CAPÍTULO XCVIII

TESTIGO

(Una semana después. En la prisión)

Por orden de Ivanovich, desde muy temprano hasta bien entrada la noche a las afueras del lugar los oficiales hacían fila a fin de poder ingresar y de ser posible conocer al autor intelectual del ataque del que fueron víctimas.

¿El motivo?, que alguno de ellos pudiera reconocerlo, cosa que hasta el momento no había sucedido porque la mayoría no pasaba del primer filtro. Los pocos que lograron burlar el protocolo hacían sus acusaciones, pero Ivanovich que ya lo había previsto pronto pudo desestimar dicha información. Y es que ninguno lograba situarlo cerca del lugar al que fue enviado por el ejército del Norte.


(En la clínica)

"Que alegría saber que ya podemos volver a casa", empacando las pertenencias de los tres, contenta Michiru expresó.

"Espero y sea habitable", respondió el rubio.

"Y sino que importa, nuestro hogar está donde estemos los tres"

La puerta se abrió, dando paso a la peliazul.

"¿Ya están listos?"

"Por supuesto"

"Bien, en cuanto Fiódor regrese podrá llevarlos", contemplando al pequeño que en brazos de su padre dormía, sonrío. "Me alegra mucho que este hombre se haya vuelto a encontrar consigo mismo"

"Gracias por todo", la aguamarina expresó.

"Quien tiene que agradecer soy yo. Más de la mitad de las mujeres decidieron conservar a sus bebés. Además algunos oficiales han venido a reconocerlos. Sin duda lo que paso les abrió los ojos"

"En medio de todo el caos al fin una buena noticia"


(Cerca de ahí)

Aún abrumados por lo sucedido, la pelinegra y el castaño limpiaban su hogar.

"Al menos los muros parecen seguros", golpeándolo con la palma de su mano, dijo él.

"Lo importante es que estamos bien", contestó Rei.

El sonido de un auto que se estacionaba pronto los distrajo, acto seguido alguien llamó a su puerta.

"Yo abro", dijo el hombre. "¿Si?", nervioso se dirigió al ver que se trataba de un oficial del Sur.

"¿Nicolás Adelberg?", comprobando el nombre escrito en el expediente, pregunto.

"Si, soy yo. ¿En qué puedo ayudarle?"

"Por orden del general Volkov queda a disposición del ejército del Sur", expresó y avanzando hacia él, le colocó un grillete para evitar que pudiera escapar.

"¿Qué?, ¿Por qué?"

Su esposa, habiendo sido testigo, apareció al encuentro; "¿Por qué se lo llevan?"

"Es sospechoso de conspiración", arrastrándolo hacia el camión que por ellos esperaba, el oficial respondió.

"No, imposible. Él es inocente", gritó la pelinegra.

"Eso cree usted, muchos excombatientes están involucrados en lo que pasó. ¿Verdad?"

"No, yo no tuve nada que ver con el ataque", resistiéndose Nicolás contestó.

"Es verdad, él estuvo en casa", interponiéndose su esposa señaló.

"Apártese, no intervenga", empujándola el hombre ordenó.

""¡Maldición!… vuelve a casa, Rei. Pronto estaré de vuelta", Nicolás alcanzó a decir antes de ser puesto en el camión.

"Él no es ningún sospechoso, él no fue partícipe", su esposa gritó viendo como el transporte se alejaba.

"Sabía que esto ocurriría, desconfían de mí por haber participado en la invasión del Sur", impotente el castaño pensó.


(En casa de la aguamarina)

Y aunque la mayoría de los cristales fueron reventados por las balas y la puerta había sido forzada, a ellos poco les importó. Ese era su hogar, el lugar seguro al que siempre podrían regresar.

Sentados en el amplio sillón, ambos contemplaban a su hijo.

"Supongo que así de pequeño era yo", su orgulloso padre sonrió acunándolo contra su pecho. "Es la misma sensación. Sigue pareciéndome increíble que haya nacido de mí", pensó recordando la primera vez que en brazos tuvo a su hijo mayor.

