La carpeta azul pasó justo a un lado de su cabeza, un poco más y alcanzaba su objetivo: aquel rostro masculino que parecía tallado por los dioses con la única intención de engañar y lastimar a cuanta mujer se le parase en frente. De preferencia a ella, según parecía.

-Akane, ya basta, tienes que escucharme, solo escuchame, esta bien? Todo tiene una explicación, lo juro.

-Acaso te he pedido explicaciones? Lárgate de una vez por todas y no regreses nunca

- Piénsalo, ¿sí? Te juro que la veo como a una hermana, no me casaría ni en mil años con ella, además, cómo va a ser mío ese niño si Ukyo lleva en el extranjero el último trimestre, que es el mismo tiempo que tú has sido mi asistente. Akane, dime, en todo ese tiempo he salido de viaje alguna vez? No, ¿verdad?

-Cállate ya ¡mentiroso! -gritó nuevamente Akane tras unos segundos de duda, lanzando otro objeto que tampoco atinó a darle

-Cómo que mentiroso? Oye, es un malentendido, baja ahora mismo o voy a ir por ti, así tenga que subir por el árbol, ¿me oyes? Akane! - gritó Ranma, pero su ventana ya había sido cerrada-Oye!

Y aunque era un hecho que había logrado tener a Ranma realmente casi rogando por su atención, cosa de por si difícil de creer, no era así como se suponía que tenían que pasar las cosas.

Definitivamente, nada estaba saliendo como lo había planeado. La estable mesa en la cual planificó con tanto detalle alguna vez servir su venganza, se tambaleaba violentamente ante la brutal caída de dos de sus principales pilares: su falso matrimonio y su poca vergüenza para admitir sus besos y aun peor, disfrutar de ellos.

Pero, no conforme con eso, después de acceder a lo que fuese que tuvieran ellos dos por apenas unos días, la noticia de Ranma en un apresurado matrimonio por embarazo le caía como balde de agua fría a sus planes, que ya de por sí iban dando tumbos.

Cómo iba a quitarle el padre a un niño? Y solo por darse gusto en su estúpida venganza, que, de cualquier forma, no duraría demasiado, apenas lo suficiente para hacerle tragar sus palabras en público.

Simplemente sus escrúpulos no se lo permitían. Sentía que la cabeza le daba vueltas y quería abofetearse a sí misma por sentirse tan vacía y triste.

Una corriente de viento frío se coló en la habitación, sacándole de sus ideas y obligándole a voltear hacia el origen de aquella brisa que le refrescaba el cuerpo y la mente por igual.

-Tú y yo tenemos que hablar-avisó desde la ventana Ranma, entrando a su casa como un gato callejero.

-No quiero hablar contigo, lárgate pervertido! -chilló Akane

-¡Por mil demonios, Akane! ¿Puedes dejar de llamarme hipócrita, mentiroso, pervertido y todas esas cosas que no paras de decirme? No he hecho nada para merecer algo así- adujo indignado-Lo único que he hecho es quererte, al menos escuchame

Oh, claro, por supuesto, tú nunca haces nada, ¿verdad, desgraciado?, pensó la chica de cabello corto antes de lanzar el siguiente objeto a su cabeza.

.

.

.

Ukyo hizo un gesto intentando enviar una señal de auxilio a Konatsu, su agente y más ferviente fan, pero el muy tonto no alcanzó a entender su codificado mensaje.

-Prueba de embarazo? -preguntó aterrado por las atropelladas preguntas que le hacía Ranma.

-Se hizo al menos una de esas que venden en las farmacias o ni siquiera de esas pudiste comprar una para ella?

-Pues, es que, señor Saotome

-No cuidaste de ella, no sabes quién es el tipo, permitiste que la estafaran, que la humillaran de esta manera

Ranma dio una larga mirada al apartamento. Montones de marcas se apuraban en ser patrocinadores del embarazo de Ukyo

-Entonces, por qué- gritó enfadado-aceptaste todo esto!? Si ni siquiera fuiste capaz de asegurarte si esta o no embarazada ¿tienes algún problema con tus pagos, Konatsu?

-No, de verdad que no, señor.

Ranma suspiró agotado, hablar con aquel hombre le daba menos luces a la situación que preguntarle a la pared y a la protagonista de aquel lio era prácticamente imposible sacarle algo que no fueran llantos en ese momento.

-Da igual-determinó cansado, buscando algo en la bolsa de compras que llevaba-Ukyo-llamó con prisa-Toma, usa esto.

La mujer de cabello castaño tragó en seco, sin saber cómo reaccionar o negarse.

-Rápido, Ukyo-le apremió

-No creo que sea buena idea salir ahora, afuera debe haber fans esperando para verla-intervino Konatsu y la aludida suspiró aliviada creyéndose a salvo de tener que ir con Ranma a ninguna parte.

-No hay bien-respondió Ranma-Vamos, no tenemos todo el día, Ukyo.

-Es que no me siento bien, por favor, Ran-chan, no me obligues a ir, no quiero.

-Tienes que hacerlo, U-chan, por tu bien y por el mío-casi rogó Ranma, tomando las manos de su amiga entre las suyas- No te pediré nada, nunca más, pero ven conmigo y aclaremos esto de una vez por todas.

