Antes de leer Naruto no me pertenece
La historia es mía
Advertencia, lenguaje vulgar y Lemon.
—¿Por qué tienes esa cara hermanito?—le dijo un pelinegro de cabello largo a Sasuke.
—¿Acaso te importa Itachi?—le respondió Sasuke irritado.
—No pensé que recibieras a tu hermano con esa actitud, estoy de visita—le dijo Itachi cruzandose de brazos.
—Estoy muy ocupado ahora—le dijo sasuke concentrado en su trabajo en el despacho.
—Algo te pasó...La pregunta es...¿que?—dijo Itachi con curiosidad.
—¿Terminaste con tu interrogatorio?... Tengo trabajo que hacer, el dinero no crece en los árboles —dijo el pelinegro malhumorado.
—De hecho si...De los árboles se saca el papel, técnicamente el dinero crece en los árboles —dijo Itachi divertido.
—Ya... Déjame tranquilo—dijo Sasuke con una mirada sombría.
—¿Que pasó?...—le dijo Itachi serio.
—La vendí...la vendí para salvar mi pellejo (mi vida)—dijo Sasuke con ira.
—¿que demonios hiciste Sasuke?—le encaró Itachi enojado.
—Lo siento hermano, ya te dije demasiado... Déjame solo—dijo sumergiéndose en la oscuridad de la culpa.
Itachi frunció el ceño, nunca había visto a su hermano comportarse de aquella forma.
—Lo importante no es lo que hiciste, sino lo que piensas hacer para remediarlo...¡Recuérdalo!—le dijo Itachi serio, dejándolo solo.
Sasuke frunció el ceño, la culpa no lo dejaba tranquilo. La única razón por la que había decidido contratarla era por su fortaleza, la manera en que defendía sus ideales, su carácter inquebrantable, su actitud desafiante, ella era perfecta para alejar a Karin, la hermana de su socio que deseaba rechazar sutilmente.
No deseaba tener inconvenientes con sasori por su hermana, solo la utilizaría cómo un escudo, pero jamás imaginó que se convertirá en su salvación. Los papeles se habían intercambio y el sufrimiento que estába destinado para él... Sakura se lo había llevado. Haberse acostado con Karin solo fue una obligación, no la deseaba y mucho menos la quería.
—¡Maldición!—dijo Sasuke golpeando el escritorio con fuerza.
Recordó lo feliz que estaba cuando pagó su universidad, no había solicitado nada más, ni un centavo más ni un centavo menos.
Flash Back
—¡Gracias, gracias, gracias!—dijo Sakura emocionada.
—Hump... con ese dinero podrás estar tranquila un año —le dijo sasuke con seriedad.
—Es más de lo que pedí —dijo la pelirrosa con felicidad.
—No te olvides del contrato...niña—le dijo sasuke divertido, ella en realidad se asemejaba a una niña, tierna y extrovertida.
—¡No lo haré!...Lo cumpliré, no le fallaré —dijo con rectitud.
—Hump... espera mi mensaje —le dijo sasuke alejándose.
Fin flash Back.
—Sakura...lo siento, lo lamento —dijo Sasuke imaginadose su sufrimiento.
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Sakura se encontraba en la cama con un pantalón holgado y una camisa grande, color negro. La habitación estába igual o peor que antes, la noche había sido demasiado larga, la impotencia y la rabia se apoderó de ella. Destrozó todo a su paso, quedando la habitación irreconocible.
Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, con la mirada perdida y desolada. Ya eran las 10 de la mañana y nadie había ido a verla, no le importaba, tampoco deseaba ver a nadie.
—Ya veo que no cumpliste mis órdenes —le dijo sasori ingresando en la habitación. Vestido con un pantalón negro y una camisa de botones también negro, su cabello estaba arreglado perfectamente.
Sakura no se molestó en mirar, se mantuvo callada y distante.
—Sakura—dijo sasori cruzandose de brazos. El hombre la miró detalladamente, su aspecto y su mirada estaba vacía, un gran dolor se apreciaba en su rostro.
—¡Sakura!—la llamó pero ella ni siquiera elevó la mirada.
Sasori caminó con paso lento y se ubicó a su lado, la tomó con fuerza del mentón y la obligó a mirarlo.
—Sakura...¿estás bien?—le dijo con tono preocupado.
La chica miró aquel rostro detalladamente, sus ojos eran de un color semejante a la miel, dorados y preciosos, sus cejas pobladas pero perfectamente peinadas, sus labios gruesos muy apetecibles y una piel inmaculada, definitivamente un verdadero rostro de angel.
—Estas pálida —le dijo frunciendo el ceño.
Sasori la miró con cautela, ella de verdad estába en una especie de shock mental, sin su consentimiento como todo lo que hacía con ella, la tomó en brazos y la llevó a su propia habitación.
—Enviare a alguien a qué ordené ése lugar, mientras tanto podrás quedarte conmigo —le dijo con serenidad.
Sakura se mantuvo callada, sin objetar. Sasori la acostó en su suave cama y se quedó de pie observandola.
—Karin... está mucho mejor.—dijo el hombre sin saber que decir.
Sakura de nuevo se quedó callada, con la mirada perdida en el vacío.
—¡Dime algo!...Lo que sea...¡grita, insulta!...pero no te quedes callada —dijo sasori desesperado.
El resultado fue el mismo, la chica se quedó callada y perdida.
Frustrado posó sus manos en sus cabellos rojizos, desordenado cada hebra a su paso.
—Señor—dijo una sirvienta detrás de la puerta.
—¡MALDICIÓN!...¿NO PUEDO ESTÁR TRANQUILO UN MOMENTO?...¿QUE DEMONIOS QUIERES?—le gritó sasori a la mujer cuando abrió la puerta, la chica comenzó a temblar con la bandeja en la mano.
