Hora de la verdad, este es el último capítulo de este fic que, seguramente estarán de acuerdo conmigo, debí terminarlo tiempo atrás. Pero lo hecho, hecho está, así que a empezar con esta recta final.

Mi mejor amiga

─ ¿Qué cosa? ─ Homura no se podía creer lo que había escuchado de parte de Madoka.

─ He sido bastante clara, Homura-chan. Voy a convertirme en chica mágica, así que te recomiendo que descanses. Ya has hecho suficiente por mí, y ahora toca que yo ponga de mi parte.

─ No… Si tú te conviertes en chica mágica… Tú vas a… ─ Homura se detiene al sentir que Madoka la abraza.

─ Te agradezco mucho la preocupación, pero ya verás que todo va a estar bien. Lo tengo todo calculado al detalle, Homura-chan ─ Madoka vuelve a encarar a Kyubey ─. Muy bien, es momento de pedir mi deseo.

─ ¿Y cuál es ese deseo? Tomando en cuenta que ahora mismo todas las líneas temporales y esas cosas están enfocadas en ti gracias a Homura, cualquier deseo que me llegues a pedir, por muy imposible que sea, es probable que se cumpla, así que dime, Kaname Madoka, ¿qué deseo hace que valga la pena poner en juego tu alma y salvar a Akemi Homura y a esta ciudad?

─ Pues ya te digo yo cuál es. Mi deseo es…

─ ¿Sí? ─ Kyubey mira fijamente a Madoka.

─ ¿Es? ─ Homura estaba igual que Kyubey.

─ Mi deseo es…

─ ¿Quieres dejar ya el suspenso y pedir tu deseo? No tengo todo el capítulo para esperar a que lo digas ─ exige Kyubey.

─ Bueno, de acuerdo. Mira que eres impaciente ─ Madoka se aclara la garganta antes de seguir ─. Deseo que llegue al conocimiento de todas las chicas mágicas del mundo el secreto de cómo hacer para evitar aquella tragedia que es el convertirse en brujas y de qué manera volver a la normalidad a las chicas mágicas que ya se convirtieron en brujas.

─ ¿Qué? ¿Qué clase de deseo es ese, Madoka? ─ Kyubey se acerca con clara angustia a la pelirrosa ─ ¿Te das cuenta de lo que me estás pidiendo? Vas a pasar por encima del sistema entero que a los de mi especie les ha tomado eones averiguar y desarrollar sólo para que ustedes no dejen de sentir los dedos de sus amigas moviéndose dentro de sus vaginas ¿Realmente te das cuenta del perjuicio que eso significa para el Universo?

─ Tu lógica no me interesa, Kyubey ─ le dice Madoka con mucha seriedad ─. Lo que me interesa y no puedo tolerar es que todas aquellas chicas que han caído ante los encantos de lo que propones estén sufriendo. Quiero que tengan en sus manos la llave para salvarse, pero obviamente no lo harán solas. Para salvarnos necesitamos de las demás, puesto que no podemos reactivar nuestra recepción del placer físico con nuestra propia magia, así que esto servirá para que las chicas mágicas nos unamos y caminemos juntas hacia el futuro. Convertiremos el sexo en el motor de nuestras vidas una vez más, y con algo de suerte el tema aquel de la entropía lo arreglaremos justamente de esa manera. Ya tú verás, pero de momento quiero que cumplas mi deseo, incubator.

─ Me cago en… Por cosas como esta es que nunca hablamos de las letras pequeñas de nuestras condiciones. Algún día tenía que entrar en escena una chica que se crea lista y nos hiciese esto ─ Kyubey se queda mirando el suelo unos cuantos segundos antes de volver a ver a Madoka ─. Muy bien, que sea entonces como dices. Ya no se puede hacer nada más. Espero que estés feliz por mandar al tacho el futuro del Universo.

─ No intentes hacerme sentir mal porque no lo lograrás, Kyubey. Ahora cumple mi deseo para que pueda detener a Walpurgis.

En ese momento una luz surge en Madoka del pecho de Madoka e inunda el lugar entero como una ráfaga. Homura contempla estupefacta a Madoka antes de que esa luz la envolviese por completo, pensando que sería la última vez que la viese y que tendría que repetir todo el proceso de nuevo, lo cual significaba un nuevo proceso de sufrimiento que no sabía cuál sería. En todo caso Madoka permanece envuelta por esa luz durante varios segundos hasta que se disipa y permite que la pelirrosa sea visible otra vez. Luciendo su vestido de chica mágica y con una mirada llena de determinación, era el momento en que se luciese ante la más poderosa de las brujas.

