Capítulo 3x05: "El recuento."

Así se encontraron en un auto de camino a Dios sabia dónde con Katherine. Elizabeth suspiró inclinandose en el asiento de atras, mirando por la ventana. Ellos habian estado conduciendo durante horas y estába cansada de solo ver el color verdoso de los árboles.

"¿Tienen hambre?" Katherine pidió en el asiento de copiloto. "Vamos a parar por un bocado... Detener un camión... O un camionero."

"Oh, deja de ser linda." Damon rodó los ojos, con tono molesto.

"Imposible." dijo Katherine encogiéndose de hombros.

"Muy posible." añadió Elizabeth mirando a Katherine el tiempo suficiente para enviarle un aspecto desagradable.

"Hemos estado conduciendo sin rumbo durante horas, ¿a dónde vamos?" Damon preguntó perdiendo la paciencia con su pequeña misión.

"La verdad es que no vamos a ninguna parte con exactitud... Simplemente, lo más lejos de Mystic Falls como sea posible para que la diversión real pueda comenzar." aclaró Katherine, ganandose una mirada irritada de Damon y Elizabeth. "Y por verdadera diversión, significa el plan horrible con un poco de potencial, pero que todavía puede llegar a que todos murieran."

"No te preocupes... Mystic Falls y yo estamos en un descanso." dijo Damon tratando de no pensar en las últimas cosas que había hecho antes de irse.

"Tu y Mystic Falls, o ¿tu y Elena?" preguntó Katherine tocando ese tema delicado.

"Digamos que Elena y yo estamos teniendo una pequeña diferencia de opinión sobre cómo debo comportarme." dijo Damon sin parpadear.

"Déjame adivinar... Elena quiere que seas el héroe, y no te gusta jugar a fingir." Katherine concluyó.

"Algo como eso." respondió Damon en breve.

"Ella se lo pierse." Katherine se burló y antes de que Damon pudiera reaccionar, se subió encima de él apretando al mismo tiempo sus labios a los suyos.

Elizabeth que estaba viendo todo apretó los puños con fuerza, pero antes de que hiciera o dijera algo, Damon reaccionó apartando a Katherine con brusquedad.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó Katherine molesta.

"Pensé en probarlo, pero la verdad es que ya no despiertas nada en mí." dijo Damon rotundamente a medida que continuaban el viaje en silencio.

"Ustedes dos me disgustan." dijo Katherine arrugando la nariz.

"Vivo para molestarte, Katherine." murmuró Elizabeth regresando su atención a la ventana perdiendo al mismo tiempo la manera en que Damon se le quedó mirando por el espejo retrovisor.

Después de dos horas más de conducción sin fin, Damon se detuvo de repente en una pequeña parada que ni siquiera tenia una estación de gasolina, excepto algunas mesas de picnic y lo que podia o no ser una caseta de baño. Elizabeth salió al mismo tiempo que él y Katherine quien se bajó con una expresión confundida.

"¿Por qué nos detenemos?" preguntó ella caminando alrededor del auto.

"Pensé que podríamos estirar las piernas... Tomarnos un descanso de toda esa tensión sexual." dijo Damon antes de levantar las llaves en el aire. "Estoy cansado de conducir. Es el turno de alguna de ustedes."

"Está bien, yo lo haré." Katherine se encogió de hombros, comenzando a caminar hacia él. Ella levantó su mano, esperando a que Damon le diera las llaves, pero en su lugar él levantó el brazo lanzando las llaves hacia el bosque. "¡Oye!"

"Damon, ¿qué diablos?" Elizabeth jadeó, volviéndose hacia el bosque donde las llaves aterrizaron en algún lugar profundo, probablemente perdidas para siempre. ¿Cómo iban a volver? Damon realmente no pensaba claramente a veces.

"No iremos a ningún lado hasta que digas la verdad." dijo Damon, cruzando los brazos.

"Bien." Katherine resopló, sacando el collar de Elena de su bolsillo para mostrarselo. "¿Reconoces esto? Un pajarito me dijo que Klaus quiere ponerle las manos encima."

"¿Por qué querría Klaus el collar de Elena?" Elizabeth preguntó confusa.

