Sona Shitori, presidenta del consejo estudiantil de la prestigiosa Academia Kuoh. Una hermosa joven de cabello negro corto y ojos violetas, conocida por mantener el orden de la institución con mano firme. Su estricta y exigente personalidad le ha ganado el respeto e incluso el temor de estudiantes y profesores por igual. A simple vista, Sona parece la estudiante ejemplar: dedicada, disciplinada y completamente enfocada en sus estudios y aspiraciones personales.

Y aunque todo lo anterior es completamente cierto, la verdad oculta de la chica es que pertenece a la orgullosa raza de los demonios y por encima de eso es heredera de unos de los clanes mas importantes del inframundo, el clan Sitri, con esto mismo es deducible que el apellido "Shitori" es solo una tapadera de su verdadera naturaleza, y su verdadero nombre es Sona Sitri.

Desde la infancia, Sona ha compartido una estrecha amistad con Rias Gremory. Ambas se apoyan mutuamente y son grandes rivales, compartiendo una competitividad natural que las impulsa a superarse constantemente. Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre ellas: mientras Rias busca poder, siguiendo los impulsos más tradicionales de la naturaleza demoníaca, Sona prefiere actuar con cautela y estrategia. Esta prudencia la ha convertido en una brillante estratega, capaz de analizar profundamente a sus oponentes y mantenerse informada de todo lo que sucede a su alrededor, incluso si no está relacionado con lo sobrenatural.

Es precisamente esta curiosidad estratégica combinada con la naturaleza avariciosa de los demonios, lo que llama la atención de Sona sobre cierto adolescente humano, quien a primera vista parece completamente ordinario.

—"¡Es un héroe!" —se escuchó el grito emocionado de una voz en el noticiero.

—"¡Salvó a esa familia!"

—"¡No puedo creerlo, saltó desde esa altura con ellos en brazos!"

En la pantalla, una reportera anunciaba con entusiasmo:

—"Esto es realmente impresionante. Un joven adolescente acaba de rescatar a cuatro personas de un edificio en llamas, cuando incluso los bomberos dudaban en entrar debido a la inestabilidad de la estructura. Según testigos, el joven saltó desde el quinto piso cargando a las víctimas en sus brazos. Sin lugar a dudas, es un acto de valentía y temeridad."

La cámara enfocó al héroe de la jornada: un joven de cabello castaño ligeramente largo, recogido en una cola de caballo, y ojos azules. Su rostro y uniforme de la Academia Kuoh estaban cubiertos de hollín y mostraban algunas quemaduras menores.

La reportera intentó acercarse para entrevistarlo, pero antes de que pudiera hablar con él, los paramédicos lo rodearon para brindarle atención médica. Aunque su cuerpo mostraba señales de agotamiento debido al esfuerzo y el humo inhalado, su expresión reflejaba una determinación inquebrantable.

Como la dedicada presidenta del consejo estudiantil, conocida por su afán de mantener todo en perfecto orden, Sona identificó casi de inmediato al joven protagonista del heroico acto que había acaparado la atención de todos.

—"Hideki Saito" —murmuró para sí misma, mientras su mente repasaba las pocas, aunque memorables, interacciones que había tenido con él.

Hideki era, en apariencia, un humano completamente normal. Nunca había percibido ningún tipo de energía sobrenatural en él y, al investigar su perfil cuando se inscribió en la academia, no encontró indicios de conexión con el mundo sobrenatural. Por esa razón, Sona no le prestó demasiada atención más allá de lo necesario. Sin embargo, no podía ignorar ciertos detalles: había ingresado a la academia con una beca gracias a su esfuerzo y dedicación, y sus calificaciones lo situaban justo por debajo de las mejores estudiantes de Kuoh. Concretamente, ocupaba el quinto lugar, detrás de Sona, Rias, Tsubaki y Akeno, en ese orden.

