Como esa misma tarde Oscar y Andre iban a empezar su viaje por la noche, le dieron instrucciones a Alan sobre Gabriel. Por ejemplo, su horario de dormir. Durante las siguientes horas comieron todos juntos, después de eso, Andre aprovechó un momento a solas para llamar al hotel en donde se hospedarían, para arreglar un último detalle.
Andre: Hola Buenas noches, habla Andre Grandier.
Recepcionista: Buenas noches. ¿En qué podemos servirle?
Andre: Tengo una reservación para hospedaje de dos días.
Recepcionista: Muy bien Sr. Grandier. Usted aparece en la lista de reservaciones. ¿Qué podemos hacer por usted?
Andre: Mire, llegaré hoy por la noche, quiero que por favor tengan preparada la habitación con una botella de champán y una decoración de pétalos rojos.
Recepcionista: Claro que sí señor con mucho gusto. Tendremos listos los arreglos de su habitación. ¿Se le ofrece algo más?
Andre: No gracias, eso sería todo.
Recepcionista: De acuerdo. Que tenga una buena noche.
Andre: Gracias.
(Colgó el teléfono)
Dentro de poco Oscar y Andre estaban listos para partir a Normandía. Antes de hacerlo se despidieron de su hijo, Gabriel estaba un poco triste pero sus papás le dieron ánimos de no estarlo, le recordaron que se divertiría con su padrino.
Andre: Vamos Gabriel, solo son dos días. Ya lo veras se pasan rápido.
Andre Gabriel: Sí papá.
Oscar: Te quiero mucho hijo. Por Favor te portas bien.
Andre Gabriel: Ok mami.
Alan: No se preocupen, cuidaré bien de Gabriel.
Andre: Gracias Alan.
Oscar: Alan, si hay alguna emergencia el número del hotel está en el refrigerador. Aparte de la lista de horarios, también está el número del doctor por si acaso.
Alan: Pierde cuidado Oscar, estaremos bien. ¿Verdad campeón?
Andre Gabriel: Si mami, mi padrino es muy fuerte y sabrá cómo cuidarme.
Oscar: Bueno, confío en ustedes.
Su mamá le dio un último abrazo a su hijo, luego se fueron. Eran alrededor de las ocho de la noche, la hora de cenar, Alan fue a la cocina para preparar la cena, fue una comida sencilla, curry japonés.
Alan: Te sucede Gabriel, nunca has comido curry japonés?
Andre Gabriel: No padrino. Es la primera vez que veo esta comida.
Alan: Prueba un bocado. Sabe rico si pruebas la carne con un poco de arroz. Anda inténtalo.
El niño agarró su cuchara y probó la comida.
Andre Gabriel: Mmm..! Está rico.
Alan: Vez, te lo dije.
Mientras tanto
Oscar y Andre llegaron a su destino. El hotel donde se iban a hospedar era muy bonito, entraron a la recepción donde confirmaron todo. Les dieron la llave de la habitación y se dirigieron a un elevador para llegar arriba al tercer piso. Andre sacó la llave de su bolsillo, abrió la puerta, entró primero con las maletas en ambas manos dejándolas en un rincón.
Oscar: El cuarto está precioso Andre. Y mira hay estrellas de mar de decoración en la mesita.
Andre abrió la puerta del balcón y tomó la mano de Oscar para admirar la vista de la playa y el mar juntos. Abajo había postes con linternas colgando y una alberca. Cuando volvieron adentro, Andre llevó a Oscar al cuarto tapándo le los ojos.
Andre: Cuidado mi vida ya casi llegamos.
El esposo de Oscar la llevaba al cuarto con cuidado.
Oscar: (Risita) Andre mi amor. ¿Qué estás planeando?
Al entrar al cuarto, Andre le quitó la venda de los ojos a su esposa, sus ojos se abrieron como platos al ver pétalos de rosa guiando hacia la cama en donde había un corazón formado en la colcha, velas iluminando la habitación, una botella de champán en una cubeta de metal llena de hielo y dos copas.