─ ¿De verdad esta es mi ropa? ─ Madoka se sube un poco la falda y se echa un vistazo ─ Esto es demasiada ropa, y de paso la luz fue tan intensa que ni siquiera fue posible que me vieran desnuda en el proceso de transformación.

─ De alguna manera tenía que desquitarme en el nombre de mi especie ─ responde Kyubey mientras da la media vuelta y le da la espalda a Madoka.

─ Ya no se puede hacer nada. Lo importante ahora es poner fin a este caos de una vez por todas ─ Madoka ahora mira fijamente a Walpurgis, la cual parecía estar esperando pacientemente a que terminase ─. Walpurgis, prepárate.

Madoka empieza a acumular una enorme cantidad de energía que la hace brillar de nuevo mientras la tierra tiembla. Alza una mano y acumula todavía más energía, haciendo que Homura y Kyubey se sostengan al suelo para no salir volando. En cuanto la acumulación de energía aminora y Homura puede permitirse ver de nuevo a Madoka, su indumentaria había cambiado nuevamente, esta vez dando la impresión de ser una chica celestial con las enormes alas que ahora acompañaban su aspecto.

─ Tal y como lo dije, su poder es tal que perfectamente podría convertirse en una diosa ─ dice Kyubey al ver también a Madoka.

─ No me lo puedo creer… ─ Homura se lleva una mano al rostro, y sus ojos eran un reflejo de su sorpresa ─ Tal es el poder de la magia de Madoka que apenas la estoy viendo y ya me mojé.

─ Es momento de acabar con esto ─ Madoka se lanza entonces al ataque, y su puño choca contra la enorme cara de Walpurgis, aunque no parece haberle hecho nada ─ ¿Eh? ¿Por qué no se movió ante mi puño?

Walpurgis se burla, y Madoka procede entonces a golpear una y otra vez el rostro de la gigantesca bruja. Era tanta la fuerza empleada en cada golpe que la onda expansiva que genera con cada impacto era perfectamente visible, pero Walpurgis no se mueve en lo más mínimo. Homura y Kyubey permanecen en su lugar, viendo lo que estaba pasando, pero era como si Madoka estuviera simplemente jugando, pues sus puños no estremecen en lo más mínimo a Walpurgis sin importar cuántas veces repitiera los golpes. Al final Madoka hace señas a la bruja para pedir tiempo y regresa con Homura y Kyubey, quienes esperaban a escucharla.

─ ¿Qué significa esto? ─ Madoka estaba claramente enfadada ─ Kyubey, dijiste que me convertiría en una diosa, y me enfrento a Walpurgis y me encuentro con que mis poderes están rotos.

─ Ah, o sea que vienes aquí a darme las gracias ─ Kyubey se pone a mover la cola de la emoción.

─ ¡No! Digo rotos en el sentido de que no están funcionando, como si mis poderes estuvieran averiados.

─ No me puedo creer que tenga que explicarte tus nuevos poderes cuando con las demás no tenía la necesidad de decirles nada ─ dice Kyubey con la mirada fija en Walpurgis ─ ¿No ves el báculo que tienes en la mano?

─ Pues sí, aquí está ─ Madoka pone el báculo al frente ─ ¿Qué botón debo presionar?

─ No es un artefacto electrónico. Es tu arma para hacerle frente a las brujas, así que no deberías tomar su utilidad a la ligera ─ Kyubey ahora mira a Madoka de nuevo ─. Úsalo con el poder de tu magia y verás lo que puedes hacer con él.

─ Oh, de acuerdo ─ Madoka usa su magia con el báculo y ve cómo se extiende y se convierte en un arco ─. Muy bien, supongo que puedo usar esto para acabar con todas las brujas de este mundo ─ Madoka hace aparecer varios círculos mágicos con patrones en el cielo, y en esa dirección apunta con su arco ─ ¡Las chicas mágicas nunca más sucumbirán ante las maldiciones!

─ ¿Qué pretendes hacer? ─ Kyubey se muestra preocupado.

─ ¿Qué piensas tú que haré? Usaré mi magia para hacer que todas las chicas mágicas del pasado, el presente y el futuro obtengan el conocimiento para librarse de sus maldiciones, además que acabaré con la frustración sexual de cada bruja en cada una de las épocas pasadas y por venir. Mi deseo no solo ha de limpiar el presente, sino que limpiará todos y cada uno de los rincones del tiempo.