Hideki era conocido por su buen corazón, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitara, sin importar quién fuera. En más de una ocasión, Sona había escuchado comentarios de su servidora Tsubasa Yura sobre cómo Hideki la había ayudado con tareas simples, como llevar documentos a la sala del consejo estudiantil. Esa amabilidad había forjado una pequeña amistad entre ambos, algo que Sona no le había dado demasiada importancia.

Por su parte, las interacciones de Sona con Hideki habían sido pocas y estrictamente relacionadas con temas académicos o disciplinarios. Recordaba especialmente una ocasión que, aunque insignificante, había resultado curiosamente memorable: Hideki se había perdido en la academia durante sus primeros días y, al encontrarse con Sona por casualidad, le pidió ayuda para encontrar su salón. Lo curioso fue que, tras dar varias vueltas por los pasillos, Hideki no se dio cuenta de que estaban justo frente al aula en cuestión cuando le pidió indicaciones.

Aquella anécdota le arrancó una ligera sonrisa al recordarla. Aunque hasta ahora lo había considerado un chico normal, los recientes acontecimientos despertaron en Sona una nueva curiosidad. ¿Qué podía motivar a alguien como él a arriesgar tanto por los demás?


Al día siguiente en la academia, Hideki estaba rodeado por sus compañeros, quienes lo llenaban de preguntas y felicitaciones, claramente impresionados por su acto heroico.

—"¡Eres increíble, Hideki! ¿En serio saltaste desde el quinto piso con esas personas en brazos?" —preguntó un chico, su voz llena de asombro.

—"¿No tenías miedo de que el edificio colapsara?" —añadió una de las chicas, mirándolo con los ojos abiertos como platos.

—"¡Deberías ser bombero o algo así!"

Hideki, visiblemente incómodo con tanta atención, levantó una mano tratando de calmar el bullicio.

—"No fue para tanto, de verdad..." —respondió con modestia, rascándose la nuca. Su tono reflejaba más vergüenza que orgullo—. "Sólo hice lo que cualquiera habría hecho en esa situación."

—"¡Eso no es cierto! La mayoría ni siquiera habría entrado al edificio, y mucho menos habría saltado con otras personas a cuestas" —protestó otro estudiante.

Entre tanto alboroto, una figura conocida observaba desde la distancia. Sona Shitori, acompañada por su fiel vicepresidenta Tsubaki Shinra, estudiaba atentamente al chico mientras ajustaba sus gafas.

—"Dime, Tsubaki, ¿qué puedes percibir en Hideki Saito-kun?" —preguntó Sona con calma mientras observaba al chico desde una distancia prudente. Había considerado acercarse y hablar con él directamente sobre los eventos del día anterior, pero algo en él llamó su atención, algo que no estaba presente antes. Antes de actuar, decidió confirmar sus sospechas y poner a prueba la percepción de su Reina.

Tsubaki se tomó un momento para responder, frunciendo ligeramente el ceño mientras analizaba al joven.

—"A decir verdad, Kaichou, no siento nada especial en él" —respondió finalmente, con un tono sereno pero ligeramente confundido.

Sona mantuvo su expresión tranquila, aunque en su interior no pudo evitar sentirse un poco decepcionada. No culpaba completamente a Tsubaki; después de todo, lo que había notado no era algo obvio. Sin embargo, esperaba que su Reina mostrara un mayor nivel de percepción.

—"Hmph, aún tienes mucho que aprender, Tsubaki" —comentó Sona, ajustándose las gafas con un gesto elegante antes de revelar lo que había descubierto—. "Seguramente, debido a la naturaleza humana de Hideki, no lo hayas notado. Pero él posee un Ki bastante poderoso para ser solo un humano."

Tsubaki abrió ligeramente los ojos, sorprendida por la afirmación de su presidenta.

—"¿Ki? ¿Se refiere a la energía que suelen usar los Yokai?" —preguntó, intrigada.

Sona asintió.

