-Esta es una adaptación de la película "Avatar" de 2009, escrita y dirigida por James Cameron. Los personajes pertenecen por completo a Masashi Kishimoto, más los personajes de carácter secundario, las modificaciones a las personalidades, los hechos y la trama corren por mi cuenta y entera responsabilidad para darle sentido a la historia. Les sugiero oír "Found" de Citizen Soldier para Sasuke, "Human" de Christina Perri para Sakura, "¡Oh No" de Marina & The Diamonds para Karin, "The Seed" de Aurora para el contexto del capitulo y "Before The Dawn" de Evanescence para el contexto de la historia.
1-Diálogos en cursiva para el idioma "nativo".
2-Dialogo normal para "español".
3-Breves textos en cursiva para pensamientos.
4-Texto con dialogo en cursiva par flashbacks
Árbol-Madre, Hogar del Clan Konoha
Sin tener nada que irrumpiera la paz entre ambos esa mañana, a solas en su habitación y ajena a todo lo que pudiera suceder en el exterior—Ino se había presentado para informarla de todo, pero a ella no podía haberle importado menos—, Sakura observó dormir a Sasuke, por supuesto que él era literalmente casi un peso muerto haciendo que por momentos su corazón se acelerara por el pánico, pero entonces y reposaba su cabeza contra su pecho y escuchaba el lento y acompasado latir de su corazón. Suspirando sonoramente, la pelirosa inclinó su cabeza de tal modo que pudiera reposar sin reparo alguno su mejilla contra el pecho de Sasuke, maximizando su sonrisa mientras escuchaba los constantes latidos de su corazón, sintiendo la tibieza y calidez emanar de su piel, sintiendo el embriagador aroma de Sasuke llenar sus pulmones; ese sonido y ese aroma eran lo más tranquilizador del mundo y ella lo disfrutó con felicidad. Dejándose atrapar por esa tranquilidad, Sakura lentamente se levantó de la cama, dejando la cabeza de Sasuke sobre uno de los almohadones y acercando sus pasos a su tocador para servir un vaso de agua, moviendo el cuello y destensándose; extrañamente y aun cuando estuvieran separados por kilómetros—él en esa especie de selva de asfalto y ella en su hogar—Sakura sentía que estaban conectados el uno al otro, esa conexión o vínculo especial del que tanto había oído…como si supiera que estaba pensando ella en ese momento, los ojos de Sasuke se abrieron de golpe, suspirando sonoramente, tratando de orientarse lo mejor posible, sentándose lentamente y observando todo lo que lo rodeaba, advirtiendo a Sakura quien no tardó en correr para sentarse a su lado.
—Sasuke...— la pelirosa fue atraída por él en un cálido y desesperado abrazo. —¿Estás bien?— preguntó, no habiendo sabido de él por un día entero
—Creí que no volvería a verte— suspiró el azabache, profundamente aliviado por tenerla en sus brazos y rompiendo lentamente el abrazo.
—Estuviste inconsciente por un día entero, Sasuke, ¿Qué fue lo que pasó?— inquirió Sakura viéndolo a los ojos, deseando saber qué había sucedido en todo ese tiempo.
—Ya te lo contaré, a todos— sosegó Sasuke, no pudiéndole decirle todo únicamente a ella. —Necesito hablar con tus padres— señaló, apoyándose en el colchón y levantándose lentamente, mas ello no impidió que se tambalease.
—Cuidado, tómalo con calma— guió, ayudándolo a caminar y abandonar la habitación. —Kakashi— reconoció, viendo al peligris aventurarse lentamente por el pasillo.
—Démonos prisa, no hay tiempo— determinó el Hatake nada más encontrar su mirada con la del Uchiha, quien asintió en silencio.
Sakura no estaba al tanto—en lo absoluto más que por ciertos detalles prácticamente nulos y que él le había comentado distraídamente—, de las complejidades que implicaba su vida en su verdadero cuerpo más allá de su Avatar, de su realidad en la sociedad "civilizada", desconocía por completo que llegaría el día en que no podría seguir yendo y viniendo entre su propio mundo y el de ella, mas aun así y ahora lo que Sasuke menos quería hacer era pensar en esa absurda realidad, si, había cruzado una línea infranqueable, pero no le importaba, su vida estaba unida a la de Sakura y lo único que sabía era que jamás le daría la espalda, ya lo había dicho hacía tan solo una noche atrás, la había elegido y no la abandonaría. La forma en que—por causa de Danzo—habían abandonado sus Avatares el día anterior había sido muy brusca, y la respuesta se notaba ahora, que tanto Sasuke como Kakashi debían dar sus primeros pasos como si de niños se tratara, muy lentamente y con cuidado, volviendo orientarse con todo lo que les rodeaba. Confundida sobre que podía estar pasando que fuera tan importante, pero confiando ciegamente en Sasuke y Kakashi, Sakura ayudó al Uchiha a caminar sus primeros pasos, reorientándose ahora que este se hallaba devuelta en su cuerpo—igual que el Hatake—, los tres bajando lentamente por la estructura del árbol madre debido a lo tambaleantes que los dos "extranjeros" se encontraban, pero ello no impidió que notaran a los demás miembros del clan reunidos en torno al Olo'eyktan Dan Kato, quien se hallaba reunido con Gaara como su mano derecha y sucesor, además de su esposa la Tsahik y sus consejeros de confianza, y varios miembros del clan de importancia estratégica.
—¡Padre!, ¡Madre!— llamó Sakura, anunciándose y haciendo que sus progenitores enfocarán de inmediato su atención en el azabache y el peligris.
—Olo'eyktan, debo decir algo muy importante— inició Sasuke, empleando el idioma nativo para que todos lo entendieran.
—Escúchenlo, por favor— insistió Kakashi de igual modo, no pudiendo perder tiempo.
—Te escuchamos, Sasuke Uchiha— consintió el Olo'eyktan Dan, siendo su derecho.
—Gracias— asintió el Uchiha, teniendo las ideas organizadas. —Estamos en un grave peligro, los extranjeros vendrán, quieren destruir el Árbol-Madre— comunicó, escuchando los jadeos de sorpresa de muchos ante sus palabras. —Diles que llegarán pronto— pidió a Sakura, quien no tuvo problema en traducir. —Tienen que irse de aquí rápido o los asesinaran— no tenía la paciencia para traducir cada palabra en ese momento.
—¿Cómo están seguros de esto?— inquirió Tsunade, demasiado confundida por la forma en que todo se había tornado en mera agresión y queriendo saber más.
—Porque me enviaron aquí para aprender de ustedes, para que pudiera darles este mensaje y lo creyeran— explicó el azabache, no pudiendo postergar la verdad pese que le doliese admitirlo, dejando helados a todos los presentes ante sus palabras.
—¿Qué?— la pelirosa situó sus manos sobre los hombros de este para se enfocara en ella. —Sasuke, ¿Sabías que esto pasaría?— cuestionó, siendo demasiado para creerlo.
—Así es— admitió el Uchiha en un suspiro y viendo la incredulidad en los ojos de Sakura. —Sé que suena terrible, y al principio solo eran órdenes, pero luego todo cambió porque me enamore de verdad; me enamore del bosque, del clan, y en especial me enamore de ti— una sonrisa se plasmó en su rostro al decir esto, porque de nada importaban las órdenes pasadas, ella era todo lo que le importaba, nada más. —De ti— puntualizó situando sus manos sobre los hombros de ella y descendiendo en cautas caricias a las que ella no opuso resistencia, lo que le hizo creer que se trataba de una buena señal.
—Todos ustedes los extranjeros son iguales— murmuró la Haruno temblando y respirando agitadamente. —Confié en ti...— negó para sí con incredulidad, sintiendo como si le rompieran el corazón. —¡Confié en ti!— acusó sin poder evitar que su voz se quebrara en un sollozo mientras se alejaba del tacto de él.
—Sakura, créeme, por favor…— imploró Sasuke siendo incapaz de pedirle que lo perdonara, podría soportar muchas cosas, pero no que ella lo odiara.
—¡Cállate!— gritó ella sin detenerse a pensarlo, apenas y conteniendo el quebradizo sollozo que a nada estuvo de hacerla titubear. —Todo cuanto has dicho y hecho ha sido mentira— sentenció observándolo con el máxime desprecio posible, antes de posar bruscamente sus manos sobre el pecho de él, empujándolo y marcando la distancia para angustia del Uchiha. —¡Jamás serás uno de nosotros !, ¡Ninguno de ustedes!— condenó porque lo que Kakashi y él habían hecho era imperdonable.
—No logramos detener esto...— respaldó el Hatake, incapaz de no ir en ayuda de Sasuke quien no tenía culpa de nada, era una víctima al igual que ellos.
—¡No sigan mintiendo! Ya basta— acalló la Haruno.
—Sakura, te lo ruego, créeme— suplicó el Uchiha, esperando que ella le diera la oportunidad de explicarle todo y hacerle entender que nunca le había mentido, no con respecto a lo que sentía por ella, eso había sido lo más sincero de todo.
Los "extranjeros" tenían malas intenciones, Sakura sabía eso desde el día en que su hermana Izumi había muerto por ellos, asesinada, pero Sasuke…Él también era parte de ello y saberlo le rompía el corazón, él la había hecho pasar por tonta durante todo ese tiempo, se había burlado de ella, que ilusamente intentó creer que no era verdad, mas lo era; había sido una completa tonta, había creído que él realmente se enamoraría de ella, que lo que habían compartido esa noche juntos había sido real, que él le había entregado su corazón como ella le había entregado el suyo a él, pero todo ese tiempo juntos había sido una mentira, la había mirado a los ojos fingiendo que la amaba, fingiendo que le importaba, todo ese tiempo la había engatusado, se había burlado de ella sin reparo alguno. ¿Cómo podía confiar en él?, ¿Cómo se atrevía a pedirle que confiara en él? Sakura se llevó una mano a la frente al sentirse mareada por el frenesí de hirientes emociones que apenas y le permitió secarse las lágrimas que a nada estuvieron de resbalar por sus mejillas, Tsunade lo advirtió de inmediato y rodeó a su hija con sus brazos intentando calmarla, más la ira de su hija parecía tan incontrolable como la generalizada sensación de traición que todos los presentes sentían; habían sido engañados. Gaara estaba ligeramente satisfecho por tener la razón, el "extranjero" conocido como Sasuke Uchiha no era de confianza, pero no desearía haberlo probado a costa de la honra de Sakura, por lo que únicamente observó fieramente tanto a este como al Hatake, aunque ni de lejos con el desprecio y furia tenían los ojos del Olo'eyktan Dan, quien había estado dispuesto a escuchar y aceptar al Uchiha por respeto a su hija, ¿Para qué? Habían sido engañados.