"¿Importa? Él lo quiere y yo lo tengo." dijo Katherine secamente. "Es apalancamiento... Siempre debes mantenerte un paso por delante de tu enemigo."

"Lo tendré en cuenta." dijo Elizabeth molesta.

"Pero más importante aún, cuando le robé el collar a Bonnie, descubrí algo más... Algo mejor." dijo Katherine con suficiencia.

"Oh, ¿sí? ¿Que cosa?" preguntó Damon simplemente queriendo que llegara al punto.

"¿Están dispuestos a hacer lo que sea necesario para detener a Klaus?" preguntó Katherine mientras caminaba hacia el maletero del auto. "¿No hay vuelta atrás?"

"No voy a volver atrás." dijo Damon antes de mirar a Elizabeth que solo rodó los ojos asintiendo.

"Bien... Aunque esto no te ayudará a ganar ningún punto en casa Damon." aclaró Katherine abriendo el maletero.

Elizabeth jadeó al ver a un Jeremy inconsciente. "¡Jeremy." enseguida se acercó al chico serciorandose de que estuviera bien.

"¿Jeremy? ¿En serio?" Damon le preguntó a Katherine con el ceño fruncido... Eso no iba a terminar bien para él.


Más tarde Damon se encontró sentado en un banco junto a Katherine, mientras Elizabeth permaneció al lado de un Jeremy todavía inconsciente colocado sobre otro de los bancos.

"Estoy escuchando." dijo Damon mirando a Katherine.

Esta saltó de la mesa poniendose delante de él. "¿Qué pasaría si te dijera que hay una manera de matar a Klaus? ¿Y no semi-muerto, sino bien muerto-muerto?"

"Diría que estas desesperada por mentir." bromeó Damon. "O borracha. O desesperada, mentirosa y borracha."

"¿Recuerdas a mi amiga Pearl?" preguntó Katherine haciendo caso omiso de su comentario.

"Vivamente." Damon hizo una mueca, recordando cómo Pearl había sido hostil y el incidente cuando ella prácticamente había empujado sus ojos a su cerebro... Éstos habían dolido durante días.

"Hace siglos, ella me habló de un vampiro que sabía cómo matar a Klaus." Katherine continuó, llamando la atención completa de Damon y de Elizabeth que siguió al lado de Jeremy. "Entonces ella no me dijo nada más."

"¿Bueno, por qué no?" Damon preguntó molesto.

"Porque era su influencia. Sabía que era información valiosa y no me la compartiría." Katherine explicó.

Damon suspiró antes de levantarse. "Bueno, esto es genial... Pero ella está muerta."

"Por eso nunca lo mencioné." continuó Katherine. "Porque ella solo se lo dijo a otra persona."

"¿Quien?" Elizabeth intervino.

"A su hija... Anna." dijo Katherine ganándose una mirada molesta de Damon.

"También muerta." dijo él cruzando los brazos.

Elizabeth desvió su atencion hacia Jeremy que comenzaba a despertar.

"Lo que nos lleva de regreso a..." Katherine se desvaneció como Jeremy despertó.

"A mí." dijo Jeremy sin aliento. "Los lleva a mí."


Pasaron veinte minutos desde que Jeremy había despertado y Anna no había aparecido todavía.

Damon y Katherine una vez más estában sentados en una mesa de picnic, uno al lado del otro... Elizabeth sin embargo caminaba de un lado a otro girando sobre sí, aburridamente.

Jeremy los había puesto al tanto que en algún momento, mientras Damon habia estado muriendo de una mordedura de hombre lobo fatal y él habia recibido un disparo por Liz Forbes... Bonnie lo regresó a la vida porque el anillo Gilbert sólo funcionaba con las entidades sobrenaturales. Ahora, él estába viendo al fantasma de su amiga muerta Anna, y si podian contactar con ella, podian averiguar quién era ese vampiro que, supuestamente, podia matar a Klaus.

"Esto no va a funcionar." dijo Jeremy a la espera de Anna.

