El campeón del pueblo, el campeón de Copper

A un brazo de la muerte

Tiempo atrás

En Copper, las noches fuera de las colonias eran silenciosas.

Y no era para menos, con los temibles "drones genocidas" merodeando por el exterior, en búsqueda de un ingenuo dron de trabajo que merodeara sin cuidado.

Nadie en su sano juicio deambularía por ese lugar estando completamente a solas.

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– chatarra… chatarra… oh que sorpresa, más chatarra – comenta Uzi fastidiada mientras revisaba una pila de basura, sacando de en medio todo lo inservible para ver si conseguía algo de verdadero valor.

Llevaba meses trabajando en su arma definitiva para acabar con los drones asesinos y ganarse el respeto de todos los demás drones de la colonia y su padre.

¡entonces sería admirada y le besarían los pies!

– ok, mejor eso último no – ella era antisocial y lo reconocía, por lo que ese tipo se cosas realmente no iban con ella, al menos fuera de la ocasional fantasía momentánea.

No encontrando nada medianamente interesante, decidió cambiar de pila.

Su arma definitiva (debía decidirle un nombre pronto) estaba casi terminada, sólo necesitaba encontrar una fuente de energía apropiada para hacerla funcionar.

Había intentado usar algunas cosas de la colonia para fabricar una fuente de poder por su cuenta, pero no resultó bien.

– oh bueno, tampoco tan así… – murmuró para sí misma ante ese pensamiento.

No era que no pudiera crear una fuente de poder para su arma, sino que incluso si lo hacía no podía generar la suficiente energía como para derrotar a un dron asesino.

O quizás sí podía, pero no sabía exactamente cuánto poder sería necesario para dañarlos (mucho menos para matarlos) y prefería no arriesgarse a menos que estuviese segura que tiene una oportunidad.

Ella es edgy, no suicida.

– ugh, nada – con frustración patea un escombro del suelo.

Un poco más relajada tras dejar salir algo de su frustración, se puso a pensar.

¿dónde podría conseguir mejores materiales?

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio una sombra pasar rápido no muy lejos de ella.

Rápidamente se escondió como pudo tras la pila de escombros.

Si tuviera un corazón, seguramente ahora mismo habría tenido un vuelco.

Rápidamente trató de ver si entre la basura había algo que pudiese usar para ver sin arriesgarse a asomarse.

Muy para su mala suerte, sólo encontró algo incrustado dentro.

Si intentaba sacarlo más cosas caerían y atraerían la atención del dron asesino.

Quedarse en su lugar podía resultar contraproducente, nada le garantizaba que aquel dron se fuera sin revisar.

Con eso en mente, tomó su decisión.

– bueno, como aquel dicho humano señala "el que no arriesga no gana" ¿verdad? – trató de darse algo de seguridad con eso.

No lo consiguió, pero lo cortés no quita lo valiente.

Con cuidado se giró, tratando de no tocar ningún escombro que se pudiera caer, y se asomó por el costado de la pila de basura.

Pudo ver entonces al ser que atemorizaba tanto a los suyos, dándole la espalda.

Alas metálicas con forma de cuchillas, una larga y delgada cola que en su punta tenía un líquido brillante…

– sip, es un dron asesino sin dudas – murmuró para sí misma en un intento de tranquilizarse – que suerte que está lejos o ni loca se me ocurre pensar en voz baja siquiera –

Tristemente en esta ocasión no estuvo en lo correcto, dado que ni bien terminó de hablar el dron de golpe se dio la vuelta.

Uzi podía jurar que todo el aceite en su interior de enfrió de golpe cuando vio esa brillante "X" amarilla en el visor de su "depredador".

También le vio unas curiosas coletas en la cabeza, pero no les prestó mucha atención dado en su mente sólo una cosa importaba.

Correr.

Y obedeciendo a ese "instinto" (que en realidad no tiene porque de nuevo, robots) tan rápido como pudo se levantó e inició carrera.

Hacia dónde iba no lo sabía, ni tampoco le importaba, sólo quería alejarse tanto como pueda de ese dron.

El sonido de par de alas agitándose llegó a sus receptores auditivos.

Ahora estaba en desventaja.

– ¡agh! ¿¡por qué justo ahora!? – gritó Uzi con frustración.

Fue entonces que notó una pequeña advertencia en su visor.