"Me alegra mucho que de nuevo tenga motivos para vivir", ella también pensó imaginando más o menos qué era lo que ocupaba su cabeza.

"Creo… creo que se parece a mi"

Michiru no pudo evitar reír; "Es lógico, ¿A quién más se podría parecer?"

"A ti"

"Creo que solo un poco… dime, ¿Es verdad lo que dijiste sobre los pollos?", recordando que cuando le contó esa historia ella no pudo evitar imaginarlo y reír, cuestionó.

"¿Qué?, ¿Qué nací en los gallineros?"

"Si"

"Por supuesto, mi madre decía que nací junto a los pollitos"

"Tu hijo también tendrá una historia que contar, nació en un camión militar. Que es mejor a que lo hiciera en una sucia celda, ¿No?"

"Por supuesto, ¿Qué hay de ti?"

"Nada interesante, supongo que nací en la habitación de arriba… al igual que Gunther", imposible le fue no entristecerse.

"Lo había olvidado, hoy terminan las rondas de reconocimiento y hasta el momento nadie lo ha ubicado en el lugar exacto… ¿No deseas visitarlo?"

"A veces sí, pero sé lo que dirá y no es que me importe. Creo que verme le hará más mal que bien", bajando la mirada la aguamarina murmuró.


(Del otro lado)

Habiéndose negado todo ese tiempo a presentarse a la ronda de reconocimiento, es que caminando por ahí Lita contempló la fila de oficiales que esperaban poder ingresar a la prisión.

"No puedo seguir huyendo, debo hacer lo que me corresponde", tomando su lugar en la fila la castaña pensó.

Fue así que teniendo que esperar poco más de una hora y luego de pasar por una minuciosa revisión su turno llegó.

Sentada frente al comandante del lugar, es que paso por el primer filtro, el cual consistía en contemplar una serie de fotografías entre la que estaba la del culpable.

"¿Reconoce a alguno?"

Sin importar que el paso del tiempo o la vejez la obligaran a olvidar, dos serían los rostros que por siempre intactos permanecerían en su memoria, sin embargo negó con la cabeza. "Lo siento, pero no"

"Observe bien. Pasaron cinco años y es posible que hayan cambiado", el comandante pidió.

Ella lo hizo y luego de prestar especial atención a la oscura mirada de uno de ellos, la duda se hizo presente. "Él, pero no estoy segura", titubeante contestó.

"¿A que se refiere?", intrigado porque señaló la fotografía correcta, fue la pregunta que siguió.

"¿Están seguros de que él estuvo en el Sur?"

"Totalmente, al igual que los demás"

"Quizá me resulte más fácil si lo veo, ¿Pudo hacerlo?"

"Por supuesto, acompáñeme", respondió sin mucha esperanza. Y es que todos los que pasaban el primer filtro terminaban lanzando falsas acusaciones, lo que significaba una total pérdida de tiempo.

Custodiada por dos oficiales la mujer fue conducida hasta la celda, la cual permanecía cerrada a fin de evitar cualquier incidente.

Y ahí estaba Gunther, sentado en una improvisada cama mientras que harto tenía que soportar que lo miraran como si de una atracción de feria se tratara.

Quedándose a prudente distancia para que él no la viera, lo observó a detalle; "¿Será posible?... no, parece demasiado viejo", murmuró.

"¿Y bien?", cuestionó el comandante.

"No… no lo sé", confundida siseo.

"Acérquese un poco más"

Titubeante ella lo hizo, quedando frente a él.

Ante su presencia Gunther abandonó su sitio y avanzando hacia la reja, sonrió mientras le lanzaba una señal obscena.

"¡Vaya!, por fin algo bueno. Me han traído un regalo", finalmente habló.