—¡Discúlpeme señor!...lo lamento, sólo vine a traer el desayuno de la señorita —dijo la chica cabizbaja.
Sasori relajó su semblante, trató de calmarse y no perder más los estribos (nervios)
—pasa—le dijo severo.
—Señor...en su despacho está el señor Deidara —dijo la mujer cautelosa.
—Escucha...Desde ahora te quedarás a cargo de ella, trata de que coma, ayúdale a bañarse o a ir al baño... Cualquier cosa me avisas...¿de acuerdo?—le dijo con una mirada profunda.
—¡Si señor!—dijo la mujer con miedo.
—De acuerdo —dijo sasori dándole una última mirada a la pelirrosa y se fue a su despacho.
La mujer dejó la bandeja en la mesa de noche y miró a la chica con molestia.
—¡Despierta!...¡Niña!—le dijo la mujer de mala gana. Odiaba que la colocaran de niñera. Se colocó a su lado y la levantó con poca delicadeza.
—Abre la boca...No seas una molestia niña —le dijo la sirvienta ya malhumorada. La mujer agarró con fuerza su brazo haciendo que sus dedos se marcaron en la piel de la pelirrosa.
Sakura poco a poco recobró la conciencia, quedando con el ceño fruncido al percibir el trato de la mujer.
—Te doy 5 segundos para que me sueltes —le dijo sakura furiosa.
—¿qué?—dijo la mujer impactada.
—No digas que no te lo advertí —dijo sakura enojada.
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—Y así podemos aumentar las ganancias...¿que dices?—le dijo Deidara sentado junto al escritorio.
—Si... házlo —dijo sasori distraído.
—¿de verdad?—dijo Deidara intrigado.
—Si—dijo el pelirrojo.
El rubio alzó una ceja y decidió jugar un poco.
—¿Me darás ese coche deportivo amarillo?—le dijo Deidara con diversión.
—Si tómalo —dijo sasori con la mirada perdida.
—Ok...¿que hay de esa mansión en Hawaii?...¿es mía también?—dijo Deidara más emocionado.
—¿Qué?...¿que dices?—dijo sasori frunciendo el ceño.
—¡Ahh!...¡estuve así de cerca de conseguir la mansión!...Al menos tengo el auto —dijo en modo de consuelo.
—No te daré nada, tenía mis pensamientos en otro lado —dijo sasori con molestia.
—¿En qué?...No te había visto tan distraído —le dijo Deidara.
—Asuntos...—dijo distante.
—Uhmmm—dijo el pelirrubio. De pronto los guardias de seguridad comenzaron a correr en dirección a la habitación del pelirrojo, Deidara miró la escena y alertó a sasori.
—¿Que sucede?...¿a dónde van tus guardias?—dijo Deidara desconcertado.
—¿Que?...¿Hidan?—dijo sasori caminando a la entrada de su despacho. El hombre que intentaba correr se detuvo al ver a su jefe.
—Jefe..es su habitación, escuchamos gritos... pensamos que era usted —dijo Hidan más calmado.
—¿en mi habitación?—dijo sasori frunciendo el ceño.
—¿Que sucede en tu habitación sasori?—dijo Deidara a su lado.
Sasori recordó a la pelirrosa y de inmediato corrió al cuarto, cuando abrió la puerta se llevó una gran sorpresa.
La sirvienta estaba debajo de Sakura mientras la chica la golpeaba con fuerza.
—¡Sakura!—dijo sasori con enfado.
La pelirrosa al escuchar la voz del pelirrojo se congeló y cayó de nuevo en una especie de trance emocional, la sirvienta aprovechó aquella oportunidad y la golpeó en la boca rompiendo su labio.
Sasori abrió los ojos y miró cómo la pelirrosa caía al piso con la boca ensangrentada.
El pelirrojo sin dudarlo tomó a la sirvienta con poca delicadeza del brazo y la sostuvo con fuerza.
—¿Cómo te atraves?—le dijo sasori enfurecido.
—¡Señor ella...!—dijo la mujer asustada, Sakura le había roto la nariz y tenía rasguños (cortes) en toda la cara.
—No me importa lo que haya pasado, nunca debiste golpearla —le dijo sasori con una mirada siniestra.
—Sasori... déjala, suéltala es una mujer —dijo Deidara con seriedad.
—¡Largo!...¡Fuera de mi mansión!—le dijo soltandola. La mujer corrió y se alejó de aquél lugar, con la mirada atenta de todos.
—Largo todos...No quiero a nadie aquí —dijo sasori furioso.
Deidara abrió los ojos, nunca había visto a su amigo tan enojado, por su propio bien y el de los demás debían obedecer.
—Vamos chicos —le dijo Deidara a los guardaespaldas, todos se fueron y quedó solo Sakura con sasori.
El hombre se ubicó a su lado y la tomó de nuevo en brazos, la acostó en la cama y con una toalla limpió su boca.
—No puedo creer que te dejaras golpear —le dijo sasori.
Sakura desvío la mirada e intentó alejarlo.
—¡Basta!...¿cuando entenderás que no puedes contra mí?—le dijo él pelirrojo con el ceño fruncido.
—¡Yo no soy un maldito objeto!...¡No soy tuya!... Antes prefiero morir —le dijo con rabia.
—Asi que ya volviste en si...—le dijo sasori sonriendo de lado.
—¡Eres el peor bastardo del mundo!—le dijo alejándose de él.
—Gracias...yo también te quiero —le dijo sasori arrojándole la toalla a la cara.
—Sabes, algún día vas a pagar todo el daño que has hecho —le dijo sakura con seguridad.
—Eso...está por verse. Te aviso, traeré a mi abuela aquí, así que quiero que te comportes, no le metas ideas en su cabeza —dijo Sasori levantandose.