/ADVERTENCIA: FUENTE DE CALOR EXTREMO APROXIMÁNDOSE/

Su visor simuló la acción de abrir los ojos con sorpresa y rápidamente dio un salto hacia la izquierda, esquivando por los pelos un delgado rayo de calor.

Por lo repentina de la acción acabó perdiendo el equilibrio y cayó de cara a la nieve.

Al levantarse pudo ver la línea de corte en la nieve.

– oh por robo-jesús… – eso sin dudas la habría cortado por la mitad si lo recibía.

Una suerte que entre todas las descargas pirata de anime que realizó se encontró un par de buenos programas que se instaló por un capricho.

Una risa femenina la sacó de sus pensamientos.

– ¡agh! ¿¡qué estoy haciendo!? – rápidamente se levantó y siguió corriendo.

En otro momento se preguntará cómo es que uno de esos robo-monstruos puede hablar, porque ahora tiene otras prioridades.

Fue entonces que su visor notó un pequeño hoyo no muy lejos de ella.

Sin muchas opciones que no terminen en una muerte casi segura, decidió que era buena idea correr en esa dirección.

Se tomó un momento para mirar hacia atrás, sin dejar de correr.

En el cielo pudo ver a esa dron volando hacia ella, poco a poco reduciendo la distancia con una sonrisa en su rostro.

– hija de perra… ¡lo está disfrutando! –

No era tonta, sabía que volando se es más rápido que corriendo, y obviamente ella no era tan rápida como para superar un maldito dron genocida.

El agujero que vio estaba cerca, y con algo de suerte era lo suficientemente profundo para esconderse.

Un sonido llamó su atención y se arriesgó a mirar una última vez a la dron que la seguía, sólo para nuevamente llevarse un susto, mezclado con enojo.

– ¡¿eso es un maldito misil?! –

Un pequeño misil estaba volando en su dirección a gran velocidad, y Uzi no planeaba recibirlo directamente.

Justo antes del impacto, la dron de cabello violeta dio un salto hacia adelante, salvándose por poco pero siendo empujada por la onda de choque.

Con una maniobrabilidad que sorprendió incluso a ella, logró aterrizar y rodar sobre la nieve, manteniendo su momentum.

– oh robo-jesús, no tenía idea que yo era tan flexible – dijo feliz consigo misma.

Su sonrisa se borró con el ahora inconfundible sonido de más misiles siendo disparados.

Para su buena fortuna llegó al agujero que vio, un poco más pequeño de lo que parecía, pero por suerte ella tampoco era muy grande.

Tan rápido como pudo se metió dentro, deslizándose hasta que llegó a un punto que era demasiado pequeño incluso para ella.

Igual logró poner bastante distancia.

– al menos ya no tengo que preocuparme de que me despedace – dijo para sí misma.

Con algo de dificultad, se giró para poder ver el agujero por el que pasó.

Notó entonces la "X" perteneciente a la dron, mirándola no muy feliz por no caber dentro.

Uzi se permitió tener una sonrisa altanera, sólo para perderla cuando vio que la dron asomó por el agujero una de sus manos convertida en un cañón.

– oh estúpida hija de… –

El cañón disparó, y el misil explotó.


– uhg… esa…. puta…. – fueron las primeras palabras emitidas por la pequeña dron mientras recuperaba la consciencia.

Tuvo suerte de que el misil impactara contra una de las "paredes" del pozo, o de lo contrario no la hubiera contado.

– bueno ¿ahora dónde es….toy? – se quedó sin palabras ante lo que veía.

Frente a ella había vacío, un hoyo gigante cuyo fondo no podía verse desde donde estaba.

Además, estaba suspendida en el aire.

No lo notó al principio, pero sus pies no estaban apoyados en nada, y sentía que la capucha de su sudadera estaba estirada, probablemente porque se atoró en algo y sólo por eso no siguió cayendo.

Tardó un rato en recobrar la compostura, pero al hacerlo trató de ver qué era lo que evitaba que cayera.

Al girarse a ver, se sorprendió por vigésima vez este día.

Lo que pensó sería un trozo de hielo o una biga de metal, era en realidad un brazo.

Un brazo mucho más grueso que el de cualquier dron que haya visto antes, incluso de los drones genocidas, pero un brazo al fin y al cabo.