—"Exactamente. Como sabes, cualquier ser, ya sea humano o sobrenatural, tiene la capacidad de usar Ki. Sin embargo, no es común que los humanos lleguen a desarrollar un Ki tan fuerte, especialmente sin entrenamiento adecuado. Incluso entre los sobrenaturales, su uso no es habitual. Seres como nosotros generalmente preferimos depender de la magia, que es más versátil y permite una mayor variedad de estrategias y ataques."

Tsubaki asimiló la explicación, recordando a figuras excepcionales como Sairaorg Bael, un demonio que había dominado el uso del Ki debido a su limitada capacidad mágica. Aun así, era incluso mas raro encontrar humanos con semejante dominio de esta energía.

—"Pero lo que realmente llama mi atención" —continuó Sona, su mirada fija en Hideki mientras hablaba en un tono más bajo—, "es que esta cantidad de Ki no estaba presente en él hace unas semanas. Y lo que es aún más interesante... está tratando de ocultarlo."

El tono calculado de Sona dejó a Tsubaki pensativa. Si Hideki había desarrollado una cantidad significativa de Ki en tan poco tiempo y además intentaba esconderlo, significaba que había mucho más detrás de él de lo que parecía a simple vista.

—"Tsubaki, busca toda la información reciente sobre él. Quiero revisar su historial una vez más" —ordenó Sona con calma, mientras volvía a su oficina.


Hideki caminaba por los pasillos de la academia Kuoh con una pila de documentos en brazos, apenas logrando equilibrarlos mientras seguía a Tsubasa Yura. La joven, una de las integrantes del consejo estudiantil, igual que en otras ocasiones estaba llevando una gran pila de documentos y Hideki al verla no dudo en ofrecerle ayuda.

—"Gracias por la ayuda, Saito-kun. Estos documentos son más pesados de lo que parecen" —dijo Yura, lanzándole una pequeña sonrisa.

—"No te preocupes, Tsubasa-san. Es lo menos que puedo hacer. Además, ya estaba de camino por aquí." —respondió Hideki con su habitual tono amable—. "Y ya te lo he dicho antes, llámame Hideki"

-"Claro Hideki-san"- contesto con un casi imperceptible sonrojo en su rostro, la chica realmente apreciaba la ayuda de Hideki.

Cuando llegaron a la puerta de la sala del consejo estudiantil, Yura abrió para permitirle entrar.

—"Puedes dejarlos en esa mesa" —indicó, señalando un espacio vacío cerca del escritorio principal.

Hideki asintió y se dirigió hacia allí, dejando los documentos con cuidado. Fue entonces cuando notó una presencia inesperada.

—"Oh, Saito-kun. Qué sorpresa verte por aquí" —la voz firme y serena de Sona Shitori, presidenta del consejo estudiantil, llamó su atención.

Hideki se enderezó rápidamente, girándose hacia ella con una expresión de ligera sorpresa.

—"Ah, Shitori-Kaichou, disculpe la intromisión. Solo estaba ayudando a Tsubasa-san con estos documentos" —dijo, inclinando levemente la cabeza en señal de respeto.

Mientras hablaba, una sensación peculiar lo invadió. "Esta presencia... ya la había sentido antes." Pensó, observando tanto a Yura como a Sona. "Las auras de ambas son similares a la que percibí en el parque ayer. ¿Será posible que ellas también sean demonios?"

Desde que Hideki había comenzado a desarrollar su habilidad para sentir presencias sobrenaturales a través de su ki, se había dado cuenta de que la academia estaba llena de ellas. Sin embargo, su inexperiencia aún le dificultaba identificar con precisión a quién pertenecían, a menos que tuviera a la persona directamente enfrente.

Sona lo observó por un momento, ajustando sus gafas con un gesto elegante.

—"No es una intromisión si estás ayudando, Saito-kun" —respondió con un tono cortés, aunque su mirada analítica parecía escanearlo por completo—. "Es bueno ver que muestras disposición para colaborar. Sin embargo..."