—¿Mi abuelita vendrá?—dijo Sakura emocionada.
Sasori levantó una ceja y la observó detalladamente.
—Asi es, se quedará con nosotros... recuerda, debés comportate—le dijo cómo sentencia.
—¡Yo no soy un animal!...Ese papel lo tienes tú...Yo no soy tan miserable como para romperle la ilusión a tu abuela, ella no sabrá por mi boca lo despreciable que eres—le dijo sakura enfrentándolo.
Sasori admiró su determinación, después de todo ella si tenía a alguien por quién luchar, por quién despertar y reaccionar a la realidad.
—Escucha sakura, eres una mujer inteligente... Sabes lo que te conviene, voy a permitirte que vayas a la universidad, después de todo esa fue la razón por la que firmaste el contrato, por otro lado, seguirás mis órdenes, un chófer te llevará y te traerá de regreso, cuando te diga algo, ¡escúchame bien!, lo harás, no tengo mucha paciencia y odio que no me obedezcan —le dijo amenazante.
—¿Ya no soy una niña?—le dijo sakura con odio.
—No... porque recuérdalo, anoche te convertiste en mujer...¡MI mujer!—le dijo tomando con fuerza su mentón.
—A la fuerza —le escupió ella con desprecio.
—Aun así...eres mí mujer sakura... recuérdalo —le dijo robándole un apasionado beso pero está vez con mucho sentimiento.
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—¿Que me pasó?—dijo Karin en su habitación.
—Te desmayaste...—dijo sasori a su lado.
—¿Cómo ocurrió?...—le dijo ella desconcertada.
—Te cayó una lámpara en la cabeza —le dijo sasori con simpleza.
—¿cómo fue eso posible?... recuerdo ir a la habitación de la pelo de chile y allí todo se vuelve borroso—dijo Karin confundida.
—¿A qué ibas a esa habitación?—dijo sasori severo.
—¿Cómo a qué?...es obvio, la iba a humillar y molestar —dijo la pelirroja.
—Te prohíbo que te acerques a ella, no quiero que te metas en mis cosas —le dijo sasori con firmeza.
—¿Por qué?...¿no me puedo divertir con ella también?—le dijo con el ceño fruncido.
—Si te quieres divertir, hazlo con Uchiha...—le dijo dejándola sola.
Karin frunció el ceño, estaba furiosa, su hermano ya le había prohibido no tocarle ni un pelo...no podía contradecirlo, o de lo contrario le iría bastante mal.
—¡maldita pelo de chicle!—dijo Karin con molestia.
Mientras tanto sakura no dejaba de tocarse los labios, ese último beso había estado demasiado demandante, cómo si el pelirrojo no quisiera alejarse de ella.
Observó la habitación en la que se encontraba, un lugar demasiado ordenado, había un escritorio, un armario, un televisor gigantesco, un baño con jacuzzi... definitivamente era la habitación de sasori.
Comenzó a buscar en el escritorio y encontró una foto antigua, la imagen de un hombre y una mujer con dos pequeños a los lados. Sabía que sé trataba de los padres de sasori y de Karin.
—¿Quién diría que te convertirás en ésto?—dijo Sakura apreciando al pequeño niño tan inocente.
Guardó la fotografía en su bolsillo y de nuevo comenzó con su búsqueda, no sabía que intentaba encontrar, pero sentía mucha curiosidad por el pasado de ese hombre.
—Tal parece que no hay nada más —dijo Sakura bufando.
Caminó a su armario y encontró todo su ropa organizada, tomó un abrigo y lo llevó a su nariz, disfrutando aquel aroma que él la había obligado a sentir.
—Peculiar...—dijo al no descifrar la fragancia.
Una idea cruzó por su mente y aunque sabía que lo iba a disfrutar también sabía que se arrepentiría.
—Estoy segura que acabo de ver unas por aquí...—dijo buscando en los cajones, milagrosamente la encontró... Aquellas eran unas tijeras pequeñas pero muy funcionales.
—¿que te parece esto?—dijo Sakura sonriendo.
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La abuela Chiyo entraba en la mansión con ayuda de los guardaespaldas, todas sus cosas y sus maletas venían con ella.
—Es muy linda —dijo al mirar todo.
—Abuela—dijo sasori con una sonrisa, ubicado en la sala.
—¡Sasori!—dijo la anciana con alegría.
—¿Por qué tanto alboroto?—dijo Karin bajando las escaleras.
—Es la abuela Chiyo —dijo sasori a su hermana.
—¡Pero si es la vieja!—dijo Karin frunciendo el ceño.
—Hola Karin —dijo Chiyo con seriedad.
—Karin...no le digas así, es nuestra abuela —le dijo sasori con enfado.
—¿No me digas que se va a quedar con nosotros?—dijo Karin malhumorada.
—Asi es, ya mandé a preparar una habitación —le dijo sasori acercandose a su abuela.
—Lo que faltaba, primero la mocosa...y ahora la anciana —dijo Karin con asco.
—¡Karin!—dijo sasori mirándola con furia.
—Dejala...no me importan sus comentarios —le dijo Chiyo.
—¡Ja!..Solo mantente alejada de mí —le dijo Karin subiendo las escaleras.
—Me las pagará —dijo sasori con una vena brotando en su frente.
—¿De quién habla?...¿quién es la mocosa?—dijo Chiyo curiosa.
—Es... Sakura, Abuela. Sakura es mi novia —le dijo sasori con un poco de vergüenza.
—¿Tu novia?...¿desde cuándo?—le dijo la mujer sorprendida.
—Es una larga historia, ella está viviendo conmigo —le dijo con seriedad.
—¡Oh qué felicidad!... Sakura es una chica Muy especial, noble, cariñosa...Te llevas a una joven increíble —le dijo abrazándolo.