Uzi no tenía idea de qué es lo que era, por lo que por supuesto al principio se asustó.

Pero enseguida agitó la cabeza para quitar ese sentimiento, ahora no era el momento.

– ok, esto puede resultar o muy bien… o muy mal – dijo algo nerviosa

Colocó sus manos encima de la parte del brazo en donde se enganchó su capucha, para entonces mover sus pies hacia adelante y atrás, acumulando fuerza con el balanceo.

Con un último impulso, logra dar un giro en el aire y caer sobre el brazo.

– …siendo honesta, no pensé que- – se interrumpe debido a que perdió ligeramente el equilibrio, pero se pegó al brazo para no caerse – *gulp* funcionaría –

Lentamente fue retrocediendo hacia el hoyo del que salió, sólo podía suponer que fue por ahí que llegó hasta el lugar y de pura suerte su capucha se enganchó.

Una vez estando fuera de peligro mortal, por fin pudo exhalar todo el aire que estaba acumulando por los nervios.

– por robo-jesús, este día está siendo horrible – se quejó para sí misma.

Quejarse, eso la ayudaba a relajarse.

Quizás era raro, pero no le importaba.

Ahora mismo tenía otras cosas en la cabeza.

Como ese brazo que la salvó.

– esta cosa es gigante… me pregunto si podré usarlo –

Instalárselo a sí misma sonaba incómodo, más porque parecía medir un metro entero esa extremidad.

Pero igual seguro luego podía encontrarle algún uso.

Pero primero debía sacarlo, y parecía que estaba enterrado en la nieve.

Comenzó a cavar lentamente, no queriendo que el pequeño "túnel" en el que estaba colapsase y se fuera todo a la mierda, figurativamente hablando.

Al poco rato de excavar encontró algo que medio se esperaba y medio no.

Encontró un hombro conectado al brazo.

Siguió cavando y encontró un torso.

Un torso muy grande, demasiado para ser de un dron convencional.

– …siento que acabo de sacarme la lotería – no pudo evitar sonreír.

Siguió cavando.

Pero se detuvo un momento, para luego mirar a su alrededor.

– quizás deba hacer algo más de espacio aquí – murmuró, notando que existía la posibilidad que una vez desenterrara lo que sea que fuera esa cosa, esta se resbalara por la nieve y cayera al vacío.

Con eso en mente empezó a cavar.

– soy sorprendentemente eficiente – dijo para sí misma.

No estaba segura de cuánto le tomó hacerlo, pero logró crear lo más parecido a un pequeño cuarto en la nieve, tirando toda la sobrante por el agujero que llevaba al vacío.

Probablemente estuvo en eso durante varias horas.

Un par de veces casi se resbala, pero no era importante.

Lo que importaba ahora era terminar de desenterrar lo que encontró.

– más vale que valgas la pena – murmuró frustrada, su emoción por el descubrimiento se desvaneció hacía rato.

Empezó a sacar la nieve que cubría el torso, y tras un rato encontró un cuello.

– no jodas que va a resultar que está completo – dijo incrédula.

Siguió cavando con ganas renovadas.

Primero fue la cabeza.

Luego el resto del torso.

Después las piernas.

Y finalmente el último brazo.

– no… puede… ser… –

Era un robot completo.

No era un dron, era un robot.

Comparar uno con el otro era el equivalente a comparar un "Homo Sapiens" con un "Australopiteco".

Eso pertenecía más a un museo que a cualquier otro lugar.

– ¿qué hace aquí? ¿Sumergido en la nieve justo en Copper-9? – se preguntaba sin entender.

Había muchas cosas que no entendía, pero rápidamente las descartó.

– no importa, seguramente me va a ser bastante útil – dijo mientras juntaba las manos con una sonrisa siniestra.

Sonrisa que se borró cuando un nuevo pensamiento llegó a su cabeza.

– espera ¿cómo voy a sacarlo de aquí? –

Miró alrededor, para luego soltar un suspiro exasperado.

– no me puede salir una bien ¿no? –

Presente

– y así fue cómo lo encontré – terminó de contar Uzi mientras seguía sentada en los hombros de N.

Detrás de ambos, Atom estaba cargando a una atada V sobre su hombro derecho, la cual permanecía con una expresión molesta.