Madoka suelta una flecha de luz que se divide en innumerables rayos de luz que se dispersan en todas direcciones. Walpurgis, que todavía esperaba a que Madoka volviese a pelear, se queda contemplando todos los haces de luz, y en eso ve que su propio cuerpo empezaba a desintegrarse a gran velocidad, no pasando ni un minuto hasta que de la bruja sólo quedaba el engranaje más grande de los que conformaban la parte inferior (o superior, dependiendo de la opinión de quien la haya visto) de su cuerpo. Madoka usa una nueva flecha y ataca el engranaje, destruyéndolo por completo y haciendo que toda la oscuridad que lo componía se convierta en una luz que se va a todas direcciones, seguramente regresando a las chicas mágicas que alguna vez fueron a sus lugares de origen.

Homura estaba sorprendida de ver que había funcionado. Madoka había logrado derrotar por completo a Walpurgis, había salvado al mundo y a todas las chicas mágicas de todas las épocas, y de paso no había muerto en el intento. Kyubey también estaba sorprendido, o mejor dicho, estaba disgustado por lo que había ocurrido.

─ Las reglas de este mundo han sido modificadas al gusto de Kaname Madoka. Esto significa que se acabó para los incubators ─ Kyubey empieza a alejarse, claramente decaído ─. Con todas las chicas mágicas del mundo sabiendo que la frustración sexual que puedan tener la pueden combatir fácilmente teniendo al menos una compañera a su lado, la producción de brujas a partir de ahora disminuirá de manera significativa. Muy repelente, con mala suerte y aislada tendría que ser una chica mágica para que se convierta en una bruja ¿Es que a partir de ahora ninguna de ellas estará dispuesta a luchar en aras de alargar la vida útil del universo?

─ Ese es otro detalle dentro de mi deseo, Kyubey ─ dice Madoka, la cual todavía se mantiene en su forma de diosa ─. Mi ataque no solo ha protegido a las chicas mágicas de todo el mundo y todas las épocas de convertirse en brujas, sino que he aprovechado para que su placer sexual se convierta en el motor que emitirá esa energía que alargará la vida del universo, así que no pasa nada.

─ ¿Qué cosa? ─ Kyubey voltea, no pudiendo creer lo que acababa de escuchar ─ ¿Eso significa que…?

─ En efecto, a partir de ahora las relaciones sexuales sustituirán las transformaciones de las chicas mágicas en brujas en su papel para emitir la energía que ustedes tanto están buscando incansablemente, así que al menos de ahí te puedes sostener para pensar que las cosas irán bien a partir de ahora.

─ No me lo puedo creer… ¿Has convertido ese detalle tan conveniente en lo que ayudará a frenar la entropía del universo? Realmente te he subestimado, Madoka, aunque supongo que esta clase de cosas igual se escapaba de la imaginación de los de mi especie.

─ Madoka… ─ Homura de alguna manera logra recomponerse y se levanta para ir a abrazar a la pelirrosa ─ Tenía mucho miedo… Realmente tenía miedo de que esto no fuera a funcionar…

─ Tranquila, Homura-chan. Ya todo se acabó ─ Madoka le devuelve el abrazo a la pelinegra ─. Bueno, en realidad todavía hay un detalle que tenemos pendiente, y eso tiene que ver contigo, Homura-chan.

─ ¿Eh? ¿A qué te refieres con eso? ¡Kyaaaaaa!

Homura se desploma y se lleva la mano a la entrepierna, abrumada por lo que repentinamente había sentido. Había sido demasiado intenso para aguantarlo, como una descarga eléctrica que hubiese empezado desde su vulva y recorriese el resto de su cuerpo. Madoka se agacha y la mira con curiosidad.

─ Me dijiste antes que desconocías por completo lo que era el placer y lo que eso conllevaba, Homura-chan. Pues bien, para compensar todo el dolor por el que pasaste, por todas las molestias que debiste sufrir por culpa de las distintas versiones de mí que has conocido y visto morir, lo justo es que te ayude a superar ese problema, y qué mejor manera que activando tu sensibilidad.

─ ¿Activando? ─ Homura tenía un hilo de saliva asomándose en su boca ─ Ni siquiera me tocaste y acabo… No sé ni cómo decirlo.