Sasori se quedó de piedra al escucharla, él sabía perfectamente que sakura era eso y mucho más, nunca pensó conocer a una mujer que fuera tan determinada. Un sentimiento de rabia se apoderó de su cuerpo, sentía furia pero hacia su propia persona, él era un maldito, un desgraciado que lo único que le importaba era su satisfacción, no le importó destrozar la voluntad de aquella joven, simplemente lo hizo y no miró hacia atrás.
—¿Dónde está ella?—dijo Chiyo emocionada.
—En mi habitación, vamos a verla—le dijo subiendo las escaleras.
—Oh...yo no puedo subir tantas escaleras —dijo la anciana.
—Descuida, te cargaré...debes ser tan liviana como una hoja de papel, solo será por esta vez, tu habitación está aquí abajo—le dijo el pelirrojo tomándola en brazos.
—Sasori...has cambiado mucho —le dijo Chiyo divertida.
—¿Por qué lo dices?—le preguntó curioso.
—Porque no estás tan serio, esa sonrisa es magnífica—le dijo Chiyo alegre.
—Es...de felicidad —le dijo con sinceridad.
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Sakura se encontraba acostada en la cama leyendo un libro muy interesante, de pronto la puerta se abrió y ella ni se molestó en mirar.
—Sakura...te vinieron a visitar —dijo sasori con voz calmada.
—¿Así?...¿tengo ese privilegio?—le dijo sakura aún sin voltear.
—Sakura...—dijo Chiyo confundida.
—¿Abuela?—dijo Sakura abriendo los ojos.
—Las dejaré para que hablen—dijo sasori serio.
Sakura se levantó y corrió abrazarla.
—No puedo creer que esté aquí —dijo Sakura emocionada.
—¿Estás bien hija?—le dijo preocupada —te ves cansada—le habló Chiyo.
—Es la universidad, es solo eso...¿te quedarás?—le dijo ella con felicidad.
—Asi es...¿cómo es que eres la novia de sasori?—le preguntó confundida.
—¿él te dijo éso?—dijo Sakura conteniendo la rabia.
—¿No es verdad?—le dijo Chiyo.
—Si...es verdad, bueno, al principio si me pareció de lo más arrogante, prepotente, amargado, gruñón, sínico, engreído, serio, patán... pero ya lo conozco mejor, y tiene toda la razón, sasori no están malo —dijo Sakura intentando sonar convincente. La pelirrosa observó la silueta del hombre detrás de la puerta, sabía que estaba escuchando todo.
—Ya veo—dijo Chiyo pensativa.
—Me alegro de tenerla—dijo con emoción.
—¿Vamos al jardín?—le dijo Chiyo a Sakura.
La chica frunció el ceño, no sabía si ir o no.
—Abuela, Sakura... vamos al jardín, ya mandé hacer té y galletas —dijo sasori apareciendo en la entrada.
—Vamos abuelita —dijo Sakura poniéndose de pie.
Sasori observó cómo Sakura trataba a su abuela, alguien que no llevaba su sangre estaba dispuesta hacer mucho más que ellos que eran sus verdaderos parientes.
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—Te escuche en el cuarto...Esa descripción estuvo fatal —le dijo sasori en susurro, estaba sentado a su lado.
—No me pude resistir —le dijo ella también en susurro, dandole una sonrisa divertida.
—Muy delicioso el té —dijo Chiyo enfrente de ambos.
—Aunque las galletas les falta azúcar —dijo sakura.
—¿Tu crees?—dijo Chiyo.
—Si, están desabridas —le dijo la pelirrosa.
Sasori probó una y no le pareció que les faltará algo, al contrario, estában riquísimas.
—Sasori, quiero un helado...de tres capas, fresa, uva y vainilla, chispas de chocolate, almendras y maní, con jarabe de chocolate y crema batida—le dijo sakura al pelirrojo, con las mejillas sonrojadas.
—¿Que?—dijo el pelirrojo con un tic en el ojo.
—Me dijiste que me complacerías en todo —dijo Sakura inflando sus mejillas.
—Hun, claro...le diré al cocinero que lo prepare —dijo sasori levantandose.
Sakura sonrió, si no podía librarse de él, tampoco le dejaría las cosas tan fáciles.
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Sasori regresaba de la cocina con el pedido de Sakura, al principio le molestó que lo utilizará, pero al ver la imagen de aquellas dos quererse mutuamente no pudo evitar sonreír.
—Sakura, abuela, voy a salir...te dejo el helado aquí... Cuídense—le dijo eso último a Sakura.
La chica frunció el ceño, reconoció sus amenazas de inmediato.
Sasori se fue a su habitación y tomó un largo baño, caminó a su armario y tomó un conjunto de ropa, un saco, una camisa negra y un pantalón. Tenía una reunión con uno de sus socios, pain.
Se vistió rápidamente y caminó a la entrada del jardín.
—Ya me voy —dijo sasori a las mujeres.
Sakura lo miró y una sonrisa burlona se adueñó de su boca, mientras tanto Chiyo miró perpleja a su nieto.
—Sasori... quítate el saco, voy a buscar mis agujas para cocer —dijo Chiyo.
—¿Por qué?—dijo sasori desconcertado.
—pero que tacaño resultaste...—dijo Sakura riéndose.
Sasori miró su ropa y se dió cuenta de que todo estába rasgado, su saco y su camisa, estaba tan apresurado que no se fijó en ello.
—¿Que demonios?—dijo sasori.
—Ni te molestes en buscar más... Todo tu ropa, está igual o peor —le dijo sakura triunfante.
Sasori enfureció pero detuvo sus acciones al mirar a su abuela entrar.
—No te preocupes, puedo comprarme otro saco, puedo comprarme todo lo que quiera —dijo sasori con seriedad.