– wow, eso fue conveniente – fue la respuesta de N – espera ¿fue por eso que querías enfrentar específicamente a J? –

– pues dúh, de lo contrario ni me hubiera molestado – respondió con un encogimiento de hombros, para luego mostrar una cara pensativa – aunque quizás igual lo hubiera hecho sólo para llevarte la contraria – sonrió para sí misma.

– uh, ok – el dron genocida aceptó esa respuesta sin mucho problema.

– igual tengo que decir que no lo hiciste tan mal, considerando que estabas enfrentando a tu cru- –

– ¡NO LO DIGAS! – exclamó N alarmado, tras lo cual dio un rápido vistazo hacia atrás para asegurarse que V no logró escucharla.

Se tranquilizó al ver que seguía atada y tratando de forcejear para liberarse, pero no podía escapar del (literalmente hablando) agarre de hierro del robot.

– ¡EJEM! ¿y cómo fue que lo sacaste de ese pozo? – preguntó el dron masculino tratando de cambiar de tema.

– sé lo que intentas hacer… y de acuerdo, pero me deberás un favor –

– claro, amo hacer cualquier cosa – respondió N, no creyendo que pueda pedir algo malo.

– bien, la versión corta es que en un inicio regresé a la colonia luego de marcar la ubicación en mi GPS interno, Thad me ayudó a escabullirme para que no me descubrieran… y al día siguiente él me acompañó a buscarlo, llevamos unos cables y una rueda para poder sacarlo – explicó Uzi.

– no sé quién es ese ¿estaba entre los que atacamos? – preguntó algo nervioso de haber asesinado a un amigo de su nueva amiga.

– nah, no te preocupes, Thad es aquel dron que V casi asesina cuando llegamos –

– no digas mi nombre tan a la ligera – gruñó la mencionada.

Uzi la miró con fastidio, sólo para animarse un poco al ver que se había rendido de sus intentos de escape y era cargada como bolsa de papas en el hombro de su robot.

Felicitaría a Atom si no supiera ya que es básicamente un cascarón vacío sin personalidad.

Incluso las puertas que padre creaba tenían cierto "ego", a veces enviaban mensajes quejándose de que alguien pasó la tarjeta demasiado fuerte.

Pero el robot que encontró no era así, cosa lógica considerando que debe tener casi un milenio de haber sido creado.

Aunque ese momento donde se movió sin que se lo ordenara…

– y entonces ¿te dejaron entrarlo? – la pregunta de N la sacó de sus pensamientos.

– bueno, no exactamente – respondió – más bien lo metimos a escondidas tapado con una manta y diciendo que era una puerta defectuosa y la llevábamos a reciclar… no preguntan mucho con eso, es como si aborrecieran la idea de ver una puerta defectuosa y prefieren ignorarla –

– oh… interesante – fue lo único que al dron masculino se le ocurrió como respuesta – oh hey, mira, ahí está la torre –

Frente a ellos se alzaba una gigantesca torre hecha con cadáveres de drones de trabajo asesinados previamente.

– genial – dijo Uzi, para luego notar algo – y justo a tiempo para el amanecer –

Eso hizo que en el visor de N se mostraran unos ojos abierto de forma alarmada.

– oh biscuits ¡debemos darnos prisa! – exclamó para empezar a correr.

– ¿qué? ¡oye! ¡N! – gritó Uzi mientras se sujetaba a la cabeza del dron para no perder el equilibrio.

– ¡Atom pronto, trae a V por favor! – pese a lo que pasaba, el robot no reaccionó al pedido de N, o al hecho de que Uzi se alejaba.

Esta última suspiró.

– COMANDO: SIGUE CORRIENDO A N –

Con la orden dada, el gigante aumentó su paso, sus piernas un poco más largas le permitieron seguirles el paso pese al gran peso que cargaba.

No tardaron mucho en llegar al interior de la estructura, con N suspirando más por estrés que por cansancio.

– que bien, pudimos llegar – dijo satisfecho, sólo para recibir un zape de su "jinete".

– ¿me puedes explicar qué fue eso? – preguntó molesta, para luego bajarse.

– oh, lo siento – se rascó la nuca nervioso – es sólo que, bueno, nosotros los drones de desmontaje morimos si nos da el sol –

– espera ¿qué? – preguntó sorprendida.