"Debería, siempre le gustaste a Anna." dijo Elizabeth algo brusca, sacudiendo rápidamente su mano para disculparse con él. "Lo siento Jeremy, perdóname no quise decir eso de esa manera."

"Detente con el drama para adolescentes." Damon rodó los ojos mirando entonces al chico. "Enfócate."

"Dejalo en paz." intervino Elizabeth antes de sonreírle a Jeremy con calma. "Esta bien Jeremy, solo céntrate."

Asintiendo solamente, Jeremy cerró los ojos. Tardó unos pocos minutos, pero finalmente Elizabeth sintió un pequeño escalofrío por la espalda, la inclinación de la energía que le hacia saber que alguien más estába presente. No había sentido eso en años. Enseguida se tensó mirando a Jeremy con atención.

"No, está bien ayudar." dijo Jeremy mirando hacia su derecha, mientras Katherine y Damon cruzaban miradas. "Están buscando una manera de detener a Klaus."

Damon y Katherine se animaron pero Elizabeth solo se centró en lo que adivinaba era la dirección general de Anna.

"Elizabeth si lo es." susurró Jeremy en voz baja mirando brevemente a la híbrida antes de desviarse de nuevo.

"¿Qué está diciendo?" preguntó Damon enseguida.

"Bueno, ella no quiere ayudarlos." Jeremy sonrió dandoles el mensaje.

Rodando los ojos Katherine dió unos pasos hacia atrás tomando asiento antes de inclinarse hacia Damon. "¿Quieres mi consejo? Si quieres hacer una tortilla, debes romper algunos huevos."

Damon zumbó de acuerdo pero la mano de Elizabeth en su brazo lo detuvo. "No te pases demasiado, ¿de acuerdo?"

"Bien." afirmó Damon antes de alejarse de ella, caminando hacia Jeremy. "Jeremy, sólo quiero que sepas que no es nada personal." así sin previo aviso tomó la cabeza del joven golpeandola contra la mesa de picnic.

"¡Ay! ¿Qué demonios?" Jeremy exclamó adolorido.

"Anna, sé que puedes oírme." dijo Damon en voz alta. "Cuéntanos lo que sabes... Cuanto antes mejor para tu pequeño enamorado aquí."

"¡Mikael!" gritó Jeremy justo antes de que Damon golpeara su cabeza nuevamente contra la mesa.

Por su parte Elizabeth se paralizó sin creer lo que habia dicho Jeremy. ¿Era el nombre del cazador? ¿Era realmente el mismo cazador que ella conocía? ¿O Klaus y Rebekah huyeron de una persona totalmente diferente? Con un movimiento de cabeza, vió como Katherine saltaba de la mesa acercándose rápidamente al lado de Damon.

"Mikael... ¿Es ese su nombre?"

"¿Quién es Mikael?" preguntó Damon.

"¡Oye!" Katherine gritó frustrada.

"Es un vampiro y un Cazador, y ustedes serían unos idiotas al despertarlo." Jeremy frunció el ceño antes de hablar a su derecha. "¿Qué quieres decir con despertarlo?"

"No pueden despertarlo." intervino Elizabeth con voz temblorosa.

"¿Por qué no?" preguntó Katherine mirándola como si le hubiera salido otra cabeza.

"No saben quien es él, y lo que es capaz de hacer." aclaró Elizabeth atropelladamente. "Es inclusive peor que Klaus."

"¿De donde lo conoces?" Damon dió un paso hacia ella, pero se detuvo cuando se alejó un paso de él.

"Solo, les diré que es un cazador que no descansa hasta matar al último vampiro que se cruza en su camino." dijo Elizabeth negando con la cabeza.

"Creo que es hora de ir a buscar las llaves." Damon le dijo a Katherine... Cuando esta no se movió le hizo un gesto para que se fuera. Ella rodó los ojos asintiendo mientras caminaba hacia el bosque. Cuando se fue, volteó de nuevo hacia Elizabeth. "Oye, puedes decirme quien es Mikael."

Elizabeth negó con la cabeza reteniendo las lágrimas que empezaron a acumularse en sus ojos. "Por favor Damon, no lo despierten."

"¿Pero dime porque no?" Damon pidió enojandose.