Sakura frunció el ceño al escuchar eso.
—Ya me voy, compraré un traje de paso... Sakura, nos vemos más tarde —dijo el pelirrojo con una sonrisa.
La pelirrosa suspiró, al menos se pudo reír de él un rato. Ahora después de la risa, vendría el castigo.
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Sasori regresaba a su mansión después de un largo rato en una reunión, caminó de prisa a su habitación y encontró a Sakura dormida.
—Pense que te esconderías—le dijo sasori muy cerca de ella.
—¡Ja!..Yo no soy una cobarde —le dijo sakura despertando.
—Sabía que estabas despierta... Quítate la ropa—le dijo directo.
—¿que?—dijo impactada.
—¿creés que se me olvidó lo de la ropa?...No me importa sakura, puedo comprarme un guardarropa completo, pero lo que me molesta es que no me obedezcan —dijo con una sonrisa siniestra.
—No dijiste nada sobre eso...en ningún momento me prohibiste acercarme a tus cosas —dijo Sakura haciéndose la inocente.
—¡Que lista!... Ahora te ordeno que te desnudes, ¡Házlo!—le dijo severo.
Sakura así lo hizo, sentía pena e impotencia.
—Dormiras así, en el suelo, con frío...no podrás tomar ni una cobija...—le dijo divertido.
—¿ese es tu castigo?—dijo sakura impactada.
—No... ahora mismo te bañaré con agua helada, gracias por impulsarme a más, si mantuvieras la boca cerrada no lo hubiera recordado —le dijo tomándola del brazo. Con todo el auto control que poseía le arrojó una cubeta de agua helada, el cuerpo de Sakura comenzó a temblar ligeramente.
—Ahora se buena niña y duérmete —le dijo con una sonrisa.
—¡maldito!—dijo enfurecida. Se acostó en el frío suelo con toda aquella incomodidad.
En la madrugada sasori comenzó a dar vueltas en su cama, había mucho frío en toda la habitación, se levantó y observó a Sakura aún temblando, estaba dormida, su nariz estaba roja y su boca también.
—No puedo creerlo —dijo levantandose y le colocó una cobija.
—Eres muy testaruda Sakura —se dijo sonriendo.
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Sakura despertó gracias a un estornudo, se levantó y encontró una cobija que la abrazaba, estaba desconcertada.
—¿Que me mirás?—dijo el hombre en su cama tomando un delicioso café, tenía el pecho al descubierto.
—Lo feo que eres—dijo Sakura levantándose. Se cubrió con la cobija y caminó al baño.
—No está bien hacer trampa —le dijo sasori divertido.
—Yo no hice trampa, la cobija estaba en mi cuerpo cuando desperté —le gritó desde el baño.
—mmm interesante, una cobija que camina sola—dijo divertido. Sasori dejó la bandeja en la cama y caminó al baño.
Sakura se encontraba de espaldas aún desnuda, el agua corría por todo su cuerpo mientras se lavaba el cabello, sasori la admiró desde su posición, fascinado por su silueta y sus curvas, tomó una esponja y se acercó a ella con mucho cuidado, la tomó de la cintura y la atrajó a su cuerpo.
—¿Que demonios estás haciendo?—le dijo sakura enojada y nerviosa.
—Ayudarte...¿ves?..¡aquí tengo mi esponja!—le dijo comenzando a frotar su piel, el agua los mojó a ambos y el pantalón de sasori se empapó por completo.
—Siempre me he bañado yo sola, así que no necesito de tu ayuda —le dijo sakura comenzando a sentir como algo detrás de ella crecía.
—¡Vamos!...Un poco de ayuda no hace daño —le dijo con descaro, el cuerpo de Sakura estaba temblando, sasori con sus expertas manos tallaba su piel con sutileza, empezando por sus senos y deteniéndose en su abdomen.
—¡Por favor!—dijo Sakura en ruego.
—Sakura...te deseo —le dijo al oído, sus manos tocaron sus senos suavemente mientras él con su lengua saboreaba su cuello. De un momento a otro la giró, quedando ella de frente con el rostro sonrojado.
—No me lastimes—le dijo sakura en susurro.
—Eso no va a pasar—dijo el pelirrojo, para sellar su comentario la besó con suavidad, sintiendo sus labios perfectos, el sabor de su boca deliciosa.
Sakura estaba con el corazón acelerado, en su mente pasaban infinitas de cosas, angustia, preocupación, miedo, rencor pero no lograba concentrarse en ninguna porque sasori la trasladaba a otro lugar, uno apasionado y exitante.
Sus manos se movían de manera delicada en su cuerpo, acariciando a su paso, deleitándose con su piel. Sasori bajó sus pantalones quedando solo en boxer, su miembro gritaba por escaparse de aquella prenda, pero él necesitaba ir de espacio.
La alzó y de nuevo ella quedó entre sus piernas, sintiendo el enorme miembro ya erecto, sasori se separó de sus labios y atacó sus blancos senos, chupando sus pezones y jugando con ellos.
—Ahmmm—dijo sakura sonrojada.
—Me encanta como gimes...están sensual —le dijo sasori con cinismo.
Sakura se enrojeció, no pudo evitar que aquel comentario la excitará.
Poco a poco sasori comenzó a simular embestidas, haciendo chocar su pene cubierto contra su piel descubierta, la sostenía con fuerza de las piernas, ella escondía el rostro en su cuello muy sonrojada, con las uñas incrustadas en su varonil espalda.
Sakura comenzó a gemir, sentía su centro palpitar y un líquido resbalar por sus piernas. Luego de unos segundos más él la dejó en el suelo, observó cómo sus piernas comenzaron a temblar y le sugirió sentarse en la orilla del jacuzzi.