─ No te preocupes. Simplemente hice que te volvieses tan sensible que cualquier toque sería suficiente para hacerte tener un buen orgasmo, como por ejemplo ahora ─ Madoka acaricia la oreja de Homura, y esta gime con ganas ─ ¿Lo ves? Mi magia es tan poderosa y efectiva que basta con usar solo un poco y ya te tengo en esa situación por simplemente tocarte. Me pregunto qué tal se sentirá si te lo hago de verdad.

─ M-Madoka… ─ Homura sentía que se le dificultaba el mero hecho de moverse, especialmente después de los dos orgasmos tan próximos que había experimentado, pero de alguna manera se las arregla para hacer desaparecer, lo cual por un lado reducía los estímulos que le generaba su propia ropa, pero por otro la dejaba completamente expuesta a la pelirrosa, y eso era lo que quería ─ Por favor… Enséñame cómo es que tienen sexo en tu mundo. Permíteme ser una de ustedes.

─ No necesitas pedírmelo, Homura-chan. Sé muy bien que esto es lo que necesitas, y por eso te demostraré lo que puedo hacer.

Madoka deshace su transformación de diosa y se hace aparecer completamente desnuda, dejando a Homura sin palabras y tartamudeando como nunca lo había hecho en su vida. Obviamente Madoka seguía haciendo uso de su magia, pues con sus dedos va recorriendo el cuerpo de Homura y la hace venirse una y otra vez. Era apenas un roce, y Madoka ni siquiera se había acercado todavía a alguna zona erógena de la pelinegra, pero el efecto de sus poderes se hacía sentir con una intensidad que estaba por encima de lo que Homura podía aguantar. Aquello se le hacía divertido a Madoka, y por eso se toma la tarea de tocar de forma traviesa lugares como la barriga o los muslos de Homura, y así seguía siendo suficiente para que los estímulos la llevasen más y más veces al orgasmo.

─ Supongo que debo calibrar mejor la cantidad de magia que uso en ti, Homura-chan. Con esto bastaría con que te pellizque un pezón para hacer que te desmayes, si un simple toque ya es suficiente para causar esta reacción en ti.

─ N-no digas esas cosas, Madoka ─ Homura ya ni siquiera podía ver bien, incluso teniendo sus lentes puestos ─. P-por favor, sé gentil conmigo.

─ Claro que lo seré, Homura-chan.

Madoka pasa entonces sus manos por diversas partes del cuerpo de Homura, rozando sus pezones, apretando sus nalgas, jugando con su clítoris. Todo eso hacía que la pelinegra fuese incapaz de hacer otra cosa que no fuese gemir una y otra vez, y Madoka se divertía en grande al saber que era ella quien estaba introduciendo a Homura en el mundo del sexo para ser una más en ese mundo lascivo en que ambas se encuentran.

─ ¿Lo estás disfrutando, Homura-chan? ¿Te gusta que te toque y juegue así con tu cuerpo?

─ ¡Ahhh! Sí, Madoka. Me encanta ¡Ahhh! ¡Sí, ahí mismo! ─ a Homura se le caen los lentes y se limita a gemir mientras siente los dedos de Madoka dentro de su vagina, llegando incluso a tomar su virginidad, pero con el detalle de que el placer era tan intenso y envolvente que en ningún momento sintió dolor ─ ¡Hazme tuya, Madoka! Por favor… Hazme sentir bien.

─ No hace falta que me lo pidas, pues ese es justamente mi objetivo, Homura-chan.

Lo siguiente es que Madoka mueve una y otra vez sus dedos mientras mordisquea la oreja derecha de Homura y usa su mano libre para jugar con los pezones de una pelinegra que estaba en cuatro, recibiendo toda la carga de placer que Madoka le pudiera ofrecer con sus gentiles y a la vez deliciosos toques. Era como si cada sensación recibida fuese algo nuevo para Homura. No sabía que hacer salvo gemir y disfrutar como nunca en su vida había disfrutado. Sabía que Madoka había dosificado un poco su magia, pues con la sensibilidad anterior era más que seguro que para estas alturas ya se hubiese desmayado. No, la intención de Madoka era que Homura disfrutase hasta el final de esa experiencia que hasta hace unos cuantos minutos le había sido negada en su estancia en ese mundo.

─ Homura-chan, hiciste tantas cosas por mí en cada uno de esos universos en los que has estado, y yo no había hecho nada para compensarte ni para darte el consuelo que necesitabas ─ le dice Madoka en la oreja ─. Eres mi mejor amiga. Siempre lo fuiste y yo no me había dado cuenta de ello. Incluso lo que te estoy haciendo es poca cosa para lo que realmente mereces.