"No quiero hacerlo, ¿está bien?" replicó Elizabeth con ira. "No quiero recordar nada sobre él." enseguida se volteó dandole la espalda. "Y si quieren arriesgarse a despertarlo adelante, las consecuencias quedan en sus manos." sin decir nada más desapareció a velocidad vampirica, sin importarle que Damon y Jeremy la llamaran.


Pensión Salvatore

Después de todo ese suceso y antes de que el sol saliera por el momento Damon llevó a Elena a la pensión... Ella estaba débil y temblorosa y completamente aterrada. Ella no podia dejar de llorar. Recordaba como Klaus habia huido en el momento en que Mikael fue mencionado, igual que habia hecho Elizabeth, y aunque parecía una buena idea en ese momento, estába empezando a preocuparse... ¿Qué pasaba si Klaus sabia dónde estába Mikael y terminaba encontrándose con Katherine y Jeremy? Si eso sucedia, los dos estarían muertos.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al ver a Elizabeth que apareció en la sala... Se sintió un poco extraño al sentir alivio al ver que no se había ido.

"¿Qué paso?" preguntó Elizabeth mirando a Elena, mientras Damon le daba una manta y le alcanzaba un vaso de bourbon.

"Klaus." fue lo único que respondió ganandose que los ojos de la híbrida reflejaran miedo.

Elena tomó un sorbo de licor antes de hacer una mueca. "Es fuerte."

"Si lo es." dijo Damon. "Sabes que puedo ayudarte a olvidar... Al menos los recuerdos que no quieras mantener."

"Sin coacción... Necesito recordar todo." dijo Elena en voz baja. "Él realmente se ha ido esta vez... Vi como sucedio... Después de todo lo que pasamos para para ayudarlo. El sólo se ha... ido." dijo comenzando a llorar. "¿Dónde estabas, Damon?"

Damon colocó una mano sobre su pierna a manera de consuelo. "No debí irme... Te prometo que más nunca te volveré a dejar."

Por su parte Elizabeth cerró los ojos, no queriendo seguir observando. Tampoco quería escuchar pero eso no era algo que pudiera evitar.

Mientras Damon y Elena se miraban a los ojos, ella escuchó como alguien entraba a la casa. Era un andar que reconocería hasta en los confines de la tierra... Era Stefan. Se volteó de golpe y automáticamente Damon se volteó hacia ella.

"¿Qué pasa?" preguntó él.

Elizabeth bufó molesta... No había escuchado nada. Por supuesto que no. Estaba demasiado ocupado prometiéndole cosas a Elena.

Justo cuando iba a darle alguna mala contesta, Stefan apareció tras el marco de la puerta, para después recargarse en este. Miró, uno a uno, comenzado por Elizabeth, y terminando en Elena quien se había levantado del sofá y lo miraba con terror y desconcierto en el rostro. "Bueno... ¿No es esto acogedor?"

"¿Qué estás haciendo aquí, hermano?" preguntó Damon de mala gana.

"¿A que te refieres? La última vez que supe, vivía aquí." aclaró Stefan acercándose a la mesa, mientras se servía bourbon. "Klaus se ha ido pero me pidió que los vigilara hasta que regrese." con eso miró a Elena. "Así que a partir de ahora, estas bajo mi protección."

"Stefan." Elizabeth lo llamó mirandolo en busca de algo, cualquier cosa... Él le devolvió la mirada, pero no dijo absolutamente nada, ni demostró ninguna emoción. Era como si hubiera decidido olvidar aquellos momentos que habían pasado como mejores amigos.

"Por favor, continúen. Aunque les advierto que Alaric acaba de llegar." dijo Stefan con una sonrisa antes de darse la vuelta dirigiéndose al que era su cuarto.

Cuando Damon se volteó hacia Elizabeth, ella lo miró con severidad. "Sácala de aquí." dijo señalando a Elena y señalando las luces del auto de Alaric que penetraban por la ventana; mientras se alejaba.

"¿A dónde vas?" preguntó Damon antes de sujetar a Elena del brazo para evitar que esta se cayera.