—Atenlos— ordenó Dan furioso, ante lo que Gaara no dudo en ser el primero en obedecer, aproximándose al Uchiha y encargándose personalmente de ello.
—Tienen que irse— insistió Kakashi, aun cuando sintió a dos cazadores situarse tras él y obligarlo a arrodillarse—Por favor, créanos, quedarse será demasiado peligroso— se negó a claudicar, aún cuando sintiera que le amarraban las manos a la espalda.
—¡Expulsemos a los extranjeros!— declaró el Olo'eyktan, siendo decisión tomada y teniendo el completo apoyo de su clan.
Por ira o resentimiento personal, y con razón, Gaara se encargó personalmente de obligar a Sasuke a arrodillarse, y luego le ató las manos a la espada con firmeza, Kakashi por su parte opuso resistencia y se negó a abandonar su alegato, pero Sasuke por otro lado ni siquiera se molestó en resistirse, todo en lo que podía pensar era en Sakura, quien en ese momento era consolada por su madre Tsunade o eso intentaba está. No lo hería que Sakura lo considerase un traidor, esa era la verdad, no la había traicionado a ella directamente, pero apuñalar por la espalda a su clan era igual que traicionarla a ella, así lo veía Sasuke, por ello había sido tan difícil y doloroso para él decir la verdad el día anterior, porque sabía que si lo hacía solo le rompería el corazón a Sakura y merecía todo el desprecio que ella quisiera dirigirle, él apenas e inmutándose cuando escuchó los gritos de apoyo de los demás miembros del clan ante las palabras del Olo'eyktan Dan, quien tenía razón de sobra para odiarlo. De hecho, si las miradas mataran, él estaría muerto con certeza, y Sasuke no creía merecer menos; aunque supiera que no tenía derecho, los ojos de este permanecieron fijos en Sakura tanto tiempo como le fue posible, rogando silenciosamente que ella volviera la mirada en su dirección tan siquiera un momento, no merecía una mirada suya, pero él deseaba poder explicarle todo, aspirar a su perdón y comprensión, no soportaba ser la causa de su dolor, un dolor que tanto había buscado evitarle…solo para infringirle uno aún mayor. Sintiéndose como un traidor, no teniendo fuerzas para nada, odiándose por ser la causa de las lágrimas de Sakura, Sasuke cerró los ojos con dolor y bajó la cabeza, derrotado, aceptando su destino.
Merecía estar muerto por lo que había hecho.
Puede que Sasuke se hubiera mostrado dócil y sumiso bajo el agarre de Gaara, quien le había atado las manos a la espalda, pero tan pronto como Kakashi y él fueron conducidos más allá del Árbol-Madre, fuera de este, y atados de espaldas ante dos postes, inmóviles, el Uchiha se observaron el uno al otro, sabiendo que atados de esa forma y aún sin saber que sucedería con ellos, no resolverían nada, se habían vuelto un auténtico lastre, inútiles, por lo que sin pronunciar media palabra ambos acordaron insistir con vehemencia en lugar de quedarse quietos, alzando la voz ya fuera en su propio idioma o bien en el dialecto de los nativos, pero luchando con convencer al Olo'eyktan presente junto a ellos—además de un gran números de guerreros—de evitar cualquier confrontación y huir junto a todos los miembros de su clan, para salvar sus vidas y evitar un derramamiento de sangre inútil, pues los únicos afectados serían los Konoha y no los "extranjeros". Los Konoha eran una rama guerrera e indómita dentro de la sociedad nativa, su base era existir defendiendo lo que consideraba suyo o aquello que Kami les había dado en algún momento de su pasado, la misma creencia que cualquier otro clan nativo, de ahí que creyeran que defender su hogar en lugar de ceder ante los "extranjeros", y el momento en que—tras una larga espera—los helicópteros, aviones o naves de los "extranjeros" finalmente se presentaron en los alrededores del Árbol-Madre, rompiendo con el silencio existente y sacudiendo todo con las hélices que los impulsaban; si había miedo en alguno de los nativos, ninguno lo demostró en específico, permanecieron en su lugar tras escasas órdenes del Olo'eyktan o del mismo Gaara, para frustración del Hatake y el Uchiha.
—Olo'eyktan, recapacite— rogó Sasuke, negándose a darlo todo por perdido. —¡Vayan al bosque!— sintió que se le desgarraba la garganta, pero le dio igual.
—Destruirán todo, tienen que irse— secundó Kakashi en español, no teniendo cabeza para traducir en ese momento. —Sakura, deben salir de aquí— indicó a su alumna, que apartó la mirada, sabiendo que Sasuke ni siquiera se atrevía a dirigirle la palabra.
—¡Jinetes!, ¡Suban a sus caballos y prepárense para atacar!— ordenó Dan, alzando la voz y dirigiéndose al Sabaku en concreto.
Aquella orden no era del todo cierta, Gaara lo sabía, eran meras apariencias, anteriormente, antes de atar a los traidores a los postes, el Olo'eyktan le había informado que en el momento oportuno le daría una señal para que comenzara la evacuación de los miembros del clan más vulnerables con el fin de evitar el mayor número de muertes posibles; el momento era ese, Gaara lo entendió, la orden del Olo'eyktan de igual modo lo sorprendió y desconcertó profundamente. El Sabaku volvió la mirada hacia este y esperando una aclaración, no pudiendo creer que fuera destinado a otro punto, lejos de él cuando deberían pelear codo con codo—él era su sucesor—, mas Gaara no tuvo otro remedio que aceptar y la mirada del Olo'eyktan Dan se lo confirmó, asintiendo a regañadientes y dándose la vuelta para marcharse, indicándole a los cazadores o guerreros de mayor confianza que lo siguieran, diciéndose que era solo una medida preventiva, llevándose dos dedos a los labios y silbando a modo de orden para que su caballo se dirigiera a su encuentro. Siguiendo con la mirada a Gaara hasta perderlo de vista, Sakura no cuestionó las órdenes de su padre, sino que silenciosamente ocupó el lugar que el Sabaku había ostentado hasta ese momento de pie junto a su progenitor y Olo'eyktan, teniendo cuidado de mantenerse alerta a cualquier movimiento y alargar la mano al carcaj que colgaba de su hombro y así tomar una flecha, pero hasta entonces debía esperar; ajeno a todos esos cálculos mentales, igual que los pilotos que lo acompañaban, Danzo observó la enorme estructura de aquel imponente árbol y que hasta ahora solo había visto en recreaciones computarizadas, casi silbando de la impresión.
—Vaya que es un árbol enorme— comentó Danzo, genuinamente impresionado. —¿Qué tal esto? Yo diría que la diplomacia fracaso— río, ampliando la imagen que registraba la cámara, observando los Avatares del Uchiha y el Hatake retenidos y atados a postes. —Vamos a terminar con esto, señores, lancen todo el gas que tengamos justo en la entrada— indicó al piloto, observando todo lo que sucedía atentamente.
—Sí, señor, gas lacrimógeno listo— asintió el piloto, disparando la carga a su orden.
—Perfecto, buena puntería— celebró el Shimura ante lo que veían sus ojos.
Si de Danzo hubiera dependido, él habría barrido con aquel enorme e inoportuno árbol y con todo lo que había debajo de este y en los alrededores—incluyendo a los nativos—con un hacha u oz, o con un lanzallamas en caso de que esto fuera demasiado rápido, pero ya que debían intentar "salvar" tantas vidas como fuera posible o evitar tener que matar a "inocentes", dígase mujeres y niños, todo por el bien de la imagen personal de la RDA y los estúpidos derechos humanos, ¿Es que creían que ello los salvaría de una guerra? Siguiendo las órdenes del coronel Shimura, el "Scorpión"—que era el nombre del avión en que se hallaba el coronel Shimura—disparó un gran número de contenedores redondos que en realidad eran bombas de detonación en cierto modo, ya que, al entrar en contacto con un objeto sólido o el suelo, que fue lo que sucedió. Los miembros del clan se encontraban en plena huida en ese momento, pero nada impidió que fueran alcanzados por las oleadas de gas lacrimógeno que les irritó los ojos y tendió a cerrarles la garganta, haciéndolos toser fuertemente y tambalearse mientras huían, muchos ancianos, mujeres embarazadas, madres y sus hijos, por lo que no fueron pocos aquellos que intentaron salir desesperadamente de la base del Árbol-Madre con el propósito de salir al aire libre y respirar, cayendo de rodillas y tratando de ser ayudados por sus compañeros guerreros o cazadores que intentaron sacarlos lo más pronto posible. Ser testigo de todo aquello, como si fuera una entidad aparte, pese a desear liberarse y ayudar a tantos miembros del clan como le fuera posible, Sasuke luchó por liberarse de las cuerdas que lo retenían, igual que hizo Kakashi a su lado, ambos gruñendo por lo bajo…
—¡Llévense solo lo importante!, ¡Vamos, muévanse!
—¡Rápido, vámonos!
—¡Corran, no se detengan!
—¡Vamos, esto no es un juego!
La inmediata reacción que abrumó a todos los miembros del clan fue el miedo, la sensación de no poder respirar era aterradora, y aunque los Konoha—como muchos otros clanes nativos, mas no todos—fueran conocidos por su naturaleza aguerrida y salvaje, estos no habían dudado en empacar velozmente sus pertenencias aun antes de que la batalla comenzara; no era temor, era simple sentido de previsión y sus habitaciones—conectadas al Árbol-Madre mismo—estaban hechas para que pudieran reunir sus pertenencias lo más rápidamente que les fuera posible, todo era utilitario, desde sus armas, a sus ropas, pertenencias menores y las baratijas más insignificantes. Todos los miembros del clan, sin excepción hubieron recolectado cada pertenencia que poseían, bajando velozmente por la estructura del Árbol-Madre, siendo increpados por los miembros mayores del clan, por llevar lo que ellos consideraban baratijas. Los primeros en armar su equipaje y cargar sus pertenencias en las alforjas o lomos de sus caballos, habían sido los guerreros y cazadores del clan, de ahí que estos se hallaran tan concentrado en disparar una oleada de flechas, siguiendo las órdenes de su Olo'eyktan, quien se había unido al desmedido esfuerzo—y que parecía inútil, si es que estos no lo tenían claro ya—de repeler a los extranjeros; la primera oleada de ataque procedía de los cazadores, conocidos dentro del clan por su agudo sentido de la vista, y la segunda oleada, que sustituía a los arqueros cada vez que estos se veían en la necesidad de recargar sus arcos, eran los guerreros, Sakura entre ellos, al igual que lo había estado Gaara antes de ella, no excusándose de una batalla solo por ser la hija del Olo'eyktan.
