Capítulo 1x05: "Estás muerto en vida para mí."

Pensión Salvatore

Damon despertando en el frío suelo de la antigua bodega de su sótano no tuvo idea alguna de cuánto tiempo había estado allí. Todo lo que recordaba era que todo había sido culpa de Stefan. No podía creer que se hubiera dejado ganar. Si él pendaba que aquella había terminado, entonces estaba terriblemente equivocado. Su cabeza lo estaba matando y su cuerpo se sentía completamente débil... Mirando a su lado notó que su anillo no estaba. 'Estupendo.' Incluso si pudiera salir de esa celda no sería capaz de salir de aquella maldita casa. Con una mueca se dió la vuelta y fue entonces que se encontró con la presencia de Stefan quién estaba apoyado en la pared de fuera con sus brazos cruzados. "¿Dónde está mi anillo?" preguntó con su garganta ardiendo.

"No lo necesitaras más." dijo Stefan sin emoción alguna en su rostro.

"¿Cuánto tiempo he estado aquí?" preguntó Damon tratando de levantarse, pero no pudo debido a la maldita verbena.

"Tres días." respondió Stefan.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó Damon con curiosidad de saber su razonamiento de tenerlo atrapado en el sótano durante tres días.

"Durante la Edad Media, cuando las acciones de un vampiro amenazaban con exponer o dañar a toda la raza, se enfrentaban a juicio." explicó Stefan con ligero encogimiento de hombros. "Pretendían reeducarlos en lugar de castigarlos."

"Sabes lo que pasará si no... me alimento de sangre." Damon se esforzó por conseguir las palabras a través de su garganta en carne viva.

"Te volverás más y más débil." asintió Stefan a sabiendas. "Con el tiempo, no podrás moverte, ni hablar. En una semana tu piel se secará y te momificarás... Serás un cadáver viviente, incapaz de lastimar a nadie. Nunca más."

"Y, ¿me vas a dejar en el sótano para siempre?" preguntó Damon con incredulidad.

"Te he inyectado suficiente verbena para mantenerte débil." respondió Stefan ganándose una breve mirada débil de su hermano. "Una vez que tu circulación se detenga, te llevaré a la cripta familiar y luego en 50 años, podremos reevaluar."

"Soy más fuerte de lo que crees." murmuró Damon entre dientes.

"Siempre lo has sido." Stefan estuvo de acuerdo. "Pero no eres más fuerte que la verbena y ambos lo sabemos." negando soltó una exhalación con pesar. "Lo siento, no tenía porqué ser así."

Reclinado su cabeza en el suelo Damon supo que lo que decía era realmente verdad. Stefan nunca había procurado pelear con él y mucho menos el encerrarlo. Aquello debía ser difícil para él. Por desgracia no era como él, por lo que planeaba hacerle todo aquel teatrito aún más difícil.

"Está despierto." dijo Stefan tran pronto llegó a la sala principal encontrándose con Zach. "Está débil, pero probablemente sea mejor mantenerse alejado del sótano. Él es Damon. No estoy seguro de lo peligroso que aún podría ser."

Asintiendo Zach se sintió más aliviado con ello. "¿Vas a la escuela?" preguntó al verlo recoger sus cosas para salir.

"Vine aquí para vivir una vida. Ya es hora de que vuelva a eso." Stefan respondió colocandose su chaqueta. "Y Elena, si todavía me habla."

"¿Por qué no la has llamado?" preguntó Zach siguiéndolo hacia la puerta.

"¿Qué se supone que debo hacer, alimentarla con otra mentira?" alegó Stefan con ironía. "Odio mentirle, Zach. No soy bueno en eso. Ella ya piensa que estoy escondiendo algo."

"¿Qué opción tienes?" Zach se encogió de hombros. "Viniste aquí porque querías vivir una vida tan normal como pudieras. Sabías que esto iba a ser parte de ello."


Montana (Estados Unidos)

Elizabeth se encontraba caminando por un bosque oscuro y solitario rodeado de una espesa niebla que obstruia su visión del camino. No sabía cuánto tiempo había estado allí caminando sin rumbo, pero no podía encontrar la salida.