Imposible le resulto a ella reconocerlo a no ser por esa burlona sonrisa y el negro de sus ojos, sin embargo fue su inconfundible voz la que volvió a resonar en su memoria.

Sin demostrarle temor, con rápidos pasos avanzó hacía él. "Por fin nos hemos vuelto a encontrar, maldito mal nacido"

"Aquí vamos de nuevo", el comandante murmuró.

"¿Tenemos el gusto de conocernos?", coqueto el otro cuestionó.

"¿Cómo puedes fingir?, mírame bien. ¿Tan fácil te olvidaste de mí?", Lita, cuyos dientes castañeteaban en el más puro odio, pregunto.

Burlón Gunther fijó su mirada en la de ella; "Lo dudo, pero si tú quieres podemos hacerlo"

"Mírame bien. No seas cobarde"

Él lo hizo y entonces su mueca cambió por una muy diferente; "¡Demonios!", masculló reviviendo en su memoria el haber dado la orden de dejar escapar a una mujer, pero en ese momento no recordó en qué sitio sucedió.

"Debiste enviar a tu perros para que me mataran. Sabes que soy testigo de lo que hiciste", ella chillo.

Ante lo dicho por uno y otro, los guardias se vieron entre sí. "Llamen al señor Ivanovich, parece haber coincidencia", ordenó el comandante a lo que él no tardó en presentarse.

"¿Qué les hicimos?, ¿Por qué quemaron la aldea?... ¿Qué hiciste con los niños y las mujeres?"

"¿De qué maldita aldea hablas?... no tengo la mas mínima idea de lo que dices"

Ella respondió.

Palido Gunther apretó los labios y con los puños arrugó su uniforme, gestos que no pasaron desapercibidos para Ivanovich y los demás. "¿Fuiste tú la que mató a Dietter?", murmuró.

"Dejaste de sonreír, ¿Por qué?, ¿Ya lo recordaste?"

El asintió y con tono despreocupado procedió a responder; "He de reconocerlo, las mujeres del Sur son diferentes a las del Norte. Si, son valientes, pero poco naturales. Las nuestras se quedaron y ustedes siguieron a los hombres… así que voy a hablarte como lo que ahora eres. Tú al igual que yo te convertiste en soldado, sabes lo que eso significa y lo que implica. Hay que cumplir órdenes y a nosotros nos ordenaron acabar con todos ustedes. Te dejé escapar porque pensé que no sobrevivirías, ahora me arrepiento de no haberte matado", habiendo dicho furioso escupió hacia ella.

"¿Será posible que de verdad se conozcan?", siendo testigo de esa platica tan personal, Ivanovich se preguntó.

"Lamento decirte que no fuiste tan buen soldado como piensas, tampoco Dietter ni los demás. Heme aquí, sobreviví a ustedes y a la guerra. Igor, la abuela y muchos otros pudieron hacerlo. Ahora mismo reconstruyen sus hogares y volverán a ser felices, en cambio tú tendrás que vivir sabiendo que tu trabajo, si es que así se le puede llamar, fue un rotundo fracaso"

Ante sus palabras y como si de una embravecida bestia se tratara, Gunther golpeó la reja; "He de escapar y entonces no quedará ninguno. La primera vas a ser tú"

"Vasia y yo te estaremos esperando", dándole la espalda, se dirigió hacia la salida.

"Y ahora la cobarde eres tú", riendo el alguna vez pelinegro expresó.

Ella se detuvo y sin darle la cara, hizo la pregunta cuya respuesta sabía que sería la más dolorosa; "Mileva, ¿Qué hiciste con ella?, ¿Dónde está?", en ese punto su llanto se volvió aún más profundo y doloroso.