"Iré a hablar con él." dijo Elizabeth encaminandose a la habitación de Stefan. Pero tan pronto como llegó al recibidor se topó con el aludido.

"¿Buscas a alguien?" Stefan habló con una sonrisa por su sorpresa.

"Y parece que lo he encontrado." Elizabeth le contestó a manera de afirmación. "¿Entonces-?"

"¿Entonces que?" preguntó Stefan a su vez, mostrando desinterés.

"Tienes que elegir... ¿Eres bueno o eres malo?" preguntó Elizabeth ganandose una sonrisa burlona de su parte.

"¿Por qué estamos teniendo esta conversación?" preguntó Stefan, aun sonriente.

"Porque simplemente no creo en este aspecto tuyo." Elizabeth explicó. "Vienes con este show de ser el chico malo y todo eso, y yo simplemente no te lo compro."

"¿Y que sugieres?" preguntó Stefan, mientras bajaba las escaleras enfrentandola cara a cara.

"No lo sé." Elizabeth se encogió de hombros, mostrando la misma indiferencia que él acababa de mostrarle. "Se Stefan y quédate... O puedes ser el pequeño esclavo de Klaus, matar gente y poner tantas millas entre Elena, Damon, tú y yo como sea posible."

Stefan sonrió de oreja a oreja. "Sabes que ésta es mi casa, ¿verdad? Puedo quedarme e irme, cuando y como me plazca."

"No necesitas decirme que esta es tu casa y no la mía. Eso lo sé." dijo Elizabeth de manera despectiva, aunque un tanto dolida por su comentario. "Pero en lo que respecta a Elena quiero que te mantengas lejos de ella."

Stefan retrocedió con una gran sonrisa burlona en el rostro, mirándola unos segundos para después alejarse, subiendo por las escaleras y desaparecer.

"Bien hecho." dijo Damon apareciendo de la nada.

"Callate." murmuró Elizabeth aguantando la rabia.

"Acéptalo, Elizabeth." dijo Damon acercándose a ella. "El Stefan que conocíamos se ha ido... Incluso Elena lo sabe... ¿Cómo puedes tú...?"

"¡No me importa lo que diga Elena!" gritó Elizabeth furiosa y entonces supo que toda esa rabia con Damon era por la escena que había presenciado entre él y Elena, unos minutos antes.

"¡¿Cómo puedes creer que tiene remedio?!" gritó Damon a centímetros de su cara.

"Tú no estabas ahí cuando Stefan me protegió de Klaus." aclaró Elizabeth bajando un poco la voz.

"Eso fue antes de que Klaus lo obligara a apagar sus emociones, Elizabeth." Damon negó con pesar. "Stefan se ha ido."

"¡No!" Elizabeth negó ésa vez con la cabeza. "Aun está ahí... Solo esta desorientado, perdido. ¡Puede ser salvado, Damon!"

"¡Bien!" dijo Damon irónicamente. "¡Pruébalo!"

"¿Qué?" Elizabeth frunció el ceño con incredulidad.

"¡Prueba que aun sigue ahí, que puede ser ayudado!" Damon la retó. "¡Pruébalo si estas tan segura!"

"¿Quieres una prueba?" preguntó Elizabeth con incredulidad.

"Si es que puedes." dijo Damon con tono retante.

"¡Bien!" Elizabeth aceptó alejándose enseguida para comenzar a subir las escaleras. "Pero recuerda que fuiste tú quien lo pidió."

"¿A dónde vas?" preguntó Damon, mientras la seguía confundido.

Ella no contestó... Le probaría que Stefan seguía ahí detrás de esa máscara de desinterés e indiferencia, no sabía cómo pero iba a hacerlo. No sabía lo que estaba haciendo, su cuerpo estaba trabajando por sí solo... Se encontró dirigiéndose hacía la habitación de Stefan, antes de abrir la puerta bruscamente. Se detuvo bajo el marco de la puerta, mientras observaba como él terminaba de quitarse los zapatos y se colocaba de pie rápidamente al verla entrar; al mismo tiempo que Damon la alcanzaba y desde afuera la observaba entrar a la habitación.

"¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó Stefan dando un paso hacia ella.