– si, verás, la luz del sol hace que nos sobrecalentemos más rápido y explotemos… al menos esa es la versión corta –

– ¿me estás diciendo entonces que TODO este tiempo nosotros los drones de trabajo pudimos haber salido durante el día y habríamos estado completamente a salvo? – ahora estaba incrédula.

Su respuesta fue un asentimiento algo tímido.

– maravilloso – respondió sarcástica – esa información habría sido útil –

Sólo para soltar algo de frustración, pateó un brazo que estaba sobre la nieve.

Se sintió un poco mejor tras eso.

– bueno, si no te molesta voy a lleva la cápsula – informó N mientras se acercaba al titan – hey Atom ¿podrías bajar a V por favor? – preguntó juntando ligeramente las manos.

Pero este no reaccionó a su solicitud, sólo lo miró con su "cara" inexpresiva.

Uzi por su parte gruñó.

– ya te dije N, él no es como nosotros, sólo acata órdenes – le recordó – COMANDO: DEJA CAER A V –

Inmediatamente el robot dejó de sostener a la dron albina, dejándola caer sin cuidado contra la nieve.

– ¡chatarra! – se quejó esta.

Algo preocupado, N se acercó a ella.

– espero sepas lo que te conviene – señaló Uzi mitras la miraba – no intentes nada gracioso o vas a terminar como J –

V la miró con ira mientras N la cargaba, para luego llevársela a la cápsula de aterrizaje.

– … sígueme Atom – ordenó Uzi, sin darse cuenta de que no utilizó un "comando".

Sin embargo, el robot la obedeció y la acompañó mientras salían de la torre.

Mientras el sol salía, la dron pelimorada se sentó sobre los restos de un auto.

Varias cosas pasaban por su cabeza.

Muchas cosas pasaron ese día.

Completó su mayor arma.

Conoció un dron genocida que ahora es su compañero.

Asesinó a una dron asesina y tiene otra como prisionera.

Finalmente pudo ver en acción a Atom.

Una pequeña sonrisa apareció en su cara.

Estaba satisfecha.

Bueno, no tanto dado que perdió su súper arma OP.

Pero igual ahora tenía un compañero.

¿consideraba a Atom un "amigo"? No.

Él era más como una mascota quizás.

Como los humanos dirían: un perro que obedece órdenes.

¿consideraba a N como un "amigo"? Tampoco.

"Compañeros" o "asociados" serían términos más apropiados.

Al menos mientras pueda confiar en que no va a comérsela mientras duerme.

Le costaría bastante que ella lo vea como un "amigo", si es que alguna vez pasa.

Aunque si de por sí le costaba hacer amistades con otros drones de trabajo, entonces una amistad con su depredador natural sonaba menos probable.

Pero no importaba de momento.

– ¡te acompañaría si el sol no me matara! – de repente gritó N desde la entrada de la torre, apenas asomándose para no arriesgarse – espero que esté teniendo un importante desarrollo de personaje o algo así – sonaba sincero, algo bastante raro para Uzi.

Ella por su parte se puso de pie sobre el auto, con las manos en su cadera mientras sonreía con confianza.

– simplemente no puedo esperar para matar a todos los humanos, ya sabes, cosas de robots – dijo segura de sí misma – espero que la estén pasando bien allá en la Tierra… – dijo de forma siniestra mientras sin saberlo un extraño símbolo reemplazaba por unos segundos su ojo izquierdo – porque vamos a ir por ellos – soltó una ligera risa.

Lentamente esa risa fue aumentando su fuerza mientras su visor mostraba una mirada desquiciada.

Llevó sus manos a la altura de su vista, imaginando cómo las usaría para ese nuevo objetivo que tenía.

Su risa maníaca hizo eco por el lugar.

Hasta que su mirada se cruzó con la de Atom.

Ver cómo este sólo la miraba sin reaccionar la bajó de su nube mental.

Frunciendo el ceño, sólo cruzó los brazos y desvió la mirada.

– ugh, quítame toda la diversión ¿quieres? –

A lo lejos, N sólo mostraba el pulgar, sin saber cómo reaccionar a lo que acababa de ver.


Probablemente debería actualizar también mis otras historias, pero desafortunadamente ando bloqueado con ellas.

Pero con esta ando bastante inspirado, aunque puede que también se deba a que Murder Drones no es muy larga tampoco.

En fin, espero les haya gustado.

Hasta la próxima.