¡Aquí estoy! Morí, pero a la vez sobreviví (¿?). Sí, ha pasado algo de tiempo, y francamente no tengo ninguna excusa para presentar, puesto que la inactividad no es definitivamente un argumento que pueda poner. Bueno, mejor doy respuestas a los comentarios y acto seguido comienzo el capítulo:
Zaisoooh: Generar ese pequeño problema con la sensibilidad de las chicas mágicas fue la idea que yo venía esbozando prácticamente desde el mismo día que surgió la idea del fic en sí, y tomando en cuenta el rumbo de la historia, igual no hace falta ser un iluminado para deducir lo que se viene.
Gerendo01: A ver qué tan corto te llega a parecer este capítulo, que creo que resulta un poco más largo que el anterior xD. Bueno, es verdad que aquí trabajo con un rango de tres a cuatro mil palabras, o puede que ponga unas cuantas palabras más, en comparación con las cuatro a cinco mil palabras que tú mismo tiendes a estilar cuando te inspiras. Y en vista de que ahora toca explicar el tema de la insensibilidad sexual de las chicas mágicas, obviamente se va a tener que hablar un poco sobre el sexo en sí.
¿Puedes encarar tus sentimientos? I
Sayaka recién llegaba a su casa, teniendo la mirada perdida y dando la impresión de que mentalmente no estaba allí. Incluso se la podía ver caminando con los brazos colgándole de manera inerte, casi como si fuese un zombi. Estaba sola en casa, sí, pero en todo el camino hacia su habitación no se cerciora de que hubiese nadie cerca de ella. En ningún momento mira a los lados, ni se molesta en encender las luces. Al entrar en su habitación se encuentra con que Kyubey estaba de lo más tranquilo allí, como si fuese una inocente criaturita a la espera de que llegase la peliazul. El ente de color blanco esperaba que Sayaka le dijese algo, y es que se le notaban las ganas, pero en lugar de eso Sayaka agarró la silla de su escritorio, la alzó en el aire y arremete contra el alien, el cual da un salto para evitar ser dañado.
─ ¿Qué estás haciendo, Sayaka?
─ Sacar mi John Cena interior ¿A ti qué te parece? ─ Sayaka salta sobre Kyubey y trata de aplastarlo hincándole el codo en el lomo, pero la criatura consigue huir antes de que le impactaran ─ ¡No te muevas tanto, gato rompe huevos! Te haré pagar por haberme mentido.
─ ¿Mentido? Yo en ningún momento he mentido, Sayaka. Simplemente ocurre que no me pediste mayores detalles sobre lo que implicaba ser una chica mágica.
─ ¡Déjate de estupideces! Te callaste las líneas pequeñas del puto contrato, y ahora por tu culpa resulta que tengo el alma fuera y que ya no siento nada si me toco. Seguro que hasta montabas lo de las brujas para que no me fuera a dar cuenta pronto.
─ No, lo de las brujas sí que fue completamente real. Es constante que las brujas salgan de todas partes, Sayaka, que te lo he dicho en más de una ocasión.
La peliazul salta sobre la criatura para atraparla, pero sus múltiples intentos resultan fallidos. Kyubey siempre encontraba la manera de escabullirse y mantenerse a salvo de la ira de Sayaka, lo cual hacía enfurecer todavía más a la chica.
─ Estoy seguro de que incluso Mami-san fue engañada por ti.
─ Te estoy diciendo que no he engañado a nadie. Todo es cuestión de que no indagan más en el tema, y la propia Mami hasta ahora sigue sin saber absolutamente nada.
─ ¿Qué? ─ Sayaka estaba perpleja ante semejante revelación, aunque el rostro impasible de Kyubey le hacía imposible precisar si estaba mintiendo o no ─ ¿Cómo es posible eso? Mami-san es una chica mágica desde mucho antes que yo, y seguramente incluso antes que Homura y Kyouko, además que hace todavía poco ella nos había dado por detrás a Madoka y a mí como si fuera una estrella porno consumada ¿Cómo es que no sabía nada de esto?
