Una gata y un ratón

Tercera parte

Senku se sirvió una copa de vino y bebió un largo trago.

Frente a él tenía a su supercomputadora trabajando a toda velocidad en un sistema de reconocimiento facial, revisando grabaciones de cámaras de todo Tokio en todo el último año, buscando una coincidencia con el retrato hablado del rostro de Kirisame que lograron obtener cuando Mozu estuvo cautivo.

Era difícil, por ser un dibujo y porque Kirisame bien pudo cambiar su peinado y su rostro… pero tenía que intentarlo.

Terminó de golpe su copa y volvió a servirse de inmediato, maldiciendo.

¿Cómo pudo ser tan ingenuo, dejando que Ruri se acercara demasiado a Mozu? Bien que le sacó muchas cosas útiles, todo lo que Kohaku había tenido que hacer, las personas a las que conocía y que si se estaba quedando con alguien solo podía ser con Kirisame, pero apenas Tsukasa se distrajo Mozu se libró de sus ataduras y casi ahorca a Ruri con sus esposas.

Logró llevarlos hasta la puerta y ellos tuvieron que ceder a su demanda de prepararle un auto para que se fuera, pero entonces Mozu demostró que no iba a soltar a Ruri, que se la llevaría con él, y casi lo hace, de no ser porque Chrome le quitó el arma a Tsukasa y disparó con precisión en el brazo de Mozu, por lo que él soltó a Ruri, aunque no pudieron evitar que escapara…

Ahora ese miserable debía estar con Ibara, contándole todo lo que él sabía… y lo peor era que ni siquiera dijo mucho sobre el mismo Ibara, y eso en parte era culpa de Senku, porque se concentró demasiado en saber de Kohaku.

—Tsk, no vale la pena lamentarse por el pasado. —Apretó con fuerza su copa—. Ahora debo concentrarme en encontrar a Kirisame… —Porque ella podría tener más información de Ibara y estar dispuesta a cooperar, pero… sobre todo porque seguramente Kohaku estaba con ella.

Si la encontraba, seguramente encontraría a Kohaku. Y era mejor que fuera rápido…

"—¿Y qué le dirás cuándo la encuentres?"

Senku frunció el ceño al recordar aquello que Mozu había dicho cuando lo tuvieron cautivo.

Gracias a Mozu había podido encontrar a Chrome y Ruri, ya que obtuvo sus nombres reales y descripciones, pero había sido un dolor de cabeza sacarle la información, no se doblegaba ante nadie y ellos tampoco eran torturadores, por más que pudieran fingir que eran capaces de matar, la verdad no querían llegar a eso, así que tuvieron que recurrir a los juegos mentales con ayuda de Gen y su novia Elise que antes de la prostitución fue psicóloga y sabía entender bien la mente.

Desgraciadamente para Senku, el juego que adoptaron fue el de jugar con el ego de Mozu con el hecho de que Kohaku aceptó entregarse a Senku, cuando nunca lo hizo con él.

Eso lo hizo responder a algunas preguntas sin siquiera pensar mucho, con la hábil lengua filosa de Gen guiándolo por el camino correcto, hasta que Mozu empezó a hablar sobre la forma en la que Kohaku se rebajaba a ser la zorra o el juguete de un hombre debilucho, y en una de esas Senku no pudo controlar su lengua y habló de más:

—Ella no es ningún juguete —dijo con firmeza, mirando con ojos fieros hacia Mozu—. La buscó para iniciar una relación normal, de atracción mutua y respeto, algo que probablemente tú no entiendas.

Sin embargo, supo que decir eso fue un error cuando vio el brillo malicioso en los ojos de ese bastardo.

—Entonces… la amas. —No fue una pregunta, y Senku tampoco lo negó, aunque tampoco es como que supiera qué sentía exactamente por ella.

Y ahora Mozu había escapado y toda la mafia de Ibara creía que estaba totalmente enamorado de una mujer que los traicionó y les robó… Si habían tenido motivos para matarla antes, ahora tenían el triple, porque sabía que ahora mismo era la mayor amenaza para ellos, incluso más que la policía federal.