—Están disparando, señor— comunicó el piloto, volviendo la mirada hacia el Shimura.
—Esto debe ser una broma— desdeño Danzo, sorprendido. —Estos salvajes no entienden el mensaje— comentó, aunque le extrañaría que lo hicieran. —Subamos el nivel; cambien a incendiarios— ordenó, comenzando a aburrirse.
—Cambiando a incendiarios— confirmó el piloto, siguiendo sus instrucciones.
Volviendo la mirada por sobre su hombro, el piloto escuchó al Coronel Shimura pronunciar únicamente la palabra "fuego", siendo toda la orden que necesitaba para actuar en tanto este se hallaba de pie a su lado y de brazos cruzados, no sintiendo un ápice de piedad, misericordia o empatía para con los "salvajes", siendo honesto, a Danzo le importaba un bledo lo que ocurriera con esos sujetos, ya fueran hombres, mujeres, niños o ancianos. Por su parte, forcejeando insistentemente para zafarse del poste contra el que se hallaba retenido, maldiciendo su mala suerte igual que hizo Kakashi a su lado, Sasuke contuvo la respiración en el momento en que las oleadas de gas lacrimógeno cesaron, conocía lo suficiente a la RDA para saber que estos no se habían quedado sin carga como para predisponerse a marchar ahora, aparentemente no habiendo conseguido su objetivo de alejar a los "nativos", y le dolió tener la razón, pues apenas unos instantes después tanto los helicópteros como los aviones cambiaron su modus operandi, disparando en su lugar una oleada de fuego contra el Árbol-Madre, igualmente como elemento disuasorio, pero uno muchísimo más agresivo, el doble de ser posible. Como Olo'eyktan, el primer de Danzo era velar por el bien del pueblo, por ello había ordenado a Gaara que dejará su lugar a su lado—como su sucesor—y que se encargará de evacuar a tantos miembros del clan como este pudiera, ayudado por su grupo de confianza de cazadores, por ello de inmediato se dio cuenta que la batalla estaba perdida que todo se trataba de la batalla estaba completamente perdida, lo único que verdaderamente importaba en ese momento era salvar a tantos como pudieran, regresando su arco a su carcaj y volviéndose hacia Kankuro, el hermano de su sucesor.
—¡Todos corran al bosque! Saquen a tantos como puedan— ordenó el Olo'eyktan, alzando la voz y no tardando en ser obedecido por sus subordinados.
—No, padre, iré contigo— discutió Sakura, dispuesta a quedarse a su lado hasta el final.
—Es una orden, debes pensar en el pueblo y salvarte— contrarió Dan, sujetándola de los hombros. —Ve, rápido— insistió, no contemplando protesta alguna.
Sakura deseó protestar, no era su deseo ser vista como una cobarde ni lo era, pero su padre no le dio ocasión a ello, encontrando su mirada con la suya cargado de severidad, dejándole en claro que no era una orden paterna nada más, era una orden de su Olo'eyktan—Dan sabía que de otro modo su hija no lo obedecería, era demasiado terca y voluntariosa, una virtud y un defecto a la vez—, y a quien ella no osaría jamás cuestionar, tragándose cualquier protesta y procediendo a obedecer como haría cualquiera de los guerreros o cazadores, igual que había hecho Gaara. Forcejeando inútilmente contra las cuerdas que lo retenían, Sasuke buscó liberarse, diciéndose que necesitaba un plan para arreglar o intentar remediar toda aquella situación, pero él ni tenía un plan ni tenía idea de cómo formular uno en ese momento; había cometido el error de seguir órdenes, algo que le habían enseñado desde que se había unido a la milicia, siempre había sido un reaccionario como la mayoría, esperando que ocurriera algo para actuar y ello había impedido que pensase en decir toda la verdad a los Konoha antes de que ocurriera algo que lo obligara a ello, mas no solo por las órdenes, también porque había tenido miedo de ser separado de Sakura, mas ahora su miedo era una realidad. Al mismo tiempo en que ambos tenían ese pensamiento, Sakura se volteó para marcharse, encontrando irrefrenablemente su mirada con la de Sasuke, quien la observó en silencio, deseando decirle tantas cosas y, sin embargo, no teniendo idea de cómo empezar, y Sakura tampoco le dio oportunidad de intentarlo, apartando la mirada y procediendo a retirarse, siendo el dolor demasiado reciente como para darle oportunidad de hablar.
—Sakura...— llamó Sasuke, mas bajando pesadamente la cabeza al verla partir. —Hay que movernos, volara las columnas— recordó al Hatake a su lado, teniendo que hacer algo.
—Por Dios…— gruñó Kakashi por lo bajo, mas enfocando prontamente su mirada en una figura que emergió entre el humo y se acercó al Uchiha, presionando su daga contra su yugular. —¡Tsunade, no!— rogó mientras forcejeaba por liberarse, inútilmente.
—Si eres uno de los nuestros...— inició la Tsahik con voz temblorosa, —demuéstralo— rogó en un desconsolado sollozo.
Era un decisión temeraria, todos ya habían partido de aquel punto, ya fuera para huir, refugiarse o atacar siguiendo las órdenes del Olo'eyktan, su esposo, la decisión de Tsunade de aventurarse hacía donde se hallaban los Avatares retenidos e inmovilizados, pero ella no pudo explicar que la hizo avanzar entre el humo, furiosa por los que los "extranjeros" habían hecho, llena de congoja e impotencia como parte del clan y por su conexión con el bosque, a la par que profundamente ofendida como madre por el sufrimiento que Sakura estaba experimentando, pero, desde que había conocido a Sasuke Uchiha, Tsunade había tenido claro que Kami lo había elegido por una razón, y aunque aún no supiera qué era eso, nadie tenía derecho a matarlo, eso estaba claro para ella. Sasuke observó seriamente a la mujer, la "Dama Dragón" como él se había referido a ella desde que la había visto por primera vez, y que ahora se veía tan frágil, con las lágrimas manchando sus mejillas y los ojos cargados de dolor, ella igual que Sakura tenía todo el derecho en desear verlo muerto, conteniendo inconscientemente la respiración cuando la Tsahik sostuvo la hoja sobre su yugular, mas el Uchiha se sorprendió cuando en su lugar la Tsahik cortó la parte de la cuerda que lo mantenía retenido, liberándolo, y luego procedió a hacer lo mismo con Kakashi; Sasuke había temido que Tsunade lo viera como una persona poco confiable que debería morir, pero de alguna forma ella continuaba confiando en él, en que estaba ahí por una razón y ello le permitió al Uchiha volver a respirar tranquilamente, o con tanta tranquilidad cómo fue posible, quitándose los restos de cuerda de encima y volviendo la mirada hacia Kakashi, ahora también libre.
Aún había esperanza, vaga, pero esperanza.
Ajeno a lo que sucedía en el suelo, Danzo se concentró únicamente en dar órdenes a sus subordinados, queriendo terminar con el trabajo cuanto antes, y quizás muchos de sus subordinados militares no tuvieron problema en obedecer a ciegas…pero, Karin no, mordiéndose el labio inferior, teniendo que plegarse a las órdenes y alineando su helicóptero en la trayectoria lineal que el Coronel Shimura les indicó a todos a través de su comunicador, ella podía escuchar los gritos de emoción de Sakon en la parte de atrás, ansioso por comenzar a disparar. A su mente vino la ocasión, hace tres meses, en que Kakashi, Suigetsu y Sasuke en sus Avatares habían volado en la parte de atrás de su Sansón y bajado a hacer reconocimiento, Sasuke se había separado del grupo ese día, lo recordaba bien; ese día, Kakashi había dicho que Sasuke era "otro imbécil al que solo le encantaba disparar"…que equivocado había estado entonces, y Karin no pudo evitar pensar en ello, desplegando los controles específicos de su helicóptero, levantando una tapa que cubría un botón en especial y que dispararía todos los miles que tenía en el toldo a los laterales de su helicóptero, estaba siguiendo órdenes, pero desearía no tener que hacer nada de eso. ¿En qué maldito momento las cosas se habían volcado tan agresivamente contra los nativos? Sasuke le había contado historias sobre esas personas, tan humanos como cualquier otro individuo, más humanos que muchos, a decir verdad, ¿Cómo es que eran sus enemigos? El pulso de Karin tembló alrededor del controlador, sabiendo que debería oprimir el maldito botón y disparar, esas eran las órdenes, pero no se sentía capaz de hacerlo, no quería hacerlo en primer lugar.
—Todas las unidades, usen misiles, diríjanlos a la base de las columnas del oeste— ordenó Danzo en ese momento a través del comunicador, como si leyera su mente.
—Comandante, esperamos instrucciones— contestó uno de los pilotos de inmediato.
—Disparen ya— determinó el Shimura, complacido con aquella obediencia.
El pequeño grupo compuesto por Sasuke, Kakashi y Tsunade corrió lo más rápidamente que les fue posible para abandonar la base del Árbol-Madre, buscando alejarse de este y sus raíces ahora astilladas, sabiendo que era cuestión de tiempo a que este callera, sorteando restos de troncos caídos y cadáveres—producto del gas lacrimógeno—que ahora comenzaban a ser calcinados por las llamas; la Tsahik intentó detenerse, no podía pasar de largo ante lo que sus ojos veían, Kakashi también tuvo el impulso de hacerlo, mas se contuvo, y la más férrea oposición a detenerse si duda alguna provino de Sasuke, quien envolvió uno de sus brazos a los hombros de Tsunade, teniendo la labor de protegerla en nombre de Sakura, y no permitiendo que se quedase atrás. Lo único que ralentizó la huida del pequeño grupo, y también la de Sakura, quien guiaba a su propio grupo, fue el impacto de los misiles contra el suelo, contra las raíces del Árbol-Madre, una estructura tan firme y cuyas heridas hacían estremecer el suelo, ondas de choque consecutivas que los hicieron caer de rodillas al suelo, levantándose de forma insistente solo para volver a desplomarse, pero ninguno rindiéndose por ello. Por otro lado, y mientras todos sus demás, compañeros militares o pilotos disparaban sin miramientos, obedeciendo las órdenes del Coronel Shimura—veía los misiles que estos lanzaban—, Karin no pudo hacerlo, simplemente su dedo no pudo oprimir el gatillo, sabía que los individuos bajo ataque eran personas, Sasuke se la había hecho ver y ella no se consideraba una genocida para matar a inocentes, gruñendo por lo bajo al tomar una decisión, bajando la tapa del botón y dando por terminado su trabajo en aquel lugar, no queriendo tener nada que ver con eso.