Recordando a la joven de cabellos turquesa, Gunther torció los labios; "En el bosque, a la sombra de algún árbol", respondió y luego rió de forma abierta. "Era muy ingenua, de verdad pensó que la dejaría escapar"

"Hijo de perra", avanzando hacía él con los puños desnudos golpeó el metal que los separaba. "Jamás voy a perdonarte lo que le hiciste"

Ante la escena y entendiendo el dolor y la impotencia de la mujer, Ivanocivh avanzó hacia ella. Entregándole su propia arma, expresó; "Puede hacerlo, capitana. Le doy mi palabra de que ninguno de los aquí presentes va a intervenir, nadie dirá nada"

La castaña la tomó y cortando cartucho, le apuntó.

"Hazlo, quiero ver si eres tan valiente", el abyecto sujeto reto. "Tu hermano tuvo lo que merecía, de igual modo tú y esa tonta mujer"

"Cállate". Y aunque decidida estuvo a hacerlo, negó con la cabeza; "Ya… ya me deshice de muchos de los tuyos, mira. El primero fue Dietter, una lastima que ya no tenga la suya", dijo señalando las negras cruces en su pecho. "Por mucho que ahora lo desee no puedo quitar una vida sabiendo que llevo una en las entrañas… pero…. si tú supieras lo que yo sé", pensando que él ignoraba el estado de su hermana, orgullosa sonrió.

"Ven aquí, ¿Qué sabes?... ¿Tú también vas a burlarte de mí?"

"Ahora creo entenderlo, imagino porque te llevaste a Mileva. No cabe duda, estás enfermo", prudente la mujer le devolvió el arma a Ivanovich.

"Por favor venga conmigo, hay una serie de preguntas que tiene que responder"

"Ven y dime que es lo que sabes", Gunther gritó y ella lo ignoró.

Los dos soldados y el comandante se quedaron en la habitación, contemplando al hombre que envuelto en la ira seguía lanzando injuriosas palabras.

"El teniente coronel dijo que nadie tiene porque enterarse"

"A ella, no a nosotros", indeciso el comandante expresó.

"Solo una vez. Seremos cuidadosos y nadie lo notara"

"¿De qué hablan?", desconfiado Gunther cuestionó.

A prisa los tres sujetos ingresaron en su celda, no dándole tiempo para reaccionar.

"¿Van a golpearme?"

"Y no me importa si después me castigan", dijo uno de ellos mientras lo sujetaba para que los otros dos lo hicieran…

Sentada frente al teniente coronel, la castaña contemplaba la serie de fotografías que le presentaron, entre las que estaba la de Gunther poco después de unirse a la guardia del entonces canciller.

"Es él, ahora está convertido en un viejo", sin problemas lo señaló.

"Entonces procedamos", convencido de que su testimonio no era otra cosa más que la verdad, la mujer comenzó su declaración mientras que horrorizado él confirmaba los lugares que le iba mencionando…

"Nada pudimos hacer por los niños, los encontraron a todos. La abuela se salvó porque les resultó muy vieja, pero el resto de las mujeres fueron puestas en un camión, incluida yo. Luego ordenó que abrieran fuego contra los hombres, pocos fueron los que pudieron escapar"

"¿Cómo logró salir del camión?"

"Aprovechando la confusión. Mi hermano que estaba ileso y yo intentamos huir, entonces fue asesinado… pude escapar, encontrando refugio en los bosques. No sé cuánto tiempo estuve oculta. Lo que sí sé es que a toda costa intentaron desaparecer la aldea para que no quedaran testigos ni rastros de que alguna vez existió. Su gran error fue dejarme con vida. Meses después el comando del entonces comandante T. paso por ahí, me permitieron acompañarlos y hoy heme aquí, frente a usted"

"Su testimonio será muy importante para determinar su condena. Tenemos reportes de que muchas unidades secuestraron niños que cumplían ciertos estándares impuestos por las autoridades, luego los enviaban a centros de adoctrinamiento a la espera de ser adoptados por familias del Norte. Será difícil dar con su paradero, pero peor es no hacer nada. Además como bien supone, hay reportes de que ubicaron ciertos lugares de entretenimiento para sus superiores, a donde fueron enviadas muchas de las prisioneras civiles"

"Mil veces sean malditos", Lita masculló pensando en el destino del que pudo escapar.

