mordió los labios con suavidad.
—Un mago tenebroso no nos va a matar, Potter, eso tenlo por seguro.
—¿Y un bus de dos pisos?
Soltó una risa, hundió las manos en el pelo de Harry y los cubrió a ambos con las frazadas. Desde hace tiempo habían comenzado a dormir juntos en la misma estrecha cama; a Hermione no le interesaba en lo absoluto, a diferencia de Ron quien, de haber estado ahí, de seguro habría hecho algun escándalo.
—Mientras nos mantengamos alejados de las habilidades automovilísticas de los muggles, no tenemos que preocuparnos.
Lo escuchó cantar hasta que Harry se durmió. Se acomodó mejor y lo abrazó con la nariz pegada en su clavícula y la cabeza llena de escenarios. Cualquier manera de morir, si era al lado de él, era una buena forma de perecer.
• •
En Godric Hollow, las luces navideñas y los villancicos de fondo, fueron la señal de que habían visitado aquel pueblito justamente en nochebuena.
—¿Cuánto tiempo ha pasado?
Draco y Hermione se encogieron de hombros, mientras miraban la frustración en la expresión de Harry, quien caminó hasta tocar la escultura que les daba la bienvenida al pueblo. En esta se ilustraba a una familia. Madre y padre, los cuales abrazaban a un pequeño bebe. Draco fijó la mirada en la expresión adorable de los personajes y no pudo evitar desviar la mirada hacía Harry, quien no dijo ni una sola palabra, se subió la cremallera del polerón y solo le tomó la mano.
Avanzaron por el pueblo hasta llegar al cementerio. La nieve había cubierto una gran parte de los sepulcros, por lo cual tuvieron que despejar los epígrafes para encontrar con las lapidas que tuvieran los nombres de los padres de Harry en estas.
—Miren, es la marca de Gridelwald —señaló Hermione, hacia uno de los sepulcros más antiguos—. Que extraño…
—Grindelwald vino a Godric Hollow durante un tiempo ¿no? —le comentó Draco, a lo que Hermione asintió—, de seguro que debió haber sacado la idea de aquí.
La chica no pareció para nada convencida, pero priorizó la búsqueda entre las lápidas en lugar de ponerse a debatir lo dicho por Draco. Finalmente dieron con las dos sepulturas en las que vislumbraba el apellido "Potter".
Harry apretó con más fuerza el agarre con el que sostenía a Draco y bajó los ojos para intentar ocultar el par de lágrimas que cayeron de sus mejillas y mojaron parte del cemento a sus pies. Hermione, por su parte, materializó una hermosa corona de flores la cual puso contra los nombres "Lily y James" y abrazó a Harry por la espalda.
Se quedaron un largo rato ahí: con Harry asimilando por milésima vez la única verdad, que era huérfano y no podía hacer nada por cambiarlo.
Cuando salieron del cementerio, Harry tenía una tenue sonrisa pese a los ojos hinchados. Continuaron caminando por el pueblo hasta llegar a una casa en ruinas. Cruzaron la acera y se dieron cuenta de que los Muggles evitaban esa parte de la calle por completo, lo que les dio el primer indicio de magia.
En el buzón de correo, detrás de la pintura oxidada y maltrecha, se podía leer "Familia Potter" en una caligrafía hermosa, muy similar a la letra cuidada de Harry. A las afueras de la casa, sin embargo, soltó la mano a Harry, ya que sabía que este iba a ir corriendo a ver las flores y mensajes que estaban en la fachada.
"Creemos en ti, Harry Potter". "Fuerza, Harry". "Estamos contigo Potter".
Harry leyó cada uno de los mensajes. Algunas de las flores, por el tiempo pasado, ya estaban marchitas, mientras que otras parecían haberse colocado esa misma mañana. Harry volteó la mirada a Hermione y Draco, los cuales lo miraban con cierta ternura.
—No todo está perdido —dijo Hermione, justo antes de que Harry se pusiera de pie y salieran de la antigua casa de los Potter—, y nosotros estamos contigo, Harry.