"¿Elizabeth?" en ese momento una voz familiar la llamó a una distancia frente a ella.

"¿Marcos?" Elizabeth miró alrededor esperando verlo, pero solo había neblina a su alrededor. "¡¿Dónde estás?!" agarrando el ritmo comenzó a correr hacia la voz. Brevemente se detuvo cuando una figura apareció de la oscuridad y pudo ver el rostro de Marcos por fin.

Soltando una exhalación de profundo alivio terminó de correr hacia él quien la envolvió en un abrazo y luego comenzó a frotar su espalda mientras ella respiraba pesadamente en su pecho. Si había algo que odiaba más que nada era sentirse sola o abandonada. "Gracias a Dios que estás aquí." sonriendo se quedó allí por unos segundos más antes de alejarse. Sin embargo cuando miró hacia arriba soltó un jadeo ya que Marcos no era quien la sostenía. Su corazón latió desbocadamente en su pecho cuando se encontró con aquellos ojos azules que pensó jamás volver a ver. "¿Damon?"

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De un sobresalto Elizabeth despertó del sueño respirando con dificultad mientras buscaba de sentarse. Había sido tan extraño, tenía tres días que soñaba lo mismo pero hasta ese momento no había podido verle el rostro a la figura en la oscuridad. Negando con sus pensamientos corriendo sin control en su cabeza desvío su atención para mirar al sol asomarse por la ventana... Justo entonces al escuchar pasos viniendo por el pasillo miró hacia la puerta donde se encontró con Marcos abriendo la puerta.

"¿Tuviste otra pesadilla?" preguntó él apoyándose en el marco de la puerta.

Soltando una exhalación Elizabeth bajó la mirada. "¿De nuevo pasó?" preguntó apenada. Desde que había comenzado a tener pesadillas sus poderes ocultos se habían descontrolado bastante. A tal punto que la mayoría de las bombillas en la casa estaban rotas.

"Un poco más fuerte ésta vez." Marcos asintió moviéndose para sentarse en el borde de la cama. "Escucha, sé que no quieres hablar sobre ello pero, quizás te ayude el decirlo en voz alta."

"No hay nada que decir." Elizabeth negó sosteniéndole la mirada. "De verdad, estoy bien." con una mueca ladeo un poco su cabeza a un lado. "Bueno, mejor que hace tres días si lo estoy... Créeme."

"¿Segura?" Marcos buscó algún signo de mentira en sus ojos.

"Segura." Elizabeth sonrió con tranquilidad. "No te preocupes Marcos, si logré soportar tanto todos éstos años, entonces sé que podré con ésto... Además Damon para mí es solo parte de mi pasado." con un profundo suspiro se encogió de hombros. "Y estoy bien con eso."

"Me alegra escuchar eso." Marcos extendió su mano para palmaer su cabeza con cariño antes de mirarla con seriedad. "Me alegra porque necesito decirte algo."

"¿Qué cosa?" Elizabeth lo miró curiosa.

"Dentro de unos días pienso viajar por un par de semanas y pues, necesito que por favor te mantengas resguardada aquí hasta que yo regrese." alegó Marcos con total seriedad en sus palabras.

"¿A dónde vas?" preguntó Elizabeth confundida. Era la primera vez que se ausentaria por tanto tiempo.

"Por ahora no puedo decirte." Marcos negó desviando su mirada a un lado. "No al menos hasta que tome las precauciones necesarias para hacerlo." regresando su mirada hacia ella, continuó. "¿Puedes hacer eso por mí?"

A pesar de que tenía curiosidad por saber a dónde iba, Elizabeth terminó asintiendo. Ya lo averiguaría luego con seguridad. "Está bien."


Pensión Salvatore

Todo aquello se estaba poniendo ridículo para Damon. Tenía que salir de allí ahora mismo. Había personas que necesitaba ver y comidas que necesita probar. Habían tres personas en concreto a las que les debía una visita. Stefan, por encerrarlo, Caroline, por exponerlo con sus amigos. Y lo más importante, Elena, a quien usaría para obligar a Stefan a tomar medidas... El sonido de pasos bajando las escaleras lo alertó, al mismo tiempo que Zach apareció en la ventana de la puerta de la celda.