─ No… digas eso… ¡Aaaahhhh! No importa… cuántas veces tuviera que hacerlo… Gustosa repetiría esto si de esa manera te podía salvar… ¡Aaahhhh!

─ Ya no hace falta que me salves, Homura-chan. Nunca más tendrás que recurrir a tales sacrificios, pues ya eso se acabó. Ahora simplemente disfruta y dale la bienvenida en tu corazón a la nueva vida que te espera.

Homura siente que ya no es capaz de aguantar y que el orgasmo inundaba por completo su mente. Su grito envuelve el lugar, e incluso Kyubey, que para ese punto estaba alejándose, podía escucharla. Homura termina recostada boca arriba en el suelo, tratando de que su respiración recupere su ritmo normal mientras mira con adoración a Madoka. Ahora más que nunca se sentía feliz por haber tomado su decisión, incluso con todos los contras que había tenido que enfrentar en ese tiempo.

─ Te ves hermosa estando así de sudorosa y con esa mirada tan lasciva, Homura-chan ─ Madoka se pone encima de Homura, de modo que la pelinegra estaba a merced de lo que la ahora diosa quisiese, aunque no le molestaba para nada ─ ¿Te parece que sigamos practicando más? Quiero hacerlo contigo ahora que ya no hay más brujas que nos molesten, y de paso te serviría para que te vaya mejor en las clases de Saotome-sensei.

Homura asiente, aunque su verdadero interés en ese momento era volver a sentir ese placer de la mano de Madoka. Ya ambas acercan sus rostros, cuando unos pasos las interrumpen.

─ ¡Demonios! Ahora somos nosotras las que llegamos tarde ─ dice Sayaka, y a su lado estaban Kyouko y Mami.

─ Tal parece que no fuimos de ninguna utilidad para hacerle frente a Walpurgis ─ dice Kyouko con evidente decepción ─. Bueno, si igual no fuimos necesarias, entonces nos hubiésemos quedado disfrutando un poco más, que todavía tengo energía de sobra.

─ A sabiendas de que el placer alimenta nuestras gemas del alma, podríamos haber tenido sexo eternamente ─ dice Mami con una sonrisa ─. Hace mucho, mucho tiempo que no había sentido semejante placer, temerosa por la idea de acabar igual que mis padres, pero eso ya se acabó. Ahora quiero disfrutar al lado de ustedes, sabiendo que estamos bien si permanecemos juntas.

─ Y veo que no somos las únicas que hemos disfrutado el momento ─ Kyouko señala con la mirada a Madoka y Homura ─ ¿Qué tal? ¿Acaso se olvidaron que nosotras existimos?

─ Muy mal por parte de ustedes ─ Sayaka se cruza de brazos pretendiendo molestia, pero se notaba que estaba divertida ─. Ahora como castigo tendrán que dejarnos unirnos.

─ Yo no le veo el problema ─ dice Madoka con amabilidad ─. Es más, iba a enseñarle a Homura-chan a tener sexo de diversas maneras ¿Se apuntan las tres?

Sayaka, Kyouko y Mami se quitan la ropa sin decir absolutamente nada, siendo esa su clara respuesta a la propuesta de Madoka. Homura traga grueso, sabiendo lo que se venía para ella. Estaba claro que sería más de lo que podría aguantar, pero al menos iba a disfrutarlo.


Un par de semanas después

Luego de que los trabajos de reconstrucción de la ciudad de Mitakihara empezasen y lograsen la recuperación de varios espacios importantes, las chicas estaban de vuelta con sus vidas, y Madoka estaba en ese momento yendo a la escuela junto a Homura.

─ ¿Estuvo bien que pasara la noche contigo, Madoka?

─ Claro que sí. Es verdad que le gustaste tanto a mi madre que intentó convencerme de que pasaras la noche en su cama y no en la mía, y de paso parece que Tatsuya está empezando a entrar en esa edad mucho más temprano de lo esperado, pues no dejaba de manosearte las tetas cuando le dabas de comer ─ recuerda Madoka entre risas ─. Pero fue divertido. Ya para la próxima dejaré que mi madre te dé una probadita para compensarla, y espero que estés lista para seguirle el ritmo, pues ella es una verdadera fiera en la cama.