"Bésame." soltó Elizabeth sin pensar mientras se acercaba más a él.

"¡¿Qué?!" soltaron ambos hermanos Salvatore al mismo tiempo.

"Dije bésame." repitió Elizabeth acercándose más a Stefan colocando sus manos sobre su pecho, mientras sentía los ojos de Damon fijos en su nuca. "Házlo."

"Sé lo que intentas hacer." dijo Stefan sujetando las manos de la híbrida para luego alejarlas de él. "Y no funcionará."

"¡Házlo!" Elizabeth lo empujó ganandose un gruñido molesto de su parte. "Imagina que soy Katherine, o Elena... Si nada te interesa, ¿cuál es el problema, Stefan? ¡Vamos! ¡Bésame!"

Completamente irritado Stefan de un movimiento rápido sujetó a Elizabeth de la cintura y pegandola a él presionó sus labios sobre los de ella sin delicadeza alguna.

Por su parte Elizabeth se quedó paralizada, sintiendo como los labios de Stefan se movían incómodamente contra los de ella, sin saber que hacer... Él la estaba besado. Había roto lo único que le permitía demostrarle a Damon que seguía ahí. Y para empeorar las cosas, Damon se encontraba ahí, observando. Pero conocía a Stefan. No lo soportaría mucho tiempo. No podía, no debía... Así que decidió continuar con aquello hasta que él se quebrara y se detuviera.

Determinada comenzó a besarlo, mientras lo empujaba hacia la pared. Stefan retrocedió, continuando con el juego. Hubo un momento en el que sus ojos se encontraron, y Elizabeth entró en pánico. Estaba a punto de alejarla de él, pero ella se lo impidió. Tenía que probar que él estaba ahí. Tenía que continuar... Intentando mantener la calma, cerró los ojos e intentó imaginar que besaba a Damon... Pero las diferencias eran demasiadas y muy grandes. Aunque habían pasado decadas desde que había besado a Damon, aun recordaba claramente esa pequeña curva en sus labios que la volvía loca, la forma en que su cuerpo se adaptaba a la perfección al de ella, la manera en que sus labios se entendían con magnificencia; eran todas esas cosas que nadie más podría brindarle.

Abriendo los ojos se dió cuenta de que eso podría llevar unos cuantos minutos, si no hacía nada más. Tenía que llevarlo a otro nivel, tenía que empujarlo hasta el límite... Así que comenzó a quitarle la camisa a Stefan. No pudo evitar sorprenderse cuando la detuvo quitandosela él mismo mientras sus ojos verdes la miraban con todo menos con deseo... Fue entonces que notó que a él le costaba tanto como a ella; aunque ninguno de los dos parecía dispuesto a dar el brazo a torcer.

Agresivamente Stefan la tomó de la cintura volviendo a besarla, pero con más fuerza casi lastimandola, luego con su otra mano la deslizó debajo de su camisa.

Fue entonces cuando Elizabeth se dió cuenta de que eso podía haber sido una mala idea. ¿Y si no se detenía? ¿Y si Damon tenía razón? ¿Y si Stefan se había ido y ella estaba equivocada? Si realmente no le importaba, ¿cuán lejos sería capaz de llegar?

Cuando su mano comenzó a deslizarse lentamente por su espalda como si dudara, ella comprendió que eso era todo... No podía seguir. No por ella, ni por Stefan. Ya había sido suficiente. Stefan estaba besando su cuello cuando decidió que era suficiente... Pero antes de alejarse, antes de que tan siquiera internalizara que era el momento de detener esa locura, ese arranque, Stefan la empujó, alejándola de él. Se había detenido. Y ahora se encontraba repantigado contra la pared, respirando entrecortadamente y con el rostro horrorizado.

"No voy a hacer esto." gruñó Stefan, mientras la miraba de arriba abajo.

"¿Por qué no?" Elizabeth lo miró, aliviada y un tanto feliz de que hubiera parado él mismo. Stefan la fulminó con la mirada, pero la expresión de horror aun no abandonaba su rostro. "Dilo."

"Vete de mi habitación." ordenó Stefan señalando la puerta.