Por eso debía encontrarla rápido, debía sacarla del peligro en el que él mismo la metió, y preferiblemente disculparse y lograr que se reencontrara con su hermana y cuñado… y su sobrinito pequeño.

Lo bueno es que Mozu no llegó a saber del niño pequeño, por lo menos.

Suspiró cuando la búsqueda de las cámaras siguió sin dar resultado, sirviéndose más vino.

—¿Nada aún? —Chrome llegó en ese momento, cargando a su hijo Ruchiru en sus brazos.

—Nada. —Negó con la cabeza—. ¿Cómo es que ustedes no tienen forma de contactarla?

—En el pasado, ella solía ser la que nos contactaba a nosotros, nunca quiso que Ruri se involucrara en ninguno de sus "negocios"… A mí me animó a salirme apenas pudiera porque quería que le diera una buena vida digna y decente a su hermana, pero ella nunca conoció otra cosa y creía que solo era buena en eso. —Negó con la cabeza, acariciando el cabello de su hijito dormido.

Senku se llevó una mano a la barbilla, pensando en sus largas horas de conversaciones mientras ella estaba en su celda, recordando que ella hablaba mucho de las cosas que le hubiera gustado vivir o tener, o de cómo aprendió a pelear al principio mirando las peleas en el orfanato y en los callejones, luego espiando por la ventana de un dojo y luego con una maestra pandillera que seguramente era Kirisame.

Ella siempre parecía maravillada por las cosas que él decía, las cosas que aprendió, los viajes que hizo, la familia que tenía…

No lo extrañaba que no supiera hacer otra cosa, pero estaba seguro de que tenía potencial para hacer mucho bien, tenía un gran talento para pelear, y eso podía ser usado para proteger, y el instinto protector también lo tenía, por algo le contó tantas historias de cómo protegía a los niños de su orfanato.

"Eres mucho más que una criminal, Kohaku… quisiera poder decírtelo…"

Justo en ese momento, un pitido desde la computadora lo hizo voltear rápidamente, dándose cuenta que por fin… finalmente… ¡encontraron una coincidencia con Kirisame!

Llamó a sus amigos y ubicaron rápidamente que el lugar a donde fue Kirisame era un simple mercado casi a las afueras de la ciudad y, revisando más grabaciones, encontraron que era un lugar al que solía ir al menos una o dos veces al mes.

Intentando seguirla para ver de dónde venía, pronto se encontraron en un punto muerto.

—Es una experta en ocultarse —comentó Ukyo, con ojos analíticos—. Claramente sabe evitar las cámaras, pero al menos tenemos una pista interesante, porque se nota que en su bolsa hay pañales… Así que probablemente está casada y tiene uno o varios hijos. —Ajustó su gorra, mientras varios lo miraban con sorpresa.

—No lo había notado… —comentó Ryusui, entrecerrando los ojos.

—Bien… debemos aprovechar cada pequeña pista. —Gen juntó sus mangas con ojos analíticos—. No parece embarazada, y si tuviera un embarazo poco avanzado no compraría pañales aún, así que su hijo ya debe haber nacido. Y si su hijo ya nació… debe ir al pediatra. Por lo que Mozu nos contó, ella es una persona muy responsable, no creo que no cumpla con ese deber tan importante para cada padre.

—Los bebés deben ir una vez al mes antes de cumplir año —contó Elise, sin mucho interés, como siempre.

—Como ella fue a un supermercado casi a las afueras de la ciudad y es una persona que debe estar oculta, lo más probable es que viva en el campo o en el bosque, hay varias comunidades pequeñas en las afueras de la ciudad —dedujo Ukyo en adición a Gen.

—O sea que seguramente debe asistir a un medico pediatra cerca de la zona de ese supermercado —afirmó Gen—. Si usa un nombre falso, bastará con que tu IA rastreé las cámaras de todos los hospitales con pediatras en esa zona, ¿no, Senku-chan?

—Sí. —Senku sonrió complacido—. Es cuestión de tiempo.