—Olvídalo— decidió Karin finalmente, moviendo su helicóptero para apartarse del resto.
—¡Oye!, ¿Qué estás haciendo?— protestó Sakon, frustrado por no poder actuar.
—¡No me enliste para hacer esto!— acalló la Kanako furiosa, cansada de todo aquello.
Puede que Sakon, Kidomaru, Jirobo o todos los demás imbéciles bajo las órdenes de Danzo vieran aquello con divertimento, emoción, como solo otra tarea más que cumplir, pero ella no, y se negó a voltear, pilotando su helicóptero para alejarse de aquella desoladora imagen y regresar a Hell's Gate, mordiéndose el labio inferior—ella, tan dura como era—y sintiendo las lágrimas en los ojos, sintiéndose aliviada de no haber disparado, porque no podría vivir consigo misma si hubiera sido responsable de alguna de las muertes que sabía se contarían ese día, si es que se contaban. Finalmente, y tras tantos disparos consecutivos, que parecieron llegar a su fin por orden del Coronel Shimura—quien observó atentamente cómo se desarrollaba todo desde su lugar en la cabina del avión en que se hallaba—, las gigantescas raíces fueron desolladas, el interior del árbol se hallaba en llamas y tras un par de segundos de lo que pareció ser silencio, las raíces se resquebrajaron, incapaces de soportar el peso del árbol mismo, que comenzó a desplomarse. La advertencia de Sasuke llegó a tiempo, justo a tiempo para que este halara a la Tsahik hacia sí, obligándola a arrojarse al suelo como hicieron Kakashi y él también, cubriéndose la cabeza con los brazos ante la inminente caída del enorme Árbol-Madre y que luego de los primeros instantes desprendiéndose de su base, no tardó en precipitarse sobre todos quienes lo habían habitado hasta ese día, algunos afortunados murieron por el peso, otros quedaron gravemente heridos, y otros afortunados como Sasuke, Kakashi y Tsunade se vieron protegidos por las ramas más grandes que cayeron cerca, resquebrajándose e impidiendo que el peso del Árbol-Madre los aplastara.
Se hizo el silencio tras el desplome del enorme árbol…No, era mucho más que un árbol, como solo lo veían los extranjeros, había sido su hogar, el hogar de una generación, dos, tres, cuatro, cinco, las que fueran, y ahora era nada, una planta muerta, inutilizado por los extranjeros que quemaban y destruían todo a su paso como si fuera veneno; lentamente, apoyándose en sus brazos, Sakura alzó la mirada, localizando a los demás miembros de su clan a su alrededor, agradeciendo que estos estuvieran ilesos y se hubieran arrojado al suelo al mismo tiempo que ella, pero ninguno pudo pronunciar siquiera una palabra, solo analizar el desastre ante sus ojos. Si bien no sentía miedo, Sakura sentía que no podía respirar, sentía que se destruía en pedazos por ser testigo de todo este paradigma, ¿Cómo evitarlo?, ¿Por qué habían hecho esto?, ¿Qué valía lo suficiente para destruir el hogar de personas inocentes? Ese había sido su hogar desde que había tenido memoria, había sido feliz desde su nacimiento, sus ancestros habían vivido allí…pero nunca había esperado que sucediera algo como eso, nunca había creído ver todo cuanto había conocido siendo consumido por el fuego, era como si le arrancaran el corazón y lo destrozaran frente a ella pieza por pieza, esa era la única visión que tenía del infierno, la única que había podido imaginar, pero por un minuto deseo enceguecer para no ver semejante caos que la mataba con solo ser testigo de la devastación, el sufrimiento, las lágrimas, los gritos de todos los demás miembros de su clan cuando vieron el mismo horror que ella…por Kami, ¿Qué habían hecho para merecer todo eso?, ¿Qué crimen habían cometido? Las lágrimas resbalaron por sus mejillas antes de que pudiera evitarlo.
Lo primero que Sasuke escuchó tras la caída del Árbol-Madre, apoyándose en sus brazos para analizar lo que lo rodeaba, volviendo la mirada hacia Kakashi y Tsunade, fue un silencio ensordecedor, como aquel que había precedido a la caída del Árbol-Madre, un silencio tenso y que parecía no poder ser cortado por nada ni nadie…pero, pronto ese silencio fue roto por el sonido de los lamentos desgarradores de la Tsahik a su lado, y a estos se unieron los gritos y sollozos de todo los demás miembros del clan, hombres, mujeres, niños, ancianos, no importaba su edad, todos lloraban y se hallaban sumergidos en el más profundo dolor. Nada más escuchar aquellos gritos, Sasuke estaba seguro de que estos lo perseguirían hasta el día de su muerte, se dijo que aquello era su culpa, si es que no por completo, si lo era en parte y esa parte era un peso que jamás podría quitarse; Kakashi bajó la cabeza pesadamente y se cubrió el rostro distraídamente, estaba claro que estaba llorando, pero en contraste Sasuke no pudo hacerlo; apretó fuertemente los puños y los dientes, furioso, observando la destrucción con creciente rabia, entendiendo a los nativos ahora más que nunca; él había vivido en aquel lugar por tres meses, lo había sentido su hogar, y ahora veía como los "extranjeros" destrozaban todo lo que tocaban, como una enfermedad. En inquietante armonía, la totalidad de los gritos y lamentos de los Pueblos se fundieron en los oídos de Sasuke, mientras veía generaciones tras generaciones de las vidas de esas personas destruidos, y éstos apenas habían hecho un par de rasguños a los helicóptero y aviones; Sasuke no se sentía orgulloso de ser un "extranjero", solo sentía terror, pena, culpa, agonía y furia, muchísima furia.
—Muy buen trabajo, yo pago la primera ronda— aseguró Danzo, rompiendo con el silencio. —Vámonos— ordenó, habiendo terminado por hoy.
—Virando a la izquierda, rumbo a casa— secundó el piloto de inmediato, satisfecho de haber cumplido con su trabajo.
Por supuesto que la visión de Danzo Shimura era muchísimo más vacía y plana, él solo veía un árbol al azar—mucho más grande que cualquier otro que hubiera visto antes, eso había que reconocerlo—y que había sido derribado para continuar con años de trabajo y planeación de la RDA, una operación de la que él pretendía hacerse cargo, golpeando amistosamente el hombro del piloto y que se encargó de virar el avión para que pudieran regresar a Hell's Gate, como no tardaron en hacer los demás helicópteros que habían participado en la operación, permitiéndole esbozar una sonrisa ladina. Danzo no vio todos los muertos bajo el árbol, ni los heridos, y posiblemente su reacción habría sido la misma si los hubiera visto, porque para empezar no los veía como personas, quizás solo como meros números que eliminar para poder ganar otros números aún más valiosos, los de las ganancias que obtendrían el unobtanium que se extraería del suelo ahora que los nativos no eran un problema para continuar trabajando; si, esos números se veían mucho mejor, en la mente del Shimura las vidas de las personas eran meros números, números en los que creía era mejor no pensar y seguir adelante, ¿Es que cambiarían algo si se lamentaran? Estar en la milicia implicaba seguir órdenes, órdenes que él estaría encantado de dar, y ya era momento de quitar a Homura del camino. Mentalmente, todo en lo que Danzo pudo pensar era en celebrar a su regreso a Hell's Gate y tomar un buen trago, e invitar a todos sus hombres y subordinados leales una ronda como premio por sus esfuerzos, para así tenerlos contentos y poder contar con ellos cuando decidiera actuar nuevamente, porque la guerra no había terminado aún, por lo menos no para él…
—¡Padre!, ¡Padre!
Los gritos de Sakura rompieron con el crepitante eco de las llamas que se propagaban tras quemar las raíces del Árbol-Madre y que era el único sonido presente en el ambiente; había dado indicaciones a los miembros de su clan cerca suyo para que se alejaran del fuego y trataran de atender a los heridos, necesitando comenzar a moverse cuanto antes...pero, ella no había podido seguirlos, estaba demasiado preocupada por su progenitor, corriendo por el bosque e intercalando su mirada en cada punto, claro o espacio, sintiendo su corazón acelerarse por los nervios y ansiedad, antes de ahogar un jadeo de sorpresa al ver un cuerpo tumbado sobre el suelo, hacía el que no dudo en acercarse, rompiendo el llanto al reconocer que se trataba de su padre, ayudándolo a recostarse sobre el suelo y presionando sus manos sobre su abdomen; el Kelutral o Árbol-Madre era conocido por su firmeza y resistencia, sus raíces habían sido el epítome de esa confiabilidad y en nada extrañaba que los fragmentos de estas fueran metralla, como el fragmento incrustado en el abdomen de su padre y Olo'eyktan, y que provocaba que perdiera una gran cantidad de sangre. Todo había sucedido demasiado rápido para Dan, lo último que recordaba era a si mismo intentando ayudar a los demás miembros de su clan a alejarse del Árbol-Madre mientras este comenzaba a caer, y de pronto había sentido un abrumador dolor en el estómago mientras el Árbol-Madre caía, era casi como si la vida se le estuviera escapando gota a gota de sangre que perdía; Dan no se lamentaba de muchas cosas, la muerte siempre estaba al acecho, así debía verse la vida, solo lamentaba no ver a su hija, una inquietud que se esfumó cuando ella llegó a su lado, ilesa.
—Padre, ¿Cómo pudieron hacerte esto?— sollozó Sakura, intentando ejercer presión en la herida y parar el sangrado, no importándole ensuciarse las manos.
—Mi hija, mi princesa— arrulló Dan, alzando una de sus manos y acariciando el rostro de su hija. —Quiero que tengas mi arco— tendió, sosteniendo su arco con las escasas fuerzas que tenía y no queriendo que nadie salvo ella lo tuviera.
—No...— negó la pelirosa mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas, negándose a darlo por muerto como él ya parecía haberlo asumido.
—Protege al Clan Konoha, te lo dejo todo a ti— insistió el Olo'eyktan, sosteniendo sus manos entre las suyas.