"Estoy lleno de verbena." comenzó Zach desde el otro lado de la puerta. "La he estado poniendo en mi café durante 16 años. Mi sangre solo te pondrá peor." por un momento esperó alguna respuesta sarcástica o burlona, pero en su lugar solo recibió silencio de su parte. "¿Damon?" asomándose mejor lo buscó con la mirada.

"Así que fue tu verbena." Damon obligó a responder, al tiempo que tomaba la desiciones de colocarlo también en la lista de personas a las que le debía una visita. "Bien por ti." con una mueca apartó su mirada a un lado. "La familia solo es algo tan profundo."

"No somos familia, Damon." replicó Zach con desagrado. "Sólo en el sentido más disfuncional. De hecho, evité tener una familia viva, que respire y sea amorosa gracias a ti."

"¿No creo que pueda convencerte de que me traigas un conejo o algo así?" preguntó Damon ignorando su comentario emocional acerca de la familia. "Me conformaría con la dieta de Stefan en éste momento."

"Sabes que no puedo hacer eso." Zach negó solamente.

"Lo lograste, Zach. Estoy encerrado." dijo Damon con un resoplido bajo. "Eres como tu abuelo. A él tampoco le gustó cuando vine de visita."

"Pero no visitas, Damon." corrigió Zach reclinandose más sobre la puerta. "Apareces, sin previo aviso, recordándome que ésta no es mi casa; que solo me estás permitiendo vivir aquí." con rabia golpeó la madera con fuerza. "¡Demonios, que permites que viva!"

Con una sonrisa débil pero burlona, Damon lo miró desde su posición. "Alguien tenía que cortar el césped."

Mirándolo por un tiempo más, Zach terminó negando con decepción. "Solo vine a despedirme, Damon." fue todo lo que dijo dando por terminada aquella conversación.

Sin embargo tan pronto como él le dio la espalda, Damon con un último impulso aceleró rápidamente y sacando su brazo entre los barrotes agarró a Zach por el cuello. Era su única oportunidad de salir de allí. "Desbloquéalo." ordenó mientras lo sentía luchar por respirar. "Abre la puerta, Zach."

Justo en ése momento un Stefan que hizo aparición enseguida se adelantó para agarrar la muñeca de su hermano y con todas sus fuerzas tirar a Zach lejos de sus manos. Completamente debilitado Damon terminó cayendo de bruses al suelo sin poder hacer más que quedarse allí para recuperar el aliento. "Sigue así, Damon." dijo al asomarse por la ventanilla, viendolo luchar en el suelo con su respiración. "Cuanta más energía gastes, más rápido todo acabará."


Montana (Estados Unidos)

Elizabeth se encontró caminando de un lado a otro en su habitación recogiendo varias de sus cosas en una maleta. Marcos se había marchado esa mañana temprano y por lo tanto ella sin perder tiempo había comenzado a empacar para viajar también. Sabía que cuando se enterara de lo que planeaba hacer estaría muy molesto, pero era algo que tenía que hacer.

Y si adivinaba bien hacia donde se dirigía, entonces todo valdría la pena. Había preguntas que necesitaban respuestas aún y ella se encargaría de buscarlas, antes de que su vida regresara al mismo ciclo de siempre.


Pensión Salvatore

Caroline luego de tener lo que parecía ser una visión de Damon quien le pedía que lo ayudara, se dejó guiar por una sensación extraña que la obligaba a caminar sin detenerse. No hasta que llegó a la pensión Salvatore, donde entró y fue directamente al sótano.

"Caroline, ayúdame." Damon más débil que antes por la falta de sangre se encontró utilizando sus últimas energías para llamarla. "Caroline, ayúdame."