Y efectivamente, fue cuestión de unos pocos días para que encontraran el hospital al que Kirisame iba, encontrando que no era ella la que tenía un bebé, ella tenía un hijo pequeño, como de tres años, la que tenía un bebé de pocos meses era el hermano de su esposo, y resulta que Kirisame estaba casada… con un policía.

Y resulta que Tsukasa conocía a ese policía.

—Su nombre es Kinro, condecorado, muy recto, me sorprende mucho que su esposa sea una ex yakuza… me pregunto si lo sabe… —murmuró Tsukasa.

—A veces suenas como tu esposa, la reportera chismosa. —Senku rio para sí mismo y Tsukasa rodó los ojos.

—Querías información, te digo lo que sé. Su hermano es Ginro, se aprovechó mucho de la nueva ley que da un mes de licencia a los hombres luego de tener un bebé y no vuelve al trabajo aunque se le termino el tiempo hace dos semanas… En fin, nadie conoce a la esposa de Kinro, él nunca ha sido del tipo de personas que va a las fiestas de la comisaria, tampoco, ni es de los que hablan de su vida privada.

—Pero tiene que tener una dirección registrada ¿no? —preguntó Ukyo.

—Dudo que sea verdadera. —Senku chasqueó la lengua—. No quiero perder el tiempo, vamos a seguirlo a su casa luego del trabajo.

—Bien, nunca falta —afirmó Tsukasa.

Esa misma noche Senku junto a Tsukasa, Ukyo, Ryusui, Gen y Chrome fueron a seguir a Kinro hasta su casa, llegando hasta las afueras de la ciudad, hasta una zona boscosa, hacia un área con varias cabañas como única muestra de civilización, cada una más apartada de la anterior.

Esperaron un momento a que él se acercara a la casa, y cuando abrió la puerta Tsukasa corrió a capturar su brazo y mantener la puerta abierta.

Desde dentro, se escucharon gritos y la misma Kirisame salió, tratando de pelear con Tsukasa, pero él fácilmente capturó su patada y la arrojó a un lado.

—¡¿Qué haces, Tsukasa?! —gritó Kinro, horrorizado.

—Solo me defendía, lo siento. —Tsukasa lo soltó, pero mantuvo la puerta abierta y una postura a la defensiva mientras Senku y los demás salían de entre los árboles.

Senku notó de inmediato que Kirisame lo reconoció, más porque su mirada se llenó de odio instantáneamente.

—Tú… Sabía que solo traerías problemas. —Lo miró con odio, llevando una mano a su escote… ¿tendría un arma allí, acaso?

—¡No queremos darte problemas, Kirisame! —Chrome se puso delante de Senku—. ¡Buscamos a Kohaku! ¡Y queremos saber algunas cosas sobre Ibara! ¡Es todo!

—No, no lo es, han puesto a mi familia en peligro… Si hablo, Ibara me casará a mí, a mi hijo, a mi esposo, a mi sobrina recién nacida, a mi cuñado y concuñada… Todo es su culpa, y me las pagarán. —Sacó un arma de su escote y Senku de inmediato sacó su propia arma, apuntándola.

—Kirisame… —Kinro miró boquiabierto a su esposa.

—No es mi intención darte problemas —habló Senku, muy serio—. Solo vine a hablar.

—No tenemos nada de que hablar, Kohaku ya no está aquí, se fue hace semanas.

Senku alzó ambas cejas.

—Entonces ella estuvo aquí… con más razón tenemos que hablar.

Kirisame entrecerró los ojos.

—¿Crees que podrás contra Ibara? No pudiste ni siquiera contra Mozu, no sabes lo diabólicamente peligroso que puede ser… no sabes de lo que es capaz.

—Oh, créeme que lo sé… y él sabe de lo que yo soy capaz. —Sonrió de forma casi psicópata—. ¿Por qué crees que está tan agresivo en encontrar a Kohaku? Me teme, está aterrado… —Rio por lo bajo—. Dejar en coma a uno de los hombres más ricos del país tiene sus consecuencias.