Andre: Feliz aniversario, Madame Grandier.
Oscar: Mi vida, es un lindo detalle de tu parte.
Andre: ¿Te gusta?
Oscar: Me encanta, mi amor. Ahora me toca a mí darte tu regalo.
La esposa de Andre sacó de su bolso el perfume que ella le había comprado hace unos meses como regalo de aniversario.
Oscar: Este perfume es para ti Andre, Feliz aniversario.
Andre: Gracias, mi vida.
Andre dejó la botella de perfume en un cajón para guardarla. Luego guió abrió la botella de champán, cuando el tapón salió volando, ambos rieron. Ya servidas las copas brindaron por su amor.
Andre: Te amó tanto, Oscar.
Oscar: Y yo a ti Andre. No hay un solo día que no deje de amarte.
La rubia acercó su rostro hacia su esposo para besarlo y este le correspondió de manera apasionada. Entre besos se hablan.
Andre: Haa.. mi Oscar.. te haré el amor esta noche.
Oscar: Mmn.. Haa.. Andre yo también quiero que me hagas el amor.
Andre: Entonces ponte cómoda, ahora vuelvo. No tardó.
Oscar: Esta bien mi amor, te espero.
Andre fue rápidamente a la sala a sacar de su maleta una caja de chocolates finos. Tenía planeado algo delicioso. Cuando regresó a la habitación con la caja, vio a su esposa parada junto a la cama con una lencería rosa y erótica puesta.
Andre: Mi hermosa rosa, estás preciosa..
Oscar: Gracias mi amor. ¿Y estos chocolates?
Andre: Los traje para nosotros, para poder probarlos de tu boca.
Oscar: Entonces ven y inténtalo.. muero por tus besos.
Andre dejó la caja de chocolates en la cama para quitarse la camisa, luego empezaron a jugar. Tomó un chocolate de la caja, lo puso en su boca, y se acercó a Oscar para compartirlo. Jugaron con sus lenguas para así saborear el chocolate juntos, una vez ya casi derretido, se besaron apasionadamente y luego de una forma traviesa.
Andre: Tus besos fueron deliciosos, Oscar.
Oscar: Los tuyos fueron muy ricos. Mi cielo. ¿Quieres hacerlo de nuevo?
Andre: Si, pero esta vez quiero saborear el chocolate en cada rincón de tu cuerpo.
Andre se puso encima de ella besando su hombro hasta el cuello, Oscar acarició la espalda de su esposo. Dejándose guiar por la pasión, puso abajo sus manos en el pantalón y empezó a desabrochar lo, con la ayuda de Andre se despojó rápido de ellos.
Oscar también cooperó ayudándole a Andre a quitarle la lencería que traía puesta, entre caricias y besos poco a poco se fueron desnudando.
Tomó otro chocolate y embarró un poco en el torso de Oscar, y recorrió la dulce zona de su piel con la lengua.
Oscar: Mmnn.. Ahhgg.. (Gemidos)
La rubia acarició la cabeza de su esposo. Cuando terminó de limpiar la, Andre ya quería hacerla suya. Debido al embarazo de Oscar. Andre tenía que ser delicado con ella para no lastimarla. Se le acercó y susurró.
Andre: (Susurros) Te trataré como una flor delicada.
Cuando él entró en ella se movió lentamente pero a la vez era placentero. El amor, el placer y la dulzura se mezclaban en un solo momento, tan grande el amor que Oscar y Andre se tenían.
Oscar: Ohh..ahh..! A..andre!
Al juntar sus labios aún podía saborear el chocolate que quedaba en los suyos. En unas horas aquel momento de pasión terminó en satisfacción, después de recuperar el aliento Oscar y Andre se quedaron abrazados por un rato. Extendiendo su brazo Andre agarró una flor del florero que estaba en la mesita de noche y se la colocó en el cabello a Oscar.