"¿Damon?" al escuchar su voz prevenir de una de las puertas, Caroline se acercó a una de ellas jadeando cuando lo vió encerrado dentro de lo que parecía una celda. "¡Damon! ¡Oh Dios mío!" cuando captó su atención negó con incredulidad. "¿Qué es ésto? ¿Cómo supe que estabas aquí?"

"Porque yo quería que lo supieras." dijo Damon poniéndose de pie lentamente, reservando toda la energía que le quedaba. Mirando hacia ella la notó tensarse mientras caminó más cerca de la puerta. "Déjame salir de aquí." pidió apoyándose en la puerta. "Por favor."

Mirando entre él y la cerradura de la puerta, Caroline dudo por un momento en hacer lo que le pedía al recordar el último ataque que había tenido de su parte. "Me mordiste."

"Pero te gustó." aseguró Damon sosteniéndole la mirada. "¿Recuerdas?"

Negando Caroline frunció el ceño confundida. "¿Por qué sigo recordando las mismas cosas, pero de diferentes maneras?"

"Recuerda lo que quiero que recuerdes." ordenó Damon utilizando su última compulsión para obligarla a hacer lo que pedía. "Y ahora que la verbena ha desaparecido de tu sistema, no recordarás lo que estás a punto de hacer."

"¿Qué voy a hacer?" preguntó Caroline con su voz entrando lentamente en un leve trance.

"Vas a abrir la puerta." ordenó Damon con apremio, desesperado por salir de ese lugar. "Abrirás la puerta."

Guiada por la compulsión, Caroline de un pequeño asentamiento se movió hacia la cerradura la cual mientras comenzaba a abrir, fue detenida repentinamente por Zach quien la saco del trance enseguida asustandola.

"¡No!" Zach enseguida apoyó todo su peso sobre la puerta para evitar que se abriera. "¡Sal de aquí!" le ordenó a la muchacha quien completamente asustada giro para salir corriendo por las escaleras. "¡Corre!"

Con el último impulso de sus fuerzas, Damon con un empujón terminó abriendo la puerta por fin llevándose a Zach por el medio en el proceso. Descontrolado por la sed que sentía agarró el cuello de Zach y de rabia siega le rompió el cuello en el proceso matándolo en seco. Enseguida sintió venas aparecer debajo de sus ojos cuando escuchó a Caroline correr hacia la salida. Utilizando su velocidad vampiro se lanzó detrás de ella para atraparla, pero justo cuando la alcanzó el sol lo detuvo de seguirla hacia afuera cuando los rayos lo quemaron haciéndolo retroceder con frustración y rabia hacia las sombras.


Cementerio

Esperando a que la noche llegara, Damon por fin fue libre de salir de la pensión. Así se encontró vagando por el bosque. Necesitaba comida, pero no podía correr el riesgo de ser visto porque estaba demasiado débil para luchar contra alguien. Unas balas de madera o una dosis de verbena y estaría acabado.

Escuchando ruidos adelante lo hicieron seguir caminando hasta que visualizó una camioneta estacionada y personas reunidas un poco lejos de él. Tropezando hacia al camión lo utilizó para mantener el equilibrio al mismo tiempo que vió a una chica caminando en su dirección.

"Oye amigo, ¿estás bien?" preguntó Vicky a notar la postura de un hombre tosiendo y gimiendo detrás de su camioneta.

"Ven aquí." pidió Damon, tratando de hablar pero su voz salió más ronca que nunca. "Ven aquí."

"No te ves bien." dijo Vicky caminando lentamente hacia él.

"Acércate." pidió Damon de nuevo colocandose con dificultad de pie. "Hay algo... que tengo que decirte." tan pronto como ella dio un paso hacia él se desplomó en sus brazos.

"Oye, oye, oye, te tengo." Vicky lo agarró para evitar que cayera al suelo. "Te tengo, está bien... Está bien-"

Damon la interrumpió cuando al volver la cabeza rápidamente, ejerció toda su energía restante en hundir los dientes en su cuello. Ella gritó de dolor comenzando a luchar contra él, pero finalmente, después de un tiempo se quedó en silencio dejándolo alimentarse en total tranquilidad.