—¿Dejar en coma…?... —Kirisame ladeó la cabeza.

—Casi mata a mi padre. —Senku la miró sombríamente—. Desde entonces, he estado desmantelando su organización, los encierro o los hago huir como cucarachas… Él ya no es tan poderoso como antes… todavía tiene aliados poderosos, sí, pero él en sí… cada vez está más débil. Si quieres estar segura de Ibara, te conviene unirte a mí. Te daré protección, si se acerca, lo lamentara, capturare a quien sea y lo usaré para sacarle información.

Kirisame pareció pensativa, pero mantuvo su arma en alto.

Kinro se acercó a ella lentamente, hasta colocarse detrás y poner una mano en su hombro.

—Tsukasa, te he conocido desde hace muchos años, sé que eres un hombre recto, astuto y fuerte, pero ¿exactamente cuáles son sus posibilidades contra la mafia más grande de Tokio?

—¿Sabes todo sobre el pasado de tu esposa, Kinro? —preguntó Tsukasa curioso y Senku rodó los ojos.

—Por supuesto, lo sé… tenemos una historia algo complicada… ella fue la primera en hacerme romper las reglas. —Miró con una sonrisa suave a Kirisame, que se sonrojó profundamente—. No apruebo que los mate, pero la apoyaré en lo que ella decida… Y no creo que nos hayan dado pruebas suficientes para confiar en ustedes. —Los miró muy seriamente detrás de sus lentes.

—Eh… ¿Qué mejor prueba que yo, no? —Chrome se adelantó aún más, alzando los brazos—. Ibara también me quiere muerto, cuando me salí de su organización le costé mucho dinero porque quería esclavizarme usando mis habilidades en negocios turbios y eso, y me odia porque nunca pudo atraparme. —Rio arrogantemente—. Sin embargo, antes no me encontraba porque me escondía hasta debajo de las rocas, ahora puedo caminar por la calle libremente porque le tienen demasiado miedo a Senku.

—Si nos matan o se escapan ahora, tendrían que abandonar todas sus vidas~ —continuó Gen, con su tono más persuasivo y convencedor—. Sin embargo, si se ponen de nuestro lado, podrán seguir en su casa, en sus trabajos, y hasta más libres que nunca, andando por donde quieran, con el equipo super hiper mega profesional de Senku cuidándolos siempre a distancia sin que ustedes los noten, pero ellos no dejaran ni que se les pose una mosca si Senku lo ordena~.

—En realidad en su caso es más preferible que tengan unos guardias en las cercanías por unos meses hasta que las cosas se calmen… —aclaró Senku, a lo que Gen le chitó de inmediato, reclamándole que era pésimo negociando.

Kinro y Kirisame intercambiaron miradas.

—El riesgo es mucho… —Kirisame parecía indecisa—. Tenemos un niño pequeño…

—Yo también, es un poco mayor que el suyo, pero estamos muy seguros. —Chrome sonrió felizmente.

—Escuché que Mozu casi mata a Ruri… —Kirisame lo miró mal.

—Sí, Ruri se acercó demasiado, ya la regañé, luego de que le disparé a esa bastardo. —Chrome hizo una mueca—. Escucha, Kirisame, conoces a Ruri, ella es inteligente, siempre hacía que Kohaku tomara las decisiones más sensatas, ¿por qué se quedaría bajo la protección de Senku si no pensara que es seguro?

Kirisame apretó los labios.

—Kinro conoce a Tsukasa, tú conoces a Kohaku, que me conoce a mí, y conoces a Ruri y Chrome, y además conoces lo bastardo que es Ibara y que merece ser detenido, y yo soy el único que puede, ¿qué más necesitas? —Senku rascó su oído con cansancio.

—Kohaku no confía en ti, Senku —dijo Kirisame con crudeza, y Senku se congeló.

"¿Qué?..."

Tragó saliva, sintiendo todas las miradas posándose en él.