─ Y pensar que contigo ya tenía suficiente…

─ ¡Hola, chicas! ─ aparece Sayaka, y junto a ella estaban Kyouko y también Hitomi ─ Veo que se han divertido mucho.

─ Lo mismo debería decir de ustedes ─ dice Madoka mirando divertida a sus amigas.

─ Claro que sí ─ Kyouko rodea con un brazo a una Hitomi que se notaba animada ─. Me invitaron para tener sexo con el chico bonito del Kyousuke, y la idea del cuarteto fue un completo éxito, aunque ese chico acabó bastante seco, jeje.

─ Es que hasta ahora no había tenido sexo con tres chicas a la vez, Sakura-san ─ le dice Hitomi cubriendo una risita ─. Pero debo decir que Sayaka-san y tú fueron las estrellas de la noche. Verlas besándose y meterse mano de esa manera… He de decir que Kyousuke-kun y yo nos calentábamos mucho cuando las veíamos así y nos decíamos que podíamos hacerlo un poco más. Y eso sin contar con que sentir la lengua de ambas a la vez dentro de mi boca ya era casi suficiente para que me corriese.

Homura siente un ligero escalofrío mientras escuchaba las historias de Hitomi, Sayaka y Kyouko. Todavía necesitaba acostumbrarse a esa nueva vida que tenía, y en eso siente que la rodea el brazo de Mami.

─ Buenos días, chicas. Veo que han amanecido bien ─ dice la rubia limpiándose la boca con un pañuelo ─ ¿Están listas para un día más de clases y diversión?

Las chicas asienten y siguen su camino hacia la escuela, y Madoka parecía bastante feliz, como si aquellas preocupaciones de antes simplemente no hubiesen ocurrido.

─ De día somos todas bastante zorras, y de noche también, pero con el detalle de que lo hacemos en el nombre de la justicia y para proteger la paz ─ dice la pelirrosa, y Homura, Kyouko, Mami y Sayaka sonríen al saber a qué se refería, mientras que Hitomi ladea la cabeza con confusión.

─ ¿Acaso me perdí de algo?

─ Por cierto, Akemi-san ─ Mami toma la mano de Homura para alejarla un poco del grupo ─. He estado pensando en algunas cosas, pero si tú eres una viajera dimensional y no una viajera temporal, significa que tus diferentes escalas no te hacen sustituir a la Akemi-san de sus respectivos mundos, por lo que en teoría deberían haber dos Akemi-san en este mundo, pero extrañamente no he sido capaz de encontrar a la otra.

─ Ahora que lo dices, tienes razón ─ Homura frunce el ceño ─ ¿Qué habrá sido de la yo original de este mundo?


En otro universo

Homura se alisa el cabello, lista para su nueva experiencia. El día anterior había despertado en circunstancias extrañas, pues en su habitación en el hospital ya no se veía su colección de revistas porno ni los afiches de sus hentais favoritos. Había pensado que habían desalojado sus cosas porque iba a ser dada de alta, pero jamás encontró sus cosas. De todos modos estaba lista para reinsertarse en la vida social, e incluso se había abstenido de masturbarse para así disfrutar al máximo de su primer contacto con las personas con las que compartiría salón de clases, además de dejar un poco de su pecho a la vista para generar una buena impresión.

─ Oh, Akemi-san. Me alegro mucho de saber que habéis llegado, aunque vuestro atuendo es un poco revelador para nuestros estándares ─ dice Saotome-sensei, quien estaba vestido de monja.

Homura parpadea un par de veces, extrañada por la vestimenta de la profesora. A lo mejor se trataba de un cosplay, lo cual no estaría mal, aunque Homura tendría que aprender de aquello. De todos modos devuelve el saludo y pasa al salón de clases, encontrando que las chicas también vestían como monjas mientras que los chicas lucían como monaguillos.

─ Queridos alumnos, es de mi agrado presentaros a vuestra nueva compañera Akemi Homura-san. Por favor tratadla bien y enseñadle todos los códigos de comportamiento para que así esté al día con las clases y podamos todos avanzar en nuestro camino a la pureza y el buen comportamiento.

─ ¿Eh? ¿Y esto qué es? ─ dice Homura sin entender qué estaba pasando.

Fin


Y así hemos llegado al final de esta historia, bastante rara para lo que se suele hacer, pero es que me divierto mucho haciendo rarezas. No será la última vez que escriba algo por aquí, cuenten con ello, y a partir de aquí me queda desearles que les vaya muy, muy bien.

Hasta otra