Se acercó lentamente, manteniendo una postura impecable mientras lo observaba más de cerca.

—"¿Has estado bien después del incidente del incendio? Después de todo faltaste dos días"

Hideki parpadeó, sorprendido por la pregunta.

—"¿Se refiere al incendio? Sí, estoy bien. Los paramédicos me revisaron y dijeron que no tenía nada grave, solo algunas quemaduras leves. Gracias por preocuparse, Shitori-Kaichou" —contestó, con una leve sonrisa.

—"Eso me alegra" —respondió Sona, aunque su tono seguía siendo medido y profesional—. "Sin embargo, no puedo evitar preguntarme... ¿qué te llevó a actuar de esa manera? Saltar de un quinto piso con una familia en brazos no es algo que cualquier persona pueda hacer. Es admirable, pero también arriesgado."

Hideki parecía incómodo con la atención, rascándose la nuca mientras intentaba responder.

—"Bueno... no lo pensé mucho en ese momento. Solo quería ayudar. No podía quedarme de brazos cruzados mientras alguien estaba en peligro" —dijo sinceramente.

Sona mantuvo su mirada fija en él, como si intentara descifrar algo más allá de sus palabras.

—"Entiendo. Es una respuesta... interesante" —comentó, antes de volverse hacia Yura—. "Yura, gracias por los documentos. Puedes retirarte, yo me encargaré de Saito-kun."

Yura parpadeó, sorprendida por la decisión, pero no dijo nada y salió de la sala, dejando a Sona y Hideki solos.

—"Saito-kun, ¿te importaría quedarte unos minutos más? Hay algo que quiero discutir contigo" —dijo Sona, tomando asiento en su escritorio y cruzando las manos sobre él.

—"Claro, Shitori-san. ¿De qué se trata?"

Sona lo observó en silencio por un momento antes de hablar.

—"El acto que realizaste ayer fue extraordinario. Pero no puedo evitar preguntarme... ¿cómo lograste algo así siendo, hasta donde sé, un estudiante normal? ¿Hay algo que deba saber, Saito-kun?"

Hideki tragó saliva, sintiendo la intensidad en los ojos violetas de Sona. Aunque la pregunta sonaba cortés, también era un indicio de que la presidenta no dejaría pasar este asunto tan fácilmente.

Hideki se quedó momentáneamente en silencio, tratando de encontrar las palabras adecuadas. La mirada de Sona era penetrante, pero no agresiva. Parecía más interesada en entenderlo que en confrontarlo directamente.

—"No hay mucho que contar, Shitori-Kaichou" —dijo finalmente, rascándose la nuca—. "Solo... actué. No creo que sea algo extraordinario, simplemente hice lo que sentí que era correcto."

Sona lo observó con atención por unos segundos más antes de levantarse de su asiento. Caminó hacia un estante cercano, donde estaba colocado un tablero de ajedrez perfectamente ordenado.

—"Bueno dejemos eso de lado, ¿Juegas ajedrez, Saito-kun?" —preguntó, sacando el tablero y colocándolo sobre la mesa del consejo estudiantil.

—"Ah, bueno... sí, un poco. Solía jugar con mi abuelo, me enseñó cuando era niño, pero no soy muy bueno" —respondió Hideki, mirando el tablero con curiosidad. -"Por cierto Shitori-kaichou, por favor llámeme Hideki."-

—"Perfecto. Juguemos una partida mientras hablamos y no hay ningún problema Hideki-kun" —dijo Sona con calma, mientras preparaba el tablero, Hideki sonrió al notar que la chica no tuvo problemas en llamarlo por su nombre.

Hideki tomó asiento frente a ella, aún algo nervioso por la situación, pero agradecido de que la conversación no fuera demasiado formal.