─ Tomoe Mami siempre fue más de dar que de recibir, o sea que le va más hacer sentir bien a otros que sentirse bien ella. Como bien dije, la conversión en chicas mágicas que llevo a cabo elimina la capacidad del cuerpo de sentir placer, pero el sentir placer por ver a otros sintiendo placer ya no es cosa realmente del cuerpo, por lo que ahí Mami lógicamente sigue sin saber nada hasta ahora que te doy esta explicación.
─ Con razón tampoco nos había advertido nada. Yo en cambio sí soy más de sentir directamente mientras se lo hago a las demás personas ─ Sayaka se mira las manos, estando horrorizada al ver que a diferencia de Mami no contaba con ninguna escapatoria ─. Esto no puede ser verdad. Ya un solo día sin masturbarme es el infierno mismo, y lo que he pasado desde que me convertí en chica mágica simplemente no tiene nombre. Y ahora, sabiendo que jamás podré volver a sentir ningún estímulo físico… ─ Sayaka aprieta los puños con rabia y se queja, cosa que no parece afectar a Kyubey, el cual levanta una de las protuberancias de sus orejas como si escuchara algo.
─ Sayaka, hay una docena de brujas más a unas cuantas calles de aquí…
─ ¡CIERRA LA BOCA! ─ Sayaka se transforma en chica mágica y agita su espada contra la criatura, pero por un pelo Kyubey logra esquivarla.
─ Qué mal carácter. No comprendo qué te molesta tanto. El placer físico o el bienestar personal no son la gran cosa, e incluso llegan a ser un completo impedimento en caso de emergencia, y encima te he otorgado esta grandiosa ventaja de no lidiar con nada de eso a cambio de concederte un deseo. Deberías estar agradecida por lo que hice, que te he dejado ganando en todos los sentidos.
─ Agradecida estaré cuando te vea empalado como brocheta ─ Sayaka continúa con su arremetida contra Kyubey, dejando para después el tema de las brujas ─ ¡Al menos hubieses hecho que la supresión de placer fuera opcional, alien callejero!
─ ¿De verdad? Esa opción no la pensé antes ─ Kyubey sale por la ventana y se pone pensativo ─. Pero de todos modos no sé qué tan efectivo pueda llegar a ser. Igual se mantendría la posibilidad de que una chica mágica quede mermada en su concentración si su propio placer se hace presente en su cuerpo. Suena bien, pero es bastante inconveniente.
─ ¡Ven acá, cobarde! ¡Quédate quieto para hacerte filete de gato!
Al día siguiente, en casa de Mami
─ ¿De verdad? ¿Eso fue lo que ocurrió? ─ Mami estaba bastante preocupada por lo que acababa de escuchar de los labios de Madoka.
─ Así es. Todas descubrimos de pronto que les es imposible hacer que el cuerpo de ustedes sienta placer, y Sayaka-chan ahora mismo está devastada por ello.
─ ¿Eso es tan siquiera es posible? ¡Ay! ─ Mami trata de erguirse, pero le seguía doliendo mucho el culo para poder levantarse más que unos diez centímetros ─ Quiero decir, el cuerpo humano está a rebosar de pies a cabeza de nervios, y todos pueden sentir cualquier estímulo externo. Eso es lo que se conoce como sentido del tacto. La sensación de placer, o incluso podríamos hablar de las sensaciones gratas en general, forman parte de un amplio espectro que conforma un todo en las diferentes sensaciones y estímulos que el cuerpo puede recibir. Me sorprende que Kyubey sea capaz de anular las sensaciones que estimulan gratamente el cuerpo, mientras que en cambio sí que podemos sentir dolor, siempre y cuando no tengamos cuidado con nuestro umbral de dolor.
─ Lamento llegar sin invitación ─ detrás de Madoka aparece Homura, desconcertando a Mami ─. Ya me imaginaba que Kaname Madoka hablaría del tema con Tomoe Mami.
─ ¡Homura-chan! ─ Madoka se abalanza sobre Homura y la abraza con todas sus fuerzas.
Lo que viene a continuación es que Madoka, al abrazar a Homura, aplasta el rostro de la pelinegra contra su pecho, impidiéndole la respiración, y es que encima la pelinegra no es capaz de oponerse a Madoka. Mami se abstiene a decir nada porque le parecía divertido, aunque sabía que en algún momento Madoka tendría que parar, cosa que tarda un poco en ocurrir, y en cuanto Madoka suelta a Homura, la recién llegada se toma un momento para recobrar la respiración.