"Seré sincero, será difícil encontrar sobrevivientes, pero creo que usted ya lo sabe"

Ella asintió.

"Mencionó a una mujer llamada Mileva, ¿Quien es… era ella?"

"Era mi amiga… ese sujeto la apartó del resto de las mujeres. Se fueron juntos en su auto y ahora está muerta", imaginando los horrores que la desdichada tuvo que soportar, de nueva cuenta rompió a llorar.

"Será enjuiciado y condenado, que de eso no le queden dudas, pero desde hoy le informo que usted será llamada a testificar"

"Lo haré cuantas veces sea necesario", orgullosa respondió. "Él es mi enemigo, ahora yo lo seré para él. Por siempre se arrepentirá de lo que hizo"


Notas de autor;

Isabellcota; Aunque el paradero de Armand era incierto, Haruka y Mina no le debían explicaciones a nadie, así que haya sido como haya sido, los dos satisfacieron necesidades no solo sexuales, sino afectivas. Nuestra Michi no es ingenua, así que ella bien sabe que muy probablemente hubo alguien. Lo único de lo que Gunther se arrepiente es de haber fallado su misión.

Kaiohmaru; Lo peor del asunto es que Armand la acusó de todo y al mismo tiempo él si justifico su propio actuar, incluso se desquito con su esposa. Ninguna de las dos merecía acabar con él porque siempre iba a estar molestando con lo mismo. Lita debe ser consciente, así como su hermano no fue culpable de nada, así debe pensar en Michiru. Ella no tiene ninguna culpa de lo que Gunther hizo.

Michelle; Así es, el destino puso a prueba sus palabras y sucedió lo que tenía que suceder. Entre Isao y Gunther, que son nuestros dos villanos más humanos, sigo pensando que Isao es el peor. Volviendo a Gunther, él da órdenes y hay quienes lo obedecen, si lo vemos desde cierto punto, ¿Quien es peor?, ¿El que ordena o el que actúa?. Es cierto que el segundo puede negarse, aceptando las consecuencias que su decisión vaya a traerle, pero aún así creo que resulta difícil de responder. Así es, al igual que Michiru, Mina tuvo sus motivos, ambas pudieron sobrevivir gracias a sus decisiones.

Isabelle; La única diferencia entre Mina y Michiru es la cultural, de ahí en más no hay nada. Ambas, al igual que Amy y muchas otras quedaron atrapadas en un infierno creado por hombres. Las tres corrían el mismo peligro (Incluso Mina se vio afectada por sus compañeros, ahora imagina que hubiera pasado en manos de sus enemigos), así que decidieron recurrir a "protección". Muchas veces las "parejas" de esas mujeres morían y casi de inmediato ellas tenían que buscar otra a fin de evitar peligros, es por eso que hoy en día hay quien se burla y juzga ese actuar sin pensar en lo que las orilló a recurrir a ello. Gunther trata de justificarse diciendo que era su trabajo y más blah, pero para lo que hizo no hay justificación. Ni siquiera se puede alegar locura.

szer; Creo que la cadena perpetua de cierta nación consistía en quince años de prisión, que es poco en comparación con lo que de verdad merece. Así que si pasara por sus tribunales más bien lo condenarían a la horca. Gunther no tiene sentimientos, así que es de dudar que se arrepienta (de forma genuina). Nuestro villano tocó las fibras más profundas de Ivanovich, y es que en un principio él era un personaje sin mucha importancia al que le tocaba hacer el trabajo sencillo, de ahí que Pavlov pusiera en duda su desempeño. Pavlov es el favorito de Volkov, así que busca seguir cerca de él. La felicidad plena parece tan lejana para todos ellos, es verdad que lo que tuvieron que pasar es algo que nunca olvidarán, pero aún son jóvenes como para seguir viviendo en el pasado. Poco a poco lo lograran.