Eran las 12: 30 p.m del día sábado. Skipper, un niño de cinco años, va a clases de lunes a viernes, en la mañana va al preescolar y en la tarde tiene clases de natación o de español.

Skipper se dirigió a la cocina, observó que su madre estaba de espaldas sirviendo algún alimento en los tazones, y miró a su hermano menor que estaba en una silla de comer para bebés, se sentó con dificultad en la silla de al lado y movió las piernas impacientemente esperando el almuerzo. Luego de un minuto, Emma llevó los tazones a la mesa, dejándolos frente a Skipper.

—¿Otra vez cereal de almuerzo? —habló Skipper.

—Ayuda a Joseph a comer, yo tengo que salir. Si quieres comer otra cosa dile a Alice que pida pizza —Emma sacó el dinero de su cartera—. Toma —se lo entregó a su hijo—. Ella ya debe estar por llegar.

Skipper suspiró resignado, sabe que su madre es amiga de Alice y que por eso acepta que venga a la hora que pueda en vez de contratar a otra niñera. Pero Alice no es tan amable como Emma cree, Skipper le dijo a su madre muchas veces que prefiere quedarse solo en vez de que llegue esa niñera.

—Dile que no venga, yo me encargaré de todo y cuidaré a Joseph.

—¿Tú? —Emma se rió—. Apenas tienes cinco años, no podrías.

—¡Puedo hacerlo! —exclamó Skipper—. Solo no contrates a Alice.

—¿Por qué? Ella puede cuidarlos, les tiene aprecio, es como una tía para ustedes.

—No es como tú crees —se cruzó de brazos—. Ayer me amarró a una silla y nos cubrió la boca con cintas para que no hablemos mientras ella veía la televisión.

—Estás exagerando, Alice es incapaz de hacer eso —caminó hacia la puerta—. Me voy al set, nos vemos —Emma salió de la casa.

Bien, ahí se fue su décimo intento de convencer a su madre del mal carácter de Alice. Él no soportaría a esa mujer, Skipper quería salir de allí antes de que llegue la niñera, por un momento pensó en llevar a Joseph con él, pero creyó que era una mala idea, el niño de tres años es muy escurridizo, la última vez que salió con él, Joseph corrió hacia los juegos en el supermercado y casi se pierde entre un gran grupo de personas.

Skipper ayudó a su hermano a comer, salió y miró hacia la casa de al frente, le hubiera gustado ir allí para pasar tiempo con su mejor amigo llamado Hans, pero no podía. Hans y Skipper tienen la misma edad, son amigos desde muy pequeños, el padre de Hans es policía y su madre es microbiologa, ellos obligan a Hans a entrenar y estudiar casi todo el día, Hans solo puede salir a jugar con Skipper los domingos y recibir visita de 7 a 8p.m los otros días de semana. El padre de Hans y el de Skipper son amigos y trabajan juntos, así fue que ambos niños se hicieron amigos y debido a las restricciones que tiene Hans, Skipper es su único amigo.

Al no saber a dónde ir, Skipper decidió ir a la comisaría que se encontra a pocas cuadras de su casa. Mientras caminaba por un momento se lamentó de no haber hecho otra amistad, pero no quería ser amigo de los otros niños del preescolar o del curso de natación ya que sus padres le parecían hippies, pensó en visitar al único niño que conocía del vecindario aparte de Hans: Fred. Pero decidió no hacerlo considerando a Fred demasiado estúpido como para ser amigos y poder tener alguna conversación coherente.

Entró a la comisaría y con la mirada buscó a su padre, lo encontró durmiendo recostando la cabeza en el escritorio, Skipper caminó hacia él y lo movió levemente intentando despertarlo.

—Despierta —Skipper empujó el asiento.

—Mami, no quiero ir a la escuela —habló Daniel aún dormido.

—¡Papá, despierta! —gritó.

—¿Qué pasa? - Daniel se despertó asustado y miró a su hijo—. Skipper. ¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa con Alice.

—Y tú no deberías dormir en el trabajo —miró alrededor—. ¿Cómo fue que nadie te dijo nada por quedarte dormido?

—Álvarez está herido —bostezó—. Y Henry es el jefe de policía temporalmente hasta que Álvarez se recupere. El tipo salió apresuradamente hace unos minutos. No fue hace mucho que me quedé dormido.

—¿Qué ocurrió? ¿A dónde fue el señor Henry?

—Qué se yo. Ese sujeto se toma todo demasiado en serio, podría haber ido a atrapar a un ladrón de billeteras o a bajar a un gatito de un árbol, no tengo idea, se la pasa corriendo todo el tiempo —sacó un sobre—. Ahora se ha obsesionado con la desaparición de un asesino, ese tal Rico.

—¿Rico? ¿Te refieres a Richard Langdon?

—Sí, eso pasó hace cuarenta y dos años y Henry sigue con eso. Estoy ocupado, regresa a la casa.