Andre: Te gustó tu otro regalo, Oscar?
Oscar: (Risita) Obvio mi amor. Fue un regalo exquisito.
(Le da un corto beso)
Andre: Si quieres podemos hacerlo de nuevo con chocolates de vainilla.
Dijo en un tono coqueto.
Oscar: Entonces seré yo quien lo haga esta vez.
Andre se sonrojó por aquella respuesta. Oscar alcanzó la caja y tomó un chocolate de vainilla, dándole una pequeña mordida. La rubia se sentó de rodillas en la cama, admirando el cuerpo de Andre pasó su mano por el torso hasta el abdomen, en un segundo embarró de vainilla esas zonas de su cuerpo. Primero empezó con el abdomen recorrió con su lengua aquellos pectorales, su toque era muy cálido y suave.
Andre: Ahhn.. (Gemido)
Para complacer más a su esposo, Oscar dio pequeños besos llegando arriba para después besarse. Ella estaba encima de él, queriendo volver a sentir lo, movió sus caderas mientras Andre la sujetaba.
Andre: Ahhn.. sigue.. así Oscar. (Gemidos)
Diez minutos después, terminó. Se quedaron en posición de cuchara por un rato. Así, Andre le hizo cosquillas en el cuello a Oscar con unos besitos.
Oscar: (Risa) Andre.
Andre: (Risita)
En ese momento Oscar se dio la vuelta haciendo entender a Andre que quería jugar a la guerrita cuerpo a cuerpo. Entre risas y juegos Andre resultó vencedor agarrando a su esposa de las muñecas, jugando, le dijo que era su prisionera.
Andre: Te gane, amor.
Oscar: Y que piensas hacer ahora?
Andre: Mmm.. no lo sé. Tenerte así conmigo toda la noche es más que suficiente.
Después de jugar, tomaron un baño y pidieron algo de cenar. En un rato cenaron en la sala, cuando acabaron, Oscar aprovechó para llamar a Alan para saber cómo estaban.
Oscar: Son las once de la noche, llamaré a Alan.
Andre: Seguramente todo está bien, amor.
Oscar tomó el teléfono y marcó el número de su casa, devuelta en Caen, en casa, Alan se encontraba sentado en el sofá leyendo una revista sobre motocicletas. Sonó el teléfono y contestó.
Alan: Bueno?
Oscar: Hola, Alan. Llamo para saber cómo están.
Alan: Estamos muy bien, de hecho Gabriel se durmió hace una hora. A las 10 pm tal y como dice en su horario de dormir.
Oscar: Pero ceno algo antes de ir a dormir?
Alan: Si, preparé curry japonés para la cena. Terminó su plato antes de acostarse.
Oscar: Gracias, Alan.
Alan: De nada Oscar.
Terminaron la conversación con un Buenas noches. De vuelta en casa Alan dormiría en la habitación de huéspedes.
Oscar: Alan, dijo que Gabriel se durmió hace una hora y que no tuvieron ningún problema.
Andre: Vez, te lo dije. ¿Por qué no vamos a dormir? Mañana será un buen día.
Oscar: Es cierto, vayamos a dormir.
En ese instante Andre cargo a su esposa al estilo princesa llevándola al cuarto. La acostó en la cama cubriendo la con la sábana y la colcha, luego Andre se acostó junto a ella. Dentro de poco Oscar sintió como Andre la rodeaba con su brazo.
Andre: ( Susurro) Dormir a tu lado es lo más hermoso.
A la mañana siguiente Andre despertó solo en la cama, luego se dio cuenta de que Oscar se encontraba sentada arquera en el balcón. La mañana era preciosa, los rayos de sol iluminaban toda la playa, la brisa era algo fresca. En un segundo regreso adentro, vio que Andre había despertado.
Oscar: Buenos días mi amor. ¿Dormiste bien?
Andre: Dormí muy bien, gracias.
