A la mañana siguiente Andre Gabriel despertó abrazado por sus padres. Al sentir los rayos de sol Oscar y Andre se despertaron.

Andre: Buenos días,Gabriel.

Andre Gabriel: Buenos días papá.

Oscar: ¿Dormiste bien, mi niño hermoso?

Andre Gabriel: Sí mami.

La mamá del niño le dio un beso en la frente de cariño. Cinco minutos después la familia se levantó y se vistieron para luego bajar a la cocina y desayunar con las abuelas. Cuando bajaron Andre ayudó a poner la mesa, y Oscar ayudó a cocinar. Para el desayuno, la abuela Marion preparó huevos estrellados con jamón y pan tostado, Oscar se encargó de preparar el café y poner el pan en la mesa. Una vez todo listo toda la familia se sentó a disfrutar de la deliciosa comida.

Dos horas después de desayunar, Andre Gabriel salió afuera a jugar con su conejo. En lo que el niño jugaba, la familia Grandier se instaló en la sala para platicar.

Marion: Pues si hijo, te decía que últimamente todo va bien. A Georgette y a mí no nos falta nada.

Georgette: Así es Marion. Aunque nos gustaría poder visitarlos más seguido.

Andre: A nosotros también nos gustaría pasar mas tiempo con ustedes. Solo que hemos estado ocupados en casa.

En ese momento Oscar y Andre se miraron y dijeron sus futuros planes.

Oscar: También hay algo más.

Georgette: ¿Cómo qué hija?

Oscar: Que Andre y yo estamos planeando tener otro hijo.

Georgette: Ohh, enserio?

Oscar: Sí mamá. Desde hace unos días yo pensaba en eso, y Andre está de acuerdo. El único que no lo sabe es Gabriel. Porque primero queremos estar seguros de que va a tener un hermanito, y cuando pase se lo diremos.

Marion: Yo creo que le dará emoción el día en que él lo sepa.

Después de la plática la abuela Marion le aconsejó a Oscar y Andre que llevaran a su hijo a conocer el lugar. Al principio Oscar dudaba pero Andre la convenció de ir, luego fueron por el niño y salieron de la casa.

Andre Gabriel: Mamá, papá, ¿adónde vamos?

Andre: Ya lo verás hijo.

En unos cuantos minutos llegaron a la placita pública del pueblo y caminaron entre la gente. Algunas de las personas que estaban ahí eran conocidos de la familia de Andre, Pasando cerca de una carpintería Andre tocó a la puerta, al oír su llamado un hombre mayor apareció con la intención de atenderlo.

Sr.Williams: Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarle?

Preguntó el hombre

Andre: Hola Sr. Williams. ¿Cómo está?

Saludo Andre con una sonrisa.

Sr.Williams: Andre? Andre Grandier, ¿eres tú?

Andre: Si señor, soy yo. Jejeje..

Sr.Williams: Claro! Eres tú. ¿Cómo has estado muchacho? Que gusto verte por aquí.

El señor lo saludo con un abrazo.

Andre: Muy bien, gracias. Me da gusto volver a verlo.

Sr.Williams: Eres tan solo un niño la última vez que te vi, y mírate ahora, todo un hombre.

Andre Gabriel: Papá…

Andre: Ah! Sr. Williams, le presento a mi esposa y a mi hijo.

Oscar: Hola, es un placer conocerlo señor.

Sr.Williams: El placer es mío.

Andre y el señor hablaron sobre los viejos ya que durante la niñez de Andre, su madre Amelie solía ser amiga del señor Williams, y cada vez que podía ella y Andre iban a su taller a comprar materiales o en otras ocasiones Andre iba para que jugara con su hijo Bastian.

Andre: Por cierto, ¿Cómo está Bastian? Todavía sigue viviendo aquí.

Sr.Williams: Mi hijo está bien, de hecho él está en la parte trasera del taller. Lo llamaré. Bastian, hijo. Por Favor ven un momento!

Desde el otro lado del taller, un joven apuesto de cabellos castaños y de ojos canela apareció frente a todos.