—Eso… tiene sentido, supongo. —Puso una máscara de perfecta indiferencia—. Le mentí en muchas cosas cuando nos conocimos…

—No es solo por tus mentiras. —Lo miró con frialdad—. No cree que puedas con Ibara, no cree que puedas proteger a su hermana… Y te odia por haberla metido en tantos problemas.

Cada palabra sentó como un puñal, pero él se esforzó en mantener una expresión neutral.

—Si confía en mí o no… es irrelevante para mí ahora. —Endureció su mirada—. Por mi culpa está en grave peligro, y quiero rectificar ese error. Quiero reunirla con su hermana, por eso la busque, y no estoy dispuesto a dejar que Ibara dañe a nadie más, mucho menos por mí culpa. ¿Crees que yo no puedo con él? ¡Él no puede conmigo! —Dio un paso hacia adelante y Kirisame por fin bajó el arma, sorprendida—. Si pudiera, ya me habría matado. Déjame mostrarte, ¿no quieres expiar tus pecados con esa organización? ¿O no quieres venganza por lo que te forzaron a hacer? Esta es tu oportunidad, Kirisame. —Extendió su mano—. Trabaja con nosotros, y te prometo que estarás segura.

Kirisame bajó la cabeza, pensativa, antes de voltear hacia Kinro. Él le sonrió.

—Yo confió en tu juicio —dijo él.

—Yo… —Tomó aire—. Es cierto que quiero expiar mis pecados… pero no si eso pone en peligro a mi familia… sin embargo… tampoco quiero dejar esta vida, y mucho menos quiero que tú dejes tu vida. —Miró a Kinro, antes de suspirar y mirar a Senku—. Muy bien… te ayudaré… pero no traicionaré a Kohaku… porque ella no quiere que la encuentres.

Senku frunció profundamente el ceño.

—¿Cómo puede ser tan idiota? ¡Si yo quiero reencontrarla con su hermana!

—Kohaku quiere encontrarla por su cuenta… De hecho, puede que ahora mismo esté con ella…

—¿Qué?...

.

Alumbrar con una linterna que simulara el brillo de un auto al pasar cada diez segundos, esa era su señal secreta para comunicarse.

Kohaku sabía que Ruri entendería… y así fue, aunque salir de la mansión Ishigami sola le tomó más tiempo del que Kohaku pudiera haber esperado.

Se abrazaron y lloraron como nunca, escondidas en las sombras de los árboles para que ninguna farola las iluminara.

Kohaku llevaba semanas vigilando la mansión, esperando a que el miserable de Senku saliera, y hoy finalmente fue su oportunidad. ¡Y ahora por fin estaba con Ruri!

—Kohaku… mi hermanita… t-tu ojo… —Ruri acarició su rostro con lágrimas deslizándose por su rostro—. ¿Qué te hicieron en ese horrible lugar?... —Lloró con completa tristeza.

—No te preocupes por eso, Ruri-nee… ya no me duele… —Se secó los ojos con fuerza.

—Lo siento tanto por nunca poder visitarte…

—No, hiciste lo correcto al irte, siendo mi hermana y novia de Chrome, ellos te habrían usado de las peores maneras para lastimarnos. —La miró con dureza—. No lo lamentes, yo estoy bien… y estamos juntas ahora. —Tomó sus manos entre las suyas—. No hay que perder tiempo… ¡tenemos que huir!

—¿Qué dices?...

—Podemos dejarle un mensaje a Chrome, algo que solo él entendería, y que nos encuentre en el puerto en unos días. ¡Vamos, es momento, antes de que regresen! —Intentó correr con ella, pero Ruri no se movió, incluso aunque Kohaku la había jalado con fuerza—. V-vaya, ahora eres mucho más fuerte estando totalmente sana, ¿eh? —Rio nerviosamente.

—Kohaku… Por si no lo sabes, eres tía, no me iré a ningún lado sin mi hijo.

—¡¿Qué?! —La miró con una gran sonrisa.

Ruri sonrió amorosamente.

—Su nombre es Ruchiru, tiene cuatro años, ya le he hablado de ti, quiere conocerte.