Siguieron transitando por Godric Hollow, hasta que Draco se detuvo a las afueras de una capilla, que de toda la avenida era el único lugar de donde emanaba muchísima luz. Motivado por la curiosidad, se acercó y afiló los sentidos, solo para escuchar los canticos de dentro.
—Deben estar haciendo la misa de navidad —aseguró Harry, con media sonrisa, que tambien se aproximo y prestó especial atención—, y todo apunta a que recién está empezando.
—¿Misa?
—Es un ritual muggle —le explicó Hermione, que al ver la expresión asombrada de Draco, se vio obligada a aclarar—. Que no conlleva ni sacrificios ni magia. Solo rezos y cantos.
Desilusionado, Draco se separó de la puerta y fue a uno de los ventanales para espiar el interior. El lugar estaba atiborrado de hombres y niños, los cuales parecían completamente vertidos en las palabras de sacerdote.
—Oh, ¿veneran al tipo en la cruz? Hubieses partido por ahí —alegó Draco, que pareció haber perdido todo el interés en la religión—. Vamonos mejor.
Cuando se planteaban regresar al campamento, un olor a putrefacción se clavó en la nariz de Draco. En la cuadra del frente, una anciana de aspecto moribundo los miraba fijamente.
—¿Será Matilda Bagshot? —preguntó Draco al aire, haciendo que la mirada de los otros dos se fijaran en la mujer—. Huele horrible.
Se acercaron a la mujer, lo que le hizo confirmar que el pestilente aroma venía de ella. Draco tomó con la mano derecha su varita y con la otra se cubrió la nariz. La mujer, sin decir nada (e ignorando las preguntas de los tres), los llevó hasta su vivienda, que estaba sumergida en la penumbra.
Ahí dentro todo le dio mala espina. Tomó a Harry del brazo y lo miró con advertencia, antes de que este asintiera y fuera con Matilda arriba. Hermione los escoltaba, mientras Draco trataba de analizar la mezcla de olores que llenaban la casa.
Una parte era magia, otra muy fuerte era carne pútrida, carente y muerta; y juraba que era capaz de percibir un retazo a lobos ahí dentro. A la manada de Greyback.
Al llegar a la cocina, Draco se dio cuenta de que toda la comida estaba echada a perder. Aguantó como pudo las ganas de vomitar y pasó hasta la mesa de comedor en donde encontró una carta que tenía su nombre escrito en esta. Asombrado, la analizó un minuto y terminó por meterla dentro de su bolsillo, antes de correr piso arriba, en el momento exacto en donde el cadáver de Matilda caía al piso y una serpiente gigante salía del cuerpo de la anciana para atacar a Harry.
Hermione lanzó un par de hechizos, tiró a Harry y los dos cayeron encima de Draco, quien los hizo desaparecer de la casa.
Tan pronto llegaron al bosque y Hermione con Draco se recompusieran, se dieron cuenta de que Harry no se movía. Con los resto de su varita encima y un aliento febril invadiéndolo, Draco lo cargó hasta la carpa, mientras Hermione le hizo notar la mordedura de serpiente en el tobillo de Harry. La chica, rápidamente rebuscó en el almacén alguna pócima que sirviera.
—¡Un antídoto! ¡Cualquiera! ¡Solo para contrarrestar el veneno!
Hermione le extendió una botellita y Draco se la dio a beber. La fiebre pareció menguar, cosa que tranquilizó a ambos y Draco con cuidado le curó la herida, antes de dejar a Harry encima del camarote, con un paño frio en la frente.
Una vez Hermione le comentó lo que había sucedido, Draco le entregó el sobre que encontró en el comedor.
—¿Cómo sabían que estarías ahí?
—Es obra de Greyback, de eso estoy seguro —dijo Draco, que sentía como la ansiedad comenzaba a florecer en su estómago—. No sé cómo, pero él siempre sabe dónde estoy.
Hermione lo tomó de la mano y miró fijamente.
—Ábrelo.
—No puedo. No todavía.