—¿Por qué?—dijo sakura confundida.
—Porque quiero probar —le dijo abriendo sus piernas, sin pensarlo sacó su lengua y saboreó desde el inicio al fin, introduciéndose en su cavidad humeda y palpitante.
—Ah..¿que...es... ésto?—dijo sakura comenzando a temblar.
Sasori metió un par de dedos haciendo movimientos circulares, entrando y saliendo, entrando y saliendo, cada vez más rápido.
—Estas muy muy mojada—le dijo él jugando con su clítoris.
—n-no...¿q... que me pasa...?—dijo sakura sintiendo espasmos. Su respiración subía y bajaba de manera acelerada. Al poco tiempo ella apretó sus paredes internas y se corrió.
—mmm...—dijo sasori aún entre sus piernas.
—¿que ha sido eso?—dijo Sakura tragando grueso.
—Ese ha sido el primero de las tantos que vamos a tener —le dijo sasori tomandola de la cintura y llevándola a dentro del jacuzzi.
De nuevo él saboreó su piel, succionó sus pechos y atacó su boca. Se moría de ganas por penetrarla, pero ese debía ser su castigo, primero estaba el placer de ella.
—Tu piel será mi adicción —le dijo al oído mientras mordía su cuello.
Sasori quitó su bóxer la obligó a sentarse encima de él.
—¿Que?..—dijo sakura realmente impresiona.
—¡Dime qué lo quieres dentro!..¡quiero escucharte!—le dijo con deseo.
—Yo...no—le dijo ella realmente deseosa.
—Sabes que lo quieres... pídelo —le sonrió divertido.
—No...—dijo Sakura sonrojada.
—Sabes, te has sonrojado, tu boca dice no pero tú cuerpo me asegura que si...—le dijo sasori levantandola y al caer su pene fue succionado por su cavidad.
—¡Ah!—
—Te enseñaré cómo se hace —le dijo tomando sus caderas, subiendo y bajando, en cada paso era penetrada profundamente, llegando hasta su ser. Sin poder evitarlo Sakura se comenzó a mover, saltando, subiendo y bajando, agarrando aquel sensual ritmo. Sasori atacó sus senos, besandolos y acariciandolos.
Y de nuevo él se corrió dentro de ella, llenando su ser con su semilla.
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Sakura se encontraba viajando en aquel auto lujoso, tenía una falda rosa y un suéter cuello de tortuga blanco. A su lado estaba sasori relajado, observando su celular, tenía un pantalón negro y una camisa roja, haciendo juego con su cabello.
—Toma...—le dijo entregándole su celular.
—¿Qué?—dijo Sakura desconcertada. Después de lo del baño sentía un poco de vergüenza.
—Es para tí, lo modifique...es mucho mejor que ese aparato —le dijo sereno.
—no, ya tengo uno—le dijo ella desviando la mirada.
—No te pregunté, lo usarás...Y al salir me llamas, sakura ni se te ocurra irte y no esperar al chófer, de lo contrario me voy a enojar mucho contigo —le dijo está vez serio.
—¡Cómo sea!—dijo ella frunciendo el ceño, no se le había olvidado ese maldito contrato.
—Baja—le dijo entregándole el teléfono y a duras penas acepto. Sakura salió del vehículo, había llegado a la universidad donde estudiaba.
A lo lejos pudo percibir a su amiga Ino, acompañada de algunos chicos, frunció el ceño, había estado evitando las llamadas de su amiga porque no quería involucrarla.
—¡SAKURA!—Le gritó ino de lejos.
El auto aún continuaba estacionado, de pronto sasori bajo y quedó enfrente de la chica.
—¿que haces?—dijo sakura impactada.
—Se te olvido algo—dijo robándole un apasionado beso, todos a su alrededor miraron la escena sorprendidos, después de unos segundos se separó de ella y de nuevo subió al auto, está vez marchandose.
Sakura quedó de piedra, nunca imaginó que sasori hiciera tal espectaculo. Ino y kiba llegaron hasta ella con el rostro deformado.
—¡Ey!...No sabía que tenías novio sakura —le dijo kiba divertido.
—Ni yo...Y se supone que soy tu amiga —le dijo ino con resentimiento.
—¡Ino!...no es lo que crees —dijo Sakura suspirando.
—Llevo dos días intentando comunicarme contigo Sakura...te busque en casa y no apareciste, estuve a punto de llamar a la policía, y ahora te apareces en un coche, con un sujeto adinerado...¿que está pasando?—le encaró disgustada.
—Lo siento...no puedo —dijo Sakura bajando la mirada.
—Yo...iré a clases, nos vemos chicas —dijo kiba alejándose.
—¿No confías en mí?—le preguntó dolida.
—No se trata de eso Ino, no puedo involucrarte...es por tu bien—le dijo la pelirrosa intentando acercarse a ella.
—Lo que veo —dijo ino observándo el teléfono en manos de la chica —es que nunca te conocí, me mentiste, el vestido de diamantes es real, al igual que ese carísimo teléfono celular —le dijo la rubia decepcionada.
—¿que supones?—le dijo sakura frunciendo el ceño.
—Lo que digo es que mi amiga, la sakura que conocí nunca se hubiera dejado comprar—le dijo ino alejándose.
—¡Espera ino!—dijo Sakura tomandola del brazo.
—Es mejor así sakura —le dijo ino deshaciendo el agarre. Sakura miró como su única amiga la abandonaba, por culpa de ese maldito contrato, por culpa de sasori.
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Esperaba el chófer con desesperación, ya la hora de clases había terminado y no entendía porque ese tonto chófer no aparecía. De pronto el auto llegó y Sakura subió con prisa.
—¿Por qué tanta prisa?—le dijo sasori divertido.