─ Supongo que vienes a explicar lo que está pasando, Akemi-san ─ Mami hace un nuevo intento para erguirse, pero de nuevo tiene que quedarse acostada.
─ En efecto. Deben tener varias preguntas que quieren que responda, y eso es lo que voy a hacer, al menos en la medida de lo que pueda responder.
─ ¿Por qué no nos dijiste esto desde un primer momento? ─ dice Madoka dejando salir un par de lágrimas ─ ¿Por qué no nos explicaste que podía pasarle aquellas cosas tan horribles a Sayaka-chan si se convertía en una chica mágica?
─ Aquello es demasiado surrealista para ser creíble, Kaname Madoka. Si les decía desde un primer momento sobre esto lo más probable es que me tomarían como una loca, o que simplemente tenía miedo de que Miki Sayaka y tú se convirtiesen en chicas mágicas. Por esa razón no les dije nada. Créanme que no me faltaron ganas de soltar todo esto, pero no sabía cómo decirlo.
─ Me podrías haber retado cuando estaba yo a cargo, Akemi-san ─ responde Mami, dejando sin palabras por un momento a Homura ─. Podrías haber intentado probar tu punto retándome a que me masturbara, o que tuviese sexo contigo o con alguien más de manera directa, sin limitarme a usar mis manos o juguetes para hacérselo a quien me acompañe, sino que también me lo hagan a mí.
─ ¿De verdad? ─ a Homura casi se le caen los lentes.
─ Es verdad que tengo algunos problemas con eso de que me lo hagan. Mis padres murieron mientras estaban haciéndolo durante toda una noche sin descanso, y eso me llegó a asustar ─ la revelación de Mami hace que Madoka se llevara una mano a la boca ─. Pero si me demuestras que vas en serio con esto, yo misma habría intentado tocarme al menos un par de segundos, los cuales serían más que suficientes para probar tu punto, y todos nos habríamos dado cuenta desde antes de lo que hace realmente Kyubey, y Miki-san no se habría convertido en una chica mágica.
─ O sea que no lo hice bien, ¿verdad? ─ Homura se sostiene los lentes mientas se lamenta por el fallo cometido.
─ ¿Pero qué pretende Kyubey haciendo esto? ─ Madoka igual seguía angustiada ─ ¿Por qué haría algo tan cruel?
─ Para Kyubey eso no es crueldad ─ Homura inmediatamente responde aquella pregunta ─ Kyubey no se rige por los valores humanos. Lo que para nosotras sea ético o no a esa criatura se la chupa. Él se mueve por sus propios objetivos, y hacernos esto lo ve realmente como un trato justo a cambio de lo que nos ofrece. Nos vende un deseo, la posibilidad de dar pie a un milagro, a cambio de estos cambios que nos lleva a convertirnos en lo que su especie conoce como chicas mágicas.
─ Pero Sayaka-chan sólo quería ayudar a Kamijou-kun. Sólo deseaba devolverle la vida al pequeño monstruo del chico que le gusta. Sus intenciones…
─ Eran buenas. Siempre es así cuando una chica pide un deseo estando en la misma situación que Miki Sayaka ─ Homura no permite que Madoka continuase, pues sabía qué decirle para que asimilase la realidad ─. No pongo en duda sus intenciones, pero a Kyubey eso no le importa en lo más mínimo en realidad. Aunque Miki Sayaka y el personal entero del hospital hubiesen estado al pendiente de la evolución clínica de aquel chico por el resto de sus vidas, lo más probable es que jamás se hubiese recuperado. Hay milagros que no se dan ni siquiera a cambio de una vida, al menos en condiciones normales, y es así donde Kyubey encuentra su oportunidad ─ Homura baja un poco la mirada, dejando cada vez más frías a Madoka y Mami ─. Kyubey va de aquí para allá haciendo justamente eso, canjear milagros a cambio de una vida. Le dan igual las repercusiones, los sentimientos de aquellas chicas a las que convierte en chicas mágicas, la posibilidad de que se arrepientan de haber pedido su deseo. Para Kyubey las chicas mágicas simplemente somos números con los cuales pueden hacer el balance con respecto a su objetivo verdadero, y las chicas ordinarias con la posibilidad de convertirse en chicas mágicas son vistas como simples potenciales para agrandar sus números. Así son las cosas. Si Miki Sayaka no tuviese potencial mágico, a Kyubey le habría dado completamente igual su deseo de salvar a ese chico y simplemente seguiría de largo para convencer a Madoka de convertirse en chica mágica.