La rubia se acostó junto a él y le besó la mejilla.
Andre: Tu como dormiste amor?
Oscar: Mejor que nunca. ¿Quieres que pida algo para desayunar?
Andre: Adelante, si quieres. Mientras, yo sacaré la ropa de las maletas para poder cambiarnos.
Oscar: Ok amor.
Una hora después de desayunar se prepararon para ir a la playa. Andre traía puesto una camisa blanca con algunos detalles de hojas de palmera y unos shorts de color café claro. Por otro lado Oscar se puso un traje de baño de una pieza color amarillo y abajo de él un vestido de playa blanco sencillo aparte llevaba sus lentes de sol, además de llevar bloqueador solar en su bolsa.
Andre: Estás lista Oscar?
Oscar: Si mi amor, vayamos a la playa.
Andre: Bueno.
Salieron tomados de la mano del cuarto, bajaron por el ascensor y fueron a la parte trasera del hotel. Tomaron un camino corto que los llevaría a la playa, una vez ahí Oscar y Andre se quitaron las sandalias para no ensuciarlas con la arena. Lo bueno es que había unas cuantas sillas de playa,eran propiedad del hotel para los huéspedes, también incluían una sombrilla. Dejando la bolsa en una silla Oscar se quitó su versito usando nada más el traje de baño.
Andre: Ven Oscar, vamos a meternos al agua, se ve que es un buen día para nadar.
Dijo Andre, retirándose su camisa.
Oscar: Sí mi amor, pero antes hay que ponernos bloqueador solar.
Andre extendió su mano para tomar un poco de bloqueador, luego Oscar se aplicó bloqueador en sus brazos y piernas. Luego fueron a meterse al agua, como un niño Andre le lanzó agua a Oscar con intención de jugar. Su esposa se unió al juego también llegando a mojarlo.
Andre: Bien Oscar, ¡ahora te vas a hundir conmigo en el agua!
Dijo en un tono juguetón.
Oscar: Aahh!
Andre cargo a Oscar para entrar juntos en el agua, de cabeza a pies ambos quedaron empatados.
Oscar & Andre: Jajajaja! (Risas)
Pasaron un buen rato jugando, después de eso Oscar se trae unas bonitas conchas de mar. Las enjugó con el agua de mar y las guardó en su bolsa. Ella y Andre permanecieron sentados en la arena por un ratito, mientras, Andre hizo un lindo detalle dibujando un corazón con las iniciales A y O en la arena.
De vuelta en casa, Alan y Gabriel ya habían desayunado, por el momento ambos jugaban a la torre de bloques, un juego el cual Alan ganó.
Alan: Gane!
Andre Gabriel: No es justo padrino ese último bloque no debió caerse.
Alan: La suerte estuvo de mi lado Gabriel. Eso a veces pasa.
André Gabriel: Mi papá dice que la suerte es para todos.
Alan: Entonces quieres la revancha?
Andre Gabriel: Si, padrino.
Alan: Vale.
Después de una última ronda Gabriel ganó el juego. Recogieron los bloques de la mesa de la sala y los regresaron a la caja.
Alan: Y bien Gabriel. ¿Qué te gustaría hacer ahora?
Andre Gabriel: No lo sé padrino.
Alan: Si quieres puedo llevarte a donde quieras.. ¿Hay algún lugar al que te guste ir?
Andre Gabriel: (Pensativo) Mmm.. ¿Podemos ir al parque?
Alan: Va.
Andre Gabriel: Puedo llevar a kiwi, padrino?
Alan: Supongo que sí.
Andre Gabriel: Yey! Gracias padrino.
Alan: De nada. Anda, ve por él.
Andre Gabriel: Si.
Alan sacó las llaves que estaban dentro del cajón de un mueble de la sala. Gracias a una nota que Oscar le dejó, diciéndole dónde estaban por si acaso las necesitaban.
Alan: Oscar sí que pensó en todo. Es una buena madre.