Como Olo'eyktan, Dan siempre llevaba su arco consigo, un arco que había heredado en su juventud de su padre y este lo había hecho él mismo; en lugar de cuero, lo que rodeaba al arco estaba hecho de hueso de Ligre tallado y la madera era la más resistente, una verdadera obra maestra, un arma digno de un Olo'eyktan, y aunque debiera entregárselo a Gaara como su sucesor, Dan no se arrepintió de entregárselo a su hija, sosteniendo sus manos entre las suyas y aferrándolas al arco, confiando en ella para guiar al clan, puede que por haberse emparejado con Sasuke Uchiha—un "extranjero"—no pudiera convertirse en Tsahik, pero Sakura velaría por el bien del clan, Dan creía en ello, era su naturaleza pensar siempre en el bien de los demás antes que en el suyo y él sabía que siempre lo haría, esbozando una sonrisa mientras sentía un profundo sueño adueñarse de él, observando a su hija lo más posible y dejándose llevar por aquel sueño, diciéndose que podría verla desde lejos y que él iba a reencontrarse con Izumi y todos sus ancestros fallecidos. No pudiendo negarse a la última voluntad de su padre, Sakura sostuvo el arco con firmeza entre sus manos y se dedicó a contemplarlo largamente, no pudiendo o no queriendo ver a su padre morir delante de ella, ya había visto morir a Izumi y no sentía poder soportar otra pérdida semejante, mordiéndose el labio inferior y bajando la cabeza tan pronto como sintió la mano de su padre resbalar del arco y entre las suyas, lo que solo hizo que sus manos se envolvieran con firmeza alrededor del hueso de Ligre que componía este, cometiéndose cumplir con el deseo de su parte y velar por el bien del clan, sin importar que pasara con ella, como si fuera la única cosa valiosa en su vida.
—¡Sakura!— llamó una voz tan familiar para ella, pero en la que no pudo concentrarse.
Kakashi se había quedado con Tsunade, quien de alguna forma había superado su pena y se había dedicado a dar indicaciones a los miembros del clan para que evacuaran los restos del Árbol-Madre, atendiendo a todos los heridos o trasladándolos donde estos pudieran recibir atención, él por otro lado recorrió cada claro o espacio a su paso, ignorando las llamas que lentamente consumían la hierba, abriéndose paso a tientas entre los arbustos, con la garganta ardiéndole por el polvo y ceniza en el ambiente, pero él ignoró todo eso, moviéndose por el deseo de encontrar a Sakura, temiendo que estuviera herida. Finalmente, llegó a un amplio claro bordeado por el fuego, donde estaba la inconfundible figura de la pelirosa…arrodillada sobre el cadáver de su padre, el Olo'eyktan Dan Kato, atravesado en el abdomen por un afilado fragmento del Árbol-Madre, la pelirosa sosteniendo firmemente entre sus manos el arco de su progenitor, sollozando por lo bajo, con las lágrimas resbalando sus mejillas y aparentemente ajena a todo. Si la culpa que Sasuke sentía hasta ese punto era inmensa, ver aquella desgarradora imagen la aumentó de forma descomunal, su primer impulso fue aproximarse a Sakura, abrazarla por la espalda, decirle que no estaba sola, que él siempre estaría ahí para ella, que la entendía…pero, nada estaba solucionado, Sakura seguía viéndolo como un traidor y Sasuke sabía que se merecía ese trato, por lo que se acercó lentamente hasta ella, arrodillándose a su lado, y aunque deseó atraerla en un abrazo y recordarle lo mucho que la amaba, solo pudo alargar una de sus manos con tacto tembloroso para situarla sobre sus hombro, tanteando las aguas, esperando a que ella dijera algo, lo que fuera.
—Lo lamento, perdóname— rogó Sasuke, acariciando lentamente los hombros de ella intentando consolarla y no queriendo dejarla sola.
—Ya vete— sollozó Sakura sin alzar la vista, pero la presencia de él solo la hacía enfurecer, se sentía contagiada por su traición. —¡Lárgate!— se irguió rápidamente, obligando al Uchiha a hacer igual. —¡Vete de aquí y nunca vuelvas!, ¡Estás muerto para mí!— empujó sus manos contra su pecho para alejarlo aún más de ella, observando el dolor y la angustia en su mirada, mas no le importaba, él había ocasionado todo eso.
¿Creía que, en medio de su dolor, sería lo suficientemente estúpida para dejarse embaucar por él otra vez? Quería que se fuera, que volviera al lugar del que había venido, no quería volver a verlo nunca más, tal vez pudiera engañar a cualquiera al dar excusas para justificar porque había actuado como lo había hecho, pero no a ella, ya no, era exactamente igual que los otros "extranjeros" que ella había conocido y que la habían herido tanto en el pasado, un asesino, un traidor…no quería escucharlo. Cuando Izumi había muerto y había perdido a esa parte tan importante de su vida, Sakura no había sentido temor por la muerte, sino a la pérdida que eso traía, al vacío que radicaba en su pecho desde ese instante y por mucho tiempo había creído que podría ser invulnerable, pero ahora…todo era una decepción incomparable, Sasuke había renunciado a ella y con ello su mayor temor se hacía realidad, lo había perdido por culpa de sus decisiones, de sus intenciones y su corazón de "extranjero", solo estaba viva en aquel páramo yermo por obra de Kami, pero ya nada volvería a ser igual entre ambos. Aunque había esperado semejante por parte de Sakura, imaginarse algo era muy diferente a vivirlo en carne propia, quizás ingenuamente Sasuke había intentado convencerse de que todo cambiaría, que la fuerza de los sentimientos que tenían el uno por el otro haría que Sakura lo buscará, que ambos se perdonaran, él no podía imaginarse viviendo sin ella, y quería creer que Sakura sentía lo mismo, por lo que escuchar tanto desprecio en su voz, tanto dolor, lo tomó desprevenido e hizo que la observara en silencio y herido como nunca, mas no podía culparla, se merecía eso y más de su parte, aunque la realidad como una cuchilla.
Sasuke no quería creer que hacia solo un par de noches atrás se hubieran entregado el uno al otro con sinceridad, amor y devoción; sus sentimientos por ella no habían cambiado en nada, seguía amándola con todo su corazón, pero ahora podía ver lo nefasto en sus errores y quería enmendarlos desesperadamente, quería creer que todo mejoraría y que ellos a pesar de lo malo podrían—con el tiempo—volver a ser felices, estando juntos…pero si bien creía esto, su propio subconsciente se burlaba de él porque, tras todo lo ocurrido, ¿Realmente creía que ella lo perdonaría? No merecía su perdón, ojalá pudiera apuñalarse en el corazón y terminar con todo, ojalá pudiera darle a Sakura la satisfacción que ella merecía, pero no podía. No necesitando escuchar palabra alguna, cansada de palabrería inútil con quien no la merecía, Sakura dio la espalda al Uchiha, ignorando a este por completo, como si ya no estuviera ahí, como si no existiera, y en parte era así, porque ya no podía reconocer en él al hombre que amaba, porque él la había herido más que cualquiera de sus enemigos, arrodillándose de nueva cuenta junto al cadáver de su padre, sosteniendo sus manos entre las suyas, rompiendo en llanto y recostándose sobre su pecho, abrazándolo, no queriendo que—aunque sonase tonto—se sintiera solo y abandonado, queriendo transmitirle lo mucho que lo amaba. Sasuke observó a Sakura en completo silencio, cerrando los ojos con dolor y frustración al escuchar sus desgarradores sollozos, sus gritos de dolor resonando con los distantes sollozos y gritos de los restantes miembros de su clan, todos sufriendo por su causa; merecía que Sakura lo odiara, y esta vez Sasuke se odiaba a sí mismo como nunca había creído posible.
Ojalá pudiera desaparecer, ojalá no existiera.
Hell's Gate
Lejos de la batalla o ataque que estaba teniendo lugar—batalla implicaría una contienda igualitaria entre dos—, Homura no quería perderse de nada lo que ocurriera y sabía que los helicópteros de los soldados y el avión en que había partido Danzo tenían cámaras conectadas a la sede de Hell's Gate, por lo que ordenó a sus subordinados que transmitieran las grabaciones al laboratorio en que trabajaba el Programa Avatar, donde él aguardaba a que Sasuke y Kakashi abandonaran las Cámaras de Enlace. Homura, los militares que lo acompañaban y todos los científicos del Programa Avatar fueron testigos de todo a través de las cámaras de operaciones de la RDA, vieron cómo se lanzaba gas lacrimógeno a los miembros del clan Konoha—quizás no todos los efectos de quienes eran atacados—, vieron como luego eran repelidos con lanzallamas, y como finalmente los misiles eran apuntados y disparados en la trayectoria de las raíces del enorme "Árbol-Madre", y luego vieron al enorme árbol desplomarse y aplastar a solo Dios sabía cuántos hombres, mujeres, niños o ancianos. Los rostros de los científicos del Programa Avatar eran sombríos, todos o apartaban las miradas; como fue el caso de Suigetsu, apretando fuertemente las manos mientras tenía los brazos cruzados, furioso; o habían roto en llanto como era el caso de la doctora Konan, quien era consolada por sus colegas mientras se desplomaba de rodillas en el suelo, y no eran pocos los que tenían lágrimas en los ojos. Homura fue testigo de todo aquello, y de inmediato comprendió que la oportunidad que él había dado a Sasuke y Kakashi había llegado a su fin, debía traerlos de vuelta o su autoridad se vería aún más quebrada de lo que ya se había dañado.
—Proceda rápido— ordenó Homura, ante lo que los militares no dudaron en obedecer.
—No, no…— protestó Rin intentando frenar su avance, pero siendo hecha a un lado.
—Oiga, no pueden hacer eso— secundó Shisui, intentando detenerlos en vano.
—No pueden hacerlo, ¡Es peligroso!— la mayor oposición sin duda vino de Suigetsu, que se negó a dejarlos pasar.
Nada más escuchar la orden de Homura, y ante la que los militares presentes en el laboratorio no dudaron en proceder, comenzó un incesante forcejeo dirigido por Suigetsu, que les bloqueó el paso hacia las Cámaras de Enlace, propinando un certero golpe a uno de los soldados, y que desgraciadamente no pareció servir de mucho, este ni siquiera se vio afectado por el golpe, agradeciendo que uno de sus compañeros retuviera al Hozuki en tanto el militar se volvía hacia la pantalla de la Cámara de Enlace en que se hallaba el doctor Hatake y oprimiendo el botón de apagado de la maquinaria. Suigetsu ya había estado presente al momento en que el Coronel Shimura había apagado las Cámaras de Enlace de Kakashi y Sasuke días atrás, agradecía que a ninguno de los dos les hubiera ocurrido algo, pero no podía estar seguro de ello esta vez, había tantas conexiones neuronales implicadas en la vinculación de un cuerpo y mente con su Avatar, que el Hozuki estaba convencido de que nadie podía dimensionar de los riesgos que había por apagar un equipo tan delicado tan abruptamente, pero no tuvo mayor oportunidad de protestar, pues el militar que lo retenía, lo forzó a acercarse una barandilla del pasillo, esposándolo a esta para que no pudiera intervenir. Muy lejos y ocupado en ayudar a la Tsahik a evacuar a los niños y las mujeres embarazadas, Kakashi se movía por los restos del Árbol-Madre rodeado de ceniza, cuando abruptamente sus ojos se cerraron sin que pudiera evitar o anticiparlo, desplomándose sobre el suelo del bosque y despertando el inmediato temor de los niños que lo rodeaban y chillaron de temor, haciendo que Tsunade volviera la mirada por sobre su hombro para saber qué pasaba.