─ Hablas con bastante seguridad en lo que dices. Seguro que has visto cosas bastante horribles con respecto a todo esto, ¿no es así? ─ Mami mira fijamente a la pelinegra, la cual asiente lentamente, y la rubia se notaba cada vez más angustiada y fuera de sí ─. En ese caso, y tomando en cuenta lo que dices, ¿significa que no hay ninguna esperanza para Miki-san ni para mí?
─ Exactamente. Jamás volverán a ser como antes, da igual lo que intenten.
En ese momento Mami aprieta los puños, y Madoka se horroriza al ver por primera vez a Mami con rabia y llorando. Es verdad que había sabido llevar muy dignamente su vida como chica mágica, pero darse cuenta de la verdad que desconocía hasta ese momento la hacía sentir bastante mal.
Madoka ahora sabía que, sin darse cuenta, estuvo todo el tiempo frente a un auténtico calvario.
Con Sayaka
La peliazul se había encerrado en su habitación, negándose en rotundo a salir hasta que se le pasara la conmoción. Estaba sola, hundiéndose en sí misma y sin ganas de hacer absolutamente nada cuando…
─ Sal de ahí, tonta. Quiero hablar contigo un rato.
Sayaka conocía esa voz. No esperaba que justamente ella viniese a verla, y menos a esas horas, pero ya que estaba, lo que podía hacer era levantarse de la cama y revisar por la ventana. Y ahí la ve, Kyouko estaba con una bolsa de papel llena de manzanas. Seguramente eran meramente para comérselas, pues Sayaka no le veía cara a Kyouko de que fuese a usarlas para propósitos sexuales. En todo caso sale de su habitación y va a ver a la pelirroja.
─ Te veo en la mierda, chica ─ dice Kyouko tan pronto como tiene a Sayaka de frente.
─ Pues igualita te veo yo, tarada.
─ Y todavía sigues diciéndome esas cosas ─ Kyouko se come una de las manzanas mientras empieza a caminar ─ ¿Me acompañas o te asusto?
─ Una torpe flacucha como tú no puede asustarme ─ Sayaka sale por la ventana y empieza a caminar al lado de la pelirroja ─ ¿Y bien? ¿A dónde se supone que piensas llevarme?
─ ¡Anda, no estés tan apresurada! ─ responde Kyouko burlona ─ Sólo quería aprovechar la oportunidad para hablar un rato contigo, en vista de lo que nos tuvimos que enterar justo anoche.
─ No me lo recuerdes. Ojalá pudiese borrar todo eso de mi cabeza ─ dice Sayaka mientras se lleva ambas manos a la cabeza.
─ Pero no puedes borrarlo, y aunque pudieras, igual tendrías que cargar con todo lo que conlleva esta carga que estamos llevando completamente a ciegas. Lo mejor que puedes hacer es vivir como más buenamente puedas, chica. Es lo que yo suelo hacer.
Sayaka se queda mirando fijamente a Kyouko. Eso último que había dicho le acababa de generar unas cuantas dudas, y la pelirroja se da cuenta de ello inmediatamente, aunque igual sonríe de manera maliciosa.
─ ¿Tú también pediste un deseo para ayudar a alguien más?
─ No eres tan atarantada como pensaba, aunque igual pienso que patinaste al pedir que ese chico se curase ─ Kyouko agarra otra de sus manzanas y empieza a comerla como si se muriera de hambre ─. La magia es para que hagas uso de ella en tu propio beneficio. Ayudar a otros no hará que te sientas mejor, da igual cuánto lo intentes. A la larga vas a comprender lo que quiero decir.
─ ¿Cómo fue que te convertiste en chica mágica?
Esa pregunta hace que la sonrisa de Kyouko se ensanche todavía más. Sayaka sabía que había hecho la pregunta correcta.