Skipper salió de la comisaría, pensando en lo relajado que es su padre en el trabajo y en lo amargado que es, sobre todo al despertar, que es cuando suele quejarse de los otros policías, a veces llegando a dar detalles de los casos, así fue como Skipper se enteró que el padre de Hans es un policía violento y que Henry es el más dedicado a su trabajo. A la mitad de camino para regresar a su casa, sintió que alguien lo agarraba fuertemente del brazo y lo jalaba hacia un auto que se detuvo en la esquina.

—Oiga —Skipper miró al hombre desconocido—. ¡Suélteme! —golpeó la mano del sujeto, tratando de escapar —. ¡Ayuda! —miró hacia atrás y vio que todos seguían con sus asuntos, ignorando lo que ocurría. Al estar pocos metros cerca del vehículo, intentó retroceder, pero el hombre lo jaló bruscamente.

Skipper no supo en qué momento exactamente apareció Henry, pero afortunadamente llegó a tiempo, el hombre soltó al niño y subió al auto que se fue rápidamente. Henry no podía seguir a los delincuentes y dejar al niño solo, así que llamó a los policías que estaban relativamente cerca para que siguieran al vehículo.

—¿Estás bien? —habló Henry.

—Sí —apartó la mirada hacia dónde se había ido el auto—. Me gustaría ser más fuerte, quisiera poder defenderme.

—Ellos podrían ser varios y tener armas, definitivamente no hubieras podido-...

—No me refería solo a ellos. Uno nunca sabe cuándo se podría estar en peligro; por ejemplo, podría toparme con algún niño abusivo, en ese caso sería conveniente saber cómo defenderme.

—En eso tienes razón —miró su reloj—. No deberías estar solo por aquí, te llevaré a casa —miró al niño durante unos segundos—. Eres el hijo de Daniel, ¿cierto? ¿Cuál es la dirección?

—No quiero ir a cas-... —dejó de hablar al escuchar el ruido de su estómago.

—¿Has almorzado?

—Negatorio.

Henry sonrió por la forma peculiar de hablar.

—¿Quisieras almorzar en mi casa? —preguntó y el niño asintió.

Ambos subieron al auto de Henry y después de quince minutos llegaron al edificio, entraron al elevador y Henry presionó el botón del séptimo piso.

Skipper estaba a gusto allí, Henry, su esposa Evelyn, y los dos niños, quienes asumió que son sus hijos, eran amables. Los cinco se encontraban almorzando en una mesa redonda donde apenas alcanzaban las cinco sillas.

—¿Y cuántos años tienes? —preguntó Evelyn.

—Cinco —respondió Skipper.

—Oh, eres un año menor que Volkan.

—Después de almorzar podríamos jugar o ver alguna película —dijo Manfredi mirando a Skipper.

—No creo que lo dejen estar mucho tiempo fuera de su casa —habló Henry—. ¿No es así, Skipper?

—Mi padre estará de acuerdo con tal de que no vaya a la comisaría.

—¿En serio? Bueno, de todas maneras tendré que llamar a tus padres para avisarles.

—O podríamos practicar kung fu —habló Johnson.

—¿Ustedes practican Kung fu? —preguntó Skipper sorprendido.

—Afirmativo, mi madre nos enseña a Manfredi y a mí. Ella es muy buena en las artes marciales y usando armas, solía ser una espí-... —Johnson no terminó la oración porque Evelyn le cubrió la boca.

—Estás hablando demasiado —Evelyn le dijo a Johnson, forzando una sonrisa.

—Skipper está interesado en aprender defensa personal —comentó Henry.

—Yo podría enseñarte —dijo Evelyn—. Puedes venir cuando quieras y aprender junto a Manfredi y Johnson.

Cuando terminaron de almorzar, Henry salió del departamento luego de llamar por teléfono a los padres de Skipper, siendo Daniel el único que respondió. Skipper, Manfredi y Johnson fueron a una de las habitaciones, Skipper se sentó sobre la cama mientras esperaba a que los otros niños decidan que película verían.

—Manfredi y yo al fin tendremos un hermano —contó Johnson.

—O hermana, aún no se sabe —dijo Manfredi.

—¿Ustedes son medios hermanos? —preguntó Skipper.

—Hermanastros —respondió Johnson—. Henry es el padre de Manfredi y Evelyn es mi madre.

—¿Y si vemos Tusk? —preguntó Manfredi.

—No, mejor veamos "El hombre que ríe" —dijo Johnson.

—¿Quién eres? ¿Un abuelo? Esa película ni siquiera es a color —Manfredi tomó una pose pensativa—. ¿Y si vemos Yoga Hosers?

—Esa película es estúpida.

— Já, ¿Así que una película donde unas chicas usan su conocimiento en el Yoga para luchar contra salchichas nazis y salvar el país es estúpida? —habló sonando molesto.

—Obviamente —Johnson se cruzó de brazos—. La caricatura que vi ayer tenía un mejor argumento.

—Olvídalo, mejor que Skipper sea el que decida qué ver.

—¿Les gusta los programas de lucha? —preguntó Skipper.

—Claro —respondió Manfredi.

—Por supuesto —dijo Johnson.

Luego de ver la televisión, los niños jugaron durante unos minutos antes de que Skipper tuviera que volver a su casa. Él se divirtió pasando tiempo con sus nuevos amigos y estaba emocionado por aprender artes marciales.