—¡Tsahik!— llamó uno de los niños, saliendo de su sorpresa inicial.
—El Maestro…— suspiró una niña, corriendo junto al inconsciente Hatake
Sintiendo que cada problema no era sino una mosca en el oído en relación con todo el dolor experimentado, Tsunade indicó a los niños que la ayudaran a armar una improvisada camilla en tanto ella se acercaba al Hatake para examinarlo y comprobar que se hallaba bien, solo que inconsciente, ¿Y por qué razón?, ¿Cómo saberlo? Por otro lado, Sasuke se hallaba deambulando por el bosque tras haberse separado de Sakura, derrumbado de derrota tras ver el dolor que la pelirosa estaba experimentando, debatiendo aun—a cada paso—si debía volver y consolarla, mas sabiendo que solo la lastimaría si lo hacía, por lo que se movió por el bosque en busca de Kakashi y Tsunade, recordando el camino que estos habían tomado, mas moviéndose lento, como esperando que Sakura lo alcanzara o buscando seguirla a lo lejos para saber que ella estaría a salvo. Yo era un guerrero que soñaba con llevar la paz...pero tarde o temprano siempre tienes que despertar, la mente de Sasuke estaba sofocada por la neblina, no una neblina física, aunque sí había una, conformada por la humo de las llamas del Árbol-Madre, sino también psicológica por el reciente tumulto, mas nada lo afectaba emocionalmente, todo lo que sentía era odio por sí mismo, por sus acciones y el dolor que había causado Al mismo tiempo que, en Hell's Gate, uno de los militares oprimía el botón de apagado en su cámara de enlace, su Avatar se desplomó inconsciente sobre el suelo del bosque, a su suerte, forzándolo a regresar a su verdadero cuerpo y el Uchiha ni siquiera tuvo oportunidad de enfocar su visión cuando la tapa de la Cámara de Enlace se elevó y uno de los militares lo obligó a erguirse, cargándolo sobre su hombro como un peso muerto, ignorando los gritos que lo rodeaban.
Los gritos eran de Suigetsu, aún esposado al barandal y que finalmente fue liberado, pero solo para ser conducido fuera del laboratorio por uno de los militares, en tanto otro cargaba a Sasuke y un tercero obligaba a Kakashi—quien también gritó y protestó—a caminar, sin que ninguno de los demás científicos del Programa Avatar pudiera hacer algo para ayudar, la fría mirada que Homura les dirigió a todos sin pronunciar una sola palabra lo dejó claro, retirándose tras los militares e impidiéndoles moverse. De regreso en las ruinas del Árbol-Madre, los miembros del clan Konoha continuaban evacuando a sus heridos, a los sobrevivientes, afectados o indemnes, arrestando en camillas a quienes no podían caminar por sí mismos o montar a lomos de los Mustang, como fue el caso de Kakashi, junto a quien se mantuvieron muy cerca los niños y niñas, Sakura lo vio y se sintió aliviada de que estuviera bien…pero, aunque sintió la mirada de su madre, quien se situó a su lado, Sakura apenas dirigió una mirada de despedida y dolor a los restos ardientes del Árbol-Madre, el lugar en que había vivido desde su nacimiento y como habían hecho quienes la habían precedido, antes de finalmente dar la espalda a la imagen, negándose a mirar atrás. Tsunade pensó en decir algo, pensó en nombrar a Sasuke, pero sabía que ello solo detonaría el mayor dolor de su hija, por lo que eligió callar y seguirla muy de cerca; mentalmente, sintiendo cada paso como una puñalada en su corazón, pensando en todo el daño infringido y todo lo que había perdido, Sakura rezó para que los "extranjeros" estuvieran contentos con la demolición y destrucción que habían causado y que no los siguieran, ya era demasiado dolor, demasiado sufrimiento…
Camino al Árbol de las Almas
Sintiéndose en agonía, no física, sino que emocional, solo caminando y moviéndose por la noción del deber mientras ella y el resto de los supervivientes del Clan Konoha marchaban hacia el Árbol de las Almas tras la destrucción de su hogar, llevando el arco de su padre en el carcaj de su espalda. Para tratar de distraerse Sakura se enfocaba en pensar que su dolor no era único pues casi todos los miembros del Clan habían perdido a un ser querido y no por ello se dejaban paralizar por la pena, sino que ello los empujaba a la acción, tener algo que hacer ayudó a Sakura a distraerse, pero nada evitó que pudiera pensar en Sasuke, sentía un profundo dolor por estar separada de él y se sentía culpable por haberlo abandonado. Los ojos de Sakura recorrieron a los demás miembros de su clan, afortunadamente muchos habían sobrevivido al ataque de los "extranjeros" y la caída del Árbol-Madre, pero también habían perdido a muchos, amigos, aliados, hermanos…la pelirosa bajo de su caballo al mismo tiempo en que vio a Gaara y sus subordinados de confianza. Debería estar enojada, y en el fondo lo estaba, deseaba entender porque había ocurrido todo aquello, ya había transcurrido un largo día de marcha ininterrumpida, pero el miedo, la ansiedad y la aflicción rondaban su interior; confiaba en Sasuke, no en los "extranjeros", pero confiaba ciegamente en el hombre que amaba, y ahora la Haruno era azorada por una brutal culpa por las decisiones que había tomado, sabía que los niños del clan habían cargado con el Avatar de Kakashi, pero…¿Y Sasuke? Tratando de distraerse de su propio tormento emocional, diciendo que ella no era importante, Sakura se acercó a Gaara, quien despidió a su grupo tras hablar con ellos, concentrándose en ella:
—¿Cómo están todos?— preguntó Sakura, queriendo estar informada de todo.
—Cansados, pero bien— contestó Gaara de inmediato, analizándola atentamente.
—Acamparemos aquí, es sensato proseguir mañana despuntando el alba— comunicó la Haruno, considerando que todos merecían descansar de tan desgarradora experiencia.
—Pienso igual— asintió el Sabaku, complacido de que siguieran pensando harmoniosamente. —Ya me encargué de elegir a unos hombres que recolectaran comida y todo lo que necesitemos— comunicó, ante lo que ella asintió, satisfecha. —Sakura, ¿Estás bien?— consultó cuando está pretendió darle la espalda para retirarse.
—Por supuesto— contestó la pelirosa con una fingida sonrisa. —Gracias, Gaara— apreció, conmovida de que él tuviera tiempo para pensar en ella.
El Sabaku siguió con la mirada a la Haruno, sabiendo que ella solo estaba hablando para agradar a todos como siempre, volviendo a ser la Sakura de siempre, la que seguía la reglas…mas, mentalmente Gaara deseo que no lo fuera, le tenía envidia a Sasuke Uchiha por despertar tantos deseos de libertad, alegría y emoción en alguien que él había creído conocer, comprendiendo verdaderamente en ese momento que Sakura nunca sería para él, mas prometiéndose protegerla como la hermana que siempre había sentido que era para él. Era doloroso, pero Sakura sabía que no podía seguir con su vida como si nada hubiera pasado, le faltaba una parte de su ser; si no tenía a Sasuke los colores desaparecían del mundo, su cuerpo perdía calidez, cada respiro era de tristeza y solo quería sumirse en un sueño tan profundo como para no volver a despertar, mas el error que había cometido para con él era demasiado grande, le había dado la espalda, lo había abandonado, había permitido que la ira nublara su juicio, lo había abandonado…Pese a todo lo que Sasuke hubiera hecho o en lo que se había visto implicado, ella no podía odiarlo, claro que lo había insultado y acusado, diciéndole incluso que estaba muerto para ella, más esto nunca sucedería, ¿Cómo podría odiarlo? Ocupada en velar por las mujeres embarazadas y los niños más pequeños,—aquellos que no tenían nociones de caza aún o no las suficientes, siendo indefensos—, Tsunade se aproximó al Avatar de Kakashi, quien continuaba inconsciente, como si estuviera dormido, y ello la hizo pensar en Sasuke, nadie lo había visto desde su huida y Sakura ni siquiera había tocado el tema, como si se hubiera desentendido de él; irguiéndose tras examinar al durmiente Hatake, Tsunade guio sus pasos al encuentro de su hija, que parecía pretender acercarse a ella.
—Muchos de nuestros guerreros están muertos— señaló Tsunade observando atentamente a su hija, quien asintió en silencio. —Sasuke tenía razón, los extranjeros son demasiado fuertes— la mirada de su hija estaba lejana, apartada, en cualquier parte menos ahí. —Necesitamos ayuda de nuestro Gran Padre, debemos orar ante el Árbol Sagrado— su único hogar posible hasta nuevo aviso sería el mismo Árbol de las Almas.
—Lo sé, madre— pronunció Sakura, tanto porque era así como por obligación.
—¿Qué tienes, Sakura?— inquirió la Tsahik, haciendo que su hija enfocase su atención en ella. —Sé que crees que soy mala escuchando, pero puedo ver que algo te inquieta y hace sufrir— ese dolor no la abandonaba, estaba detrás de sus ojos como una sombra. —¿Qué es?— insistió, deseando ayudarla de ser posible como su madre.
—Quizás es un error y este mal, pero...quiero volver a verlo, mamá, quiero abrazarlo y disculparme— suspiró la pelirosa con la voz quebrada por la melancolía y añoranza, —lo que hizo fue una traición, pero sería una traición aún mayor si lo abandonara— esa era la mayor creencia del clan; cuando dos personas unían sus vidas, no podían traicionarse el ni abandonarse, y ella ya había errado lo suficiente. —Quiero enmendar todo lo que dije e hice, ¿Está mal?— inquirió, sintiendo los brazos de su madre a su alrededor.