─ Ven conmigo. Ahora vas a conocer mi historia personal… o bien podría decir que es mi historia familiar.
Iglesia abandonada
─ Mi padre solía regentar una iglesia parecida a esta ─ dice Kyouko mientras le da una patada a la puerta para abrirla, derribándola en el proceso ─. Mi familia y yo vivíamos de esto: Mi padre predicaba, mi hermana y yo hacíamos de monaguillas, y al final estaba mi madre administrando todos los gastos tanto de la iglesia como de nuestro hogar. En una época en que el contacto físico está cada vez más visto como algo normal y deseable, mi padre predicaba que ese contacto debía contar con el mayor cariño posible de quienes estaban involucrados. Él tenía miedo de que la vida sexual de sus feligreses y el mundo en general se convirtiera en algo completamente mecánico, pues eso llevaría a que la gente viva su sexualidad con la mayor intensidad posible pero sin ganas, sin realmente disfrutar lo que hacen. No es lo mismo acostarme con veinte personas simplemente porque puedo, sin reflexionar en nada más, que acostarme con esas mismas personas porque confiamos mutuamente y porque siento que lo voy a disfrutar, era lo que de tanto en tanto mi padre me decía.
─ Debió ser un hombre bastante sabio ─ suelta Sayaka de forma automática.
─ Sin dudas. Pero no impedía que la gente no se tomara en serio sus prédicas. La gente suele dar todo por sentado, por lo que subestiman lo delicado que es realmente el equilibrio de todo lo que forma parte de nuestras vidas, especialmente aquello que nos genera felicidad y comodidad. Mi padre en cambio sabía que todo lo que hemos logrado como sociedad se podía perder si no manteníamos a la vista el valor de la manera en que socializamos, pero al no ser capaz de hacer llegar su mensaje a todos, se encontró con que estaba solo, y al no ser capaz de asegurar nuestra subsistencia con sus prédicas, claro está que empezamos a pasar hambre, mucha hambre.
─ Realmente luce como algo lamentable.
─ Pero un día llegó Kyubey ante mí y me ofreció un deseo. No lo pensé un solo segundo y pedí que la gente le diese una oportunidad a las prédicas de mi padre y tomase en cuenta sus temores sobre lo que nos espera en el futuro si no cuidamos del equilibrio que hemos logrado como sociedad. Fue algo muy bonito, aunque no tuve prácticamente tiempo para disfrutar al lado de mi familia por tener que hacer frente a las brujas todo el rato. Todo era paz y amor en la iglesia de mi padre, y yo pensaba que mi deseo había sido el correcto a pesar de que yo no podía disfrutar a plenitud al lado de todos, hasta que mi padre se dio cuenta de mi secreto.
─ ¿Ella se dio cuenta de que eres una chica mágica?
─ No, se dio cuenta de que a mí me van los doujins NTR, especialmente aquellos en los que la protagonista hace todo enteramente sin que su esposo se dé cuenta. Saber que me gustaban leer doujins sobre infidelidades y cosas así hizo que mi padre se horrorizara. Me dijo que mis gustos podían impulsarme a promover que las parejas no tengan confianza entre ellas a la hora de andar con alguien más, que las relaciones libres se basen más en mentiras que justamente en libertad y confianza. Intenté hablar con él y razonar. Le decía que esos gustos no eran en serio, que era simple morbo lo mío con esos doujins, pero para ese punto se negó a escucharme. Sus propias palabras entonces dejaron de tener sentido para él, pues sentía que no era apto para predicar para otras personas si ni siquiera fue capaz de educarme de una mejor manera, y entonces… ─ Kyouko puso una cara de pesimismo total, asustando a Sayaka.
─ ¿Qué fue lo que pasó? ¿Acaso se suicidó, o intentó matarte?