Pensó Alan.
Andre Gabriel: Ya estoy listo padrino.
Dijo el niño, cargando a su mascota.
Alan: Pues vamos.
Al salir de la casa Alan cerró la puerta con llave. Después de caminar llegaron al parque.
Andre Gabriel: Yay! Ya llegamos.
Alan: Puedes ir a jugar, Gabriel. Nadamas ten cuidado y no pierdas a kiwi.
Andre Gabriel: Si padrino.
Mientras Gabriel se dirigía al área de juegos no se imaginó que vería a la niña que conoció tiempo atrás, Paulette. La niña se encontraba jugando brincando a la cuerda, al acercarse Gabriel la saludó.
Andre Gabriel: Hola Paulette! Soy yo, Andre Gabriel.
Paulette: Gabriel!
La niña se emocionó, y lo abrazó.
Andre Gabriel: Jejeje… es bueno volverte a ver Paulette.
Paulette: Gracias, Gabriel.
Andre Gabriel: Mira, él es kiwi, es mi mascota.
Paulette: Aww que lindo, un conejito!
(Acarició al conejo)
Andre Gabriel: Quieres jugar con nosotros?
Paulette: Si, Gabriel. Vamos.
Los niños jugaron alegremente por un rato, Alan, atento, sentado en una banca vigilaba de lejos a su ahijado.
Alan: Todo parece estar bien.
Minutos después los niños terminaron de jugar y se sentaron debajo de un árbol para descansar.
Andre Gabriel: Fue divertido jugar en la Arena Paulette. También gracias por prestarme tu cuerda de brincar.
Paulette: De nada Gabriel, también gracias por dejarme jugar con Kiwi, es un conejito lindo.
Andre Gabriel: Siempre me han gustado los conejos. Bueno, la verdad me gustan todos los animales, menos las serpientes y las arañas.
Paulette: Las arañas me dan miedo.
Andre Gabriel: No te preocupes, si veo que hay una araña yo te protegeré.
Paulette: Gracias, que amable eres Gabriel.
En ese momento Alan fue a revisar cómo estaba el niño.
Alan: Todo bien Gabriel?
Andre Gabriel: Si padrino, mi amiga y yo estamos descansando porque jugamos mucho.
Alan: Ohh ya veo. En un rato más nos vamos a ir, solo vine a avisarte.
Paulette: Hola señor.
Alan: Hola, pequeña ¿cómo te llamas?
Paulette: Me llamo Paulette.
Alan: Tienes un nombre bonito. Aprovechen para seguir jugando. Si necesitan algo estaré sentado en la fuente.
Después de jugar un ratito más. Gabriel vio una flor en el césped, la agarró y se la dio a Paulette.
Andre Gabriel: Ten te regalo esta flor.
Paulette: Que lindo Gabriel, gracias.
En un rato, Alan apareció y le dijo a Gabriel que ya era hora de irse. El niño se despidió de la niña y esta le dio un beso en la mejilla como despedida tal y como la primera vez que se conocieron. Mientras se alejaban del parque Gabriel se sentía alegre.
Alan: Se ve que estás de buen humor Gabriel.
Andre Gabriel: Si padrino, lo estoy.
Alan: ¿Y por qué?
Andre Gabriel: Porque jugué con mi amiga.
Alan: Parece que te gusta jugar con tus amigos, eso es bueno.
De vuelta en Normandía, en el hotel donde Oscar y Andre se hospedaban, ambos aún disfrutaban de la playa y se encontraban sentados en las sillas de playa tomando el sol.
Andre: A Gabriel le hubiera gustado venir a la playa con nosotros, no crees?
Oscar: Si, es muy probable. La primera vez que lo llevamos le gustó tanto que no quiso irse.
Andre: Quizá la próxima vez, hay que venir los tres juntos.
Oscar: Más bien ya somos cuatro.
Andre: Es verdad, mi amor.
Continuará…