—No, porque estás enamorada— sosegó la rubia con una amable sonrisa. —Nunca se rindió, hasta los últimos momentos trato de ayudar a nuestra gente, de hacer que nos replegáramos para salvarnos al igual que hizo Kakashi— reveló, no habiendo tocado el tema hasta ahora por respeto a su hija. —No sé porqué hizo lo que hizo, pero sí estoy segura que su corazón es puro y que para bien o para mal sigue siendo parte de nuestro clan— no lo disculpaba, pero creía que merecía ser escuchado. —Ve a él— instruyó, sabiendo que de otro modo su hija no podría estar en paz consigo misma.
—Pero...¿Y el clan?— inquirió Sakura, sorprendida por oír aquellas palabras de ella.
—Conocemos el camino hacia el Árbol de las Almas— obvió Tsunade, sonriendo ante la preocupación de su hija, —ahora es momento que tú sigas el camino que te dicta tu corazón— solo Kami sabía que se requeriría de ella en los días venideros.
—Gracias, mamá— sonrió la pelirosa, abrazando a su madre con todas sus fuerzas.
—Cometí un error durante todos estos años respecto a ti— admitió la rubia, rompiendo lentamente el abrazo. —Lamento todo lo que dije y la bofetada— se disculpó, ante lo que Sakura intentó protestar. —Eres más de lo que podría haber imaginado que serías, y estoy orgullosa de ver la mujer que eres. No eres como Izumi, ni tienes porque serlo, sigue lo que le dé luz a tu corazón y ama a quien Kami te diga que ames— dejó en claro, viéndola a los ojos en todo momento. —Que el Gran Padre te guie— deseo, confiando en ella.
Tsunade había sido joven también, y aunque le había sido más fácil cumplir con los requerimientos y lo que su clan deseaba de ella, inevitablemente se había enamorado de su fallecido esposo Dan y él se había enamorado de ella, ambos habría cumplido con su deber si el amor les hubiera faltado…pero, todo habría sido infinitamente difícil, y Tsunade quería que su hija fuera feliz, sabia—tras haberlo juzgado por si misma—que Sasuke y ella lo serían, y como guerrero el Uchiha sería fundamental en lo que fuera necesario para sobrevivir, ahora Tsunade comenzaba entender porque lo habían conocido en primer lugar, pero estaba ansiosa por saber más. Sonriendo a su madre, Sakura cerró los ojos un momento para serenarse; desde que conocía a Sasuke, todo en su vida había tomado un nuevo sentido—positivo o negativo, por obvias razones—, había aprendido que seguir su corazón y eso no era en absoluto un error, en contraste con lo que su clan siempre le había enseñado, era su deber oír a su corazón y él se lo había enseñado con amor, con ternura, permitiéndole abrirse a la esperanza, a ilusión…Manteniéndose al margen tanto por sus deberes como parte del clan, como por respeto al momento entre madre e hija, mas estando igualmente preocupado, Gaara escuchó parte de la conversación entre Sakura y Tsunade, apretando los puños con frustración por pensar en el sufrimiento que el "extranjero" continuaba provocándole a Sakura y no sabiendo si él era digno del inmenso amor que ella le profesaba, mas ¿Era sensato detenerla? Despidiéndose de su madre, no precisando de palabras extra, Sakura le dio la espalda y avanzó hacia su caballo con andar decidido y veloz, sintiendo a Gaara unírsele, aunque trato de no pensar en ello.
—¿Es cierto?, ¿Vas a reunirte con ese "extranjero"?— interrogó el Sabaku sin poder evitarlo, haciendo que ella detuviera su andar.
—Gaara...— suspiró la Haruno, situando sus manos sobre el lomo de Pepper.
—Te traiciono, nos traicionó a todos— recordó el pelirrojo, mas ella solo subió al lomo de su caballo. —No vale la pena— obvió, ante lo que ella le dirigió una mirada muy seria.
—Nuestra creencia dice que nunca se deja a nadie atrás, todos somos uno, el clan está primero que el orgullo o el desprecio— citó la pelirosa, como había aprendido. —Sasuke ayudó a muchos, no es menos que cualquiera de nosotros, cometió un error, y reconocerlo e intentar seguir el camino recto merece ser considerado, especialmente si se trata de un miembro del clan. Todos deberíamos aprender de ello— Sasuke había mostrado una lealtad única. —Como Olo'eyktan que eres, te dejo a cargo, y como amigos y hermanos que siempre hemos sido, Gaara, te pido de todo corazón que aceptes a Sasuke cuando vuelva, porque vendrá conmigo— alertó, encomendándole la seguridad del clan.
—Respetare la decisión que tomes— asintió Gaara, solo por ella, —pero si ese hombre vuelve, deberá probarme su lealtad y compromiso con acciones— aclaró, pretendiendo juzgar muy severamente al Uchiha y no hacerle la vida fácil a su regreso.
—Sea— asintió Sakura, no pudiendo oponerse. —Que Kami los acompañe— deseó en voz alta, prometiendo reencontrarse con ellos en el Árbol de las Almas.
—Y a ti— correspondió el ahora Olo'eyktan, inclinando ligeramente la cabeza.
Era la regla más importante del clan, la traición era algo imperdonable, el clan y la sociedad nativa no creía en ello y por ende lo castigaban con mucha dureza, pero así como los nativos no creían en ello y lo sancionaban, no podían dar la espalda a uno de los suyos, ello equivaldría a la traición y no podían permitirlo, quizás Gaara pudiera actuar con más firmeza y concentrarse únicamente en su deber, pero ella no, intercambiando una última mirada con el Sabaku antes de halar de la crin de Pepper, golpeándole ligeramente los costados con los talones de sus botas, ante lo que está emprendió veloz galope como respuesta. Normalmente Sakura corría a lomos de Pepper por el placer de hacerlo, pero no esta vez, había mucho más en juego y por lo que la Haruno haló de la crin de esta y le rogó que corriera lo más rápido posible, pero no corriendo hacia las ruinas del Árbol-Madre, puede que el Avatar de Sasuke estuviera ahí, pero si estaba en lo cierto, su verdadero cuerpo estaba lejos, y él le había dicho que Kakashi, Suigetsu, Karin y él tenían un asentamiento en las Montañas Danxia, y hacia allí se dirigió. Si para Gaara era extraño que ella hubiera perdonado a Sasuke—no podía odiarlo, no sin tener claras sus razones, queriendo escucharlo y entenderlo todo—, este cúmulo de emociones no negativas hacia él también la sorprendía; no odiaba a Sasuke, no es que no lo hubiera intentado, en su minuto había confundido la ira y frustración con el odio, pero ahora comprendía que lo seguía amando, y aún más que la última vez, cuando habían sido felices, antes de que toda la alegría se transformara en pérdida, y no quería que la esperanza de ese futuro que él le había transmitido se perdiera, por eso debía y quería ayudarlo.
Esperaba poder lograr su perdón.
Sector 26, Montañas Danxia
Todo había sucedido demasiado rápido para Karin, lo primero que había creído que sucedería a su regreso a Hell's Gate es que sería sancionada, después de todo había sido la única de los pilotos presentes al momento del ataque al "Árbol-Madre"—como Sasuke, Kakashi y Suigetsu siempre se referían al hogar de los Konoha, o antiguo hogar en este caso—, pero asombrosamente nada de eso había pasado, el ánimo del Coronel Shimura al regresar había sido tan festivo, estaba tan seguro de su victoria o tan convencido de las decisiones que había tomado habían sido las acertadas. Por supuesto que Karin no se había unido a la celebración, y enterarse—sola en su habitación—por Shisui que Sasuke, Kakashi y Suigetsu estaban encerrados como prisioneros tras intentar ayudar a los Konoha, no ayudo en nada; la Kanako de hecho, pidió un permiso a su superior el Coronel Shimura, necesitando cambiar de aire o sentía que iba a volverse loca, aunque no lo dijo con esas palabras, simplemente señalo que había dejado muchas de sus pertenecías y elementos útiles en el Enlace Móvil del sector 26. Afortunadamente, el Coronel Shimura, quizás por la sensación de victoria presente en el aire, no hizo ninguna pregunta, le dio permiso, y tras llegar al Enlace Móvil, bajando de su helicóptero, la piloto ingresó a su "antiguo hogar", soltando un sonoro suspiro, encontrando su botella de brandy bajo su litera, donde la había dejado el primer día, abriendo la botella y dando un largo trago, deseando embriagarse hasta perder el sentido y olvidarse de todo lo que había ocurrido hasta ahora, no sabiendo cómo ser útil para ayudar a sus amigos a ser liberados, paseándose monótonamente por el espacio del Enlace Móvil, deprimida a la par que aletargada por el alcohol, que ya la había embriagado, pero no lo suficiente.
—Adiós mundo cruel, ya nunca volveré; digan adiós a Karin, ella se ira— pronunció la Kanako, carente de todo humor, mas siendo interrumpida por un ligero golpe contra la puerta. —Más vale que no sea un maldito conejo— gruñó, molesta con todo.
No había nadie en kilómetros y kilómetros, los "nativos" no se acercaban a aquel lugar ni aunque sus vidas dependieran de ello, detestaban a los "extranjeros" y todo lo que tuviera que ver con ellos, en cierto modo Karin podía considerarse a salvo, avanzando hacia la enorme puerta que separaba el interior del exterior, alargando la mano para dejar la botella de brandy sobre la mesa y finalmente volcándose a abrir la primera puerta, abriendo los ojos con asombro al hallar al "enemigo" frente a ella. Karin sabía quién era, había pasado suficiente tiempo escuchando a Sasuke dar reportes a Kakashi o grabar bitácoras para el coronel Shimura, y ambos habían sido lo suficientemente amigos a lo largo de aquellos tres meses para que la Kanako reconociera a Sakura Haruno con solo verla, pero tener la "retorcida" visión de los militares de cómo eran los "nativos" la había hecho deformar aquella imagen, había estado preparada para ver a una criatura salvaje, no a una mujer de envidiable belleza, tan parecida a cualquier ser humano que ella hubiera visto en su vida, y ello la hizo entender lo errado que era el conflicto que estaban viviendo. Sakura estaba agitada, Pepper había corrido más rápido que nunca y ahora aguardaba fuera del Enlace Móvil, recuperando energías en tanto que ella había corrido frenéticamente hacia la puerta, abriendo y cerrando está a su paso, recordando sus modales y llamando a esta, aguardando hasta que esta se abrió por Karin, la piloto y amiga de Sasuke, Kakashi y Suigetsu. Conteniendo una sonrisa nerviosa a la par que divertida, Sakura no pudo evitar preguntarse si la piloto había estado tan cerca de un "nativo" alguna vez, pero de inmediato comprendió que no, y de ahí su sorpresa.