.

.

.

Esa era la tercera vez en la cual se detenían en el estacionamiento soterrado. En las dos primeras se negó a bajar del auto, lloró, suplicó e imploró que no la obligara y aunque inicialmente él cedía, daba marcha al auto y recorría algunas calles, terminaba insistiendo en que debía hacerlo.

-Pero, es que, ¡no entiendo por qué te niegas!

-Una mujer sabe esas cosas, Ranma. Sé que estoy embarazada, no me obligues a bajar-chilló ocultando sus ausentes lágrimas entre las palmas de sus manos

-Eso no importa. Podemos desmentir el matrimonio ahora mismo, tengo las actas de registro civil de ambos, pero también necesitamos aclarar lo del bebé. Es importante, Ukyo.

-No puedes dejarme en paz solo unos días ? ¿Es que acaso no confías en mí, Ranma? No me humilles de esta manera, por favor-continuó llorando falsamente

En otras épocas, él hubiera accedido a dejarla estar, pero por culpa de ella, de esa tonta de Akane Tendo, estaba comportándose como nunca lo hubiera hecho con ella.

Así las cosas, no iba a tener tiempo de falsear los resultados de una prueba de embarazo, tal y como había planeado desde el principio para obligar a Ranma a cumplir su compromiso con ella.

-Baja de una vez, no entiendo por qué te sigues negando-concluyó Ranma, bajando del auto para ir a su lado y abrirle la puerta

-Ranma, por favor, no es suficiente la humillación que pasé ? ¿Me tienes que obligar a hacer algo que no quiero, justo ahora? -intentó manipularlo

-Entonces, dime, quién es el que te humilló e iré a darle su merecido-pidió comprensivo- Si estas embarazada, necesitas supervisarte, ¿o vas a seguir llorando por ese desgraciado? Solo quiero ayudarte, Ukyo, andando-le apuró y a ella no le quedó más remedio que obedecer.

Todavía podía engañarlo si el doctor que le atendía aceptaba un soborno. Aunque ese tipo de cosas las hacía Konatsu, pero ahora no había tiempo, tendría que arreglarlo sobre la marcha ella misma.

Subió al elevador un poco más animada, con la esperanza renovada mientras los números rojos seguían cambiando lentamente con destino al 7 piso, donde se encontraba el consultorio al que Ranma la había llevado.

-Ranma-dijo ella cuando el aparejo estaba por llegar a su destino-Tienes que prometerme algo, te lo suplico-pidió y esta vez por fin sus ojos mostraban algunas lágrimas. El hombre a su lado asintió levemente.

-Si el resultado es positivo, te casaras conmigo. No soportaría estar sola durante mi embarazo, prometemelo.

-Pero ¿qué pasa con el padre? Él tiene que hacerse responsable, no solo eso, Ukyo tiene que devolverte todo el dinero que te robó

-Ranma!-chilló Ukyo, y sus lágrimas se desbordaron por sus mejillas-Él esta casado, está casado! ¡No lo entiendes, no quiere a mi hijo, nunca me quiso solo quería dinero fácil! Y yo le creí porque no tengo a nadie en este mundo, solo a ti-continuó representando su lamentable escena- ¡No puedes dejarme sola, tú no, por favor, Ranma, tú no!

Su viejo amigo la abrazó con cariño y secó sus lágrimas, dejando además un beso en su frente.

Ukyo lloró amargamente en sus brazos.

-Lo prometo, Ukyo-habló pesaroso Ranma-Si el resultado es positivo, nos casaremos.

.

.

.

Yuka deslizó la tarjeta de presentación de Ranma entre sus dedos, meditando si es que debía o no escribirle. No es que ellos dos fueran muy cercanos, pero sentía que debía decirle lo que habían estado comentando todos en el restaurante desde que él y Ukyo habían estado ahí, días antes.

Tal vez no. Después de todo, si habían estado comprometidos desde el instituto y ya estaban casados, qué más daba? Quizás lo mejor era no meterse en asuntos de otros y quedar como una chismosa con él, que, de cualquier forma, debía mantener una relación con Ukyo, de varios años ya.

La chica volvió a guardar la tarjeta en su casillero y se puso el uniforme del restaurante. ¡Por Buda, los fines de semana eran los más estresantes, había demasiados clientes!

.

.

.

Nota de la autora

Ay no, pero ¿Cómo es que todo se ha complicado tanto? Qué está pasando doctor García?! (Ignorenme)

¿Será que Ukyo está a punto de salirse con la suya?

Akane logrará atinarle algún golpe a Ranma? (XD)

Pero más importante aun ¿Yuka completará la misión de todo chismoso?...

Holis, ¿Cómo están todos?, espero que bien, sorry por no dejar notas al final del último capítulo.

Bien, dejé encargado la subida de esta actualización, luego les cuento el por qué, por lo cual confío en que llegue a ustedes en la fecha esperada (aquí no llegó).

La historia ya está terminada, así que no se quedará sin finalizar.

Muchas gracias por acompañarme en este viaje, que, aunque corto, serán 8 capítulos solamente, me tomó bastante en finalizar (¡seis meses desde el capítulo 3, qué horror!). Pues eso, besitos desde algún punto de Centroamérica.