—¡Demonios!...¿que haces aquí?—le dijo sakura enfadada.
—Vine por ti —le dijo sasori serio.
—Es que ni un minuto puedo estar sin ver tu horrible cara —le dijo furiosa. Odiaba que ino tuviera razón, ella se dejó comprar y por el peor de los hombros.
—¿que carajos te pasa?—le dijo sasori con una mirada severa. Pensaba que después del baño las cosas con Sakura se habían calmado.
—¡Que eres un maldito!..¡eso es lo que pasa!... Viniste destrozar mi vida, —le dijo ella con todo el dolor de su alma.
Sasori la observó y se dió cuenta de su dolor, intentó tomar su mano pero ella se lo impidió.
—Sakura...—le dijo intentando calmar su ira.
—Eres un malnacido...un desgraciado, un maldito—dijo con lágrimas en los ojos.
Sasori sintió una extraña sensación en su pecho, frunció el ceño y decidió hablar.
—No me importa que destroce tu vida... esos pedazos aún me pertenecen, lo que queda de ti me pertenece... recuerdolo—le dijo tomándola con fuerza del mentón.
—¡Te odio!—le escupió con rabia.
—Hun... Hidan, vamos a la mansión, la niña quiere llorar entre cuatro paredes —le dijo sasori al chófer. Había pensado en salir con la pelirrosa al centro comercial, pero con su actitud no deseaba continuar con su martirio.
—Infeliz—fue lo último que escuchó de ella.
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—Sakura...—dijo Chiyo en el jardín. Karin se encontraba nadando en la piscina con un diminuto traje de baño.
—hola abuelita —dijo sakura llegando a su lado.
—¿Y sasori?—le preguntó la anciana.
—No se...se fue en el auto —le dijo sakura sin ánimos.
—¿Te encuentras bien?—le dijo Chiyo.
—Si, es sólo que la universidad me tiene muy estresada —le mintió descaradamente.
—Ya veo...¿por qué no te das un baño?, hace un poco de calor —le dijo Chiyo.
Sakura miró en dirección a la piscina y se encontró con Karin quién la miraba con odio.
—Paso... mejor me siento aquí —dijo la chica tomando asiento a su lado.
—¿quieres que pida una limonada o algo?—le dijo Chiyo amable.
—Si una limonada, pero yo voy no te preocupes —dijo Sakura internado levantarse.
—No sakura, May irá por ella—le dijo Chiyo, una chica vestida de sirvienta estaba un poco alejada pero al escuchar su nombre se acercó obediente, la chica observó a Sakura con algo de miedo, había escuchado como golpeó a Sue el otro día y de cómo las cosas se pusieron feas después.
—Estoy a sus órdenes —le dijo la chica bajando la cabeza.
—May por favor, trae dos limonadas...—dijo Chiyo sonriendo.
—Si señora —dijo la chica con rapidez.
—Eres una chica muy dulce...¿no lo crees Sakura?—le dijo Chiyo, la chica miró atenta a la pelirrosa y comenzó a sudar frío cuando sakura la miró detalladamente.
—Si... gracias May —le dijo sakura con sinceridad.
—¡Sirvienta!... Tráeme un juego de naranja bien frio, ¡rápido!—le dijo Karin desde la piscina.
—Si señorita —dijo la chica corriendo a la cocina.
Sakura frunció el ceño, Karin era muy desagradable. La pelirroja sintió la mirada y salió de la piscina para acercarse a ella.
—¿Y ya te creés la dueña?...—le dijo Karin con actitud prepotente.
—¿Que pasa?—dijo Chiyo.
—¡Y tú no digas nada!...eres una Vieja aprovechada—le dijo Karin a la anciana.
Sakura frunció el ceño y la enfrentó.
—Con Chiyo no te metas —le dijo con enfado.
—¿Así?...¿y que vas hacer?...te recuerdo que eres solo una arrimada en mi Casa—le dijo con superioridad.
—Puedes decir lo que quieras de mí... pero de Chiyo no te lo voy a permitir —le dijo sakura con mirada amenazante. Comenzó a caminar y Karin retrocedió unos pasos.
—¡Eres una bestia!—le dijo Karin con desagrado.
—Y tu...una puta barata —le dijo sakura caminando más y Karin volvió a retroceder.
—¿qué?...Yo no soy la que le abre las piernas a sasori —le dijo la pelirroja con burla.
—¡Ja!...Mira idiota, No creo que exista en el mundo alguien más degradable, regalada que tú—le dijo volviendo a caminar y Karin retrocedió un paso.
—Eres solo una niña —le dijo Karin furiosa.
—No me digas... pero así me tienes miedo...—Dijo Sakura. La chica le sopló en el rostro y Karin perdió el equilibrio, no se dió cuenta que había llegado al borde de la piscina, cayendo de espaldas y lastimandose
—¡Ja!—dijo sakura divertida. Mirándola con superioridad.
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La noche había caído y sasori había vuelto a casa, se encontraba en su despacho tomando desde hace un buen rato. Estába distraído y con la mirada perdida.
—Tal vez deba dejarla ir...—se dijo confundido.
Frunció el ceño y de nuevo un sentimiento amargo se apoderó de su pecho.
—Soy demasiado egoísta para dejarla, quiero tenerla conmigo reconociendo que no es feliz —dijo sasori frustrado.
Se levantó de su asiento y caminó a su cuarto. La habitación estaba oscura y encontró a Sakura acurrucada en la cama llorando.
—¿Que sucede ahora?—le dijo sasori molesto.
—Mi papá... Está Muy enfermo —dijo Sakura aferrándose a una almohada.
Sasori abrió los ojos y caminó hasta ella.
—¿Que ocurrió?—le dijo muy cerca de ella.
—Mi mamá me acaba de llamar...—le dijo vulnerable.