—Oh, Ruri-nee… —Volvió a abrazarla, llorando de alegría.

—Puedes conocerlo ahora, Kohaku… si vienes a la mansión conmigo…

Kohaku se apartó de golpe.

—¿Qué dices? ¡Claro que no iré ahí! Debe estar llena de lacayos de Ishigami Senku.

Ruri la miró en silencio, sus ojos analíticos y pensativos.

—Kohaku… ¿Qué tienes en contra de Senku-san? Ese hombre está enamorado de ti y quiere protegerte de todo mal.

—No, no es posible. —Negó con la cabeza—. Apenas nos conocemos, estaría loco si se hubiera enamorado de mí por un par de conversaciones. —Horas y horas por días y días y una noche de pasión final que a ella la volvió loca… ¡pero no contaba! ¡Fue para escapar!

Ruri rio suavemente.

—Pues creo que está loco, porque te ama, y nos ha tratado muy bien, se tomó la molestia de buscarnos y quería encontrarte para que volviéramos a vernos, Kohaku.

Ella le dio la espalda, ceñuda, cruzando los brazos con rostro lleno de incredulidad.

—No puedo creer que confíes en él, Ruri-nee… ¡Casi hace que Mozu te mate! ¡Nunca lo perdonaré!

—Eso fue mi culpa, yo…

—¡Hasta te culpa por casi hacer que te maten!

—No, Kohaku, pasa que… —En ese momento, las luces de un auto deteniéndose frente a la mansión las interrumpió.

—¡Son ellos! Debemos irnos… N-no, mi sobrino… —Kohaku se llevó una mano a la boca—. ¡Ruri-nee, nos vemos en dos días aquí a esta misma hora! —Dicho eso, salió corriendo lejos.

—¡Espera, Kohaku! —Ruri intentó detenerla.

—¡¿Kohaku?! —De inmediato todos los que estaban en el auto salieron, Senku primero que nadie.

Kohaku llegó a cruzar miradas con él, antes de salir disparada hacia un callejón.

Mientras corría a toda velocidad, con su corazón latiéndole con fuerza en el pecho, frunció el ceño al darse cuenta de que, de hecho, una de las que bajó del auto fue Kirisame.

"Maldición… ¡¿Senku también la convenció de traicionarme?! ¡¿Qué clase de experto manipulador es?!"

Se trepó a una casa y fue corriendo de techo en techo, escuchando que la estaban persiguiendo con el auto, por lo que corrió con todas sus fuerzas, saltando de una calle a otra, aprovechando que no podían doblar tan fácilmente e incluso retrocediendo cuando ellos avanzaban, para luego dirigirse a la avenida principal donde podría tomar un taxi.

O podría robar un auto, eso quizás le sería más conveniente.

Mientras corría con todas sus fuerzas, comenzó a sentir sus latidos ensordecerla, de hecho… le dolía un poco el pecho…

Se llevó una mano al pecho, mirando detrás de ella, viendo que no la seguían, así que se ocultó en un callejón y se sentó, llevándose ambas manos al pecho y gimiendo por lo bajo.

—M-maldición… —Ahora el dolor parecía estar bajando, las piernas también le dolían, casi que le dolía todo el cuerpo…

Quizás no había estado comiendo lo suficiente…

Jadeó con fuerza, pero antes de que pudiera calmarse, una sombra la cubrió.

Volteó, viendo a Senku también jadeando, seguramente por correr tras ella.

Gruñó, luchando por ponerse en pie y sacando su cuchillo, apuntándolo.

—¿Qué le has hecho a Kirisame? —Se acercó un paso más a su dirección.

Él frunció el ceño duramente.

—Le prometí protección, así como a tu hermana, y así como te la prometo a ti.

—¡JA! ¡Vaya protección! ¡Trajiste a mi hermana a una ciudad prácticamente en guerra, casi haces que la maten! ¡Y me pusiste a mí como la más buscada por el grupo criminal asesino y torturador más peligroso que existe! —Se acercó hasta presionar el cuchillo contra su garganta, intentando ignorar el dolor en su pecho que solo parecía hacerse más grande y se extendía con fuerza hacia abajo, ¿hacia sus piernas?