Se guardó el sobre en el bolsillo del pantalón y se volteó a Harry, quien seguía tiritando a sus espaldas.
—No con él así.
Hermione se mordió los labios, se colocó el guardapelo en el cuello y lo miró un momento.
—Yo vigilaré esta vez, tu cuida a Harry ¿vale? —Draco asintió levemente, antes de que ella conjurara un tempus. Ya era media noche—. Feliz navidad, Draco.
Hermione salió, mientras Harry se arrodillaba al lado de la cama y tomaba la mano de Harry, quien parecía estar teniendo una pesadilla. Le dio un suave beso en el dorso y dejó ese pedazo de en su mejilla, mientras aguantaba las copiosas ganas de llorar.
—No me quiero ir… —sollozó contra el cuerpo de Harry— No todavía.
• •
La serpiente se acercó al oído de su amo y entre siseos le habló. Lucius Malfoy, por su parte, lucía pálido como un fantasma postrado ante Voldemort, listo para la paliza inminente.
—Lo vio… mi querida lo vio, Malfoy —comentó Voldemort entre risas—. Tu retoño estaba junto a Harry Potter.
—Yo… no tenía ni idea que…
—¡Silencio, Malfoy!
Bellatrix entró a la habitación y se arrodilló a los pies de Voldemort, con las manos extendidas y los ojos cerrados.
—¡Ese mocoso lo pagará! ¿No es cierto, Lucius? ¡Dilo de una puta vez!
Lucius se mordió el labio y asintió en silencio.
—Lucius, ¿eres consciente de la deshorna que significa esto? Ahora, con esto… tu esposa, ¡¿Dónde está?!
—Mi señor, no lo sé… ¡Se lo juro! Yo no tenía ni idea que…
Voldemort levantó la varita, le ordenó a Bellatrix que saliera de la habitación e hizo que Lucius se levantara de un movimiento.
—Hay algo que no me has dicho sobre tu mocoso, Lucius ¡¿Qué es?!
—¡No sé a qué se refiere! ¡Ya le he contado todo!
La serpiente siseó con más fuerza a lo que Voldemort sonrió.
—Dice que el chico emana un olor extraño. No humano.
—¡Draco es completamente normal!
Voldemort arrugó la nariz y golpeó el puño contra el escritorio. A lo que Lucius, simplemente, guardó silencio y miró al suelo.
—Lo quiero.
—¿A Draco?
—Si, quiero que lo traigas acá —le ordenó Voldemort—. Lo quiero lo antes posible, Lucius. No se como lo harás, pero quiero a tu mocoso aquí, antes de marzo. ¿Comprendes? —Lucius se relamió los labios y asintió—. ¡Ahora largo antes de que me arrepienta de dejarte vivo!
Lucius se apresuró en salir, pasó de Bellatrix que parecía estar a punto de asesinarlo y se encerró en el baño, en donde tomó la cerámica del lavamanos con fuerza.
—¡LUCIUS! ¡SALE DE UNA PUTA VEZ! —gritaba Bellatrix desde afuera, mientras Lucius simplemente trataba de ignorarla.
Se miró al espejo, trazó con los dedos cada arruga en su rostro y se arrodilló en el suelo mientras pensaba en su hijo. En su Draco, que parecía estar cerca suyo, pero de la peor manera posible.
• •
Notas:
There Is a Light That Never Goes Out: The Smiths.
Hola!
I LOVE THE SMITHS!
Ya dejo el meme. Chuuu ha pasado tiempo y una actu corta aparte. Últimamente no he tenido mucho ánimos de editar, supongo que tiene que ver, en parte por que cada vez quedan menos capítulos de este fic y no se muy bien como sentirme al respecto.
Aun así, he estado haciendo mi mejor esfuerzo por avanzar, porque en el siguiente capitulo se viene… intenso. Esto podríamos que es decir que es lo ultimo Fluff… Lo lamento, pero ya toca sufrir, sufrir de verdad.
En fin, espero les haya gustado, pese a lo corto!
Nos vemos!
THE MACHINE