Bastian: ¿Qué pasa papá?

Sr.Williams: Hijo. Andre Grandier regresó después de tantos años. ¿Aún te acuerdas de él?

Bastian: Claro! Cómo olvidar a mi amigo de la infancia.

(Andre y Bastian se saludan)

Andre: ¿Cómo estás Bastian?

Bastian: Muy bien, gracias.

Andre: Te presento a mi esposa y a mi hijo

Oscar: Mucho gusto, Bastian. Me llamo Oscar.

Bastian: Bonjour Madame.

El muchacho miró al niño que se escondía detrás de Andre. Y se agachó para saludarlo.

Bastian: Hola ¿cómo te llamas?

Andre Gabriel: Hola, me… me llamo Andre Gabriel.

Dijo el niño en un tono tímido.

Andre: Disculpa Bastian, mi hijo es algo tímido. No acostumbra a conocer mucha gente.

Bastian: No te preocupes Andre.

Dijo Bastian sonriendo.

Los amigos de la infancia platicaron un rato más, luego se despidieron, pero antes Bastian le comentó a Oscar y Andre sobre las fiestas nocturnas en Arras. Eventos que pasaban por temporada, los cuales Andre solía ir con su madre. Andre le respondió que tal vez irían, luego la familia Grandier se retiró del taller.

Momentos después llegaron a una la cual era mediana pero grande. Andre sacó una llave de su bolsillo y abrió la puerta principal de la casa. Una vez entrando Andre dejó la puerta abierta para que el aire fresco ventilara la casa, después la familia dio un recorrido por la sala, las habitaciones y el patio trasero.

Oscar: Es una casa bonita, amor.

Andre: La casa era de mi madre, luego pasó a manos de mi abuela. Aquí es donde vivía, antes de que mi abuela y yo nos mudáramos a París.

Oscar: Por lo que veo, la casa sigue en buen estado.

Andre: La abuela se encargó de mantenerla así, porque ella pensó que algún día la volveríamos a ocupar. Quizá podamos usarla cuando volvamos en otra ocasión.

Oscar: Me parece bien, es triste que esta casa esté vacía.

En un rato dejaron la casa, para luego regresar a la casa de las abuelas. Durante el camino Gabriel le pidió a su papá que lo llevara cargando, algo que hizo con gusto.

Andre Gabriel: Papá, quiero ser alto como tú.

Andre: Ah, si. ¿Por qué, hijo?

Andre Gabriel: Porque tú puedes hacer muchas cosas que yo no puedo.

Andre: Algún día vas a crecer, Gabriel. No tienes que ser grande como yo, aún que seas un niño, puedes hacer lo que sea.

Andre Gabriel: Ok papá. Es solo que a veces quiero ser como tú.

Andre: Tú puedes ser lo que quieras.

Una hora después ya habían regresado a la casa. Oscar y Nanny se pusieron de acuerdo en preparar el almuerzo juntas, mientras que la abuela Georgette jugaba con Andre Gabriel y su conejito. Andre se encontraba en el patio trasero arreglando unas cosas para ayudar a su abuela.

Andre Gabriel: ¿Cómo te sientes abuelita?

Georgette: Ya me siento mejor, Gabriel. No te preocupes.

Oscar: Mamá, ya tomaste tus medicinas?

Preguntó Oscar.

Georgette: Si hija, me las he tomado. Me siento mejor que ayer.

Oscar: Que bueno que ya te sientas mejor mamá.

Unos días después, Georgette se curó de la gripe, ahora podía salir de su casa sin preocuparse. Durante ese tiempo, toda la familia salió a divertirse a una de las fiestas nocturnas de Arras.

Había algunos juegos mecánicos, puestos de comida y premios grandes para ganarlos.

Andre Gabriel: Mamá, papá podemos ir a los juegos porfavor?

Andre: Iremos a los juegos, pero primero ¿Qué te parece si intentamos ganar un premio?

Andre Gabriel: Si!

Continuará…