Senku le sostuvo la mirada, con su barbilla en alto no solo por el filo del cuchillo, sino por ese orgullo frío que sabía que tenía.

—No lo niego, sé que todo eso es mi culpa, y quiero reparar esos errores, Kohaku… Te he estado buscando para ofrecerte mi protección, Kohaku… y… y para hablar de nosotros.

—¿Nosotros? —Bufó—. ¿Cuál nosotros? ¿Crees que tenemos algo por una noche de sexo? —Alzó las cejas con sequedad, resistiendo el impulso de caer de rodillas al suelo y sujetarse el torso con desesperación.

Él mantuvo el rostro en blanco.

—Déjame ver si recuerdo… ¿no dijiste que si alguna vez salías de allí, me perseguirías por todas partes hasta convencerme de casarme contigo? ¿No dijiste eso justo después de tu segundo orgasmo? Oh, espera, el tercero. —Hizo un gesto con tres dedos que la hizo sonrojarse hasta las orejas.

Si no se sintiera tan mal, quizás lo hubiera apuñalado ahí mismo.

—¡I-idiota, es obvio que eso solo fue cosa del momento!

—¿Y qué fue eso después del cuarto? —Le enseñó la lengua burlonamente, sonrojándola más—. "Eres la persona más brillante y maravillosa que conozco, quisiera poder ser digna de ser tu mujer y…"

—¡Cállate! —Agitó el cuchillo bruscamente, haciéndole un corte sobre la ceja que lo dejó mudo—. Te dije… que no significó nada para mí… —Apretó los puños con fuerza—. Quizás me atraías lo suficiente para acostarme contigo en ese entonces, pero ahora no has sido más que problemas para mí… No quiero tu maldita protección… Quiero irme con mi familia lejos de aquí, lejos de ti… —Bajó la mirada, sintiendo su visión nublarse.

Senku tomó aire lentamente.

—Muy bien… Solo me pareció adecuado intentar preguntarlo… porque yo sí me enamoré de ti, Kohaku… —admitió en un susurro, su voz suave y baja… vulnerable.

Ella jadeó, de repente sintiendo sus ojos aguarse.

—Yo no… No has sido más que problemas para mí… y solo te utilice… pero ahora ya no me sirves… Más bien, me estorbas… ¿Podrías dejarme en paz? —Mantuvo el cuchillo en alto.

Senku cerró los ojos dolorosamente.

—De acuerdo… —Asintió, retrocediendo—. ¿Quieres que te dé el número de tu hermana para que coordinen su viaje?

—¡No necesito tu ayuda! —gritó enardecida, antes de correr fuera del callejón y lejos de él.

Corrió con todas sus fuerzas, a pesar del dolor en su pecho, en sus piernas y en todo el cuerpo… pero en especial en cierta área que la estaba matando…

Jadeo, casi sin ver nada, y no por las lágrimas, la visión se le había nublado incluso antes de sentir que quería llorar…

Todo dolía… estaba muy cansada… ¿Había comido hoy?

Empezó a bajar el ritmo, jadeando desesperadamente, antes de caer de rodillas, sujetándose el vientre.

—¿Por qué… me duele tanto?... —Jadeó, antes de quedarse muda del horror al notar el rojo de la sangre en sus muslos y manchando su vestido…

"¿Qué?..."

Eso fue lo último que pensó, antes de caer desmayada al suelo.

Lo último que escuchó, fue el gritó de Senku:

—¡Kohaku!

Continuará...

Holaaaaaaaaaa :D

Nuevo cap rapidito gracias a la comisión de mi querida Maryfer! Todas las gracias a ella owo

Por si alguien está confundido, aclaro que pasaron más de seis meses desde que Kohaku se escapó de prisión... y no pienso aclarar nada más, en el siguiente cap obtendrán más respuestas xP

Espero q les haya gustado uwu

Gracias por todo su apoyo al fic! Alegran mi corazoncito de pollo :'3

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!