─ Ninguna de las dos. Simplemente lo mandó todo al carajo y se dedicó a hacer anuncios de solteras calientes a cinco kilómetros de la casa de cualquiera que los viese. Digamos que perdió la cabeza bastante pronto, y ahora no es ni la sombra de lo que alguna vez fue, y yo debí abandonarlos para poder seguir adelante y no causar más daño. En ese momento lo comprendí. Crear esperanza puede generar un equivalente de desesperación a fin de dar pie a un equilibrio. Así es justamente como funciona todo esto, y por eso es que te lo digo. Debes intentar vivir más para ti misma, usar la magia en tu propio beneficio. De esa manera no tienes que meter a nadie más si las cosas salen mal. Si las cosas salen mal es mi culpa, si le debo algo a alguien es justamente a mí misma, y si alguien sale lastimado, entonces que ese alguien sea yo. Tienes que comprender eso, Sayaka.
─ Lo que arruinó tu vida fue que no fuiste discreta con tus gustos ocultos, tarada. Ahí no tienes que echarle la culpa al tema de la esperanza y la desesperación… ¡Ay! ─ Sayaka recibe con la frente una manzana que Kyouko le lanza con todas sus fuerzas.
─ ¿Estás escuchando un pito de lo que estoy diciendo, tonta? Si lo das todo por hecho y actúas creyendo que dándole prioridad a los demás a cambio de abandonarte a ti misma, lo único que terminarás encontrando miseria y desazón. Hazme caso y date cuenta de que el camino que sigues sólo te va a lanzar en el oscuro pozo de la desesperación. Piensa un poco antes de ir por allí dándote ínfulas de superheroína defensora de la justicia y los ideales de la gente. Ahora mismo tenemos un problema muy serio entre manos, tú y yo.
─ Ya sé que tenemos un problema, y también comprendo lo que intentas decirme ─ Sayaka recoge la manzana y se la lanza de vuelta a Kyouko ─. Pero ya te digo yo que no pienso parar.
─ ¿Qué?
─ Mi deseo no fue el equivocado. Mis ideales no son tan frágiles como los tuyos, tarada, y sé que este problema lograré remontarlo de alguna manera.
─ ¿A qué viene eso, Sayaka? Tú misma lo has visto. Tú misma lo has vivido. Yo te violé en aquel puente peatonal, justo ante los ojos de Madoka y Homura, y claramente no sentiste nada. Incluso estuvo el jodido Kyubey aclarando las cosas.
─ Kyubey no tiene idea de una mierda. Sé que encontraré la manera de salir de esto y volveré a sentir placer cuando me llenen mis agujeros de abajo, y si tú no lograste hacerme sentir nada seguramente es porque eres un mal polvo. Me niego a aceptar otra explicación.
─ ¡Eh! ¡Yo no soy ningún mal polvo! Puedes preguntarle a mi hermana, que ella te va a confirmar que sí soy muy buena en esto.
─ Y de todos modos no modos no tengo ningún interés en ser tu amiga ni en tener ningún tipo de trato contigo, Kyouko ─ Sayaka le dirige una mirada retadora a la pelirroja que no le gusta nada ─. Y no pienso tener ningún tipo de acercamiento contigo hasta el día en que te derrote. A mí me gusta dominar, no que me dominen.
─ Pues tenemos un pequeño problema, debilucha ─ Kyouko deja finalmente las manzanas a un lado y se transforma en chica mágica ─. Si vas a envalentonarte tanto ante mí, recuerda que te voy a hacer menear las caderas para mí una y otra vez.
─ Sueña con eso ─ Sayaka empieza a alejarse de allí, aunque se detiene justo antes de llegar a la puerta ─. El día que nos volvamos a ver, te voy a convertir en mi zorra.
─ Quiero ver que lo intentes, Sayaka.
Sayaka finalmente se va de ahí, y Kyouko vuelve a su aspecto normal para recoger su bolsa de manzanas y empezar a comer otra vez. De momento no se le ocurría otra manera para descargar el coraje que sentía.
CONTINUARÁ…
¿Qué hará Madoka ahora que tiene una mayor noción de la verdad? ¿Podrá Homura frenar los malvados planes de Kyubey? ¿Mami volverá a caminar en algún momento del fic? ¿Sayaka se estará volviendo loca? ¿Realmente Kyouko es un mal polvo o sí sabe cómo hacerlo? Ya saben, estas son cosas que irán teniendo respuesta a medida que esto avance :v. Bueno, pues así queda esto, que creo que es el segundo capítulo más largo del fic, sólo por detrás del tercer capítulo. Pues así queda esto de momento. Me despido.
Hasta otra