—"Empieza tú, Hideki-kun" —dijo Sona, girando el tablero para que Hideki jugara con las piezas blancas.

Hideki movió un peón hacia adelante, rompiendo el hielo.

—"Entonces... ¿de qué quería hablar, Shitori-Kaichou?"

Sona movió su peón con precisión y lo observó con una mirada inquisitiva, aunque no intimidante.

—"Nada complicado. Solo quería saber más sobre ti. Después de todo, no solemos hablar más allá de asuntos académicos. ¿De dónde vienes, Hideki-kun?"

Hideki tomó su caballo y lo movió, pensativo.

—"Soy de Asuka de la prefectura de Nara"- Hideki recordó como Kaori le había ayudado con los papeles en este mundo, y que al comentarle que había pasado un tiempo en Osaka por su entrenamiento, ella había escogido un pueblo cercano para su registro.

—"¿Y qué te trajo a esta academia?"

Hideki se encogió de hombros mientras Sona movía su alfil con precisión.

—"Quería aprovechar la beca. Siempre he sido alguien que intenta dar lo mejor, y cuando tuve la oportunidad de entrar aquí, no quise dejarla pasar. Además, escuché que la academia tiene un excelente nivel educativo."

Sona asintió, interesada.

—"Eso explica tus notas. Estás entre los mejores estudiantes, y eso no es algo fácil de lograr, especialmente con las exigencias de esta academia. ¿Tienes algún objetivo para el futuro?"

Hideki suspiró, moviendo su torre y perdiéndose por un momento en sus pensamientos.

—"Supongo que... quiero hacer algo significativo. Todavía no estoy seguro de qué exactamente, pero quiero ayudar a las personas, de alguna manera."

Sona sonrió apenas, moviendo su reina y tomando una pieza de Hideki.

—"Es un objetivo noble. Aunque, por lo que he visto, ya ayudas a quienes te rodean. He escuchado que te ofreciste a ayudar a Yura con unos documentos esta mañana, y no es la primera vez que haces algo así."

Hideki rió suavemente, algo avergonzado.

—"Solo intento ser útil. No creo que sea algo fuera de lo común."

Sona movió otra pieza y lo miró directamente.

—"No subestimes la importancia de los pequeños actos, Hideki-kun. A veces, las acciones más simples tienen un impacto mayor del que imaginamos."

Hideki, aunque un poco intimidado por su tono reflexivo, decidió cambiar el tema ligeramente.

—"¿Siempre ha sido tan buena en ajedrez, Shitori-Kaichou?"

—"Digamos que tengo mucha práctica" —respondió Sona, con una ligera sonrisa—. "Es un buen ejercicio para la mente. Pero volviendo a ti... ¿cómo te está yendo en la academia? ¿Has tenido dificultades ajustándote?"

Hideki movió una pieza, claramente pensando en su respuesta.

—"Bueno, al principio fue difícil. Venir de una ciudad pequeña a un lugar como este fue un cambio grande. Pero he conocido a personas amables que me han ayudado. Yura, por ejemplo, es una gran amiga, aunque apenas hemos hablado un par de veces."

Sona asintió, tomando nota mental de sus palabras.

—"Es bueno escuchar eso. Mantener buenas relaciones es tan importante como el rendimiento académico."

La partida continuó por unos minutos más, con Sona claramente llevando la delantera. Cada movimiento calculado de la presidenta parecía cerrar una puerta tras otra en el tablero. A pesar de sus esfuerzos, Hideki cometía errores que ella aprovechaba con precisión.

—"Dime, Hideki-kun, ¿qué puedes contarme sobre tus padres?" —preguntó Sona de manera casual, aunque su mirada parecía más inquisitiva.

Hideki dejó escapar un suspiro pesado antes de responder, su semblante tornándose más serio.