—Tranquila.. estará bien —le dijo abrazándola, esperaba que ella se alejará de él, pero hizo todo lo contrario. Se arrojó a sus brazos y lloró cómo una niña pequeña. Esos momentos eran los que derretían su frío corazón, deseaba, anhelaba que ella no llorara jamás.
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Sakura había quedado dormida después de una larga noche, sus ojos estaban hinchados y su nariz roja. Al despertar sintió una gran brisa en su rostro, la calidez de un cuerpo abrazarla con fuerza, al abrir sus ojos se dió cuenta que no estaba en su cama, observó el cielo azúl y un sol resplandeciente.
—¿Que?—gritó con fuerza, un gran ruido le impedía escuchar.
—¡despertaste!—dijo sasori con fuerza.
Sakura leyó sus labios, no podía escuchar con claridad.
—¿Que es esto?—dijo Sakura impresionada.
—¡Es un helicóptero!...Ya casi llegamos —le dijo sasori con seriedad.
—¿a dónde?—dijo ella confundida.
—Ya lo verás —le dijo con suavidad.
Sakura admiró el paisaje, de pronto unas grandes montañas se asomaron, un gran lago y un pequeño pueblo.
Ella no lo podía creer... había llegado a casa.
El helicóptero aterrizó en un terreno muy cercano al pueblo en dónde ya estaba un auto esperando, sasori ayudó a Sakura a bajar y los guardias bajaron el equipaje.
—¿Que hacemos en mi pueblo?—le dijo sakura confundida.
—Shuuu...no digas nada. Por primera vez no digas nada, solo déjate llevar—le dijo sasori.
Ambos subieron al auto y de inmediato llegaron a la finca de los padres de Sakura. Una mujer de 40 años apareció de pronto y las lágrimas se llenaron en los ojos de Sakura.
—¡Mamá!—dijo la chica corriendo a recibirla.
—¡Sakura!—dijo la mujer conmovida.
Sasori llamó a hidan, preguntándole algo discretamente.
—Ya viene en camino, estara aquí más tardar en 10 minutos —le dijo el hombre.
—Muy bien—dijo sasori observando a la pelirrosa.
Después de unos minutos otra camioneta llegó, una mujer rubia se bajó dejando ver su bata de médico y un maletín.
—Señor, Tsunade ya está aquí —dijo Shino el otro guardaespaldas.
—De acuerdo, Tsunade que bueno verla —le dijo el pelirrojo a la mujer.
—Si, si, si...¿dónde está el enfermo?—dijo la rubia seria.
—Vamos...—dijo sasori caminando.
—Sakura...¿quiénes son?—dijo mekubi. Una mujer de cabello rubio y ojos verdes.
—El es...mi novio mamá —dijo sakura bajando la cabeza.
La mujer quedó impresionada, no se lo esperaba. El hombre llegó a su lado con una mujer rubia.
—Señora es un placer, mi nombre es Akasuna no sasori...Y la señora es Tsunade Sunjo, la mejor medico del mundo...Si me permite, ella puede ayudar a su esposo —le dijo sasori con seriedad.
—¿de verdad?... Claro que si...por favor —dijo la mujer con lágrimas en los ojos.
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—Fue un golpe muy fuerte, sin embargo...No quiere decir que no tenga tratamiento...estoy segura que puedo ayudarlo...Solo necesito algunas cosas —dijo Tsunade al terminar de examinarlo.
—Eso..es maravilloso...¿estará bien verdad?—dijo mekubi ilusionada.
—Asi es...—
—Bien Tsunade...haga la lista de lo que necesita que hidan y Shino irán a buscarlo—dijo sasori autoritario.
Sakura miró a su padre en la cama, sintió mucho alivio al descubrir que estará bien. Miró a sasori y lo encontró también observandola, sabía que ese favor no era gratis, sabía que se lo cobraría con creces (intereses)..Sin embargo al ver a su madre y padre a salvo estaba dispuesta a todo, no importaba que, no importaba como... pero estába dispuesta.
—Voy a preparar una sopa (caldo)...nos vemos en el comedor —dijo mekubi con felicidad.
La hacienda era pequeña, con un lago y un pequeño terreno. Había caballos, gallinas, dos vacas y algunos cerdos.
Al dejar la habitación de su padre, sakura le dijo a sasori que la siguiera, la casa también era pequeña y solo tenía tres cuartos.
—Te quedarás aquí... esté es mi cuarto —dijo sakura con seguridad.
—Interesante...—dijo sasori admirando todo.
—Ya regreso, voy al baño... ponte cómodo —le dijo con suavidad.
Sasori alzó una ceja ante su comentario. Decidió observar y encontró varías fotografías de ella, montando caballo, ordeñando vacas, dándole de comer a las gallinas e incluso una con un cerdo. Sakura era una joven valiente, incluso desde niña.
—Preciosa—dijo mirando una fotografía.
Al poco tiempo una mano se posó en su hombro, sasori se giró y encontró a Sakura con una bata transparente que no dejaba nada a la imaginación.
—¿que haces Sakura?—le dijo desconcertado.
Ella no dijo nada y se quitó la bata quedando desnuda.
—Te doy lo que quieres...¿no es ésto lo que estás buscando?...¿no es por ésto que me compraste?—le dijo ella sin emoción.
Sasori la miró detalladamente y de inmediato la tomó del mentón.
—Escuchame bien...eres más que ésto... mucho más —le dijo, tomó una toalla y la envolvió cubriendo su cuerpo.
—¿Que?—dijo sakura sin creerlo.
—Ponte ropa...Tu madre y esa sopa nos esperan—le dijo sasori saliendo y dejándola Muy confundida.
Déjenme un comentario...
No soy buena escribiendo Lemon así que disculpen algunos momentos ()O_o