"¡Dilo, Stefan!" Elizabeth le gritó a la cara.

"¡No puedo!" gritó el en respuesta.

Elizabeth lo miró, y no pudo evitar sonreír con alivio. Stefan parecía molesto y al mismo tiempo en shock. Lo había logrado. Él estaba ahí, en algún lugar, quizás muy en el fondo pero estaba; y eso era lo que importaba.

"¡Vete de mi habitación!" Stefan volvió a gritar, perturbado.

Elizabeth asintió, sin decir absolutamente nada, se dió media vuelta encaminandose hacia la puerta satisfecha de haber probado su punto.

Ahí estaba Damon. Parado en el pasillo, observándola cautelosamente mientras caminaba hacia él. Lucía igual de sorprendido que Stefan.

"Ahí tienes tu prueba." dijo Elizabeth una vez que estuvo frente a él. Damon la miró a los ojos, con una chispa en ellos que no pudo comprender. Justo en ese momento, Stefan les tiró la puerta de su habitación... Con un profundo suspiro se dió media vuelta comenzando a dirigirse a su habitación.

"¡Espera!" llamó Damon, quien había estado siguiendola cuando entraron al pasillo en el que se encontraban sus habitaciones. "¡Espera!"

Molesta Elizabeth se volteó de repente casi haciendo que Damon chocara con ella. "¿Qué?"

"¿Cómo pudiste besarlo?" preguntó Damon confundido. "¿Qué ganabas con eso?"

"¿No querías una prueba?" Elizabeth preguntó frunciendo el ceño. "Ese beso fue sólo un experimento, la prueba que tanto querías." sin decir más se dió media entrando en su habitación, no sin antes lanzar la puerta estrepitosamente.

Rápidamente se quitó los zapatos, sin siquiera utilizar las manos. Se desvistió mientras se dirigió al baño. Caminó hacia el interior de la ducha, ansiosa por sentir el agua caer sobre su piel. El agua fría, comenzó a deslizarse por esta, llevándose la adrenalina, el calor, la ira dejándola sola con el dolor.

Ese había sido probablemente el peor día de su existencia y había tenido varios terribles, lo cual era decir bastante. También podía haber sido el más largo. Mientras pensaba y lavaba su cabello, el día completo comenzó a recapitularse en su mente. Primero había despertado, todo bien hasta que habia visto a Katherine en la puerta de la casa invitando a Damon a un viaje en carretera, luego irse con ellos sin saber el descabellado plan de Katherine. Luego la terrible noticia de que despertarian a un cazador de vampiros, el mismo que habia matado a su familia frente a ella. Luego ver a Damon consolar a Elena, y besar a Stefan.

Besar a Stefan. Besar a Stefan. Había besado a Stefan. Dios mío. Había besado a Stefan. A su mejor amigo. Había besado a su Stefan. Dios mío, ¿Qué había hecho?

El pensamiento la golpeó más fuerte que nunca. Se sentía horrible. Se sentía asquerosa, sucia, inmunda. Sintiéndose mareada, se sujetó de la pared antes de dejarse caer al suelo, mientras el agua siguió lavando las impurezas que sentia... Miró sus manos, sus brazos que estaban manchados con vergüenza. Con rabia comenzó enseguida a frotar sus antebrazos con fuerza y a rasguñarlos, como si eso le sirviera para limpiar la vergüenza que sentía. Un grito desgarrador se abrió paso a través de su pecho y su garganta. Permaneció allí, desnuda, sentada, llorando y golpeando su cabeza con los puños, mientras el agua seguía cayendo sobre ella. Estaba temblando, como nunca antes.

Repentinamente la puerta del baño se abrió; acto seguido el agua dejó de caer sobre ella... Levantando la cabeza vió a Damon, que la miraba con una expresión altamente preocupada.

"Ven aquí." dijo Damon, tras tomar una toalla.

Elizabeth negó con la cabeza sin moverse de su posición, mientras apretaba mas sus rodillas a su pecho, buscando la manera de taparse al darse cuenta de que estaba desnuda frente a él.

"Vamos, ven." pidió Damon intentando levantarla pero ella se negó otra vez.