—"La verdad es que no sé mucho de ellos. Me abandonaron cuando tenía 4 años. Fui criado por un viejo que me adoptó poco después. Siempre lo consideré mi abuelito... aunque ya no está con nosotros." —Había optado por resumir su historia, omitiendo detalles innecesarios. Dado que ya no estaba en su mundo, hablar de su abuelo como alguien fallecido resultaba más fácil que intentar explicar su situación actual.

Sona lo escuchó en silencio, su expresión suavizándose mientras absorbía lo que él decía.

—"Entiendo. Debió ser muy difícil para ti, perder al único familiar que tenías" —dijo con empatía. Luego, después de una breve pausa, agregó—: "¿Nunca has sentido curiosidad por saber más sobre tus padres biológicos?"

Hideki se quedó en silencio por un instante, su mirada fija en el tablero mientras avanzaba un alfil de manera casi mecánica, dejando al rey expuesto.

—"No puedo negar que al principio fue así" —admitió finalmente—, "pero pronto entendí que no significaban nada para mí. Dejé de buscarlos."

Su tono se endureció al decir esto, reflejando la mezcla de emociones que aún albergaba. Recordó el momento en que sus padres biológicos lo buscaron después del festival deportivo, queriendo que se uniera a su agencia de héroes. La decisión de ignorarlos había sido dolorosa, pero necesaria para él.

Sona notó el cambio en su tono y se inclinó ligeramente hacia adelante, con un gesto de disculpa.

—"Perdón. Esa debió ser una pregunta muy delicada. No era mi intención incomodarte" —dijo sinceramente. Luego, en un intento por desviar el tema, continuó con cautela—: "¿Puedo saber con quién vives ahora?"

Hideki levantó la mirada hacia ella, claramente agotado del interrogatorio. No sentía que Sona fuera una mala persona, pero estaba indagando demasiado en su pasado. Además, sumando la creciente certeza de que ella era un demonio, decidió que ya no quería compartir más.

—"Con permiso, Shitori-kaichou" —dijo abruptamente, levantándose de su asiento—. "Agradezco su hospitalidad, pero creo que ya he ocupado demasiado de su tiempo."

Sona parpadeó, sorprendida por su repentina reacción, pero no mostró signos de molestia. En cambio, sonrió con calma y asintió.

—"Entiendo, Hideki-kun. Gracias por acompañarme en la partida. Espero que podamos hablar nuevamente en otro momento."

Hideki inclinó levemente la cabeza antes de dirigirse hacia la puerta, sintiendo el peso de su conversación mientras se alejaba. Al salir, notó que Yura seguía esperándolo afuera, aparentemente habiendo terminado sus tareas.

—"¿Todo bien, Hideki-kun?" —preguntó ella con un tono amigable.

—"Sí, gracias por esperarme, Tsubasa-san" —respondió con una sonrisa, como si la conversación anterior nunca hubiese pasado.

Mientras se alejaban de la sala del consejo, Hideki no podía quitarse de la cabeza el hecho de que Sona sabía más de lo que aparentaba. Su intuición le decía que esa no sería la última vez que hablarían, y que debía prepararse para enfrentar más preguntas en el futuro.

En el interior de la sala, Sona observó el tablero de ajedrez, donde sus piezas todavía estaban perfectamente posicionadas, Sona estaba solo a un movimiento de haber hecho Jaque Mate, aunque mirando mas de cerca se podía ver el ultimo peón de Hideki a una sola casilla de llegar a la base enemiga y que de haberse convertido en una reina habría dejado en jaque a Sona. No que importase mucho ya que el turno siguiente le correspondía a la chica.

—"Interesante chico" —murmuró para sí misma antes de ajustar sus gafas, movió con cuidado la torre que le restaba y dejo atrapado al rey de Hideki, terminando en un Jaque Mate y victoria para la demonio.


Fin espero les haya gustado

No se si logre escribir bien a Sona en este capitulo o si esta muy fuera de personaje, si alguien sabe y me puede ayudar con esto, realmente lo agradecería mucho