—Hola— saludó Sakura, siendo la primera en romper el silencio.
—Hola— secundó Karin, saliendo de su incredulidad. —¿Eres Sakura? Adelante— más bien afirmo, invitando a la pelirosa a pasar. —Me han hablado mucho de ti— comentó, cerrando la puerta a su espalda, impresionada por poder conocerla finalmente.
—Tú debes ser Karin, también me han hablado de ti— correspondió la pelirosa con genuina admiración. —Lamento importunar, pero sentí que tenía que venir— se disculpó, esperando no ser un problema. —¿Puedo ver a Sasuke? Por favor— solicitó, necesitando hablar con él cuanto antes y enmendar las cosas.
—Quisiera decir que sí, pero solo vine aquí para recuperar un par de cosas y embriagarme antes de ser asignada a un trabajo indeseable— negó la pelirosa, despertando la confusión de la pelirosa. —Suigetsu, Kakashi y Sasuke son prisioneros en Hell's Gate, fueron vistos como traidores por intentar impedir que derribaran el Árbol-Madre. Permanecerán en una celda hasta que se considere conveniente extraditarlos— informó, apesadumbrada de solo recordarlo.
—No...Debe haber algo que se pueda hacer— jadeó la Haruno con incredulidad y preocupación entremezcladas. —Cometí un error, le di la espalda a Sasuke y no debería haberlo hecho, pero quiero enmendar mi error— admitió en voz alta, sintiéndose más miserable y culpable que nunca. —Por favor, si hay algo que se pueda hacer, estoy dispuesta a lo que sea— suplicó, observando desesperadamente a la pelirroja.
—Realmente quisiera decir que hay algo que hacer…pero no sé me ocurre nada— bufó la Kanako, revolviéndose el cabello con nerviosismo. —Tenemos a todos los científicos del Programa Avatar de nuestro lado y aunque conocemos formas de intentar sacarlos, no disponemos de manos suficientes. Los científicos están bajo sospecha y no podemos arriesgar sus vidas— Shisui le había expuesto un plan, pero era demasiado riesgoso. —Y aunque yo quisiera liberarlos por mi cuenta, necesito operar el Sansón o no podremos salir— necesitaban a alguien que pudiera entrar sin ser detectada o llamar la atención.
—Me gustaría ayudar, pero no hay forma en que un nativo pueda entrar en ese lugar sin que lo maten antes— consideró Sakura en voz alta, haciendo que la pelirroja la observase con una sonrisa ladina. —¿Qué?— inquirió, no entendiendo su expresión.
—Se me acaba de encender el foco— contestó Karin, rodeándola con andar lento y ojos analíticos. —Según Sasuke me dijo eres guerrera, y tienes una actitud estéticamente disciplinada como los soldados. Además, tú altura y físico concuerdan con el estándar— recordó en voz alta, admitiendo que la pelirosa tenía el aspecto perfecto para su plan. —Sabes relacionarte con los extranjeros, ¿cierto?— se le hizo curioso y divertido referirse a sí misma y su mundo como "extranjeros".
—Kakashi me lo enseñó, sé de sus jergas, y lo que no sabía lo aprendí de Sasuke— asintió la pelirosa, esbozando una tenue sonrisa al entender. —Lo que quieres es que entre en Hell's Gate haciéndome pasar por un soldado y los libere— predijo, debiendo admitir que era un plan muy astuto, aunque no del todo factible desde su punto de vista.
—Ese es mi plan, así, si llegamos juntas, podré quedarme en el Sansón y tener el rotor encendido para huir rápidamente— completó la pelirroja, feliz de que lo entendiera. —Tenemos a gente de confianza dentro de Hell's Gate, por lo que podrán darte una identificación falsa, y tengo un uniforme que te quedará, por lo que pasarás inadvertida. Shisui te guiará dentro, es de confianza, créeme— explicó, con intención de convencerla.
—Te creo, pero creo que tú no has pensado en algo— difirió la Haruno, no teniendo problema en ayudar si a eso se refería.
—¿Qué me salte?— preguntó la Kanako, repitiendo el plan en su mente y no viendo fallas.
—Todo es ingenioso y estoy de acuerdo con tu plan, pero no podré pasar inadvertida, mi cabello me hará destacar en cuanto crucé el umbral— señaló Sakura, pasando una mano por su distintivo cabello rosado; su color natural la diferenciaba de los extranjeros.
—Tranquila, ya lo tengo cubierto, sígueme— indicó Karin con una sonrisa entusiasta, dirigiendo sus pasos hacia el pasillo que daba con la habitación conjunta de todos. —Mi peluca favorita para camuflar mi maldito tinte pelirrojo— anunció, extrayendo cuidadosamente una peluca castaña de la caja con sus pertenencias. —Iba a usarla en una cita con un galán nivel dios griego, si sucedía— comentó con una sonrisa soñadora. —No juzgues— agregó, ya que eran mujeres y esperaba pudieran entenderse entre sí.
—No lo haré— sosegó la pelirosa con una sonrisa, entendiendo de qué hablaba. —¿Crees que me quede?— consultó, queriendo resultar convincente y ejecutar su plan.
—Déjame ver...— la pelirroja se volvió hacia y, con cuidado, acomodó la peluca sobre su cabeza. —Perfecto, creo que incluso se te luce mejor que a mí— celebró, acomodando los mechones de cabello, peinándolos con sus manos.
Riendo por lo bajo ante las palabras de Karin, Sakura se acomodó nerviosamente el cabello de la peluca, siguiendo los pasos de la pelirroja y que la guio hacia un espejo pequeño que colgaba de una de las paredes contiguas para que pudiera observarse en caso de que no creyera ser lo suficientemente convincente; Karin verdaderamente estaba sorprendida, saber de los "nativos" por las enseñanzas de Kakashi—quien siempre tenía algo que decir respecto al tema, fuera uno científico o no—y Suigetsu era una cosa, pero ver a alguien y comprender que era verdaderamente una persona era algo completamente diferente y la tomó por sorpresa lo humana que se veía Sakura, lo similar a ella misma, con una conducta tan estricta a nivel personal como para ser comparada con un militar. Observando su reflejo a través del pequeño espejo, Sakura pasó sus manos por las lisas hebras castañas de la peluca que ocultaba eficientemente su largo cabello rosado, recibiendo un moño de parte de la Kanako—quien alargó su mano por sobre su hombro—y que envolvió al cabello de la peluca para formar una coleta baja, teniendo cuidado de examinar detalladamente que ninguna de las hebras rosadas de su cabello se filtrara hacia adelante, agradeciendo que sus ojos esmeralda parecieran tan naturales en relación con la peluca, diciendo que eso sería lo más "extranjera" que luciría en su vida, y debía hacerlo por el bien de Sasuke, esperando que bastará. Satisfecha consigo misma y su reflejo, a la par que ansiosa por obtener aprobación, Sakura volteó a ver a Karin, quien asintió con vehemencia haciéndola sonreír y transmitiéndole seguridad; resultaría, ambas prometían dar todo de sí y hacer que el plan resultará en un éxito…
PD: Saludos queridos y queridas, prometí que actualizaría esta semana y lo cumplo, esperando como siempre poder cumplir con lo que ustedes esperan de mi, agradeciendo su apoyo y deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado :3 Las siguientes actualizaciones serán "Kóraka: El Desafío de Eros", luego "El Rey de Konoha", y por último "El Origen del Clan Uchiha" :3 Esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga Ali-chan 1966 (por apoyarme y ser mi editora personal, no sé que seria de mi sin ella y por lo que le dedico esta historia como todas aquellas desde que somos amigas),a ZoyeZest (agradeciendo sus hermosas palabras y dedicandole esta historia por lo mismo, esperando honrar su predilección), a Guest (agradeciendo su apoyo y dedicándole esta historia por lo mismo), a Jeyli05, La Esposa de Castiel, Raven Nevra, Vquesada0906, jorgejonathanrs, Yara Barrios, A.L.R5, gabi2801, Isabel Vazquez y yhevelbonilla (por seguir esta historia y lo que aprecio infinitamente dedicándoles este fic como agradecimiento), y a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besos, abrazos, bendiciones y hasta la próxima.
Personajes:
-Sasuke Uchiha como Jake Sully -Sakura Haruno como Neytiri
-Tsunade Senju como Mo'at -Dan "Katou" Haruno como Eytukan
-Kakashi Hatake como Grace Augustine -Suigetsu Hozuki como Norm Spellman
-Gaara Sabaku como Tsu'tey -Karin Kanako como Trudy Chacon
-Itachi Uchiha como Tom Sully -Izumi Haruno como Sylwanin
-Danzo Shimura como Miles Quarich -Homura Mitokado como Parker Selfridge
Traición, Ataque & Cambios: Para la escena en que Sasuke admite haber traicionado al clan, y la reacción de Sakura, me base netamente en las actuaciones originales de Sam Worthington y Zoe Saldaña en Avatar, estudiando sus expresiones y vocalizaciones, queriendo ser lo más fiel posible a sus interpretaciones originales, incluyendo los diálogos, aunque dándole tintes propios, lo que también desarrollo en el encuentro entre Sasuke y Sakura tras el ataque de los "extranjeros". Para las escenas de ataque pro parte de los militares, trate de pensar de forma más neutral, basándome en testimonios reales sobre que se pierde el valor de la vida, de ahí que los pensamientos de personajes como Danzo parezcan carentes de sentimientos, porque ese es el punto. En este capitulo dejo en claro los cambios que empiezo a hacer, y que involucran a la trama; en el guion original de Avatar, Neytiri estaba tan herida por la traición de Jake que básicamente lo dejaba a su suerte y no profundizábamos en el conflicto de pareja entre ambos ni como individuos en la trama, aun cuando ella parece perdonarlo cuando regresa como Toruk Makto. No es que Sakura haya perdonado a Sasuke, pero su amor por él es tan fuerte que quiere darle la oportunidad de defenderse, lo ama y quiere escucharlo, quiere entenderlo y al mismo tiempo sabe que él es necesario para ganar la guerra en que se hallan, y abandonarlo va en contra de las enseñanzas de su clan, de ahí que lo busque con tanta vehemencia para el final del capitulo. Ya en el próximo capitulo veremos que hará Sakura exactamente y como los nativos contraatacaran a los "extranjeros", por lo que esperen atentamente y comenten si tienen alguna critica, idea o sugerencia en concreto por favor.
También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: un fic inspirado en un What If de la Dinastía Romanov, que aún no tiene título, "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer) :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3