"Puedo levantarme sola." Elizabeth susurró en voz baja tendiendo su mano hacia la toalla que él sostenía.

Entendiendo la indirecta, Damon le entregó la toalla, pero ella se quedó en la misma posición antes de mirarlo. Enseguida entendió que no iba a levantarse hasta que saliera del baño. "Esperare afuera de la habitación hasta que te vistas."

Elizabeth asintió mientras lo vió salir del cuarto de baño. Ella se quedó alli sin ganas de levantarse, pero sabia que debia hacerlo... Con un suspiro se levantó del suelo cubriéndose con la toalla, antes de salir del baño hacia la habitación. Miró a su alrededor, pero Damon no estaba a la vista, debia estar parado fuera de la habitación esperando para entrar.

Resignada a que no se iria hasta que hablara con ella, decidió vestirse, poniendose una camiseta holgada y unos pantalones de chadal.

Pasaron unos segundos antes de escucharlo tocar la puerta. "Pasa." susurró sentándose en la cama, mientras Damon abría la puerta de su habitación. Ambos se quedaron en silencio, cuando ella levantó la mirada vió que sus ojos estaban puestos en sus antebrazos. Al seguir su mirada vió que estos estaban completamente rojos, con las marcas de los rasguños que ella misma se había hecho... Esa imágen le hizo retornar a llorar y a temblar. "Lo siento."

"Oye esta bien." Damon intentó calmarla mientras se agachaba frente a ella. "Todo va a estar bien... Respira, respira."

"¿Qué he hecho, Damon? ¿Cómo pude hacer eso?" Elizabeth balbuceó. "Soy un asco... Una escoria. ¿Qué he hecho? Lo lamento tanto. Yo no debí, yo sólo, no sé, yo-"

"Está bien." Damon volvió a calmarla ésa vez atreviéndose a tomar su mano en la suya. "Esto es mi culpa."

"No..." Elizabeth negó con la cabeza, al tiempo que se incorporaba para verlo a la cara.

"Si." Damon asintió mirándola a los ojos. "Todo ha sido mi culpa... Lo que hiciste fue mi culpa, no debí haberte presionado. Lo siento. Pero tenías razón. Él está ahí en algún lugar. Todo lo que tenemos que hacer es traerlo de vuelta... Y vamos a hacerlo lo prometo."

Elizabeth se limitó a asentir, mientras una pequeña sonrisa, consiguió imponerse. "Gracias." susurró mientras sin darse cuenta rozaba la piel de su mano, encontrando tranquilidad en ése simple toque.

"No te preocupes." dijo Damon sonriendo también. "Ahora a dormir."

Elizabeth rodó los ojos, pero obedientemente se metió en la cama.

"Ahora sí vas a decirme, ¿quién es Mikael?" Damon preguntó de la nada.

Elizabeth se paralizó unos segundos antes de hablar. "No creo que sea buen momento para hablar sobre eso."

"Lo siento." dijo Damon un poco inseguro.

"Esta bien Damon." Elizabeth aceptó su disculpa. "Tal vez otro día pueda hablar sobre él, pero no hoy."

"Bien, entonces a dormir." Damon repitió tras sonreír y caminar hacia la puerta. "Buenas noches."

"Adios Damon... Y gracias." Elizabeth sonrió levemente.

Él asintió solamente antes de salir por completo de la habitación.


Mausoleo de Pickett

Katherine y Jeremy se encontraron frente a una cripta.

"¿Cómo sabes que Anna no te estaba engañando?" preguntó Katherine con desconfianza.

"Este es el lugar. Es el ala más antigua del cementerio más grande de Charlotte." dijo Jeremy con seguridad. "Dijo que una bruja lo enterró aquí en los años noventa." asomándose por la ventana de la puerta pudieron ver una tumba adentro. "Mira, ahí."

Abriendo las puertas dobles Katherine fue la primera que entró acercándose lentamente hacia la tumba. Mirándola por un tiempo dudó un poco, pero al final terminó empujando la losa superior... Allí vieron a un Mikael momificado y encadenado. Tan pronto como se abrió la tumba, él abrió también los ojos sobresaltandolos a ambos.